You are on page 1of 75

Con base en las referencias bibliográficas autorizadas por Ellos

(de la Ferrière - Ferriz O.)

en ediciones aprobada por el Gurú de la JÑANA

Autor Gurú de la JÑANA Dr. P. E. G. P.

Vibraciones aéreas que modifican la atmósfera perfumándola


(incienso).

El incienso depura la atmósfera.

El fuego que transforma al incienso en delicadas volutas


perfumadas que ascienden calladamente y envuelven los ánimos en
una atmósfera saturada de espiritualidad.

Los Grandes Mensajes Pág. 132-139

Con las teorías de las ondas vibratorias y los fenómenos


electromagnéticos, tenemos una vaga idea de los fluidos que nos
rodean. Por otra parte, nadie ignora ya la influencia de la
música, de la palabra, de los colores, de los perfumes, y de los
alimentos, sobre la psiquis, debido a la correlación de los
éteres, en la transformación de las energías físicas en energías
psíquicas.

Los Grandes Mensajes página 180

Hablando de las mujeres, Muhammed las llama annisâ, plural al


cual no corresponde singular, ya que el dice: «tres cosas de
vuestros mundo me fueron dadas dignas de amor: las mujeres, los
perfumes y la oración».

Propósito Psicológico XXX La Sabiduría de Mahoma Pág. 10 Ed. Nice

1 La Osmoterapia no es una terapia excluyente de los demás


tratamientos.

2 La Osmoterapia es un poderoso auxilio de todos los médicos, sea


cual sea la escuela a la que pertenezcan, pues estimula muy
eficazmente la acción de la energía sanatoria y disminuye los
malos efectos que determinados medicamentos producen en el
organismo.

3 Indispensable será para el aspirante a Osmoterapeuta el asistir


a una escuela de medicina (recuerden que la Alopatía es
exclusivamente una terapia antisintomática de graduados como
cirujanos a quienes no se debe aceptar como verdaderos médicos),
deberá recibir capacitación en sintomatología principalmente (no
es necesaria la patología aunque es una ayuda), y demás formas de
diagnostico.

4 El estudio de las diluciones, de las dosis, la serie de


repeticiones diarias, por cuantos días y que medicamento va
antes, cual va después, cual refuerza el efecto del medicamento,
cual lo anula, cuanto puede durar el efecto del medicamento (hay
medicamentos cuyo efecto es de muy corta duración y otros de
meses).

5 Saber que los medicamentos pueden, según el medicamento y la


dilución a que se encuentren, ir más a los síntomas psíquicos o
físicos. La urgencia nos enseña a atender en primer lugar los
síntomas físicos mientras estamos seguros de saber perfectamente
la etiología psíquica del enfermo. Conocer bien la mentalidad no
se logra antes de un mes de continuas entrevistas. Los más
expertos lo logran en 45 días!

6. Recordar que no hay enfermedades. Hay, enfermos.

7. Que existen horarios de agravación, que diferente es la tos de


la una de la mañana -Hepar S., que la tos en invierno -Aloe (o la
de los “incurables”, 3 a.m., -Kali C). Que igualmente hay mejores
horas para medicar (Júpiter o Marte en el Ascendente).

8. Es condición indispensable, que la esencia, aroma o perfume


que se administre al enfermo esté adecuado a su enfermedad, y no
será incompatible su administración con la de los medicamentos
que requiera el tratamiento empleado, sino que por el contrario
favorecerá la acción terapéutica de cada medicamento si se
administra éste según las reglas de la moderna posología o dosis
convenientes en cada caso, porque la dosis del medicamento es
capaz de decidir entre el éxito o el fracaso de un tratamiento.

9. La Osmoterapia, como rama de la Naturopatía, solo admite los


perfumes y esencias extraídos del reino vegetal, porque los
perfumes y cosméticos que expende el comercio son en su mayoría
confecciones químicas, en que suele entrar el almizcle y otros
extractos animales o derivados del petróleo (actualmente la
inmensa mayoría de las esencias que se comercializan son
derivadas del petróleo), que debilitan la intensidad de la
energía sanatoria, al par que incrementan el dinamismo morboso.

10. Aún en estado sano, es notoria la sensación que nos produce


el aroma de las flores o el perfume de las sustancias agradables,
así como también merece atención la circunstancia de que en los
desmayos, vahídos y desvanecimientos en que el accidentado pierde
el sentido, la aspiración de ciertas sales estimula la acción de
la energía sanatoria hasta el punto de recobrar el conocimiento.
11. La Osmoterapia ha demostrado experimentalmente que posee en
grado superlativo la propiedad de favorecer la acción de la
interna energía sanatoria.

12. Cuando el enfermo inhala los efluvios de una planta aromática


o de una esencia agradable a su olfato experimenta una sensación
de bienestar, una euforia que alivia sus sufrimientos y le
infunde la esperanza en la salud. Un ejemplo de ello es el gas
hilarante que produce risa, alivia el dolor e induce un sueño
reparador.

Fue al divertirse en respirar el protóxido de ázoe (gas


hilarante) que algunos estudiantes, dentistas de Boston,
descubrieron en 1.846, los métodos de anestesia. Uno de ellos
(Henry Morton) comprendió que ese gas podía calmar el dolor.

Propósito Psicológico IX Medicina y Pseudomedicina/142

13. La Osmoterapia no es un empirismo o práctica puramente


experimental que tenga por único fundamento los efectos.

14. Está basada en principios netamente científicos, y para su


ejercicio y aplicación son necesarios no solamente conocimientos
de anatomía, fisiología y embriología humanas, sino, profundos
conocimientos de botánica, química y medicina, porque no se
reduce a la inhalación de olores derivados de esencias y
perfumes, sino que es indispensable conocer cuáles de estos
olores son los mejor adecuados a cada enfermedad y a cada
enfermo.

15. La gran ventaja del tratamiento osmoterápico es su perfecta


compatibilidad con cualquier otro tratamiento, al que en vez de
estorbo le servirá de auxilio y complemento.

16. La Osmoterapia ha de valerse de los mismos medios de


exploración de que se valen las demás terapias para el mejor
conocimiento de la enfermedad, y conviene decirlo así, porque
vulgarmente se cree que la exploración del enfermo es cosa
privativa de los médicos alópatas.

17. En lo relativo a la Fitoterapia y su derivado la Osmoterapia


ambas, pero especialmente la segunda, tienen de común con la
terapéutica homeopática la sutilidad o débil dosis del principio
activo que sirve de medicamento, pues parece como si la
naturaleza lo hubiese dosificado acertadamente en las esencias
aromas y perfumes extraídos de las plantas, como si estuviera en
forma de irradiación o emanación fácilmente accesible al
organismo por la vía olfativa, la misma que según el texto
bíblico empleó el Creador para infundir en el cuerpo de Adán el
hálito de vida.
18. En apoyo de la Osmoterapia acude la circunstancia
experimentalmente comprobada de que la frecuente ingestión de
ácidos acaba por provocar la peligrosa enfermedad llamada
acidosis, y sin embargo, la inhalación de las emanaciones de los
mismos ácidos por vía olfativa no sólo no es dañina sino que
tiene efectos terapéuticos.

19. Hace años era opinión general entre los higienistas que los
obreros que trabajaban en las fábricas donde era imprescindible
la continua manipulación de ácidos inorgánicos (sulfúrico,
nítrico, clorhídrico, fosfórico, salicílico, etc.), y de algunos
orgánicos como el acético, iban a enfermar de las vías
respiratorias. Pero las detenidas observaciones del doctor Kapff,
muy versado en la química relacionada con la patología médica,
demostraron que los obreros empleados en las fábricas que
manipulaban ácidos no sólo no sufrían quebranto en su salud, sino
que estaban como inmunizados contra la tuberculosis, la
bronquitis, la pulmonía, bronconeumonía, asma, y trastornos
digestivos.

20. En la historia de la Medicina se refiere que en 1.840 hubo en


Inglaterra una epidemia de cólera morbo asiático, y no se observó
ningún caso en los obreros de las fábricas de lana artificial que
estaban constantemente expuestos a las emanaciones de ácido
clorhídrico.

21. La Osmoterapia emplea como medicamentos materias sutilísimas


de composición natural, cuyas rápidas vibraciones armonizan con
las de la energía sanatoria que así estimulada e intensificada,
puede influir beneficiosamente por reflejo en el cuerpo físico y
restablecer la normalidad funcional de este.

22. La experiencia clínica del doctor A. Krumm – Heller, afirma


que mediante la inhalación de ácidos convenientemente dosificada,
es posible combatir con éxito algunas enfermedades, entre ellas
la difteria, la tos ferina, la escarlatina y ciertas afecciones
cerebroespinales. El ácido cítrico del limón es un eficaz
preservativo de la difteria.

23. Refiere Krumm - Heller que antes de la guerra del 1.944 un


médico práctico e internista, instaló en Nüremberg un inhalatorio
público. Sobre una mesita central en una amplia sala está
colocado el inhalador y los enfermos se colocan en asientos
dispuestos alrededor para inhalar las emanaciones ácidas. Las
curaciones fueron tantas y tan inesperadas, que varios médicos se
apresuraron a instalar análogos inhalatorios.

24. Lo más interesante para la Osmoterapia en este punto de los


pares de opuestos en cuanto a los olores, estriba en que si los
hediondos, pestilentes y nauseabundos repugnan al olfato y
producen trastornos en el organismo, denotan con ello su maléfica
influencia, y por lo tanto confirman o corroboran de esta suerte
la beneficiosa influencia que en el organismo corporal han de
ejercer los olores agradables y hasta deliciosos de las esencias,
aromas y perfumes extraídos de las plantas medicinales. Algunas
emanaciones de pantanos formados en medio de la naturaleza tiene
aplicaciones tanto terapéuticas como profilácticas. Aún tapándose
la nariz, las emanaciones de un perfume, de un pantano, o de algo
hediondo, son captadas por la piel y dependiendo de lo impregnada
que quede, se verán los efectos. Además de que, no solo hay una
emanación hacia nuestro sentido del olfato, hay una emanación
magnética y cada frecuencia magnética induce en nosotros toda una
relación arqueométrica con el medio ambiente, con el Universo.

Para un magnetizador sería un crimen fumar, ya que con sus pases


transmitiría corrientes de peligrosas emanaciones.

Pero el hecho más importante es el de absorber una parte del


magnetismo que emanan las células después de la muerte del animal
(magnetismo que permanece activo aún en el momento de la
putrefacción) y que retiene su fuerza en cualquier temperatura
que llegue a ser indispensable para la preparación y consumo del
alimento diario de los necrófagos (comedores de cadáveres). Queda
también este magnetismo animal en el medio ambiente saturando el
aire, la familia, los amigos y los allegados, etc., con una
vibración contraria a su evolución personal.

Es una gran responsabilidad saber que uno puede convertirse en un


obstáculo para el bienestar de sus hijos y de su familia; es
señal de un estado de conciencia bajo, hacer de su alimentación
diaria un crimen y es una pobre conciencia la que no se rebele
contra el hecho de obstaculizar el progreso de la Espiritualidad
Universal.

Los Grandes Mensajes/499-502 por S. R. de la Ferrière

25. La Osmoterapia repudia todo linaje de inhalaciones que


produzcan efectos morbosos, las cuales se distinguen por su mal
olor. Las hay deprimentes del sistema nervioso, con efectos
anestésicos o narcóticos. Otras provocan alucinaciones; algunas
embriaguez y todas tienen el gravísimo inconveniente de
establecer un hábito vicioso, que una vez arraigado es de muy
difícil y penosa extirpación. En la obscura etapa por la que
atravesamos en esta sociedad de comerciantes, religiosos y
militares mal llamada civilización, es frecuente ver adictos a
inhalar vapor de pegantes.

26. Las inhalaciones osmoterápicas, además de estimular la acción


de la natural energía sanatoria del organismo, tienen la ventaja
de no establecer hábito vicioso, es decir, que por agradable y
deleitoso que sea el olor, solo apetece cuando el organismo lo
necesita como remedio de sus dolencias, o por la emoción de estar
perfumado tanto para si mismo como para los demás.
27. Los olores agradables actúan conjuntamente con los gustosos
sabores; son un eficaz estimulante de la normal actividad
gástrica.

28. Los olores agradables han de tener y en efecto tienen su


determinada aplicación, porque no todos sirven para todo, y
precisamente esta especificación es nueva prueba de su eficiencia
terapéutica.

29. Así como la Fitoterapia ha establecido lo que pudiéramos


llamar el cuadro sintomatológico de las plantas medicinales,
puntualizando que parte de ellas se ha de emplear
terapéuticamente en cada enfermedad, así también la Osmoterapia
ha establecido un cuadro sintomatológico en el que a cada
enfermedad le está asignada la inhalación de determinado aroma,
perfume o esencia, seguida o antecedida por una determinada
durante cierto tiempo, etc.

30. Por lo que atañe a la Osmoterapia, es necesario advertir que


para administrar la quintaesencia de las plantas medicinales como
medicamento, se ha de explorar antes muy detenidamente al enfermo
para diagnosticar con certeza la enfermedad y examinar después su
horóscopo o tema astral natal con su última revolución solar y
direcciones primarias (al menos las secundarias). Una vez
confirmado el diagnóstico, podrá el médico consultar las tablas,
cuadros y gráficos, que señalan las correspondencias
arqueométricas de los planetas con las funciones orgánicas del
cuerpo humano (ver los escritos al respecto por el Apóstol de la
JÑANA Dr. D. Ferriz O.). De esta suerte, será capaz el médico de
conocer la índole planetaria de la enfermedad (influencia astral
de Paracelso) y administrar en consecuencia la planta o plantas
de la misma índole planetaria. Tomar en cuenta el interrogatorio
de Smith, muy importante el manejo correcto del Repertorio
homeopático de Kent, conocer bien la materia médica homeopática
y, siempre, considerar como más importantes los síntomas
psíquicos.

31. Para mejor comprender la acción terapéutica de la


Osmoterapia, transmitiremos las leyes capitales de la naturaleza,
demostradas por la experiencia de los siglos.

El Universo material es creación de la Mente Divina.

Todo cuanto es obra material del hombre es resultado de su


actividad mental.

Las mismas leyes rigen en el aspecto superior como en el inferior


del Universo. Como es arriba es abajo. Lo mismo se pesa un átomo
que un Sol

Todo en el Universo está en movimiento; todo rueda; todo vibra;


nada está en absoluto reposo.

Todas las cosas tienen el polo positivo y el polo negativo. Están


distribuidas en pares de opuestos. Tienen dos elementos, el
masculino y el femenino, como los extremos que se tocan porque su
naturaleza esencial es idéntica, pero de diverso grado. No
conocemos la verdad absoluta, sino tan solo la verdad relativa.

Todo actúa rítmicamente en sujeción a la ley del péndulo. Todo


tiene su principio y evoluciona, alcanza su acmé o punto
culminante y después degenera y perece.

Toda causa tiene su efecto y todo efecto tiene su causa. Esta es


la ley de causalidad, que no admite nada por casualidad. Lo que
llamamos suerte no es más que el efecto de una ley desconocida.

Refiriéndose al determinismo, el Apóstol de la JÑANA Dr. D.


Ferriz O. dijo: “Se puede calcular el momento del encuentro de
dos personas y el instante en que se dan la mano”.

Cuando me anuncio mis grados le dije: ¿Cuándo será el día en que


sea Gurú? “Cuando se cumpla lo que está escrito en su esquema.”

Le dije, y si me esfuerzo más? “Entonces es que está escrito que


se esfuerce más.”

La Tabla de Esmeralda es la fórmula de la Piedra Filosofal, es el


secreto del elixir de larga vida, es el Tao (31), la clave de
todas las doctrinas esotéricas, la Luz Universal. Esta revelación
de las Leyes Inmutables es la siguiente:

- En verdad, esto es sin engaño, cierto, muy verdadero.


- Lo que es abajo es como lo que está arriba y lo que es arriba
es como lo que está abajo para que se cumplan los milagros de la
Unidad.
- Y como todas las cosas han sido originarias de UNO, por el
pensamiento de UNO, así todas las cosas han nacido de esta cosa
única, por adaptación.
- El Sol es el Padre, la Luna es la Madre, el viento la llevó en
su vientre, la Tierra es su nodriza.
- El Padre de todo el Telesma (misterio cumplido) está aquí, su
fuerza es íntegra si se convierte en tierra.
- Separarás la tierra del fuego, lo sutil de lo denso,
suavemente, con gran habilidad.
- Él sube de la tierra al cielo, él desciende de nuevo a la
tierra y recibe la fuerza de las cosas superiores e inferiores.
- Así tendrás toda la gloria del mundo y toda la obscuridad se
alejará de ti.
- Es la fuerza de todas las fuerzas, pues penetrará toda cosa
densa y vencerá toda cosa sutil.
- Así fue creado el Universo.
- De aquí serán y saldrán innombrables adaptaciones cuyo medio
está aquí.
- Es por lo que he sido llamado Hermes Trismegisto poseyendo las
tres partes de la filosofía del mundo total.
Lo que he dicho sobre la operación del Sol está cumplido y
acabado.

(31) El Tao, que significa literalmente Sendero, es evidentemente


comprendido en el sentido de Vía Iniciática. El taoísmo es hoy
una religión y existe desde que Lao-Tzé ofreció su enseñanza en
el único tratado escrito por él: el Tao-Te-King, libro del
Sendero y de la Línea Recta. En realidad no hay “taoístas” sino
simpatizantes del Taoísmo. Lao-Tzé no tuvo sino dos discípulos
quienes formaron, ellos mismos, a otros diez. Lao-Tzé desapareció
un día en su retiro inaccesible del Tíbet y es venerado
actualmente en toda la China. Quien realiza exactamente su
enseñanza, no forma más parte de la religión “taoísta” sino como
INICIADO, y se va aislando en la contemplación de las altas
esferas como el yoghi, puesto que ha encontrado el SENDERO, la
LUZ, la VERDAD.

Yug Yoga Yoghismo/73 por el S. MAESTRE de la Ferrière

32. En la administración de los medicamentos, la Homeopatía se


vale de la vía ingestiva, olfativa y dérmica y la Osmoterapia,
como indica esta denominación, de la vía olfativa, esto es, de la
nariz como órgano del olfato y también como vía alta del aparato
respiratorio. Como la piel también respira, es lógico esperar un
efecto por esta vía.

33. El estado físico de los medicamentos osmoterápicos es en unos


casos liquido, gaseoso, en forma de fumigación (el agua en esta
forma es un vehículo del prana que ayuda incluso en crisis
asmáticas. Hay que observar en los lavaderos de carros ese rocío
que forma el agua a presión y que, aún en climas muy fríos, a
pesar de que los operarios permanecen empapados de agua, incluso
a altas horas de la noche, no se resfrían fácilmente), de aroma,
de esencia o de quintaesencia.

34. El efecto de los gases que respiramos, está muy bien


estudiado por quienes practican el submarinismo, el buceo.
Consultar. El color de los gases que impregnan la atmósfera
modifica la forma en que son captadas por nuestros organismos,
las corrientes fluidicas del espacio sideral. El humo negro que
emanan los motores a diesel, envuelve la atmósfera de nuestras
ciudades con muy malas consecuencias psico-físicas.

35. La Osmoterapia es un nuevo procedimiento de administración de


medicamentos de ya comprobada eficacia, es decir, de medicamentos
que la observación clínica ha aceptado para determinadas
terapéuticas y por tanto han sido incorporados a la materia
medica. No aplicar esencias y materias cuya experimentación haya
sido hecha por inexpertos sin una formación académica reconocida
y sin llevar una casuística numerosa. Consultar siempre primero
al Gurú de la JÑANA.

36. Para el médico Osmoterapeuta lo mismo que para el Naturópata


o el Acupuncturista entre otros, la enfermedad es la
manifestación del esfuerzo de la energía sanadora del organismo
para eliminar las substancias extrañas o toxinas que le invaden
tanto de origen externo como de origen autógeno. La contaminación
por parásitos deja en el organismo residuos muy tóxicos. Un daño
en las funciones enzimáticas impide transformar algunas
substancias que quedan como toxinas en el cuerpo. Los estados
mentales a su ves, dejan substancias muy venenosas (ira,
depresión) e impiden que otras substancias se procesen.

Fíjense que se puede sufrir de un hongo en, por ejemplo, el dedo


índice, y esto por años sin que el dedo vecino se “infecte”. Ese
dedo del ejemplo es el escogido por el sistema orgánico para
eliminar una toxina; y el hongo, por su color, humedad, textura,
localización exacta, tiempo de aparición (verano, invierno, etc.)
dirá al médico Verdadero que debe hacer. SIEMPRE se debe
considerar la indispensable necesidad del régimen vegetariano-
satwico (las harinas son tamas). Tratar pacientes que invaden su
organismo de toxinas cadavéricas y harinas es muy complicado, su
organismo está animalizado.

37. En las enfermedades caracterizadas por la clínica de tumores,


la Osmoterapia tiene mayor valor profiláctico que curativo, es
decir, que cumple con el aforismo de que: “Más vale prevenir que
curar”, y si la profilaxis fisiológica se añade a la psíquica y a
la higiene espiritual, se reduce considerablemente el riesgo de
enfermedades establecidas, es decir, de enfermedades que se están
incubando con arreglo al terreno heredado o adquirido del sujeto.
Ver la teoría de los miasmas de Hahnemann y “La medicina
Biológica, una medicina no comprometida” escrito por el Dr. Payan
de la Roche a quien Nuestro Venerable Apóstol de la JÑANA Señor
Dr. Ferriz O. tenía en muy alta consideración.

38. Cualquier agresión al organismo sea esta física, psíquica o


química, conlleva a la formación o acción de toxinas que en el
hombre se llaman HOMOTOXINAS, que son cualquier sustancia tóxica
para él.

39. A las reacciones del organismo buscando su autoreparación por


la agresión de las homotoxinas se les conoce como enfermedad.

40. Cuando el organismo es agredido por cualquier toxina su


defensa inespecífica lo lleva a tratar de expulsarla, es decir,
de evacuarla por cualquier método natural, diarrea, vómito,
flujo, secreciones mucosas, menstruación, sudor, orina, esputo,
expulsión por la piel, etc. Eso se llama en Homotoxicología una:
FASE DE EXCRECIÓN. Generalmente la eliminación es "ayudada" por
un agente al que entonces se le considera "infeccioso" y la causa
de la enfermedad! La razón de que lleguen moscas es porque hay
basura, quite la basura y adiós a las moscas.

41. Si al organismo no se le deja hacer este tipo de defensa al


tapársele con droga alopática, antidiarreicos, antipruriginosos,
drogas para flujos (Metronidazol, Micostatin, Sulfas, etc.),
antiheméticos, pasa a la siguiente fase: el organismo trata de
reaccionar ante la homotoxina que ya no está sola sino acompañada
de las homotoxinas dejadas por las drogas utilizadas para
bloquear su fase de excreción. Decimos que el paciente entra en
una: FASE DE REACCIÓN, de inflamación, trata de quemar esas
toxinas, hay fiebre, forúnculos, neuralgias e inflamaciones en
general.

Esta fase de reacción utilizada por el organismo para quemar las


toxinas se bloquea con antibióticos, anti-inflamatorios,
antipiréticos, etc.!

42. Como no lo dejan hacer su FASE DE REACCIÓN, el cuerpo trata


de aglutinarlas: es la FASE DE DEPOSICIÓN: pólipos, tumores
benignos, obesidad, varices, trombos, miomas (tumores benignos
del útero), masas debajo de la piel (gelosas), cálculos,
celulitis, etc. En estas tres fases el organismo trata de que la
célula permanezca indemne; son las llamadas fases humorales. Si
estas fases no se interpretan correctamente, cada vez el
organismo se intoxica más, pues pasa de una a otra llevando la
carga de lo que traía, más las toxinas agregadas por un
tratamiento inadecuado.

43. “Una y otra vez el organismo trata de mantenerse en estas


tres fases, y una y otra vez es mal interpretado y bloqueado.
Cada vez por la acción de las drogas bloqueadoras, la verdadera
enfermedad se desdibuja, se pierde y aparecen enfermedades
medicamentosas. Durante un tiempo el organismo no lucha y hay una
fase muda; está “aparentemente” bien; luego se suman homotoxinas,
el organismo agobiado porque no lo dejan excretar, reaccionar ni
depositar, pasa por la fase muda a una FASE DE IMPREGNACIÓN; las
toxinas han llegado a la pared celular.

44. En las tres fases anteriores aún permanecían intactos los


factores enzimáticos. En la fase de impregnación hay
condensación, daño de fermentos y de enzimas. El
estreñimiento es un factor a considerar
desde el primer momento.
45. Tenemos las toxinas iniciando el daño celular: pigmentaciones
de piel, leuclopasias, jaquecas, “infecciones virales”, asmas,
ulceras, angina de pecho, etc. Si esta fase no es bien manejada y
se sigue tratando con “antis”, anticoagulantes, antivirales,
antitérmicos, anti-inflamatorios, antidiarreicos, anti-
hipertensivos, etc., el organismo llega a su FASE DE
DEGENERACIÓN: lupus, sinusitis crónica, tuberculosis, nefrosis,
distrofia muscular, etc.

46. Si se sigue sin entender su proceso y continúa la lucha con


“antis” lo encontraremos en su última fase, la de NEOPLASIA o sea
CÁNCER, enfermedades degenerativas, SIDA y muerte.

47. El progreso de una fase hacia otra es lo que se llama:


VICARIACIÓN PROGRESIVA. La labor del médico que realmente conoce
a su paciente es devolverlo, es retrocederlo de una fase avanzada
a una de excreción o reacción; es el mecanismo normal de
curación, es la: VICARIACIÓN REGRESIVA.

48. Los 200 tipos de cáncer son curables y los 48 tipos de


esclerosis y distrofia muscular también. Podemos citar miles de
casos curados, bien sea de cáncer en el hígado, próstata, recto,
glándulas mamarias, ganglios, cerebro, etc.; y en cuanto a los
enfermos de psoriasis, solo 15 días son suficientes para hacer
desaparecer los síntomas. Todo depende de cuan serios sean al
seguir los tratamientos y de la posibilidad de eliminar
definitivamente licores, café, carnes, quesos, sal de cocina o de
mar, harinas principalmente de trigo y cualquier otro tipo de
sustancias tóxicas.

49. Las respiraciones rítmicas son tal ves, en Nuestro concepto,


lo más importante que debe aprender a manejar el paciente que ya
está en tratamiento y ha abandonado por completo la ingesta de
comidas putrefactas, de condimentos como ajo, cebolla, pimentón,
de café, licores y drogas.

Los ejercicios del control de la respiración son numerosos, pero


siempre peligrosos en la ejecución sin la conducción de una
persona enterada. No solamente la cadencia no acostumbrada de la
respiración puede producir desórdenes orgánicos, sino aun la
concentración en los puntos sutiles expone siempre al
principiante a complicaciones mentales.

Mis discípulos han practicado siempre durante tres meses cuando


menos los ejercicios corrientes de cultura física antes de
abordar cualquier ritmo respiratorio, aún tratándose de
respiraciones muy elementales. Yo pido a los estudiantes seis
meses de trabajo preparatorio para principiar verdaderamente las
asanas con trabajo de pranificación, y nunca autorizo a los
adeptos a principiar con el pranayama completo sin cumplir un año
de practica de Yoga.

La energía vital, el principio activo, el elemento dinámico, es


el prana. Como dice el gran filósofo belga Maeterlinck: “El
misterio, el eterno y gran misterio es la vida”... sí, la vida,
esta chispa divina del movimiento es el prana.

Existen medios para recuperar y aumentar este prana, esta


energía, y uno de estos medios es ofrecido por el PRANAYAMA.

En general, la respiración rítmica se hace de la siguiente


manera: sentándose bien recto, pero sin rigidez, con la columna
vertebral en línea lo más vertical posible, el mentón un poco
recogido y los hombros un poco hacia atrás y las manos puestas
simplemente sobre las piernas, hay que principiar entonces a
inhalar lentamente, contando hasta seis por ejemplo, sin esfuerzo
y según sus propias posibilidades, reteniendo el aire en los
pulmones contando hasta tres, y exhalar lentamente el aire por la
nariz contando hasta seis, para enseguida contar hasta tres con
los pulmones vacíos. Ya habituado se puede aumentar el tiempo
poco a poco hasta 4, después 5, luego 6, 7, etc., y llegar,
después de un período de algunos años de práctica, hasta 60 o 70
o más; pero, aun cuando lo he practicado regularmente, no lo he
aconsejado a nadie así. Este ejercicio es muy provechoso cuando
está bien ejecutado, sin embargo, siempre me ha asombrado ver con
qué atrevimiento los principiantes tragan el aire en sus pulmones
sin jamás practicar un método preparatorio... Ciertas
organizaciones ocultas aconsejan a sus "clientes" las retenciones
de la respiración; contra ellas me he opuesto siempre por haber
observado, particularmente en América, el mal ocasionado por
estas prácticas, demasiado rápidas en la búsqueda de la obtención
de poderes supranormales.

Hay que saber, sin embargo, que la regularidad del ritmo es mucho
más importante que la duración del período.

Yug Yoga Yoghismo páginas 51 y 52

50. Decía Hipócrates, entre otra muchas más cosas:

“Aquello que mantiene sano al sano, aplicado al


enfermo lo tiene que mejorar o curar.”

“Que tu alimento sea tu medicina.”

51. La Osmoterapia no produce efecto terapéutico tan sólo por el


olor como parece inferirse de la etimología de su denominación,
deriva del griego osmé olor sino que su efecto terapéutico emana
de la composición química del medicamento, pues los hay inodoros
y sin embargo de positivo valor terapéutico por su medicinal
virtud; pero el valor también tiene se valía desde el punto de
vista psíquico, y en esto vemos otra relación entre la
Osmoterapia y la psicoterapia, pues el olor influye sin duda
alguna en la mente del enfermo, quien seguramente repugnaría el
medicamento si tuviese un olor nauseabundo o repugnante, por
mucha que fuese su eficacia terapéutica.

52. La Osmoterapia no es una panacea, un curalotodo que haya de


dejar en paro forzoso a las demás terapias, sino un valioso
auxiliar de todas ellas como procedimiento de administración de
los medicamentos que la experiencia clínica ha demostrado ser los
más eficaces en el tratamiento de cada enfermedad.

53. El fundador de la homeopatía tuvo algún toque de intuición


osmoterápica, pues en las enfermedades crónicas creyó que
bastaría dar a oler al enfermo un par de glóbulos impregnados de
la trigésima dilución del medicamento.

54. La Osmoterapia considera que si bien la determinación del


medicamento está subordinada al diagnóstico de la enfermedad, la
determinación de la dosis está subordinada a las condiciones del
enfermo.

55. Es trascendental en Osmoterapia, que las substancias térreas,


salinas y metálicas no son verdaderos medicamentos en su estado
natural, sino que es necesario triturarlas para actualizar su
latente energía, o lo que es lo mismo se les ha de dinamizar o
convertir en medicamentos, mientras que hay otras substancias que
ya de por sí poseen virtud terapéutica tan directa que es
necesario atenuarla por medio de la dilución; es decir, que la
dilución atenúe su natural virtud dinámica.

56. La Osmoterapia considera que la dinamización actualiza,


moviliza, pone en libertad la energía terapéutica de unas
substancias, mientras que la dilución, (entre más alta, más
cuidadosamente debe ser administrada, esto en homeopatía)
modifica la energía terapéutica de una sustancia ya de por sí
dinamizada. Las diluciones altas no son aconsejadas en
Osmoterapia.

57. La constitución del enfermo, su temperamento e idiosincrasia


se han de tener en mucha consideración por el médico
Osmoterapeuta pues el temperamento linfático admite dosis fuertes
con diluciones bajas, mientras que los temperamentos sanguíneos,
bilioso y nervioso son más receptivos a las diluciones un poco
más altas.

58. Como el género de vida del individuo influye poderosamente en


su constitución, el Osmoterapeuta ha de prestar particular
atención al tipo de dosis en individuos que han llegado a embotar
su sensibilidad a causa del uso de las bebidas alcohólicas y
estimulantes y de los manjares fuertemente condimentados, lo cual
supone que la eficacia de la Osmoterapia será muchísimo más
señalada en los individuos de costumbres morigeradas, habituados
al régimen dietético lacto vegetariano. Lácteos únicamente
fermentados controladamente y a los que se retira el suero.

59. Cuando el organismo del enfermo está intoxicado por el uso de


medicamentos alopáticos, tales como el mercurio, yodo, arsénico,
plomo, los barbitúricos, narcóticos, etc., las dosis
osmoterápicas han de ser más fuertes.

60. Muy en cuenta ha de tener el médico Osmoterapeuta, que cuando


el medicamento está bien dirigido y la dosis acertadamente
determinada, el enfermo parecerá como si se agravara; pero no hay
que inquietarse por ello, por que no tardará en desaparecer este
pasajero síntoma y asume el enfermo una actitud de calma a la que
sigue un sueño reparador.

HISTORIA DE LOS PERFUMES NATURALES

61. Los sacerdotes de las antiguas religiones de Oriente que


simultaneaban su profesión religiosa con el ejercicio de la
terapéutica, destinaron a las prácticas y ceremonias religiosas,
las esencias o perfumes de agradable olor, destacándose entre
todas las por ellos conocidas, el incienso. La cultura Maya se
destacó en estas aplicaciones.

62. En la India antigua nos da testimonial uso de los perfumes la


palabra védica atar, que tiene las acepciones de soplo, humo,
olor y esencia.

63. Los libros sagrados llamados Sutras contienen el ritual de


culto religioso del que formaban parte integrante los perfumes,
que servían de ingredientes para la elaboración de aguas sagradas
que se empleaban en los actos sagrados.

64. Además de los documentos literarios, tenemos los


arqueológicos transmitidos por los egipcios, que en las piedras
de sus monumentos esculpieron toda una iconografía de los
procedimientos de preparación de aceites, bálsamos, licores
fermentados, que demuestran como simultáneamente con las
prácticas religiosas dieron los antiguos a las esencias y
perfumes aplicación terapéutica.

65. El zumo y la pulpa de frutas, el jugo de las partes


suculentas de las plantas, la fécula de las semillas oleaginosas,
la miel y los aceites fueron en el antiguo Egipto la base de los
primeros perfumes y los primeros medicamentos que se conocieron
en aquel país.

66. La farmacopea egipcia nos es conocida por los papiros


escritos en lenguaje demótico, que traducidos al griego por
Teofrasto cita 500 nombres de plantas aunque no es posible
inferir de tales textos lo que en realidad sabían aquellas gentes
sobre la industria y costo de los perfumes.

67. Herodoto nos da la primera indicación concreta de los


perfumes con varios pormenores acerca de los aceites vegetales y
de las plantas odoríferas, así como refiere respecto de los
aromas algunas leyendas que demuestran el interés de las gentes
por los perfumes.

68. Hipócrates prescribió en el tratamiento de las enfermedades


las fumigaciones y las fomentaciones perfumadas, acercándose con
ellos a los confines iniciales de la Osmoterapia.

69. En tiempo de Pericles era muy frecuente la confección de


aceites perfumados que se envasaban en frascos especiales,
alcanzando las colonias griegas un alto nivel de cultura.

70. El uso de materias odoríficas vegetales determinó la


colección de plantas que en Roma denominaron Herbarios y en
Grecia Rhizotomos.

71. El naturalista Plinio, que se basaba en los escritos de


Teofrasto, indica el procedimiento que en su tiempo se empleaba
para extraer las esencias por medio de la absorción de las
materias vegetales por las grasas.

72. Durante el imperio, en la primera época llamada de los doce


Césares, son ya bastante numerosos los conocimientos relativos a
los perfumes cuyo uso se extiende a la medicina.

73. Critón, médico del emperador Trajano, incluye entre los


medicamentos 25 clases de aceites odoríferos.

74. La palabra griega pneumata significa y abarca todo lo que el


fuego evapora o volatiza y que traducido por espíritu, viene a
tener la misma acepción que esencia, y designará específicamente
los alcoholes aromáticos.

75. En los Manuscritos de los alquimistas griegos se encuentran


descritas las diversas operaciones relativas a la industria de
los perfumes: análisis y disgregación; decantación; fusión;
decocción; sublimación; digestión y la destilación, esta última
con la representación gráfica de los aparatos empleados para
efectuarla.

76. Los árabes copilan científicamente los conocimientos


farmacéuticos, hasta entonces incoherentes, y establecen la
técnica que llaman del Misan o de la balanza. Perfeccionan la
técnica de la destilación y difunden su empleo.

77. Geber es el enciclopedista de su época, y su obra más


importante, la Summa Perfectionis, trata de diversos
procedimientos de destilación, sublimación y digestión de las
materias vegetales.

78. Se conservan algunos textos que tratan de las plantas


aromáticas, entre ellos sobresalen el Antidotarium Nicolai, de
Nicolás Praeposilius, que el gremio de boticarios declaró de uso
obligatorio en todas las boticas. En 1.353, el Liber de Simplici
medicina de Planteurius; y el Compedium aromatoricum de Saladin.

79. La escuela Musulmana de Córdoba fue otro centro de cultura


europea y un activo laboratorio en que se perfeccionaron los
procesos de destilación hasta lograr obtener del vino el alcohol
etílico, que sirve de excipiente para los perfumes y esencias
vegetales.

80. Los sabios de la España Almorávide, y los judíos de la


Escuela Balear fundaron la también famosa Escuela de Montpellier,
que influyó poderosamente en toda Europa, pues enseñó a preparar
con más precisa y eficaz técnica los aceites esenciales y los
perfumes extraídos de las plantas aromáticas de la alta Cataluña
y del Mediodía de Francia.

81. La Osmoterapia ha de actuar según la constitución natural de


las esencias y perfumes de que se valga como medicamentos.

82. Es sutil la diferencia entre esencias, aromas y perfumes en


el campo de acción de la Osmoterapia.

83. El perfume ha de tener por condición el humo desprendido de


la sustancia odorífera, y así tenemos en el primer lugar de los
perfumes el incienso, cuyo olor tiene la virtud de sosegar el
ánimo, equilibrar el sistema nervioso sin aplanarlo, frenar el
ímpetu de las pasiones, servir de potente antiafrodisíaco sin
perjuicio del organismo y determinar en el individuo que aspira
el humo un estado de placidez, de euforia y de gozo espiritual de
indefinible descripción.

84. El incienso ha tenido en los pueblos orientales y en las


civilizaciones ya extinguidas de razas precursoras de la actual
raza aria, un uso casi exclusivo en las ceremonias religiosas,
pues a la intuitiva mentalidad de aquellas gentes les parecía
evidente que un perfume tan grato al sentido y tan beneficente
para el ánimo, había de ser grata ofrenda a la Divinidad.

85. Los hebreos usaron el incienso, el incensario y los


sahumerios o perfumes de plantas aromáticas, desde los tiempos
del sumo sacerdote Aarón, según se infiere del versículo 6 del
capítulo 29 del libro de los Números y del 12 y 16 del Levítico.
Además los Magos ofrecieron al Niño Jesús, incienso.

86. Tanta era la fe que los antiguos griegos tenían en la


virtud curativa del tomillo, que de su nombre Thymos
derivaron la palabra Thymós con que designaban lo que
posteriormente denominaron psychis, o sea el principio
vital, el alma, la esencia espiritual del ser humano, lo
que nosotros simbolizamos con la palabra corazón. El Timo
es la glándula cerca del corazón y que rige en el cuarto
chakra, Anahata. Glándula importante en las funciones del
sistema inmológico.

87. El tomillo silvestre, posee excepcionales virtudes


terapéuticas, y es uno de los más eficaces elementos de la
Osmoterapia, sobre todo cuando se acierta en la técnica de
extracción acuosa de su esencia.

88. También se usa en Osmoterapia el enebro, cuyo nombre botánico


es Juníperus communis y está en mucho aprecio para extraer de la
planta una resina que sirve de incienso.

89. También se extrae de las semillas de las bayas o fruto del


enebro, cuando todavía están verdes, un aceite volátil muy
diáfano, aromático y balsámico muy eficaz en Osmoterapia para el
tratamiento de la leucorrea, la blenorragia, y el catarro de la
vejiga. Además las fumigaciones con bayas de enebro quemadas,
alivian los dolores en el lumbago la ciática y el reumatismo
crónico.

90. La rosa es una flor cuyo aroma entra como ingrediente en la


confección de muchas labores de perfumería y constituye uno de
los elementos más importantes en la Osmoterapia, sobresaliendo
entre ellos el llamado óleo rosáceo, usado desde hace siglos como
eficaz medicina en el tratamiento de varias enfermedades.

91. Otra planta muy usada en Osmoterapia es el eucalipto, cuyas


hojas contienen un aceite esencial de agradable olor.

92. En general, todas las plantas aromáticas tienen lugar


apropiado en Osmoterapia, pero no se administran las partes de la
planta tal como se usa en fitoterapia, y así por ejemplo en el
caso del eucalipto no se administra osmoterápicamente el polvo de
las hojas y de la corteza ni el cocimiento de las hojas, sino que
por medio de manipulaciones de laboratorio, se extrae de las
partes útiles de la planta en cuestión, su íntima esencia, cuyas
emanaciones penetran por vía olfativa en el organismo del enfermo
y producen su efecto terapéutico.

93. Algunas plantas, como por ejemplo el tabaco, el café, el té,


etc., contienen conjuntamente un principio nocivo y otro
saludable; y ya los médicos que observaron esta doble condición
en las plantas que ellos conocían y usaban en el tratamiento de
las enfermedades, intentaron separar de ellas el principio
morboso para dejar la planta en condición de inocuidad respecto
al organismo humano y de aprovechamiento de su salutífero
principio.

94. Muchas plantas que la terapéutica vegetal mantiene en


entredicho, podrían usarse sin riesgo con tal de separar de ellas
el principio nocivo.

95. La Osmoterapia parece destinada a resolver satisfactoriamente


este problema y convertir en agradablemente saludables muchas
plantas que junto al principio tóxico contienen otro aromático y
beneficioso para el organismo.

96. Las modernas investigaciones sobre antiquísimas culturas de


América precolombina, como las de los Mayas, Aztecas e Inkas, así
como los investigadores de la India antigua, del Egipto
Faraónico, del Tíbet, y de otros pueblos muy anteriores a la
civilización occidental, atestiguan que en todos estos países se
consideraban sagradas las plantas medicinales aromáticas y era
muy frecuente el uso de los perfumes.

97. Los médicos Aztecas e Inkas, cuando los españoles llegaron a


México y Perú, acostumbraban tratar las enfermedades mediante
esencias extraídas de plantas aromáticas y de baños cuya agua
estaba perfumada con dichas esencias, y como es natural, los
médicos indígenas se burlaban de las sangrías y medicamentos con
que los médicos españoles trataban a sus enfermos, pues decían
que eran más dañosos que útiles para la salud.

98. En cuanto a los hebreos, los textos bíblicos atestiguan que


Moisés y más tarde los profetas Isaías y Ezequiel, aconsejaban el
empleo de las esencias de plantas en el tratamiento de
enfermedades, y que Salomón dio instrucciones precisas para la
fabricación de pebetes o velas perfumadas para uso medicinal.

99. Los médicos griegos tuvieron a modo de intuición, la


conjetura de la posibilidad de emplear los perfumes como
medicamentos, pues creían que en las emanaciones de los extractos
que hacían de algunas flores y hierbas agradablemente odoríferas,
debía encontrarse una sustancia o principio invisible, pero con
eficacia terapéutica en el tratamiento de las enfermedades.

100. Los médicos griegos daban a oler a sus enfermos diversidad


de perfumes extraídos de la plantas, sin previo conocimiento de
la adecuación entre el perfume y la enfermedad; y como era
natural, no tenía eficacia el conjeturado medicamento. Sin
embargo, acertaban en cuanto al fondo del asunto, porque
actualmente se han aislado de los extractos de las hojas, de
flores, y demás partes de las plantas medicinales los principios
activos sospechados por los médicos griegos.

101. En la India antigua, la farmacopea se concretaba en esencias


aromáticas extraídas de las plantas medicinales, con la
particularidad de que el extracto se efectuaba siempre por vía
acuosa y nunca por la alcohólica. Los médicos hinduistas y los
chinos agrupaban los perfumes o esencias en seis categorías, a
saber: repugnantes, penetrantes, picantes, aromáticas, rancias y
azumagadas (enmohecidas).

102. En el Tíbet se conservan todavía ejemplares de un tratado


con el título de La quintaesencia de los remedios, en cuyo texto
se encuentran numerosas plantas medicinales, entre ellas la
canela, el alcanfor, el granado, la pimienta y el sándalo. Al
terminar la enumeración el anónimo autor dice doctoralmente: "Con
el perfume de los fragantes, espléndidos y agradables principios
activos de que entrañan sus raíces, tallos, cortezas, maderas,
brotes, hojas, flores y frutos se calman todas las dolencias de
cualquier persona."

emanaciones de las plantas


103. En prueba de que las
pueden ser beneficiosas o nocivas para el
organismo humano, según la índole de la
planta, lo cual es el básico fundamento
científico de la Osmoterapia, citaremos lo que
viajeros dignos de crédito cuentan de las pandillas de ladrones
nocturnos que tiempo atrás abundaban en la Malasia, quienes se
valían del polen de una campanulácea de flores blancas para
llevar a cabo sus latrocinios a mansalva.

104. El polen de estas flores es inocuo cuando fresco, pero


secado al sol se convierte en un narcótico de extremada potencia.
Los ladrones acuden a altas horas de la noche a una vivienda, y
tapándose la nariz con un paño mojado echan por el ojo de la
cerradura por medio de un tubito insuflador una porción de polen
desecado, cuyas emanaciones bastan para al cabo de media hora
sumir en mucho más profundo sueño a los desprevenidos habitantes
ya dormidos.

105. Produce dicho polen un efecto análogo, aunque no tan mortal,


como el que en nuestras habitaciones deriva de la inconsciente
aspiración del gas del alumbrado o del óxido de carbono.

106. Otra prueba es el experimento realizado por algunos


investigadores respecto a la creencia de que las serpientes
fascinan a los pájaros para inmovilizarlos y comérselos... Los
investigadores encerraron una serpiente en una gran caja de
vidrio, e hicieron pasar algunos pájaros al frente de la caja,
sin que ninguno diese la menor prueba de hallarse influido por la
mirada del reptil; pero introducidos los pájaros en el interior
de la caja, de modo que no quedaran al alcance del ofidio, no
tardaron en quedar como atontados, aunque la serpiente no los
mirase, lo cual atribuyeron los experimentadores a que del cuerpo
del reptil se desprenden sutiles emanaciones que producen tal
efecto.

107. Los aztecas habían establecido escuelas de Medicina con su


correspondiente jardín botánico, en el que se cultivaban multitud
de plantas aromáticas que servían de principal elemento de su
terapéutica, aunque también se valían de la hidroterapia y de la
helioterapia.

108. La región del globo donde empezaron a usarse las esencias


(según la historia de que disponemos pues el brutal saqueo y
genocidio realizado a las sabias culturas de América por los
invasores religiosos de Europa, no dejo prácticamente nada),
aromas y perfumes extraídos de las plantas con fines
terapéuticos, como un antecedente de la actual Osmoterapia, fue
el llamado Oriente.

109. La preparación de esencias y sahumerios comienza con la


cosecha de las plantas que se han de manipular con fines
terapéuticos, y cada especie requiere determinada época del año y
fase de la luna, pues si no se observa estrictamente esta regla
inútil abordar
no se completa la virtud medicinal. Es
cualquier rama del arte medical sin el
conocimiento de los astros.
110.La moderna Osmoterapia no ha repudiado estas
reglas, incluso las referentes a las fases de la
luna,... la experiencia de los siglos demuestra que
todas las labores agrícolas, las siembras y
cosechas, el corte de las maderas, la siega y la
vendimia, están influenciadas por la luna.
111. En la literatura de todos los pueblos orientales encontramos
leyendas, narraciones y referencias respectivas al tratamiento de
las enfermedades por medio de vapores, fumigaciones y sahumerios,
lo cual es un significativo antecedente de la Osmoterapia cuya
distinción de la Fitoterapia consiste en que ésta administra
muchos de sus remedios por vía ingesta o por uso externo,
mientras que la Osmoterapia se vale exclusivamente de la vía
olfativa por medio de perfumatorios e inhalaciones.

112. En el tratamiento osmoterápico la ventilación del aposento


del enfermo es de interés primordial, porque en el ambiente ha de
haber nada más que el aire puro mezclado con las emanaciones del
medicamento que en cada circunstancia se administra.

113. En Osmoterapia más que en ningún otro tratamiento es de todo


punto imprudente quemar en la habitación papel de Armenia o
cualquier otra clase de fumigaciones, ya que con esto el aire no
se renueva, pero sí se encubre el aroma utilizado en el
tratamiento; y es posible que esas fumigaciones no convengan a la
enfermedad que se está tratando. Es útil rociar agua con un
atomizador, esto aumenta el prana en el aire.

114. En Osmoterapia no convienen las estufas que despidan gases


tóxicos como el óxido de carbono o que menoscaben la eficacia del
medicamento como el anhídrido carbónico, o que alteren la
concentración del gas, vapor, aroma o esencia terapéutica. No se
debe cocinar con gas o con gasolina.

115. El más apropiado procedimiento de calefacción en Osmoterapia


es el radiador eléctrico, que ni consume oxígeno, ni desprende
anhídrido carbónico ni vapor de agua ni gases capaces de
neutralizar o adulterar la acción de los medicamentos. El
enfriamiento del paciente se debe manejar con aire caliente
(secador de pelo con ionizador), cuidando de mantener calientes
en primer lugar, los pies y las manos.

116. La iluminación del aposento para el tratamiento de


Osmoterapia no conviene con velones de aceite ni las lámparas de
petróleo, ni las de gas acetileno ni las bujías. La luz de
bombillas a gas de neón y similares no es conveniente.

117. No es conveniente al paciente tratado osmoterápicamente el


acercamiento de personas que despidan olores, de perfumes o
lociones o de su propio cuerpo, como sudor o mal aliento. Al
respecto conviene mencionar el no bañarse con jabones
antibacteriales, antisudorales y con perfumes muy fuertes;
preferir los olores suaves a flores o a madera.

indispensable para la práctica de la


118. Es
Osmoterapia el conocimiento de las plantas
aromáticas, ya que emplea como medicamento los
principios activos de las plantas medicinales, y
las esencias de las aromáticas.

RESINOIDES VEGETALES

119. Se llaman resinoides los productos derivados de las resinas,


gomas y gomorresinas de los vegetales; y como quiera que unos se
emplean ordinariamente en perfumería y otros en terapéutica,
seguramente han de tener también aplicación provechosa en
osmoterapia, en consideración a los principios activos que cada
resinoide contenga.

120. Abelmosco. Las semillas de esta planta destiladas por vapor


de agua dan una esencia de olor almizclado, que parece provenir
de una sustancia llamada amhebolida, que también podría llamarse
abelmesquira. Las semillas destiladas en Europa proceden de Java
y la Martinica. Pero también se extrae de las semillas tratadas
con benceno un resinoide soluble en el alcohol.

121. Bálsamo del Perú. Se produce este bálsamo en la región de


San Julián de la república sudamericana del Salvador; pero se le
denomina impropiamente del Perú, porque en tiempos de la invasión
española, se enviaba el bálsamo al Perú, para embarcarlo con
destino a la metrópoli, y de aquí para los españoles, el bálsamo
era como si se produjera en el Perú, de donde las embarcaciones
procedían. Una vez purificado por el alcohol el bálsamo bruto, es
un líquido espeso, de color moreno rojizo. Su principio activo es
la cinameína, mezcla de cinamato de bencilo y de benzoato de
bencilo.

122. Estoraque. Este bálsamo resinoide se obtiene exprimiendo la


corteza del árbol llamado liquidambar, que no se ha de confundir
con el liquidambar resultante de la corteza del árbol llamado
ocozol. El estoraque es semilíquido, de color grisáceo, de olor
balsámico y sabor acre. El estoraque de buena calidad da del 60
al 75 por 100 de resinoide alcohólico; del 55 al 70 por 100 de
resinoide bencénico; de 35 a 55 por 100, de resinoide
etereopetrólico; y del 65 al 70 por 100 de resinoide acetónico.
Los resinoides de estoraque tienen consistencia de miel, de color
moreno más o menos intenso; pero si se cortan en lonjas muy
delgadas, aparecen límpidos; el olor es parecido al del benjuí y
al del Bálsamo del Perú y el sabor es acre. La composición
química señala cinamato de etilo, cinamato de bencilo, cinamilo,
fenilpropilo.

123. Bálsamo de Tolú. Es un líquido espeso, o mejor dicho, un


semisólido de consistencia dura, que se emblandece a la
temperatura de 30º y se funde entre 60º y 65º. Es de color
moreno, que varía al moreno rojizo. Se adhiere a los dedos, y
cuando se le conserva vuelve a endurecerse y resulta entonces muy
quebradizo, es decir, que se desmenuza fácilmente.

Tratado por el alcohol da del 60 al 66 por 100 de resinoides, y


por el benceno, del 50 al 70. Los resinoides contienen del 2,5 al
10 por 100 del aceite esencial, con olor de jacinto y de
vainilla. En cuanto a la composición química se señalan el
benzoato y cinamato de bencilo, los ácidos benzoico y cinámico y
la vainillina.

124. Benjuí. Se utilizan dos clases; el benjuí de Siam y el de


Sumatra. Ambos son resinas arbóreas, que tratadas por el alcohol,
y según la calidad, el rendimiento es de 0,6 a 2 por 100 en las
de primera calidad y de 10 a 12 por 100 en las de calidad
inferior, porque por extraña contradicción tienen más fina aroma.
En cuanto a la composición química, ambos resinoides contienen
vainillina; pero en los de Siam dominan los derivados benzoicos y
en los de Sumatra los cinámicos.
125. Cacao. Las semillas y los frutos del Theobrona cacao se
destilan para obtener el aceite esencial. De los frutos
exprimidos en caliente o tratados por disolventes volátiles se
obtiene la manteca de cacao. El mejor cacao es el del llano del
Nororiente de Sudamérica. Las semillas descortezadas, tostadas y
molidas se tratan por el éter de petróleo de lo que resulta el 45
al 60 por 100 de una masa sólida, quebradiza, de color castaño,
con el característico olor del cacao.

126. Café. De la semilla tostada se obtienen por medio del agua,


del benceno o del éter de petróleo extractos aromáticos. Cuando
se trata la semilla tostada por el éter de petróleo, el extracto
resultante contiene muy poca cafeína y da un rendimiento del 11
al 16 por 100. Cuando se trata por el alcohol resulta eliminada
la mayor parte del aceite y de las ceras.

Las hojas del cafeto son muy aromáticas, sobre todo cuando se las
tuesta ligeramente, y tratadas por el alcohol dan resinoides muy
empleados en perfumería. En la composición química se han
encontrado: ácido sulfhídrico, sulfuro de diametilo, furfurol,
diacetilo, ácido acético, guayacol, piridina, ácido fórmico,
dietilcetona y eugenol.

No es extraño que la Osmoterapia llegue a emplear


como medicamentos los productos aromáticos
derivados del café, del té y del cacao, no obstante
la prohibición lanzada por el naturismo contra
dichos vegetales, pues terapéuticamente tiene la
osmoterapia algunos puntos de contacto con la
homeopatía, y por ello pueden emplearse como
medicamento en dosis imponderables, substancias que
en dosis masivas perjudican al organismo. Tal es
uno de los puntos de contacto entre ambas terapias.
Ya en Colombia la técnica de extracción de aceites del café por
presión en frío, está implementada en Manizales por simpatizantes
del Gurú de la JÑANA que han puesto en vigencia las enseñanzas
por él dadas en su centro de esa querida ciudad cafetera.

127. Costo. De la raíz de este árbol de la india, ligeramente


tostada, se extraen por medio del benceno o del alcohol residuos
de un aroma en extremo persistente. El rendimiento es de un 6,5
por 100. No se conoce la composición química.

128. Meliloto. Planta espontánea en las praderas húmedas. Las


flores, dispuestas en racimo en la axila de las hojas, tienen la
corola amarilla, y algunas blanca. Las flores desecadas dan por
el benceno del 2 al 3 por 100 de un resinoide de consistencia de
miel semilíquida, de color verde muy intenso.

129. Jengibre. Se trata con alcohol o con benceno el rizoma


descortezado de esta planta. El rendimiento de resinoide por el
alcohol llega del 5,5 al 9 por 100. El del resinoide por benceno
entre el 5 y el 8,20. El aroma es suave y muy persistente.

130. Clavo. Se tratan por el benceno los capullos de las flores,


desecados, para obtener un resinoide cuya proporción oscila entre
el 18 y el 22 por 100.

131. Nuez moscada. Son las semillas desecadas del árbol Myristica
fragans, que tratadas por el benceno dan un 31 a 37 por 100 de
resinoide muy abundante en grasas, que se eliminan por el
alcohol.

132. Pimienta. Se obtiene de la baya no madura y desecada del


árbol Pipernigrum, que medra en la India y en Indochina. Tratadas
las bayas por el alcohol dan un resinoide en proporción del 11 al
14 por 100.

133. Alholva. Son las semillas del Frigenella faenum, de Grecia,


de 3 mm. de ancho por 4 de largo, de color amarillento y olor
característico parecido al del opopona. Tratadas las semillas por
el benceno o por el alcohol dan un aceite graso en proporción del
8 al 9 por 100 del peso de las semillas, al propio tiempo que se
extrae el perfume. Es la planta que en francés se llama fenugrec.

134. Alhena. Las hojas y raíces de esta planta se aprovechan para


extraer una tintura muy usada para teñir el cabello, aunque las
peluquerías de señoras anuncian dicha tintura con su nombre
francés de henné, por no saber cómo se llama en español. Las
flores desecadas se tratan por el benceno o por el alcohol para
obtener resinoides de aroma muy agradable y persistente. Se le
considera afrodisíaco femenino.

135. Lúpulo. Se cultiva en todos los países donde se fabrica


cerveza, porque es ingrediente peculiar de esta bebida. Los
frutos desecados se tratan por el alcohol para obtener en
proporción del 12 al 15 por 100, de un resinoide espeso, de color
moreno intenso, de olor aromático penetrante.

136. Iris de Florencia. El rizoma fresco de esta planta carece de


aroma, pero lo elabora durante la desecación y al cabo de algunos
meses de conservación, 100 kg de rizomas frescos de dos años de
edad se convierten en 40 kg de rizomas secos. Se prepara la
tintura de Iris por maceración del polvo del rizoma seco en
alcohol de 95 por 100. Concentrada esta tintura por destilación
del alcohol resulta un resinoide en proporción del 14 al 20 por
100. El éter de petróleo da del 1 al 1,9 por 100 de un resinoide
color amarillo oscuro a moreno rojizo, de constitución de miel
con aroma igual al del rizoma desecado. El benceno da mayor
rendimiento, del 2 al 3,5 por 100; pero el resinoide obtenido
contiene más resinas y gomas que el resinoide alcohólico.

136. Apio Montano. Planta vivaz, de origen desconocido, ya


cultivada por los romanos. Las raíces, tratadas por el éter de
petróleo, dan en la proporción del 4 al 7,5 por 100, un resinoide
de olor intensamente aromático algo parecido al del apio.

137. Musgo de encina. Está constituido este musgo por varias


especies de líquenes cuya mezcla es de color verde claro. Se
trata el musgo una vez desecado; pero el aroma se elabora durante
el tiempo en que está almacenado el musgo. La extracción por el
éter de petróleo da un producto más fino, pero de menor
rendimiento que por benceno, pues el éter de petróleo proporciona
tan sólo del 1,5 al 3 por 100, mientras que el benceno da del 2
al 4 por 100. La extracción por medio de la acetona da del 5 al 8
por 100 de un resinoide muy aromático.

138. Pachulí. Es una esencia resultante de la destilación de las


hojas de la planta Pogostemon patehuly, a medio fermentar. Pero
el aroma no es ni de mucho tan fino como cuando se tratan las
hojas con benceno, que da del 4,5 al 5,8 por 100 de un resinoide
de aroma más persistente y exento del tono alcanforado y mohoso
de la esencia. Evitar las esencias comerciales que son obtenidas
del petróleo.

139. Elemí. Es una resina sólida, en forma de masa blanco


amarillenta, de consistencia de cera, que por destilación a vapor
de agua da una esencia en proporción del 20 al 30 por 100.
Tratado el elemí por el benceno da un resinoide de buena calidad.

140. Incienso. No podía faltar en un tratado predecesor de la


Osmoterapia, la gomorresina que fue el punto inicial de la
industria perfumera. Procede el incienso de la Somalia y de
Arabia y se presenta en forma de lágrimas globulares de color
pálido; pero el verdadero incienso, el legítimo, aparece
entremezclado con desechos leñosos, con menudas pedrezuelas y de
tierra en polvo, por lo que se ha de purificar y entonces
contiene del 27 al 35 por 100 de goma, de 4 a 7 por 100 de aceite
esencial y del 56 al 70 por 100 de resina.

141. Gálbano. Es una resina producida por varias especies de


árboles de la familia de las umbelíferas. En el comercio se
distinguen el gálbano blando, procedente de Levante y el gálbano
duro, procedente de Persia. El blando se presenta en forma de
lágrimas redondeadas, ligeramente amarillentas, a veces mates y
otras veces relucientes. El duro aparece en lágrimas secas y del
mismo color que el blando. El olor de ambas variedades es
aromático y persistente. Por el alcohol de 96 por 100 se obtienen
del 45 al 60 por 100 de resinoide, y por el benceno del 40 al 50
por 100.
142. Mirra. La mirra macho o mirra amarga es una óleo-gomorresina
del árbol Commiphora myrrha, que medra en Somalia y Arabia.

La mirra hembra es el Opoponax de los perfumistas, y la produce


el Commiphora Kalai. La mirra hembra es la más utilizada en
perfumería y se presenta en forma de menudos montoncitos
esféricos o en lágrimas irregulares de color amarillo oscuro o
también de rojo oscuro o de amarillo rojizo, de olor aromático.
De la mirra hembra se obtiene por medio del alcohol de 95º, del
25 al 30 por 100 de un resinoide moreno rojizo, duro.

143. Opoponax. Es una resina identificada con la mirra hembra por


los perfumistas, pero que botánicamente es la producida por el
árbol Opoponax chironium, de la familia de las umbelíferas. Se
presenta en forma de lágrimas regulares, compactas, de forma
semejante a una almendra de cacao, de color rojizo y fácilmente
pulverizable. El olor es vivamente aromático. En alcohol de 95º
da del 20 al 38 por 100 de resinoide, y en benceno del 15 al 25
por 100. El resinoide es duro, de estructura resinosa y color
moreno rojizo.

144. Almáciga. Es una resina producida por el árbol Pistacia


lenticus de la familia de las anacardiáceas. En el comercio se
encuentran dos variedades: la almáciga en grano y la en bloque.
La primera se presenta en glóbulos o lágrimas de 0,5 a 2 cm de
diámetro, de ligero color verdoso cuando fresca. La segunda es de
color moreno rojizo y suele estar mezclada con tierra, arena o
desechos vegetales. Por el éter de petróleo se obtiene del 30 al
55 por 100 de resinoide.

145. Sándalo. La madera de sándalo, tratada por el benceno da del


6 al 8,5 por 100 de un resinoide moreno rojizo muy aromático.
Induce la aparición de ondas largas en el sistema nervioso y tal
vez sea en parte por eso que es tan apetecido por los Yoghis. La
mayoría de los perfumes de Sándalo del comercio son obtenidos
artificialmente de derivados del petróleo, no se recomienda su
uso.

146. Té. Se distinguen el té verde y el té negro. El primero se


obtiene desecando las hojas inmediatamente después de cosechadas
y arrollándolas consigo mismas a manera de rodillos para
frotarlas sobre la superficie de una mesa. Enseguida se las
tuesta ligeramente y se las pasa por la criba. El té negro se
obtiene secando ligeramente las hojas y dejándolas fermentar,
terminando la preparación con las mismas operaciones descritas
para el té verde. Por el alcohol se obtiene un resinoide en
proporción de 10 a 11 por 100; por el benceno el rendimiento es
del 1,2 al 2 por 100.

147. Vainilla. Las vainas del fruto de esta planta trepadora de


la familia de las orquideas, son objeto de varios procedimientos
para estimular artificialmente la elaboración del aroma, que no
se nota en estado natural de la vaina. De las vainas así
modificadas se obtienen los extractos que son objeto de comercio
y también se aprovechan para extraer resinoides.

148. Espinacardo. La raíz de este árbol, que medra en Java, se


aprovecha para obtener un aceite esencial de aroma muy intenso y
persistente. Tratada la raíz por el benceno da del 3 al 4,8 por
100 de resinoide.

CLASIFICACIÓN DE LAS PLANTAS MEDICINALES

153. Como todas las clasificaciones, la de las plantas


medicinales tiene tantas modalidades como puntos de vista han
tomado sus autores para formalizarla.

Así, el químico Ettmuller se basa para clasificar plantas


medicinales en las diferencias respecto de su natural sustancia y
constitución.

Establece esta clasificación cinco clases.

1. Plantas acuosas e insípidas, que contienen oculto un álcali


cuya esencia es refrigerante. En esta clase se incluyen la
lechuga, la escarola, la lechuga romana, la verdolaga y la
siempreviva mayor.

2. Plantas acuosas, pero ácidas: la aleluya y todas las de sabor


ácido, proveniente de un álcali oculto. El autor de la
clasificación atribuía al zumo de las plantas de esta clase la
virtud terapéutica de calmar el ardor de la bilis. Por arcaica
que parezca esta opinión, no la han de echar en saco roto las
eventuales investigaciones de las posibilidades de la
Osmoterapia, pues bien pudiera ser que el zumo ácido de estas
plantas, en estado de vapor inhalado por vía olfativa, tuviera
eficaces virtudes terapéuticas.

3. Plantas inodoras, de sabor amargo, que contienen una sal


nítrica, como la achicoria, el cardo, el lúpulo, la fumaria, la
centaura menor y el diente de león (antiácido urico). Son plantas
diuréticas, sudoríficas y depurativas.

4. Plantas de sabor acre y penetrante, entre ellas el berro,


coclearia, mostaza, rábano silvestre y pimienta (la pimienta solo
como medicamento en contados casos, no se debe comer).
Antiescorbúticas, y con propiedades reconocidas sobre el aparato
circulatorio y respiratorio.

5. Plantas aromáticas, como el romero, la salvia, el poleo, el


tomillo, el serpol, la angélica, el anís, y la numerosa cohorte
que ya dejamos descrita. Las propiedades terapéuticas que el
autor de la clasificación atribuye a estas plantas son tan
variadas que conviene no darles entero crédito, pues no todas
tienen las mismas propiedades ni son una panacea.

154. En términos generales vemos que esta clasificación de las


plantas medicinales no satisface las necesidades que de
orientación y fundamento botánico tiene la Osmoterapia, y sólo la
citamos a título de información, pues a veces el dato que menos
valioso y sin interés parece, resulta de gran valor cuando menos
se espera.

155. El mismo Ettmuller clasificó las flores en tres amplias


secciones:

1. Flores inodoras, como el amiano, la camelia y la ninfa. El


zumo de estas flores tiene a juicio del clasificador propiedades
calmantes.

2. Flores de suave aroma, como el lirio de los valles, el jazmín


y la violeta; pero dice el autor de la clasificación que estas
flores son más útiles para la perfumería que para la medicina, y
aunque esta opinión pudo ser válida tiempo muy atrás, no lo es
para la Osmoterapia, que también emplea los aromas y perfumes
como medicamentos.

3. Flores más o menos intensamente aromáticas, como la alhucema,


el tomillo y el serpol, cuya virtud terapéutica, según Ettmuller,
es la misma que la de la respectiva planta.

156. También esta clasificación es demasiado arbitraria y


escasamente científica, porque el olor produce infinidad de
sensaciones, y cabe decir que cada flor tiene su peculiar aroma,
y las inodoras no puede asegurarse que carecen de olor, porque
bien pudiera ser que la falta de sensación olorosa estuviese en
la natural limitación del olfato humano, ya que así como hay
colores que no afectan a nuestro ojo y sonidos que no percibe
nuestro oído, ¿por qué no puede haber olores que no capte nuestro
olfato?

157. Sin embargo, por lo que a la Osmoterapia atañe, el olor es


lo fundamental, y según hemos visto al tratar de las plantas
aromáticas y de las partes de las plantas de donde se extraen las
esencias, que a veces la esencia posee un olor distinto del de la
flor primaria, y otras veces la parte de la planta que sirve de
materia prima es inodora en fresco y muy aromática la esencia
extraída de la misma una vez desecada.

158. No quiso Ettmuller quedarse corto ni que le tildaran de


perezoso, pues también clasificó a su talante y según su talento
químico las semillas en tres grupos:

1. Las semillas de olor y sabor fuerte y de naturaleza


carminativa, como las de hinojo, anís, comino y alcaravea.
Estas semillas se administraban en tisana durante los
ataques histéricos, y no estará de más que los eventuales
practicantes de Osmoterapia tengan algo en cuenta esta
indicación.

2. Las semillas de sabor acre y penetrante, como las de mostaza,


pimienta y coclearia. De estas semillas se extraía por
fermentación una esencia que tenía eficacia contra las
fermentaciones pútridas.

3. Las semillas mucilaginosas, como las del linaza y de las


almendras dulces.

Esta clasificación, sirve para dar a entender la aplicación


terapéutica a cada clase de semillas.

159. Otro clasificador de plantas medicinales y de semillas fue


Lefebvre.

En esta clasificación hay que ahondar algo más que en la de


Ettmuller, comienza dividiendo las plantas en dos grandes
órdenes: el de las vivaces y el de las anuales.

160. Prácticamente no sabían los botánicos la razón o causa de


que unas plantas fuesen vivaces, esto es, que tuvieran vida más
larga de un año, mientras que otras no vivían más que una
temporada anual.

161. Lefebvre ha desentrañado el misterio y dice a modo de


conjeturas, porque no hay demostración de certeza, que las
plantas vivaces, además de la vitalidad que por sus
raíces reciben, tienen un surplus de ganancia por
la complementaria energía que les infunde el Sol, o
espíritu primordial del sistema planetario, en los
equinoccios de primavera y otoño. El tiempo, gran
descubridor de verdades, nos revelará algún día lo
que oculta dicha conjetura astrónomo-botánica.
162. Pero esta doble y general división no basta; hay que
clasificar las plantas independientemente de si son vivaces o
anuales en tres clases:

1. Plantas inodoras, de las que unas son insípidas, ácidas o


amargas, y algunas de sabor complejo, mientras que otras tienen
sabor picante. Son plantas tiernas y verdes, y dan un jugo que
contiene una sal tartárica. El jugo se torna mucilaginoso con el
tiempo si se le calienta. El jugo es de difícil extracción si las
plantas se cosechan demasiado tarde. Se han de cosechar todavía
verdes y tiernas.

2. Plantas que cuando tiernas no tienen olor ni sabor


característicos, sino que tan sólo huelen a hierba fresca. Pero
cuando el tallo comienza a secarse por la parte inferior,
entonces se manifiestan el olor y sabor del zumo de la planta,
que contiene una sal espirituosa y un azufre sutil.

De esta descripción se colige cuán atrasados estaban en química


los botánicos de aquel tiempo y cuán desorbitadamente
clasificaban las plantas, sin poner siquiera algunos ejemplos que
diesen idea de la clase.

3. Plantas que ya son sápidas desde el principio de su


vegetación, y en cambio no exhalan olor, aunque aparece en el
jugo que se extrae de la planta. Este jugo es espeso, viscoso y
contiene una sal amarga y picante; pero en otras plantas el jugo
es meloso y azucarado.

163.La virtud de estas plantas sólo puede


manifestarse por digestión o por fermentación. Se
han de cosechar en flor si son amargas e inodoras;
pero si tienen frutos, se ha de esperar a que
maduren, porque la virtud está en el fruto.
164. Desde luego que toda esta clasificación de Lefebvre podrá
interesar a quienes tengan tiempo y paciencia para traducirla a
la botánica moderna, por distinción de las plantas pertenecientes
a una y a otra clase, de suerte que sea entonces fácil adaptarla
a la práctica de la osmoterapia, por lo que la hemos expuesto a
título de información, por aquello de que el saber no ocupa
lugar.

165. El famoso médico holandés Hermann Boorhaave estableció en


1.700 una clasificación muy curiosa para aquel tiempo, y que ha
servido de punto inicial para las modernas clasificaciones de las
plantas medicinales en relación con las enfermedades, que es el
punto de mayor interés para la Osmoterapia.

1. Plantas ácidas, agrias y astringentes

Acacia, ciruela silvestre, acedera, agracejo, raíz de bistoria,


fruto y raíz de alcaparra, fruto verde y hojas de cornizo, fruto
y hojas de ciprás, fruto y hojas del agavanzo, manzanas,
membrillos, raíz de helecho, fresa, corteza de fresno, granada,
corazoncillo, hipocisto, romaza, nísperos verdes, mirobálano,
hojas de mirra y de nenúfar blanco, cincoenrama, ruibarbo, hojas
y semillas de zumaque, sangre de drago, serbas, tamarindo,
tomate, corteza de tamaria, raíz de tormentilla y casi todos los
frutos cuando todavía están verdes.
2. Plantas no ácidas y neutras

Absenta, aliaria, ajo, aneto, angélica, anís, apio, aristoloquia,


rábano, aro, venceto, espárragos, gamín, albahaca, col, cálamo
aromático, calamenta, cardo, clavo, coclearia, cebolla, centaura
menor, zanahoria silvestre, oruga, jaramago, cupatoria, galanga,
énula campana, mejorana, mastuerzo, marrubio, matricaria,
torvisco, nabo, berros, maro, pimiento, puerro, orégano, mostaza,
tomillo, ortiga, gengibre, saponaria, serpol, satiricón, uña de
gato.

3. Plantas alcalinas

Aliaria, yaro, armuelle, milenrama, castaña de tierra, camelina,


mastuerzo, agripalma, tártago tenerio, celidonia mayor, graciosa
y adelfilla.

4. Plantas refrigerantes

Naranja, limón, cerezas, cohombros, melones, higos, fresas,


granadas, cidras, moras, melocotones, frambuesas, peras,
grosellas rojas, calabaza y pepino.

5. Plantas calmantes y emolientes

Batatas, borraja, col roja, castaña de tierra, achicoria,


alcachofa, escarola, lechuga y perejil, espinacas, almendras
dulces, cereales, armuelle, cohombro, chiribía, verdolaga, nabo,
raíz de escorzonera, barba cabruna y valeriana menor.

6. Plantas mucilaginosas y suavizantes

Salvia silvestre, raíz de lirio blanco, semillas de linaza,


parietaria, hojas de álamo blanco, violetas, consuelda, escabrosa
y raíz de altea.

7. Plantas oleaginosas

Almendras, lino, aceitunas, liquen, palma, consuelda mayor,


adormidera.

8. Plantas cordiales

Tomillo, romero, serpol, salvia, alhucema, anís, hinojo, laurel,


orégano, canela, clavo, nuez moscada, geranio, mejorana, absenta,
hisopo, menta, poleo.

9. Plantas estimulantes
Ajo, angélica, rábano silvestre, celidonia mayor, galanfa,
genciana, benjuí, perejil, valeriana, vencelósigo, bardana,
anacardo.

10. Plantas irritantes

Sasafrán, áloe, benjuí, asafétida, mirra, estoraque e incienso.

11. Plantas sudoríficas cuya virtud está en la raíz

Bardana, achicoria, perejil, nabo, apio, grana, zarzaparrilla,


escorzonera.

12. Plantas diuréticas

Lechuga, escarola, achicoria silvestre, alcachofa, té, perejil y


zumos frescos de frutas maduras.

13. Plantas contra la ictericia

Zumos de naranja y limón, acederas, aleluya, achicoria silvestre,


diente de león, tamarindo, escarola, lechuga, uvas, ciruelas,
fumaria y verdolaga.

14. Plantas contra la inflamación intestinal

Raíces de escorzonera, de barba caprina, de perejil, de


achicoria, de valeriana y de chirivía; hojas de corazoncillo y
accilillo.

15. Plantas antinefríticas

Agrimonia, falsa chirivía, hinojo, lechuga, escarola,


escalopendra, nenúfar, grama, parietaria, escabrosa, ortiga y
detienebuey.

16. Plantas con aceite contra la parálisis

Absenta, aneto, manzanilla, ruda, azafrán, iris y trébol.

17. Plantas antiescorbúticas

Acedera, aleluya, agrimonia, bardana, achicoria, escarola,


cupatoria, linejo, fumaria, mejorana, melisa, menta, berro,
salvia, escabrosa y todos los zumos frutales especialmente el del
limón.

18. Plantas favorables a los pulmones

Mirra, incienso, adormidera, raíz y hojas de cincoenrama, flores


de corazoncillo.

19. Plantas contra el mal de piedra

Borraja, perifollo, lechuga, perejil, raíces de nabo, chiribía,


de escorzonera; hojas de malva, de malvavisco y de parietaria.

166. Esta clasificación es de todo punto empírica, porque


Boorhaave, aunque médico con quien de toda Europa se iba a
consultar, sólo debió conocer el uso de las plantas medicinales
por lo que la tradición había transmitido acerca de sus
propiedades terapéuticas, y no es extraño que haya en dicha
clasificación no pocas incongruencias, sin que logre el
clasificador determinar concretamente el valor terapéutico de
cada planta.

167. Además, al dividir o enumerar las plantas, se refiere más


bien Boorhaave a la parte de la planta en que reside la eficacia
terapéutica, aunque no siempre la particular ni se extiende en
cuanto al modo de administración. Pero al fin y al cabo nos da a
conocer esta clasificación el estado general de los conocimientos
que se tenían de las plantas medicinales al finalizar el siglo
VII, y el enorme adelanto alcanzado desde entonces hasta nuestros
días, con fundada esperanza de que mayor será todavía el adelanto
en el siglo actual.

Presentamos las siguientes líneas tomadas del Libro POR EL


SENDERO DEL SABER escrito por el Apóstol de la JÑANA Dr. D.
Ferriz O.

La medicina se denominó Hampi, nombrándose al médico Hampi


Camayoc y también Camasca Osoacoyoc. El médico actuaba para sanar
el enfermo, conociéndose tal hecho como alliyachini; aliviar al
enfermo era quespicupuni, salvarlo de morir causaricuni; cuando
el paciente quedaba fuera de peligro, lo reconocían quispichisca.
Curarse sin médico era alliyacuni. Lo importante era hallar el
allillay o salud perdida para prolongar el causayninchic o
duración del vivir, es decir, la vida.

Garcilazo asegura que en el Incario se conoció la sangría o


circacuy, efectuándola el sangrador o Circa Camayoc con una
lanceta de pedernal puesta en la extremidad de un palillo. La
acción de sangrar era circani, debiendo hacerse en los brazos,
piernas y en general en cualquier parte adolorida, sangrándose el
entrecejo para el dolor de cabeza. Recursos frecuentes, según el
mismo autor, fueron las purgas o upiyana hampi, al parecer muy
enérgicas y algunas especiales para la expulsión de parásitos.
Garcilazo añade que examinaban la lengua para conocer la
enfermedad, pero no usaron tomar el pulso ni mirar la orina. Sin
embargo, por otras fuentes, sabemos que al pulso nombraron
Tictic-ñic-circa, habiendo palabras para designar la acción de
pulsar y las pulsaciones fuertes, débiles y arrítmicas.

Tuvieron nombre para todas las enfermedades, también para los


defectos físicos. Secuela de esto fue un vocabulario médico
extensísimo. Allí aparecen con sus nombres los distintos órganos
o vísceras, las alteraciones más ínfimas y los diversos estados
patológico conocidos como enfermedades graves. El centro de la
vida parecen haberlo situado en el corazón. Llamado Soncco,
"órgano que se siente, que late y que se hace presente mediante
sensaciones especiales cuando el hombre desea, rechaza, sufre,
goza, teme, ama", en opinión de un distinguido estudioso de la
medicina incaica. Pero el principio vital rebasaría los límites
del cuerpo para elevarnos al Yyac o ánima racional, distinta del
ánima de los animales y vegetales, según ha probado el Doctor
Fernando Cabieses Molina, autor de la frase que consignamos
arriba. El léxico médico es tan extenso que todavía no ha sido
estudiado totalmente. Algunas muestras serían comenzando por las
palabras básicas: rupay uncuy, la fiebre; yahuar, la sangre;
usputay, la hemorragia; quessa, el pus; toque, el sudor; quepnay,
el vómito; quechay, la diarrea; quella, la cicatriz; coyoyo, la
huella amoratada del golpe; pusullu, ampolla; chupu, absceso;
uanucuy, gangrena.

No escapan al nombre propio las venas que nombran circa, y las


arterias reconocidas madres de las venas con el nombre de
mamancirca. Interesante también resulta saber que a las lombrices
intestinales llamaron kuyca, por lo que Kuycaita Oncoy, resulto
la enfermedad producida por parásitos.

Una importante prueba de lo que decimos, agrega el Doctor del


Busto Duthurburu, es la terminología neuropsiquiátrica de los
médicos quechuas recogida por el Doctor Cabieses Molina. Cerca de
trescientas palabras con una precisión y riqueza del significado
admirables, se inician a partir del Yuyac o alma racional. Allí
están el corazón, las arterias y las venas relacionadas con los
nervios y la columna vertebral, los estados emotivos y los males
de la cabeza. Es impresionante la lista de deficientes mentales.
Se analiza el sueño con relación a las percepciones diarias,
hablándose también del dolor, del ardor, de las cosquillas, del
adormecimiento, el entumecimiento, el calambre y la parálisis.
Creemos que los Hampi Camayoc en este terreno tuvieron léxico de
especialistas.

Los remedios de origen vegetal son infinitos: la choclla, la oca,


el moco-moco, la altamisa, el itapallo, la quinua, la
hacaguaguani, la haquimasci, el cochayuyo, la zarzaparrilla, el
guayacán, el molle, la calaguala, la yuca, el pincopinco, la
muña, la chuquincalla, el paico, el pacal, el millu, el shilinto,
el chuchuchu, el pencacuc, el añu, la isaña, el soyco-soyco, el
chulli, la guaricona, el chuquincalla, la guariconda, el punctu-
puncty, la pitahaya, el harmico, el chulcochulco, la huamanripa,
la huachangana, el haratuc, la sallica, el olluco, la lúcuma, el
tarco, la achuma, la chaucachauca, la hillca, los cachos, el
coro, la tulma, y el amancae.

El inca Garcilazo habla de la chilca para los dolores reumáticos


y del matecllu para las nubes de los ojos; otros cronistas
coinciden con el cronista mestizo, y refieren que el tabaco lo
aspiraron en forma de polvo para descargar la cabeza; también
hablan de la coca como analgésico y hasta parecen ocuparse de la
quina como febrífugo. El maíz, finalmente, como pócima o licor,
sirvió para tratar las dolencias que en el siglo XVI se llamaban
mal de riñones, dolor de ijada, pasión de piedra, dolor de vejiga
y retención de orina. Con razón apuntaban las crónicas que los
quechuas fueron grandes herbolarios. Pocos pueblos de la tierra
conocieron tantas hierbas, hojas, frutos, cortezas y resinas como
los peruanos antiguos. Por último, estarían las medicinas de
origen mineral. Aquí nos sorprenderá encontrar el oro y la plata,
la piedra imán, el azufre, el sulfuro de plomo, la arcilla, la
tova volcánica, el petróleo, el yeso, la propia tierra y hasta el
arsénico en dosis medidas.

De lo dicho casi todo se ha perdido, salvo lo que aún conserva en


su cabeza ese vagabundo de los valles que es el curandero indio.
Todavía cura con tratamientos mágicos y racionales, sorprendiendo
a la gente con sus misteriosas medicinas y prácticas inusitadas.
Por eso lo respetan los lugareños cuando lo ven merodeando los
cementerios en busca de hierbas para el mal de melancolía, o
reducir hernias antiguas aplicando lagartos vivos y abiertos,
cazados a la luz de la luna. Es la sombra de los Huampi Camayoc
que se resiste a morir con sus secretos.

Apóstol de la JÑANA Dr. David Ferriz Olivares

168. Otro paso adelante en la no fácil tarea de la clasificación


nos lo ha dado Maverie al dividir las plantas medicinales en tres
tipos, cada uno de los cuales se subdivide en siete clases, de
modo que en conjunto resultan 21 clases basadas en las peculiares
propiedades de las plantas de cada clase.

La Primera Parte o tipo de plantas abarca las siete clases


siguientes:

1. Plantas purgativas, eméticas y evacuantes

Azafrán bastardo, ciruelas, melocotones, iris, linaza silvestre,


cohombro silvestre, graciosa, heléboro blanco, laureola, áloe,
tamarindo, maná, ruibarbo, escamonea, ipecacuana, coloquinta,
gomaguta, aladierna, nueza, soldanela, yezgo, aliso negro, saúco
y sen.

2. Plantas béquicas o pectorales


Capilaria, col roja, borraja, almendras, higos frescos, uvas,
manzanas reinetas, dátiles maduros, benjuí, alfóncigo, azufaifa y
pulmonaria.

3. Plantas estornudatorias y salivantes

Tabaco, mostaza, hierba piojera, castaña de India, laurel rosa,


jengibre, pimienta y pelitre. Excitan la mucosa nasal, provocan
el estornudo, alivian la jaqueca y descongestionan el cerebro.

4. Plantas emenagogas

Melisa, ruda, sabina, valeriana, azafrán, menta, mirra,


asafétida, opopona y alcanfor. Estimulan la menstruación.

5. Plantas diuréticas

Apio, espárrago, hinojo, achicoria silvestre, diente de león,


acederas, fresas, grama, cardo, cebolla, rábano, garbanzos,
bardana, alcachofa, chiribía, tamarindo, fresno y terebentina.
Estimulan la secreción urinaria, y descongestionan los riñones,
el hígado y el mesenterio.

6. Plantas diaforéticas y sudoríficas

Escorzonera, escabrosa, angélica, benjuí, hierba tiñosa, nogal,


canela, zarzaparrilla y olíbano. Provocan el sudor para eliminar
impurezas por los poros de la piel.

7. Plantas cordiales o alexitarias

Ajo, vencetósigo, clavel, aleluya, limón, lima, naranja,


cardamino, anacardo, espinacas, sándalo y agripalma. Previenen
contra los síncopes, vahídos y desfallecimientos; regularizan el
ritmo cardiaco y reconfortan el corazón.

La Segunda Parte comprende las plantas que actúan pasivamente en


el organismo humano, y aunque sus efectos no son tan perceptibles
como los de las plantas de la primera parte, no por ello son
menos eficaces sus propiedades terapéuticas. Se dividen en las
siete clases siguientes:

1. Plantas equilibrantes

Lirio de los valles, tilo, tomillo, serpol, romero, salvia,


alhucema, hisopo, mejorana, orégano, laurel, digital, canela y
corteza de áloe. Restablecen el equilibrio de las funciones
generales, especialmente de la circulación de la sangre y de los
humores.

2. Plantas oftálmicas
Celidonia, eufrasia, verbena, hierbabuena, sarcocola y trébol.
Alivian la inflamación de los ojos mediante lavados. El te es
una panacea colocando una bolsita húmeda sobre los parpados.

3. Plantas estomáquicas y vermífugas

Absenta, menta, café, vainilla, abrótano, cupatoria, tanaceto,


estragón, santolina y cachunde. Estimulan las funciones
digestivas y destruyen los parásitos gastrointestinales. Cabe
mencionar aquí los excelentes efectos vermífugos de la semilla de
papaya.

4. Plantas febrífugas.

Genciana, centaura menor, argentina, quinquina, geum, tenesio,


zamarilla y carraspique. Rebajan la temperatura y regularizan el
pulso.

5. Plantas hepáticas y esplénicas

Agrimonia, cupatoria, escolopendra, fumaria, cáñamo, centaura


mayor, cuscuta, perifollo y lúpulo. Favorecen el derrame de la
bilis y de los humores cálidos. Descongestionan el hígado y el
bazo.

6. Plantas carminativas

Anís, coriandro, aneto, manzanilla, badiana, alcaravea,


pastinaca, sésali, chirivía y meliloto. Disuelven las materias
viscosas y flatulentas y estimulan la suavización de los humores
crudos.

7. Plantas antiescorbúticas

Capuchina, chiribía, rábano, limón y tomate. Lubrican las mucosas


y fluidifican los humores espesos.

169. En la Tercera Parte las plantas de este tipo se dividen en


las siete clases siguientes:

1. Plantas purificadoras

Consuelda mayor, consuelda menor, olmo, castaño, vincapervinca,


llantén, amaranto, cincoenrama, membrillo, granada, mirto,
bálsamo del Perú, acacia, sangre de drago. Alivian los efectos de
los traumatismos. Purifican el organismo y suavizan los humores.

2. Plantas vulnerarias detersivas

Persicaria, durancillo, saponaria, hierba verruguera, hierba


piojosa, loto aromático. Facilitan la cicatrización de las llagas
y úlceras.

3. Plantas vulnerarias aperitivas

Verónica macho y hembra, toronjil silvestre, árnica, ojo de buey,


vara de oro, pimpinela. Eficaces contra la inapetencia y contra
la presencia de arenillas en la orina.

4. Plantas emolientes

Malva, violeta, parietaria, malvavisco, hierba cana, espinacas,


lino, acelgas, arrnuelle, acebo, brancaursina y gordolobo.
Alivian la irritación; favorecen la elasticidad de los músculos y
suavizan las mucosas.

5. Plantas resolutivas de uso externo

Cereales, habas, altramuces, lentejas, ortiga, cardo, glasto


silvestre y escrofularia.

6. Plantas calmantes y soporíferas

Adormidera, beleño, mandrágora, belladona, estramonio y


dulcamara. Mitigan el dolor y provocan el sueño.

7. Plantas refrigerantes

Cohombro, melón, sandía, lechuga, escarola, nenúfar, mijo,


cerezas, frambuesas, grosellas, moras, arroz, rapónico y
siempreviva mayor.

170. Más conformes con el actual estado de la Fitoterapia y mucho


más congruente con los datos que de ella ha de obtener la
Osmoterapia práctica nos parece la siguiente clasificación de las
plantas consideradas como vegetales, esto es, aludiendo a los
efectos terapéuticos que es lo más importante para la
Osmoterapia.

171. Los efectos terapéuticos de las plantas son lo más


importante para la Osmoterapia, efectos, que pueden ser similares
en plantas pertenecientes a muy distintas familias, pero que de
forma general pueden clasificarse en:

1. Absorbentes. Las que absorben fácilmente las materias que


conviene eliminar en el curso de una enfermedad. La planta más
empleada es el licopodio en polvo. Este debe ser manipulado
por un experto pues el efecto de su medicación puede durar hasta
50 días.
2. Acidulas. No son ácidas en el sentido de poder provocar la
acidosis, sino por el contrario su efecto es refrigerante y
atemperativo sobre todo cuando con el zumo de estas plantas se
confeccionan jarabes. Agracejo, cidra, fresas, granadas,
limón, membrillo, naranja y tamarindo.
3. Afrodisíacas. Las que tienen la morbosa propiedad de excitar
el instinto sexual. Benjuí, canela, criadillas de tierra,
haba de San Ignacio, jengibre, nuez vómica y vainilla. Se
destacan el Ginsen, la Damiana y la Maca.

4. Amargas. Plantas de sabor amargo, pero de efectos tónicos,


digestivos y febrífugos. Se han de emplear tan solo como
medicamento y nunca como bebida alcohólica. Chicoria. Ajenjo,
Artemisa, asafétida, escabiosa, haba de San Ignacio, hojas
de naranjo amargo, lúpulo, ruibarbo, salvia, saponaria,
trébol acuático y verónica.

5. Analgésicas. Plantas que mitigan y a veces suprimen el dolor.


Belladona, cicuta, laurel real, opio y trementina.

6. Analépticas. Plantas reconfortantes en las convalecencias.


Alfóncigos, almendras, bellota, dátiles maduros, hongos
comestibles, mosto, nueces y sagú.

7. Anestésicas. Las que inhiben temporáneamente la sensibilidad.


Alcanfor, cicuta, coca de Bolivia, eucalipto, laurel real,
lechuga y opio.

8. Antiafrodisiacas. Las que debilitan o deprimen el instinto


sexual. Alcanfor, lupulino y lechuga.

9. Antiespasmódicas. Las que se emplean en los síncopes, ataques


de nervios, convulsiones, etc. Agua de azahar, angélica,
artemisa, asafétida, azafrán, bedelio, espliego, eucalipto,
galbano, hojas de naranjo, melisa, menta piperita,
manzanilla, orégano, tilo y sagapeno. La UNO A para el sistema
nervioso es la Hierva de San Juan o Hiperycum seguida de la
Valeriana que no producen sueño ni tienen
contraindicaciones conocidas.

10. Antiflogísticas. Las que alivian y reducen las inflamaciones.


Almendras amargas, almidón, fécula de patata, hojas de
ricino, polvos de arroz, malva, malvavisco, salvado,
simientes de linaza y membrillo, musgo de Islandia y
consuelda mayor.

11. Antisépticas. Las que evitan las infecciones y la septicemia


o envenenamiento de la sangre. Ajenjo, alcanfor, árnica,
manzanilla, gualanday, sarzaparrilla. Una de las mejores es la
Echinacea.
12. Aperitivas. Las que despiertan y avivan el apetito en contra
de la anorexia o inapetencia. Romero, Verónica, Casiafilata,
lirio de Florencia, orégano, hojas de naranjo, semilla de
apio y salvia.

13. Astringentes. Las que al gustarlas provocan una sensación a


manera de trémulo nervioso. Su efecto es tónico. Gayuba,
escabiosa, helecho macho, salvia, pámpanos de vid, bedelio,
hierba doncella, casiafilata, membrillo, tormentilla,
paulinia, agallas, quina, sangre de drago, bistoria y lengua
de ciervo.

14. Atenuantes. Las que fluidifican los humores del cuerpo cuando
se espesan demasiado. Felandrino y polígala.

15. Balsámicas. Las que dan diversos bálsamos estimulantes de las


funciones digestivas. Copaiba cuyo aceite se usa para la tos,
tolú, bedelio, savia de pino marítimo, trementina,
eucalipto, mirra, guayaco, pelitre y estoraque.

16. Béquicas. Las que favorecen la expectoración. Eucalipto,


malva, regaliz, azufaifas, dátiles maduros, higos frescos,
pasas, bedelio, borrajas, consuelda, tusilago, culantrillo y
savia de pino marítimo.

17. Carminativas. Las que facilitan la expulsión de los gases


intestinales. Anís, eneldo, espliego, corteza de limón,
hinojo, menta piperita, angélica, comino, manzanilla,
centaura menor, gálbano, asafétida, cilantro, escondia,
melisa y sagapeno.

18. Catárticas. Es lo mismo que purgantes, algo más enérgicas que


laxantes y más débiles que los drásticos. Bayas y hojas de
saúco, hojas de sen, mercurial, cayena, brionia, polígala.

19. Caústicas. Las que en contacto con los tejidos a la


temperatura ordinaria tienen efecto corrosivo y suplen a las
cauterizaciones en algunos casos. Zumo lechoso de la higuera y
esencia de clavo.

20. Cefálicas. Las que alivian o curan las cefalalgias o dolores


de cabeza de índole nerviosa. Espliego, tilo, paulina y
vainilla.

21. Cordiales. Las que aumentan el calor del organismo y


favorecen la actividad del corazón y del estómago. Flores
cordiales.

22. Depurativas. Las que favorecen la eliminación por el sudor y


la orina de las materias que ensucian los humores del cuerpo. Se
cuentan entre ellas todas las diuréticas y sudoríficas.

23. Desobstruyentes. Las que son eficaces para deshacer las


obstrucciones intestinales. Bellotas de roble, acíbar,
espárrago, tomillo, uva, coclearia y achicoria.

24. Diaforéticas. Son lo mismo que sudoríficas, pues estimulan la


producción del sudor. Saponaria, orégano, rábano silvestre,
serpentaria, hisopo, polígala, tilo, escabiosa, salvia, bayas de
saúco, cardo santo, berros, cilantro, azafrán, sasafrás, guayaco,
jaborandi, simarcila, dulcamara, brionia, salvia, zarzaparrilla,
amapola, hojas de naranjo, musgo de Córcega.

25. Digestivas. Las que favorecen la digestión gástrica. Anís,


menta piperita, mostaza negra, ruibarbo, saponaria, manzanilla,
eucalipto, genciana, salvia, estoraque, cúrcuma, fumaria, savia
de pino marítimo.

26. Diluentes. Las que fluidifican la sangre cuando está muy


espesa. Grama y cebada.

27. Diuréticas. Las que favorecen la secreción urinaria. Raíz de


lúpulo, semillas de lino, hinojo, mercurial, lengua de ciervo,
bardana, polígala, borraja, escondio, bayas de enebro, anís,
parietaria, zarzaparrilla, timol, ásaro, guayaco, dulcamara,
brionia, agraz, sasafrán y raíz de brusco.

28. Drásticas. Las que tienen enérgico poder purgante. Simiente


de ricino, corteza de saúco, coloquíntida, torvisco, jalapa,
euforbia, agárico blanco, aceite de crontontinglio, escamonea y
tapsia.

29. Emenagogas. Las que favorecen la menstruación. Romero,


sagapén, gálbano, artemisa, énula campana, comino, elaterio,
angélica, ruda, bedelio, acíbar, trébol acuático, hojas de
ricino, sabina, tanaceto y orégano.

30. Eméticas. Las que en caso necesario provocan el vómito.


Polígala, ipecacuana, brionia, esciba, raíz de violeta, ruda,
helecho macho, pensamiento silvestre y sinamba.

31. Estimulantes ditusibles. Las que excitan la actividad de los


órganos y por su rápida y breve acción obran al mismo tiempo como
sedantes del sistema nervioso. Anís, cúrcuma, azafrán, salvia,
escordio, bayas de enebro, eneldo, simiente de apio, corteza de
naranja, ajenjo, angélica, romero, limón, menta piperita,
espliego y melisa.
32. Estimulantes persistentes. Las de acción más lenta, pero más
duradera que la de las difusibles. Mostaza negra, manzanilla,
berros, verónica, belladona, valeriana, coca, jenjibre y
vainilla.

33. Estornutatorias. Las que administradas en polvo por vía


olfatoria provocan el estornudo. Benjuí, jalapa, espliego,
eléboro blanco, ipecacuana, jengibre, ásaro, euforbio y tabaco.

34. Evacuantes. Se llaman también emetocatárticas, porque además


de provocar el vómito, estimulan la evacuación de materias
extrañas y desechos por los demás emunctorios. Estaphisagria,
flores frescas de saúco, ásaro, eléboro blanco, polígala, escila
y caínea.

35. Excitantes. Las que aceleran la actividad de los órganos. Son


eficaces contra la atonía o pereza de funcionamiento. Cardamomo,
estoraque, serpentaria, verónica, copaiba, árnica y tanaceto.

36. Expectorantes. Las que facilitan la expulsión de las


mucosidades o flemas formadas en los bronquios. Orégano,
tusílago, verónica, asafétida, berros, rábano silvestre, lirio de
Florencia, culantrillo, gálbano, polipodio, savia de pino
marítimo, escila y sagapeno.

37. Febrífugas. Las que remiten la fiebre. Pero se han de


administrar siempre por prescripción facultativa, porque sólo el
médico sabe cuándo conviene reducir la fiebre. Eucalipto,
manzanilla, quina, tilo, semilla de algodonero, árnica, cálamo
aromático, casiofilata, trébol acuático, simarla, cardo santo,
belladona, tanaceto, haba de San Ignacio, centaura menor,
agracejo, camedrio, genciana, colombo, corteza de encina, cuasia,
valeriana, alquenqueje, coca, bistoria, liquen amargo, angostura
y cascarilla.

38. Fundentes. Las que facilitan la resolución de los infartos,


en especial de los que se forman lentamente y sin inflamación.
Genciana, achicoria, apio, cicuta, consuelda, polipodio, hisopo,
lúpulo y todas las plantas emolientes.

39. Hemostáticas. Las que facilitan la coagulación de la sangre


en las hemorragias. Cascarilla, lengua de ciervo, pámpanos de
vid, agallas, coloquíntida, benjuí, cálamo aromático, cornezuelo
de centeno, colofonia, limón, casiofilata, tormentilla, polvo de
goma arábiga, sangre de drago, balanlias, yesca, beleño y harina
de habas. Aquilea Milhojas es la mejor en hemorragias.

40. Hipnóticas. Las que facilitan la conciliación del sueño,


remedian el insomnio. Adormidera. Opio, lechuga beleño, valeriana
y lobelia. Actualmente el Hypericum, no Hipnótica, está siendo
utilizada con éxito para facilitar el relajamiento, el
desestresamiento. La SECAB (Convenio Andrés Bello), dedica una
extensa publicación al Hypericum.

41. Laxantes. Las que limpian los intestinos y remedian el


estreñimiento sin producir irritación. Mostaza blanca, aceite de
nueces, aceite de almendras dulces, ruibarbo, polipodio, aceite
de oliva, Agracejo, cañafístula, achicoria, maná y mosto de uva.

42. Litotrícicas. Las que favorecen la resolución de los cálculos


hepáticos y renales (mal de piedra). Felandro, cúrcuma, gayuba y
coclearia. Se ha usado con bastante éxito en los cálculos renales
la semilla del Níspero.

43. Midriásicas. Las que dilatan la pupila y remedian la


parálisis del iris. Estramonio, hierba mora, belladona,
cornezuelo de centeno, beleño y lobelia.

44. Odontálgicas. Las que alivian el dolor de muelas y que en


rigor debieran llamarse antiodontálgicas. Alcanfor, aceite de
oxicedro, estafisagria, berros, esencia de orégano, clavo,
tomillo y cayeputi. La hoja de Eritroxilon (Coca), es
insustituible.

45. Pectorales. Son medicamentos contra toda clase de afecciones


pulmonares, en combinación de las plantas béquicas y
expectorantes. Gordolobo, jarabe de uvas, jarabe de cerezas, goma
arábiga, cáscaras de almendreros, brea, malvavisco, regaliz,
lengua de ciervo, pasas, oleorresina, salep, tragacanto y esencia
de trementina. El Tomillo es la primera de todas

46. Refrigerantes. Las que calman la sed y alivian el excesivo


calor del cuerpo. Agua de cebada, horchata de chufa, limonada,
naranjada, zarzaparrilla y jarabes acídulos. Es inigualable el
efecto del Eritroxilon.

47. Rubefacientes. Las que a manera de vesicatorios moderados


enrojecen la epidermis. Rábano silvestre, pelitre, mostaza negra,
pez de Borgoña, tapsia, ruda, brionia, torvisco, aceite de
crotontiglio y cebadilla de México. El uso controlado de la
ortiga.

48. Sedantes. Las que reducen la excitada actividad de los


órganos. Amapola, lobelia, asafétida, gálbano, melisa, sagapeno,
espárrago, felandrio, meliloto y azafrán.

49. Sialagogas. Las que excitan la secreción salivar. Jaborandi,


rábano silvestre, macis, gayuba, coca, manzanilla y jengibre.

50. Supurativas. Las que favorecen la supuración de los abscesos,


flemones y llagas. Torvisco, trementina y cataplasmas de harina
de linaza. La grasa de Palma Caraña es insustituible en casos de
abscesos y forúnculos. Lo indicado siempre es Echinacea
angustifolia.

51. Tenífugas. Las que provocan o pueden provocar la expulsión de


la tenia o solitaria. Corteza de raíz de granado, esencias de
limón y trementina, helecho macho, simientes de calabaza y
cebadilla de México. El Nardo silvestre (Asarum Europeum) también
muy usado en Rusia contra el alcoholismo.

52. Tónicas. Las que excitan suavemente los órganos débiles y


restauran su normal funcionamiento. Orégano, tapsia, gordolobo,
membrillo, hinojo, tusilago, amapola, corteza de naranja,
agallas, corteza de limón, énula campana, coca, saponaria, cardo
santo, corteza de encina, bayas de enebro, hisopo, paulinia,
dulcamara, balaustre, fumaría, manzanilla, genciana, menta
piperita, escordio, tanaceto, camelio, trébol acuático, lúpulo,
espliego, salvia, verónica, quina, angostura, liquen amargo,
cuasia, haba de San Ignacio y hiedra terrestre. Después del
Guarana y del Yoco (inhibidor del apetito) no queda sino la Coca
ya mencionada.

53. Tópicas. Las que se aplican en uso externo, en forma de


cataplasmas, ungüentos, pomadas, emplastos, fomentos y
fricciones. Harina de linaza, tapioca, cinegiosa, tormentila,
mostaza, polvos de arroz, harina de patata, malvavisco, hinojo,
centaurea menor, harina de trigo, pulpa de membrillo, gordolobo,
hiedra terrestre, saponaria, hierba mora, pez negra, saúco,
tapsia, brea, mercurial, estoraque, tanaceto, pez de Borgoña,
orégano, romaza y elemi.

54. Tóxicas. Las que contienen principios venenosos, por lo que


su administración ha de estar a cargo de un médico. Nuez vómica
(estricnina y 1300 venenos más), cebadilla de México, acónito,
haba de San Ignacio, torvisco, estramonio, belladona, árnica,
cáchico, almendras amargas, eléboro blanco, ruda, alcanfor,
euforbio, aceite de croteniglio, goma guta, digital, tapsia y
tabaco.

55. Vermífugas. Las que provocan o facilitan la expulsión de las


lombrices y otros gusanos parásitos de las vías intestinales.
Escordio, goma guta, polipodio, aceite de oxicedro, jalapa,
ajenjo, centaura menor, elaterio, corteza de raíz de granado,
asafétida, menta piperita, brionia, cascarilla, ásaro, musgo de
Córcega, ricino, valeriana, ruda, cebadilla de México, escamonea
y tanaceto.

56. Vesicantes. Las que aplicadas en uso externo producen


ampollas en la piel. Mostaza negra, aceite de crotontiglio,
pelitre, tapsia, rábano silvestre, euforbio, sabina, torvisco y
ruda. La ortiga es la más activa.

57. Vulnerarías. Las que favorecen la cicatrización de las


heridas y llagas. Arnica, salvia, gordolobo, manzanilla, corteza
de encina, eucalipto, bálsamo del Salvador (impropiamente llamado
del Perú), orégano, melisa, hisopo y traumantinisa. La
CHLORELLA por su alto contenido de clorofila y de
betacarotenos está a la cabeza. La Sangre de Drago es
insustituible.

172. Se ha de entender que no a todos los enfermos de una misma


enfermedad le han de convenir todas y cada una de las plantas
cuyas propiedades terapéuticas se describen en las anteriores
clasificaciones, por cierto muy europeas e incompletas. En la
segunda parte de este documento sobre OSMOTERAPIA daremos una
detallada farmacopea más acorde con nuestra realidad Andina.

173. Aparte de que cada planta tiene su aplicación peculiar,


tanto en cuanto a la forma de aplicación (tisana, infusión,
cocimiento, jarabe, etc.), como en la dosis, puede suceder que en
determinado enfermo no tenga eficacia la que facilitó la curación
de la misma enfermedad en otro enfermo.

174. También se ha de tener en cuenta, que la tradicional forma


de administrar las plantas medicinales tiene más analogía con el
sistema alopático, mientras que el sistema de las quintaesencias,
del que derivó la homeopatía, es el precursor de la moderna
Osmoterapia, según veremos en los capítulos correspondientes.

175. Por lo tanto, sólo hemos expuesto las clasificaciones a


manera de información respecto a las propiedades terapéuticas que
por tradición se han señalado en las respectivas plantas
medicinales, porque por ley de naturaleza, las mismas
propiedades, pero en sentido homeopático del similia similibus
curantur, han de tener sus quintaesencias.

176. Curioso será saber que los antiguos acoplaron algunas


plantas en denominación colectiva, porque vieron en ellas
determinada propiedad terapéutica, como por ejemplo: las cinco
raíces aperitivos son: la de brusco, espárrago, hinojo, perejil y
apio.

177. Las tres flores cordiales son: la de lengua de buey, de


borraja y la violeta.

178. Las cuatro flores carminativas son: las de manzanilla


romana, meliloto, aneto y matricaria.

179. Las cuatro mayores simientes frescas son: las de calabaza,


cohombro, melón y sandía.

180. Las cuatro menores simientes frescas son las de lechuga,


escarola, de achicoria y de verdolaga.

181. Las cuatro mayores simientes cálidas son las de hinojo,


anís, comino y alcaravea.

182. Las cuatro simientes menores cálidas son las de apio,


perejil, zanahoria silvestre y amenas.

EL ARTE ESPAGÍRICA
LOS DISOLVENTES
LOS ÁLCALIS VOLÁTILES

183. Para la mejor comprensión de los procedimientos empleados en


la obtención de las quintaesencias de las plantas medicinales,
que tan capital importancia han de tener en osmoterapia, conviene
conocer los principios fundamentales de la Espagiria, que parece
algo así como una ciencia oculta, y no hay tal cosa, sino que no
va más allá de la aplicación de la química a la medicina, pero no
la química actual ni la medicina actual, sino la ciencia llamada
en otro tiempo alquimia, aplicada a la medicina, o mejor dicho, a
la clínica de la época y al adelanto espiritual.

184. La etimología de la palabra Espagiria nos dará idea de su


verdadera acepción. Deriva de las voces griegas spân (arrancar
separar, extraer) y ageirein (unir).

185. Más bien que ciencia, era el arte de extraer de una materia
lo que se consideraba su esencia, su espíritu; y así cuando la
materia era una planta que la experiencia había etiquetado de
medicinal, la Espagiria consistía en extraer de ella, en arrancar
de su materia, los espíritus o sustancias que contenía, y formar
con la unión de estas sustancias un medicamento específico.

186. Los alquimistas, entendían de medicina pero su afán era la


transmutación de los metales comunes en oro y en el hallazgo de
la famosa y arcana piedra filosofal.

187. Por lo tanto, lo que vamos a exponer acerca de la Espagiria


es lo que constituía una suma de procedimientos para extraer las
esencias de las plantas medicinales.

188. La Espagiria tiene muchos puntos de contacto con la Ética o


filosofía moral, porque para comprenderla y practicarla no basta
la inteligencia cuya acción está supeditada a la de los sentidos
corporales, sino que es necesaria la intuición propia del alma,
porque para conocer lo que pudiéramos llamar el alma de la
materia (la esencia o espíritu) es indispensable que el conocedor
vea el alma, libre de todo cuanto arriesgue manchar la naturaleza
inferior o concupiscencia con sus pasiones, vicios y malas
inclinaciones.

189. Decían los espagíricos que la destilación espagírica es un


símbolo material de la purificación moral, y que el
perfeccionamiento moral es una destilación psíquica, porque el
germen de la verdad necesita para brotar el fermento de la fe.

190. La espagiria se valía en sus operaciones de la misma clase


de fuentes de saber que la alquimia; pero con más precisas
gradaciones.

191. Además contaban con los fuegos o fuentes de calor sin


combustible a los que denominaban fuegos secretos (Prana de los
Yoghis?) y que seguramente eran las calorías inherentes a la
materia, que se actualizaban en las reacciones químicas.

192. Los espagíricos nos han legado algunas reglas o principios


fundamentales respecto de las operaciones a que se han de someter
las plantas medicinales, y entre ellas expondremos las
siguientes:

1ª El empleo de las cucúrbitas y del baño María conviene a


las materias de no muy compleja constitución.
2ª El fuego de arena y de cenizas está destinado a las
materias duras, como raíces leñosas, maderas y semillas.
3ª La maceración se ha de efectuar en su propio disolvente
si es posible, o si no en un disolvente de naturaleza análoga a
la suya.
4ª En la destilación de las plantas cálidas, el fuego ha de
ser vivo desde un principio, pues de lo contrario, sólo saldría
flema.
5ª La destilación de las raíces, maderas, gomas, semillas y
materias duras se ha de hacer en retorta.
6ª La destilación ha de comenzar por un calor suave que se
ha de ir aumentando gradualmente.
7ª Las vasijas y recipientes, así como la misma materia que
se trate, se ha de dejar que se enfríen por sí mismos sin
artificio externo.

193. Los espagíricos preparaban la materia antes de la


destilación, sometiéndola a tres operaciones: la fermentación, la
circulación y la digestión.

194. La fermentación reduce de potencia un acto, esto es,


actualiza o pone en acción las partes activas y espirituosas de
la materia en tratamiento. En algunos casos la fermentación se
efectuaba por obra del mismo calor inherente en la materia, que
por sí misma se disgregaba. Era la fermentación espontánea.
Decían los espagíricos, que la fermentación es la llave que abre
la puerta de salida a los venenos vegetales, pues por esta
operación la materia involuciona, y su naturaleza retrograda
hacia su primera forma, que es un principio fermentativo y
semencial, esto es, cuando la planta era simiente, y fermentó en
el seno de la tierra.

195. La circulación se efectúa en cucúrbitas cerradas que


comunican unas con otras por medio de tubos de enlace. Un calor
suave provoca la maduración de la materia que circula de abajo
arriba, de modo que se satura de su disolvente. Tiene la
circulación por efecto unir las partes heterogéneas y dividir las
homogéneas, de suerte que la materia madura en lenta evolución
determinada por un calor húmedo.

196. La digestión se efectúa en vasija cerrada y es un pausado


cocimiento que por la acción del calor húmedo modera la materia,
la atenúa, la divide, y exalta los principios activos.

197. La destilación espagírica es un delicadísimo arte, que sólo


poseyeron los más eminentes profesionales, y que nunca llegó a
conocimiento de los vulgares y corrientes destiladores
alquimistas.

198. Pero conviene advertir que la espagiria abarca además de la


preparación previa, cinco operaciones generales, a saber:
digestión, destilación, sublimación, calcinación y coagulación.

199. Para evitar confusiones de concepto, se ha de entender que


la materia en tratamiento, o sea la planta o parte de la planta,
no ha de sufrir previamente todas las operaciones de preparación,
sino tan sólo la que mejor requiera su índole, y lo mismo se ha
de entender en cuanto a las operaciones generales, y por ello
vemos que la digestión, por ser la más frecuentemente empleada,
aparece entre las operaciones preparatorias y en las generales.

200. Por otra parte, las operaciones preparatorias difieren muy


poco una de otra, y así vemos que en varios tratados de espagiria
se consideran modalidades de la digestión, no sólo la
fermentación y la circulación, sino también la depuración,
infusión, maceración, insolación, disolución y fusión.

201. He aquí por qué la digestión figura a la cabeza de las cinco


operaciones generales, puesto que es la preparatoria en sus
diversas modalidades.

202. La destilación, en su aspecto exterior o exotérico, según se


practicaba operatoriamente, comprendía tres modalidades
distintas, a saber:

1ª La destilación por ascenso, en la que el fuego estaba


colocado debajo de la vasija, de suerte que ascendían los
principios o esencias. Es el procedimiento mejor adecuado a la
destilación de materias espirituosas y volátiles.

2ª La destilación lateral que se efectúa en retorta y los


productos salen por un lado. Conviene a las materias muy densas,
que contienen aceites pesados y requieren más intenso calor.

3ª La destilación por descenso, en la que el fuego está colocado


sobre la vasija, y las materias espirituosas salen por debajo.
Los espagiricos valuaban este procedimiento, porque desprendía
las partes más tenaces de la planta.

Hoy en día la farmacia homeopática se vale de métodos que hemos


descrito en nuestros escritos acerca de homeopatía. Acá dejaremos
las menciones de modo que el lector se acerque un poco al estilo
de esa época espagirica y que realmente tiene inspiración que
tomarle.

203. El instrumento más necesario para la destilación es el


alambique, cuya materia, forma y estructura varían según la
índole, cantidad, y calidad de la materia que se ha de destilar.
Se mencionan cuatro clases de alambiques:
1ª El de terriza, de peligroso empleo y poco usado.
2ª El de vidrio cuando el calor ha de ser muy suave.
3ª El de baño maría, que fue el más frecuentemente
empleado.
4ª El de serpentín, el de mejor reputación.
En cuanto a las vasijas se usaba la caldera cuando se había
de destilar gran cantidad de planta. La retorta si el fuego había
de ser muy intensa. Las vasijas de enlace para las
rectificaciones.

204. La destilación abarca cinco operaciones: rectificación,


cohobación filtración, decantación y delicuescencia.

205. La sublimación comprende la ascensión seca y la separación.

206. La calcinación abarca doce variedades, a saber:


desflemación, decrepitación, evaporación, ignición, incineración,
precipitación, fumigación, reverberación, estratificación,
cementación y amalgamación.

207. La coagulación tiene cuatro modalidades: cocción,


congelación, vitrificación y fijación.

208. La calcinación espagírica determina la conversión de la


materia en otra forma que aumenta la humedad radical en vez de
destruirla y elimina las impurezas de modo que predispone a. la
materia a ceder sus esencias.

209. La sublimación espagírica exalta la naturaleza de la materia


tratada y volatiliza sus esencias, de suerte que como la
operación se efectúa en vaso cerrado, la esencia recae en la masa
que se está sublimando.

210. La disolución espagírica atenúa las partes secas y sutiliza


las acuosas, de modo que separa lo puro de lo impuro.

211. La fermentación espagírica es el secreto del arte. Puede ser


simple o doble; natural o contra natural. En el primer caso se
destruye la forma exterior y se conserva la naturaleza esencial.
En el segundo caso la forma de la materia retrograda a su forma
primitiva.

212. La coagulación espagírica no difiere de la vulgar y


corriente más que en el aspecto de la coagulación, sólo conocido
de los maestros del arte.

213. Para obtener la quintaesencia de una planta o parte de


planta es necesario destilarla de siete a diez veces.

214. La primera destilación comienza en el primer grado del baño


maría y progresivamente asciende al segundo grado y después al
tercero, para descender lentamente al primer grado.

215. La segunda destilación es muy semejante a la primera.

216. La tercera destilación comienza en el primer grado del baño


maría, asciende suavemente hasta el tercer grado y desciende
también suavemente al primero.

217. La cuarta destilación es análoga a la tercera. La quinta


destilación comienza en el primer grado de arena, y sube en
seguida al segundo y tercero para descender lentamente al
primero.

218. La sexta destilación es descendente; comienza en el baño de


ceniza y procede como la tercera.

219. La séptima destilación es una verdadera rectificación.


Comienza en el primer grado del baño María, para subir lentamente
hasta el tercero, en el que se mantiene hasta el fin de la
operación.

OPERACIONES ESPAGÍRICAS

220
1. Extracción de la quintaesencia de las plantas según Paracelso.
Se destroza con el hacha la planta escogida y se coloca en matraz
sometido a baño de vapor durante cuarenta días, a fin de provocar
la fermentación.
La recolección de la planta se hace de acuerdo a un delicado
estudio Astrológico. Conservamos el lenguaje y dejamos que el
ocultamiento a que se está acostumbrado en esta vía permanezca.
Al cabo de este tiempo se exprime el zumo y se destila en baño
María. El líquido destilado se vierte sobre las heces que
quedaron en el matraz y se deja en reposo durante ocho días para
terminar la fermentación.
Se vuelve a destilar tantas veces como mude el color de lo
destilado, y la quintaesencia subirá por el alambique, mientras
que la materia quedará en el fondo con parte de su agua esencial.
Se vierte sobre la materia la quintaesencia y se deja
fermentar durante cuatro días. Se vuelve a destilar y se vierte
el líquido resultante sobre las heces residuales. Se pone a
digerir en el pelícano durante seis días, y resultará un líquido
espeso que se destilará en baño María.
Se separará de la materia acuosa, y la quintaesencia quedará
en el fondo que se pondrá en digestión para que sedimente las
impurezas. Análogamente se rectifica en una última destilación y
se obtendrá la quintaesencia virtual de la planta.
Nota. El pelícano a que alude la descripción era una vasija
o recipiente especial, llamado de Hermes, de que se servían los
alquimistas.

221
2. Extracción de la quintaesencia según el procedimiento de
Lefébvre. Se machaca la planta destrozada en un mortero de mármol
hasta reducirla a pasta y se coloca ésta en un matraz
herméticamente cerrado después, a fin de que digiera durante
cuarenta días. Al cabo de este tiempo, se abre el matraz y se
cuela su contenido para separar la parte líquida, que se someterá
al baño María durante 24 horas y después se colará por embudo a
través de una manga de algodón.
En el líquido colado se disuelve la sal fija que se habrá
extraído según arte del residuo sólido, y esta disolución se echa
en un matraz que se cierra herméticamente y se expone a la acción
del Sol durante seis semanas, y en caso de que no sea posible la
continua exposición al Sol, se recurrirá al fuego de cal y paja,
o si tampoco esto es posible, al baño María.
Al cabo de las seis semanas flotará en la superficie la
primera esencia de la planta, de color verde transparente o claro
rojizo, según la índole de la planta. Se separa esta primera
esencia y se destila hasta siete veces, según queda explicado,
para obtener la quintaesencia.
Nota. El fuego de cal y paja consiste en excavar en el suelo
una fosa longitudinal y extender en el fondo una capa de polvo de
cal viva, de cuatro dedos de espesor, sobre la cual se Extenderá
otra capa de paja fina o de heno desmenuzado, de medio metro de
espesor. Se asienta el matraz sobre la capa de paja o heno y se
riega toda la masa con agua caliente, a fin de producir la
efervescencia de la cal viva o sea para apagar la cal.
La boca o parte superior del matraz ha de quedar al aire
libre, y la capa de cal se mudará una vez apagada del todo, esto
es, cuando ya no efervezca. En cuanto al heno o la paja hayan
absorbido el agua se volverá a echar agua caliente.

222
3. Extracción de la quintaesencia según Ramón Llull. Se
coloca la planta desecha en trozos, en un matraz que contenga la
verdadera quintaesencia del vino, y cerrado herméticamente el
matraz, se expondrá al Sol o al baño de vapor durante tres días.
Se destila el líquido resultante a fuego lento, y el líquido
destilado se vierte sobre las heces para que digiera durante dos
días, al cabo de los cuales se vuelve a destilar por dos veces
más.
Vuelto a verter sobre las heces el líquido destilado para
que digiera durante un día y después se destila tres veces más y
por fin la última destilación o rectificación.

223
4. Quintaesencia de la celidonia. Hay dos especies de
celidonia: la mayor y la menor. La quintaesencia de una y de otra
tiene numerosas virtudes terapéuticas, aunque su extracción
requiere largo tiempo y un arte muy sutil.
Se ha de cosechar la planta entera, cuando ya esté madura y
comienza a mudar en blanquecino su natural color verde. Se corta
la planta en menudos trozos, se echa en una cucúrbita de vidrio
bien embetunado y después de taparla herméticamente se expone al
baño vaporoso durante tres semanas, al cabo de las cuales se
destila el líquido resultante de la digestión, en baño maría con
fuego muy lento.
Se extraen las heces y se trituran finamente en el mortero
de mármol, y se vuelve a echar en la cucúrbita con su agua, y
adaptando el alambique ciego. Se pone en fermentación durante
siete días y después se somete al fuego de cenizas en alambique
de pico y se destila.
Saldrá entonces un agua clara de color de aceite, y para
separar la flema se ha de destilar a fuego lento en baño maría, a
fin de que resulte separado el aceite. El residuo de esta
destilación se tritura en el mortero de mármol y mezclada con una
cantidad de flema cuatro veces mayor que su masa se expondrá al
baño maría por siete días.
Después se destila a fuego vivo de arena mientras salga el
líquido de color rojo, dejando un residuo negro en el fondo de la
cucúrbita.
Dicha agua roja se destilará en baño maría en otra cucúrbita
con alambique de pico, y una vez haya salido la flema quedará el
aceite rojo en el fondo. Se ha de secar ahora la tierra y
calcinarla a fuego vivo durante diez días, y luego triturarla, y
mezclarla con una cantidad de su flema cuatro veces mayor que su
masa, para destilar por alambique hasta que salgan unas a manera
de piedrecitas blancas que se disolverán en agua destilada y
después se destilará de nuevo hasta que la tierra quede blanca
como la cera.

224. Las materias que espagíricamente se consideran como cuatro


elementos (lo cual es uno de los secretos del arte) se habrán de
circular cada uno de ellos en baño maría durante treinta días con
cuatro partes de tierra y la quintaesencia sobrenadará en la
materia y se ha de rectificar muy lentamente, porque es el alma
de la celidonia.

225. La flema, símbolo del elemento Agua, tiene la virtud de


purificar la sangre; templa los vasos sanguíneos; cura las
afecciones de los bronquios y preserva de toda corrupción.

226. El aceite, símbolo del elemento Aire, rejuvenece y


reconforta el organismo; combate la melancolía y las afecciones
biliares.

227. La quintaesencia, símbolo del elemento Fuego, administrada a


la dosis de una porción tamaño de un grano de trigo, disuelta en
una cucharadita de buen vino moscatel, pero no en uso interno,
sino aplicada a manera de loción en el pecho o en el cuello de un
enfermo grave, le devuelve la salud y el vigor en poco tiempo
porque la loción absorbida por la piel, llega hasta el corazón y
lo reanima inmediatamente.

228. Pero si se quiere reavivar a un moribundo, se ha de


administrar la misma dosis en uso interno, es decir, que en
cuanto la tome el moribundo se reavivará con gran admiración de
los allí presentes. Sin embargo, no se ha de administrar este
medicamento si el enfermo tiene fiebre alta.

229. Seguramente que el lector de mediana cultura se apresurará a


pensar que no se concibe cómo hombres al parecer de buen
entendimiento, como los que practicaron el arte espagírico,
fuesen capaces de desbarrar tan desatinadamente en lo tocante a
la virtud terapéutica de las plantas medicinales, o mejor dicho,
que exageraron esta virtud hasta el extremo de atribuir a la
celidonia una eficacia semejante a la legendaria del famoso
bálsamo de Fierabrás.

230. Sin embargo, mayor será la estupefacción del lector al saber


que todo ese relato de las propiedades curativas de la
quintaesencia de la celidonia es nada menos que del célebre y
famoso mallorquín Ramón Lulle, hombre de vastísima cultura, a
quien no sería justo tildar de alucinado y visionario.

231. De todos modos, y fuere lo que pudiere y valiere, basta


imaginar lo que sería la quintaesencia de la celidonia
administrada osmoterápicamente en las enfermedades crónicas,
cuando el enfermo no sobreviene febril sino apirético y
esperanzado en la curación de su mal.

232
5. Extracción de la quintaesencia de las plantas según el
procedimiento de Felipe Ustade. Se desmenuza la planta y se
tritura en mortero de mármol con una décima parte de su peso en
sal común completamente pura y se echa la mezcla en un matraz o
se pone en circulación para fermentar durante cuarenta días,
sometida al baño vaporoso.
Al cabo de este tiempo se destila el líquido en baño María
con alambique de pico, a fuego lento, que se va aumentando poco a
poco hasta el tercer grado. Se guarda aparte el líquido
destilado, y se extrae las heces para pulverizarlas en el mortero
de mármol, y el polvo resultante se vuelve a poner en el
alambique ciego con el líquido destilado para volver a destilar
en baño María, disminuyendo el fuego hasta el grado medio. Se
repiten por tres veces las operaciones de mezclar, digerir y
destilar, disminuyendo cada vez la intensidad del fuego, hasta el
primer grado, y que la segunda digestión sea de 21 días, la
tercera de 14 y la cuarta de 8.
Después de esta última digestión, se ha de poner todo en
circulación en el baño de vapor de primer grado, o al Sol en
verano durante 40 días, y al cabo de este tiempo destilar. con
alambique de pico en baño María.
A este punto se calcinan la tercera parte de las heces,
lixivian las cenizas para extraer la sal, que se disuelven en el
líquido destilado y se pone todo en circulación durante siete
días. Después se destilará por tres veces, y al rectificarlo
tendremos la quintaesencia de la planta o de las partes de la
planta así tratadas.

233
6. La quintaesencia de las flores del árnica montana. Planta
no muy conocida de los antiguos espagíricos, promete ser uno de
los medicamentos más eficaces de la osmoterapia, porque según
viene demostrando la experiencia homeopática, posee tal virtud
terapéutica, que no la supera ninguna otra planta medicinal.

234
7. Quintaesencia de las frutas. Entendemos por frutas en
esta ocasión, los frutos que sirven de alimento y a la par de
medicamento dietoterápicamente considerados. Para extraer la
quintaesencia, se cortan en trozos menudos, después de mondos, se
extrae el corazón o el hueso y se machacan con la décima parte de
su peso de sal común muy limpia.
Se pone la mezcla en una cucúrbita con alambique ciego bien
embadurnado y se expone al baño vaporoso o al fuego de paja y cal
para digerir durante cuarenta días, al cabo de los cuales el zumo
flotará sobre las heces y se procederá a las destilaciones según
se opera con las plantas; pero con la notable diferencia de que
no se ha de extraer sal, o mejor dicho, materias minerales, sino
tan sólo se han de triturar las heces para establecer la
circulación.
La quintaesencia de los frutos comestibles es sumamente eficaz en
las enfermedades infecciosas y en las afecciones herpéticas, y
merece especial mención la quintaesencia de la variedad de
manzana llamada reineta.

235
8. Quintaesencia de la miel. Se pone miel de superior
calidad en un caldero de hierro estañado, con la misma cantidad
de agua de fuente, Se cuece a fuego lento, y cuando la masa forma
espuma se quita la espuma y esta operación se repite por nueve
veces hasta que asuma la consistencia de miel.
Se pone en circulación esta miel en primer grado del baño
María durante 40 días, y después de este tiempo se pone en una
cucúrbita de vidrio alta y larga para destilar con alambique de
pico.
Si el líquido no aparece, se ha de envolver la cucúrbita en
lienzos mojados, y saldrá un líquido claro que conviene guardar
porque es muy eficaz contra la calvicie y para evitar la caída
del cabello o renovarlo si cae.
Después saldrá un líquido amarillo de oro, muy a propósito para
teñir el pelo y suavizar las llagas. Saldrá por último un líquido
rojizo, que se mezclará con los dos anteriores para circular la
mezcla durante siete días, y destilarla luego por tres veces, y
en la cuarta destilación apartar el primer líquido y redestilar
por cuatro veces el líquido restante.

236
9. Quintaesencia de las plantas aromáticas. En una caldera
de hierro estañado se vierten 15 litros de buen vino blanco y
destilarlo en baño María hasta que se reduzca a 4 litros. Con
otro vino blanco se repite la misma operación, de modo que entre
las dos operaciones se reúnan los 15 litros de alcohol etílico,
el cual se destila a fuego lento hasta reducirlo a la mitad.
Se vierte este alcohol en la cucúrbita y se le destila
prolongadamente de modo que se elimine toda la flema. Después se
redestila por cuatro veces en baño María y después de la
destilación se añaden tres granos de madera de áloe y otros tres
de carnanun y diez granos de cinamomo, nuez moscada, jengibre
blanco y pimienta (diez granos de cada).
Todos estos ingredientes se han de pulverizar, y colados en una
vasija que después se ha de tapar herméticamente, se exponen al
baño María durante ocho días y después se destilan a fuego lento
por alambique de pico.
El líquido destilado se echa en una cucúrbita de cuello
largo y se añaden cinco granos de clavo de especia y otros cinco
de ámbar gris, todo muy bien pulverizado. Hecho esto, se tapa la
cucúrbita y se somete al baño María durante 15 días a fuego suave
y continuo.
Al cabo de este tiempo se separa el líquido de las heces y
se vuelve a destilar por tres veces a fuego lento, y al final de
la tercera destilación, se aviva el fuego, y se deja luego
enfriar el líquido resultante, que será una quintaesencia de
segunda calidad.
Para obtenerla de primera, se han de extraer las heces
resultantes de la tercera destilación y desecaras a fuego vivo en
vasija de tierra, y una vez secas se pondrán en circulación muy
bien mezcladas con el líquido destilado durante siete días; y
después vuelta a destilar cuatro veces, desecando cada vez las
heces, y por fin se destila tan sólo el líquido en tres últimas
destilaciones a fuego lento.
Afirmaban los espagíricos que no había enfermedad húmeda o
fría esto es, sin fiebre, capaz de resistir a la acción
terapéutica de esta quintaesencia.

237
10. Tintura de coral. Aunque el coral no pertenece a la
botánica, damos esta noticia porque la tintura de coral está
admitida entre los medicamentos homeopáticos y por tanto ha de
tener también eficacia en osmoterapia. Se utiliza al efecto un
coral duro, compacto, de rojo intenso; se le reduce a polvo
impalpable, se le echa en un matraz y se vierte encima el primer
disolvente (cuya preparación expondremos al final) en cantidad de
60 gramos.
Se remueve la masa y se vuelven a verter otros 60 gramos del
primer disolvente. Se tapa el matraz y se pone a digerir durante
tres semanas en fuego de paja y cal viva, a cuyo término se abre
el matraz, se decanta el líquido en otra vasija que se tapa
herméticamente y se guarda. Se vuelve a echar disolvente sobre el
coral que aún quedó en el matraz, y proseguir la alternativa de
digestión y extracción hasta que el disolvente no salga teñido.
A este punto, se mezclan todos los líquidos teñidos que se
han ido guardando, se filtra la mezcla y luego se echa en una
cucúrbita que se someterá a fuego de ascua moderado. Saldrá toda
la flema y en el fondo de la cucúrbita quedará un polvo rojo que
contiene toda la virtud terapéutica del coral, pero que no es
todavía la tintura.
Dicho polvo se echa en un pelícano y se vierte encima el
segundo disolvente (cuya fórmula daremos al final) de modo que
llegue a un nivel de seis dedos. Se tapa herméticamente el
pelícano y se somete al baño María en digestión durante cuarenta
días, y el disolvente se teñirá de modo que sea la tintura de
coral, que se filtrará y en seguida se echará en una cucúrbita en
la que se guarde como uno de los más eficaces medicamentos de la
terapéutica espagírica.
El primer disolvente se prepara como sigue: Se mezclan dos
kilogramos de tártaro puro y pulverizado con 500 gramos de
vitriolo de Marte. Se echa esta mezcla en un matraz de suficiente
cabida y se vierte encima litro y medio de agua vitriólica
impregnada de su esencia sulfurada volátil. Se adapta al matraz
una vasija de enlace; embetunar las junturas y ponerlo en
digestión a baño vaporoso durante siete días.
Se vierte el producto de la digestión en una cucúrbita que
se habrá de embadurnar con arcilla hasta medio cuerpo, porque se
la ha de someter a fuego de reverbero después de bien tapada
herméticamente, adaptando un recipiente con las junturas
embetunadas.
El fuego se ha de ir graduando, que será suave mientras las
gotas vayan siguiendo unas a otras; pero en cuanto cese el goteo
se avivará el fuego mientras vayan pasando todos los vapores y
cuando hayan pasado se apaga el fuego y se deja enfriar la
instalación. Se filtra el resultado de la destilación para
separar el aceite de tártaro y se rectifica el líquido en fuego
de ceniza hasta sequedad.
El segundo disolvente, llamado también "agua temporada" se
prepara mezclando partes iguales de espíritu de vino y espíritu
de sal.
Se destila esta mezcla en alambique de pico en fuego de
cenizas hasta que se combinen ambas materias.
238
11. Síntesis teórico-práctica de la extracción de la
quintaesencia de las plantas. Daremos ahora otra explicación lo
más clara posible acerca del procedimiento que se puede emplear
en la mayoría de los casos de extracción de quintaesencias. Es un
principio fundamental, que toda materia está dotada de energía,
por lo que cabe considerar la materia como un cuerpo cuya alma es
la energía.
Ya dijimos en otro lugar, que Santo Tomás de Aquino reconoce
en los vegetales un alma vegetativa y en los animales un alma
sensitiva y en el hombre un alma racional. Parafraseando estos
conceptos podemos decir que todo ser está constituido por la
íntima unión de una sustancia vital-activa y una materia neutro-
pasiva, esto es, el alma y el cuerpo, lo puro y lo impuro, el
espíritu y la materia o la esencia y la materia.
La vida y la virtud están contenidas en la sustancia vital o
esencia que anima a la materia corporal que retiene y fija la
sustancia. Por lo tanto, para extraer en puridad el principio
activo de una planta o de una materia vegetal es necesario
separar la sustancia esencial de su cuerpo material impuro y
grosero, que aprisiona al alma de la planta y la retiene hasta el
punto de neutralizar su acción.
El alma no es capaz de actualizar toda la potencia de su
virtud más que cuando está separada de su cuerpo, y para que esta
separación se efectúe normalmente se ha de reducir el compuesto
(la planta o materia vegetal) a sus elementos componentes.
A esta retrogresión la llamaron los antiguos desintegración
de la materia o involución, a lo que debió de preceder la
evolución que dio por resultado toda la integración, pues si bien
se mira, toda generación tiene por antecedente una fermentación o
putrefacción.
En los vegetales, la generación proviene de una humedad
cálida primaveral, que en el seno de la tierra corrompe la
semilla y la desintegra para que sean capaces de germinar. La
retrogresión de la planta o de la materia vegetal a sus elementos
componentes no es otra cosa que la destrucción de su forma para
el retorno al caos primitivo, entendiendo por caos el estado
precedente a la concentración. A este caos se le denomina agua
primordial y contiene en potencia o estado embrionario los
elementos de la vida y de la forma.
Por lo tanto, es necesario ante todo corromper el compuesto
mediante la humedad que provoque la fermentación y desintegre los
componentes hasta reducir el compuesto a su principio elemental.
Las operaciones al efecto son las siguientes: Se toma una
cantidad prudencial de la planta recién cosechada, se desmenuza y
se echa en un matraz con algo de agua pluvial cuidadosamente
filtrada, de modo que el contenido no exceda de la mitad de
cabida del matraz.
Se tapa herméticamente este matraz y se expone durante 40
días a la acción uniforme, lenta y continua del vapor de agua o
cualquier otro calor húmedo. Al cabo de dicho tiempo, la
desmenuzada planta se habrá convertido en una masa o pasta
informe empapada en líquido caótico. El residuo o heces que
quedan en el fondo del matraz se sacan para exprimirlas de modo
que suelten el líquido que aún contengan, el cual se añade al ya
existente, derivado de la digestión o maceración de la planta
durante la cuarentena.
El líquido resultante de la mezcla se filtra para
clarificarlo. Se coloca el líquido filtrado en otro matraz, junto
con otra porción de la misma planta, que se habrá tenido
dispuesta, y después de cerrado herméticamente se expone a la
acción uniforme, lenta y continua del vapor de agua o de otro
calor húmedo, durante treinta días, a fin de provocar la
fermentación. Se decanta y se filtra el líquido resultante al
cabo de los treinta días y se vierte en una vasija que se tapará
herméticamente para ponerla a digestión en baño María durante
ocho días.
Al cabo de este tiempo se destilará el líquido a fuego lento
y uniforme a fin de que destile lentamente y sin agitación; y
cuando la destilación se enlentezca se avivará el fuego
gradualmente con mucha delicadeza y sutilidad.
Cuando haya salido toda la flema o líquido insípido, se
pondrá aparte para destilar el líquido espirituoso o remanente, y
una vez destilado este líquido espirituoso, se avivará el fuego
para que salga el aceite esencial, que también se pondrá aparte.
Hecho todo esto, se sacarán las heces del fondo de la vasija
y se calcinarán hasta reducirlas a cenizas, las cuales se
disolverán en la flema y en el líquido que sin ella se separó al
principio de la destilación.
La disolución se filtra y se calienta en una vasija ancha y
llana, de modo que por evaporación queden cristalizadas las
materias minerales. Estos cristales se lavan y se funden en agua
pluvial clarificada por filtración y se evapora la solución para
obtener la sal pura y diáfana. De esta suerte se logran los tres
principios constituyentes de la planta convenientemente
separados: el espíritu o mercurio, la esencia o azufre y las
materias minerales o sal.
Ahora nos daremos cuenta de que cuando los espagíricos
hablan de mercurio, azufre y sal, no se refieren en modo alguno
al metal mercurio ni al metaloide azufre ni a una sal
determinada, sino que son los nombres simbólicos y arbitrarios
que en su esotérico lenguaje dieron respectivamente al espíritu o
líquido espirituoso, a la esencia o aceite esencial y a las
materias minerales de la planta.
El líquido espirituoso se ha de destilar sucesivamente hasta
que asuma el mayor grado posible de pureza y sutilidad.
La sal se ha de disolver en el aceite esencial y la solución
se pone a digerir en pelícano a fuego suave durante quince días,
a fin de que el aceite quede impregnado de la parte volátil de la
sal, y queden íntimamente unidos, y entonces se mezcla con el
líquido espirituoso y se rectifica por tres veces el líquido
resultante, que será la quintaesencia constituida por la unión de
los tres principios elementales de la planta: el mercurio o
espíritu; el azufre o aceite y la sal o volátil. Toda
quintaesencia ha de estar constituida por los tres principios
elementales de la planta y no solamente por el espíritu. como
equivocadamente han creído algunos experimentadores.
Además, para que la quintaesencia tenga eficacia terapéutica
es indispensable haber cosechado la planta en correspondencia con
su relación astral.

239
LOS DISOLVENTES

Los líquidos que se emplean como disolventes en las


operaciones espagíricas relacionadas con la obtención de las
quintaesencias, se llaman también menstruos, sin que por ello
tengan nada que ver con el cielo menstrual.
Los espagíricos habían observado experimentalmente tras
persistentes pruebas, cuáles eran los líquidos más eficaces para
disolver las materias vegetales según la índole de cada una de
éstas, y no estará de sobra citar las fórmulas o técnicas
operatorias para la obtención de los disolventes.

240
1. El agua pluvial era uno de los más sencillos y comunes
disolventes; pero dominados los espagíricos por sus
preocupaciones filosóficas dieron algunas reglas que consideraron
indispensables para su mayor eficacia disolvente. No servía para
el caso toda agua de lluvia. Era necesario guardar en cisterna,
aljibe o alberca destinada al efecto, el agua de tempestad
sobrevenida por los alrededores del equinoccio de primavera o en
pleno estío.
Para mayor comodidad, en vez de aprovechar el agua de
cisterna o aljibe, colocaban a cielo abierto un tonel con algo de
salitre en el fondo, en cuanto amenazaba tempestad, para recoger
el agua pluvial.
Cuando el tonel estaba ya medio lleno, lo apartaban de la
lluvia, y al cesar la tormenta dejaban el tonel con el agua
recogida, expuesto durante 15 días al aire libre, y después la
filtraban y la embotellaban herméticamente. Esta agua pluvial era
el disolvente preferido en el tratamiento operatorio de
determinadas especies de plantas, así como también la preferían
al agua de fuente para lavar las plantas y las materias minerales
resultantes de la incineración de las heces.
Pero por extraño que nos parezca a los modernos, también
extraían los antiguos del agua de lluvia, de tal manera recogida,
un espíritu volátil que era maravilloso disolvente. Al efecto,
después de filtrada la destilaban en una vasija de vidrio con
serpentín que pasaba a través del tonel.
Por de pronto, sólo se destilaban las dos terceras partes
del agua y después se volvía a destilar hasta reducir el agua a
la décima parte de su primitivo volumen, con lo que se obtenía el
espíritu. Si se quiere obtener la quintaesencia de este espíritu,
se ha de mezclar con una parte igual de agua de lluvia
fermentada, y destilar el espíritu que se volverá a poner con su
agua, y por fin destilar el espíritu por tres veces para
reducirlo y rectificarlo.
De todo esto se saca en clara, por lo que a la práctica de
la osmoterapia se refiere, que en las operaciones necesarias para
obtener las quintaesencias de las plantas será muy eficaz
disolvente el agua pluvial recogida en día lluvioso, y
embotellada herméticamente después de la filtración.

241
2. Disolvente de vinagre. Se mezclan tres litros de vinagre
de yema previamente destilados con medio kilo de crémor tártaro y
se echan en un matraz puesto a digerir durante 15 días en baño de
vapor. Después se procede a la destilación en retorta con fuego
de arena que se avivará al fin de la operación, señalado por el
agotamiento. Se calcina el residuo, y añadiendo a las sales
resultantes 250 gramos de crémor tártaro puro, se pone todo en
una retorta para destilar repetidamente (a la destilación
repetida sucesivas veces se la llama cohobar) tantas veces
cuantas el líquido resultante entrañara sal fija, lo cual sigue
ocurriendo hasta la décima destilación en que cesa de arrastrar
sal el líquido espirituoso.
Se mezcla entonces este líquido sin sal con el obtenido en
la primitiva destilación y se destila lentamente por tres veces,
avivando el fuego en la tercera destilación.
El líquido es capaz de disolver los metales mayormente
empleados en las operaciones espagíricas.

242
3. Disolvente de Starkey. Mezclar partes iguales de crémor
tártaro y de colcotar de vitriolo romano (lo que hoy se llama
sulfato de hierro) completamente despojado de su sal. Se hierve
la mezcla hasta la total evaporación de la humedad, y la masa
residual se funde en el crisol. Se volatiliza este sulfato por
mutilación y regeneración, y después se le destila y rectifica,
de lo que resultará un líquido balsámico de color verde pálido.

243
4. Disolvente filosófico. Daban los alquimistas el
calificativo de filosófico a toda operación o producto de sus
operaciones, efectuadas con arreglo a su arte, y de aquí que
llamaran piedra filosofal a la sustancia en que esperaban tener
la clave de la transmutación de los metales.
Este disolvente filosófico se empleaba especialmente en la
extracción de la quintaesencia de las plantas. Se han de reunir
muchas clases de semillas, entre ellas las de anís, comino,
hinojo, aneto, alcaravea, nuez moscada, menta piperita, badiana,
melisa, celidonia y árnica montana.
En cuanto a la cantidad de dichas semillas, no hay tipo
fijo, sino que se computará según la posibilidad de su
adquisición, de modo que se equilibre en lo posible el número de
cada semilla.
Se machacan en un mortero de mármol y se echan después en un
matraz con un poco de salitre (nitrato potásico). Sobre la masa
se vierte alcohol etílico en cantidad suficiente para que cubra
niveladamente la masa, y se pone a digerir bajo la acción del
baño de vapor durante cuarenta días, a cuyo término se destilará
una sola vez y se retirará el líquido resultante de la
destilación.
Sobre el residuo se vierte ahora espíritu volátil de agua de
lluvia, en la misma cantidad que antes había de alcohol etílico.
La mezcla se digiere durante cuatro días en baño de vapor.
Después se destila por tres veces, y el líquido resultante de la
tercera destilación se mezcla con el que se había retirado de la
destilación primitiva y se pondrá a digerir en pelícano durante
tres días, al cabo de los cuales se destila y rectifica por
última vez.
Este disolvente es capaz de extraer la quintaesencia de
cualquier planta.
Conviene advertir que cuando se trata de materia vegetal
dura, como madera, corteza, semillas recias, etc., bastará
emplear por disolvente el agua de lluvia sencillamente filtrada,
según dijimos al describir la producción de este disolvente, o
también podrá servir el agua de fuente, con tal que se le
disuelva un poco de salitre.
El agua de lluvia con mezcla de crémor tártaro suaviza los
purgantes mucilaginosos como el sen y el ruibarbo.
Por lo que pueda servir, añadiremos que según los espagíricos, si
en el mes de marzo se recoge el rocío de la mañana y se destila,
se obtiene un líquido tan eficaz que llega a disolver el oro.
Esto nos parece algo imaginario, porque precisamente el
disolvente específico del oro era y es todavía el agua regia,
mezcla de ácido nítrico y sulfúrico.
También parece ser un eficaz disolvente el álcali volátil
(amoníaco) digerido con espíritu de vino (alcohol etílico).

244
5. El disolvente universal. Actualmente el disolvente
universal es el agua; pero esta calificación no es exacta, porque
hay muchos cuerpos insolubles en el agua, aunque la gran mayoría
sean solubles en este misterioso líquido, que obra como sangre
del planeta con las corrientes por arterias.
En el siglo XXI, los sucesores de los alquimistas se
dedicaron con empeño a la obtención de disolventes adecuados a
sus operaciones.
El médico belga Juan Bautista Van Helmont, nacido en
Bruselas en 1577 y muerto en 1644, abarca una época en que la
fisiología humana adelantó notablemente, y entre sus adelantos
merece mención el descubrimiento del jugo gástrico, realizado por
Van Helmont, quien como todos los médicos de su tiempo se afilió
a la escuela de Paracelso, por lo que se le cuenta entre los
discípulos de este famoso maestro, aunque no se conocían
personalmente, pues Helmont nació cuando ya hacía 36 años de la
muerte de Paracelso.
Sin embargo (la influencia de Van Helmont en los campos de
la medicina y de la química fue tan viva como fuera la de
Paracelso, y en lo que atañe a la química sólo nos interesa saber
que pretendía haber encontrado el disolvente universal, al que
denominó Alkaest, pero no quiso revelar la composición de este
disolvente, sino tan sólo declaró que era capaz de desintegrar en
sus principios elementales las materias vegetales, sin que por
ello perdieran las semillas su virtud vegetativa.
No se adscribió Van Helmont personalmente el mérito de
semejante hallazgo, sino que manifestó haberlo descubierto en los
trabajos de Paracelso; pero de las obras de este filósofo químico
sólo se infiere que trata de las ocultas propiedades de un
líquido, sin darle el nombre de Alkest.
En resumen, resultó que Van Helmont, aunque se mantenía mudo
en cuanto a la composición del disolvente universal, expuso
algunas reglas concernientes a las operaciones relativas a la
extracción de las quintaesencias de las plantas, y entre ellas se
destaca la de valerse de los álcalis volatilizados y preferir a
todas las sales el crémor tártaro, que volatilizado entraña
propiedades tan valiosas como las que se atribuyen
misteriosamente a otras sustancias.
Por lo referente a las propiedades terapéuticas de dicha
sal, dijo Van Helmont que sobresalían las resolutivas y
detersivas, esto es, que en su cuarta digestión o sutilización
resuelve y disuelve cuantas aglomeraciones morbosas encuentra en
las vías digestivas.
Añade Van Helmont que el crémor tártaro sutilizado resuelve
las más obstinadas obstrucciones y disipa en consecuencia la
causa ocasional de las enfermedades, pues limpia el organismo de
todas sus impurezas.
Termina Van Helmont diciendo que el espíritu de los álcalis
volátiles tiene tan admirable cualidad resolutiva, que en el
organismo humano cura las dolencias más tenaces y remite todas
las fiebres.
Desde luego que mucha exageración ha de haber en estas
declaraciones, pero algo de verdad también en ellas, porque
tenemos a su favor el testimonio de algunos médicos que
emprendieron experimentalmente la eficacia terapéutica del
espíritu de los álcalis volátiles.
No será inútil que la osmoterapia indague por experiencia lo
que pueda haber de cierto en las propiedades terapéuticas del
crémor tártaro a dosis infinitesimales.

245
LOS ÁLCALIS VOLÁTILES

1. Varios procedimientos expone Van Helmont para volatilizar


los álcalis, y entre ellos sobresale el que se basa en los
aceites vegetales obtenidos por expresión. Los aceites hervidos
en lejías alcalinas forman un jabón que de por sí no contiene
mucha sal volátil, mientras que los residuos o heces (caput
mortuum) contienen mucha sal fija.
Los aceites esenciales, esto es, los obtenidos por
destilación son demasiado volátiles para sufrir la ebullición
mezclados con las lejías alcalinas para elaborar jabón. Pero aquí
Van Helmont señala un procedimiento secreto para que los aceites
destilados y la sal de tártaro no se reduzcan a jabón sino a una
sal volátil diáfana soluble en el agua.
En dicho procedimiento, una parte del álcali transmuta en
sal dos o tres partes del aceite, sin dejar oleaginosidad, aunque
una pequeña porción de aceite se transmuta en resina.
Disuelta en agua la sal obtenida, y evaporada la disolución,
cristalizará la sal con el mismo color de la planta de que se
extrajo. La temperatura conveniente para esta operación no ha de
exceder de la del ambiente en la estación primaveral, porque
gracias a esta temperatura, la sal recibe del aceite una
determinación fermentativa, al paso que los aceites la reciben de
la sal, de lo que resulta una sal volátil moderada, con una
propiedad diurética y detersivo recibida del álcali y una
propiedad balsámica recibida del aceite.
Puede así considerarse la sal volátil como un elixir capaz
de destruir los venenos vegetales (toxinas) existentes en el
organismo humano. Sirve también para obtener sales volátiles de
plantas que no contienen aceite esencial, como el eléboro, la
jalapa, la brionia, la énula campana, las cuales modificadas de
esta suerte, no sólo conservan sus peculiares propiedades
terapéuticas, sino que añaden a ellas la del elixir, que ya de
por sí es un bálsamo de suma eficacia en los casos desesperados.
El procedimiento que Van Helmont llama filosófico es el más
apropiado para que la sal volátil extraída de la planta tenga
efecto medicinal incomparablemente superior al de las sales
extraídas de las cenizas de la planta.
Relacionando el procedimiento espagírico de Van Helmont, con
lo que actualmente se hace en punto al aprovechamiento de las
sales o mejor dicho materias minerales (pues químicamente no
todas han de ser sales) nos hemos contraído a indagar cuántos y
cuáles elementos minerales o inorgánicos forman parte de nuestro
organismo corporal, y adquirir por experiencia biológica el
conocimiento fundamental en terapéutica clínica de que dichas
materias minerales, que en rigor pueden reducirse a una veintena
de cuerpos llamados elementos en química inorgánica y sus
combinaciones, que no se comportan en el organismo de la misma
manera que en el laboratorio, esto es, que. por ejemplo, el
hierro, el fósforo, el potasio, el sodio y el cloro actúan en el
funcionamiento del cuerpo como minerales orgánicos, y por lo
tanto son mucho más eficaces los que se ingieren con los
alimentos vegetales, que también los contienen en forma orgánica.
De aquí el reiterado y no siempre seguido consejo de no
desperdiciar como si fuese desecho inútil el caldo resultante de
la cocción de verduras y legumbres, porque precisamente dichos
caldos contienen las materias minerales necesarias para la
nutrición del organismo.
Los esperanzados en la práctica clínica de la Osmoterapia
han de tener en cuenta tan significativa circunstancia, pues
acaso haya medio de sustituir las materias minerales extraídas de
las cenizas de las plantas hasta el mismo grado que alcanzaban en
el procedimiento de Van Helmont, sin necesidad de tan engorrosas,
delicadas y costosas operaciones.
Los espagíricos nos dan la idea fundamental, pero a los
modernos investigadores compete la no sencilla tarea de encontrar
mucho más viables y cortos procedimientos de obtención.

246
2. Procedimientos de Starkey. Dice este aventajado discípulo
de Van Helmont, que dos son los procedimientos más eficaces para
la volatilización de los álcalis: el de alcoholización y el de
elixiración.
La alcoholización consiste en digerir conjuntamente un
espíritu volátil y un álcali fijo, de suerte que de la
combinación de ambos resulte un producto del uno y del otro.
También se puede operar en el sentido de que así como en
tiempo de Starkey se conocían tres especies de espíritus: el
ácido, el alcalino y el vinoso (alcohol etílico) es posible
obtener tres especies de álcalis alcoholizados, a los que los
espagíricos dieron las rimbombantes denominaciones de arcanum
ponticitatis, arcanum microscomi y arcanum samech.

246
La elixiración se efectúa mediante la digestión conjunta de
un aceite destilado con un álcali, a fin de que resulte una sal
volátil de la naturaleza del aceite empleado. En vez del aceite
se puede recurrir a una tintura esencial
La operación menos engorrosa es la referente al arcanum
ponticitatis. Consiste en verter un ácido sobre un álcali hasta
saturación, de modo que provoque efervescencia, y destruyendo la
ardorosa corrosión del álcali lo haga volátil. Sin embargo, este
resultado se obtiene al cabo de reiteradas cohobaciones
(actuaciones) del ácido sobre el álcali, y proceder a la
destilación hasta agotamiento.
Después se vierte más ácido sobre las heces o residuos de la
destilación, hasta que queden bien empapados, y se destila
entonces a fuego vivo, hasta que salga todo el álcali con el
espíritu ácido.

247
Se pueden emplear como ácidos los que a la sazón se llamaban
espíritu de vitriolo, espíritu de sal y espíritu de nitro; pero
no se les escapó a los espagíricos la observación de que la
acidez de los espíritus de nitro y de vitriolo es muy diferente
de la acidez del jugo gástrico, que es un principio fermentativo
(según la opinión de la época) por lo que advirtieron la
necesidad de buscar un medio de que la acidez gástrica
transmutara en su propia índole las otras acideces, porque la
acidez gástrica es capaz de neutralizar o de extinguir la índole
corrosiva de un álcali si es de naturaleza minera¡ y no está en
exceso en el medicamento administrado (el caso de las naranjas,
limones y frutas ácidas que tanto asustan a los que desconocen el
proceso de su metabolismo).
Por lo tanto, se ha de obtener una sal neutra muy pura, sin
acrimonia, que por prolongada digestión con la esencia de una
planta o de una materia mixta vegetal se transmute en sutil y
suave y que por su volatilidad exalte la eficacia del medicamento
con el cual penetra en el organismo hasta en su máximo grado de
sutilidad.
Sin embargo, el mejor procedimiento es el de los aceites
esenciales y de los líquidos espirituosos vegetales, de índole
más noble que los ácidos minerales.

248
Los álcalis y los aceites esenciales, cuando están bien
obtenidos, parece como si se atrajeran por amorosa afinidad, y
cuando la mezcla se halla en estado de pasta jabonosa, exhala un
olor amoniacal característico.
Se ha de proseguir la digestión en alcohol hasta que la
mezcla se disuelva sin que forme espuma grasienta, y queden
álcali y esencia, íntima e inseparablemente unidos. Se rectifica
la solución a calor moderado y aparecerá primero un líquido
espirituoso ardiente con el olor y sabor del aceite, y cuando
haya salido la flema insípida quedará en el fondo de la retorta
un elixir balsámico tinto.
Cuando el líquido espirituoso ardiente esté del todo
desprovisto de flema, se mezclará con el elixir y se pondrá a
digerir hasta que se unan íntimamente.
Mas si se quiere obtener un elixir perfecto, se ha de
desecar y cristalizar dicha anulixación, sin añadir otra cosa ni
someterla a la acción del calor. Entonces se la nutre con el
aceite hasta que haya absorbido tres veces su volumen.

249
3. Para volatilizar la sal de tártaro. Se disuelve crémor
tártaro muy blanco en vinagre destilado. Se filtra la disolución
y se evapora hasta película. Después se mezcla con dos veces su
volumen de arena blanca y fina. Se calienta la mezcla en
reverbero durante doce horas en una vasija de hierro no
barnizada. Se disuelve en vinagre esta mezcla reverberada. Se
filtra, se evapora, se vuelve a reverberar y disolver, en tanto
que la sal esté blanca como la nieve.
Se vuelve a disolver la sal en vinagre destilado; se evapora
en baño María y se vuelve a disolver hasta que el vinagre tenga
sabor acre y picante. Se deseca suavemente la sal y se le añade
su mismo peso de alcohol etílico y se pone a digerir la mezcla.
Después se destila a fuego lento y se vuelve a añadir alcohol
etílico para digerir nuevamente y se prosiguen estas operaciones
mientras el alcoholato salga tan fuerte como cuando se añadió. Se
evapora suavemente y se sublima la sal a fuego graduado y se
guarda en vasija hermética.

250
4. Otro procedimiento para volatilizar la sal de tártaro. Se
coloca en un matraz de vidrio una solución saturada de sal de
tártaro con su propio espíritu, y se destila la solución hasta el
agotamiento. Se saca el resto de sal que haya quedado en el
matraz, para calcinarla en el crisol a fuego de fusión.
Esta sal al matraz y verter sobre ella el líquido resultante de
la primitiva destilación. Se vuelve a destilar hasta siete veces,
de modo que la sal fija haya absorbido todo el espíritu de
tártaro. Se vierte entonces espíritu de vino y se destila hasta
que la sal fija haya absorbido todo el espíritu de Vino.

251
5. Tercer procedimiento para volatilizar la sal de tártaro.
Se mezclan partes iguales (50º gramos de cada) de sal de tártaro
y de salitre y se echa la mezcla en una marmita de hierro muy
limpia y se la hace detonar con una ascua de carbón, sin cesar de
remover la masa con una varilla de hierro hasta que asuma color
blanco.
Para obtener el álcali de tártaro puro se le ha de calcinar en el
horno hasta que forme una masa blanca, y entonces se pone en un
crisol en horno de viento el tártaro calcinado con el salitre,
según antes se dijo, hasta que se funda, y una vez fundido se
vierte en un mortero de bronce previamente calentado, y formará
una masa alcalina que fundirá a la temperatura ordinaria. Se
disuelve esta sal calcinada en agua hirviente, sin cesar de
agitar, y se deja en reposo para que se clarifique sedimentando
las impurezas en el fondo de la vasija. Se decanta suavemente el
liquido clarificado y se evapora hasta sequedad.
Para tener la sal completamente pura es necesario tomar la
disolución de una de las sales antes de la evaporación, y
mezclada con igual cantidad de cal viva, dejando fermentar la
mezcla durante quince días en una vasija de gres tapada. Se
decanta suavemente el líquido clarificado y se evapora hasta
sequedad en vasija muy limpia.
Se obtendrá una sal volátil blanca y pura. Se ha de poner esta
sal a digestión lenta con el aceite obtenido por expresión de la
planta escogida.

252
6. Elixir Samech según Starkey. Según declara el autor de este
elixir, se obtiene por la unión de un álcali volatilizado por un
aceite esencial, con otro álcali volatilizado por el alcohol
etílico. Conviene advertir que Samech es el nombre del elixir y
no una sustancia o materia o ingrediente.

La operación consiste en destilar reiteradamente el aceite de


trementina con esencia viva hasta la perfecta unión, mezclando en
seguida sal de tártaro para extraer la tintura. Con espíritu de
vino aromatizado con canela. Después de disolver el elixir en
este espíritu de vino, separado por destilación, se desfleman el
espíritu y el elixir y en seguida de desflemados se mezclan
íntimamente, Hecho esto, se tomará un poco de azafrán, otro de
mirra y otro de áloe, para reducirlos a polvo que, mezclado con
su mismo peso de tártaro, se pondrá a digestión tan activamente
que dejen su tintura corregida y exaltada. Esta tintura, extraída
por el alcohol aromatizado con la canela, se ha de añadir al
elixir, de cuya mezcla se obtendrá un líquido espirituoso de
agradable olor, de modo que el bálsamo y el espíritu, unidos por
una secreta digestión, producirá un elixir equivalente al
obtenido por el Alkaest.

253
7. Otro disolvente universal. Aunque desconocemos cuál
era la composición química del famoso y problemático Alkaest de
Van Helmont, de cuya autenticidad muchos dudan, daremos por si
algún curioso espagírico moderno quiere probarla, una fórmula
para obtener un disolvente universal.
Se toman partes iguales de nitrato potásico y de cloruro sódico,
correctamente purificados, y exponerlas sin mezclarlas a la
acción del aire en noche serena, a fin de que se resuelvan por
delicuescencia. Al día siguiente, o cuando ya se hayan resuelto,
se desecan al calor del Sol y se vuelven a exponer a la serena,
repitiendo las operaciones hasta que ya no sean capaces de
delicuescencia.
Entonces se echan ambas sales en un matraz de cuello largo con la
cuarta parte de su volumen en limaduras de estaño y se vierten
sobre la masa seis partes de álcali volátil o espíritu amoniacal.

Así dispuesto el matraz, se tapa herméticamente y se expone


durante tres días a la acción de un suave calor húmedo, y en
seguida verter sobre el álcali vinagre destilado hasta que cese
la efervescencia, y entonces se echa todo el contenido en otro
matraz, que se cerrará herméticamente para que durante siete días
digiera a calor suave.
El líquido resultante se clarificará por filtración, y una vez
clarificado se volverá a colocar en el matraz, con la mitad de
su volumen de espíritu esencial de vino, para digerir durante
siete días, al cabo de los cuales se destilará el liquido por
tres veces y se le mezclará en seguida con igual volumen de
espíritu de agua de lluvia muy sutil.
El conjunto se pone a digerir durante quince días, y luego se
rectificará tres veces, dando por resultado un líquido
quintaesencial muy disolvente, capaz de reducir en sus elementos
primitivos las materias más complejas.

254
8. Utilización del Alkaest, Para separar los principios
elementales de un vegetal, o sea para desintegrarlo, lo primero
que se ha de hacer es lavarlo con agua pluvial filtrada. Después
se le desmenuza y se echa desmenuzado en un matraz largo y
estrecho.
Es necesario que los trozos de la planta estén muy bien enjutos
exteriormente, porque el agua o humedad que quede en la
superficie no pertenecerá al agua propia de la vegetación y hay
que eliminarla.
Se vierte suavemente el Alkaest o disolvente universal por el
cuello del matraz, de modo que el líquido quede a un nivel algo
superior a toda la masa de trozos desmenuzados de la planta. Se
tapa herméticamente el matraz y se expone al Sol o en su defecto
a la acción del fuego de cal viva y heno o paja.
Se deja actuar al Alkaest hasta que, examinado al cabo de algún
tiempo el interior del matraz, se observen varios líquidos
superpuestos. En el fondo estará el Alkaest, de color amarillo
intenso brillante. Sobre este líquido estará en forma de masa
oscura la porción orgánica y terrosa de la planta; sobre esta
masa un líquido verdoso y diáfano; y encima de todo, el aceite
esencial de la planta. La separación de estos líquidos requiere
una mano muy hábil y segura.
Para separar los elementos de un metal, es necesario fundirlo
antes con salitre, bismuto y ácido bórico. Una vez fundido se le
tamiza sobre agua fría para granularlo. Después se lava con agua
hirviendo, se enjuga hasta sequedad y se le coloca en un matraz
de vidrio de paredes gruesas. Se vierte encima el disolvente
universal, se tapa herméticamente el matraz y se pone a digerir a
fuego de ceniza (rescoldo) hasta que los principios elementales
del metal aparezcan superpuestos en capas líquidas, con las heces
en el fondo.

RINOTERAPIA Y OSMOTERAPIA

255
Se trata aquí de mejorar el organismo, acrecentando sus fuerzas
vitales, mediante la administración de ciertos medicamentos
vegetales en precisa naturaleza y cantidad, como defensa actual y
futura de nuestra vida orgánica y psíquica, ya desde nuestro
nacimiento.
Este capítulo fue ya explicado en otra obra pero lo incluimos
aquí ahora aplicado a la sordera o dureza de oído, como
tratamiento preventivo y, en especial, para los sordomudos de
nacimiento y otras anormalidades que deberían y podrían evitarse
actuando ya en las que van a ser madres. (Pronto veremos en
Homeopatía y en Acupuntura cómo se prepara un bebe que ríe de día
y duerme de noche. Y la alimentación del Bebe que debe ser desde
el día 2 de nacido con Chlorella y germinados). Se trata, pues,
de realizar un tratamiento preparatorio antes de concebir al hijo
y que consiste en un régimen de vida natural y desintoxicante del
organismo, que obrará en beneficio de los hijos, evitando el
nacimiento de tantos subnormales como vienen al mundo en los
tiempos actuales.
Naturalmente, las instrucciones que siguen son de aplicación en
distintas dolencias, especialmente las de tipo psicosomático,
pero tienen la misma eficacia como tratamiento casero
preparatorio, con fines preventivos, para antes de la concepción
del hijo y para engendrar hijos sanos y fuertes.
Este tratamiento casero de determinadas dolencias por medio de
los vegetales y otros tratamientos físicos como el quiromasaje,
la quiropuntura, la hidroterapia, etc., se extiende también a la
eficacia que sus jugos, aromas, tisanas, vaporizaciones, vahos,
inhalaciones, etcétera, tienen para el tratamiento de toda clase
de dolencias, no precisamente ni solamente las de orden físico,
sino las de tipo puramente psicosomático, que tanta importancia
tienen en todas las enfermedades que aquejan a la humanidad.
Pero lo que antes era una cosa sin importancia, tomar una
inhalación, un vaho, una tisana, hoy es toda una terapia
especializada a la que médicos tan ilustres como Edward Bach y F.
J. Wheeler han dedicado prolijos estudios y largos años de
práctica, estudios y prácticas que han sido una gran ayuda para
nosotros en la labor de transmutar estas teorías en algo
positivamente práctico y corroborado hoy por todo el mundo,
adaptándolas a nuevas posibilidades curativas al ponerlas en
contacto con el bulbo raquídeo, transmisor y rector de nuestro
sistema nervioso, y por tanto resulta más peligroso, sabiendo la
acción que determinadas plantas, perfumes y vapores pueden
ejercer en nuestra salud, administrarlas sin ton ni son Sin
órdenes previas del médico especializada en medicina natural y
rinocentroterapia, resulta peligroso. Por medio de las plantas
que enumeramos en la segunda parte de esta obra y en adecuadas
dosis más o menos infinitesimales, obrarán de modo reflejo sobre
todos nuestros órganos por medio de los centros bulbares
dispersos en los lugares más estratégicos de nuestro organismo y
regidos, como hemos dicho, por el bulbo raquídeo o médula
oblonga.
Para comprender «algo» de la importancia de esta terapia y su
innegable influencia orgánica, nos remitimos a lo que dice el
doctor Thiais respecto a los éxitos obtenidos por medio de la
rinoterapia en las vías respiratorios, en los trastornos
circulatorios, trastornos digestivos, trastornos genitourinarios,
trastornos nerviosos, trastornos digestivos, trastornos del oído,
etc.
La proximidad del bulbo, el sistema simpático cervical y sus
filetes pituitarios, que tapizan toda la mucosa nasal, y como
cada parte del bulbo raquídeo está directamente relacionada con
determinado punto de la mucosa nasal, puede, por medio de un
aparato de actuarse sobre el bulbo y, por tanto, sobre los demás
órganos del cuerpo y sus dolencias.

PLANO DE LA NARIZ Y DEL BULBO RAOUÍDEO DESDE LA ENTRADA DE LAS


NARINAS CADA VEZ MÁS HACIA ADENTRO Divida en 12 partes desde la
entrada hasta la garganta. Allí están los puntos reflejos que
conectan desde la nariz al bulbo raquideo terminaciones nerviosas
de las siguientes partes del organismo:
1, Ansiedad. 2, Oído. 3, Hígado y páncreas. 4, Estómago. 3,
Riñones. 6 Anafilaxia. 7, Enteritis y constipación intestinal. 8,
Ciática y hemorroides (Almorranas). 9, Vejiga. 10, Secreciones
internas, 11, Aparato genital. 12, Corazón y presión arterial.
13, Asma. 14, Trigémino.

No es, pues, temerario afirmar que no cabe poner en duda las


cualidades terapéuticas de muchas plantas y sus aromas, cuyo
poder curativo o terapéutico ha sido comprobado detenidamente en
estadísticas que obran en nuestro poder, por lo que
osmoterápicamente hemos logrado observar curaciones al parecer
milagrosas y que son solamente el resultado de pacientes estudios
ayudados y dirigidos por la fe en esta rama de la medicina
natural. Fácilmente puede ocacionarse una baja en la tensión por
oler un aceite sintético de los muy usados hoy en día para
odorizar ambientes desde pebeteros donde además reciben
equivocadamente mucho calor.

Con su aplicación osmoterápica se ha logrado aumentar la tensión


superficial de los líquidos fisiológicos por medio de perfumes
polarizados que producen en tejidos y órganos no solamente
modificaciones locales, sino también generales, de notoria
importancia, gracias a las hormonas vegetales.
Así se ha logrado demostrar que los aromas, si son enteramente
volátiles, poseen virtudes dimanantes no sólo de la parte química
del producto, sino de las cualidades físicas, y todos sabemos que
nuestro cuerpo contiene un elevado porcentaje de líquidos con los
que nuestras células, nuestras articulaciones, nuestra médula,
nuestra sangre, etc., se bañan y nutren.
También se ha comprobado que las emociones varían el «olor» el
olor de las personas, pues aunque de momento el sentido del
olfato no lo perciba, «todos» tenemos nuestro olor particular, y
sobre todo en [as mujeres morenas, velludas, el menstruo despide
un olor nauseabundo, y cuando se enojan, encolerizan o se excitan
sexualmente, el sudor expele un hedor repugnante parecido a eI de
los animales de la especie lanar.
Esta transmutación del olor humano al choque psíquico de las
emociones se debe a que la emoción trastorna el sistema nervioso
y éste lo transmite aI bulbo, que a su vez lo retorna o repele
por medio de los centros bulbares cercanos a Ia piel.
Nuestras investigaciones encuentran corroboración en los modernos
experimentos fisiológicos respecto al papel de la cápsula
suprarrenal en los casos de excesivos esfuerzos físicos o de
emociones violentas que nos brindan oportunidad para razonar
respecto de los estados neuróticos conmociónales, y si tanto
influyen en endocrinología, podemos aceptar que los bulbos
medulares tendrán un gran porcentaje en su favor para el estudio
de [os estados psicosomáticos.
No ignoramos que algunos medicamentos son causa de que en la
sangre de Ia futura madre disminuya la capacidad del transporte
de oxigeno, tan necesario para el feto y que trastornan el
metabolismo y el desarrollo de los tejidos embrionarios. De ello
deduce Sontag que «ciertas drogas actúan desfavorablemente en el
desarrollo celular del sistema nervioso del embrión, determinando
un tipo psicológico distinto en el futuro individuo». Imaginemos,
pues, la influencia de los antibióticos y hormonas modernas que,
aplicadas a la madre, actuarán de manera siniestra en el futuro
de su hijo. Y el peor crimen contra la humanidad: la vacunación.
Los trastornos emotivos que en determinado momento nos inhiben o
paralizan nuestros sentidos y movimientos, o nos causan
melancolías o pesares profundos, que atribuimos a la sensibilidad
de nuestro corazón, se deben a la costumbre de creer que el
corazón es el órgano esencial de nuestras pasiones y emociones,
cuando en realidad provienen «de la irradiación bulbar hacia el
aparato cardiovascular, que coincide, asimismo, con la sensación
de ansiedad cerebral» y sobre el oído por ello creemos que
cualquier estado anímico, sobre todo de índole siniestra,
provocará esta reacción de «ansiedad bulbar» que tanto atacará al
cerebro como a los centros nerviosos, órganos pélvicos, y también
puede irradiarse hacia el hígado, riñones, sistema digestivo,
ojos y oídos. Estos trastornos se medicarán diversamente, según
el moderno sistema terapéutico, cuando en realidad son los
centros bulbares los que necesitan equilibrarse para que la
normalidad psicológica se restablezca (oler las carnes mientras
se las cocina, dice el Maestre de la Ferrière y lo afirmamos
igualmente, atrasa la evolución espiritual).
En apoyo de nuestras afirmaciones hallamos que la doctora Dunvar
dice: «La enfermedad es esencialmente una reacción condicionada o
incondicionada a un estimulo», y creemos que este estimulo puede
mejorarse o detenerse influenciando el sistema nervioso,
moderando o activando las reacciones por medio del sistema bulbar
del que depende. También el aumento del ritmo cardiaco, la
irritabilidad nerviosa, las relaciones emocionales o
psicológicas, tienen, según Orlansqui y Deutsch, notable
influencia sobre el feto y se irán desarrollando a medida que
avance la gestación. Estos trastornos nerviosos y psicológicos
dependen del perfecto estado del bulbo raquídeo y bulbo de Rouget
de la madre, y por ello es absolutamente preciso atender a su
perfecto estado funcional.
No deberá olvidarse que en la mujer encinta cualquier estado
conmocional, cualquier «shock» psíquico, afectan al útero y,
aunque los trabajos de investigación a este respecto son bastante
limitados, los neurofisiólogos reconocen la importancia del
sistema neuroendocrino (la Yoga lo dice hace miles de años) en
los estímulos que llegan al útero desde el sistema nervioso
central, el diencéfalo (la histeria es muy conocida), siguiendo
el sistema nervioso autónomo hasta el plejo hipogástrico.

Pero ninguno de los autores enunciados tienen en cuenta que el


sistema bulbar tiene su parte, sobradamente importante para no
olvidarla, en los embarazos y partos, pues tanto el bulbo de
Rouget (bulbo del ovario) como los bulbos del vestíbulo vaginal
(que en forma de membrana están colocados a cada lado de la
vagina) y el bulbo de Kraus, situado cerca o alrededor del
clítoris, están presentes en forma activa tanto en el momento del
coito como durante el embarazo y el parto, por lo que por su
medio puede conservarse la perfecta estabilidad fisiológica de la
embarazada.
De aquí los inmejorables efectos curativos obtenidos con el baño
de fricción de bajo-vientre Kuhne. (Véase Tratamientos.)
Smith dijo: «El útero es el soporte de la raza» , de la misma
manera que el estómago y el corazón son el soporte del individuo,
del perfecto estado del bulbo de Rouget y la membrana del bulbo
vagina¡, depende el equilibrio orgánico del futuro ser en el
claustro materno.
El bulbo cavernoso con su inervación uterina influyen de tal
manera en el «ambiente emocional» del futuro ser que Brown (W.
L.) afirma que viajan por vía propia y a una velocidad especial,
influyendo por medio de la médula espinal (bulbo raquídeo) en el
cerebro, según el «tono emocional» del miedo y del dolor.
Según Adrian ("The organization of de nervous system" Harben
Lectures London), en determinado tramo de la médula, la velocidad
de las reacciones motoras dimanantes de los mecanismos
protectores del miedo y del dolor, ya sea traumática, ya
visceral, se manifiestan por medio del sistema nervioso simpático
y, por contraste, provocan la movilización de las defensas
orgánicas y debemos tener en cuenta que el simpático está bajo la
guía de la médula oblonga, que, a su vez, alimenta todo el
sistema bulbar.
Por ello cabe suponer y aun asegurar que en los estados
conmocionales anteriores al parto como: temor, nerviosismo,
«shocks», o disgustos inevitables, es deber del ginecólogo tratar
de eliminarlos en las pacientes dándoles una sensación de
placentera confianza y alegre y esperanzado valor.
Teniendo en cuenta este punto de vista, los ginecólogos han
aconsejado hasta hoy la anestesia de las parturientas cuyos casos
no se presentan con las máximas seguridades, pero la anestesia en
estos casos causaban no pocas muertes o daño en el sistema
nervioso del feto por asfixia (1) (las estadísticas daban un 50 %
como porcentaje) debido a que su oxigenación ha de ser constante;
y a que los calmantes y drogas amnésicas proporcionadas a la
madre causan lesiones cerebrales en el niño, pues su tejido
cerebral es menos resistente que el del adulto y la anorexia
materna provoca lesiones irreversibles en el sistema nervioso
(2). «La anoxemia dice Haldaneno no sólo detiene la máquina, sino
que la destruye» (3).
También Courville (4 y 5) observó que la anoxia cerebral provoca
alteraciones degenerativas en las células cerebrales, nervios y
vasos sanguíneos, a lo que añadimos. «y también en el bulbo
raquídeo».
Por ello son muchos los ginecólogas, tanto europeos como
americanos, que antes de usar la anestesia usan la hipnosis o
relajación (6) por medio de la sugestión, en beneficio de la
madre y del futuro hijo. Estalbrooks (7) dice: «Cualquier
fenómeno observado en el hipnotismo o en la sugestión
posthipnótica puede obtenerse también por autosugestión».
«Si empleamos el sistema de sugestión posthipnótica, daremos al
sujeto el dominio de sí mismo y hallaremos la explicación de los
partos indoloros observados en muchas pacientes.»
Por nuestra parte, estarnos completamente convencidos de su
inofensividad, y siempre preferimos y aconsejarnos, en lo
posible, a los efectuados bajo anestesia.
Hemos de reducir en lo posible lo que pudiéramos decir que
(1) Eastman: «Apna Neonatorum». J. Omst & Gynec.
(2) J. Slovin: Fetal Blaekout». Delaware State M. Y.
(3) J. B. Haldane: Citado por J. B. De Lee en «Year Book of
Obstetric». Year Book Publ. Inc. Chicago.
(4) M. W. Thorner: «The Effect of Repeat Anoxia on the Brain».
(5) Courville C. B. «Pathogenesis of Necrosis of Cerebral Gray
Matter Following Nitrous Oxide Anesthesia» (Ann. Surg.).
(6) Estalbrooks, G. H.: Hypnotism, p. 87 (E. P. Dutton and Co.
Inc. N. Y.).
(7) James Esdaille: Mesmaerism and Practical aplication in
Surgerie. Harthford. 1850.

es inevitable, o sea que ya desde su nacimiento, descontando los


estados emocionales prenatales de la madre, el ser humano recibe
inconscientemente lo que pudiéramos llamar «shock natal»
producido por el violento cambio de ambiente. Este factor de
traumatismo físico provoca el aumento de inquietud y la
disminución de hiperactividad (1), creando un estado conmocional
en el recién nacido.
Por ello el niño debe recibir todos los cuidados maternales y la
madre debe gozar de gran tranquilidad emocional, a fin de
«tranquilizar y normalizara el estado psicológico del infante y
su primera infancia, deberá cuidarse que se desenvuelva en un
medio «normal» para que su desenvolvimiento psíquico y físico sea
lo más perfecto posible y los nuevos sistemas de su tierno
organismo no encuentren trabas para desarrollarse en perfecta
correlación.
El concepto «sexual» de Freud y su descubrimiento de la
sexualidad infantil» nos encamina también hacia la influencia del
sistema bulbar, tanto en lo que respecta al bulbo cavernoso,
bulbo de Kraus, bulbo de la uretra, bulbo de Rouget y bulbo del
vestíbulo-vaginal, como al bulbo raquídeo o médula.
No puede aceptarse que la libido infantil sea sólo una «teoría
freudiana» (2), pero si que en ello influirá mucho el estado
neurótico y emocional de la madre en el periodo prenatal.
Este, además de en el sistema nervioso (que influye en el bulbo
raquídeo), ejercerá indudable acción sobre el bulbo cavernoso del
niño que ya al nacer llevará una tara conmocional (3), que, según
el medio ambiente en que se desenvuelva, dará por resultado
muchos y muy diversos aspectos de la sexualidad en el niño y en
el adulto, con las consiguientes aberraciones sexuales, ya que la
perturbación funcional de un órgano se reflejará en el futuro
estado emocional y psíquico del nuevo ser, pues toda fase emotiva
va relacionada con las demás fases evolutivas.
También en el cuadro clínico de la angustia o «ansiedad nerviosa»
notaremos la preponderancia de los estados psíquicos en todos
estos trastornos y que tan bien expone el doctor López-Ibor al
decir que "muchas fobias, vértigos, síntomas viscerales i
digestivos e incluso manifestaciones esquizofrénicas tienen por
causa una timopatía que, a su vez, procede de un trastorno
conmocional".
Estos trastornos pueden curarse a través del sistema bulbar y por
medio de determinadas plantas y con el tratamiento rinobulbar,
con una dietética naturista proporcionada a cada caso especial.
Además, los tratamientos que indicamos antes y el capitulo
especial. Esta es la base de nuestro nuevo procedimiento, que,
aunque no rápidamente, da resultados seguros y muy
satisfactorios, con la seguridad de que al pretender curar
determinada lesión o dolencia no se perjudica otro órgano, como
suele suceder con determinados medicamentos de la moderna
farmacología.

La importancia de las oclusiones nasales

Tengamos en cuenta que en la región superior de las vías


respiratorias (nasales) existen ramificaciones del sistema
nervioso simpático que por acción directa se reflejan en el bulbo
y, de allí, a todas las partes de nuestro organismo.
¿por qué, se preguntan los patólogos, la causa de
coincidencia de que la deformación espinal (escoliosis) se
produzca justamente al lado donde existe la obstrucción nasal?
Lo hemos comprobado, y bien puede ser debido a estar
retenida en una de sus partes la actividad bilateral del sistema
nervioso simpático.
Por justa causa, el tratamiento de esos centros ocluidos, da
por resultado las frecuentes curaciones de la columna vertebral,
o por lo menos una notable mejoría. Esto hemos podido comprobarlo
gracias al sencillo tratamiento del masaje rinobulbar, que obra
directamente sobre el oído, especialmente el interno.
Las fosas nasales no son todas iguales o regulares, sino muy
diferentes de su estado natural. A veces ello depende de la
configuración nasal, otras veces se debe a hipertrofias internas
causadas por enfermedades padecidas o derivadas de lesiones por
accidentes o traumatismos, por la mala costumbre de hurgarse las
fosas nasales con los dedos o por cuerpos extraños.

La oclusión nasal retarda el desarrollo del niño y su oído

Pero existe algo más grave todavía: los incisivos mal


emplazados, la forma pronunciada ojival del paladar, la voz
gangosa, la deformación de la caja torácica, la inclinación hacia
delante de los hombros, la respiración dificultosa, las
escoliosis hacia el lado donde existe la obstrucción nasal.
Muchos creen que la oclusión nasal solamente produce
trastornos locales, y esto es completamente erróneo. Los
trastornos son generales, como hemos mencionado, fenómeno muy
expuesto por los patólogos en las deformaciones óseas y
trastornos emocionales o psíquicos.
La respiración por la boca reseca la faringe, laringe y
bronquios, produciéndose el fenómeno de la voz estridente,
pesada, causa de cansancio, depresión, astenia nerviosa o
abatimiento. Cuando el aparato regulador de la entrada del aire
no está bien, sobrevienen enfriamientos, pereza mental e
hipersensibilidad emocional.
¿Por qué los niños que sufren de obstrucción nasal retardan
su crecimiento? Y al crecimiento del cuerpo hemos de añadir de la
inteligencia y de otros órganos importantes para la salud, como
es el oído. Así se daña la vida feliz del hombre. (leche animal y
trigo deben ser definitivamente y rotundamente eliminados de la
dieta del niño junto con el azúcar. Ver el importantísimo
artículo del Respetable Jñàpika Gurú sobre la alimentación del
bebe).

You might also like