Professional Documents
Culture Documents
Algunas imágenes gue han guedado en el archivo visual de los peruanos en los últimos 20
años (aquí se reproducen varias a partir de fotografías digitales) fueron utilizadas por el
colectivo PIENSA en su muestra Ni lana pa' trasquilar / Ni carne pa'l matadero. El crítico de
arte Augusto del Valle ensaya un acercamiento (agudo y polémico, por cierto) a la
propuesta del grupo. La discusión está abierta.
ace uros meses se presentó en la sala Pancho cimientos que marcaron la vida de una pe$ona, gtuPo o
Fierro Municipalidad
de Ia de Lima u¡a muestra sociedad; y pueden estat asociados tanto a la felicidad
it:ulada. Ni lana pa' tratqrilar / Ni carne pal nata- como a[ sufrimiento. No obstante, a veces se tiende a e¡fa
/er4 que se proponía a sí misma como un¿ suerte de desa- tizar este último elemento -el suf¡imiento- en la constitu
rrollo, de una estación en el camino, de un ptoyecto más ció¡ de la memoria. Esto se r,'uelve importante cuando uno
ambicioso. En su hoja de presentación, el colectivo de arte, está frente a hechos de infinita crueldad y violencia.
auror de la propue"ra. insiste en que ia cn un prrmer pru En la sala de la galeria se apteciaban fotocopias inter-
yecto itiado Piewa y trabajado en el marco de la II Bie- venidas con procedimientos serigráficos en fotmato A 3,
nal Nacional de Lima- había postulado una setie de pdn- colocadas de tal modo que se destacaban claramente dos
cipios éticos )'visuales, pot medio de los cuales, creen bandas de color <1gis y el amarillo- que habian sido at-
ellos, su propuesta podía come¡zat a set comprendida y tesanalmente pegadas sobre la pared. Las columnas de la
apreciadar. galetía se habían empleado para pegar en ellas -también li
¿Cuáles son, pues, estos ptincipios? Se trata, sin teralmente- un símbolo pot vez. Las imágenes selgnfiadas
duda, de un inteoto de recupetación de la memoria, pues, se construían sobre la base de ciettos patrones de repeti-
"la Memoria en nuestro medio ha sido y es sistemática ción, empleando para ello fotografías tomadas de diarios v
mente cancelada y/o manipulada", no obstante que "la revistas de los últimos 20 años. Un detalle importante es
imagen deviene en Huella y que la Huella construye y arti que el bloque gris estructurado a partir de tales patrones, se
cula MEMORIA'. encont¡aba intervenido con algrin símbolo, por ejemplo,
Se tmta de la huella que ciertas experiencias sociales un insecto, cubietos o cietos grá{icos.
úaicas e intransferibles hao clejado en la memoria de los in- Uno de los símbolos más impo¡tantes, que e¡ este
dividuos, grupos o espacios que las üvieton; de iovestigar contexto funciooa como elemento visual de interfetencia,
hasta qué punto tales huellas quedaron vincula-
das a ciertas imágenes o representaciones colec-
tivas involuntarias. De ir al encuentro de ese
punto de unión con la convicción de que su
develamiento implicatá un enriquecimiento de
quien lo experimente, uoa suerte de nuevo co
mienzo: el inicio de cietta fo¡ma de überación
de algin tipo de bloqueo experin-rentado como
una zona ciega de Ia memoria.
El ho¡izonte de la memoria, de sus conte
nidos visuales 1'de experiencia es múltiple.
Como radiografía de Ia sensibilidad humana
poddan claramente destacarse aquellos aconte
La coosistencia l,rsual del conjrmto ptesentado en Piewa II, por comunicar algo a una comunidad que es imaginada
ento[ces, rros ttae la ñernoÁa el trabaio del colectivo desde el espacio de lo común o del ciudadano promedio
^ -que es un eco lejano de lo que las izquietdas recorlocietorl
]\TV, activo a fines de los años 80. Esto no debe extrañar-
nos, pues al menos dos de los miembros d e Piensa petterle' efl su momento como 1o "popu.lar"- ; peto pot otto lado
cieron a los -\?V. Pero ahora ttanscutddos más de 10 años, actua ambién la convicción ptopia de que el trabajo reali-
desde luego, el ptopósito del tabajo con las imágenes ya zado es E¡ralmente antiartísticq y que, entonces, los lugates
no puede set el mismo, auaque puedan establecerse ciertos posibles u ofrecidos para presentarlo setán en la mayoría
vasos comu¡icantes. de los casos, paradójicameote, "espacios de exhibición".
Digo finalmente, pues lo antiartístico sólo puede ser com
prendido en sus motivaciones más profundas desde aquel
horizonte negado: el atte.
'z Pdt¿ste!* en 1979, H"Er| EPS el 1980 81, Ani$at Vit ale' A¡0.¡ad0¡ Si bien el coocepto de "intervención urbana" puede
er' 1983, ¿n?a Chacl,.cat| en 1985, lÁ Belna e1\t¡e 1984 y 1986, bt venir en su ayuda --esto es, escoger algir¡ ambieote u¡bano
A,rV en 1088-80, enúe o!ro,. Tambren hay gupo. que .e iunufon er
pata tealtzat alli algof.a acción colectiva-, la tensión sigue
pecíficamente para alguna exposiáóo como Par e/ deruha a k úda a
1985, muestra que üajó por todo el Peru. En la misma, se denuciaba existiendo, pues ¿qué representa el material de regsro re-
explicitamente la violación de los derechos hum¿nos en los ¿ndes del cogido?, y ¿qué es lo que imPulsa "reálmente" a aquellos
Peni, en la c;&a de más de 900 deszpzrecidos: simbólicame¡te s€ alu q'te tedrzenla acctón? No hay que perder de vista que, al
dí¡ al número 000.
1
margen de la motivación, tales acciones tequieten de un
' tr pro{mdrd o d.raoa especrficr con creenciÁ 2núqu{as o con
ios diversos grupos en que por entonces se habÍa aramizado l^;z- presupuesto. Y esta necesidad económic¿ se d¿ en un con-
quierd. es algo que todeví2 es¿i po¡ rnvestigarse. La relación entr€ l¿ texto de graÍ escaseT y de un inexisrenLe apoyo insritucio-
politica partid2ri2 y la teivindicación de los derechos humanos ha nal. Lo interesarite de esta modaüdad de arte es que se
experimeflt¿do ufla serie de cambios a lo largo de estos ¡ños. Muchos
coloca en muchos y difetentes se¡tidos en un inestable te-
eran simparizantes de izquierda, pero aun allí hubo muchos mati€€s.
No obst¿nte, no todos Io eran, al rnenos e¡ un sentido paitidario. rritorio fronterizo.
{ E. "El poder y la ilusión: pérdida y restautación del aüa e$ la RÉpú Así, las acciones que se realizan tienen más de un
blica de §íeimar perua¡a (1980-1992)", public¿do efl una ,¡tologh de sentido, pues están en urra zona en donde los límites aún
textos de arte latinoameíc2no editada por Gerardo Mosquerr, y titu-
no han sido colocados, pues dependen de los que los diver
l^d^Bryatd lb€ Faú6nL Ca enPtuO dn ¡,icn,rlÍtan btia Añelitd,Por
el lostitute of Internatiooal Visual Ans, Lo
on 1996. sos imaginarios sociales entiendan acetca de lo importan-
5 Etr "De dadá ¿ la Cantut2", publicado efl la re'¡ist^ pre Ha¡ff to2 te o pefúnente sociálñentg sea que en los mismos se eva-
(Desco, 1996. pp 94105). Iúe la propuesta segúfl ufl critedo artístico o se la evalúe
ffiryr
§§
scgún otros criterios. Piensa - eI pitn;rer prol.ecto- consistió
en ir disfiazados de periodistas -chaleco, cámara fotc-rgrá
iica, etc. a manifestaciooes \./o acontecimientos politicos
durante la época de 1a lucha callejera en cont¡a dc la dicta
techazo a traba)at en un lenguaje artístico específico va E¡r este úlúmo sentido es qoe Ni lana pa'tratquikr /
constituido, como por ejemplo 1a Éotografía, el grabado o Ni mmepaf matadera del colectivo Pz¿z¡¿ ofrecida al nume-
Ja arquitectura. roso público de una galetía que queda en el propio centro
EI rechazo a tales medios implica, de algin modq un histó¡ico de la ciudad -al ubicarse en Ia encrucijada que
calculado gtado de crudeza y desenfado: la ptesencia misma hemos intentado apuntar rio obstante los logros señalados
del material o el empleo cle técnicas pobres, de las imágenes con lespecto e la teivindicación de una memoria visual efl-
o de los objetos tal como son) en una suerte de otdenamien teridida como compromiso ético no lo€ira dar aquello que
to en el espacio que voluntariamente quiere dejar de set tal. Pfomete.
La paradoja fuadamental del antiarte en la vetieote local 1,a En mi opinión, en algrin momento del proceso ellos
la enunci<i en su momento Roberto Nliró Quesada cuando han confundido pobreza artística con pobreza estética:
criticó negativamente la ob¡a de l{e¡l¡ert Rodríguez, pues mientras la pdmera es esgrimida sabia$ente en contra de
veía en ella una exeltación de Ia pobteza no sólo visual sino los finos acabados y del supuesto o real público especiali-
social. Recoger visualmente la estética del ¿áz para establecer zado limeño, lo segundo es ur efecto residual de un inten-
to de comunicacióo di¡ecta -"si¡ medi¿ción" con un des
tinatatio que es el imagrnario ciudadano p¡omedio limeño.
Fue a mediados de 1999 en la c¿s¿ de Cuat¡otal¡las. t¿mbiéo en B¿ Detengámonos por un momento e11 el recu$o visual
rreñco. Unr lersri¡ distinta de este trab¡¡, fue frese¡tada e¡ la de interfe¡ir las imágenes que ha sido empleado también
ñDesú^ Etueryefria Attun¡a en octubrc dcl mismo añq salón p2¡aiclo
a la II Blenal Ibcroame¡icaná de Lima.
-y corl suceso- Pot el colec¡wo Peú Fábica. Como ¡ecurso
..1.,,\e.el]"m'm",.ncLchc.Sc.nnfundcl,lgl.,c visual la i¡terfetencia es como un tachón puesto en alguna
con asceúsmo. Lo que hay en la cultura de Ia pobreza es un, lósiu imagen por el poder que ésta tieoe sobre nosotros. El gesto
formidible de supe,viveflcia que se adecui a la carencia; pero en Ia sBele resalta¡ pot contfaste la imagen tachada, pues quien
medida que esr es unz sltuación a ser superad, (...) sus productos Ia ve intenta reconstruitla involu¡tariamente, lo cual des-
no pueden ser asumidos como vaüosos en símjsmos. Los trabajos de
pierta la memoria, algo así como una reacción en cadena.
Herbert Rodtíguez que se i¡sc¡iben dentro de esra tendencia son víc-
dm¿s de este ¡),?arr. son una autocomplácencia sin s,lid,". En'Arte En el lugzr del tachór',los de Pienra emplean signos
Utbana", ree'tsra .\'ú.id/;lhry PünriPd.ió\ áicieñbre ¿e 1t)86. que a veces Potenciari la imagen como en e1 rectángulo
¡ "^'
-. iói&#
rFc¡r¡g|ttl¡zrJr-
_
blanco con ln palabr¡ "Piensa" ¡ ¿ aludirlo;
r.r ,,1,.'.rnlc cr , ,u, c,l,u..Lnrri .,¡tni,,n.
la recargan iniltilmente c()mo cn cl cas()
del impcrdible v la imxgcn cle lr>s ccrros
quc hecían propaganda politict a
Fujimori: "Pcrú, peis con fuur()". Ilstc
irltimo caso es sigoit-icatiro, pues corro re
i r nr. vi.u.r' .l in¡r rlil,'c .rnr .,c,,.rr(,I
mic¡tos como lx prctcstx (le trle\-o del '68
ftancés con la movicle Punk cn LrI., 1976,
en los cr¡ntertos conttacultur¿lcs intcrna
cion¡les: micotras en Lrs afichcs <lc 1968
cl imperdible est¡bn c¡ le l¡oce dc un¡
momia sÍmboLr dc cómo c1 podcr intentl
N" t5/200t