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DIRECTOR:
PAULA ANDREA GARCÍA ARENAS
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Firma del Presidente del Jurado
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Firma del Jurado
_______________________________
Firma del Jurado
La Universidad no se hace responsable por los conceptos emitidos por los alumnos en sus
trabajos de síntesis; sólo velará por que no se publique nada contrario al dogma y la moral
católica y porque las tesis no contengan ataques o polémicas puramente personales, antes
bien, se vea en ellas el anhelo de buscar la verdad y la justicia (Reglamento General de la
Pontificia Universidad Javeriana. Artículo 23 de la Resolución No. 13 del 06 de junio de
1964).
Bogotá, D.C., 2015
ὅτι ἐὰν ὁμολογήσῃς ἐν τῷ στόματί σου
κύριον Ἰησοῦν καὶ
πιστεύσῃς ἐν τῇ καρδίᾳ σου
ὅτι ὁ θεὸς αὐτὸν ἤγειρεν ἐκ νεκρῶν,
σωθήσῃ
Rm 10, 9
DEDICATORIA
A.M.D.G.
TABLA DE CONTENIDO
INTRODUCCIÓN……………………………………………………………………........ 9
CAPÍTULO I
2.1 Perseguidor......................................................................................................... 42
2.2 Ahora es “El Apóstol”........................................................................................ 46
2.3 Predicar el evangelio a los gentiles.................................................................... 51
2.4 Conclusiones...................................................................................................... 53
CAPÍTULO III
CONCLUSIONES............................................................................................................... 77
BIBLIOGRAFÍA.................................................................................................................. 79
ANEXOS.............................................................................................................................. 84
Anexo 1. Vocabulario básico................................................................................... 84
Anexo 2. Cronología de la vida y misión de Pablo.................................................. 88
Anexo 3. Corpus Paulinum...................................................................................... 90
INTRODUCCIÓN
A pesar del tiempo transcurrido, Pablo sigue siendo referente válido para todo
creyente que desee comprender 2 la experiencia misionera y eclesial de la primera
generación de cristianos, para así dialogar y servir de puente 3 entre los procesos
evangelizadores de hoy en día. Este urgente y complejo encuentro, entre los textos
antiguos y el mundo moderno, requiere de parte nuestra la capacidad de escuchar desde la
distancia cronológica que es también cultural e histórica, 4 las voces que cuestionan y
confrontan nuestras comprensiones para hacer posible una verdadera comunicación.
Pablo, que desempeñó su actividad misionera entre los años 32 y 60 d. C.,5 es uno
de los personajes más importantes del Nuevo Testamento, debido a la abundante
1
Baena, “Fenomenología de la revelación”, 558.
2
La lectura científica de los textos del N.T. nos permite establecer conexiones entre las
observaciones y deducir conclusiones de las observaciones para comprender mejor el texto bíblico.
Para ampliar, ver a Egger, “Lecturas del Nuevo Testamento”, 18.
3
Barbaglio, Pablo de Tarso y los orígenes cristianos, 13.
4
Ibid., 15.
5
Para conocer la cronología desde el esquema tradicional y crítico, ver a Vanni, “Las cartas de
Pablo”, 7-8.
9
información que tenemos de él, y por pertenecer a la época originaria y fundacional del
cristianismo primitivo.6
Al tomar nuestra Biblia en el orden canónico aceptado, basta con prestar atención al
índice y notaremos que de los veintisiete libros neotestamentarios, veintiuno aparecen como
«cartas» o «epístolas», 7 de las cuales catorce (Corpus Paulinum) 8 se relacionan con el
nombre de Pablo, encontrando una pequeña mención de él en 2 Pedro 3, 15.9 De los 28
capítulos que conforman el libro de los Hechos de los Apóstoles, 20 de ellos (a partir de 7,
58) nos presentan detalles biográficos y relatos de la vida de Pablo.
Pablo es sin duda el personaje más accesible para nosotros del cristianismo
primitivo, incluido Jesús. En efecto, ningún otro puede ofrecer un testimonio tan
vivo y palpitante como son las cartas paulinas. Ya a principios de nuestro siglo, W.
Wrede declaraba que Pablo es la figura más clara del cristianismo de los orígenes, la
única figura clara en cierto sentido. Podemos igualmente estar de acuerdo con el
6
Becker, Pablo, el apóstol de los paganos, 13.
7
En el trabajo nos hemos inclinado por utilizar el término «carta». Respecto a la diferencia entre
carta o epístola, ver a Sánchez, “Escritos paulinos”, 51-52.
8
Para entender el Corpus Paulinum, ver el Anexo 3 del presente trabajo. Para profundizar ver a
Vanni, “Las cartas de Pablo”, 16-17.
9
“Pensad que la paciencia de nuestro Señor es para nuestra salvación, tal como os lo escribió
también Pablo, nuestro querido hermano, según la sabiduría que le fue otorgada” (2P 3, 15).
10
Becker, Pablo, el apóstol de los paganos, 13.
11
Barbaglio, Pablo de Tarso y los orígenes cristianos, 23-32.
12
Ibid., 13.
10
juicio de R. Bultmann: la comprensión del cristianismo de los orígenes se decide en
la comprensión de Pablo. Él está sólidamente plantado en el centro del cristianismo
del siglo I y, en parte, del siglo II, calificado en gran parte por su iniciativa y por las
reacciones que Pablo provocó.13
En este sentido, lo narrado en las cartas y en el relato lucano, no son datos sueltos e
irreconciliables entre sí. Con tal de relacionar ambas fuentes, Brown explica tres maneras:
Identificamos la postura intermedia de las presentadas por Brown como aquella que
orienta la manera en que nos aproximamos a los textos estudiados en el presente trabajo. Si
una de las formas en que Pablo evangeliza a los paganos es contando su historia y proceso
13
Ibid., 21-22.
14
Para ubicar cronológicamente la redacción de las cartas, ver Anexo 2 del presente trabajo.
15
Nueve dirigidas a comunidades de localidades geográficas (Rm, 1 y 2Cor, Ga, Ef, Flp, Col, 1 y
2Ts); y cuatro a particulares (1 y 2 Tm, Tt, Flm). Para una mejor comprensión, ver a Brown,
“Introducción al Nuevo Testamento II”, 542.
16
Brown, “Introducción al Nuevo Testamento II”, 557-558.
11
de vida (ver Ga 1, 23), sin obviar dificultades y temores (ver 1Cor 9, 3), entonces debemos
valorar que la exposición de la vida propia no es simple transmisión de datos, sino
fundamento originante de todo proceso de evangelización. Hablar de Pablo como
evangelizador de los gentiles (Ga 1, 16; Hch 9, 15; 22, 21; 26, 23), requiere tanto de lo
contenido en sus cartas, como de la versión de los Hechos, cuya interpretación teológica17
nos permite una visión general de la expansión del cristianismo “hasta los confines de la
tierra” (Hch 1, 8).
Por esta razón, la pregunta de investigación que guía el presente trabajo es ¿Cómo
entiende Pablo su vocación y cómo la presenta Lucas en Los Hechos de los Apóstoles?
Con tal de desarrollar este planteamiento, Bernard Lonergan describe que el ser
humano tiene cuatro formas fundamentales de acercarse al conocimiento. Estas son:
18
experimentar, entender, afirmar y decidir.
17
Ibid., 558.
18
Lonergan, Método en Teología, 22.
19
Ibid., 16.
20
Ibid., 17.
12
El acceso al acontecimiento de comunicación, en el caso de textos bíblicos,
podemos lograrlo únicamente a través del texto mismo. Mediante la aplicación y
utilización exacta del modelo de comunicación expuesto, se pueden deducir del
texto mismo algunas conclusiones retrospectivas sobre los demás factores de la
comunicación, es decir, sobre el autor y su época, sobre los lectores a quienes él
quería dirigirse, etc.21
Teniendo como trasfondo el contexto, nos acercamos, sin la ayuda de autores, a las
perícopas de las cartas (Rm 1, 1-2; 1Cor 9, 1-3; 1Cor 15, 8-11; Ga 1, 11-24; Flp 3, 5-11),
las cuales, posterior a visualizarlas, son comparadas y sincronizadas en tablas que nos
permiten sacar de ellas mismas los elementos comunes y propios. Y en un segundo
momento, realizamos un proceso similar con las perícopas de los Hechos (9, 1-18; 22, 4-21;
26, 9-23), las cuales tras visualizarlas, compararlas y sincronizarlas, nos ofrecen los
elementos comunes y propios de cada relato.
21
Egger, “Lecturas del Nuevo Testamento”, 44.
22
Ibid., 248.
13
su contexto, para poner la bases y tender puentes de comunicación con el pasado y
descubrir el sentido para nuestro tiempo.23
En el diálogo con los textos, la tarea académica de los autores consultados, aparece
como garante de estar realizando una lectura científica24 que nos ayude a comprobar que,
efectivamente, el sentido de los textos es el correcto y que nuestra interpretación se
enmarca dentro de los límites subjetivos aceptados.
Darle vida al texto bíblico para que pueda presentarse al hombre y mujer de hoy, es
la tarea del tercer y último capítulo, que mediante el modelo de lectura y comprensión
actualizante de la escritura, 25 permite que las perícopas seleccionadas referentes a la
vocación de Pablo, iluminen nuestra realidad vocacional y misionera dentro de la Iglesia.
Recurrir a los relatos del Apóstol del Señor (1Cor 9, 2) para iluminar nuestra vida
vocacional y misionera, es confiar en la larga y profunda interpretación 26 que Pablo hiciera
de su vocación y del «misterio cristiano» desarrollado en los últimos años de su vida.
23
Ibid., 252.
24
Ibid., 16.
25
Ibid., 257.
26
Baena, Fenomenología de la revelación, 599.
14
CAPÍTULO I
Sería erróneo traer los relatos bíblicos sin antes ofrecer un margen de lectura
contextual, que posibilite al lector tener puntos de referencia desde los cuales iniciar la
interpretación de los textos.
27
Aguirre, Así empezó el cristianismo, 50.
15
Esta respuesta no era única 28 para todos los judíos debido a la gran variedad y
corrientes dentro del propio judaísmo. Por tal razón podemos hablar de “judaísmos”,29 que
en cierto sentido expresa que la respuesta acerca de cómo vivir la fidelidad a Yahvé estaba
condicionada por las diversas circunstancias históricas y sociales.
De esta forma, los proyectos en apariencia individual, son “yoes”31 en los cuales
está incluido el anhelo e interés de los demás integrantes de un grupo. Es decir. En la
cultura de orientación colectivista, el interés grupal está detrás de todo reconocimiento o
proyecto individual.
28
Ibid., 51.
29
Ibid., 52.
30
Ibid., 62.
31
Neufeld, Para entender el mundo social del Nuevo Testamento, 44.
32
Malina, El mundo del Nuevo Testamento, 90.
16
En este sentido, el diadismo provocaba en la conformación de la personalidad en el
siglo I, que cada miembro se sintiera comprometido y cuidadoso en el cumplimiento y
ejercicio de su actividad acorde a su posición social, pues la interrelación33 y consideración
de los demás, era más importante que la propia evaluación individual de su proceder en la
vida.
Tener objetivos comunes y defender las costumbres, servía no sólo para ser
reconocidos, sino para llegar a ser más fuertes que los otros, mejorando así la posición
social como grupo. 34 Para lograrlo, abandonar los deseos egoístas y necesidades
individuales, permitía orientar todo el esfuerzo personal para crear bienestar grupal. De
esta forma, el miembro moralmente perfecto35 es aquel que deja todo proyecto que pueda
rivalizar con el grupo, asumiendo las luchas colectivas como propias.
De esta manera podemos entender que Pablo se sintiera, en un primer momento, con
la obligación de defender y vivir acorde a la figura de la Ley, pues fue su referente de
crianza (ver Flp 3,5).
33
Ibid., 86.
34
Neufeld, Para entender el mundo social del Nuevo Testamento, 48.
35
Aguirre, Así empezó el cristianismo, 64.
36
Ibid., 73.
37
Ibid., 76.
38
Neufeld, Para entender el mundo social del Nuevo Testamento, 49.
17
Ahora bien. En la cultura de orientación colectivista, identificamos grupos que
podemos catalogar de fuertes y débiles. Un grupo fuerte sería aquel en el cual todos los
miembros comparten una identidad común sin que exista oposición39 ni divergencias entre
el individuo y los valores grupales. Y el grupo débil, estaría conformado por individuos
que debido a factores externos, priorizan intereses particulares dejando a un lado las
necesidades grupales.40
39
Malina, El mundo social de Jesús y los evangelios, 65.
40
Ibid., 66.
41
Aguirre, Así empezó el cristianismo, 59.
42
Ibid., 62.
43
Neufeld, Para entender el mundo social del Nuevo Testamento, 43.
18
1.1.2 Comportamiento anómico
Por lo tanto, nos atrevemos a formular las siguientes preguntas: ¿Qué afectó la vida
y certezas de Pablo para que dejara de ser perseguidor de los seguidores de Jesús? ¿Qué
falló en la sociedad de su época para que cambiara de grupo?
Para dar respuesta a las preguntas mencionadas, nos referiremos a las características
propias del desarraigo social provocado por una crisis45 generalizada en la sociedad judeo-
palestina, como elementos que impidieron a sus miembros a seguir siendo cumplidores de
la doctrina grupal, tal y como orientaba la cultura colectivista del siglo I.
44
Vanni, Las cartas de Pablo, 9.
45
Theissen, Estudios de sociología del cristianismo primitivo, 41.
19
a) donde los miembros de una sociedad no pueden ya desarrollar su vida según
normas de su medio ambiente social hereditario;
b) donde este fenómeno se ha extendido por encima del término medio;
c) donde los grupos respectivos han sufrido cambios en su status que ha producido
conmoción en su modo tradicional de vida. 46
46
Ibid., 70.
47
Ibid.
48
Ibid., 72.
49
Malina, El mundo del Nuevo Testamento, 94.
50
Theissen, Estudios de sociología del cristianismo primitivo, 77.
20
consideraran que por el bien de la mayoría, algo debía cambiar, y al ser el movimiento de
Jesús una opción desde la religión, el desarraigo le permitió buscar soluciones para mejorar
como grupo.
A partir del contexto hemos comprendido la importancia del grupo en una cultura de
orientación colectivista, y la forma en que el desarraigo provocó comportamientos
anómicos dentro de sus miembros.
Teniendo como telón de fondo estos aspectos del contexto, y con tal de conocer la
forma en que Pablo relata su vocación en las cartas, utilizaremos las siguientes perícopas:
Ga 1, 11-24; 1Cor 9, 1-3; 1Cor 15, 8-11; Flp 3, 5-11; Rm 1, 1-2.
Con las perícopas seleccionadas, y sin recurrir a autores, procedemos a analizar los
relatos desde el análisis literario y narrativo, y encontrar sus similitudes y diferencias. Nos
fijaremos especialmente en aquellos aspectos pertinentes para realizar posteriormente, el
mismo ejercicio con lo relatado en la obra de lucana de los Hechos de los Apóstoles.
21
1.2.1 Textos
Carta a los Gálatas 1, 11-24
11 Porque quiero que sepáis, hermanos, que el Evangelio anunciado por mí no es de orden humano,
12 pues yo no lo recibí ni aprendí de hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo.
13 Seguramente habéis oído hablar de mi conducta anterior en el judaísmo, cuán encanizadamente perseguía a la
iglesia de Dios para destruirla,
14 y cómo superaba en el judaísmo a muchos compatriotas de mi generación, aventajándoles en el celo por las
tradiciones de mis antepasados.
15 Mas, cuando Aquel que me separó desde el seno de mi madre y me llamó por su gracia, tuvo a bien
16 revelar en mí a su Hijo, para que lo anunciase entre los gentiles, al punto, sin pedir consejo a hombre alguno,
17 ni subir a Jerusalén donde los apóstoles anteriores a mí, me fui a Arabia, de donde volví a Damasco.
18 Al cabo de tres años, subí a Jerusalén para conocer a Cefas; y permanecí quince días en su compañía.
19 Y no vi a ningún otro apóstol, sino a Santiago, el hermano del Señor.
20 Y Dios es testigo de que esto que os escribo no es mentira.
21 Más tarde me fui a las regiones de Siria y Cilicia.
22 Las iglesias de Cristo en Judea no me conocían personalmente;
23 solamente habían oído decir: “El que antes nos perseguía ahora anuncia la buena nueva de la fe que entonces
quería destruir”.
24 Y alababan a Dios por mi causa.
22
1.2.2 Textos comparados
Cuadro comparativo sin modificar la ubicación de los versículos en cada perícopa.
Ga 1, 11-24 1Cor 9, 1-3 1Cor 15, 8-11 Flp 3, 5-11 Rm 1, 1-2
11 Porque quiero que sepáis, 1¿No soy yo 8 Y en último 5 Fui circuncidado al 1 Pablo, siervo
hermanos, que el Evangelio libre? ¿No soy término se me octavo día; de Cristo Jesús y
anunciado por mí no es de yo apóstol? apareció pertenezco al linaje apóstol por
orden humano, 12 pues yo no lo ¿Acaso no he también a mí, de Israel, a la tribu de vocación,
recibí ni aprendí de hombre visto yo a Jesús, que soy como Benjamín; soy hebreo escogido para el
alguno, sino por revelación de Señor nuestro? un aborto. 9 e hijo de hebreos; en Evangelio de
Jesucristo. 13 Seguramente ¿No sois En realidad, cuanto a la ley, Dios, 2 que Él
habéis oído hablar de mi vosotros el fruto soy el último fariseo; 6 en cuanto al había ya
conducta anterior en el de mi tarea de de los celo, perseguidor de prometido por
judaísmo, cuán anunciar al apóstoles, la iglesia; en cuanto a medio de sus
encanizadamente perseguía a la Señor? 2 Si para indigno la justicia que profetas en las
iglesia de Dios para destruirla, otros no soy incluso de tal proporciona la Ley, Escrituras
14 y cómo superaba en el apóstol, para nombre, pues intachable. 7 Pero lo Sagradas.
judaísmo a muchos vosotros sí que llegué a que antes consideré
compatriotas de mi generación, lo soy; ¡vosotros perseguir a la ganancia, lo tengo
aventajándoles en el celo por sois la iglesia de ahora por pérdida a
las tradiciones de mis confirmación de Dios. 10 Mas, causa de Cristo. 8
antepasados. 15 Mas, cuando que soy apóstol por la gracia Más aún, juzgo que
Aquel que me separó desde el del Señor! 3 Ésta de Dios, soy lo todo es pérdida ante
seno de mi madre y me llamó es mi defensa que soy; y la la sublimidad del
por su gracia, tuvo a bien 16 contra quienes gracia de Dios conocimiento de
revelar en mí a su Hijo, para me critican. no ha sido Cristo Jesús, mi
que lo anunciase entre los estéril en mi Señor. Por él perdí
gentiles, al punto, sin pedir caso. Antes todas las cosas;
consejo a hombre alguno, 17 ni bien, he incluso las tengo por
subir a Jerusalén donde los trabajado más basura para ganar a
apóstoles anteriores a mí, me que todos Cristo 9 y
fui a Arabia, de donde volví a ellos; aunque encontrarme
Damasco. 18 Al cabo de tres no he sido yo, arraigado en él, no
años, subí a Jerusalén para sino la gracia mediante mi justicia,
conocer a Cefas; y permanecí de Dios, que la que viene de la
quince días en su compañía. 19 me acompaña. Ley, sino mediante la
Y no vi a ningún otro apóstol, 11 Pues bien, que viene por la fe en
sino a Santiago, el hermano del tanto ellos Cristo, la justicia que
Señor. 20 Y Dios es testigo de como yo viene de Dios,
que esto que os escribo no es predicamos apoyada en la fe. 10
mentira. 21 Más tarde me fui a esto; y esto es Pretendo así
las regiones de Siria y Cilicia. lo que habéis conocerle a él, sentir
22 Las iglesias de Cristo en creído. el poder de su
Judea no me conocían resurrección y
personalmente; 23 solamente participar en sus
habían oído decir: “El que antes padecimientos,
nos perseguía ahora anuncia la haciéndome
buena nueva de la fe que semejante a él en la
entonces quería destruir”. 24 Y muerte 11 y tratando
alababan a Dios por mi causa. de llegar a la
resurrección de entre
los muertos.
23
1.2.3 Textos sincronizados
El siguiente esquema nos ayuda a visualizar de una mejor manera las palabras y
frases comunes, así como lo propio de cada perícopa.
En negrita aparecen marcadas las palabras que han sido consideradas de especial
importancia e interés en nuestro trabajo, y a partir de la segunda mitad de los cuadros,
aparecen en cursiva los aspectos propios de cada perícopa.
24
me llamó por su Más, por la gracia sino mediante la
gracia, tuvo a bien de Dios, soy lo que que viene por la fe
revelar en mí a su soy; y la gracia de en Cristo, la
Hijo, (v15-16) Dios no ha sido justicia que viene
estéril en mi caso. de Dios, apoyada
(v10) en la fe. (v9)
Lo propio
sin pedir consejo a ¿No soy yo libre? que soy como un 7 Pero lo que antes Pablo, siervo de
hombre alguno, ni (v 1) aborto. En consideré Cristo Jesús (v1)
subir a Jerusalén realidad, indigno ganancia, lo tengo
donde los apóstoles Si para otros no incluso de tal ahora por pérdida
anteriores a mí, soy apóstol, para nombre, (v9) a causa de Cristo.
(v16-17) vosotros sí que lo
soy; ¡vosotros sois he trabajado más 8 Más aún, juzgo
me fui a Arabia, de la confirmación de que todos ellos; que todo es
donde volví a que soy apóstol del aunque no he sido pérdida ante la
Damasco. (v17) Señor! Ésta es mi yo, sino la gracia sublimidad del
defensa contra de Dios, que me conocimiento de
Las iglesias de quienes me acompaña. (v10) Cristo Jesús, mi
Cristo en Judea no critican. (v2) Señor. Por él
me conocían perdí todas las
personalmente; cosas; incluso las
(v22) tengo por basura
para ganar a
solamente habían Cristo
oído decir: “El que
antes nos perseguía 9 y encontrarme
ahora anuncia la arraigado en él,
buena nueva de la (v7-9)
fe que entonces
quería destruir”. Pretendo así
(v23) conocerle a él,
sentir el poder de
su resurrección y
participar en sus
padecimientos,
haciéndome
semejante a él en
la muerte
11 y tratando de
llegar a la
resurrección de
entre los
muertos.(v10-11)
25
1.2.4 Lo común
Perseguidor
Yo fui elegido
Apóstol
26
El celo
En Gálatas 1, 14, Pablo reconoce que “aventajaba” a muchos por su celo en tanto a
las tradiciones de sus antepasados. Esto nos indica que Pablo se destacaba de entre sus
iguales por considerarse “intachable” en el cumplimiento de la Ley (Flp 3, 6).
Predicador
La gracia
En Gálatas 1, 15, Pablo relata que Dios lo llamó por su gracia, y que la gracia de
Dios no ha sido estéril (1Cor 15, 10). En Filipenses 3, 9, Pablo explica que ya no es la
justicia que viene de la Ley la que lo mueve, sino la que viene por la fe en Cristo.
1.2.5 Lo propio
Antes y después
27
En Corintios, Pablo se defiende ante quienes lo critican, diciendo que su mejor carta
de presentación es el trabajo que ha realizado como apóstol, en tanto muchos le han creído
(1Cor 9, 2-3). Y ante aquellos que siguen sin creerle, Pablo intenta explicar que a pesar de
ser indigno de llamarse apóstol, y de considerarse como un aborto (1Cor 15, 8), son dos
elementos los que presenta como particulares y por lo tanto especiales; que ha trabajado
más que todos (los demás apóstoles), y que ha sido la gracia de Dios la que ha obrado en él
(1Cor 15, 10).
En Filipenses explica que antes consideraba y asignaba valor a muchas cosas, pero
que a partir del conocimiento de Cristo Jesús y su causa, ahora lo tiene por pérdida y basura
(Flp 3, 8). Para Pablo dejar sus cosas y arraigarse en Cristo es permitirse conocerle y
participar en sus padecimientos (Flp 3, 10).
Siervo
El libro de los Hechos de los Apóstoles, al igual que el tercer evangelio, se atribuye
a Lucas, el compañero de Pablo que era oriundo de Antioquía.51
51
Brown, Nuevo comentario bíblico San Jerónimo, 203-205.
28
Para conocer los relatos de la vocación de Pablo en el libro de los Hechos de los
Apóstoles, utilizaremos las siguientes perícopas: Hch 9, 1-18; Hch 22, 4-21; Hch 26, 9-23.
Nótese que no recurriremos a autores, siendo los elementos comunes y propios, frutos de
nuestro análisis y reflexión.
1.3.1 Textos
29
8 Yo respondí: “¿Quién eres, Señor?” Me dijo: “Yo soy Jesús Nazoreo, a quien tú persigues.”
9 Los que estaban allí vieron la luz, pero no oyeron la voz del que me hablaba.
10 Pregunté entonces: “¿Qué he de hacer Señor?” El Señor me respondió: “Levántate y vete a Damasco. Allí se
te dirá todo lo que está establecido que hagas.”
11 Como yo no veía, a causa del resplandor de aquella luz, llegué a Damasco conducido de la mano por mis
compañeros.
12 Un tal Ananías, hombre piadoso como manda la Ley y bien acreditado por todos los judíos que habitaban
allí,
13 vino a verme y, presentándose ante mí, me dijo: “Saúl, hermano, recobra la vista.” Y en aquel momento lo
pude ver.
14 Él me dijo: “El Dios de nuestros antepasados te ha destinado para que conozcas su voluntad, veas al Justo y
escuches la voz de sus labios,
15 pues has de ser su testigo ante todos los hombres, proclamando lo que has visto y oído.
16 Y ahora, ¿qué esperas? Levántate, recibe el bautismo y lava tus pecados invocando su nombre.”
17 “De vuelta ya en Jerusalén, y mientras rezaba en el templo, caí en éxtasis.
18 Entonces lo vi y oí que me decía: “Date prisa y marcha inmediatamente de Jerusalén, pues no van a aceptar
el mensaje que les transmitas acerca de mí.”
19 Yo respondí: “Señor, ellos saben que yo andaba por las sinagogas encarcelando y azotando a los que creían
en ti;
20 y cuando se derramó la sangre de tu testigo Esteban, yo también me hallaba presente, aprobando la acción y
guardando los vestidos de los que lo estaban matando.”
21 Él añadió: “Marcha, porque voy a enviarte lejos, a los gentiles”.
30
1.3.2 Textos comparados
31
santos en Jerusalén, 14 y que aquí hombres, proclamando lo que has desobediente a la visión celestial,
tiene poderes de los sumos visto y oído. 16 Y ahora, ¿qué 20 pues he predicado a todos que se
sacerdotes para apresar a todos los esperas? Levántate, recibe el conviertan y se vuelvan a Dios,
que invocan tu nombre.” 15 El bautismo y lava tus pecados haciendo obras dignas de un
Señor le respondió: “Vete, pues invocando su nombre.” 17 “De convertido. Primero me dirigí a los
he elegido a éste como vuelta ya en Jerusalén, y mientras habitantes de Damasco, después a
instrumento para llevar mi rezaba en el templo, caí en éxtasis. los de Jerusalén y a los del país de
nombre a los gentiles, a los reyes 18 Entonces lo vi y oí que me Judea, y también a los gentiles. 21
y a los israelitas. 16 Yo le decía: “Date prisa y marcha Por esto los judíos, después de
mostraré cuánto tendrá que inmediatamente de Jerusalén, pues prenderme en el Templo, intentaron
padecer por mi nombre.” 17 Fue no van a aceptar el mensaje que les darme muerte. 22 Con el auxilio de
Ananías, entró en la casa, le transmitas acerca de mí.” 19 Yo Dios me he mantenido firme hasta
impuso las manos y le dijo: “Saúl, respondí: “Señor, ellos saben que el presente, dando testimonio a
hermano, me ha enviado a ti el yo andaba por las sinagogas pequeños y adultos, sin decir nada
Señor Jesús, el que se te apareció encarcelando y azotando a los que al margen de lo que los profetas y el
en el camino por donde venías, creían en ti; 20 y cuando se mismo Moisés dijeron que había de
para que recobres la vista y te derramó la sangre de tu testigo suceder: 23 que el Cristo tenía que
llenes del Espíritu Santo.” 18 Al Esteban, yo también me hallaba padecer y que, después de resucitar
instante cayeron de sus ojos una presente, aprobando la acción y el primero de entre los muertos,
especie de escamas y recobró la guardando los vestidos de los que lo anunciaría la luz al pueblo judío y a
vista: se levantó y fue bautizado. estaban matando.” 21 Él añadió: los gentiles.
“Marcha, porque voy a enviarte
lejos, a los gentiles”.
Al igual que el ejercicio de análisis realizado con los relatos seleccionados de las
cartas de Pablo, no seguiremos el orden y numeración de los versículos en cada perícopa,
sino que se han omitido algunas frases y reubicado los datos comunes con el objetivo de
contrastarlos.
32
Hch 9, 1-18 Hch 22, 4-21 Hch 26, 9-23
(Primer relato) (Segundo relato) (Tercer relato)
Lo común
Entretanto Saulo, respirando Yo perseguí a muerte a este Y era tal el furor que me movía contra
todavía amenazas y muerte Camino, encadenando y ellos, que los perseguía hasta en las
contra los discípulos del Señor, encarcelando a hombres y ciudades extranjeras. (v11)
(v1) mujeres, (v4)
se presentó al Sumo Sacerdote como pueden certificar el Sumo y, con poderes recibidos de los sumos
y le pidió cartas para las Sacerdote y todo el consejo de sacerdotes, yo mismo encerré a
sinagogas de Damasco, con el ancianos. De ellos recibí también muchos creyentes en las cárceles y
fin de obtener permiso para cartas para los hermanos de daba mi visto bueno cuando se les
llevar presos (v2-3) Damasco y me puse en camino condenaba a muerte. (v10)
con intención de traer también
encadenados (v5)
a los hombres o mujeres que a todos los que allí había, para […] me había creído obligado a
encontrase, seguidores del que fueran castigados. (v5) combatir con todos los medios el
Camino. (v2) nombre de Jesús, el Nazoreo. (v 9)
Frecuentemente recorría todas las
sinagogas y, a fuerza de castigos, les
obligaba a retractarse de su fe, (v11)
Pero yendo de camino, cuando Pero yendo de camino, estando En este empeño me dirigí a Damasco
estaba cerca de Damasco, (v3) ya cerca de Damasco, (v6) (v12) […] yendo de camino (v13)
lo envolvió de pronto una luz me envolvió de repente una gran vi, majestad, una luz que venía del
venida del cielo, (v3) luz venida del cielo. (v7) cielo, más resplandeciente que el sol,
(v13)
cayó en tierra y oyó una voz Caí entonces al suelo y oí una Caímos todos a tierra y pude oír una
que le decía: (v4) voz que me decía: (v7) voz que me decía en lengua hebrea:
(v14)
“Saúl, Saúl, ¿por qué me “Saúl, Saúl, ¿por qué me “Saúl, Saúl, ¿por qué me persigues?
persigues?” (v4) persigues?” (v7) (v14)
El pregunto: “¿Quién eres, Yo respondí: “¿Quién eres, Yo respondí: ¿Quién eres, Señor? El
Señor?” Y él: “Yo soy Jesús, a Señor?” Me dijo: “Yo soy Jesús Señor me dijo: “Yo soy Jesús, a quien
quien tú persigues. (v5) Nazoreo, a quien tú persigues.” tú persigues. (v15)
(v8)
Pero levántate, entra en la Pregunté entonces: “¿Qué he de Pero levántate, ponte en pie. (v16)
ciudad y te dirán lo que debes hacer Señor?” El Señor me
hacer.” (v6) respondió: “Levántate y vete a
Damasco. Allí se te dirá todo lo
que está establecido que hagas.”
(v10)
33
Los hombres que iban con él Los que estaban allí vieron la que me envolvía a mí y a mis
se habían detenido mudos de luz, pero no oyeron la voz del que compañeros en su resplandor. (v13)
espanto, pues oían la voz, pero me hablaba. (v9)
no veían a nadie. (v7)
34
Lo propio
Pasó (Saúl) tres días sin ver, sin Él me dijo: “El Dios de nuestros Te va a resultar duro dar coces contra
comer y sin beber. (v9) antepasados te ha destinado para el aguijón.” (v14)
que conozcas su voluntad, veas al
10 […] El Señor le llamó en una Justo y escuches la voz de sus 18 para que les abras los ojos, para
visión: “Ananías.” Él labios, (v4) que vuelvan de las tinieblas a la luz y
respondió: “Aquí estoy, Señor.” del poder de Satanás a Dios, y para
11 El Señor le dijo: “Prepárate 17 “De vuelta ya en Jerusalén, y que reciban el perdón de los pecados y
y vete a la calle Recta. Una vez mientras rezaba en el templo, caí participen en la herencia de los
allí, pregunta en casa de Judas en éxtasis. 18 Entonces lo vi y oí santificados mediante la fe en mí”.
por uno de Tarso llamado que me decía: “Date prisa y 19 Así pues, rey Agripa, no fui
Saulo. En este momento está en marcha inmediatamente de desobediente a la visión celestial, 20
oración 12 y ha visto que un Jerusalén, pues no van a aceptar pues he predicado a todos que se
hombre llamado Ananías el mensaje que les transmitas conviertan y se vuelvan a Dios,
entraba y le imponía las manos acerca de mí.” (v17-18) haciendo obras dignas de un
para recobrar la vista.” (v10- convertido. Primero me dirigí a los
12) habitantes de Damasco, después a los
de Jerusalén y a los del país de Judea,
Yo le mostraré cuánto tendrá y también a los gentiles. 21 Por esto
que padecer por mi nombre. los judíos, después de prenderme en el
(v16) Templo, intentaron darme muerte. 22
Con el auxilio de Dios me he
Fue Ananías, entró en la casa, mantenido firme hasta el presente,
le impuso las manos […] (v17) dando testimonio a pequeños y adultos,
sin decir nada al margen de lo que los
profetas y el mismo Moisés dijeron que
había de suceder: 23 que el Cristo
tenía que padecer y que, después de
resucitar el primero de entre los
muertos, anunciaría la luz al pueblo
judío y a los gentiles. (v18-23)
1.3.4 Lo común
Perseguí a muerte
Los relatos lucanos muestran a Pablo que persigue a muerte a los discípulos del
Señor (Hch 9, 1), a los del Camino (Hch 22, 4). Si consideramos nuestro cuadro con los
35
textos sincronizados, notaremos en detalle la intención y énfasis de presentar a Pablo, que
además de respirar amenazas y muerte (Hch 9, 1), efectivamente encadena y encarcela
(Hch 22, 4), incluso en ciudades extranjeras (Hch 26, 9). En Hch 26, 10, el relato lucano
recuerda que Pablo “dio su visto bueno”, y que incluso “aprobó” la lapidación de Esteban
(Hch 8, 1).
Las cartas (Hch 9, 2; 22, 5) o poderes recibidos (Hch 26, 10) de los sumos
sacerdotes, le otorgaban el “permiso” o “autorización” para encarcelar y perseguir en
Jerusalén, y en todo camino o sinagoga. De esta forma, Lucas presenta a un Pablo en pleno
ejercicio de la persecución, donde incluso a base de castigos, obliga a los discípulos del
Señor a retractarse de su fe (Hch 26, 11).
La luz
A Pablo lo envuelve una gran luz venida del cielo (Hch 9, 3; 22, 7), que resplandece
más que el sol (Hch 26, 13). En los tres relatos Pablo cae en tierra debido a esta gran luz
(Hch 9, 4; 22, 7; 26, 14), la cual, es tan fuerte que menciona en los dos primeros relatos que
no veía nada.
Una voz
En los tres relatos aparece la misma pregunta: “Saúl, Saúl, ¿por qué me persigues?”
(Hch 9, 4; 22, 7; 26, 14). El tercer relato agrega que tal pregunta fue escuchada por Saúl en
lengua hebrea. Pablo responde: “¿Quién eres, Señor?”. Y el Señor dice: “Yo soy Jesús, a
quien tú persigues” (Hch 9, 5; 22, 4; 26, 15).
36
Levántate
Los acompañantes
En los tres relatos Pablo es enviado como instrumento para llevar el nombre del
Señor a los gentiles (Hch 9, 15; 22, 21; 26, 17). En dos relatos, como complemento de su
misión, Pablo tiene la función de servidor y de ser testigo ante los hombres, y proclamar lo
que ha visto, oído, y lo que se le manifestará (Hch 22, 15; 26, 16).
Ananías
En los primeros dos relatos, aparece Ananías, al cual presentan como discípulo (Hch
9, 10), y como un hombre piadoso y bien acreditado por los judíos (Hch 22, 12).
Ananías es enviado por el Señor para que Saúl recobre la vista, se llene del Espíritu
Santo, y sea bautizado (Hch 9, 17-18; 22, 12-13). En la respuesta que ofrece Ananías al
37
Señor en el primer relato (Hch 9, 13-14), con la respuesta directa de Saúl al Señor en el
segundo (Hch 22, 19), es donde queda en evidencia que Pablo era conocido, hasta ese
momento, como alguien que perseguía, encarcelaba, azotaba y aprobaba el asesinato de
todos los que creían en el Señor.
1.3.5 Lo propio
Al referir los elementos comunes en los relatos lucanos, notamos que Pablo no
emprendió el camino a Damasco en solitario. Con tal de seguir en su empresa de perseguir
y encarcelar a los discípulos de Jesús, los tres relatos sitúan que Pablo iba acompañado de
varios amigos o compañeros.
En los tres relatos Pablo es el único que escucha la voz y ve la luz. Respecto a los
acompañantes, en el primer relato todos oyeron la voz pero no vieron al que hablaba (Hch
Hch 9, 7). En el segundo y tercer relato todos ven la luz, pero el único que oye la voz es
Pablo. (Hch 22, 9; 26, 13-14).
En el segundo relato ocurre algo que ha llamado nuestra atención: todos ven la luz
(Hch 22, 9). Siguiendo de forma lógica la narración, si todos vieron el resplandor, entonces
38
la consecuencia sería que todos quedaran “cegados”. En Pablo, efectivamente, tal efecto
del resplandor lo deja sin la capacidad de ver, razón por la cual sus compañeros lo
conducen de la mano a Damasco (Hch 22, 11). Ante tal escena debemos preguntarnos, ¿los
acompañantes se recuperaron antes que Pablo?
Tres días
El primer relato es el único en el cual Lucas añade que Pablo pasó los tres días
posteriores a lo ocurrido en Damasco sin ver, sin comer y sin beber (Hch 9, 9).
La visión de Ananías
Ananías es mencionado en los dos primeros relatos (Hch 9, 10; 22, 12). En el
primer relato aparecen 6 versículos (Hch 9, 10-16) destinados a explicar el llamado que
hace el Señor a Ananías por medio de una visión. En el diálogo que ocurre dentro de la
visión, el Señor envía a Ananías a buscar en casa de Judas a Saulo de Tarso.
En la visión Ananías le responde al Señor que él ha escuchado que Saúl tiene los
poderes de los sumos sacerdotes para hacer daño a los creyentes (Hch 9, 13). Y en la
respuesta del Señor, viene la misión encomendada a Saúl, la de ser elegido como
instrumento para llevar su nombre a los gentiles, los reyes y a los israelitas (Hch 9, 15). Es
interesante notar que únicamente en el primer relato, Ananías le impone las manos a Saulo
(Hch 9, 17).
En el segundo relato aparece Ananías, pero se omite la visión (Hch 22, 12-13). En
el tercer relato no aparece mención alguna de Ananías.
39
Sufrimiento y rechazo
40
Cartas Hechos
Pablo se presenta como alguien que fue Lucas muestra a Pablo como aquel que encadenó,
“perseguidor” de la Iglesia de Dios. (Ga encarceló y persiguió a muerte a los discípulos del
1, 13; 1Cor 15, 9; Flp 3, 6) Señor (Hch 9, 2; 22, 4; 26, 9).
Fue “elegido” para que anunciar a En los tres relatos, Pablo camino a Damasco,
Jesucristo entre los gentiles (Ga 1, 15). acompañado, ve una luz y oye la misma pregunta,
Se llama “apóstol” (Rm 1, 1; 1Cor 9, 1). “Saúl, Saúl, ¿por qué me persigues?” (Hch 9, 4;
Fue conocido por su conducta 22, 7; 26, 14).
“intachable” y aventajaba a muchos por En tanto a la elección, Lucas presenta en el primer
su “celo” en tanto al cumplimiento de la y segundo relato que Saúl recibe la misión de
ley (Ga 1, 14). Jesús resucitado por medio de Ananías. En el
Su llamado fue por gracia. (Ga 1, 15; tercer relato no hay mediación (Hch 9, 10; 22, 12)
1Cor 15, 10). Lo presenta como Pablo recibe la misión de ir a los gentiles (Hch 9,
revelación/teofanía. 15-22, 21).
1.5 Conclusiones
Con el trasfondo del contexto histórico y sociocultural del siglo I, los textos
analizados tanto de las cartas como de los Hechos, nos han ofrecido elementos comunes y
propios: En las cartas, Pablo presenta principalmente seis temas comunes: 1. Perseguidor;
2. Yo fui elegido; 3. Apóstol; 4. El celo; 5. Predicador; 6. La gracia. Cada uno de estos
elementos comunes nos dan una idea objetiva de la forma en que Pablo se presenta a los
demás, los argumentos utilizados para justificar su vocación, y los ejemplos que utiliza para
considerarse con derecho a ser reconocido como uno más de los apóstoles. De la misma
manera, tenemos alrededor de 7 elementos comunes relacionados al mismo acontecimiento
desde la versión lucana presentada en los Hechos: 1. Perseguí a muerte; 2. La luz; 3. Una
voz; 4. Levántate; 5. Los acompañantes; 6. Enviado a los gentiles; 7. Ananías.
41
CAPÍTULO II
Al visualizar lo común de las cartas y los Hechos, han sido considerados tres
detalles fundamentales que integran los relatos, y que nos permiten profundizar en los
aspectos determinantes. Los tres elementos son:
2.1 Perseguidor
Notemos las diferencias en tanto al verbo que se usa en las perícopas. En Filipenses
3, 6, se utiliza en el original griego el verbo διώκων,52 que se traduce persiguiendo. En
Gálatas 1, 13, ἐδίωκον, que se traduce perseguía. Y en 1 Corintios 15, 9, aparece ἐδίοζα
que se traduce como perseguí. El diccionario exegético 53 traduce διώχω (diōkō),
apresurarse, correr; correr en pos, andar detrás de algo, aspirar a algo, pretender algo;
perseguir. διωγμός, οῦ, ὁ (diōmos), persecución. Y διώχτης, ου, ὁ (diōktēs), perseguidor.
52
Usamos la traducción que hace el Interlineal griego-español de Francisco Lacueva, 784.
53
Balz, Diccionario exegético del Nuevo Testamento I, 1024.
42
Iglesia. Es decir. Además de entender la persecución en su sentido original de perseguir y
expulsar, o en su sentido figurado de ir tras de una persona o cosa, sirve para entender la
forma en que Pablo usa de forma retrospectiva54 su pasado.
Pablo relata en sus cartas que persiguió “a la Iglesia de Dios” 55 (1Cor 15, 9; Ga 1,
13), haciendo referencia a los cristianos situados en Jerusalén56 (Hch 9, 2; 22, 5; 26, 10),
Judea y Samaría.57 Se reconoce perseguidor de cristianos (Ga, 1, 13.23; 1Cor 15, 9; Flp 3,
6), pero no se presenta como alguien que persiguió a muerte o que motivó a otros para que
asesinaran cristianos.58
Lucas, en cambio, presenta por medio de una descripción más general, títulos que
nos indican que Pablo, además de encarcelar multitudes (Hch 8, 3), perseguía hasta la
muerte (Hch 22, 4) a los discípulos del Señor (Hch 9, 1). Esto queda en evidencia al
mencionar que Saulo, el perseguidor, ha sido puesto en una escena anterior donde aprueba
hechos sangrientos, como el asesinato de Esteban (Hch 8, 1; 22, 20).
Esta forma de presentar a Pablo en los Hechos, además de explicar que el odio e ira
de Pablo contra los cristianos va “in crescendo”,59 pretende principalmente exponer que
mientras más nefasta y cruel sea la figura del perseguidor, más clara y grandiosa será la
acción de Cristo resucitado al transformarle en Damasco.
54
Ibid., 1026.
55
Gnilka, Pablo de Tarso, Apóstol y testigo, 38.
56
Légasse, Pablo apóstol: Ensayo de biografía crítica, 73.
57
Fitzmyer, Los Hechos de los Apóstoles II, 15.
58
Légasse, Pablo apóstol: Ensayo de biografía crítica, 66.
59
Ibid., 68.
43
Ahora bien. Tanto la imagen presentada en los Hechos como en las cartas, quieren
dejar claro que el llamado llegó a Pablo en el pleno ejercicio de su actividad como
perseguidor de cristianos.60
En este ambiente de persecución hacia los seguidores de Jesús, los sumos sacerdotes
juegan un papel importante en el relato lucano. Además de brindarle a Pablo los permisos
necesarios y la autoridad63 para encarcelar y castigar cristianos (Hch 9, 1-2; 22, 4-5; 26, 9-
12), el hecho de que la autoridad reconozca y acredite a Pablo como perseguidor, expresa la
clara oposición de parte de los judíos hacia el cristianismo.
60
Gnilka, Pablo de Tarso. Apóstol y testigo, 37.
61
Ibid.
62
Ibid., 38.
63
Borg, El primer Pablo. La recuperación de un visionario radical, 78.
64
Légasse, Pablo apóstol: Ensayo de biografía crítica, 69.
44
Torá en el judaísmo, y más que eso, oponiéndose, restándole valor,65 o haciendo caso omiso
de la Ley.66
Lo expuesto anteriormente nos permite indicar que Pablo perseguía a los cristianos,
pues en cierto sentido conocía la fe de ellos y sabía quién era el personaje que congregaba
multitudes 67 en torno a esa nueva doctrina. Es probable que Pablo y su grupo se
preocuparan por conocer a sus enemigos, razón para intuir que en el momento del
acontecimiento de Damasco Pablo conociera de la vida y obra Jesús, motivo suficiente para
decir que estaba “preparado”68 para entender el llamado recibido de parte de Jesús.
En otras narraciones en las cuales el Señor resucitado aparece, los discípulos, que
habían conocido a Jesús en vida, ahora lo reconocen en un estado distinto,69 tal es el caso
de María Magdalena (Jn, 11-16), los discípulos de Emaús (Lc 24, 13-42), o el grupo de los
once (Jn 20, 19-20). Pablo, que no conoció a Jesús en vida, es capaz de “identificar” sin
dificultad quién le habla en Damasco.
65
Muyphy-O´Connor, Pablo, su historia, 47.
66
Légasse, Pablo apóstol: Ensayo de biografía crítica, 70.
67
Muyphy-O´Connor, Pablo, su historia, 45.
68
Légasse, Pablo apóstol: Ensayo de biografía crítica, 84.
69
Muyphy-O´Connor, Pablo, su historia, 45.
45
De esta forma, reconocemos desde Pablo, que toda predicación debe iniciar
incluyendo la vida pasada, que sirve no sólo para intentar ser transparente y honesto,
virtudes que posibilitan integrar la vida entera, sino que al mismo tiempo funciona como
elemento que hace posible que los oyentes se identifiquen y se dispongan a iniciar procesos
de transformación interior como hiciera Pablo posterior al acontecimiento de Damasco.
Pablo no ocultó los errores, al contrario, los expuso en el momento requerido no con
la intención de ponerse o mostrarse como un ejemplo a seguir, sino con la idea de dejar en
evidencia la fuerza e importancia de la misión a la que ha sido llamado.
Un elemento que llama nuestra atención en los relatos de la vocación de Pablo, tanto
en los Hechos como en sus cartas, es que para Lucas, Pablo vio una luz del cielo y oyó la
voz de Cristo (Hch 9, 3-4; 22. 6-7; 26, 13-14). A simple vista podemos afirmar que la
intención de Lucas es dejar claro que Pablo vio una luz, no al Señor; que oyó la voz de
Cristo, pero no vio su rostro.72 En este punto Pablo relata que, en plena contradicción con
Lucas, vio a Cristo (1Cor 9,1; 15, 8-9). Este ver a Cristo es el punto de partida que utiliza
Pablo para justificar llamarse apóstol, con igual autoridad que los otros apóstoles.
70
Légasse, Pablo apóstol: Ensayo de biografía crítica, 77.
71
Bornkamm, Pablo de Tarso, 59.
72
Borg, El primer Pablo. La recuperación de un visionario radical, 78.
46
La intencionalidad lucana al comentar que Pablo solamente oyó a Cristo,
corresponde a la necesidad de situar a Pablo al mismo nivel y en comunión con los Doce
73
apóstoles. Pero, haciendo caso mayor a lo relatado por Pablo en sus cartas,
comprendemos que Pablo vio a Jesús, al que fue crucificado (por Roma) y glorificado (por
Dios). Con esta visión vocacional, el mensaje de fe de Pablo, su teología, y el sentido de su
vida, quedan plenamente justificados y, partiendo de esta comprensión, la teología
progresiva en sus cartas pueden ser rastreadas de una mejor manera.
73
Ibid., 80.
74
Fitzmyer, Los Hechos de los Apóstoles II, 18.
75
Es interesante leer en los relatos lucanos que Pablo está acompañado en el camino a Damasco.
Esto significa que él no era el único que perseguía a los seguidores de Jesús, lo cual nos hace pensar
que tampoco fue el único que -posiblemente- transformó su vida y recibió un llamado.
76
Muyphy-O´Connor, Pablo, su historia, 49.
77
Bornkamm, Pablo de Tarso, 33.
78
Ibid., 43.
79
Malina, El mundo del Nuevo Testamento, 87.
47
En los relatos de los Hechos, observamos que Lucas ordenó los acontecimientos y
esquematizó las escenas, separando la conversión de la vocación.80 Esto indica que Lucas
prefiere exponer un proceso de conversión, donde después de tres días de ayuno y oración
(Hch 9, 9), Ananías le impone las manos y éste recobra la visión y recibe el Espíritu Santo.
Dicho de otra forma; Pablo es “bautizado” (Hch 9, 17), y tras tomar alimento y recobrar
fuerzas (Hch 9, 19) le comunican que ha sido elegido. Es decir. En Lucas se explica
primero el proceso de conversión (ayuno y oración), después el bautismo, y por último
recibir la misión.81
En lo que coinciden tanto Pablo como los relatos lucanos, es en que pasar de ser
perseguidor a apóstol del Señor, fue un acontecimiento “brusco” 82 y no un proceso o
evolución espiritual que duró años.
Por estos motivos, Pablo no entiende lo ocurrido como conversión, sino como
vocación, sustentado en la presentación que él mismo hace de su llamamiento al
apostolado, nombrándose “apóstol por vocación” (Rm 1, 1), “apóstol de Cristo Jesús por
voluntad de Dios” (1Cor 1, 1; 2Cor 1, 1), “verdadero apóstol de los gentiles” (Rm 11, 13),
80
Gnilka, Pablo de Tarso. Apóstol y testigo, 45.
81
Ibid., 44.
82
Légasse, Pablo apóstol: Ensayo de biografía crítica, 87.
83
Bruce, Pablo: apóstol de corazón liberado, 94
84
Malina, El mundo del Nuevo Testamento, 87.
48
“apóstol no por designación de los hombres ni por mediación humana alguna, sino por
Jesucristo y Dios Padre” (Ga 1, 1). Por estas razones, en el presente trabajo nos hemos
inclinado por utilizar el término vocación, tal y como lo presenta Pablo, y no conversión,
como lo presenta Lucas.
Pablo deja claro que él tiene derecho a llamarse “apóstol” (1Cor 9, 1-2), pero
también se autocalifica como el de menor importancia, “y en último término se me apareció
también a mí, que soy como un aborto. En realidad soy el último de los apóstoles, indigno
incluso de tal nombre […]” (1Cor 15, 8ss).
85
Gnilka, Pablo de Tarso. Apóstol y testigo, 45.
86
Fitzmyer, Los Hechos de los Apóstoles II, 17.
49
un “héroe”,87 a quien se le aparece el mismo Cristo Resucitado, razón por la cual pareciera
ser el único apóstol88 que aparece en las cartas.
Ahora bien. En Flp 3, 7 leemos, “pero lo que antes considere ganancia, lo tengo
ahora por pérdida a causa de Cristo”. Esto supone que el acontecimiento relatado por Pablo
incluye de forma asertiva que el llamado implica ser seducido, pero también dejarse
seducir,89 es decir, la decisión personal no se excluye en tanto que si ahora lo que se quiere
conseguir es a Cristo, entonces se debe dejar lo que antes tenía algún valor. Pablo dejó todo
lo que hasta ese momento significaba algo. Abandonó aquello que había guiado sus
acciones y certezas fundamentales.
En ese proceso que requería lucha interior,90 Pablo debía abandonar la Ley en tanto
camino de salvación, y enfocarse completamente, sin reservas, a descubrir en su vivencia
cristiana la esencia de la ley91 mostrada en el mandamiento del amor. Conocer de Pablo
que es “el amor de Dios el que ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu
Santo que nos ha sido dado” (Rm 5, 5), y “que el amor de Cristo nos apremia” (2 Cor 5,
14), puede indicarnos que tales afirmaciones fundamentaron en último momento su propia
comprensión de su vocación.
87
Ibid., 15.
88
Pervo, Pablo después de Pablo, 33.
89
Gnilka, Pablo de Tarso. Apóstol y testigo, 47.
90
Ibid., 48.
91
Ibid., 49.
50
Hemos leído que Pablo era un personaje instruido, que participaba activamente en la
vida académica, en las discusiones de su entorno, y en la defensa de sus convicciones. Es
interesante pensar que previo al acontecimiento de Damasco, Pablo conocía muy bien qué
hacía y a quiénes perseguía. Por eso en nuestro trabajo destacamos el aspecto de sentirse
llamado, pues toda la energía que Pablo gastaba en sus acciones y rutinas diarias, ahora son
enfocadas y tomadas para una empresa distinta. Es decir. No fue un cambio de un Pablo
perezoso a un Pablo que ahora va caminando incansablemente de un lado a otro. El
llamado que recibe Pablo nos sitúa frente a alguien que ahora enfoca toda su energía vital
en la predicación y en el seguimiento acorde a la revelación que ha recibido de parte de
Jesucristo en el camino a Damasco.
Lucas, que cuenta en tres ocasiones el relato del encuentro de Pablo con Jesús
camino a Damasco (9, 1-9; 22, 1-16 y 26, 9-18) no menciona cómo recibió el evangelio,
pues la intención es relacionar a Pablo con la Iglesia, por medio de la cual aprende la
historia de Jesús.93 Pablo, en cambio, relata en sus cartas (Ga 1, 11-16; 1 Cor 9, 1ss; 15, 8-
10; Flp 3, 6-8) cómo Dios le reveló a su Hijo, que debía predicar a los gentiles, y describe
cómo recibió el evangelio.
Es claro que Pablo, en los relatos lucanos, no es presentado como el único apóstol,
sino más bien como un testigo que tendrá la función importante de ser misionero entre los
92
Fitzmyer, Los Hechos de los Apóstoles, II, 14.
93
Ibid., 16.
51
gentiles.94 Ahora bien, uno de los motivos que darían razón de la necesidad de Lucas de
ubicar a Pablo como evangelizador del mundo gentil, sabiendo que él mismo se describe en
sus cartas como el único apóstol, sería la de crear unidad en las comunidades diversas y
alejadas.
En Gálatas 1, 13-17, Pablo explica con detalles únicos la forma en que ha sido
llamado y autorizado para anunciar entre los gentiles a Cristo. Esta defensa o justificación
que hace Pablo de su misión, no sirve únicamente para igualarse a los demás apóstoles, o
para que los gentiles le crean, sino que hace uso de este relato para explicar que por medio
de su llamado, Dios, al enviar a Cristo, pone fin al sistema judío basado en la justicia que
da la ley.97 Entendemos entonces que la información ofrecida por Pablo en Gálatas, sirve
para explicar algo más grande que una simple defensa que pueda hacer Pablo de él mismo.
En Gálatas 3, 23-25, Pablo explica que con la llegada de Cristo, nuestra justificación
radica en la fe, y que a partir de aquí, todos somos Hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús.
Este título cristológico de “Hijos de Dios”, pertenece precisamente al pensamiento de una
salvación para todos,98 siendo el testimonio de su vocación, el relato puesto al servicio y en
función del contenido de su predicación y su teología.
94
Pervo, Pablo después de Pablo, 35.
95
Bornkamm, Pablo de Tarso, 48.
96
Ibid., 49.
97
Ibid., 54.
98
Ibid., 55.
52
Desde esta óptica, la Evangelización no requiere de protagonismos ni necesita de
unos que se digan superiores a otros. Siguiendo el orden de ideas presentadas
anteriormente, Pablo sugiere utilizar la experiencia toda y el testimonio de vida en tanto
que se requiere para un objetivo y fin más grande y universal.
En este tercer y último elemento, resalta la figura de Pablo, elegido para ser enviado
a predicar a los gentiles. De nada nos serviría entender quién era Pablo y el llamado que
recibió, sin proyectar un futuro inmediato y lejano.
Esto parece indicarnos que el trabajo respecto a la evangelización tiene que tener
dentro de sí misma, más discusiones con otros que escucha atenta de muchos, más de malos
tratos que recepciones oficiales, más de incomprensiones y fatigas, que premios y
condecoraciones.
2.4 Conclusiones
La predicación debe continuar incluso cuando Pablo muera. Por eso es importante
entender en Pablo, que la evangelización a los gentiles no acaba con él, que otros deben
53
seguir predicando y presentando a Jesucristo, que así como Pablo caminó, se regocijó y
sufrió, deben venir otros que continúen la labor encomendada.
Estos tres elementos del pasado, presente y futuro (inmediato y lejano), nos han
ayudado a comprender que una vida dispuesta a la evangelización debe presentarse a todos
con luces y sombras. Que las sombras en vez de convertirse en elementos que impidan
actuar, pueden ser posibilidad para que otros se identifiquen con esas debilidades. Y que al
integrar el pasado con el presente, debe ser visualizado en nuestro horizonte un futuro que
ponga en movimiento lo aprendido de los errores y aciertos, para que aportemos en
procesos de evangelización auténticos y creíbles.
En esa búsqueda, veremos a continuación las luces que la vida de Pablo presenta
como propuesta de modelo vocacional y misionero a la Iglesia.
54
CAPÍTULO III
Del Concilio Vaticano II: Constitución pastoral Gaudium et Spes, sobre la Iglesia en
el mundo actual (1965); Decreto Ad Gentes, sobre la actividad misionera de la
Iglesia (1965).
Del Episcopado: Aparecida, V conferencia general del episcopado latinoamericano
y del caribe (2007).
Del Papa Francisco: Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium, sobre el anuncio
del Evangelio en el mundo actual (2013).
55
3.1 Nuestro contexto vocacional y misionero
99
Aguirre, Así empezó el cristianismo, 14.
100
Ibid., 15.
56
con diálogo, 101 más que imposición, de acompañar procesos humanos, más que dictar
juicios sobre ellos, de permitirnos compartir nuestra experiencia religiosa, más que
imponer.
Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro
tiempo, sobre todo de los pobres y cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas,
tristezas y angustias de los discípulos de Cristo. Nada hay verdaderamente humano
que no encuentre eco en su corazón. La comunidad cristiana está integrada por
hombres que, reunidos en Cristo, son guiados por el Espíritu Santo en su peregrinar
hacia el reino del Padre y han recibido la buena nueva de la salvación para
comunicarla a todos. La Iglesia por ello se siente íntima y realmente solidaria del
género humano y de su historia.103
Puede ser que renovar la evangelización requiera de hombres y mujeres que se vean
constantemente a sí mismos. Basta recordar que nadie da lo que no tiene. ¿Quién puede
evangelizar entonces? Puede evangelizar aquel que está constantemente examinando104 su
101
Compañía de Jesús, CG 35, D. 1, No. 7.
102
Ibid., No. 15.
103
Concilio Vaticano II, “Constitución pastoral Gaudium et Spes sobre la Iglesia en el mundo
actual”, No. 1.
104
Ignacio, Ejercicios Espirituales, No. 24.
57
historia personal y social con tal de corregir y mejorar. Es cierto. El simple análisis de la
realidad puede resultar tedioso y desesperanzador. Pero son precisamente esas dificultades
las que deben vencer, los que desean ser signos vivos de justicia y esperanza frente a un
panorama sombrío y desolador. En este sentido, la constitución pastoral Gaudium et Spes
reconoce:
[…] ¿Qué piensa del hombre la Iglesia? ¿Qué criterios fundamentales deben
recomendarse para levantar el edificio de la sociedad actual? ¿Qué sentido último
tiene la acción humana en el universo? He aquí las preguntas que aguardan
respuesta. Esta hará ver con claridad que el pueblo de Dios y la humanidad, de la
que aquél forma parte, se prestan mutuo servicio, lo cual demuestra que la misión de
la Iglesia es religiosa y, por lo mismo, plenamente humana.107
105
Concilio Vaticano II, “Constitución pastoral Gaudium et Spes sobre la Iglesia en el mundo
actual”, No. 4.
106
Compañía de Jesús, Sanar un mundo herido, No. 27.
107
Concilio Vaticano II, “Constitución pastoral Gaudium et Spes sobre la Iglesia en el mundo
actual”, No. 11.
58
En ocasiones, la lógica o el simple razonamiento nos devuelve a nuestra realidad en
la cual nos reconocemos sin uniformes ni cargos. Identificarnos como hermanos unos de
otros108 es tan fácil, que en ocasiones tenemos miedo de sentirnos iguales en una sociedad,
que pretende dividirnos acorde a nuestros ingresos económicos, color de piel o formación
académica.
Todo cristiano debe intentar sentir en su interior, la inclinación a tener una mirada
limpia y sincera, libre de prejuicios de toda clase. En la búsqueda de rescatar esa
humanidad y transmitir nuestra experiencia de vida, el decreto Ad Gentes nos recuerda que
la actividad misionera permite a los fieles cristianos animar procesos en los grupos
humanos:
La presencia de los fieles cristianos en los grupos humanos ha de estar animada por
la caridad con que Dios nos amó, que quiere que también nosotros nos amemos
unos a otros. En efecto, la caridad cristiana se extiende a todos sin distinción de
raza, condición social o religión; no espera lucro o agradecimiento alguno; pues
como Dios nos amó con amor gratuito, así los fieles han de vivir preocupados por el
hombre mismo, amándolo con el mismo sentimiento con que Dios lo buscó. Pues
como Cristo recorría las ciudades y las aldeas curando todos los males y
enfermedades, en prueba de la llegada del Reino de Dios, así la Iglesia se une, por
medio de sus hijos, a los hombres de cualquier condición, pero especialmente con
los pobres y los afligidos, y a ellos se consagra gozosa […].109
En la construcción de las estructuras que permitan hacer realidad esa nueva forma
de relacionarnos desde el amor recibido, nos sabemos puestos en el lugar desde el cual
estamos invitados a desempeñar nuestra labor misionera. En este sentido, Ad Gentes
continúa:
108
Compañía de Jesús, Sanar un mundo herido, No. 67.
109
Concilio Vaticano II, “Decreto Ad Gentes sobre la actividad misionera de la Iglesia”, No. 12.
59
Aunque a todo discípulo de Cristo incumbe el deber de propagar la fe según su
condición, Cristo Señor, de entre los discípulos, llama siempre a los que quiere para
que lo acompañen y los envía a predicar a las gentes. Por lo cual, por medio del
Espíritu Santo, que distribuye los carismas según quiere para común utilidad, inspira
la vocación misionera en el corazón de cada uno y suscita al mismo tiempo en la
Iglesia institutos, que reciben como misión propia el deber de la evangelización, que
pertenece a toda la Iglesia […].110
Sueño con una opción misionera capaz de transformarlo todo, para que las
costumbres, los estilos, los horarios, el lenguaje y toda estructura eclesial se
convierta en un cauce adecuado para la evangelización del mundo actual más que
para la autopreservación. La reforma de estructuras que exige la conversión
pastoral sólo puede entenderse en este sentido: procurar que todas ellas se vuelvan
más misioneras, que la pastoral ordinaria en todas sus instancias sea más expansiva
y abierta, que coloque a los agentes pastorales en constante actitud de salida y
favorezca así la respuesta positiva de todos aquellos a quienes Jesús convoca a su
amistad […].112
110
Ibid., No. 23.
111
Para profundizar en las acciones que quieren acompañar procesos de transformación de la
realidad, ver a Compañía de Jesús, “Acción e intercambio para la construcción de un futuro regional
equitativo y sostenible”.
Papa Francisco, “Exhortación apostólica Evangelii Gaudium sobre el anuncio del evangelio en el
112
60
Vivir las alegrías y tristezas de la humanidad, nos ancla ineludiblemente a buscar
junto a otros justicia en ambientes injustos. En el siglo presente, hemos sido testigos de las
múltiples y variadas formas de buscar soluciones a los problemas que nos agobian a nivel
mundial. Existen organizaciones, sin fines de lucro, que invierten recursos económicos
millonarios para distribuir alimentos en las zonas geográficas donde hombres, mujeres y
niños, mueren de hambre todos los días. Detrás de la logística y operatividad de estas
organizaciones, encontramos profesionales 113 que dedican muchos años de su vida a
realizar los estudios necesarios, para tener estrategias certeras que contribuyan de manera
efectiva a canalizar tales recursos.
La Iglesia, al contar con estructuras que van en la misma línea de acción, está
invitada a involucrarse y cooperar con cualquier iniciativa que sirva para aliviar el
sufrimiento del pobre e inocente. Pero en tal labor, no basta la simple voluntad o
activismo. Nuestra mirada puesta en la realidad estaría incompleta si creemos, que una
vida puesta al servicio, tendría la suficiente fortaleza confiando en sus propias fuerzas y
convicciones.
El cristiano sabe que sin una vida de oración, toda actividad se vaciaría de
significado en sí misma. La vida de oración114 a la cual nos referimos, es aquella que nos
invita a reconocer las necesidades de los menos favorecidos, y el trabajo diario lo
entendemos como toda actividad que aporta a la creación de una sociedad más humana. Un
113
El esfuerzo realizado por otras instituciones que buscan crear una sociedad justa y en paz, nos
invita a sentirnos compañeros de camino. Para comprender cómo puede la Iglesia sentirse
acompañada por estas instituciones, ver Arquidiócesis de Bogotá, “Por una evangelización
Misionera”, 57-58.
114
Respecto a la vida de oración, la familiaridad con Dios nos lleva a “encontrar a Dios en todas las
cosas” y sentir que estamos llamados a ser “contemplativos en la acción”. Para profundizar en tales
afirmaciones, ver a Compañía de Jesús, “CG 32”, D. 11, No. 8.
61
evangelizador debe saberse en tensión entre ambas dimensiones, y en este sentido, continúa
la exhortación Evangelii Gaudium:
Evangelizar no es una simple decisión que un buen día se nos ocurre como actividad
para pasar nuestros ratos libres, sino que incluye nuestras prioridades en la vida y disponer
todo nuestro ser en torno a un proyecto que supera nuestros gustos y anhelos.
Todo proyecto se hace concreto conforme cada hombre y mujer va haciendo historia
sus decisiones. En ese derrotero diario, es donde debemos ser capaces de identificar, en
nuestra propia vida, la historia de salvación en la cual Dios opera. Y si somos capaces de
ser conscientes de la presencia de Dios en nuestro diario vivir, será inevitable que el
agradecimiento sea el motor de acciones que nos conduzcan a crecer en esperanza.116
Si procuramos vivir una espiritualidad sana, en la cual nos acompañen guías con
una profunda experiencia de Dios, entonces todo acontecimiento personal será leído desde
Papa Francisco, “Exhortación apostólica Evangelii Gaudium sobre el anuncio del evangelio en el
115
62
el amor de Dios que se presenta en nuestro día a día. El mensaje de la evangelización deja
de ser un discurso lógico, y se transforma en la buena noticia que deseamos compartir con
todos los que nos rodean. Al respecto, el Papa Francisco en la Evangelii Gaudium
confirma que:
La primera motivación para evangelizar es el amor de Jesús que hemos recibido, esa
experiencia de ser salvados por Él que nos mueve a amarlo siempre más. Pero ¿qué
amor es ese que no siente la necesidad de hablar del ser amado, de demostrarlo, de
hacerlo conocer? Si no sentimos el intenso deseo de comunicarlo, necesitamos
detenernos en oración para pedirle a Él que vuelva a cautivarnos. Nos hace falta
clamar cada día, pedir su gracia para que nos abra el corazón frío y sacuda nuestra
vida tibia y superficial. […] Para eso urge recobrar un espíritu contemplativo, que
nos permita redescubrir cada día que somos depositarios de un bien que humaniza,
que ayuda a llevar una vida nueva. No hay nada mejor para transmitir a los
demás.117
Esta labor misionera será signo de contradicción, pues en un mundo donde parece
que todos se esfuerzan por destacarse o vivir un éxito individual, aparece el Reino de Dios
que nos invita a compartir con otros118 nuestra experiencia, para que sea Dios conocido por
todos. El Papa Francisco en la Evangelii Gaudium refiere lo siguiente:
Papa Francisco, “Exhortación apostólica Evangelii Gaudium sobre el anuncio del evangelio en el
117
63
Unidos a Jesús, buscamos lo que Él busca, amamos lo que Él ama. En definitiva, lo
que buscamos es la gloria del Padre, vivimos y actuamos «para alabanza de la gloria
de su gracia» (Ef 1, 6). Si queremos entregarnos a fondo y con constancia, tenemos
que ir más allá de cualquier otra motivación. Este es el móvil definitivo, el más
profundo, el más grande, la razón y sentido final de todo lo demás. Se trata de la
gloria del Padre que Jesús buscó durante toda su existencia. Él es el Hijo
eternamente feliz con todo su ser «hacia el seno del Padre» (Jn 1, 18). Si somos
misioneros, es ante todo porque Jesús nos ha dicho: «La gloria de mi Padre consiste
en que deis fruto abundante» (Jn 15, 8). Más allá de que nos convenga o no, nos
interese o no, nos sirva o no, más allá de los límites pequeños de nuestros deseos,
nuestra comprensión y nuestras motivaciones, evangelizamos para la mayor gloria
del Padre que nos ama.119
Papa Francisco, “Exhortación apostólica Evangelii Gaudium sobre el anuncio del evangelio en el
119
64
confesamos nuestra fe con las palabras de Pedro: “Tus palabras dan Vida eterna” (Jn
6, 68); “Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo” (Mt 16, 16).120
Nos acercaremos a la figura de San Pablo, y lo tomaremos como un modelo que nos
permita verlo como un referente en tanto a las acciones que le llevaron a comprender el
llamado recibido de parte del Señor, y las decisiones que le condujeron a ser conocido por
muchos como un elegido para el Evangelio de Dios. Se trata de retomar lo expuesto en los
capítulos anteriores, y hacer de la vocación de Pablo, un referente de modelo vocacional
que aporte en nuestra vida.
120
V Conferencia general del episcopado latinoamericano y del caribe. “Aparecida”, No. 101.
121
Sarasa, “Una indicación exegética sobre el discípulo amado como un prototipo”, 264.
65
humanidad122 desde cualquier estado, inicia con el reconocimiento de la historia pasada
para que a la luz del contexto actual (ver Ga 1, 14) nos proyectemos hacia un mejor futuro.
122
Para comprender la forma en que la comprensión de la realidad orienta las apuestas
evangelizadoras, ver a Compañía de Jesús, “CG 35”, D. 1, No. 8-17.
123
Leal, La noción de justicia social en la Gaudium et Spes, 191.
124
Ignacio, Ejercicios Espirituales, No. 46.
66
entonces que, acorde a lo visto en Pablo, se responde a la vocación puestos en camino,125
invirtiendo la energía en proyectos y actividades que confirmen nuestra identidad, en torno
a los frutos obtenidos en el pleno ejercicio de nuestra libertad (ver 1Cor 9, 1).
125
Compañía de Jesús, Puestos en camino con el Hijo, 10-12.
126
Compañía de Jesús, Sanar un mundo herido, No. 5.
127
Notamos que a nivel social, existen pocos compromisos a largo plazo, razón por la cual, a nivel
vocacional, se debe tomar en consideración el proceso progresivo de la persona que inicia el
discernimiento para optar por la vida religiosa. Para comprender las etapas y formas de acompañar
estos procesos, ver Conferencia de Provinciales Jesuitas de América Latina, “Manual de pastoral
vocacional de la Compañía de Jesús en América Latina”, 21.
67
En este ejemplo, si de aceptar a una persona que diga sentir un llamado, necesario
será preguntar a familiares y amigos qué piensan de él, o qué imagen se han construido
acorde a sus acciones (ver Ga 1, 23). Profundizar en la dimensión externa e interna, será
responsabilidad de los encargados para saber a quién están admitiendo y animando a
realizar un proceso vocacional.
128
La persona debe ser capaz de dar razón de sus motivaciones e intereses. Para conocer una forma
de recoger el sentir del candidato, ver a Vocaciones jesuitas de Centroamérica, “Formulario
Vocaciones F1”.
129
El ser cristiano se enmarca dentro de los grandes conflictos regionales y mundiales. Tomar en
cuenta estos conflictos, nos permite fortalecer nuestra acción reconciliadora. Para comprender la
necesidad de apostar por el diálogo y la reconciliación, ver a Compañía de Jesús, “CG 34”, D. 5,
No. 1-2.
68
En ambos casos, los encargados vocacionales deben sumar esfuerzos para, en
primer lugar, comprender la historia personal y la adhesión de uno y otro, a grupos que se
identifican por formas de pensar y actuar; y en segundo lugar, deben tener, los encargados,
la agilidad de saber llevar poco a poco a estos jóvenes, a una etapa en la cual puedan
examinar su vida a la luz de los valores cristianos, con tal de que ellos mismos inicien un
proceso de apartar toda costumbre que los encierre negativamente en su propia historia (ver
Flp 3, 8), y sanar, hasta donde sea posible, los rencores heredados contra otros. En cierto
sentido, se trata de ubicarse en perspectiva a un futuro que debe tener por premisa
fundamental reconciliar y ofrecer misericordia,130 antes que agrandar las diferencias.
130
La misericordia se presenta como la actitud fundamental desde la cual debe orientarse tanto la
acción personal como eclesial. Para profundizar en la misericordia, ver a Papa Francisco,
“Misericordiae Vultus”, No. 10.
131
Conferencia de Provinciales Jesuitas de América Latina, Manual de pastoral vocacional de la
Compañía de Jesús en América Latina, 22-29.
132
IV Conferencia general del episcopado latinoamericano y del caribe, Santo Domingo, No. 10.
69
de vida aparecen inmediatamente en el horizonte, y de esta forma se podrá hablar de futuro,
de sueños y de entregar la vida por una causa (ver 1Cor 15, 10).
Ante estos casos, los equipos vocacionales deben presentarse a la altura de las
circunstancias. Son comunes los casos en los cuales los encargados vocacionales creen
tener la comprensión total del proceso, dando respuestas y soluciones fáciles, cuando lo que
necesita la persona es crecer en interioridad y aprender a escuchar la voz de Dios.133 Sano
es reconocer que en ocasiones los encargados pueden llegar a estorbar, más que ayudar y
aconsejar. Esta razón y otras, hace que los encargados de seleccionar a los miembros de los
equipos vocacionales, sean sumamente cuidadosos a la hora de solicitar a alguien que sea
parte del equipo. Los requisitos para pertenecer a la promoción vocacional deben ser claros
y de alto nivel personal y profesional. Por un lado, que tengan una preparación humanística
de calidad, pero por otro que tengan mucho sentido común y lógica, pues en ocasiones la
voz de Dios, que sorprende en la cotidianidad, necesita de alguien atento a los signos de los
tiempos.
133
En la vida espiritual, la libertad de la persona juega un papel fundamental en su propio
crecimiento interior. Para comprender la importancia de esa decisión personal, ver a Ignacio,
“Ejercicios Espirituales”, No. 5.
134
Conferencia de Provinciales Jesuitas de América Latina, Manual de pastoral vocacional de la
Compañía de Jesús en América Latina, 15.
70
presentes, puede ser una experiencia que ofrezca vida a los demás. 135 Pablo en varias
ocasiones acude a su vida pasada, y tras la tensión de enorgullecerse y sentirse
avergonzado, sabe compartir su historia en tanto la misión lo requiere (ver Ga 1, 13). En
ese sentido, pertenecer oficialmente a una congregación, instituto religioso o grupo laical,
no implica que ocultemos nuestro pasado de los demás. De ser así, peligroso sería asistir a
un lugar donde no conozco con quién comparto la mesa.
Conocernos y saber asumir nuestra historia con tal de llevar adelante el estilo de
vida que ahora tenemos, es parte de nuestro proceso de crecimiento humano. El
reconocimiento de nuestra historia incluye inevitablemente, asumir y sanar nuestra historia
psico-afectiva, no sólo para mejorar nosotros como persona y realizar un mejor trabajo en
la comunidad, sino para permitir que sea la gracia de Dios, la que en última instancia, opere
en nuestra historia de vida (ver Ga 1, 15).
Pablo ha reconocido que su lugar en el anuncio del Evangelio de Dios, será entre los
gentiles principalmente (ver Ga 1, 15; Hch 9, 15; 22, 21). Si bien todos somos importantes,
signo de madurez vocacional es aceptar que no podemos ser «apóstoles multi-usos», es
decir, que debemos saber ubicarnos acorde a nuestras capacidades y limitaciones, en las
diversas necesidades apostólicas que descubramos. 136 En ocasiones algunas personas
desean aparecer en todos los proyectos con tal de ganar relevancia, o simplemente llenar de
títulos su hoja de vida. Esto no hace más que producir personajes de farándula. El peligro
es que muchos pueden pensar que estos «acaparadores» son buenos ejemplos o modelos a
seguir. Lo cierto es que toda tarea, por más sencilla que parezca, es parte fundamental de
135
Compañía de Jesús, CG 34, D. 3, No. 17.
136
Reconocemos que a pesar de la inversión de recursos, nuestros esfuerzos solucionan en gran
medida dificultades puntuales que aportan a una solución mayor. Para comprender la forma de
presentar los esfuerzos realizados dentro de la resolución de conflictos mayores, ver a Compañía de
Jesús, “Acción e intercambio para la construcción de un futuro regional equitativo y sostenible”,
241-243.
71
todo proceso de conversión interior, y del proceso de llevar adelante, junto a otros, la Buena
Nueva.
Ahora que ha sido iluminada nuestra vida vocacional desde Pablo, entendemos que
si un grupo no tiene cierta armonía y sintonía entre sus miembros, las energías se gastarán
en reconciliar diferencias, siendo un peligro constante que esa sea la única actividad que
realicen. Por lo tanto, si los miembros de un grupo han realizado su propio camino
vocacional con transparencia y objetividad, entonces unirse para vivir en torno a una
misión,137 tendrá sentido y enriquecerá tanto a sus integrantes como a los que compartan
con ellos.
Puestos en camino
137
Para entender la importancia que tienen todos los que han sido llamados a ser partes activas de la
evangelización, ver a IV Conferencia general del episcopado latinoamericano y del caribe. “Santo
Domingo”, No. 17.
138
Fernández, La fuerte conciencia misionera del Papa Francisco, 208.
72
beneficioso en lo que a la construcción del Reino de Dios implica, pues nos convertiríamos
en expositores de lo que debe hacerse –lo que los demás deben hacer-, convirtiéndonos en
jueces de los demás (ver Hch 26, 10).
Al final del día, al hacer recuento de lo escuchado, el fruto del camino recorrido
puede convertirse en ganar conocimiento de nuestra actuación, admitiendo los errores y
reconociendo los aciertos. Puede ser que una tarde caminando por las veredas y barrios,
nos enriquezca más que meses y meses encerrados en una oficina.
Con el supuesto de estar puestos en camino, toca hacer que valga la pena ese tiempo
invertido escuchando. El discernimiento, 140 aparece como elemento necesario para
discurrir entre los mandatos que han regido nuestra conducta hasta el momento (ver Hch
26, 9), y permitirnos abandonar toda actitud o costumbres, que en nada nos permita
actualizar nuestra misión. En ocasiones, debemos decidir si continuar con el plan
139
Para profundizar en los aspectos que deben superar los religiosos con cargos administrativos, ver
a Papa Francisco, “La curia romana y el cuerpo de Cristo”.
Para conocer una propuestas de discernimiento, ver a Ignacio, “Ejercicios Espirituales”, No.
140
313-336.
73
evangelizador de siempre, o dejar que la misma realidad cuestione, interrogue y destroce
nuestras certezas y triunfos pasados.
141
Compañía de Jesús, CG 34, D. 4, No. 15-17.
142
Para profundizar en la condición de reconocernos pecadores perdonados y llamados a servir, ver
a Compañía de Jesús, “CG 32”, D. 2, No. 1.
74
Nuestras inseguridades surgen de inmediato al querer responder al Señor que
aparece en nuestra vida (ver Hch 9, 5). En ocasiones, nuestro propio proceso de conversión
necesita de intermediarios, hombres y mujeres que viven de otra forma el llamado del
Señor, que los invita a hacer su voluntad (ver Hch 9, 17). Entonces la misión
evangelizadora supone diversidad de dones y carismas143 que tienen hacer la voluntad de
Dios como elemento común. Confiar en que así como un grupo vive su propio proceso de
conversión, también nosotros debemos ser honestos y hacer el propio. Esa es la base
fundamental sobre la cual se asienta el Reino de Dios; hombres y mujeres viviendo con
autenticidad su vocación.
Crear comunidad
143
IV Conferencia general del episcopado latinoamericano y del caribe, Santo Domingo, No. 65.
144
Compañía de Jesús, CG 34, D. 2, No. 1.
75
Un indicador que puede ayudarnos a saber si estamos en el camino correcto, es
preguntarnos constantemente, si en mi comunidad o grupo tengo amigos y compañeros, o si
tengo gente que simplemente me tiene miedo. Definitivamente, sentir que las personas
hacen comunidad con nosotros, requiere que de parte nuestra exista la misma intención al
acercarnos a los demás.
Hombres y mujeres de fe
Nos referimos a que sin comprensión de la fe, 145 ningún proceso de conversión
personal o plan evangelizador sería posible.
Sin fe, estaríamos cerca de considerar toda revelación de Dios para con nosotros
como una locura. Por tal motivo, ser hombres y mujeres de fe, radica en sabernos llamados
por alguien, que a pesar de nuestras debilidades y fragilidades, 146 nos ayudará a llevar a
buen término lo que por Él hemos iniciado (ver 1Tes 5, 24).
145
Baena, Fenomenología de la revelación, 39.
146
Papa Francisco, Misericordiae Vultus, No. 22.
76
CONCLUSIONES
3. Lo narrado por Pablo en sus cartas acerca de su vocación, nos indican que a pesar
de sentirse indigno debido a que fue perseguidor de la Iglesia de Dios (1Cor 15, 9),
se considera al mismo nivel de los demás apóstoles, pues la tarea de anunciar al
Señor entre los gentiles, le fue revelada por Jesucristo. Lo anterior nos permite
formular que Pablo entiende su vocación al estilo de los profetas, y que Dios tiene
preparado un plan para él.
77
hombres y mujeres de fe, cuya vida refleje los valores que se predican. De esta
forma la honestidad, coherencia y sencillez, se transforman actitudes propias de
todo aquel que desee dar testimonio del amor de Dios en su vida. A nivel
misionero, salir al encuentro del otro, tal y como lo hizo Pablo, necesita de personas
que posterior al encuentro personal con el resucitado, se dispongan a sumarse a
procesos evangelizadores en comunidad. Ser hombres y mujeres de fe permite que
nos sintamos corresponsables de la misión encomendada, que no podemos realizar
en solitario.
5. Disponer la mente y corazón para que sea nuestra vida de creyentes la que se vea
tocada y transformada. Esto significa, que además de conocer y profundizar acerca
de la vida vocacional de Pablo referida en los textos, sea el testimonio de alguien a
quien le fue revelado el Evangelio (Ga 1, 12), el que nos permita sentirnos
enlazados con la época del cristianismo primitivo. De esta manera podemos
formular algunas preguntas a la luz de la vida de Pablo, ¿qué sistemas o formas de
proceder defiendo? ¿A quiénes considero mis enemigos por no vivir acorde a los
mismos imperativos? ¿En qué momentos he preferido justificar mis errores antes
que reconocerlos? ¿Bajo qué circunstancias he cerrado mis ojos y oídos ante una
invitación de Dios que me llama a cambiar mi forma de vida? Estas y otras
preguntas podrían servir para orientar etapas de nuestra vida, teniendo la certeza de
resultados que nos conduzcan, bajo la guía de San Pablo, a sentirnos apóstoles del
Señor (1Cor 9, 1).
78
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82
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Vidal, Senén. Las cartas originales de Pablo. Valladolid: Editorial Trotta, S.A. 1996.
83
ANEXOS
Anexo 1 - Vocabulario básico
ἐπιστολή, ῆς, ἡ
Las cartas del Nuevo Testamento tienen como referente las escritas por Pablo
debido al desarrollo del formulario epistolar; contenido, saludos iniciales y despedida,
doxologías y elementos de proclamación de la fe cristiana. Estas cartas (auténticas) de
Pablo se dirigen a una comunidad determinada y debe leerse a todos. Las cartas tienen su
importancia cuando notamos que en los primeros tiempos se conservan pocos escritos
programáticos referidos a aspectos doctrinales.
Es importante destacar que en Pablo las cartas son apostólicas y están al servicio de
la misión 148 que va desarrollando en las diversas comunidades a las cuales intenta
orientarles en la resolución de dificultades domésticas, alentar y corregir a los que se
equivocan, y afianzar la fe y vida cristiana desde la distancia.
καλέω
147
Balz, Diccionario exegético del Nuevo Testamento I, 1534.
148
Kuss, Comentario de Ratisbona al Nuevo Testamento VI, 14.
149
Ortiz, Concordancia manual y diccionario griego-español del Nuevo Testamento, 179.
84
El diccionario exegético del nuevo testamento150 presenta el verbo καλέω (kaleō) en
su traducción al español como llamar, invitar y designar. χλῆσις, εως, ἡ (klēsis) se traduce
como llamamiento, vocación. Y χλητός, como llamado o invitado.
Tanto καλέω, χλῆσις, y χλητός se utilizan en las situaciones en las cuales Jesús es el
que llama. También se usan los mismos términos técnicos para designar la vocación
divina, que en este caso se aplica a la vocación de Pablo. Esta vocación se basa en los
relatos del AT en la cual se relata la vocación de los profetas y se resalta la decisión libre de
Dios (εὐδόχησεν), la elección (separación) del que ha sido llamado desde el primer instante
de su existencia, tal y como aparece en Jer 1, 5 “antes de haberte formado yo en el vientre,
te conocía; antes que nacieses, te había consagrado yo profeta; te tenía destinado a las
naciones”, e Is 49, 1-5 “… ya desde el vientre recordó mi nombre… Ahora, pues, esto dice
Yahvé, que me hizo siervo suyo ya desde el seno materno…”.151
Kaleō tiene el significado influido por la LXX de llamar (en sentido de vocación),
visto así en los escritos paulinos en los cuales se resalta la gracia de la vocación divina,
cuando Pablo confiesa: “Yo soy el más insignificante de los apóstoles, que no soy digno de
ser llamado apóstol, pues perseguí a la Iglesia de Dios. Pero por la gracia de Dios soy lo
que soy…” (1Cor 15, 9s).
150
Balz, Diccionario exegético del Nuevo Testamento I, 2165.
151
Tanto la cita de Jeremías como Isaías, están tomadas de la Biblia de Jerusalén 4ª ed.
85
μετάνοια, ας, ἡ
Δαμασχός, oῦ
152
Balz, Diccionario exegético del Nuevo Testamento IΙ, 248.
153
El P. Pedro Ortiz en libro Concordancia manual y Diccionario griego-español del Nuevo
Testamento refiere lo siguiente de μετανοέω=arrepentirse, convertirse, volver a Dios en Mt 3:2;
4:17; 11:20,21; 12:41 Mc 1:15; 6:12 Lc 10:13; 11:32; 13:3,5; 15:7,10; 16:30; 17:3,4 Hch 2:38;
3:19; 8:22; 17:30; 26:20 2Co 12:21 Ap 2:5(x2), 16,21(x2), 22; 3:3, 19; 9:20,21; 16:9,11.
μετάνοια=arrepentimiento, conversión, cambio de vida en Mt 3:8,11 Mc 1:4 Lc 3:3,8; 5:32; 15:7;
24:47 Hch 5:31; 11:18; 13:24; 19:4; 20:21; 26:20 Ro 2:4 2Co 7:9,10 2Ti 2:25 Hb 6:1,6; 12:17 2Pe
3:9.
154
Balz, Diccionario exegético del Nuevo Testamento I, 829.
86
Σαῦλος, ου
El diccionario exegético del nuevo testamento 155 refiere que en el libro de los
Hechos a Pablo se le menciona veintidós veces por su nombre judío (šā’ûl). En Hch 7, 58 y
13, 9, se le llama por su nombre helenizado Σαῦλος quince veces, y en la historia de su
conversión aparece en ocho ocasiones la forma declinable de Σαούλ, siempre en vocativo
(Hch 9, 4 [bis]. 17; 22, 7 [bis]. 13;26, 13 [bis].
Παῦλος, ου
155
Ibid., IΙ, 1377.
156
Ibid., 846.
87
Anexo 2 - Cronología de la vida y misión de Pablo157
Vida en el judaísmo: 33 d. C.
5-10 Nacimiento.
30-33 Muerte de Jesús.
157
Vidal, Las cartas originales de Pablo, 22.
88
de la comunidad decide escribir y enviar con ellos una Carta a los
Corintios. (Cor A)
53 Al recibir la respuesta de la comunidad de Corinto, Pablo decide
escribir nuevamente (Cor B) a los corintios y la envía por medio de
Tito que está encargado de organizar la colecta. Al regresar Timoteo
de Éfeso informa a Pablo que a Corinto han llegado opositores, razón
por la cual Pablo escribe nuevamente (Cor C) y envía su mensaje
probablemente con Timoteo. En el otoño Pablo visita Corinto pero
fracasa rotundamente. Vuelve a Éfeso y escribe a Corinto (Cor D)
siendo Tito el mensajero. A fines del año 53 Pablo está en prisión y
recibe ayuda económica de la comunidad de Filipos traída por
Epafrodito, razón por la cual Pablo escribe la Carta a los Filipenses
(Flp A).
54 Pablo recibe información de algunos problemas en la comunidad de
Filipos, motivo por el cual escribe una carta (Flp B) que envía con
Epafrodito. Aparece Onésimo, esclavo que Pablo convierte a la fe
cristiana y lo devuelve a su dueño junto con una carta: Filemón. En
la primavera Pablo es liberado.
55 Viaje de la colecta por Asia Menor, Macedonia y Acaya, para llevarla
a Jerusalén. Con tal de preparar su visita a la comunidad de Roma,
escribe una carta.
89
Anexo 3 - Corpus Paulinum
Senén Vidal en el libro “Las cartas originales de Pablo”158 muestra 14 cartas que
configuran los escritos paulinos: Rm, 1 y 2 Cor, Ga, Ef, Flp, Col, 1 y 2 Ts, 1 y 2 Tm, Tt,
Flm, Hb).
De esta forma llegamos a identificar como cartas escritas por Pablo las siguientes:
Romanos, 1 y 2 Corintios, Gálatas, Filipenses, 1 Tesalonicenses, Filemón.
158
Vidal, Las cartas originales de Pablo, 13.
90
91
92
93
94