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II.

REVISION DE LITERATURA
La degradación puede limitar la productividad y competitividad de los suelos y
afectar de forma violenta la rentabilidad de los agricultores. Por esta razón los
expertos recomiendan trabajar en las diversas fórmulas que existen para su
recuperación o mejoramiento.
Jorge Carrasco, Dr. Ingeniero Agrónomo investigador de Inia Rayentué en manejo
de suelos, señala que cualquier método de recuperación de suelos, incluye dos
prácticas básicas que marcan la diferencia en la gestión: la aplicación de materia
orgánica, con el fin de subir su nivel en el suelo y así mejorar las propiedades
físicas, químicas, y biológicas del mismo; y la aplicación de enmiendas calcáreas
(en base a calcio) para la estabilización del pH del suelo a una condición más
neutra.

“Estos dos elementos son básicos para partir recuperando los suelos. En forma
paralela se pueden incorporar otras prácticas como cultivos en cero labranzas y
siembra de praderas permanentes, entre otras. Todo esto nos permitirá asegurar
que el suelo estará cubierto para evitar procesos erosivos y de degradación de
suelos”, explica.

INCORPORAR MATERIA ORGÁNICA


La mayoría de los suelos del secano de la zona centro-norte y central de Chile
poseen niveles de materia orgánica inferiores a 1%-1,5 %, lo cual es considerado
un nivel bajo, lo que impacta directamente en la producción agrícola.

La incorporación de materia orgánica, por su parte, fomenta la porosidad del suelo,


la retención de humedad y una mejor estructura del suelo, lo que favorece un mejor
desarrollo de las raíces de los distintos cultivos. Ésta puede realizarse a través del
uso de guano aplicado sobre la superficie del terreno y en cantidades equivalentes
que pueden ir de 10 a 15 ton/ha.
1%
de materia orgánica presentan los suelos de la zona centro norte y central del país.

“Una buena alternativa de aplicación de materia orgánica al suelo son los guanos
de pollo o pavo, ya que tienen una mezcla de materia orgánica de origen vegetal y
de origen animal. Esa combinación es adecuada ya que permite la recuperación de
los nutrientes del suelo en el mediano plazo, por la mineralización del guano de
pollo en una temporada. Por otro lado, la ‘viruta’ que contiene el guano de pollo
comercializado, por su origen vegetal, es de descomposición más lenta en el suelo,
lo que favorece una mejor estructuración del mismo. De esta manera, las
aplicaciones de este tipo de guano permite en el mediano plazo y largo plazo, la
recuperación de suelos degradados de áreas de secano, y una mejor productividad
de ellos para la producción agrícola”, comenta Carrasco.
En la actualidad existen empresas como Servicios Pucalán que comercializan esta
forma de materia orgánica, por lo que el agricultor sólo debe tomarla, aplicarla, y
esparcirla en el suelo.
Así también, los guanos también pueden ser incorporarar junto a rastrojos de
cultivos tales como el maíz.
Como el guano tiene una carga importante de nitrógeno mejora la relación carbono-
nitrógeno de la misma caña de maíz. Así, la descomposición es más fácil, aunque
para ello es necesario que el rastrojo entre al suelo lo más picado posible, dice
Carrasco.

En el caso de plantaciones frutales, las aplicaciones de guanos de ave las


alternativas son diversas, por lo que el agricultor deberá elegir la que más le
convenga, dependiendo de su realidad económica.
Así, se puede esparcir entre las hileras de los frutales, y después incorporarlo con
rastra de disco. Otra forma es abrir un surco en el suelo, paralelo a la hilera de los
árboles, y aplicar el guano en su interior, tapándolo. Existen productores que
poseen retroexcavadoras de pequeño tamaño que pueden hacer hoyos cerca de
los árboles, de 40 o 50 cm de profundidad, y depositar la materia orgánica. De esta
forma, las raíces de los frutales buscarán los nutrientes disponibles, originados de
la descomposición de la materia orgánica aplicada.
Por su parte, Francisco Tapia, ingeniero agrónomo de la Universidad de Chile, M.
Sc. en Olivicultura y Elaiotecnia e investigador del Inia Intihuasi, explica en el
artículo ‘Materia orgánica, una aliada para la producción agrícola’, que si el
agricultor no cuenta con el guano suficiente, puede aplicar un licuado de
compuestos químicos minerales, como hidróxido de potasio, agua y materia
orgánica, que nutrirá el árbol. Con esto, en vez de aplicar 10 ton/ha de guano
compostado, se debe utilizar 200 kilos/ha de este producto, lo que en la práctica
significa un importante ahorro de recursos.

El guano líquido también puede ser aplicado a través del riego. Sin embargo, en
este caso es importante filtrar con mallas el paso de partículas no degradadas, las
cuales pueden tapar y arruinar los goteros.

El experto añade que las aplicaciones de guano sólido se deben realizar una vez
comenzada la temporada y de forma parcelada, hectárea por hectárea. El mejor
período para hacerlo es en invierno, cuando el árbol entra en período de recesión.
El guano líquido, en tanto, debe ser aplicado de forma parcelada durante la
temporada, idealmente de forma semanal.

MEJORAR EL PH DEL SUELO


El pH es una característica que tienen todos los suelos y se expresa con cifras que
van desde el 1 al 14, aunque generalmente se mide en una escala que va desde el
3 hasta el 9. Si los suelos están ácidos, quiere decir que tienen un pH menor a 7;
si tienen uno igual a 7, tienen un pH neutro (nivel óptimo); y si cuentan con un pH
mayor a 7, se trata de suelos básicos o alcalinos.
Cuando los suelos están degradados quiere decir que se han perdido sus bases
(calcio, magnesio, potasio) y se ha producido una concentración de hidrógeno, lo
que fomenta su acidificación.
Para corregir esta falencia, además de utilizar materia orgánica, se puede recurrir
al uso de otros productos como el carbonato de calcio o el hidróxido de magnesio,
ambos ricos en calcio.
“Lo que hay que hacer es aplicar calcio para que se desplace el hidrógeno que está
presente en el suelo dentro del complejo de cambio. Al desplazarse, se va
acercando al punto neutro. Si se tiene un pH 5 se pasa a 5:3, aunque no es algo
instantáneo, requiere tiempo”, enfatiza Carrasco.
Jorge Carrasco:
“Una buena alternativa de aplicación de materia orgánica al suelo son los guanos
de pollo o pavo, ya que tienen una mezcla de materia orgánica de origen vegetal y
de origen animal. Esa combinación es adecuada ya que permite la recuperación de
los nutrientes del suelo en el mediano plazo”.
El experto señala que es importante corregir esta deficiencia, ya que cuando los
suelos tienen un pH ácido, las plantas presentan mayor dificultad para tomar los
nutrientes de la tierra producto de que éstos se vuelven insolubles. Subsanar esta
situación dependerá de que el pH sea lo más cercano al neutro posible.
“Mientras más ácido tengo mi suelo, más insolubles serán los nutrientes para mis
plantas, por tanto no los podrán tomar. Entonces se puede dar el caso de que si
uno hace un análisis de suelo, se cometan errores como realizar aplicaciones de
fósforo cuando el pH está ácido, siendo que las plantas no lo pueden absorber. Se
debe saber de forma previa, que hay que subir el pH y eso se hace con calcio y
materia orgánica. Con ello tenemos la seguridad de que los cultivos tomarán los
elementos”, asegura Carrasco.
Los productos en base a calcio se pueden esparcir en el suelo a través de trompos
labradores o rastras de discos, en dosis de 5 - 10 mil kilos/ha de forma aproximada.
Sin embargo, todo dependerá de los datos que arrojen los análisis de suelos.

En los análisis, la clave es recolectar muestras de distintas zonas del predio (no
sirven para más de diez hectáreas) para luego mandarlas a los laboratorios, donde
serán analizadas y devueltas al productor, quien a partir de los resultados sabrá
qué y cuánto aplicar.

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