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La influencia del estilo de vida en los telómeros y la longevidad

Los telómeros son regiones de secuencias repetidas de nucleótidos que se encuentran en


ambos extremos de cada cromosoma.

Estas estructuras protegen el genoma de la degradación nucleotídica, la recombinación


innecesaria y la fusión intercromosomal.

Los telómeros, por tanto, juegan un papel muy importante en la preservación de la


información en nuestro genoma.

Como un proceso celular normal, durante cada división de la célula una pequeña
porción de ADN telomérico se pierde.

El acortamiento de los telómeros ocurre en cada replicación del ADN y, si continúa,


conduce a la degradación cromosómica y muerte celular.

La longitud de los telómeros en humanos se ha estimado que decrece a una tasa de 24,8-
27,7 pares de bases por año.

La longitud de los telómeros puede, por tanto, servir como un reloj biológico para
determinar la esperanza de vida de una célula y un organismo.

La telomerasa es una enzima responsable de mantener la longitud de los telómeros


mediante la adición de secuencias repetidas.

La actividad de la telomerasa, necesaria para extender los telómeros, se presenta en la


línea germinal y ciertas células hematopoyéticas.

Los telómeros más cortos pueden inducir a una inestabilidad genómica por medio de la
fusión de cromosomas diferentes y pueden contribuir al desarrollo de enfermedades
como por ejemplo el cáncer.

Ciertos agentes asociados con un estilo de vida específico pueden llevar al acortamiento
de los telómeros mediante la inducción de un daño en el ADN en general o más
específicamente en los telómeros y pueden, por tanto, afectar a la salud y esperanza de
vida de un individuo.

Una mejor elección de la dieta y las actividades podrían tener un gran potencial para
reducir la tasa del acortamiento de los telómeros o por lo menos prevenir el exceso de su
desgaste.

A continuación, vamos a nombrar una serie de factores relacionados con el estilo de


vida que pueden afectar de forma adversa la salud y esperanza de vida de un individuo
mediante la aceleración del acortamiento de los telómeros y también pueden proteger
potencialmente los telómeros y la salud de un individuo.
Fumar incrementa el estrés oxidativo, acelera el acortamiento de los telómeros y puede
aumentar la tasa del proceso de envejecimiento.

Un estudio en el que se analizaron los telómeros de leucocitos en mujeres indica que el


ADN telomérico se pierde con una tasa de 24,8-27,7 pares de bases por año.

Fumando diariamente un paquete de tabaco, se pierden 5 pares de bases más.

Por tanto, podemos calcular que el desgaste de los telómeros a causa de fumar un
paquete de tabaco al día durante un periodo de 40 años es equivalente a 7,4 años de
vida.

La obesidad tiene un impacto negativo en los telómeros y puede acelerar el proceso de


envejecimiento.

Es una enfermedad que está asociada con el incremento del estrés oxidativo y el daño en
el ADN.

Hay estudios que indican que la circunferencia de la cintura y el índice de masa corporal
(IMC) están significativamente correlacionados con niveles altos de especies reactivas
de oxígeno en plasma y orina.

Además, los niveles transcritos y la actividad de enzimas antioxidantes fueron


significativamente más bajos en el tejido adiposo blanco de personas obesas respecto al
control.

El estrés oxidativo puede inducir daños en el ADN y, por tanto, acelerar el acortamiento
de los telómeros.

Se ha visto que los telómeros en las mujeres obesas son significativamente más cortos
que en mujeres no obesas del mismo grupo de edad.

La pérdida excesiva de la longitud de los telómeros en individuos obesos es equivalente


a 8,8 años de vida, un efecto que parece ser peor que fumar.

Se ha evaluado la longitud de los telómeros en leucocitos derivados de trabajadores de


oficina y agentes de policía expuestos a la contaminación del tráfico por los niveles de
tolueno y benzeno.

Los investigadores encontraron que el tamaño de los telómeros en los agentes de policía
de tráfico era más corto respecto a los individuos de su grupo de edad, en comparación
con la longitud de los telómeros en trabajadores de oficina.

La reducción en el tamaño de los telómeros en estos trabajadores, a pesar de que no se


ha correlacionado con la edad ni marcadores de daño en el ADN, fueron
significativamente correlacionados con el número de años que los trabajadores fueron
expuestos a los agentes dañinos.

El estrés está relacionado con las hormonas glucocorticoides.


Estas hormonas reducen los niveles de proteínas antioxidantes y pueden causar, por
tanto, un incremento en el daño oxidativo del ADN y acelerar el acortamiento de los
telómeros.

Las mujeres expuestas a altos niveles de estrés en su vida diaria muestran evidencias de
un incremento en el estrés oxidativo, una reducción de la actividad telomerasa y
telómeros más cortos, en relación con el grupo control.

La diferencia en la longitud de los telómeros en estos dos nuevos grupos de mujeres es


equivalente a 10 años de vida.

Esto indica que las mujeres bajo estrés tienen mayor riesgo de aparición temprana de
enfermedades relacionadas con la edad.

En suma, el estrés afecta de forma adversa la salud y la longevidad debido a que afecta
la longitud de los telómeros mediante el estrés oxidativo.

Lo que comemos y las cantidades en las que lo hacemos puede afectar


significativamente a nuestros telómeros, salud y longevidad.

La longitud de los telómeros está positivamente correlacionada con la ingesta de fibra


en la dieta.

Por otro lado, está negativamente asociada con la circunferencia de la cintura y la


ingesta de ácidos grasos poliinsaturados en la dieta.

La reducción en la ingesta de proteínas en la comida también parece incrementar la


longevidad.

Una reducción del 40% en las proteínas de la dieta, deja un 15% de incremento en la
esperanza de vida de ratas.

Estas ratas sometidas a una dieta con restricción proteica, de forma temprana en la vida,
muestran una supresión a largo plazo del apetito, tasas de crecimiento reducidas y un
incremento en la esperanza de vida.

En humanos es más difícil estudiar el efecto de la restricción proteica.

No obstante, sí se ha observado que una mayor esperanza de vida en la población


japonesa está asociada con una dieta baja en proteínas y una alta ingesta de
carbohidratos.

Las dietas que contienen antioxidantes ácidos grasos omega-3 están asociadas con unas
tasas más bajas de reducción de los telómeros.

Mientras que, una ausencia de estos antioxidantes está correlacionada con un


incremento en la tasa de desgaste de telómeros.

Al estudiar los niveles de ácidos grasos omega-3 en sangre y el tamaño de los telómeros
en estos individuos durante un periodo de 5 años, se ha encontrado una correlación
inversa, indicando que los antioxidantes reducen las tasas de acortamiento de los
telómeros.

Los antioxidantes pueden proteger potencialmente el ADN telomérico del daño causado
por agentes que dañan el ADN de forma extrínseca e intrínseca.

La restricción de la dieta o una ingesta de menores cantidades de alimentos tiene un


impacto extremadamente positivo en la salud y la longevidad.

La reducción de la ingesta de comida en animales deja una reducción de la tasa de


crecimiento, la carga oxidativa y el daño en el ADN.

Por tanto, el animal se mantiene en un estado biológico joven y se incrementa su


esperanza de vida hasta en un 66%.

La duración del ejercicio está inversamente correlacionada con los biomarcadores que
causan daños en el ADN y los telómeros y con la expresión de p16, un biomarcador
para el envejecimiento de la célula humana.

El ejercicio reduce la grasa nociva y ayuda a movilizar los productos de desecho para
una eliminación más rápida.

Esto conduce a un estrés reducido y una preservación del ADN y los telómeros.

Hay estudios que han mostrado que el ejercicio se asocia con una elevada actividad
telomerasa y una reducción del acortamiento de los telómeros, en comparación con los
individuos no atletas.

En resumen, los telómeros se acortan con la edad y su acortamiento deriva en


senescencia y/o apoptosis.

La tasa de reducción de la longitud de los telómeros es, por tanto, crítica en la salud y el
ritmo de envejecimiento.

Algunos factores relacionados con la vida diaria aumentan el estrés oxidativo y la tasa
de acortamiento de los telómeros.

Para preservar los telómeros se debe ingerir menos alimentos o incluir antioxidantes,
fibras, proteínas de soja y grasas sanas (derivadas de aguacates, pescado y frutos secos)
en la dieta.

Además de estar activos y sanos, libres de estrés mediante ejercicio regular y


meditación.
Bibliografía:

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