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Los egeos, como ya se ha visto, desarrollaron en el Mediterráneo oriental la primera gran civilización histórica europea.
Los griegos, en la península helénica y en las islas y costas que antes poblaron aquéllos con sus gentes y sus obras, la
segunda. Los protagonistas de esta nueva hazaña cultural no sólo heredaron de los egeos el ámbito geográfico para su
vida histórica, sino también no pocos de sus muchos saberes, técnicas y obras. Pero, en este caso, los herederos así
beneficiados no se limitaron a vivir de lo recibido; lo incrementaron de modo notable y alcanzaron, en todos los órdenes de
la vida y el quehacer humanos, logros que sus antepasados no llegaron siquiera a vislumbrar.
En la historia de los griegos advenidos al viejo ámbito de la civilización egea, pueden distinguirse, por lo menos, cuatro
períodos característicos. El primero se extendería desde los orígenes hasta fines del siglo IX a. de J. C., tiempos de
formación y consolidación en el nuevo hogar conquistado. El segundo, caracterizado por un vigoroso proceso de expansión
colonial, abarcaría desde fines del siglo IX a. de J. C. hasta las postrimerías del VII; el tercero, entre los años 600 y 400 a.
de J. C., marca una época de plenitud en el desarrollo de las instituciones sociales, políticas y económicas helénicas, e
incluso de culminación en no pocos aspectos de las creaciones artísticas y literarias.
Por último, a partir del año 400, comienza la decadencia política de Grecia; en la segunda mitad del siglo IV a. de J. C., las
ciudades-Estado helénicas pierden su independencia ante el imperialismo macedónico que acaudilla Alejandro Magno, y
dos centurias más tarde son absorbidas por la expansión imperial de Roma. La investigación científica y filosófica, la
literatura y otros aspectos culturales helénicos no decayeron al mismo tiempo que se desquiciaban y caían las instituciones
y formas políticas tradicionales.
Tales reductos les sirvieron, al propio tiempo, para vigilar a los pobladores de las tierras circundantes, de cuyo trabajo
supieron hacer una fuente estable de recursos, sea exigiéndoles tributos en especies, o bien obligándoles a cultivar sus
tierras y apacentar sus rebaños. A cambio tal vez les ofrecieran la protección de las murallas exteriores de los palacios, en
caso de peligro.
El panorama de un número relativamente pequeño de indoeuropeos que vivían del trabajo de la gran población preexistente
justificaría la supervivencia de instituciones, técnicas, tradiciones, cultos —especialmente agrarios—, nombres de lugares,
etc., que no son indoeuropeos ni cretenses, sino prehelénicos como también explicaría, entre otros factores, el cambio
físico existente entre los héroes de Hornero y los griegos históricos.
Pero ello no es suficiente para explicar el comienzo de la brillante civilización que los aqueos llegaron a poner de manifiesto
hacia el año 1400 a. de J. C. en las grandes construcciones palaciegas de Micenas y Tirinto.
De Creta, con la que los aqueos se pusieron en contacto mediante varias expediciones bélicas, provinieron aportes
fundamentales que integrarían el patrimonio cultural micénico, por obra de los mismos aqueos, o a través de los cientos
de esclavos, artesanos, técnicos y artistas procedentes de la gran isla mediterránea.
No hay que pensar por ello que los aqueos fueron meros repetidores de lo hecho por los minoicos; por el contrario, en
todos los órdenes, más o menos marcadamente, quedó impreso el sello de su vigorosa personalidad, del espíritu guerrero
e individualista, tan característico de los indoeuropeos. Ello se advierte sobre todo en la estructura político-social que
impusieron en sus dominios. Jamás llegaron a constituir un gran reino unificado, sino una serie de pequeños reinos o
principados independientes, dirigidos por reyes que vivían rodeados por sus compañeros de armas, los secuaces, quienes
constituían una especie de aristocracia de sangre. En ellos recayeron seguramente el ejercicio de la administración, y en
especial las funciones militares.
Si, eventualmente, estos pequeños reinos llegaron a unirse para realizar guerras como la de Troya (hacia los siglos XIV-
XIII), lo efectuaron así en esos casos porque ninguno se sentía con fuerzas para llevar a buen término una tarea vital como
la de abrir el acceso a los estrechos del mar de Mármara.
Los aqueos, una vez dueños del Egeo, se transformaron lentamente, de conquistadores o piratas, en comerciantes, e
incluso en industriales, pues en torno de sus palacios se comenzó a industrializar los productos agrícola-ganaderos. Así,
se tejió lana, se fabricaron ánforas para envasar la miel y el vino, y, además, se multiplicaron paulatinamente los talleres
de donde salían armas de bronce, joyas de oro y plata, etcétera.
Buena parte de esa riqueza fue empleada en construcciones, tanto privadas como públicas, aspecto en el que los aqueos
se mostraron realmente originales. Sus tumbas de pozo, y posteriormente sus tumbas de cámara y de cúpula, demuestran
que, si en materia religiosa habían adoptado parcialmente los cultos agrarios prehelénicos y ciertas divinidades cretenses,
en cambio mantendrían una estricta originalidad en el culto a los muertos, como en lo que respecta a construcciones civiles,
ya que estabilizaron definitivamente el megarón, del que más tarde habría de derivar la planta del templo griego.
Otro tanto ocurrió con la pintura, pues, aunque los artistas que pintaron los frescos en los palacios micénicos fueran
cretenses, o discípulos fieles a la técnica de sus maestros, los aqueos les impusieron su gusto por temas en los que
predominaban el valor, la fuerza y la destreza en el manejo de las armas. En dicho aspecto se pone de manifiesto el mismo
espíritu que los impulsó a construir las grandes murallas ciclópeas, cuyas ruinas habrían de admirar los griegos de la época
clásica.
Los Dorios. Las inscripciones micénicas confirman las medidas defensivas que entre los años 1200 y 1100 a. de J. C. se
adoptaron en los reinos aqueos, algunos de los cuales organizaron un complejo sistema de guarniciones y vigilancia,
basado en los secuaces del príncipe, a disposición de los cuales se hallaban los carros de guerra.
Pero todas estas precauciones y la desesperada resistencia atestiguada por las murallas arrasadas y los edificios
destruidos por el incendio que siguió al saqueo, fueron inútiles ante la inexorable presión de nuevos invasores, también
indoeuropeos, pero provistos de armas de hierro: los dorios. Éstos se fueron abriendo un camino de destrucción y muerte
a través de la Argólida, Laconia y Mesenia, pasando luego a Creta, Rodas, Cos y Cnido, mientras que, posteriormente,
otros grupos se instalaron en Locrida, Fócida, Etolia y Acarnania.
Aquellos aqueos que no sucumbieron en defensa de sus reinos o que no lograron resistir en regiones de fácil defensa,
emigraron a las costas de Asia Menor, donde fueron muy bien recibidos, e iniciaron allí el proceso de engrandecimiento de
una de las regiones más fecundas, desde el punto de vista cultural, del mundo griego: Jonia.
Leónidas
Rey de Esparta, se Temístocle
sacrifica junto a 300 Licurgo Tucidides Gran estratera de Atenas,
hoplitas para defender Al igual que Demóstenes Separado de la política dirige la resistencia contra
el desfiladero de las exhorta, sin éxito, a los relata los enfrentamientos los persas y consigue la
Termópilas frentes a los atenienses contra Filipo de de los griegos en la victoria marítima de
persas. Macedonia Guerra del Peloponeso Salamina en el año 480
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La cultura griega se desarrolló en la península de los Balcanes, situada al sudeste de Europa. En la antigüedad
sus límites fueron: Iliria y Macedonia por el norte, el mas Mediterráneo por el sur; el mar Egeo por el este y
el mar Jónico por el oeste.
Epoca Helenística
Se desarrollo entre los siglos IV y I a.C. Comprende los acontecimientos ocurridos desde la muerte de
Alejandro el Magno hasta la conquista de Grecia por los romanos.
Edad Heroica
Se denomina edad heroica a la época homérica, porque los poemas atribuidos a Homero, la Iliada y la Odisea,
nos dan una imagen aunque legendaria, de los que fue la historia arcaica o primitiva griega.
Esta se caracterizó por el paso del régimen patriarcal, basado en el pastoreo y en una religión misteriosa y
primitiva, a la vida urbana, con un desarrollo comercial e industrial y una religión organizada.
Al surgir las polis o ciudades, los clanes familiares se organizaron en clases sociales, donde la nobleza
detectó el poder político y económico, basado en la posesión de la tierra y la actividad agraria. La primitiva
monarquía fue sustituida por la oligarquía, gobierno ejercido así por la nobleza griega.
Durante este periodo oscuro y confuso debido a las invasiones, se funden los elementos culturales autóctonos
y foráneos y se van formando los posteriores Estados griegos históricos.
Argumento de la Iliada
En este poema, Homero relata parte de la guerra que sostuvieron los griegos con los troyanos.
La causa de la guerra fue el rapto de la princesa Helena, esposa del rey griego Menelao, por le príncipe de
Troya, Paris. Los griegos decidieron vengar la ofensa y declararon la guerra a Troya, para lo cual prepararon
un ejercito al mando de Agamenón. Formaban parte del ejército valerosos soldados como Aquiles, Ulises,
Patroclo, Ayax y otros.
Casi al finalizar la guerra, se originó una discusión entre los griegos Aquiles y Agamenón por haberle quitado
éste a Aquiles, su esclava Briseida, que le había tocado en el reparto de un botín. Ante esta humillación
Aquiles decidió retirarse del combate, tomándose así los triunfos griegos en sucesivos fracasos.
Ante estos infortunios Patroclo, gran amigo de Aquiles, resolvió ingresar al combate, pero fue muerto
por Héctor, príncipe troyano. La muerte de Patroclo conmovió a Aquiles, quien encolerizado reingreso al
combate y dio muerte a Héctor, luego rescato el cadáver de su amigo de manos de los troyanos.
El poema finaliza con los funerales del jefe troyano, cuyo cadáver fue arrastrado por las murallas de Troya,
fue entregado por Aquiles a Príamo, rey de Troya y padre de Héctor. Posteriormente en el fragor de la guerra,
Paris lanzo una flecha envenenada que hirió a Aquiles en el talón, su única parte vulnerable, la que causó su
muerte.
La guerra prosiguió y los griegos no pudieron vencer a los troyanos. Motivo por el cual los griegos recurrieron
a una estratagema que consistía en la construcción de una enorme caballo de madera donde se encerraron a
los más valerosos guerreros, luego abandonándolo en el campo de batalla, simularon una retirada. Los troyanos
creyendo que era una recompensa a su valentía, lo transportaron como trofeo al interior de la ciudad y lo
celebraron con una gran fiesta.
Los griegos aprovecharon la oscuridad, bajaron del caballo de madera y abrieron las puertas de Troya para
que ingresara el ejercito griego. La sorpresa fue grande; finalmente, después de una gran batalla los griegos
se apoderaron de Troya y recuperaron a la cautiva Helena.
Caballo de Troya
Argumento de la Odisea
La Odisea es un poema épico que consta de 24 cantos, a través de los cuales el autor nos narra las peripecias
que paso Ulises u Odiseo, para volver a su tierra natal, Itaca, luego de finalizada la guerra de Troya. En
Itaca lo esperaban su esposa Penélope y su hijo Telémaco.
Ulises, también llamado Odiseo, perseguido por la ira de Poseidón, estuvo perdido en el mar durante diez
años, después de los cuales pudo llegar a su patria, gracias a su astucia que logró salvarlo de las dificultades
que le ponían los dioses enemigos de los griegos.
El Idioma Griego
La lengua que se hablaba en todos los países era el griego con sus variantes dialectales, de todos ellos, el
jonio fue la lengua literaria. El alfabeto griego tiene su origen en el de los fenicios que después de mejorarlo,
le agregaron las cinco vocales.
La Religión
Características
La religión griega se caracterizó por ser politeísta, antropomórfica y panteísta.
Fue politeísta, por que rendía culto a muchos dioses. Creían que los fenómenos de la naturaleza como el
sol, el aire, el mar, etc. habían sido creados por unos seres superiores que tenían su morada en el Olimpo a
los que llamaban dioses.
Fue antropomórfica, por que los griegos tenían la certeza que sus dioses eran de forma humana, provistos
de las mismas pasiones, virtudes y defectos que los hombres. Desde luego que los concebían mucho más
altos, mas bellos, más inteligentes y más felices que los hombres.
Fue panteísta, los griegos rendían culto a los fenómenos de la naturaleza, como la luz, el sol, el mar, etc.
Principales divinidades
Las divinidades griegas se clasifican en panhelénicas o universales, en particulares o domésticos y en
semidioses o héroes.
Dioses Panhelénicos o Universales
Eran los dioses mayores, a quienes rendían culto todo el pubo griego. Moraban en el Olimpo (monte de
Grecia de 2919 metros de altura). Entre los principales dioses panhelénicos o universales tenemos:
Zeus, considerado como la máxima autoridad; padre de todos los dioses y los hombres, poseedor del rayo.
Hera, esposa de Zeus, protectora del matrimonio y de los nacimientos. Era identificada como el cielo.
Apolo, dios de la verdad y protector de las bellas artes. Se le identificaba como el sol o la luz.
Artemisa, diosa de la cacería y de la naturaleza. Era la luna, la diosa de la noche.
Demeter, diosa de la agricultura y protectora de los labradores:
Dionosio, dios del vino y la embriaguez y del arte dramático.
Poseidón, hermano de Zeus, dios del mar y de las tempestades.
Anfitrite, esposa de Poseidón y diosa del mar tranquilo.
Hades, reinaba sobre el mundo subterráneo y el mundo de los muertos.
Hefaistos, dios del fuego y de los metales, patrón de los herreros.
Atenea, diosa del arte militar, la cultura y la ciencia. Simboliza la inteligencia y la razón.
Afrodita, diosa de la belleza y del amor.
Ares, el sanguinario dios de la guerra.
Estatua de Poseidón
Dioses particulares o domésticos
Al igual que otros pueblos de la antigüedad, los griegos creyeron que la vida de una persona no terminaba con
la muerte. Pensaban que el muerto seguía viviendo en otra morada, donde tenía las mismas necesidades
que los vivos, por eso era necesario rendir culto a sus antepasados y ofrendarles alimentos ante sus tumbas.
El culto doméstico estaba bajo la dirección del jefe de familia quien oficiaba de sacerdote ante un altar, en el
que ardía el fuego sagrado en una lámpara de aceite ante le cual no podía practicarse ningún acto impuro.
Los Semidioses o Héroes
Fueron personajes legendarios que se habían distinguido tanto por sus grandes hazañas, su valor y heroísmo
en las distintas batallas. Estos personajes fueron declarados héroes. Por lo general eran hijos un dios y un
mortal. Entre ellos tenemos:
Heracles, conocido después como Hércules, poseía una fuerza extraordinaria. Era defensor del bien y de la
justicia.
Teseo, que dio muerte al minotauro en Creta, monstruo que se devoraba siete doncellas y siete jóvenes como
ofrenda ateniense.
Perseo, dio muerte a la medusa, cuya mirada convertía en piedra a todo aquel que intentaba verla.
Aquiles, el más valiente de los héroes griegos que destaco en la guerra de Troya.
Orfeo, con sus melodías encantadoras; civilizaba a los hombres y atraía hasta las fieras.
Jasón, quien con su nave Argos, tras mitológicas aventuras, recuperó el vellocino de oro.
Las Anfictionías
Se llamaban así a las asociaciones más estrechas y duraderas de grupos de ciudad-estado. En realidad,
constituían ligas de ciudades, cuyos habitantes, periódicamente, se congregaban alrededor de un santuario
común a fin de realizar fiestas y celebraciones relacionadas con un culto común. De paso, aprovechaban
la ocasión para establecer un mercado comúny sobre todo, para solidarizar la amistad con los vecinos, en
aras de una mutua protección fronteriza.
Los Juegos Panhelénicos
Eran concursos atléticos y artísticos organizados por las anfictionías, como una forma de fortalecer los
vinculos de solidaridad nacional.
Cuatro fueron los principales juegos: los píticos, los nemeicos, los istmicos y los olímpicos.
Los Píticos
En el santuario de Delfos, tenían lugar los juegos Píticos, en honor al dios Apolo. Se recordaba la victoria
mitológica de Apolo sobre la serpiente Pitón. Se realizaba cada 5 años. Los vencedores recibían una corona
de laurel.
Los Nemeicos
Llamados así por celebrarse cerca de los bosques de Nemes, en la localidad de la Argólida, en honor a
Heracles, tenían por objeto honrar la memoria de los patriotas que habían sucumbido defendiendo a la patria
contra los persas.
Los Istmicos
En el istmo de Corinto se celebraban estos juegos, en honor a Poseidón. Los concursantes, artistas o atletas,
perseguían el premio de una corona de pina y olivo. Cinco deportes entraban en el concurso: carreras, salto,
lanzamiento de disco, tiro del arco y pugilato.
Los Olímpicos
Eran los de mayor repercusión y brillo de la Hélade, celebrada en honor a Zeus. Conmemoraban el concurso
de los dioses, en Olimpia. Cada cuatro años los griegos se concentraban en esa ciudad procedentes de los más
lejanos pueblos, olvidando sus guerras o problemas por cinco días, guardando una estricta tregua.
Antes de las competencias, todos los atletas juraban ante el altar de Zeus, de no corromper, ni matar a sus
adversarios y aceptar las decisiones de los jueces.
Las pruebas comprendían los siguientes ejercicios: la carrera simple o doble, la lucha, el pugilato, el
lanzamiento de jabalina y del disco, el pentatlon (salto, carrera, lucha, lanzamiento de disco y de jabalina)
y por último las carreras de carro, las mismas que constituían un espectáculo de gran entusiasmo y algarabía.
A os vencedores se les premiaba con una corona de olivo, como símbolo de victoria.
Juegos Olímpicos en la Antigua Grecia
Arte[editar]
Artículo principal: Arte de la Antigua Roma
Las primeras manifestaciones del arte romano nacen bajo el influjo del arte etrusco, enseguida contagiado del arte
griego, que conocieron en las colonias de la Magna Grecia del sur de Italia, que Roma conquistó en el proceso de
unificación territorial de la península, durante los siglos IV y III a. C. La influencia griega se acrecienta cuando, en el siglo
II a. C., Roma ocupa Macedonia y Grecia.
Véanse también: Arquitectura de la Antigua Roma, Escultura de la Antigua Roma y Pintura de la Antigua Roma.
Lengua[editar]
Artículo principal: Latín
Educación y escritura[editar]
Artículo principal: Educación en la Roma Antigua
Roma introdujo el alfabeto actual en 770 A.C., importado de los griegos de Sicilia y perfeccionado después.
Se escribía con una tachuela en bronce (scríbere) o se pintaba (línere o píngere) sobre una hoja (folium) vegetal, sobre
cortezas (líber, de donde viene la palabra española "libro") o maderas (tábula o tabla, álbum o madera 'blanca') y más
tarde sobre cobre (aes) y sobre lienzos.
La palabra "escritura" procede de scriptura, que era la marca que se hacía al ganado que se enviaba a pastar.
Una de las características de la escritura romana es que el sonido de la vocal u se conseguía con la letra v. Por ejemplo
"Avgvstvs" se pronunciaba Augústus.
Véanse también: Alfabeto latino y Escritura cursiva latina.
Literatura[editar]
Artículo principal: Literatura romana
Historiografía[editar]
Artículo principal: Historiografía romana
Filosofía[editar]
Artículo principal: Filosofía romana
Derecho[editar]
Artículo principal: Derecho romano
La verdadera innovación de los romanos fue la sistematización y la enseñanza del derecho, que no existía entre los
griegos.
El derecho romano, es uno de los grandes aportes de Roma como civilización, supuso la primera recopilación científica
de las normas para las que deben regirse las relaciones de los ciudadanos en todos los aspectos fundamentales:
privados y públicos, familiares, laborales, etc. A partir de Augusto la ciencia del derecho tuvo una gran importancia y
hubo notables jurisconsultos, como Gayo, Ulpiano y Papiniano. Los jurisconsultos romanos distinguían entre:
Ius publicum (derecho público) que regulaba las relaciones entre los ciudadanos y el Estado;
Ius pirvatum (derecho privado) que regulaba las relaciones de los ciudadanos entre sí;
Ius getium (derecho internacional) que regulaba las relaciones entre los distintos pueblos.
Ciencia y tecnología[editar]
Véase también: Historia de la ciencia y la tecnología
La ciencia no conoció un desarrollo importante en Roma en el campo de la teoría o de la investigación pura, limitándose
los autores romanos a recopilar conocimientos anteriores, sobre todo los griegos; Plinio el Viejo (23–79) recopiló en
su Naturalis Historia la ciencia griega.
Se destacaron los romanos en la tecnología aplicada, sobre todo en agricultura, obras públicas y tecnología militar:
molinos hidráulicos, sistema de calefacción central y aislamiento contra la humedad de las viviendas; catapultas,
ballestas, torres de asalto instaladas sobre ruedas; faros en los puertos y, sobre todo, un sistema de construcción de
calzadas, con firme de piedra amalgamada con mortero, bordillos y zanjas de desagüe, que han permitido que aún se
conserve gran parte del trazado viario romano.
Las construcciones romanas más importantes eran:
El primitivo calendario romano fijaba la duración de los meses en 29 días, 12 horas y 44 minutos con meses lunares de
29 ó 30 días. El mes era la fracción mayor y el día la menor, aunque después se dividió en horas.
Los romanos consideraban que el día se iniciaba a medianoche. Al establecerse el año (de annus = anillo) le fijaron una
duración de 10 meses (sistema decimal), pero más tarde, por influencia griega, se pasó al año de 12 meses, con 368
días y ¾ de otro, con meses de 30 y 29 días alternativamente, y cada dos años un año con 13 meses, ajustándose
progresivamente el sistema suprimiéndose o agregándose días. Así se estableció un año que comenzaba
en primavera (en el mes dedicado al dios de la guerra Marte, o sea el mes martius = 'marzo'), luego seguía el mes que se
abre (aprilis = 'abril'), el del crecimiento (maius = 'mayo') y el del florecimiento (junius = junio). Luego los meses seguían
por orden del quinto al
décimo: quintilis (julio), sextilis (agosto), september (septiembre), october (octubre), november (noviembre)
y december (diciembre); seguía el mes de apertura de los trabajos agrícolas (januarius = enero) y el mes de las
purificaciones (februarius = febrero). Si se añadía otro mes, éste no tenía nombre pero se le llamaba mercedonius por
estar consagrado a la paga.
Con los progresivos reajustes se fijaron meses de 31 días (marzo, mayo, julio y octubre), de 28 días (febrero, que cada
cuatro años tenía 29 días) y de 29 días (los demás), intercalándose un mes de 27 días cada dos años. Así el primer y el
tercer año del ciclo tenían 355 días cada uno; el segundo año 383 días; y el cuarto año 382 días, o sea en total 1474
días. Cada mes se dividía en semanas de entre 4 y 9 días: la segunda y cuarta semana del mes eran de 8 días, la
tercera de 9 días (salvo en febrero que eran 8 y en el intercalar que eran 7) y la primera semana era de 6 días en los
meses de 31 y de 4 en los demás. El anuncio de la duración de la primera semana se llamaba anuncio de las calendas, a
las semanas de nueve días el noveno día se llamaba nonae o nonas y al primer día de la tercera semana se le
llamaba idus (o ides). A cada periodo de cinco años se le llamaba lustro, debido a que se hacían sacrificios (lustrum) el
año después de la revisión del censo que era cada cuatro años.
Medicina[editar]
Artículo principal: Historia de la medicina#Roma
En los primeros tiempos la medicina romana era considerada mágia o religión. No obstante, se sabe que los etruscos,
habilidosos practicantes de la adivinación, también lo eran en la fabricación de prótesis dentales. Una ley atribuida al
rey Numa prescribía la cesárea cuando la madre moría antes del parto, para salvar al niño. Pero no menciona ningún
médico. Probablemente cada uno hacía lo que sabía en caso de necesidad. En un momento la medicina griega hace una
aparición en la cultura romana. Cuando el primer médico griego llega a Roma (Arcagato de Esparta, 219 a. C.), Catón se
opone a la admisión de esta y otras novedades que teme van a helenizar, es decir, a iniciar la decadencia de Roma. Y
propugna la vuelta a la medicina tradicional (en su caso, por ejemplo, eran panaceas la col y el vino). La medicina griega
que llega a Roma viene dividida en dos escuelas:
La de Hipócrates, convencido de la vis medicatrix naturae y por lo tanto seguidora de un método expectante,
consistente en no violentar el curso de la enfermedad. Hipócratesdecía que lo primero era no hacer mal (primum non
nocere).
La de Asclepíades, por su parte, era partidaria de actuar para que la curación se produjese cito, tuto ac
iucunde (rápida, segura y agradablemente) porque quien cura es el médico, no la naturaleza.
Utilizaba dietas, masajes, medicamentos y música. Llegó a practicar la traqueotomía.
En tanto, en las obras de Celso encontramos descritas operaciones de cirugía plástica, extirpación
de pólipos nasales, amígdalas, etc. Galeno (130-200) ya practicaba la disecciónde cadáveres, pero con animales, porque
estaba muy mal visto el estudio anatómico de cadáveres humanos. A juzgar por lo que apareció en casa de un médico
de Pompeya, los materiales quirúrgicos no eran excesivamente rudimentarios. Existen indicios de que conocían el espejo
dental y las propiedades antisépticas de ciertos ungüentos. La enseñanza de la medicina era privada y no había títulos.
Cualquiera podría practicarla, incluso en la época imperial cuando eximen a los médicos de pagar impuestos y del
servicio militar. La mayoría de los médicos eran griegos y judíos. No hubo un gran avance de la medicina en la
civilización romana debido a que no había interés por la investigación experimental, y porque se obsesionaba con escribir
libros de medicina en verso. Sammórico (inventor de la fórmula mágica Abracadabra) fue el introductor de esta moda que
gobernará la Edad Media. En cuanto a la organización sanitaria, la gran aportación de Roma en este campo es el
sistema hospitalario, no obstante, sus inicios eran no más que la habilitación de un refugio para que pudiesen morir los
enfermos pobres: la llamada illa tiberiana. Con la extensión del imperio, se fueron creando los hospitales militares en
lugares estratégicos. Tras estos hospitales, aparecieron los hospitales de caridad. El primero en Roma lo creó una mujer
llamada Fabiola en el siglo IV a. C. Por otra parte, una importante novedad en la higiene fue el abastecimiento de agua a
la ciudad. Una red de acueductos aportaba a Roma más de mil millones de litros por día.
Costumbres[editar]
Artículo principal: Costumbres de la Antigua Roma
En Roma tenía lugar una animada vida social y comercial. Su prosperidad económica y el hecho de ser
la capital política se conjugaron para que su planta urbana se llenara de bellas estatuas, imponentes edificios,
y arcos y columnas conmemorativas de los triunfos militares.
Vivienda[editar]
Artículo principal: Vivienda (Roma Antigua)
Las residencias de los ciudadanos romanos dependían, como hoy, del grado de riqueza. Los Patricios y los ricos
hombres de negocios (Caballeros) habitaban en villae, que tenían grandes jardines con fuentes, hermosas vistas y muy
lujosas. Los principales modelos eran dos: insulae y domus.
Familia[editar]
La familia romana, a diferencia de la familia europea actual, estaba constituida no solo por los padres, hijos y parientes,
sino también por todos los que vivían bajo la autoridad del cabeza de familia o pater familias, incluidos naturalmente
los esclavos. La familia romana era legalmente tan fuerte que ciertas cuestiones, que hoy se tratan en los juzgados o en
los templos, entonces se trataban en casa, bajo la presidencia del cabeza de familia. La familia era realmente
la célula básica de la sociedad romana.
Comidas[editar]
Véase también: Gastronomía romana
Vestimenta[editar]
Artículo principal: Indumentaria (Roma Antigua)
En Roma la vestimenta distinguía y diferenciaba a las clases sociales. Por ejemplo, sólo los senadores romanos usaban
el calceus, zapato propio de esta casta. A pesar de las similitudes entre griegos y romanos estos últimos tenían una gran
característica: la ropa tenía un profundo significado político. Los jóvenes al cumplir 21 años usaban sobre la túnica, la
toga, amplio manto de lana o hilo, símbolo del hombre libre. En la toga se colgaban los distintivos del grado político que
el ciudadano adquiría a lo largo de su trayectoria. Las mujeres romanas, como las griegas del periodo clásico, usaban
una túnica y un amplio manto rectangular conocido como palla. La túnica o estola fue el reflejo de las influencias etruscas
(sencillez en las líneas y en los colores). Más tarde el contacto de esta civilización con culturas orientales y el crecimiento
del concepto de la elegancia fueron modificando el atuendo. Las túnicas se confeccionaron con telas más suaves y
ligeras, de colores más variados e intensos. Este hito sucedió también con la ropa masculina después de la caída del
Imperio Romano de Occidente, donde las influencias bizantinas entraron marcando la elegancia en las togas y túnicas.
Bordados de oro y piedras preciosas adornaron las elegantes y refinadas telas que caían en profundos pliegues. Sin
embargo, el vestuario romano popular casi no varió. Ellos siguieron vistiendo la túnica tosca y la capa con gorro de lana,
en invierno y de algodón, en verano.
Fases vitales[editar]
Para Marco Terencio Varrón (siglo I a. C.), las fases vitales en Roma comenzaban con la categoría de puer ("niño", 0-15
años), seguía la adulescentia (adolescencia, 15-30) y la iuvena ("juventud", 30-40). En cambio, para Isidoro de
Sevilla (siglo VII) comienzan con una primera infancia (0-7) que precede a la pueritia (7-14), la adolescencia dura hasta
los 28 años y la juventud se prolongaba hasta los cincuenta. La madurez y la senectud no se contemplan en estas
clasificaciones.1
Véanse también: Ritos de paso, Lupercales y Toga viril.
El nacimiento y la muerte tienen en Roma, como en todas las culturas, particulares significados antropológicos.
Muerte[editar]
Gladiadores peleando (1872), obra pictórica de Jean-Léon Gérôme.
En la muerte los habitantes de Roma recibían un trato desigual como en vida. A los esclavos los enterraban en una fosa
común o, cuando los crucificaban, los dejaban para alimento de los buitres. Era un entierro frecuente en Roma por el alto
porcentaje que había de esclavos. Para el resto de la gente había dos tipos de trato: la incineración (quema del cadáver y
colocación de las cenizas en una urna) y la inhumación (de humus, tierra, que era el enterramiento). Una ley de las XII
Tablas prohibía realizar uno de estos ritos dentro de la ciudad.
Numa tuvo su sepulcro sobre el monte Janículo, que entonces no estaba en el recinto de la ciudad. Los reyes que le
sucedieron tuvieron el suyo en el campo de Marte, entre el Tíber y la ciudad. Las vestales gozaban de la prerrogativa de
ser enterradas dentro de la ciudad pero las que quebrantaban el voto de castidad eran enterradas en un campo que
tomando el nombre de este pecado, fue llamado campo del delito. Los generales participaron luego de este honor que se
extendió finalmente a los principales de la nación hasta que la ley de las XII tablas lo prohibió.2
Naturalmente, los pobres tenían una ceremonia y un sepulcro más elemental que los ricos. Los incinerados se colocaban
en los columbaria (auténticos palomares en los que cada cuadrícula recibía una urna cineraria). Los inhumados iban a
las catacumbas, que eran corredores subterráneos que en las paredes tenían excavados los nichos; en Roma hay unos
40 km de corredor de este tipo excavados en piedra volcánica. Alguna vez estas catacumbas fueron refugio
de cristianos perseguidos, pero no era esta su función normal, sino la de cementerio.
El pueblo romano tuvo también hogueras públicas que se llamaban ustrinae y sepulcros comunes. Estos se
llamaban putticuli y eran unos hoyos profundos a modo de pozos donde eran echados los cadáveres de la gente del
pueblo. Según palabras de Horacio.
Hoc miserae plebi stabat commune sepúlcrum2
Los ciudadanos ricos, nobles y los políticos ilustres tenían funerales solemnes con elogios fúnebres (laudationes
fúnebres), que después la familia conservaba escritos donde el busto del difunto como prueba de aristocracia. Si el
difunto tenía el ius imaginum (derecho de guardar en casa las estatuas de los antepasados ilustres) en el cortejo iban
unos figurantes caracterizados con las máscaras de cera de sus antepasados y con ropas de aquellos, de modo que
parecía que los muertos resucitaban provisionalmente para ir a recibir al recién llegado. El cortejo iba precedido por
los libitinarii (pompas fúnebres), y llevaba músicos tocando cuernos y trompetas, gente llevando antorchas
encendidas, lloronas que hacían el planto, y se cantaban naenias (cantos tradicionales de elogio al muerto). Llegado
a fuera de la ciudad, quemaban el cadáver entre perfumes y flores. Cuando se consumía todo el cuerpo, recogían la
ceniza, la metían en una urna y la colocaban en un monumento en el que ponían una lápida conmemorativa.
Las familias más ilustres como los Metelos, los Claudios, los Escipiones, los Servilios, los Valerios, etc. fueron
enterrados a lo largo de los caminos. De aquí tomaron origen los nombres de Vía Aurelia, Vía Flaminia, Vía
Lucilia, Vía Apia, Vía Laviniana, Vía Julia, etc.2 En la vía Apia había gran cantidad de monumentos funerarios, entre
los que destaca el de Cecilia Metela que llegó en la Edad Media a ser convertido en castillo. Algunos como Cestio lo
hicieron en forma de pirámide. El emperador Adriano preparó en vida un gigantesco mausoleo que llegó a ser
residencia papal y que es el famoso Castel Sant'Angelo. También se desarrolló mucho la industria
del sarcófago tallado, en ocasiones con un lujo extraordinario.
La muerte de Séneca, por Rubens.
Suicidio[editar]
Artículo principal: Suicidio en Roma
Nacimiento[editar]
Cuando en Roma nacía un niño, lo ponían a los pies del padre y, si éste lo cogía en el colo y lo alzaba bien alto en
los brazos (tollere fillium), el niño quedaba legitimado y el padre se comprometía con este reconocimiento a criarlo,
educarlo y ayudarle a buscarse la vida.
En los primeros ocho días (primordia) había diversas ceremonias para que las divinidades,
principalmente Juno y Hércules, protegiesen la nueva vida.
En el dies Iustricus (8º si era niña y 9º si era niño) se purificaba la criatura con agua en presencia de los padres,
familiares y amigos convidados. Se ofrecía un sacrificio a los dioses, le ponían el praenomen, le regalaban los
primeros juguetes y le ponían en el cuello la bulla(cápsula de metal o cuero dentro de la cual metían cosas que se
consideraban protectoras del niño). Esta bulla la va a llevar siempre colgada hasta los diecisiete años. También
durante este periodo el niño, si pertenece a la nobleza, va a vestir una túnica bordada (toga praetexta), similar a la
toga de los magistrados, concedida a los niños de la nobleza por una hazaña militar infantil en los tiempos del
rey Tarquinio. Las mujeres llevarán esta toga hasta que se casen. A los 17, en una ceremonia de entrada en el
mundo de los adultos, el adolescente ofrecerá a los dioses la bulla y la toga praetexta; a partir de entonces, vestirá
la toga virilis.
Nombre[editar]
Artículo principal: Nombre romano
Nombres propios[editar]
El nombre en Roma tenía ciertas particularidades. Las mujeres llevaban un único nombre, que normalmente era el
de la gens en femenino: Terentia (de la familia Terentia). Los hombres, en cambio, sobre todo si eran patricios,
llevaban tres nombres, costumbre de origen etrusco: Marcus (praenomen), Tullius (nomen), Cicero (cognomen).
El praenomen designa al individuo (el nombre de hoy en día). Los praenomia normalmente aparecen en
abreviatura. Los más frecuentes eran: A.: Aulus; Ap.:Appius; C.:Caius (Gaius); Cn.:Cnaeus (Gnaeus);
D.:Decimus; K.:Caeso; L.:Lucius; M.:Marcus; Mi.:Manius; Mam.:Mamercus; N.:Numerius; P.:Publius; Q.:Quintus;
Ser.:Servius; Sex.:Sextus; Sp.:Spurius; T.:Titus; Ti.:Tiberius.
El nomen es el distintivo de la gens o estirpe, comprendiendo en la práctica varias familias. Sería como
el apellido de hoy en día.
El cognomen, distintivo de la familia dentro de la gens, era inicialmente una especie de apodo, rasgo físico o
moral o cosa parecida.
Algunos indican la procedencia primitiva (Coriolanus, "de Corioli"), o una cualidad física (Crassus, "grueso,
corpulento"; Longus, "alto y delgado"; Cincinnatus, "de pelo rizado"), o productos o trabajos campesinos (Cicero,
"garbanzo").
Tocador de una matrona romana. Obra del siglo XIX de Juan Giménez Martín, Congreso de los Diputados de Madrid.
Infans: el que no habla (hasta los 7 años); Puer: de 7 a 17 años; Adulescens: de 17 a 30 años; Iuvenis: de 30 a
46 años; Senior: de 46 a 60 años; Senex: de 60 a 80 años; Aetate provectus: más de 80 años.
Puella: niña
Virgo: mujer no casada
Uxor: esposa
Matrona: madre de familia
Anus: la mujer que ya no puede tener hijos
Mulier: mujer, desde que se casaba.
Vir: hombre
Símbolos[editar]
El imperio romano fue muy rico en símbolos, algunos de los cuales han llegado hasta nuestros días, como el Fasces,
haz de pequeños troncos atados con una cinta roja formando un cilindro alrededor de una hacha. Se han encontrado
restos de fasces etruscos, y en Roma, simbolizando la autoridad del imperio, eran llevados por un número variable
de lictores, fasces lictoriae, que acompañaban a las autoridades en las ceremonias. Los fasces fueron adoptados
como símbolo por el Fascismo de Benito Mussolini, igual que la esvástica hindú lo fue por el nazismo alemán.
La mitología romana está formada por las leyendas y mitos de la religión politeísta practicada en la Roma antigua. La
mayoría de las divinidades del panteón romano provienen de Grecia con dioses que suplantaron a las divinidades
locales con algunas raras excepciones.
La principal fiesta romana (ludi máximi o ludi magni, es decir los Grandes Juegos) empezaba con una procesión tras
la cual iban las imágenes de los dioses y detrás los guerreros; seguían las comparsas de bailarines (lúdii) con túnicas
rojas; los hombres adultos con cascos y armaduras, los adolescentes con pieles de ovejas; después venían
los músicos: el colegio de flautistas o collegium tibicínium era tan antiguo como el de los saliares,
en latín salii (sacerdotes del dios Marte o 'saltadores danzantes'), pero tenía una consideración inferior.
Esta fiesta se celebraba en otoño, al regreso de las tropas en campaña, y era una fiesta para celebrar la victoria.
En el carnaval popular (fériae o saturae) se usaban máscaras. La música se hacía con flautas (tibias). En las fiestas
se celebraban combates y carreras de carros. Los vencedores recibían una palma como corona lo cual era
considerado un gran honor. Un romano se enterraba siempre con las palmas o coronas ganadas.
También destacaba entre las diversas fiestas la de los manes, dedicada a los muertos. Todas las fiestas tenían un
desarrollo similar, cada una con sus particularidades. Otra importante fiesta también era las Saturnales (en honor
a Saturno) en la cual los amos servían a sus esclavos por un día completo, como si los papeles se hubiesen
invertido.