Professional Documents
Culture Documents
Solá-Morales para resolver la disyuntiva en la que pone el concepto de lugar, realiza la separación
entre el lugar como permanencia y el lugar como producción.
Considera al lugar como permanencia, como aquel que se encuentra atado a la existencia previa
de algo, ya sea la historia del lugar, su geografía, etc.
Es tarea de la arquitectura edificar lugares para el habitad, no generales y prototipos, sino que
rescaten cualidades y desvelen riquezas y contenidos potenciales. La arquitectura asociada a una
práctica artesanal comprometida con datos existentes.
Así que es el lugar como permanencia donde vive el hombre, con una carga de identidad que lo
hace único, con características propias y significados que tienen que ver con lo subjetivo, con lo
simbólico, con la identidad, por lo que no puede ser general; porque depende de cada lugar.
Solá-Morales cita a Norberg Schulz, quien reconoce que la arquitectura es una actividad basada en
señalar lugares. Esta misma visión tiene Aldo Rossi (estructuralista) que ve la arquitectura como un
continuo retorno de arquetipos, de formas permanentes que forman su identidad, argumentando
que el arquitecto debe reconocer los lugares mediante análisis morfológicos y tipológicos antes de
cualquiera actuación.
En relación a todo lo anteriormente descripto, el autor concluye que los lugares de la arquitectura
actual no pueden ser de permanencia, sino lugares como producción de un “acontecimiento”
donde el lugar contemporáneo ha de ser un cruce de caminos que el arquitecto debe aprehender
para interpretar y actuar. Es decir, que son lugares producidos por el encuentro de energías
actuales.
En qué situación ubica Solá-Morales el concepto de lugar y que distinción podemos hacer
respecto a la idea de Montaner, explicando la problemática según los dos autores.
Solá-Morales plantea la sustitución del lugar como permanencia, por la producción de lugar como
acontecimiento, donde lo anterior ya no tiene validez. Donde el lugar contemporáneo ha de ser un
cruce de caminos que el arquitecto debe aprehender para interpretar y actuar. Lugares producidos
por el encuentro de energías actuales.
Mientras Montaner establece que hoy los lugares ya no se interpretan como recipientes
permanentes, sino como intensos focos de acontecimientos, concentraciones de dinamicidad,
como escenarios de hechos efímeros, como cruce de caminos, como momentos energéticos. A
estas nuevas realidades las agrupa en tres grupos de fenómenos (espacios mediáticos, no lugares y
espacios virtuales) reconociendo que los mismos son polaridades extremas que nunca se cumplen
idealmente, sino que se cruzan, conviven e interpretan.
Estos dos autores coinciden en la idea de lugar como acontecimiento, como punto de múltiples
flujos, ya no como permanencias, reconociendo una disolución del lugar.
Podemos concluir en que el fin esencial de la arquitectura, de crear lugares para habitar que
refuercen nuestra identidad, se puede lograr si aprendemos a encontrar las oportunidades en ese
diminuto instante y enfrentar al actual sistema global.
Desarrolle una de las categorías con las que Solá-Morales analiza la producción contemporánea.
Aplicarlo a una obra.
Una de las categorías características que expone Solá-Morales para analizar la producción
contemporánea es el pliegue, al que toma como un momento no establecido previamente, un
azaroso instante, imprevisible. La realidad aparece como un continuo en el cual el tiempo del
sujeto y el tiempo de los objetos exteriores están circulando en una misma cinta sin fin, y donde el
encuentro entre lo objetivo y lo subjetivo solo se produce cuando esa realidad se pliega. Es decir
que el pliegue se da en un momento determinado que es el acontecimiento, siendo este el
resultado del mismo.
Es así que no se puede reconocer la producción del arquitecto por un lado y la obra por el otro,
sino que uno reconoce el momento de la superposición entre la obra y el arquitecto (pliegue).
Como ejemplo de lo dicho anteriormente se puede tomar la obra del estudio Hergoz & de
Meuron, El Forum de Barcelona, el cual puede ser tomado como un símbolo arquitectónico del
acontecimiento, no solo evidenciando lo que ocurre en Barcelona, sino más bien como una
especie de síntoma de un instante en la arquitectura. Nuevas formas van apareciendo en ciudades
que se construyen a ritmos acelerados.
Al mismo tiempo el estudio se caracteriza por sus raíces en la tradición y producción, combinadas
con la tecnología moderna y una extraordinaria inventiva en soluciones arquitectónicas para las
necesidades de sus clientes.
Al mismo tiempo en las obras del estudio hay una referencia constante al arte de una manera
conceptual e intelectual, complejizando la obra arquitectónica, ampliando sus límites.
También podemos observar como el pliegue se denota en este encuentro entre lo subjetivo y lo
objetivo. En donde el edificio además de responder al programa de necesidades para un fórum,
debe responder en su forma que está determinada por su condición de rótula entre distintas
tramas urbanas, al mismo tiempo que forma parte de un plan estratégico en la reconversión
urbana sobre las costas de Barcelona, siendo este el punto de llegada de la diagonal del mar.
Por lo que el edificio representa una imagen que atrae la atención de los transeúntes al tener la
sensación a primera vista de que este se encuentra suspendido del suelo. A medida que nos
acercamos vemos que en realidad se sostiene por 17 pilares; esto se puede verificar, ya que una
de las ideas de los arquitectos fue concebirlo como un espacio semicubierto para que los visitantes
recorran el edificio sin necesidad de ingresar a él. Es así que vemos ese cruce de caminos entre
una búsqueda de los arquitectos, la obra y su contexto, en donde se buscó aprender para
interpretar y actuar.
Montaner aborda la crisis del movimiento moderno desde la crisis del concepto de espacio como
(que se podía aplicar como algo universal a cualquier lugar del mundo, que se le puede llamar
espacio) continuo universal frente a las particularidades del lugar. ¿Cómo lo explica y en que
situaciones ubica la noción de “lugar” hoy en día?
Identifica que en la década del 10’ y 20’, el espacio era la condición ideal e indefinida, cuantitativa:
abstracta, lógica, científica, matemática. Ej: prototipo de espacio moderno (estructura domino,
casa citrohan, pabellón de Barcelona de Mies).
En la década del 30’ el lugar va a poseer un carácter más concreto y definitivo, cualitativo: con
valores simbólicos, históricos, ambientales, se relaciona fenológicamente con el cuerpo humano.
Se le agrega identidad y vivencialidad, pasando de espacio a lugar.
En la década del 50’ y 60’ el concepto de lugar pasa a tener un papel trascendental en la
arquitectura. Es así que evoluciona la idea de lugar.
Se deja de lado la propuesta del CIAM con respecto al espacio universal y comienza a sonar la idea
propuesta por el TEAM X, de que cada persona tiene su espacio con características propias (una
crítica del TEAM X al CIAM).
En las últimas décadas la idea de lugar se interpreta de formas distintas. A pequeña escala, espacio
interior, como una cualidad materializada en la forma, color, textura y luz natura. A gran escala,
referido a la implantación, con una cualidad del espacio exterior con objetos reunidos y
articulados en el lugar, generando un paisaje característico.
El lugar como relación entre la pequeña escala del espacio interior y la gran escala de la
implantación.
Actualmente está asomando una nueva realidad con respecto al espacio. Los lugares ya no son
recipientes existenciales, son focos de acontecimientos, caudales de caminos marcando así una
contemporánea disolución del lugar.
Para Montaner existen tres grupos de fenómenos dentro de esta nueva realidad espacial:
1- Los espacios mediáticos, en donde no predomina el espacio físico, sino que la arquitectura
es un gran contenedor neutro (sin muros que lo dividan), con un equipamiento que hace a
los interiores modificables y dinámicos (que lo sectoriza como algo virtual, no como algo
concreto y definitivo) es una experiencia perceptiva y fenomenológica.
2- Los no-lugares son espacios de la sobremodernidad y el anonimato, relacionado con el
transporte rápido, el consumo y el ocio. Donde el sujeto permanece poco tiempo y circula
constantemente, no crea identidad ni relación. Llevar de un lado a otro, distinto a la
permanencia (que quiere pasar lo más rápido posible). Ej: shoppings, aeropuertos,
hoteles, autopista.
3- El espacio virtual o ciberespacio es un lugar impalpable que configura las teleformas o las
computadoras con internet. Rechaza el contacto corporal y se basa en la desconfianza. Es
tan real como el espacio material. Ej: internet, Skype.
Los inicios de la crítica se sitúan en la 2° mitad del S.XVIII con el surgimiento de la ilustración y el
neoclasicismo. Se produce a la par del nacimiento de la estética y la arquitectura.
Es a partir del arte de vanguardia y del movimiento moderno que la actividad de la crítica toma un
papel más relevante.
Montaner define a la crítica como un juicio estético que consiste en una valoración individual de la
obra arquitectónica que el crítico realiza, a partir de los conocimientos y herramientas que
dispone, metodología que usa y de su capacidad analítica.
Iniciada como una opinión personal, que tiene como objetivo formar parte de la voluntad
colectiva.
La mejor crítica es la que concilia las consideraciones sobre el contenido con las consideraciones
sobre la forma.
Dentro de la crítica el “ensayo” (manera que tiene de lograr la crítica), es la tecnica para seguir esa
crítica.
La actividad del crítico se dirige a comprender la obra para poder explicar al público su contenido,
es de carácter nómada y dinámica.
La misión del crítico de arquitectura tendría que consistir en establecer puentes en dos sentidos:
en el mundo de las ideas y los conceptos (teoría) y en el mundo de las formas y de los objetos.
¿Por qué cree el abordaje crítico mediante polaridades es más importante que por categorías
fijas? Ejemplificar.
Para arribar a esta afirmación debemos situarnos, que tras la caída de los paradigmas modernos,
la arquitectura contemporánea se convierte en un escenario de acontecimientos múltiples más
heterogéneos en el que resulta imposible posicionarse en un único lugar desde el cual interpretar
la practica arquitectónica actual.
Es así que Zaera Polo en vez de desarrollar categorías fijas como Solá-Morales, desarrolla una serie
de polaridades que servirán para establecer las diferentes gradientes donde cada uno de los
proyectos pueda ser localizado.
Hoy cualquier intento de clasificación resultaría circunstancial. Una de las formas es a través de la
delimitación y descripción del fenómeno, una suerte de registro cartográfico, un mapa que se
construye en modo de hacer reconocible y operable un territorio.
Hoy sería erróneo realizar un abordaje crítico mediante categorías fijas con producciones que
podemos identificar en la actualidad que no constituyen entre si unidades, capaces de ser
identificados y englobados en estos campos comunes.
Zaera Polo considera que hacer mapas es la única forma de llegar a operar sobre el territorio. El
“mapa busca nichos” no trata de identificar modelos a imitar, sino agujeros (cuestiones no
indagadas).
Según Edgar Morín el pensamiento complejo no es el pensamiento omnisciente ya que sabe que
siempre es local, ubicado en un tiempo y momento (actual), ni completo ya que sabe que hay
incertidumbres.
Expone que hay complejidad donde quiera que se produzca un enmarañamiento de acciones, de
retroacciones, de interacciones.
A su vez aparece cuando hay dificultades empíricas y lógicas. Las dificultades empíricas se
manifiestan cuando todas las cosas que están ligadas entre sí por un lazo, nada está realmente
aislado en el universo más todo está en relación (lo que ocurre en un punto del globo repercute en
otros puntos). No solo la parte está en el todo, sino que también el todo está en la parte. Un
ejemplo de ello es el efecto mariposa (Pascal).
Paralelo a esto la crítica arquitectónica fue variando durante el S.XX, en donde según Solá-Morales
se detecta que el crítico ha ido adoptando diversas actitudes ante las cambiantes situaciones, lo
que manifiesta con esta actividad crítica no es algo bien definido.
La arquitectura actual presenta un cuadro muy disperso de prácticas que hace difícil explicar
totalmente o definitivamente la situación, y aquí es donde hace su aporte teórico el pensamiento
complejo. Esta situación lleva a suponer que no hay teorías únicas, ni tampoco abordajes
categóricos desde donde ensayar juicios.
Es así que esta gran diversidad, hacen que la única tarea de la crítica sea la de medir y acotar con
toda la precisión que sea posible el estado de las cosas en que nos hallamos. Una forma de
pensamiento complejo es el ensayo que propone Montaner entendido como una crítica flexible y
abierta que nos permite hacer un análisis crítico de cada situación particular teniendo presente
siempre la incertidumbre.
Nada está realmente aislado en el mundo y todo está en relación, encontramos complejidad en
diferentes disciplinas como la física, la política, la arquitectura, estamos en la era planetaria,
donde todo lo que ocurre en un punto, repercute en otros.
Defina tres conceptos que Canclini toma de su libro “la globalización imaginada”
Ejemplo de la transnacionalización en la economía son las empresas como Philips, Ford y Peugeot
que abarcan varios países y se mueven con bastante independencia respectos de los estados y las
poblaciones con los que se vinculan.
La globalización se fue preparando en esos dos procesos previos a través de una intensificación de
dependencias reciprocas, el crecimiento y la aceleración de redes económicas y culturales que
operan en una escala mundial y sobre una base mundial.
Ocurre una interacción más compleja, interdependiente entre focos dispersos de producción,
circulación y consumo.
Los nuevos flujos comunicacionales e informatizados engendraron procesos globales en tanto que
se asociaron a fuertes concentraciones de capitales industriales y financieros, y la limitación de
restricciones y controles nacionales que sujetaban las transacciones internacionales.
La globalización no solo homogeniza y nos vuelve más próximos, sino que multiplica las diferencias
y engendra nuevas desigualdades.
Para elaborar una crítica máxima es necesario pensar en relaciones, hacer un esfuerzo
interpretativo, práctico-crítico y proyectual.
Fernández toma como puntos de partida, que el valor social de la arquitectura está moribundo,
por lo que se debe potenciar su valor cultural. A su vez considera que el modelo de planificación y
de la arquitectura social no existe más; ha sido suplantado por un modelo de mercado. Por este ,
no es sistema sin fisura sino crea un mercado de nichos, los cuales hay que descubrirlos a través
de la crítica máxima y hay que actuar en ellos con los proyectos mínimos.
- Desde el campo de una crítica máxima, se trata de hacer mapas, de descubrir oportunidades,
fisuras, que dejan ver los deseos, necesidades de la sociedad civil, los puntos muertos de las
ciudades. La crítica sería una guía para comprender lo americano para potenciar y calificar las
posibilidades del actuar del proyecto mínimo, tomando conciencia de la época.
En esta arquitectura de mercado, la crítica ya no tiene una crítica socio-productiva sino cultura.
Debe proponer hacer ciudad para recuperar la urbanidad que se pierde tras la segregación y la
violencia, la pobreza y la exclusión.
- Desde el proyecto mínimo se debe maximizar la calidad social del objeto de arquitectura,
haciendo hincapié en la piel, aprovechando este canal de comunicación, para expresar nuestra
identidad (fundación PROA).
Se debería lograr una crítica cultural y no solo un objeto mercantil. Culturizando lo natural de los
materiales, metaforizando algún elemento territorial característico.
A su vez, hacer ciudad desarrollando objetos arquitectónicos que por fuera de su especificación
funcional sean capaces de condensar culturalmente urbanidad, aumentando la oferta de recintos
o trazos de una ciudad abierta al uso público o arquitecturizando historias de la ciudad para
identificarlos.
Como conclusión se debe recuperar la función crítica en y desde el proyecto. Es decir, que se debe
aumentar la conciencia del proyectista; si se quiere que el proyecto mínimo retenga más amplio
espectro de funcionalidad social y potencia cultural, logrando inexorablemente un proyecto
crítico.
Roberto Fern{andez establece que una dimensión operativa interesante del proyecto mínimo
acogiéndose de un elemento programático de la crítica máxima, es hacer ciudad como un modo
de mitigar la segregación excluyente, es la del desarrollo de recintos que por fuera de su
especifidad funcional sean capaces de condensar, culturalmente, urbanidad.
Un ejemplo de arquitectura Argentina sería el proyecto del Museo Xul Solar, del compatriota
Beitía en Buenos Aires, que le agrega otra dimensión al arquitecturizar narrativamente el término
de la cultura plástica y de la historia, de las ideas de la ciudad; es decir que la urbanidad no solo
depende de la proposición de recintos sino también de la historia.
El autor define el concepto de proyecte desde la acción que implica, utilizando la definición
etimológica (arrojar hacia adelante), y la figurada (anticiparse).
Fernández reconoce que se comienza a hablar de proyecto desde el Renacimiento, a partir del
método de la perspectiva de Brunelleschi, que permitió representar una obra antes de
materializarla.
Es así que el autor establece una diferenciación en el proyecto; por un lado como forma de
organización disciplinar, en donde se genera como una mercancía. Por el otro, como una
organización social, en donde el proyecto no se presenta como valor de cambio, sino como un
valor de uso.
Ubicándose en un campo global que ingreso a una fase pos-industrial donde se pasó de generar
industrialmente productos, a producir bienes de servicio (inmaterial); y la sustitución de los
modelos cerrados al paradigma de la incertidumbre.
Por estas razones Fernández plantea la crisis del proyecto como instrumento de racionalidad social
que abre paso a dimensiones pos-proyectuales que reemplazan el momento técnico del proyecto.
El autor reconoce a lo local como algo que es relacional y contextual, distinto de lo que se
entiende de local como espacial.
Para Appadurai es mucho más que una escala física (espacio físico); es más complejo, tiene que
ver más con lo fenomenológico y no con el espacio donde se está relacionando. Explica que lo
local tiene una cualidad fenomenológica, ya que tiene que ver con la relación de las formas
sociales y no de la ubicación.
Para poder entender estas relaciones utiliza el término “vecindario”, como formas sociales
existentes en la realidad y en la que lo local, se concreta de distintas maneras. A su vez los
vecindarios serian comunidades situadas, caracterizadas por su naturaleza concreta, ya sea
particular o virtual y por su potencial para la reproducción social.
Para designar lo local es mejor utilizar el término vecindario dado que sugiere algo de lo social.
Son los sujetos los que conforman el vecindario, y en este donde se conforma la vida y las
relaciones sociales, formando lo local.
Luego el autor localiza a los sujetos dentro de lo local, identificando a las personas como
individuos que forman parte del vecindario. Es así que los reconoce como actores sociales que
pertenecen a una comunidad situada, de parientes, vecinos, amigos y enemigos.
Los ritos (bautismos, etc.) son formas de mostrar la presencia de lo local sobre los propios
cuerpos, personificando lo local. Así como se localiza los cuerpos dentro de comunidades definidas
social y espacialmente.
Es así que propone que más que tratar de entender el desarrollo de lo social y de los sujetos en si
mismo es necesario entender que las relaciones que desarrolla el sujeto, las hace en torno al
vecindario.
Los contextos de lo local como la manera en que se desarrollan los vecindarios; dado que para
establecer la conexión entre lo local como propiedad de vida social y los vecindarios como las
formas sociales, tiene presente el contexto.
El texto habla del papel de la crítica de la arquitectura a lo largo del S.XX, que ha variado mucho y
que analizando lo sucedido desde la vanguardia hasta la actualidad, se detecta como el crítico ha
ido adaptando distintas actividades ante las cambiantes situaciones.
También Solá-Morales habla del lugar crítico en la actualidad. El mismo que hace la obra, también
realiza la crítica.
A su vez, expone que la actividad crítica no es algo que está bien definida. Ocupa un lugar
determinado en relación a la producción de arquitectura y a la valoración que de ella se hace
culturalmente (la crítica arquitectónica).
Más que cuerpos teóricos, lo que encontramos son “situaciones”. Cambiar el papel de la crítica
por esas situaciones que se dan ahora que no es como antes. El mismo proyecto tiene que tomar
la crítica, ser proyectista y crítico.
Ej: Rafael Iglesias, es un teórico pero también es excelente en la práctica, integra y complementa
una con otra.
La “teoría y crítica”, no es una teoría de la arquitectura, sino que sirve de los conocimientos
adquiridos y las experiencias acumuladas. Quiere transformarse en un ámbito de reflexión y
debate donde estos conocimientos y experiencias se pongan en relación, para pensar la
arquitectura.
Según Solá-Morales la misión de crítica no consiste solo en teorizar, ni solo en analizar la obra, sino
también en reconducir estos flujos continuos entre teoría y creación, dos mundos que no pueden
entenderse separadamente.
La arquitectura no es un árbol (no se hace de manera arbolecente, no son ramas que crecen de un
tronco común y se alimentan a través de sus raíces en el suelo propio) sino que es un
acontecimiento resultante del cruce de fuerzas capaces de dar lugar a un objeto, parcialmente
significante, contingente. La crítica no es el reconocimiento sino que ella misma es también una
construcción, producida deliberadamente para iluminar aquella situación, para llegar a dibujar la
topografía de aquel punto en el que se ha producido alguna arquitectura.
Mencione tres características de la ciudad contemporánea.
Para entender la ciudad contemporánea con sus características y problemas debemos primero
comprender su contexto. “La Globalización”, como los hacen los textos de los antropólogos, García
Canclini y Arjun Appadurai, situando la ciudad dentro de este proceso e identificando lo local
dentro de lo global. (La globalización imaginada – Modernidad desbordada)
Siguiendo la idea del argentino Néstor García Canclini entendemos la globalización como una
etapa de desarrollo de la evolución del sistema capitalista, cuando las innovaciones tecnológicas y
comunicacionales articulan los mercados a escala mundial, cambiando las relaciones de
producción, intercambio y consumo, desvalorizando los vínculos de las personas con su territorio.
Es así que la globalización no se entiende sin los dramas de la interculturalidad y la exclusión, dado
que si no sería un objeto cultural no identificado (OBNI).
Es así que lo anteriormente dicho se ejemplifica en las operaciones de una empresa en diferentes
países, que hacen más complejas y estratégicas sus funciones de gestión central.
Las ciudades globales producen una nueva subcultura. Las grandes ciudades contribuyen a
desnacionalizar las elites corporativas.
Como ultima consecuencia mencionada por Muñoz encontramos la aterritorialidad, como nueva
categoría de paisaje, que pueden ser producidos y clonados independientemente de su lugar de
origen. Un ejemplo de ello son los parques temáticos como Walt Disney USA/Euro Disney, en los
cuales sus morfologías, atmosferas y ambientes urbanos simulados y clonados, son paisajes
orientados no al consumo de un lugar, sino al consumo de su imagen.
Por ultimo quiero hacer la salvedad que en la respuesta a la pregunta, intente seguir como
principio las ideas del pensamiento complejo de Edgar Morín para comprender la complejidad y la
incertidumbre en que se encuentra la ciudad contemporánea, dado que en la elección de distintos
autores para tratar de explicar dichos fenómenos no es casual ya que los mismo son elegidos por
pertenecer a distinta formación intelectual y cada uno explica desde su óptica profesional la
globalización, la producción de lo local y lo global.
Haciendo primero una introducción al panorama actual, considero que uno de los rasgos de la
arquitectura contemporánea son la complejidad y la multiplicidad.
Por consiguiente considero que la arquitectura actual presenta un cuadro muy disperso de
prácticas que hace difícil explicar totalmente o definitivamente la situación, y aquí es donde hace
su aporte teórico el pensamiento complejo del filósofo francés Edgar Morín, explicando las
dificultades empíricas y lógicas, y teniendo siempre presente la incertidumbre como característica
de nuestro tiempo.
A su vez Montaner agrega que hoy los lugares ya no se interpretan como recipientes existenciales
permanentes, sino como intensos “focos de acontecimiento”, concentraciones de dinamicidad,
como caudales de flujos de circulación, como escenarios de hechos efímeros, como momentos
energéticos. A estas nuevas realidades las enumera en tres grupos de fenómenos:
Con respecto a estos fenómenos debemos hacer la salvedad, según Montaner, de que son
polaridades extremas que nunca se cumplen idealmente, sino que se cruzan, conviven e
interpretan.
Otro autor que intenta identificar las características de la arquitectura contemporánea es Solá-
Morales con la introducción de los términos arquitectura inmaterial, arquitectura liquida y
arquitectura débil.