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Como un proceso celular normal, durante cada división de la célula una pequeña
porción de ADN telomérico se pierde.
La longitud de los telómeros en humanos se ha estimado que decrece a una tasa de 24,8-
27,7 pares de bases por año.
La longitud de los telómeros puede, por tanto, servir como un reloj biológico para
determinar la esperanza de vida de una célula y un organismo.
Los telómeros más cortos pueden inducir a una inestabilidad genómica por medio de la
fusión de cromosomas diferentes y pueden contribuir al desarrollo de enfermedades
como por ejemplo el cáncer.
Ciertos agentes asociados con un estilo de vida específico pueden llevar al acortamiento
de los telómeros mediante la inducción de un daño en el ADN en general o más
específicamente en los telómeros y pueden, por tanto, afectar a la salud y esperanza de
vida de un individuo.
Una mejor elección de la dieta y las actividades podrían tener un gran potencial para
reducir la tasa del acortamiento de los telómeros o por lo menos prevenir el exceso de su
desgaste.
Por tanto, podemos calcular que el desgaste de los telómeros a causa de fumar un
paquete de tabaco al día durante un periodo de 40 años es equivalente a 7,4 años de
vida.
Es una enfermedad que está asociada con el incremento del estrés oxidativo y el daño en
el ADN.
Hay estudios que indican que la circunferencia de la cintura y el índice de masa corporal
(IMC) están significativamente correlacionados con niveles altos de especies reactivas
de oxígeno en plasma y orina.
El estrés oxidativo puede inducir daños en el ADN y, por tanto, acelerar el acortamiento
de los telómeros.
Se ha visto que los telómeros en las mujeres obesas son significativamente más cortos
que en mujeres no obesas del mismo grupo de edad.
Los investigadores encontraron que el tamaño de los telómeros en los agentes de policía
de tráfico era más corto respecto a los individuos de su grupo de edad, en comparación
con la longitud de los telómeros en trabajadores de oficina.
Las mujeres expuestas a altos niveles de estrés en su vida diaria muestran evidencias de
un incremento en el estrés oxidativo, una reducción de la actividad telomerasa y
telómeros más cortos, en relación con el grupo control.
Esto indica que las mujeres bajo estrés tienen mayor riesgo de aparición temprana de
enfermedades relacionadas con la edad.
En suma, el estrés afecta de forma adversa la salud y la longevidad debido a que afecta
la longitud de los telómeros mediante el estrés oxidativo.
Una reducción del 40% en las proteínas de la dieta, deja un 15% de incremento en la
esperanza de vida de ratas.
Estas ratas sometidas a una dieta con restricción proteica, de forma temprana en la vida,
muestran una supresión a largo plazo del apetito, tasas de crecimiento reducidas y un
incremento en la esperanza de vida.
Las dietas que contienen antioxidantes ácidos grasos omega-3 están asociadas con unas
tasas más bajas de reducción de los telómeros.
Al estudiar los niveles de ácidos grasos omega-3 en sangre y el tamaño de los telómeros
en estos individuos durante un periodo de 5 años, se ha encontrado una correlación
inversa, indicando que los antioxidantes reducen las tasas de acortamiento de los
telómeros.
Los antioxidantes pueden proteger potencialmente el ADN telomérico del daño causado
por agentes que dañan el ADN de forma extrínseca e intrínseca.
La duración del ejercicio está inversamente correlacionada con los biomarcadores que
causan daños en el ADN y los telómeros y con la expresión de p16, un biomarcador
para el envejecimiento de la célula humana.
El ejercicio reduce la grasa nociva y ayuda a movilizar los productos de desecho para
una eliminación más rápida.
Esto conduce a un estrés reducido y una preservación del ADN y los telómeros.
Hay estudios que han mostrado que el ejercicio se asocia con una elevada actividad
telomerasa y una reducción del acortamiento de los telómeros, en comparación con los
individuos no atletas.
La tasa de reducción de la longitud de los telómeros es, por tanto, crítica en la salud y el
ritmo de envejecimiento.
Algunos factores relacionados con la vida diaria aumentan el estrés oxidativo y la tasa
de acortamiento de los telómeros.
Para preservar los telómeros se debe ingerir menos alimentos o incluir antioxidantes,
fibras, proteínas de soja y grasas sanas (derivadas de aguacates, pescado y frutos secos)
en la dieta.
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