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La utilidad del déficit primario es que recoge los pagos y cobros sobre los que el gobierno tiene
control. El gobierno puede variar su nivel de gasto y los impuestos que recauda a través de su
política fiscal. Por ello no se recoge en el déficit primario el pago de intereses de la deuda, ya
que no dependen de la actuación del gobierno en el periodo, sino que están comprometidos
con anterioridad. Cuando los intereses se incluyen en el déficit hablamos de déficit fiscal.
Si un gobierno recauda $100 en impuestos y gasta $120 en pagar a los funcionarios y en sus
políticas, el déficit primario será de $20 ($120 – $100). Los $20 de déficit deberán financiarse
emitiendo moneda o deuda.
Si un estado incurre en déficits primarios de forma continuada y los financia emitiendo deuda,
su proporción de deuda sobre el PIB tenderá a subir. A largo plazo esto resulta insostenible.
En cambio, si el gobierno recauda $100 pero gasta solamente $90, el superávit primario de $10
podrá destinarlo al pago de intereses, tendiendo así a reducir su ratio de deuda sobre el PIB.
De esta manera la deuda pública se vuelve más sostenible.
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Es una historia que se remonta a 2001, cuando el por entonces presidente Adolfo Rodríguez
Saa declaró el cese del pago de la deuda.
El 23 de diciembre de 2001, el por entonces presidente Adolfo Rodríguez Saa declara el cese
del pago de la deuda externa.
A mediados de diciembre de 2002, Duhalde anuncia que sólo pagará intereses de la deuda
externa, sin utilizar reservas del Banco Central.
En septiembre de 2003, Néstor Kirchner firma con el Fondo Monetario Internacional (FMI) un
acuerdo Stand By a tres años.
En junio de 2004, el Gobierno anuncia la "propuesta de Buenos Aires" para reestructurar los
pagos de esa deuda. Redujo la propuesta de quita del 75% a promedios entre el 63% y el 45%.
La Argentina interrumpe las negociaciones con el FMI hasta que finalice el proceso de canje.
El 14 de enero de 2005 se realiza el lanzamiento de la operación de canje de la deuda en
default.
El primer canje de deuda finaliza el 15 de abril de 2005. La Argentina renegocia unos 81.800
millones de dólares y logra una adhesión del 76,15 por ciento. El resto mantiene sus reclamos.
A principios de enero de 2006, la Argentina cancela su deuda con el FMI concreta un pago
anticipado de 9.530 millones de dólares , un pasivo contraído entre enero y septiembre de
2001, con vencimientos programados hasta el 2009;
El 15 de abril de 2010, se lanza de forma oficial el nuevo canje de deuda, con una quita
promedio del 66,3% para inversores institucionales, y del 50% para los restantes. La oferta
final indicaba que Argentina terminaría pagando 10.500 millones de dólares por los 20.000
millones de dólares impagos.
El 23 de junio de 2010, la Presidente anuncia el fin del segundo canje de deuda, con una
aceptación del 66% de los tenedores de bonos defaulteados.
En noviembre de 2012, el juez Thomas Griesa ratificó que la Argentina debe pagar el 100% de
la deuda que mantiene con los bonistas que no ingresaron a los canjes de deuda.
El 16 de junio de 2014 la Corte Suprema de los Estados Unidos rechaza tratar la apelación de la
Argentina y el caso vuelve a Griesa.
El 23 de junio Griesa designa al abogado Daniel Pollack como intermediario entre la Argentina
y el fondo NML.
El 26 de junio, el gobierno argentino anuncia que le va a pagar a los bonistas que entraron en
la reestructuración y responsabiliza a los Estados Unidos y su sistema judicial por cualquier
embargo.
Febrero de 2015 – Mauricio Macri, el nuevo presidente argentino, quiere negociar con los
fondos hedge. La propuesta se mantiene en secreto, pero se estima que ofrecerá pagar con
una quita del 15%. Negociar es "una prioridad" para Buenos Aires. De una deuda inicial de
unos 3.000 millones de dólares, con los intereses acumulados, se llega a unos 10.000 millones.
A estos se agregan los “me too”.
20 de octubre del 2015. El juez Thomas Griesa otorga a los bonistas que no aceptaron las
reestructuraciones de deuda en Argentina denominados "me too" los mismos derechos que a
los fondos especulativos con sentencia a favor en su tribunal.
14 de enero del 2016. Los representantes del nuevo Gobierno de Argentina tienen su primera
reunión con los fondos y se comprometen a elevar una propuesta de pago.
5 de febrero del 2016. Argentina presenta una propuesta a los acreedores, que supone una
quita cercana al 25% sobre la deuda reclamada.
16 de febrero del 2016. Argentina llega a un acuerdo con un grupo de acreedores individuales
liderados por Henry Brecher.
18 de febrero del 2016. Argentina alcanza un acuerdo por US$110 millones con el fondo
Capital Markets Financial Services.
22 de febrero del 2016. Argentina logra un acuerdo por US$250 millones con los fondos
Lightwater Corp, Old Castle Holdings, VR Capital, Procella Holdings y Capital Ventures
International.
29 de febrero del 2016. El abogado Daniel Pollack, mediador entre Argentina y varios fondos
de inversión acreedores, anuncia que las partes firmaron un principio de acuerdo que abre la
vía para resolver la disputa judicial.
31 de marzo del 2016. El Congreso de Argentina deroga leyes que impedían el pago a los
acreedores litigantes y autoriza al Gobierno de Mauricio Macri a colocar deuda en los
mercados internacionales para obtener fondos para pagar a los querellantes.
19 de abril del 2016. Argentina coloca en los mercados internacionales nuevos bonos por
US$16.500 millones, de los cuales planea destinar US$9.300 millones para el pago a los
acreedores litigantes.
22 de abril del 2016. Argentina hace efectivo el pago a los querellantes y otros acreedores con
reclamos no incluidos en el juicio en Nueva York. El juez Griesa levanta la medida cautelar que
impedía a Argentina pagar sus compromisos a tenedores de deuda reestructurada.