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acción ordinaria por mutuo, aunque no se haya cumplido plazo del art. 474 del
CPC.
Vistos:
En estos autos Rol 20.171-2009, seguidos ante el Segundo Juzgado Civil de Linares,
compareció don Marcelo Podea Ulloa, en representación del Banco Bilbao Vizcaya
Argentaria Chile quien dedujo demanda ordinaria en contra de Sociedad El Canelo
S.A. y solicitó que se declare la existencia de deuda en contra de la referida
sociedad por el equivalente a 3.515,02 unidades de fomento más reajustes y costas.
Para asegurar el cobro del mutuo, el representante legal de la deudora don Jorge
René Braithwaite Sánchez, suscribió el 11 de julio de 2005 el pagaré N° 12-
96000086270, en el que después de ser renovado, se pactó el pago de 3.893
unidades de fomento en capital al día 30 de octubre de 2006, manteniéndose en lo
no renovado plenamente vigente el pagaré.
Sostuvo -conforme a lo referido- que la acción que viene en ejercer en estos autos
es la que emana del contrato de mutuo de dinero, contrato real que se perfecciona
por la entrega del dinero, conforme a lo estatuido en los artículos 2196 y siguientes
del Código Civil y en la Ley 18.010, sobre operaciones de crédito de dinero.
Hizo presente, que si bien en dicho juicio ejecutivo su parte solicitó reserva de
acciones para el ordinario, no ejerció dicha opción, por cuanto en posterior análisis,
llegó a la conclusión que tal reserva no era aplicable, en atención a que la acción
cambiaria derivada del pagaré se encontraba prescrita y no es de las que devienen
en ordinarias, por aplicación del artículo 2115 (sic) del Código Civil o 680 del
Código de Procedimiento Civil.
Por otra parte, detalló las diversas hipotecas que se constituyeron respecto de
inmuebles de propiedad de la sociedad demandada, con el objeto de garantizar
obligaciones presentes y futuras para con el Banco.
Por último, afirmó que la única obligación dineraria que mantuvo con el
demandante es el pagaré N° 96000086270 que suscribió el día 11 de Julio de 2005
cuyo cobro ejecutivo intentó la contraria en los autos ejecutivos ya mencionados,
de suerte que jamás ha existido el contrato de mutuo de dinero que ahora invoca.
De ser efectiva la existencia de dicho contrato, debió recurrir a las normas que para
su cobro establece el Título XII del Código de Comercio.
Por sentencia de fecha cinco de diciembre de dos mil once, escrita a fojas 104, el
señor juez titular del tribunal referido en el apartado primero de esta expositiva,
acogió la demanda y, en consecuencia, declaró la existencia de la deuda por el
equivalente a 3.515,02 unidades de fomento, más intereses correspondientes, con
costas.
Apelado dicho fallo por la parte demandada, una sala de la Corte de Apelaciones
de Talca, por resolución de veintiuno de junio de dos mil doce, rolante a fojas 143,
lo revocó y, en su lugar declaró, que la demanda queda desestimada, con costas.
CONSIDERANDO:
Así las cosas, no habiéndose pedido por la contraria en parte alguna el rechazo de
la demanda, ni menos promovido la excepción de cosa juzgada, no resulta
pertinente que el tribunal ordene tal rechazo, puesto que carece de competencia
para ello;
SEGUNDO: Que a juicio de esta Corte Suprema, los hechos que se denuncian no
constituyen la causal de casación en la forma invocada. Ello, porque no puede
dejar de observarse que el rechazo de la demanda resulta del ejercicio propio del
derecho a defensa ejercido por el demandado en su contestación, quien, si bien
solicitó la inadmisibilidad de la demanda, lo hizo en aplicación de los artículos 474
y 478 del Código de Procedimiento Civil. Luego, el rechazo de la demanda se
impuso como una consecuencia lógica del razonamiento de extemporaneidad de la
misma, petición esta última que se condice con el razonamiento del tribunal y con
el objeto de la discusión.
Explica que este grupo de normas ha sido infringido por el fallo recurrido,
mediante la decisión de rechazar la demanda por aplicación de la sanción que
contempla el inciso final del artículo 478 precitado, alterando y confundiendo la
naturaleza jurídica de la acción deducida en autos, pues entiende que ésta es la
misma que fue materia del juicio ejecutivo seguido entre las mismas partes.
Empero, ambas acciones son totalmente diversas, por lo que la reserva de acción
ejercida en el mencionado proceso compulsivo y su consecuente obligación de
interponerla dentro del plazo que estatuye la norma del artículo 474, en nada
afecta a la acción materia del presente juicio, no siendo, por tanto, procedente el
rechazo de la acción que nace del mutuo por una supuesta extemporaneidad en su
interposición.
Luego, del mérito del proceso resulta evidente que su parte no ejerció aquí la
acción que se reservó en el juicio ejecutivo, por cuanto ello resulta jurídicamente
improcedente, ya que siendo la acción ejecutiva de carácter cambiario, no deviene
en ordinaria, por aplicación de lo dispuesto en el inciso 2º del artículo 2515 del
Código Civil. En consecuencia, la reserva no era pertinente y en nada afecta a la
acción que nace del incumplimiento del contrato de mutuo. Sostener lo contrario,
implica una transgresión de los artículos 478 y 474 del Código de Procedimiento
Civil y 2515 del Código Civil.
Por otro lado, y al tenor literal del artículo 478, la reserva en cuestión, sólo puede
comprender las acciones y excepciones que han sido materia de este pleito, por lo
que no puede extender sus efectos a otras acciones diversas a las ejercidas en el
juicio ejecutivo respectivo, más cuando de la reserva es posible concluir que no se
encuentra referida a la acción ejercida en este proceso, que corresponde a la que
emana del contrato de mutuo, distinta e independiente de la acción cambiaria que
deriva del pagaré.
Asimismo, sostiene que la interpretación de la sentencia cuestionada infringe lo
dispuesto en los artículos 175 y 177 del Código de Enjuiciamiento Civil, por cuanto
al declarar extemporáneo el ejercicio de la acción, lo ha hecho para proteger la
institucionalidad de la cosa juzgada que reconoce el inciso 1° del artículo 478 del
mismo código, cuestión que no formó parte de la oposición de la demandada y,
aunque así lo fuera, resulta improcedente, en atención a que ambos procesos son
manifiestamente diversos, según se adelantó;
Con la decisión recurrida, los jueces han negado a su parte el ejercicio de la acción
proveniente del contrato de mutuo, la que no fue ejercida con anterioridad, por lo
que no podía ser declarada extemporánea;
c) Conculcación de los artículos 1° y 13° de la Ley 18.010; 2196 y 2200 del Código
Civil en relación con lo dispuesto en los artículos 1437, 1489, 1545, y 1546 del
Código Sustantivo; 1698, 1702, 1700 y 1713 del mismo código y 399 del Código de
Procedimiento Civil.
Explica que las normas citadas, resultan abiertamente infringidas, puesto que con
el mérito de la prueba documental agregada al proceso y la confesión prestada con
la contraria, se encuentra acreditado con el carácter de plena prueba, que la
institución bancaria otorgó a la demandada un mutuo por la cantidad inicial de
4.339 unidades de fomento; que dicho mutuo se documentó en un pagaré
válidamente suscrito por la deudora y; que el señalado préstamos fue restituido
por el deudor, adeudando a la fecha el equivalente en pesos de 3.515,02 unidades
de fomento.
Luego, el artículo 1489 del Código Civil dispone que en todo contrato bilateral -
situación que concurre en la especie- va envuelta la condición resolutoria de no
cumplirse por uno de los contratantes lo pactado, pudiendo en tal caso, exigir el
contratante diligente, a su arbitrio, la resolución o el cumplimiento forzado del
mismo, es decir, esto implica el ejercicio de la acción que contempla el artículo en
cuestión, respecto de una obligación convencional nacida conforme al artículo 1437
del mismo código.
En el proceso -afirma- se logró demostrar con la prueba rendida, la existencia del
mutuo y la circunstancia que la demandada incumplió el mismo, adeudando el
dinero cuya declaración se pide reconocer en la demanda, por lo que demostrados
tales hechos, correspondía acoger la presente acción.
Por otro lado, añade que la interpretación dada por los jueces del grado al revocar
la sentencia de primera instancia, vulnera lo dispuesto en los artículos 1545 y 1546
del Código de Bello, por cuanto las exigencias de buena fe en la interpretación de
los actos jurídicos privados lleva a entender que la suscripción de un pagaré -de
acuerdo a su sentido convencional- es el documento que acredita y facilita el cobro
de obligaciones proveniente de operaciones de crédito de dinero.
QUINTO: Que son antecedentes de la causa, que conviene dejar anotados para lo
que se dirá, los que siguen:
a) Que la demanda formulada en este juicio ordinario por el Banco Bilbao Vizcaya
Argentaria, Chile, o BBVA Banco, que se interpuso el 27 de febrero de 2007, dice
relación y se apoya en el contrato de mutuo que dicha empresa bancaria celebró
con la Sociedad Braithwaite Sánchez y Compañía Limitada, transformada
posteriormente en la Sociedad El Canelo S.A. , por la cantidad equivalente en pesos
a 4.339 Unidades de Fomento por concepto de capital y el equivalente en pesos a
107,03 Unidades de Fomento por concepto de intereses.
d) Que el fallador de primer grado, en virtud del mérito del proceso y lo prevenido
en el artículo 98 de la Ley Nº 18.092, hizo lugar a la excepción precedentemente
referida, desestimó la demanda y accedió a la reserva antes expresada,
disponiendo que la demanda correspondiente debía enderezarse en el plazo
estatuido en el artículo 474 del Código de Enjuiciamiento Civil, bajo pena de no ser
admitida después;
f) Que la demanda materia del pleito que ahora se resuelve, se intentó fuera del
plazo mencionado en la letra d);
h) Que tal decisión es la que ha sido materia del recurso de casación en el fondo
que ahora se analiza;
El artículo 467 dispone que “el ejecutante podrá, sólo dentro del plazo de cuatro
días que concede el inciso primero del artículo anterior, desistirse de la demanda
ejecutiva, con reserva de su derecho para entablar acción ordinaria sobre los
mismos puntos que han sido materia de aquélla”. Este desistimiento especial tiene
por objeto obtener la reserva de derechos para el juicio ordinario y el juez deberá
acogerlo sin más trámite y acceder a la reserva pedida.
Los efectos de dicho desistimiento son que el ejecutante pierde su derecho para
deducir nueva acción ejecutiva; quedan sin valor el embargo y demás resoluciones
dictadas y el actor responderá de los perjuicios causados con la ejecución, salvo lo
que se resuelva en el juicio ordinario, y así lo preceptúa el inciso segundo del
mismo artículo 467.
El artículo 478 del Código en mención estatuye la segunda oportunidad que tiene
el ejecutante para solicitar reserva de sus derechos, oportunidad que es común con
el ejecutado. Expone esta disposición que “la sentencia recaída en el juicio ejecutivo
produce cosa juzgada en el juicio ordinario, tanto respecto del ejecutante como del
ejecutado” y, agrega, que “con todo, si antes de dictarse sentencia en el juicio
ejecutivo, el actor o el procesado piden que se les reserven para el ordinario sus
acciones o excepciones, podrá el tribunal declararlo así, existiendo motivos
calificados. Siempre se concederá la reserva respecto de las acciones y excepciones
que no se refieran a la existencia de la obligación misma que ha sido objeto de la
ejecución. En los casos del inciso precedente, la demanda ordinaria deberá
interponerse dentro del plazo que señala el artículo 474, bajo pena de no ser
admitida después”.
Conforme a este artículo 478, cabe distinguir dos situaciones relativas a la reserva
de derechos:
1.- Si las acciones cuya reserva se solicita dicen relación con la existencia de la
obligación, el tribunal solamente podrá acceder a la reserva si se invocan motivos
calificados, los cuales deben hacerse valer expresamente. Sería motivo calificado,
por ejemplo, la dificultad o imposibilidad para rendir la prueba; y
Don Raúl Espinosa Fuentes manifiesta que las acciones o excepciones relativas a la
existencia de la obligación son las tocantes a su nulidad o validez (Manuel de
Procedimiento Civil, El Juicio Ejecutivo, Décima Edición Actualizada, página 131).
El autor Hugo Pereira Anabalón en su obra “La Cosa Juzgada en el Proceso Civil”,
página 171, expone que la doctrina y la jurisprudencia están contestes en que “las
acciones o excepciones se refieren a la existencia de la obligación, cuando atañen a
su validez o nulidad”. Añade que “Alessandri y Benavente expresan que se
comprende fácilmente que así sea, desde el momento que hay un interés evidente
en que, en aquellos casos en que las obligaciones constan de títulos que tienen toda
la apariencia de verdad, no puede volverse a poner en tela de juicio la existencia
misma de la obligación, sino en casos muy especiales”.
Así las cosas, forzoso es concluir que la reserva efectuada por el actor en el juicio
ejecutivo, que es la prevista en el artículo 478 del Código de Procedimiento Civil,
que fue aceptada por el tribunal en la sentencia correspondiente, y acerca de la cual
se fijó plazo para la interposición de la acción reservada, debe necesariamente
corresponder a una acción ordinaria que pueda o deba dar origen a una excepción
de cosa juzgada y no a o tra que no lo haga, no teniendo el carácter primeramente
señalado la ejercida en este pleito.
Regístrese. Redacción a cargo del Abogado Integrante don Víctor Vial del Río.
Rol 6267-12. Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema por los
Ministros Sres. Juan Araya E., Guillermo Silva G., Juan Fuentes B., Carlos Cerda F.
y Abogado Integrante Sr. Víctor Vial del Rio.
No firman el Ministro Sr. Cerda y el Abogado Integrante Sr. Vial, no obstante
haber concurrido ambos a la vista del recurso y acuerdo del fallo, por haber
concluido su periodo de suplencia el primero y estar ausente el segundo.
Autorizado por la Ministra de fe de esta Corte Suprema.