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“La Era de las Catástrofes” Eric Hobsbawn

Capitulo IV “La caída del liberalismo”

El evento que causó más impacto para la supervivientes del siglo XIX fue el hundimiento de
los valores e instituciones de la civilización liberal cuyo progreso se daba por sentado en
aquel siglo. Estos valores implicaban el rechazo a la dictadura y al gobierno autoritario, el
respeto por el sistema constitucional con gobiernos libremente elegidos y asambleas
representativas que garantizaban el imperio de la ley, los derechos y las libertades de los
ciudadanos. Los valores que debían imperar en la sociedad y el Estado son la razón, el debate
público, la educación y la ciencia. Para inicios del siglo XX estos valores parecían progresar
en Europa, inclusive las dos últimas monarquías (Turquía y Rusia) avanzaban hacia la senda
de gobierno constitucional. Hasta 1914 estos valores solo eran rechazados por elementos
tradicionalistas como lo era la Iglesia Católica y por ciertas fuerzas de la democracia (que
venían en los movimientos obreros un peligro latente) Pero estos miedos eran infundados ya
que los movimientos obreros revolucionarios no buscaban alterar el gobierno constitucional,
ya que solo buscaban modificar el sistema económico imperante.

Para 1914-1918 todos los regímenes de la postguerra (exceptuando a la Rusia soviética) eran
de corte parlamentario representativo, en donde se realizaban elecciones libres para definir a
sus representantes y gobernantes. Pero hay que recordar que la mayoría de los estados que
realizaban este proceso se hallaban en Europa y América, ya que la tercera parte de la
población aún vivía bajo el régimen colonial.

A pesar de la existencia de numerosos regímenes electorales, durante los años veinte se fue
registrando un retroceso, desde la “marcha sobre Roma” de Mussolini, la cantidad de países
europeos con asambleas legislativas fue disminuyendo poco a poco, hasta que la Alemania
Nazi destruyo en 5 países su sistema constitucional. Solo quedaron como baluartes Gran
Bretaña, Finlandia (a duras penas) Irlanda, Suecia y Suiza. En América la situación era más
diversa existían varios países sólidamente constitucionales (Canadá, Colombia, Uruguay)
pero también durante el período de entre guerras hubo diversos corrimientos hacia la
izquierda y la derecha en el resto de los países. En Japón un régimen moderadamente liberal
dio paso a uno militarista-nacionalista y en el resto de los demás continentes solo Australia
y Nueva Zelanda tenían una democracia implementada. El retroceso del liberalismo se
aceleró notablemente cuando Adolf Hitler asume el poder de la cancillería alemana en 1933.
De pasar de 35 o más gobiernos constitucionales para 1944 solo existía una docena.

Este período de amenazas para las instituciones liberales provenía exclusivamente de la


derecha. La Rusia soviética se encontraba aislada y no podía extender su comunismo, ni
deseaba hacerlo desde que Stalin asumió el poder en 1922. Los movimientos marxistas ya no
eran fuerzas subversivas, sino que sustentaba al estado. El peligro como siempre provenía de
la derecha, una amenaza para el gobierno constitucional y representativo y una amenaza
ideológica de alcance mundial, para la cual la etiqueta de fascismo, aunque adecuada resulta
insuficiente. Insuficiente porque no todas las fuerzas que derrocaron gobiernos liberales eran
fascistas, pero todas eran contrarias a la revolución social y en todas ellas se encontraba un
rechazo contra la subversión del antiguo régimen social. Todas eran autoritarias y hostiles a
las instituciones políticas liberales. Los reaccionarios del viejo estilo en algunos casos
prohibieron algunos partidos como el comunista.

En llamado reino de Hungría se instaló un gobierno autoritario (luego de la efímera


republica socialista de 1919) pero siguió siendo parlamentario pero no democrático, estas
fuerzas tendían a favorecer al ejército y la policía o cuerpos que fueran capaces de ejercer
coerción física. Estos apoyos eran fundamentales para que la derecha ascendiera al poder y
además tenían un fuerte carácter nacionalista por el resentimiento a otros estados extranjeros
por las guerras perdidas o por no haber conformado un vasto imperio.

Una segunda corriente de derecha dio paso a los llamados estados orgánicos que buscaban
defender el orden tradicional frente al individualismo liberal y los planteamientos de
movimientos obreros y el socialismo. Están animados por la añoranza ideológica de una Edad
Media en donde se reconocía la existencia de clases pero al mismo tiempo se conjuraba el
peligro de la lucha de clases por la aceptación de la jerarquía social y el reconocimiento de
cada grupo o clase social desempeñaba una determinada tarea. Se daba paso de una
democracia liberal por la representación de grupos de interés económico y profesionales,
pero abolía o limitaba la democracia electoral, sustituyéndola por una democracia de
corporativos como es el caso de Portugal con Salazar, la España de Franco y Austria antes
de la llegada de los nazis.
El papel de la Iglesia en este período es un poco incierto, ya que aunque no tenía los mismos
enemigos, si tenían objetivos similares. En un inicio la Iglesia post concilio Vaticano I era
reaccionaria y vista como adversa al fascismo, pero la doctrina del estado corporativista nace
desde estados con una fuerte tradición católica. Algunos puntos en común entre los fascistas
y la iglesia era su odio común hacia la Ilustración del siglo XVIII, a la revolución francesa,
a la democracia, el liberalismo y el comunismo ateo.

Pero esta identificación casi tácita de la derecha con el fascismo creo diversos problemas
morales en católicos con preocupaciones sociales y cuando el fascismo comenzó a perder las
estructuras eclesiásticas comenzaron a tener graves problemas. Y a su vez el antifascismo se
legitimo en el catolicismo democrático (Democracia Cristiana) que bebía desde las
concepciones de la política social de la encíclica Rerum Novarum, la cual sirvió de base para
organizar a sindicatos católicos sociales. Pero en términos generales la Iglesia se complació
de la caída del liberalismo con muy raras excepciones.

II

El caso italiano es uno de los pocos que propiamente se puede llamar como fascistas, el dio
el nombre al fenómeno que fue creación de un periodista socialista renegado, Benito
Mussolini. El propio Adolf Hitler reconocía la deuda y el respeto, aún cuando la Italia fascista
demostraba su debilidad e incompetencia en la guerra y Mussolini toma de Hitler el
antisemitismo. Pero el fascismo italiano no tuvo un gran éxito internacional, de no haber
mediado en el triunfo de Hitler en 1933 el fascismo no se hubiera convertido en el
movimiento que fue, de hecho, todos los movimientos fascistas importantes surgen después
de Hitler (los Flecha Cruz de Hungría, la Guardia de Hierro rumana, los ustachá croatas) Si
Alemania no hubiese alcanzado la posición de potencia de primer orden, el fascismo no
hubiese alcanzado la influencia que tenía.

Pero no es fácil determinar las corrientes del fascismo, aparte de aceptar la visión alemana.
La teoría no era un punto fuerte de los movimientos que predicaban la insuficiencia de la
razón y del racionalismo y la superioridad del instinto y de la voluntad. Tampoco es posible
identificar al fascismo con una idea concreta de Estado y en el caso alemán las ideas que
surgían perdían fuerza cuando entraban en conflicto con la comunidad del pueblo
(Volksgemeinschaflt) y un elemento que parecía crucial como el racismo está ausente del
fascismo italiano en sus inicios. Otro elemento que propio de la derecha fascista es el
movimiento de masas desde abajo y veía esto como una forma de escenografía política. Los
fascistas eran contrarrevolucionarios de la revolución. Su principal arma era denunciar la
emancipación liberal, desconfiaban de la cultura moderna y del arte de vanguardia, sin
embargo no recurrieron a guardianes históricos del orden conservador como la iglesia o la
monarquía, si no que buscaron reemplazar su figura en el principio de liderazgo de una figura.

El pasado que se apelaba era un artificio, las tradiciones inventadas e inclusive el racismo de
Hitler no respondía a algo de carácter genealógico, sino que más bien surge como una
respuesta de un postdarwinismo que unido a la eugenesia buscaban crear una super raza
humana mediante la reproducción selectiva. El fascismo triunfa sobre el liberalismo al poder
demostrar que con creencias absurdas y un dominio sobre el desarrollo tecnológico.

El sustrato común para estos grupos era los humildes aplastados por el gran capital y los
movimientos obreros en ascenso, ya que creían que les privaran de la posición respetable que
habían ocupado en el orden social. Estos sentimientos encontraron una mayor expresión en
el antisemitismo que en el último cuarto de siglo del XIX llevo a desarrollar partidos políticos
basado en una hostilidad hacia los judíos que se encontraban en todas partes y podían ser un
blanco fácil para simbolizar el odio por un mundo injusto, en buena medida por la aceptación
de las ideas de la Ilustración y de la rev. Francesa. La situación de los judíos era algo ambigua
en el orden social, en ocasiones eran vistos como patrones y eran atacados tendederos en las
huelgas de obreros. También se desarrolla una especie de antisemitismo agrario en Europa
central y oriental, donde el judío era en puente el mundo campesino y la economía exterior,
por lo cual en un aumento permanente y explosivo de la producción hacía que las sociedades
rurales como la rumana, magiar o eslava viera con malos ojos a los judíos que simbolizaban
de cierta forma el mundo moderno que los hacía tener vidas más paupérrimas. También
surge el denominado antisemitismo popular que es el que da pie para el exterminio judío
durante la guerra y que en diversos países de Europa oriental surgió como una respuesta de
las masas frente al descontento y lo que simbolizaban los judíos. En Alemania urbana la
instalación del antisemitismo desde arriba.

Los nuevos movimientos de derecha que trasmitían este mensaje de intolerancia tuvieron un
gran calado en capas medias y bajas de la sociedad, y su retórica estaba por apoyada por
intelectuales nacionalistas que comienzan aparecer en 1890. Y estos movimientos empezaron
a tener un apogeo en países en donde no prevalecían las ideologías de la democracia y el
liberalismo. En Gran Bretaña, Francia y USA al ser centros del liberalismo y democracia no
se dieron la conformación de movimientos fascistas fuertes como en otros lugares.

El fascismo también fue de un gran atractivo para la población joven de la clase media,
especialmente a los estudiantes universitarios, también para ex miembros de las fuerzas
armadas o veteranos de guerra eran de un gran atractivo, ya que veían la nueva vida civil
como algo decepcionante. La amenaza de una inestabilidad del orden social y los temores
que surgían de la sociedad liberal fueron los principales motores para que la clase media
abrazara el fascismo sin ningún problema. Los grupos conservadores tradicionales se sentían
atraídos por demagogos y se mostraron de acuerdo de aliarse con ellos de cara al gran
enemigo. EL fascismo italiano para los años veinte y treinta tenia buena prensa y era apoyado
por un gran espectro político (menos la izquierda liberal) Hitler había llegado al poder de la
mano de un grupo conservador, que muy pronto devoro y en diversas partes de Europa
surgieron fuerzas simpatizantes con el fascismo como la España de Franco o la Francia de
Vichy de Petain.

III

Claro esta que el ascenso de la derecha radical se debe al peligro que representaba para ellos,
la revolución social, el fortalecimiento de la clase obrera, la revolución de octubre y el
leninismo. Sin ellos no hubiera existo el fascismo. Aunque existía demagogos derechistas
activos antes de 1914 siempre se mantenían bajo control. Aunque se puede considerar que
Lenin de cierta manera engendro a Hitler y Mussolini, no hay que quitar relevancia a otros
elementos como el impacto que causa la Gran Guerra en las capas medias, medias bajas, los
jóvenes y los soldados que luego de 1918 vieron que habían perdido la oportunidad de
acceder al heroísmo. El llamado soldado del frente tendría un lugar importante en los
discursos. La primera guerra fue una máquina que produjo la brutalización en el mundo y
esos hombres se ufanaban liberando esta brutalidad. El compromiso de la izquierdas y ciertos
sectores liberales con el pacifismo y el antimilitarismo llevó que muchos subestimarán a esta
minoría que la experiencia de la guerra era algo inspirador y esencial.

Tampoco hay que considerar que la reacción de la derecha no surge como respuesta directa
al bolcheviquismo, sino que a los movimientos obreros que amenazaban el orden social
establecido o a los que se les podría responsabilizar del desmoronamiento como era caso de
los partidos socialistas que estaban revitalizados por las acciones y el empoderamiento
obrero, que había logrado avances como la jornada laboral de 8 horas. Además, se tenía el
miedo que los movimientos obreros de corta socialistas se acercar más al comunismo y trajera
todo el mal que la Rusia soviética y atea representaba.

Lo que permitió el triunfo de las facciones fascistas fue el hundimiento de las viejas clases
dirigentes y de su maquinaria de poder, hegemonía e influencia. Se suma a esto un estado
caduco cuyos mecanismos administrativos no funcionaran, una masa de ciudadanos
descontentos y desencantados que no supieran en quién confiar y un resentimiento
nacionalista por los tratados de paz de 1818. Cabe destacar que el fascismo no conquista el
poder sino que llega de mano del viejo régimen por medio de procedimientos
constitucionales. Su novedad radica en que una vez en el poder se negó a respetar viejas
normas del juego de tronos y cuando fue necesario impuso la autoridad absoluta, la
transferencia de poder fue más rápida para el caso alemán que el italiano pero cuando se
logró las figuras centrales (Duce o Fuhrer) delimitaron al dictadura.

Antes de continuar hay que señalar que no hubo una revolución fascista (tesis liberal) y
tampoco que el fascismo fue una expresión del capitalismo monopolista. (tesis marxista). Los
mov. Fascistas tenían elementos con los movimientos revolucionarios, de hecho, buscaban
cambiar el orden actual y transformar la sociedad. Pero las fuerzas fascistas no tuvieron
predicamentos, se eliminaba rápidamente a los opositores. Volver a esa idea de Edad Media
de artesanos, trabajadores de campo (aunque era una idea difundida) era algo poco probable
para regímenes que tenían un alto grado de desarrollo tecnológico y que estaban interesados
en la modernización. En el caso del nacionalsocialismo se depuro las viejas elites y
estructuras imperiales y sumado a un programa social para las masas que cumplió
parcialmente (vacaciones, deporte y el coche del pueblo el “escarabajo”) Pero su principal
logró fue haber superado la Gran Depresión de una forma exitosa, gracias al antiliberalismo
de los nazis que le permitió no comprometerse con el libre mercado. En pocas palabras era
un régimen viejo pero renovado. Al igual que Japón imperial y militarista de los 30’s era una
economía no liberal que logró dinamizar su industria, en Italia sus resultados económicos no
son tan exitosos y queda demostrado en los problemas que surgen en medio de la Segunda
Guerra Mundial. Hay que destacar que el fascismo tuvo ciertas ventajas para el capital que
en otros sectores no se dio, venció o elimino la revolución social e izquierdista y pareció
convertirse en principal bastión contra ella, además suprime los sindicatos y otros elementos
que delimitaban los derechos patronales.

IV

Se debe reconocer que sin Gran Depresión no se hubieran dado las condiciones para que el
fascismo surgiera y la que transformo a Hitler en el fenómeno de política marginal que lo
fue. Pero no solo eso llevo al poder al movimiento nazi también fueron necesarios un estado
con el tamaño económico y político de Alemania. La política militarista agresiva que
pregonaban Italia, Alemania y Japón fue algo que domino el decenio de los años 30 y 40. Es
natural que una serie de países se sintieran atraídos por movimientos cercanos al fascismo
para obtener este expansionismo que en ocasiones era deseado. Como es obvio y espero que
esta altura este más que claro estos movimientos surgían de la derecha política en Europa, ya
que fuera de ella no existían las condiciones para el fascismo, puede que en ciertos puntos
algunos grupos tuvieran ecos del fascismo, pero este no se arraiga por no responder a las
condiciones propias de cada lugar. El caso de Japón tiene algunos puntos en común como lo
eran la jerarquía rígida, la dedicación absoluta del individuo al emperador y la nación, y el
rechazo a la igualdad, libertad y fraternidad. Una especie de un feudalismo oriental pero que
en estricto rigor no era fascista por la ausencia de masas y del movimiento que apoyara el
desarrollo de los principios que pregonaban.

Los movimientos fascistas que buscaban expandirse en diversas partes del mundo deben
verse en un contexto en declive y la caída del liberalismo, pero el fascismo no es el único
elemento que hace retroceder a las instituciones liberales, uno de ellos es el nacionalismo que
en ocasiones se confunde con el fascismo. El nacionalismo que se utiliza por parte de los
nazis es de carácter internacionalista, vale decir de una gran raza que agrupa a los diversos
territorios conquistados o en poder de Hitler, que buscaba asegurar y restaurar el orden
europeo, con las ideas del pasado carolingio y la lucha contra el comunismo. Las principales
resistencias contra el fascismo surgen de Frente Populares, en donde una amplia gama de
partidos hacia de resistencia a estos movimientos insurgente. Pero no en todos los países
invadidos por el fascismo se da un respaldo total a esta idea nacionalistas (En Polonia, aunque
habían, ciertos tintes antijudíos y anticomunistas no se dio un gran respaldo a la Alemania
Nazi)

¿Pero cual es la causa para que en liberalismo retrocediera en países donde no se desarrollaba
el fascismo? Algunos creen que se debe a la denominada agonía del capitalismo, el cual
entraba en conflicto con la existencia de los movimientos obreros y la democracia
parlamentaria, sumado a los problemas económicos que la burguesía venía arrastrando y a
una clase obrera cada vez más reaccionaria que se veía obligada a recurrir a la fuerza y a la
coerción en ocasiones.

Y aunque para 1945 el capitalismo y el liberalismo hicieron una nueva entrada triunfal
debieron asegurar un consenso básico entre la gran mayoría de los ciudadanos acerca la
aceptación del Estado y de su sistema social o por lo menos que pudieran realizar acuerdos
para llegar a soluciones entorno a estos temas. Elementos que no se dieron en la Europa del
período de entreguerras. El miedo a la revolución era algo tan grande que en diversos puntos
de Europa oriental no permitieron que durante este periodo existieran partidos comunistas y
se dio pie a tensiones entre la derecha y la izquierda moderada que en ocasiones como el caso
de España termino con la democracia aniquilada .

La Gran Depresión es una de las partes de la respuesta que hunde el sistema político en
diversos países como es el caso de la Republica de Weimar (Alemania) y la cual da paso a la
Alemania Nazi al no poder solventar los gastos y las ayudas que eran necesarias para palear
la situación de la población. A esto se suma que la democracia representativa demostró que
en condiciones de catástrofes no es eficaz para dar respuestas a los problemas que surgen, en
este periodo la democracia solo sirvió para fragmentan y enemistar a las posiciones contrarias
al no poder lograr los consensos necesarios para la estabilización del gobierno, ya que lo que
principalmente buscaban las democracias parlamentarias más que gobernar el país, era
controlar los distintos aspectos de este para un funcionamiento adecuado.

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