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8.3.

INDICADORES DE RENTABILIDAD:

Los indicadores de rentabilidad son aquellos índices financieros que sirven para medir la

efectividad de la administración de la empresa, para controlar los costos y gastos y, de esta

manera, convertir ventas en utilidades.

8.3.1. CRITERIO DEL VALOR ACTUAL NETO (VAN):

Este criterio plantea que el proyecto debe aceptarse si su valor actual neto (VAN) es igual o

superior a cero, donde el VAN es la diferencia entre todos sus ingresos y egresos

expresados en moneda actual.


𝑛 𝑛
𝑌𝑡 𝐸𝑡
𝑉𝐴𝑁 = ∑ 𝑡
−∑ − 𝐼0
(1 + 𝑖) (1 + 𝑖)𝑡
𝑡=1 𝑡=1

donde Yt representa el flujo de ingresos del proyecto, Et sus egresos e I0 la inversión inicial

en el momento cero de la evaluación. La tasa de descuento se representa mediante i.

Aunque es posible aplicar directamente esta ecuación, la operación se puede simplificar a

una sola actualización mediante:


𝑛
𝑌𝑡 − 𝐸𝑡
𝑉𝐴𝑁 = ∑ − 𝐼0
(1 + 𝑖)𝑡
𝑡=1

Que es lo mismo que:


𝑛
𝐵𝑁𝑡
𝑉𝐴𝑁 = ∑ − 𝐼0
(1 + 𝑖)𝑡
𝑡=1

donde BNt representa el beneficio neto del flujo en el periodo t. Obviamente, BNt puede

tomar un valor positivo o negativo.


Al aplicar este criterio, el VAN puede tener un resultado igual a cero, indicando que el

proyecto renta justo lo que el inversionista exige a la inversión; si el resultado fuese, por

ejemplo, 100 positivos, indicaría que el proyecto proporciona esa cantidad de remanente

sobre lo exigido. Si el resultado fuese 100 negativos, debe interpretarse como la cantidad

que falta para que el proyecto rente lo exigido por el inversionista.

8.3.2. CRITERIO DE LA TASA INTERNA DE RETORNO (TIR):

El criterio de la tasa interna de retorno (TIR) evalúa el proyecto en función de una única

tasa de rendimiento por periodo, con la cual la totalidad de los beneficios actualizados son

exactamente iguales a los desembolsos expresados en moneda actual. Como señalan

Bierman y Smidt, la TIR “representa la tasa de interés más alta que un inversionista podría

pagar sin perder dinero, si todos los fondos para el financiamiento de la inversión se

tomaran prestados y el préstamo (principal e interés acumulado) se pagara con las entradas

en efectivo de la inversión a medida que se fuesen produciendo”. Aunque ésta es una

apreciación muy particular de estos autores (no incluye los conceptos de costo de

oportunidad, riesgo ni evaluación de contexto de la empresa en conjunto), sirve para aclarar

la intención del criterio.

La tasa interna de retorno puede calcularse aplicando la siguiente ecuación:


𝑛 𝑛
𝑌𝑡 𝐸𝑡
∑ 𝑡
∑ + 𝐼0
(1 + 𝑟) (1 + 𝑟)𝑡
𝑡=1 𝑡=1

donde r es la tasa interna de retorno. Al simplificar y agrupar los términos, se obtiene lo

siguiente:
𝑛
𝑌𝑡 − 𝐸𝑡
∑ − 𝐼0 = 0
(1 + 𝑟)𝑡
𝑡=1
que es lo mismo que:
𝑛
𝐵𝑁𝑡
∑ − 𝐼0 = 0
(1 + 𝑟)𝑡
𝑡=1

Comparando esta ecuación con la ecuación del VAN, puede apreciarse que este criterio es

equivalente a hacer el VAN igual a cero y determinar la tasa que le permite al flujo

actualizado ser cero.

La tasa calculada así se compara con la tasa de descuento de la empresa. Si la TIR es igual

o mayor que ésta, el proyecto debe aceptarse, y si es menor, debe rechazarse. La

consideración de aceptación de un proyecto cuya TIR es igual a la tasa de descuento se basa

en los mismos aspectos que la tasa de aceptación de un proyecto cuyo VAN es cero.

8.3.3. DIFERENCIAS ENTRE VAN Y TIR:

El VAN y el TIR son dos conceptos que guardan una relación cercana y que, por eso

mismo, muchas personas identifican como sinónimos. Sin embargo, se trata de un error que

en términos de gestión empresarial no puedes permitirte de ninguna manera.

¿El VAN y el TIR son dos valores que siempre coinciden?

El VAN y el TIR son dos elementos que generalmente resultan de gran utilidad a la hora de

calcular la viabilidad financiera y económica de un negocio o un proyecto de inversión. Sin

embargo, el error que muchos profesionales del área cometen es dar por sentado que estos

dos valores siempre coinciden.

¿No es así, acaso? Pues no necesariamente: ambos tienen limitaciones específicas que vale

la pena mirar con más detenimiento y, de hecho, sus resultados podrían llegar a ser

inconsistentes en determinadas circunstancias o contextos.


Para visualizar mejor en qué consisten las diferencias más significativas entre estos dos

conceptos, hagamos una relación directa entre ambos tomando como referencia los aportes

tanto a la gestión como a la rentabilidad:

 Los dos conceptos realizan un análisis diverso de la rentabilidad de un negocio.

Mientras el VAN lo hace en términos netos, o lo que es lo mismo, en unidades

monetarias y por tanto inscritas a las lógicas de un momento puntual, el TIR nos

proporciona una medida relativa de esa misma rentabilidad, es decir, un tanto por

ciento de la misma.

 Los flujos de caja son otro punto de diferencia entre ambos conceptos. Si el

VAN tiene en cuenta el vencimiento de los mismos y, de hecho, da preferencia a los

más próximos para evitar el riesgo de una inversión, no ocurre lo mismo con el TIR.

Este último no considera que los flujos de caja se deban reinvertir cada cierto

tiempo en la denominada tasa de descuento K, sino que, todo lo contrario, se

derivan a un tanto de rendimiento (r) que, a largo plazo, tiene el efecto de

sobreestimar la inversión del proyecto como tal.

8.3.4. TASA INTERNA DE RETORNO (TIR) VERSUS VALOR ACTUAL NETO

(VAN):

En ciertas circunstancias, las dos técnicas de evaluación de proyectos analizados, la TIR y

el VAN, pueden conducir a resultados contradictorios. Ello puede ocurrir cuando se evalúa

más de un proyecto con la finalidad de jerarquizarlos, tanto por tener un carácter de

alternativas mutuamente excluyentes como por existir restricciones de capital para

implementar todos los proyectos aprobados.


Cuando la decisión es sólo de aceptación o rechazo y no hay necesidad de consideraciones

comparativas entre proyectos, las dos técnicas proporcionan igual resultado.

A medida que se actualiza a una tasa de descuento mayor, el VAN va decreciendo.

Al cruzar el origen (VAN igual a cero), la tasa de descuento i0 se iguala a la tasa interna de

retorno. Recuérdese que la TIR es aquella tasa que hace al VAN del proyecto igual a cero.

Luego, si el criterio del VAN indica la aceptación de un proyecto cuando éste es cero o

positivo (o sea, cuando la tasa de descuento i está entre cero e i0) y si el criterio de la TIR

indica su aceptación cuando la tasa interna de retorno r es mayor o igual a la tasa utilizada

como tasa de descuento (r > i para cualquier i entre cero e i0, donde r = i0), ambas

conducirán necesariamente al mismo resultado.

Lo anterior no siempre es tan concluyente cuando se desea jerarquizar proyectos.

Tómense como ejemplo los flujos del siguiente cuadro, correspondientes a dos proyectos

que requieren igual inversión, pero que son alternativas para obtener un mismo fin, o sea,

son excluyentes entre sí, y que presentan diferencias en la recepción de ingresos futuros

netos.
La TIR del proyecto A es 16,39%, mientras que la del proyecto B es 20,27%. De esto

podría concluirse que el proyecto B debería ser aceptado. Sin embargo, si se analiza el

VAN se observan resultados diferentes, que dependen de la tasa de descuento pertinente

para el proyecto. Los VAN que se obtienen a diferentes tasas son lo que muestra el

siguiente cuadro.

Mientras la tasa es superior a 11,72%, el VAN y la TIR coinciden en aceptar el proyecto B.

Sin embargo, si la tasa es inferior a 11,72%, el VAN es mayor para el proyecto A, siendo el

resultado contradictorio con el entregado por la TIR.

La diferencia de los resultados que proporcionan ambas técnicas se debe a los supuestos en

que cada una está basada. Mientras que el criterio de la tasa interna de retorno supone que

los fondos generados por el proyecto serían reinvertidos a la tasa de rentabilidad del

proyecto, el criterio del valor actual neto supone una reinversión a la tasa de descuento de

la empresa.

Si se supone que la empresa actúa con un criterio de racionalidad económica, ella invertirá

hasta que su beneficio marginal sea cero (VAN del último proyecto igual cero); es decir,

hasta que su tasa de rentabilidad sea igual a su tasa de descuento. Si así fuese, un proyecto

con alta TIR difícilmente podrá redundar en que la inversión de los excedentes generados
por él reditúen igual tasa de rendimiento. Sin embargo, según el supuesto de eficiencia

económica, la empresa reinvertirá los excedentes a su tasa de descuento, ya que si tuviera

posibilidades de retornos a tasas mayores, ya habría invertido en ellas. Hay que señalar que

algunos autores cuestionan el supuesto de que la TIR reinvierte los flujos del proyecto a la

misma tasa.

Por otra parte, si el VAN proporciona una unidad de medida concreta de la contribución de

un proyecto para incrementar el valor de la empresa, éste debe ser el criterio que tendrá que

primar en la evaluación.

8.3.5. OTROS INDICADORES:

8.3.5.1. PERIODO DE RECUPERACIÓN DE LA INVERSIÓN (PRI):

Mediante el cual se determina el número de periodos necesarios para recuperar la inversión

inicial, resultado que se compara con el número de periodos aceptable por la empresa. Si

los flujos fuesen idénticos y constantes en cada periodo, el cálculo se simplifica a la

siguiente expresión:
𝐼0
𝑃𝑅𝐼 =
𝐵𝑁

donde PRI, periodo de recuperación de la inversión, expresa el número de periodos

necesarios para recuperar la inversión inicial I0 cuando los beneficios netos generados por

el proyecto en cada periodo son BN.

Por ejemplo, si la inversión fuese de $2.000 y los beneficios netos anuales de $400, el PR

sería de:

2000
𝑃𝑅𝐼 = =5
400

8.5.2. TASA DE RETORNO CONTABLE:

Otro criterio comúnmente utilizado es el de la tasa de retorno contable (TRC), que define

una rentabilidad anual esperada sobre la base de la siguiente expresión:

𝐵𝑁
𝑇𝑅𝐶 =
𝐼0

donde TRC es una razón porcentual entre la utilidad esperada de un periodo y la inversión

inicial requerida. Con las cifras del ejemplo utilizado en la explicación del periodo de

recuperación, puede determinarse la tasa de retorno contable como sigue:

400
𝑇𝑅𝐶 = = 0.20
2000

Como puede apreciarse, este criterio es el inverso del periodo de recuperación y, por tanto,

sus desventajas son similares. Ciertas modificaciones a este criterio, como la de definir una

utilidad contable en lugar del flujo de caja, sólo han incrementado sus deficiencias.

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