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como aquel dicho popular que mi padre, con un tono que lo hacía
parecer casi bíblico, siempre decía: “manos que dan, reciben”.
Aquí se dice “manos que no dais, que esperáis”. Las dos nos dicen
que demos, que aquel que da siempre recibe. Sin embargo,
cuántas veces hemos escuchado las quejas de muchos, que no se
sienten bien retribuidos en la vida, con respecto a la forma en
que han tratado a los demás y la forma como son tratados ellos.
Son comunes las frases: “Mira cómo les he atendido yo, y como
me pagan”, “Con el cariño que yo les doy y no me corresponden”,
“Con lo bien que yo me he portado y lo mal que se portan
conmigo”.
Las quejas son infinitas entre lo que damos y lo que recibimos a
cambio en los aspectos emocionales, y lo peor es que algunos
llegan a sentirse mal, y quieren castigar con represalias esa
actitud, injusta a su manera de ver. A veces, incluso dejan de dar
porque han llegado a sentirse completamente vacíos y utilizados.
Esta es una razón fundamental para replantearnos, los que
tenemos tendencia al altruismo en cierta medida peligroso, que
antes de dar debemos estar infinitamente llenos de eso que
intentamos repartir, porque lo que suele suceder es que aquel que
da, sin llenarse a si mismo primero, llegará a sentirse en algún
momento completamente vacío. Lo cual es lógico: si has dado de
lo poco que tenías con carácter devolutivo y no ha sido así, la
cuenta ha quedado en cero y en realidad… ¡estás vacío!.
Llegados a este punto nos haremos una pregunta: ¿Puede ser
inmoderado y excesivo en algún caso el amor a si mismo? ,¿Es
malo ser egoísta?
Tenemos que empezar por decir que el amor a sí mismo es la base
sobre la que se construyen todas las relaciones interpersonales.
De que esta primera e importante relación funcione
correctamente se derivará el buen funcionamiento de las
relaciones venideras.
Es muy conocida la frase: “No se puede dar de donde no se
tiene”. Y yo agregaría: “Y mucho menos esperar que te lo
reintegren”.
Quieres pasar más tiempo con esa Dedícate y disfruta del tiempo
persona. a solas
Piensas cómo has podido vivir hasta ¿Cómo has podido vivir con un
ahora sin ese amigo . extraño dentro sin entrar a
conocerle?
Una vez de enamorarte de ese ser que “eres”, compartir con esa
persona el resto de tu vida será una aventura apasionante.