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REVISION DE LITERATURA
La degradación puede limitar la productividad y competitividad de los suelos y
afectar de forma violenta la rentabilidad de los agricultores. Por esta razón los
expertos recomiendan trabajar en las diversas fórmulas que existen para su
recuperación o mejoramiento.
Jorge Carrasco, Dr. Ingeniero Agrónomo investigador de Inia Rayentué en manejo
de suelos, señala que cualquier método de recuperación de suelos, incluye dos
prácticas básicas que marcan la diferencia en la gestión: la aplicación de materia
orgánica, con el fin de subir su nivel en el suelo y así mejorar las propiedades
físicas, químicas, y biológicas del mismo; y la aplicación de enmiendas calcáreas
(en base a calcio) para la estabilización del pH del suelo a una condición más
neutra.
“Estos dos elementos son básicos para partir recuperando los suelos. En forma
paralela se pueden incorporar otras prácticas como cultivos en cero labranzas y
siembra de praderas permanentes, entre otras. Todo esto nos permitirá asegurar
que el suelo estará cubierto para evitar procesos erosivos y de degradación de
suelos”, explica.
“Una buena alternativa de aplicación de materia orgánica al suelo son los guanos
de pollo o pavo, ya que tienen una mezcla de materia orgánica de origen vegetal y
de origen animal. Esa combinación es adecuada ya que permite la recuperación de
los nutrientes del suelo en el mediano plazo, por la mineralización del guano de
pollo en una temporada. Por otro lado, la ‘viruta’ que contiene el guano de pollo
comercializado, por su origen vegetal, es de descomposición más lenta en el suelo,
lo que favorece una mejor estructuración del mismo. De esta manera, las
aplicaciones de este tipo de guano permite en el mediano plazo y largo plazo, la
recuperación de suelos degradados de áreas de secano, y una mejor productividad
de ellos para la producción agrícola”, comenta Carrasco.
En la actualidad existen empresas como Servicios Pucalán que comercializan esta
forma de materia orgánica, por lo que el agricultor sólo debe tomarla, aplicarla, y
esparcirla en el suelo.
Así también, los guanos también pueden ser incorporarar junto a rastrojos de
cultivos tales como el maíz.
Como el guano tiene una carga importante de nitrógeno mejora la relación carbono-
nitrógeno de la misma caña de maíz. Así, la descomposición es más fácil, aunque
para ello es necesario que el rastrojo entre al suelo lo más picado posible, dice
Carrasco.
El guano líquido también puede ser aplicado a través del riego. Sin embargo, en
este caso es importante filtrar con mallas el paso de partículas no degradadas, las
cuales pueden tapar y arruinar los goteros.
El experto añade que las aplicaciones de guano sólido se deben realizar una vez
comenzada la temporada y de forma parcelada, hectárea por hectárea. El mejor
período para hacerlo es en invierno, cuando el árbol entra en período de recesión.
El guano líquido, en tanto, debe ser aplicado de forma parcelada durante la
temporada, idealmente de forma semanal.
En los análisis, la clave es recolectar muestras de distintas zonas del predio (no
sirven para más de diez hectáreas) para luego mandarlas a los laboratorios, donde
serán analizadas y devueltas al productor, quien a partir de los resultados sabrá
qué y cuánto aplicar.