You are on page 1of 11

Política

Exterior
Argentina II
Cooperación Internacional.

Tilleria, Vanesa
Trinidad, Alejandro
Urruspuru, Anabella

Prof. Heguilein Rubén y Muñoz Sebastián


Lic. En Relaciones Internacionales – Política Exterior Argentina II – UNLa - 2018

Objetivos:

Iniciar políticas de cooperación con otros Estados nunca fue una tarea sencilla y lograr que
dicha cooperación sea exitosa aún menos. Analizaremos las políticas de cooperación
internacional de la Argentina durante el período dado para entender cuál fue la dirección
tomada por el país y cuáles fueron sus intereses detrás de estas políticas. Con esta revisión
buscamos saber si existe una doctrina de cooperación internacional en nuestro país.

La Cooperación Internacional en la Política Argentina:

1. Las Políticas de Cooperación entre Estados:


La cooperación internacional es una de las formas de interacción que existe entre los Estados,
es parte de la política exterior de los mismos.
En la comunicación e interacción entre Estados se genera un continuum
conflicto/cooperación, en donde encontramos distintos niveles de discordia. En un extremo se
encuentra la Guerra, donde el nivel de discordia es máximo y genera un conflicto armado, le
sigue el Conflicto, en donde la discordia es constante pero más leve que la anterior, luego
encontramos la Cooperación, cuando nace la necesidad de coordinar intereses y, por último,
la Integración, donde el nivel de discordia es nulo.
En una situación de cooperación existe cierto nivel de discordia. No es una situación armónica,
ya que la armonía implica que las políticas de unos Estados “automáticamente facilitan el logro
de los propósitos de los otros” (Keohane 73). La cooperación requiere que las políticas de los
actores internacionales se ajusten mutuamente mediante un proceso de negociación o
coordinación de políticas que a su vez faciliten la consecución de sus propios objetivos. Se
puede decir que la Cooperación Internacional es “toda relación entre actores internacionales
orientada a la mutua satisfacción de intereses o demandas, mediante la utilización
complementaria de sus respectivos poderes en el desarrollo de actuaciones coordinadas y/o
solidarias” (Calduch 88). Estas políticas de coordinación pueden ser de cooperación
económica, política o técnica.
En este trabajo nos enfocaremos en políticas de Cooperación Internacional de la Argentina
desde 1946 a 1989 y para ello tendremos en cuenta cómo los conflictos domésticos e
internacionales de este periodo influenciaron en las políticas de cooperación argentinas.

2. Primer y Segundo gobierno de Juan Domingo Perón. 1946-1955

Desde el inicio de la Segunda Guerra Mundial, en 1939, la política exterior Argentina mantuvo
una línea de neutralidad, ya que no se declaró a favor de ningún bando a pesar de las
presiones de Estados Unidos de romper relaciones con el Eje. Este periodo de neutralidad
duró casi hasta bastante avanzada la guerra, en enero de 1944, cuando se rompieron
relaciones con Alemania y Japón, y ya en marzo de 1945 se les declaró la guerra. El sistema
internacional era bastante caótico y la Sociedad de Naciones, que era el principal organismo
de cooperación para resolver conflictos, no funcionaba acorde a sus objetivos.
La Argentina debía redefinir su estrategia de inserción internacional para superar su
vulnerabilidad agroexportadora y avanzar en la industrialización para incorporar a la nueva
clase obrera. Este es el panorama con el que Perón asume la presidencia, en un sistema
internacional polarizado entre dos ideologías sustentadas por dos potencias, Estados Unidos
y la Unión Soviética. En este período se dan acuerdos de cooperación con España y Portugal,
países que contaban con gobiernos de facto. Desoyendo la recomendación de Naciones
Unidas, el gobierno de Perón colabora con el envío de numerosos cargamentos de cereales
y otorga préstamos para que estos países pudieran mejorar su situación de posguerra. Esta
acción es acompañada por una gira encabezada por Eva Duarte de Perón.
La relación de Perón con los países del Este y los Estados Unidos se explica, en parte, por la
doctrina de la Tercera Posición utilizada por el movimiento peronista. “En el orden político, la
Tercera posición implica poner la soberanía de las naciones al servicio de la humanidad en
un sistema cooperativo de gobierno mundial. En el orden económico, la Tercera Posición es

1
Lic. En Relaciones Internacionales – Política Exterior Argentina II – UNLa - 2018

el abandono de la economía libre y de la economía dirigida por un sistema de economía social


al que se llega poniendo el capital al servicio de la economía. En lo social la Tercera Posición
entre el individualismo y el colectivismo es la adopción de un sistema intermedio cuyo
instrumento básico es la justicia social.” (Paradiso, 541) Por ello, Perón no se alineó bajo
ninguno de los dos bandos ideológicos e intentó concretar políticas de cooperación
económicas con ambos para beneficiar al país. “Para el Perón de esa época, el comunismo
era el peligro natural del mundo y la amenaza mayor a la civilización mientras que el
capitalismo, es su forma más depredatoria” (Paradiso, 544)
En su primer gobierno Perón no tuvo muy buenas relaciones con Estados Unidos, ya que
comenzando la Guerra Fría la potencia norteamericana propuso crear una fuerza armada con
la cooperación de todos los Estados Americanos para la defensa del Continente ante cualquier
posible ataque extra-continental. En respuesta a esto, el 22 de Julio de 1948 en una sesión
del Senado celebrada en relación al Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR),
el Ministro de Relaciones Exteriores y Culto, Juan Atilio Bramuglia expreso que el Tratado no
era la mejor forma de resolver los conflictos internacionales de América, sino que la
cooperación entre los Estados para resolver los conflictos debería ser “en primer lugar
aplicando principios; en segundo lugar haciendo actuar las fuerzas económicas; y en tercer
término, como último recurso, aunque no admisible, pero que existe, el de la fuerza” (Tratado
de Rio de Janeiro, 7). En el plano económico, Perón intentó mantener una relación triangular
entre Argentina, Estados Unidos y Gran Bretaña para impulsar la industrialización nacional.
Mientras tanto con Europa del Este hay un acercamiento. “El 24 de julio de 1945, el Ministro
de Relaciones Exteriores, César Ameghino, nombra a José Arce como Embajador ante China.
Era la primera vez que la Argentina acreditaba un representante diplomático ante el gobierno
chino” (Siepe, 31) Esto fue el intento del gobierno de Perón por iniciar una cooperación
económica con el gobierno de China, ya que en 1954 se realizó la primera exportación hacia
ese país con 15.000 toneladas de tanino y 20.000 toneladas de trigo. Este intento de
cooperación se vio frustrado con el golpe del ’55, ya que el gobierno militar disminuyó cinco
veces las exportaciones. Entre el ’47 y el ’53 también se iniciaron acuerdos de cooperación
económica y técnica con otros países de Europa Oriental como Bulgaria, Rumania, Hungría,
Polonia, Checoslovaquia y la URSS, pero después de 1955 estas políticas de cooperación
disminuyeron hasta la década del ’70.
Respecto del Cono Sur, Perón mantuvo intenciones de generar políticas de cooperación con
Chile y Brasil. Perón afirmaba en su discurso de 1953 que “estos tres países unidos conforman
quizás en el momento actual la unidad económica más extraordinaria del mundo entero”.
(Methol Ferre, 66) Para impulsar esta unión, Perón utilizó los foros multilaterales para iniciar
un mercado común regional y gestionó acuerdos económicos bilaterales.
Hacia 1949 la economía argentina entró en crisis y comenzaron los problemas internos entre
los sectores económicos y hacia adentro del partido peronista. Se comenzó a cuestionar el
modelo de industrialización y la tensión interna llego al punto de que en septiembre de 1955
Perón es depuesto por un levantamiento militar. Este levantamiento conocido como la
Revolución Libertadora, liderado inicialmente por el General Lonardi y más tarde por el
General Aramburu, tenía como objetivo aumentar las exportaciones y el capital; el problema
era que el contexto internacional no era favorable para generar políticas de cooperación
económicas, ya que los términos de intercambio eran muy desfavorables para la Argentina.
Le siguió un período de mayor apertura económica, y en 1956 se comenzó a negociar la
entrada del país al FMI (Fondo Monetario Internacional) y al Banco Internacional de
Reconstrucción y Fomento. Estas negociaciones se concretaron en agosto de 1956, cuando
el país aportó 150 millones de dólares a cada una de las instituciones y meses después acordó
un crédito del Export-Import Bank por 60 millones de dólares para adquirir equipos de
siderurgia. También se implementó un sistema de pagos multilateral. En estos tres años, se
acrecentó notablemente la deuda externa.

3. Gobiernos Radicales: Arturo Frondizi 1958-1962 – Arturo Umberto Illia 1963-1966

2
Lic. En Relaciones Internacionales – Política Exterior Argentina II – UNLa - 2018

Los años de la presidencia de Arturo Frondizi se caracterizaron por un marcado giro ideológico
en comparación con la política exterior que se llevaba adelante durante los años del régimen
de la Revolución Libertadora. Desde su elección, Frondizi se dedicó a visitar el Uruguay,
Brasil, Chile y Perú, marcando la nueva agenda que priorizaba los asuntos regionales en un
marco de cierta estabilidad democrática en estos países, aunque matizada por tintes
autoritarios.
A pesar de los fuertes condicionamientos internos, en parte por la tensión peronismo-
antiperonismo y por las presiones de los sectores militares, surgen nuevas iniciativas y
concepciones del mundo. La visión de la “coexistencia pacífica”, de la resolución negociada
de los conflictos y la aniquilación mutua asegurada en caso de enfrentamiento nuclear,
marcarán la política exterior argentina. El cada vez mayor deterioro de los términos del
intercambio hará que la cooperación internacional sea vista como un medio para obtener
recursos para el desarrollo, que consistía en transformar esta matriz de producción primaria
propia de los países relegados en busca de diversificación e industrialización mediante la
siderurgia y el petróleo. Este eje central marcará la diversidad de relaciones exteriores
llevadas adelante por el gobierno. En principio buscará unificar esfuerzos regionales para la
transformación económica, identificando sectores afines e interdependientes y poniendo
como objetivo la búsqueda de una siderurgia común sudamericana, una expansión de las
manufacturas regionales y la búsqueda de un mercado común, en donde se desarrollarán las
industrias y se estimularán las exportaciones. Mediante el intercambio de técnicos y la
creación de institutos comunes se ganaría en experiencia que redundaría en una mejora en
el bienestar de la región. (Frondizi, 1958). Esta visión ideal iba a confrontar con la estrategia
de Brasil de proyectarse como líder regional, privilegiando la relación con Estados Unidos y
obteniendo ventajas por parte del gobierno de Eisenhower en la asignación de préstamos. En
Argentina, Frondizi exigiría ayuda a Estados Unidos para la construcción de la central de El
Chocón, el programa vial y la construcción de aeropuertos. A través del Acuerdo de
Uruguayana, Frondizi y Janio Quadros aceptaban su realidad sudamericana, urgiendo por su
desarrollo y rechazando cualquier injerencia externa. Mediante la Operación Panamericana,
se logró la creación del Banco Interamericano de Desarrollo y un fondo de desarrollo social
para la región. Estas iniciativas distaban de colmar las expectativas regionales, pero la
expansión norteamericana en la región era una manera de frenar la amenaza de difusión del
comunismo. Mediante el marco de la Alianza para el Progreso se ofrecían ayudas que Frondizi
consideraba de asistencialismo y que no estaban orientadas al desarrollo de los países
relegados.
En el plano geopolítico, los oficios argentinos como Garantes del Protocolo de Río de Janeiro
de 1942, colaboraron a la contención del conflicto limítrofe entre Perú y Ecuador, evitando un
brote de revisionismo de fronteras que hubiese podido arrastrar a otros actores como Chile y
Bolivia a nuevas disputas. En 1960 se suscribió la firma del ALALC, como una iniciativa
tendiente a formar una zona de libre comercio en el plazo de doce años, para luego avanzar
en la creación de un Mercado Común. Mediante la firma del Tratado Antártico en 1961
prevaleció la posición argentina de declarar a la región libre de conflictos, desmilitarizándola
e impidiendo su uso para pruebas nucleares o almacenamiento de residuos radiactivos. Primó
aquí la visión de una supranacionalidad, la libertad y cooperación científica y la suspensión
de los reclamos de soberanía. (Cisneros & Escudé, 2000)
En cuanto al orden panamericano, se destaca la abstención en el voto en las Conferencias de
Punta del Este, donde se buscaba la expulsión de Cuba de la OEA. Frondizi destaca con
efusividad que la Argentina tiene una tradición de respeto por el derecho internacional
americano, vinculado a la autodeterminación y a la doctrina argentina y americana. (Frondizi,
1962) Este acontecimiento, junto con la recepción de Ernesto Guevara en una entrevista
secreta, generaría grandes tensiones con los sectores militares y anticomunistas, como
también con los sectores conservadores estadounidenses, que consideraron esta medida
como un gran error y generaron las condiciones para el golpe de estado que puso fin al
gobierno. (Cisneros & Escudé, 2000).

3
Lic. En Relaciones Internacionales – Política Exterior Argentina II – UNLa - 2018

La breve presidencia de José María Guido estará marcada inicialmente por una desconfianza
por parte de los Estados Unidos a brindarle apoyo, pero que luego se verá superada ante el
riesgo de expansión del comunismo. Más adelante el gobierno de Guido se alineará
abiertamente con Estados Unidos, incluso brindando apoyo logístico durante la “Crisis de los
Misiles”. (Rapoport, 2000). En los documentos analizados no se destacan otros hitos
relacionados a la cooperación durante el período.

Los años del gobierno de Arturo Illia comenzaron marcados por la anulación de los contratos
petroleros que habían sido suscriptos durante el gobierno de Frondizi. Esto se sumaba a un
clima social altamente conflictivo, con prolongadas huelgas, violentas manifestaciones y la
constante presencia en la vida política local de un posible regreso de Perón. La política exterior
se caracterizaba por “coexistencia pacífica, democracia, paz y solidaridad con occidente”.
En el plano internacional, la Argentina condenó la intervención de Cuba en Venezuela, a la
vez que rechazó cualquier intervención extranjera en Cuba. En la Asamblea General de
Naciones Unidas, el canciller Zavala Ortiz se manifestó a favor de la soberanía argentina en
la Antártida y manifestó su voluntad de negociar con Gran Bretaña la restitución de las Islas
Malvinas. En 1963 se produce la crisis dominicana, debido a la reposición del presidente
constitucional Juan Bosch y el temor de que generara un “estado comunista”. A partir de la
intervención unilateral de los Estados Unidos, la OEA buscaba apoyos por parte de los países
en provisión de medios para la creación de una fuerza interamericana bajo su órbita. Fuertes
presiones estadounidenses significaron un fuerte debate interno acerca del carácter del
contingente, si se trataba de una fuerza de paz o de una misión destinada a restablecer el
orden previo. Luego de diversas discusiones no se avanzó en el envío de recursos, aunque
se había avanzado fuertemente en la preparación de éstos. Durante 1964, Argentina participó
de conferencias de No Alineados en donde condenó la colonialización. En ese mismo año en
un encuentro en Alta Gracia de la Comisión Especial de Coordinación Latinoamericana,
Argentina propuso la creación de un Fondo Mundial de Financiación de Alimentos, bajo la
órbita de la ONU.
En este período se da el incidente de Laguna del Desierto, zona por entonces en conflicto
limítrofe, en donde a raíz de un enfrentamiento entre carabineros chilenos y gendarmes
argentinos generaron protestas en ambos países y diversas demostraciones militares en este
marco de tensión. Finalmente se pudo lograr un acuerdo para apaciguar a las partes, sin
mencionar las pretensiones territoriales de uno u otro. En la reunión de cancilleres de la OEA,
en noviembre de 1965, Zavala Ortiz hizo una airada defensa de la libertad y la no intervención
externa en los asuntos nacionales.
Durante este período se avanzó en un proyecto de Tratado de la Cuenca del Plata. En el plano
militar, las manifestaciones por parte del jefe del Ejército, Onganía, mencionando una “frontera
ideológica”, demostraban el condicionamiento de las acciones del gobierno, pudiendo ser
consideradas un apoyo al comunismo o a las infiltraciones de este movimiento en el
sindicalismo. Esta retórica encontró apoyos en Brasil, Uruguay y Perú, al tiempo que la
posibilidad de quiebre constitucional crecía.

4. Gobierno militar: Juan Carlos Onganía. Roberto Marcelo Levingston. Alejandro


Agustín Lanusse. 1966-1973

El quiebre constitucional se da el 29 de junio de 1966, cuando en el orden interno la Junta


Militar inicia la llamada Revolución Argentina y decide cerrar el Congreso, las legislaturas
provinciales y disolver los partidos políticos.
Luego se designa como presidente al General Onganía, quién da un discurso el 30 de
diciembre de 1966 afirmando que el objetivo de la Revolución no es implantar un gobierno
tecnocrático, sino generar un gobierno con instituciones confiables que defiendan el interés
nacional, que defiendan las fronteras y que logre un mayor progreso en todos los órdenes. La
Junta Militar estaba convencida de que el gobierno anterior había propiciado la penetración
del marxismo. A nivel nacional el nuevo gobierno tuvo el apoyo de varios sectores; el dirigente
gremial Juan José Taccone; el ex secretario de la CGT José Alonso; el industrial José Gelbard,

4
Lic. En Relaciones Internacionales – Política Exterior Argentina II – UNLa - 2018

y el Consejo Directivo de la CGT. La Revolución contó con un amplio consenso interno al


inicio, pero cuando sucedieron las intervenciones autoritarias en las universidades esto
consenso se diluyó.
El gobierno tenía una marcado perfil nacionalista, anticomunista y antisocialista, que no solo
se reflejó en plano interno, cuando intervino en las universidades, en el ’66 y el ’69,
preocupados por los grupos comunistas, sino también en sus relaciones exteriores.
Onganía nombra como Ministro de Relaciones Exteriores y Culto a Nicanor Costa Méndez,
quien mantuvo un acercamiento hacia Estados Unidos y Brasil, las políticas de entonces eran
influidas por dos organismos creados específicamente, el CONADE (Consejo Nacional de
Desarrollo) y el CONASE (Consejo Nacional de Seguridad). Se establecieron políticas de
apertura económica y disminución arancelaria de algunos productos, se terminó con la política
proteccionista del gobierno de Illia y se buscó reactivar la economía mediante la apertura.
En junio de 1970 asume Levingston y designa como ministro de Relaciones Exteriores a Luis
De Pablo Pardo. En ese momento las políticas de cooperación dan un giro y comienzan a
orientarse hacia América Latina y la integración. Se buscaban nuevos mercados para los
capitales europeos instalados en el país, lo que significó una competencia directa con los
capitales estadounidenses instalados en Brasil. En materia de cooperación regional la
Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (ALALC) si bien había crecido, comenzó a
estancarse y hacia los ’80 se planteó transformarla en lo que luego se conocería como
Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI).
En 1973 el deterioro político y económico del país, sumado a los constantes cambios de
ministros de economía hicieron reflejar que la crisis e inflación del país estaban siendo difíciles
de solucionar. Esto generó gran inestabilidad interna, crisis social y económica que derivó en
una gran violencia hacia fines de 1973. En el contexto internacional se sumaba la crisis del
petroleó por lo que la economía internacional se encontraba en recesión.

5. Tercer gobierno peronista: Héctor José Cámpora - Raúl Alberto Lastiri - Juan
Domingo Perón - María Estela Martínez de Perón. 1973-1976

En el tercer gobierno de Juan Domingo Perón, en cooperación internacional observamos que


América Latina como continente marco de su ubicación geográfica y geopolítica, un papel de
mayor o menor relevancia según dos factores; los problemas de articulación de poder
subregional y la articulación de intentos cooperativos para hacer frente a los Estados Unidos,
a los cuales mediado ya el siglo XX, se agregaría un tercero: el interés económico por ampliar
los mercados argentinos en la región. (Moneta, 1952)
Pese a los diferentes proyectos políticos adoptados por los gobiernos que se sucedieron en
el período 1945-1973, la existencia de un mínimo común denominador compartido: la
preocupación por la distribución de poder subregional; el fortalecimiento de la política territorial
y la búsqueda de vínculos de apoyo extra continentales en Europa Occidental.
México promueve vigorosamente en el plano mundial la defensa de los derechos de los países
en desarrollo a través de la Carta de los Derechos de los Estados. En la Organización de los
Estados Americanos, se señala la necesidad de una reestructuración profunda del organismo,
que lo libere de la dominación de los Estados Unidos y responda a las nuevas circunstancias
mundiales. Se adopta, asimismo, resoluciones que reconocen la existencia del “pluralismo
ideológico”, promoviéndose la readmisión de Cuba. (Moneta, 1955)
Por su parte, la CEPAL en la reunión de Quito acuerda las bases de una estrategia nacional
de desarrollo cuya columna vertebral reside en el cambio de las estructuras tradicionales
internas de los países, también hace un llamado a la unidad latinoamericana para hacer frente
a los problemas de la economía mundial, al comenzar a visualizarse durante 1973 una serie
crisis en los países centrales.
La eficiente articulación que comenzaba a darse entre los distintos movimientos nacionalistas
latinoamericanos a fines de la década del sesenta y principios del setenta, basada en una
estrategia de desarrollo autónomo, se apoyaba en una fuerte participación y control estatal de
la economía junto a un gran impulso a los procesos de cooperación e integración regional.

5
Lic. En Relaciones Internacionales – Política Exterior Argentina II – UNLa - 2018

Perón sumaba una creciente simpatía y admiración por la política autonomista de China
Popular y la creencia de que Argentina debía integrarse al esfuerzo en pos de la liberación de
los pueblos del Tercer mundo de los vínculos coloniales y neocoloniales, si bien respetando
modos propios de accionar. (Moneta, 66)
Durante el gobierno de Cámpora, el programa de política exterior se pone en marcha con gran
rapidez, entre los proyectos a poner en acción estaba que Argentina debía incorporarse como
miembro pleno a la agrupación de los Países no Alineados, participar en ferias y exposiciones
comerciales en estos continentes, enviar misiones culturales y técnicas de cooperación y
propiciar el intercambio de técnicos y científicos, crear una línea de transporte marítimo con
África negra y expresar un soporte activo de las luchas contra el colonialismo y
neocolonialismo.
Una severa crítica a la política norteamericana con respecto a Latinoamérica y el llamado a la
unidad de las naciones latinoamericanas para luchar contra la dominación externa,
completaron el enunciado de la posición argentina, que provocó asombro en el exterior,
irritación en los Estados Unidos y desasosiego en los sectores más conservadores del
peronismo. (Moneta, 69)
Argentina apoya la iniciativa peruana de reformar el Tratado Interamericano de Asistencia
Recíproca, por no satisfacer éste las actuales necesidades de los pueblos de América Latina.
La tesis fue derrotada por diez votos contra seis (Votaron a favor Argentina, Perú, Ecuador,
Colombia, Panamá y Venezuela). (Moneta, 74)
Entre mayo de 1973 y octubre de 1974, Argentina firmo diez convenios con Polonia, siete con
Checoslovaquia igual número con la URSS, once con Hungría, catorce con Rumania, seis con
Alemania Oriental, dos con Bulgaria y cuatro con Yugoslavia, estos documentos cubrían la
cooperación económica-comercial y científico-técnica en los campos de la industria
siderúrgica y petrolera; gasífera; producción de máquinas-herramientas; industria frigorífica y
liviana; petro y carboquímica; infraestructura ferroviaria; construcciones navales; productos
farmacéuticos y medicinales; infraestructura portuaria; celulosa; papel e industrias forestales.
La cooperación incluía acuerdos de importación y exportación; establecimiento de plantas e
industrias mixtas; intercambios de patentes y know-how, licencias e información y desarrollo
tecnológico conjunto.
Con Uruguay, las medidas de cooperación llevadas a cabo son enormes y comprende desde
frentes comunes en defensa de sus exportaciones básicas en los foros y negociaciones
internacionales, hasta acuerdos preferenciales para las exportaciones uruguayas, préstamos
e inversiones.
En materia de defensa del espacio territorial se continuó la política de realizar acuerdos con
Chile en el seno del Tratado Antártico.
El canciller Juan Carlos Puig durante el gobierno de Cámpora expresa la solidaridad en la
lucha antiimperialista, principio de no intervención, fundamentada en la decisión de
restablecer relaciones con la hermana República de Cuba.

6. Último golpe militar: Jorge Rafael Videla, Roberto Eduardo Viola, Carlos Alberto
Lacoste, Leopoldo Fortunato Galtieri, Alfredo Oscar Saint-Jean, Reynaldo Benito
Antonio Bignone 1976-1983

Las características del régimen político en el poder, la concentración del proceso de


decisiones en un número muy limitado de actores, pertenecientes a su mayor parte a un solo
tipo de organización; las Fuerzas Armadas. (Moneta, 121). Un régimen autoritario con la
decisión de recuperar las Islas Malvinas mediante el uso de la fuerza, excluye del proceso a
las organizaciones y dirigentes representativos del espectro político del país y que de este
proceso de decisiones derivará una derrota militar y la muerte de centenares de ingleses y de
connacionales. (Moneta, 120).
La intención de los militares era de “compensar” su conducta anterior en el gobierno mediante
la recuperación de territorios que constituyen un objetivo nacional compartido por la sociedad
argentina.

6
Lic. En Relaciones Internacionales – Política Exterior Argentina II – UNLa - 2018

El perfil general del proyecto del gobierno militar requería necesariamente contar con el aval
y la actitud cooperativa de los votos de las exportaciones tradicionales argentinas-Europa
Occidental y Estados Unidos- en el ámbito de lo comercial. (Moneta, 126).
Los jefes militares realizaron una muy errónea “apreciación de la situación”, con respecto a
tres temas esenciales; 1) la conducta a desarrollar por los Estados Unidos; 2) la respuesta
que adoptaría Inglaterra; y 3) el apoyo que se lograría en los foros internacionales por parte
de la comunidad mundial.
La sorpresa del gobierno militar ante lo que se consideró una “traición” del gobierno
norteamericano parece estar basada en los supuestos derivados de implícitos compromisos
que contraían los Estados Unidos con el régimen, a cambio de la colaboración prestada por
éste en Centroamérica y de obligaciones que surgían del TIAR.
La diplomacia militar concentró en sus manos los asuntos fundamentales de la política exterior
del país durante toda la etapa del proceso: el conflicto austral con Chile, la cuestión de
Malvinas, el tema de los recursos naturales compartidos con Brasil, las intervenciones en
Bolivia y América Central y los asuntos relacionados con las vinculaciones políticas y
estratégicas con los Estados Unidos.(Russell, 102).
En un primer momento la posición de Estados Unidos fue de apoyo al golpe militar, conforme
a la percepción del gobierno republicano las fuerzas armadas aparecían como lo únicos
actores capaces de rescatar a Argentina del caos generado por el gobierno de Isabel Perón,
luego del ascenso de Carter a la presidencia de Estados Unidos en enero de 1977 la relación
bilateral atravesó un largo período de marcado enfriamiento. Durante la segunda etapa la
relación bilateral se extiende desde fines de 1978 hasta la asunción de Reagan en enero de
1981, aquí se produjeron una combinación de factores de carácter global que afectaron la
política de derechos humanos de la administración Carter y de otros aspectos vinculados
específicamente a la relación Argentina - Estados Unidos.
Con respecto a América Latina, las diplomacias militar y económica abandonaron la visión
solidaria y cooperativa del proyecto peronista para volver a la clásica posición “comercialista”
y a perspectivas geopolíticas. La lectura que realizó el gobierno militar en relación a la
integración va a estar puesta en lo comercial como se dijo con anterioridad y en el aislamiento
hacia el área se vio afectado por dos componentes: el intervencionismo “occidentalista”
destinado a mantener la seguridad individual y colectiva frente a la amenaza comunista y el
nacionalismo “territorialista” cuyos objetivos era asegurar las fronteras del país,
particularmente en el caso del Beagle, recuperar las Islas del Atlántico sur en poder de Gran
Bretaña y ocupar los espacios vacíos que dejaba en su retirada los norteamericanos. (Russell,
113).

7. Gobierno Radical: Raúl Ricardo Alfonsín. 1983-1989

Debido a la situación heredada del gobierno de facto, la administración Alfonsín debió trabajar
en una recomposición de las relaciones exteriores que quedaron signadas por la Guerra de
Malvinas y las tensiones con Chile. Durante este período se dan diversos factores que
condicionarán la relación de la Argentina con el mundo: a) Contexto regional de regímenes
militares en Chile, Uruguay, Brasil y Paraguay, quienes observaban con desconfianza la
transición a la democracia en Argentina.; b) Existía incertidumbre en Europa y Estados Unidos
tras la guerra y el desarrollo científico y nuclear alcanzado por el país, mezclados con la
imprevisibilidad que la Argentina transmitía.; c) Los países de la región y los no alineados
veían la posición de Argentina de invocar los principios como una conveniencia táctica y no
como una conducta sincera.; d) El conflicto Este-Oeste era la principal preocupación y
cualquier conflicto regional era analizado desde esa óptica.; e) Las condiciones desfavorables
del comercio internacional llevaron a que las economías regionales entraran en crisis al no
poder afrontar sus compromisos de deuda, condicionando cualquier posibilidad de
modernización o crecimiento. (Alconada Sempé, 1986)
Dado este escenario, podemos ver diversas acciones del gobierno de Alfonsín en búsqueda
de la cooperación internacional, rompiendo con viejos paradigmas y aprovechando el

7
Lic. En Relaciones Internacionales – Política Exterior Argentina II – UNLa - 2018

escenario de un resurgimiento del conflicto Este-Oeste para ampliar su autonomía y su


agenda de relaciones con América Latina, Europa, Estados Unidos y la Unión Soviética.
América Latina fue la prioridad, ya que al acercarse a la región contribuiría a la autonomía
nacional y a los procesos de democratización. Los acuerdos firmados tendieron a: a)
reimpulsar la cooperación e integración; b) promover la consolidación del proceso de
democratización en la región; c) frenar la carrera armamentista; d) resistir la subordinación de
la región a los objetivos del conflicto Este-Oeste, y e) coordinar las políticas nacionales para
asegurar a la región ante la coyuntura mundial. (Bodemer, 1996)
La celebración de acuerdos con Brasil sirvió para alentar las relaciones comerciales, lograr
pactos en política nuclear y cooperación económica, para de esta manera sentar las bases de
lo que luego sería el MERCOSUR. Con el Paraguay, luego de un comienzo difícil por el apoyo
a la oposición a Stroessner se avanzó en la construcción de la represa binacional de Yacyretá.
Con respecto a la cuestión limítrofe con Chile, la celebración del Tratado de Paz y Amistad y
el referéndum que significó su aprobación popular fueron importantes para terminar con el
clima belicista existente en los años del gobierno de facto.
Sobre Malvinas, el gobierno llevó la cuestión a todos los ámbitos internacionales y tras una
votación en la Asamblea General de Naciones Unidas, logró los votos para que se reanudaran
las negociaciones bilaterales con Gran Bretaña, a pesar de resistirse a aceptar el cese de
hostilidades propuesto por el gobierno de Margaret Thatcher.
Luego de no obtener los resultados esperados mediante la negociación de la deuda en
conjunto con los demás países latinoamericanos, se produce un cambio en la forma en la que
el gobierno quería insertarse en el mundo. Esta nueva mirada fue conocida como el “giro
realista” de Alfonsín, ya que consistió en volver a asociarse a los países centrales como Italia,
España, Alemania y los Estados Unidos.
La relación con Estados Unidos fue más autónoma, con cooperación en cuestiones
relacionadas con la democracia o la deuda externa, pero sin un pleno alineamiento como
había ocurrido en el pasado. Este mayor margen de autonomía en las votaciones en ONU, o
mediante la condena de ciertas medidas tomadas a cabo por la administración Reagan.
En cuanto a Europa, era importante poder romper con la desconfianza reinante hasta el
momento, y en el marco de No Alineados se generaron acuerdos comerciales con Yugoslavia,
se pudo renegociar la deuda con Alemania y se celebraron Tratados de Cooperación con
Francia. Más adelante también se celebraron Tratados con España e Italia, para la
colaboración en política, cultura, ciencia y tecnología. Esta reactivación de las relaciones trajo
el acercamiento de muchos créditos al país.
En el orden latinoamericano, las iniciativas del grupo de Apoyo de Contadora sirvieron para
que la región se manifestara en contra de las intervenciones estadounidenses en la región,
como el embargo decretado a Nicaragua, apelando a la “no intervención” y la cooperación
latinoamericana.

Conclusión:

Dentro de la historia de la Política Exterior Argentina hemos podido ver que desde finales del
siglo XIX nuestro país tuvo una marcada injerencia en los asuntos latinoamericanos y
continentales. Esa voluntad política, enmarcada en una defensa de la región ante
intervenciones externas, ya sean europeas o estadounidenses, sentó las bases para un
derecho internacional e ideas de integración que luego avanzaron en otras regiones del
mundo con mayor intensidad que en la nuestra. En el marco de la cooperación internacional
podemos notar que entre los periodos analizados cronológicamente, el modelo de inserción
en el mundo fue variando acorde a intereses, lineamientos políticos y diversas coyunturas. No
siempre existió una política exterior autónoma, pero en muchas ocasiones se puede concluir
que los gobiernos actuaron con una visión propia, sin un alineamiento automático con las
potencias.
Donde se puede observar con mayor intensidad la cooperación internacional es en los
gobiernos de Juan Domingo Perón, que buscará identificar intereses comunes entre los
diferentes estados. La mirada hacia Latinoamérica es uno de los símbolos del gobierno de

8
Lic. En Relaciones Internacionales – Política Exterior Argentina II – UNLa - 2018

Perón, privilegiando los acuerdos de ámbito regional, con una mirada de transición desde el
nacionalismo hacia el regionalismo, para finalmente llegar al globalismo. Durante los
gobiernos autoritarios se dieron diversos cambios de rumbo marcados por un diagnóstico
errado de la situación mundial, con una exacerbación del conflicto capitalismo – comunismo
y la conciencia de la “barrera ideológica”, Aquí se dio una alineación plena con los intereses
estadounidenses, dejando de lado cualquier cercanía con los países latinoamericanos que no
adhirieran a su ideología, creando disputas territoriales y de hegemonía en la región.
Este contexto de Guerra Fría marcó diversos lineamientos de política exterior, en especial en
los años de Frondizi, al discutir la forma de vencer el subdesarrollo e identificando los cada
vez peores términos de intercambio.
Lo que de todas maneras es evidente es la volatilidad o la flexibilidad de las políticas exteriores
llevadas adelante ante un marco internacional adverso. Esto puede verse en el vuelco de
Perón durante su último gobierno hacia el movimiento No Alineados, esto tras fracasar las
gestiones de préstamos desde Europa y Japón debido a la crisis mundial. Durante el último
gobierno de facto se llevó adelante una política económica que significó la vuelta al rol
agroexportador, dejando atrás el modelo de sustitución de importaciones y terminando así con
cualquier proyecto previo de industrialización. Esta política estuvo fuertemente influenciada
por los sectores liberales civiles agroexportadores que querían mantener mercados para
ubicar su producción. Ante el fracaso de la política económica y la derrota en la Guerra de
Malvinas, el gobierno militar experimentó un giro brusco en su política exterior, participando
en las conferencias de No Alineados y manteniendo relaciones comerciales con los países
del bloque soviético, lo que de todas formas fue visto como una forma de victimización. Ya en
el gobierno de Alfonsín, el pasado reciente obligó al liderazgo a entablar políticas tendientes
a vencer la desconfianza que los países centrales y los países vecinos tenían de nuestra
incipiente democracia, lo que redundó en un nuevo acercamiento a los países centrales y a la
identificación de objetivos comunes con los países de la región, comenzando el proceso hacia
la creación del MERCOSUR.
Se distinguen dos visiones de cooperación internacional en las unidades analizadas; una que
hace referencia hacia la integración regional, hacia la solución de conflictos mediante
acuerdos, predominando ese concepto del ser nación, de cuidar lo propio y evitar toda
intervención extranjera, y la otra visión más relacionada a la integración económica, a los
intereses comerciales, donde aquí las grandes potencias son quienes que van a imponer sus
intereses, agendas e ideas.
Concluimos en que existe una tradición de Cooperación Internacional de parte de la Argentina,
pero al estar supeditada a diversos factores condicionantes, externos e internos, no podemos
considerarla una doctrina.

Fuentes:

- ALCONADA SEMPE, Raúl: “Democracia y Política Exterior (1983-1989)”. En: La


política exterior argentina y sus protagonistas 1880-1995. Buenos Aires: GEL, 1996,
pp. 345-355.
- BARBÉ, Esther: “El Sistema Internacional”. Relaciones Internacionales, Madrid,
Tecnos, 2007, 113-226.
- BODEMER, Klaus: “La Argentina, entre el Primero y el Tercer Mundo. La política
exterior del régimen democrático en busca de una mayor autonomía”. En: Garzón
Valdez y otros. La nueva democracia argentina. 1983-1986, pp. 305-337, 1996.
- BRA, Gerardo. El gobierno de Onganía. Buenos Aires: CEAL,1988, pp. 9-25 y 121-
129.
- CALDUCH, Rafael: Relaciones Internacionales, Madrid, Ciencias Sociales, 1991, p.
88.
- CÁMPORA, Héctor. La revolución peronista. Buenos Aires: EUDEBA, 1973.
- CISNEROS, Andrés y ESCUDÉ, Carlos: “Historia de las Relaciones Exteriores
Argentinas”, 2000, Consultado el 15/11/2018 en http://www.argentina-
rree.com/historia.htm

9
Lic. En Relaciones Internacionales – Política Exterior Argentina II – UNLa - 2018

- FRONDIZI, Arturo: “Argentina y América Latina”. Buenos Aires, Presidencia de la


Nación, 1958, pp. 25-76.
- FRONDIZI, Arturo: “El Discurso de Paraná”, Romero, Luis Alberto; De Privitellio
“Grandes Discursos de la Historia Argentina”, Buenos Aires, Luciano, Aguilar.
- GOSENDE, Héctor. Las relaciones exteriores argentinas y la Cancillería: su estructura
y toma de decisiones desde 1966 hasta 1979. Buenos Aires: Junio de 1979, mimeo.
- KEOHANE, Robert: “Cooperación y Regímenes Internacionales”. Después de la
Hegemonía. Buenos Aires, Ed. Gel, 1998, 71-88.
- METHOL FERRE, Alberto. Perón y la alianza argentino-brasileña. Córdoba, Ediciones
del Corredor Austral, 2000, 55-78.
- MONETA, Carlos, “Elementos para el análisis del proceso de decisiones del régimen
militar argentino en el conflicto de las Islas Malvinas: 1976-1983”.
- MONETA, Carlos. “La política exterior del peronismo (1973-1976)”. En: Perina. Ruben
y Russell, Roberto (comp.). Argentina en el mundo (1973-1987). Buenos Aires: GEL,
1988, pp.47-97.
- ONGANÍA, Juan Carlos. “La Revolución no tiene plazos sino objetivos”. En Romero,
Luis Alberto y de Privitellio. Grandes discursos de la historia argentina. Buenos Aires:
Luciano, Aguilar, 2000.
- PARADISO, José. “Vicisitudes de una política exterior independiente”. En: Torre, Juan
Carlos. Los años peronistas. Barcelona: Editorial Sudamericana, 2002.
- RAPOPORT, M. ¿Aliados o neutrales? La Argentina frente a la Segunda Guerra
Mundial. Buenos Aires: EUDEBA, 1988, pp. 7-24.
- RAPOPORT, Mario: “Historia económica, política y social de la Argentina”, Buenos
Aires, Emece, 2000.
- RUSSELL, Roberto. “El proceso de toma de decisiones en la política exterior argentina
(1976-1989)”. En: Russell, Roberto (comp.), Política exterior y toma de decisiones en
América Latina. Buenos Aires: GEL, 1990.
- SIEPE, R., Llairo, M y Gale, N.: Perón y las relaciones económicas con el Este. Buenos
Aires: CEAL. pp. 31-53 64- 69.

10

You might also like