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Objetivos:
1. Ser consciente que no todos respondemos igual a la vida espiritual
2. Conocer la inclinación de su temperamento hacia la Palabra y la Oración.
3. Saber cómo alcanzar la madurez espiritual en Cristo venciendo los obstáculos
propios de su temperamento.
Introducción:
A. Todo cristiano, sea cual sea su temperamento, puede llegar a ser una persona
espiritual. Sin embargo, su temperamento influenciará tanto su espiritualidad
como su expresión.
B. Cuando las personas acuden a Cristo, Él los recibe tal como son y tiene el mismo
plan para todos: hacerlos conforme a Su imagen (Romanos 8.29). Esta es la
verdadera espiritualidad.
C. Espiritualidad no es un sentimiento emocional que nos transporta a una relación
mística con Dios.
I. ¿Qué es Espiritualidad?
A. Un cristiano espiritualmente maduro es aquel que busca ser a la imagen de Cristo:
Está controlado por el Espíritu Santo (Efesios 5.18) y manifiesta los nueve frutos
del Espíritu (Gálatas 5.22-23), que camina en santidad, que conoce la Palabra de
Dios y que busca con diligencia hacer su voluntad porque le ama (Juan 14.21).
La madurez es un proceso gradual que depende de la entrega.
B. La madurez lleva tiempo, pero no una vida. La mayor parte de los líderes
cristianos del principio estaban activos en su liderazgo antes que hubieran pasado
más de cinco años de su salvación.
C. La madurez y la espiritualidad van de la mano. Un recién convertido puede ser
momentáneamente espiritual, pero sólo un cristiano maduro será espiritual en el
sentido completo. “Y yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino
como a carnales, como a niñitos en Cristo.” 1ª Corintios 3.1. Ellos eran salvos,
pero eran críticos, contenciosos y con muchos otros problemas. A pesar de eso,
tenían muchas manifestaciones del Espíritu (1ª Corintios 12). Los dones no
garantizan la madurez del creyente.
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II. El temperamento y su tendencia hacia la Palabra:
A. El éxito del crecimiento en la vida espiritual radica principalmente en la entrega
personal a Dios y a su Palabra, por esta razón la Biblia se refiere a sí misma bajo
las figuras de leche, pan y vianda.
B. Los sanguíneos son personas espontáneas e indisciplinadas que realmente tienen
que esforzarse para poder ser constantes en cualquier cosa, especialmente en el
estudio de la Palabra. Son tan susceptibles a los estímulos externos y tan
interesados en todo que dedican poco tiempo a concentrarse en un solo asunto.
C. Los coléricos tienen el problema que raras veces ven su necesidad de un estudio
bíblico personal. Pueden ver lo importante que es para otros, pero creen que no
lo es para ellos. Tienen la tendencia de aplicar a otros la Palabra y no a sí mismos.
D. Los melancólicos son los más constantes en el estudio diario, lectura y
memorización. Sin embargo, puede que se preocupen más por lo técnico del texto
que por su aplicación personal. Pueden también que se critiquen duramente por
estar tan por debajo de aquello que la Biblia expone como una palabra de aliento
y bendición.
E. Los flemáticos tienen el problema de la constancia. Hacen tantas cosas al mismo
tiempo que dejan lo importante por lo urgente. Deben darse cuenta de que
deberían involucrarse en servir a Dios y no permanecer aislados.
CONCLUSIONES: