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Ayacucho
Inicio » Periodo Colonial » Emancipación » Capitulación de Ayacucho
»2° Concedido; pero el gobierno del Perú sólo abonará las medias
pagas mientras proporcione transportes. Los que marcharen a España
no podrán tomar las armas contra la América mientras dure la guerra
de la independencia, y ningún individuo podrá ir a punto alguno de la
América que esté ocupado por las armas españolas.
»3° Concedido.
»7° Concedido.
»8° El Estado del Perú reconocerá la deuda contraída hasta hoy por la
hacienda del gobierno español en el territorio.
»8° El Congreso del Perú resolverá sobre este artículo lo que convenga
a los intereses de la república.
»10. Concedido.
»11. Concedido; pero la plaza del Callao, con todos sus en seres y
existencias, será entregada a disposición de S. E. el Libertador dentro
de veinte días.
»17. A los individuos del ejército, así que resolvieren sobre su futuro
destino en virtud de este convenio, se les permitirá reunir sus familias
e intereses y trasladarse al punto que elijan, facilitándoles pasaportes
amplios, para que sus personas no sean embarazadas por ningún
Estado independiente hasta llegar a su destino.
»17. Concedido.
»18. Toda duda que se ofreciere sobre alguno de los artículos del
presente tratado, se interpretará a favor de los individuos del ejército
español.
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Características principales
Tras la batalla de Ayacucho, el 9 de diciembre de 1824, Antonio José de
Sucre —por parte de los independentistas— y José Canterac —jefe del
Estado Mayor— firman el tratado que acabará siendo conocido como la
Capitulación de Ayacucho.
Mediante este tratado España pierde Perú, que queda en mano de los
republicanos. El reino español no reconocerá oficialmente esa
independencia hasta 1879, cuando firma otro tratado en París.
El último bastión en sus manos fue el castillo del Real Felipe, que cayó el
8 de enero de 1826.
“El territorio que guarnecen las tropas españolas en el Perú será entregado
a las armas del ejército libertador hasta el Desaguadero, con los parques,
maestranza y todos los almacenes militares existentes”.
Por otra parte, los que quisieran unirse al nuevo ejército, podrían hacerlo
conservando su rango; los civiles que así lo desearan pasarían a ser
considerados ciudadanos peruanos.
Referencias
En 1780 lideró una gran rebelión anticolonial donde ganó la batalla de Sangarará y estuvo a
punto de tomar el Cusco. Sin embargo, las fuerzas enviadas por el virrey Agustín de Jáuregui lo
derrotaron en la batalla de Checacupe, y lo capturaron en Langui.
«El viernes 18 de mayo de 1781, después de haber cercado la plaza con las milicias de esta
dudad del Cuzco... y cercado la horca con el cuerpo de mulatos y huamanguinos, arreglados
todos con fusiles y bayonetas caladas, salieron de la Compañía nueve sujetos que fueron: José
Verdejo, Andrés Castelo, un zambo, Antonio Oblitas (el verdugo que ahorcó al general Arriaga),
Antonio Bastidas, Francisco Túpac Amaru; Tomasa Condemaita, cacica de Arcos; Hipólito Túpac
Amaru, hijo del traidor; Micaela Bastidas, su mujer, y el insurgente, José Gabriel. Todos salieron
a un tiempo, uno tras otro. Venían con grillos y esposas, metidos en unos zurrones, de estos en
que se trae la yerba del Paraguay, y arrastrados a la cola de un caballo aparejado. Acompañados
de los sacerdotes que los auxiliaban, y custodiados de la correspondiente guardia, llegaron al pie
de la horca, y se les dieron por medio de dos verdugos, las siguientes muertes.
«A Verdejo, Castelo, al zambo y a Bastidas se les ahorcó llanamente. A Francisco Túpac Amaru,
tío del insurgente, y a su hijo Hipólito, se les cortó la lengua antes de arrojarlos de la escalera de
la horca. A la india Condemaita se le dio garrote en un tabladillo con un torno de fierro... habiendo
el indio y su mujer visto con sus ojos ejecutar estos suplicios hasta en su hijo Hipólito, que fue el
último que subió a la horca. Luego subió la india Micaela al tablado, donde asimismo en presencia
del marido se le cortó la lengua y se le dio garrote, en que padeció infinito, porque, teniendo el
pescuezo muy delgado, no podía el torno ahogaría, y fue menester que los verdugos, echándole
lazos al cuello, tirando de una a otra parte, y dándole patadas en el estómago y pechos, la
acabasen de matar. Cerró la función el rebelde José Gabriel, a quien se le sacó a media plaza:
allí le cortó la lengua el verdugo, y despojado de los grillos y esposas, lo pusieron en el suelo. Le
ataron las manos y pies a cuatro lazos, y asidos éstos a las cinchas de cuatro caballos, tiraban
cuatro mestizos a cuatro distintas partes: espectáculo que jamás se ha visto en esta dudad. No
sé si porque los caballos no fuesen muy fuertes, o porque el indio en realidad fuese de hierro, no
pudieron absolutamente dividirlo después que por un largo rato lo estuvieron tironeando, de modo
que lo tenían en el aire en un estado que parecía una araña. Tanto que el Visitador, para que no
padeciese más aquel infeliz, despachó de la Compañía una orden mandando le cortase el
verdugo la cabeza, como se ejecutó. Después se condujo el cuerpo debajo de la horca, donde
se le sacaron los brazos y pies. Esto mismo se ejecutó con las mujeres, y a los demás les sacaron
las cabezas para dirigirlas a diversos pueblos. Los cuerpos del indio y su mujer se llevaron a
Picchu, donde estaba formada una hoguera, en la que fueron arrojados y reducidos a cenizas
que se arrojaron al aire y al riachuelo que allí corre. De este modo acabaron con José Gabriel
Túpac Amaru y Micaela Bastidas, cuya soberbia y arrogancia llegó a tanto que se nominaron
reyes del Perú, Quito, Tucumán y otras partes.
Los Próceres
Llamamos próceres de la independencia a los peruanos que tomaron las armas y lucharon contra
la dominación española a fines del siglo XVIII y comienzos del XIX.
Entre los principales tenemos a:
Los Precursores
Llamamos precursores de la independencia a los ideólogos, intelectuales o maestros que con
sus obras y enseñanzas inculcaron los ideales de justicia y libertad, contribuyendo a formar
conciencia en favor de la emancipación peruana.
Entre los principales tenemos a:
Precursores Reformistas:
Los "Precursores Reformistas", no plantearon la Independencia directamente, pero contribuyeron
a conseguirla. Sus escritos coadyuvaron en la formación de una conciencia nacional e inspiraron
mayor sensibilidad por los problemas de la patria.
- Fray Calixto de San José Túpac Inca
- José Baquíjano y Carrillo
- Toribio Rodríguez de Mendoza
- Hipólito Unanue
Precursores Separatistas
los "Precursores Separatistas" consideraban que era imprescindible romper las cadenas de la
dominación española para construir un nuevo Perú independiente.
- Juan Pablo Vizcardo y Guzmán
- José de la Riva Agüero
- José Faustino Sánchez carrion
La declaración de la independencia del Perú constituye uno de los hechos más importantes de
nuestra historia y de toda América. El 28 de julio de cada año es una fecha en la que se rememora
la entrega y el sacrificio que nuestros compatriotas ofrecieron a la patria, a costa incluso de sus
propias vidas, con tal de lograr la emancipación del yugo español.
Las primeras corrientes libertadoras comenzaron en la mitad del siglo XVIII, con un periodo de
crisis económica progresiva de España y un brote de numerosas guerrillas y conspiraciones
rebeldes , como de Juan Santos Atahualpa (1742 a1761), Túpac Amaru II (1780), Aguilar y
Ubalde (1805), Francisco de Zela (1811), etc. De la misma forma existió la campaña intelectual
criolla, que llegó en su última etapa a enfrentamientos armados con las tropas realista.
El 28 de Julio de 1821 se reúne el Cabildo Abierto en Lima, declarando junto con el pueblo la
Independencia del Perú de la dominación española y de cualquier otra dominación extranjera.
Don José de San Martín proclama y jura la Independencia del Perú en la Plaza Mayor de Lima
con las siguientes palabras:
El 9 de diciembre de 1824, en la pampa de la Quinua, se libró la batalla final que selló para
siempre la libertad del Perú y América. El Ejército patriota al mando del general José Antonio de
Sucre y de militares peruanos derrotó totalmente al ejército realista del virrey José de la Serna.
El ejército patriota contaba con 5780 soldados y de una sola pieza de artillería, mientras que el
realista tenía 9320 soldados y 11 piezas de artillería, lo cual le daba una superioridad en hombres
y armamento. La arenga de Sucre a sus soldados fue lacónica:
"Soldados: de los esfuerzos de hoy depende la suerte del América del Sur. Otro día de gloria va
a coronar vuestras admirables constancias". Y la de Córdova , singular y muy breve: "Adelante,
armas a discreción y paso de vencedores".
Con el espíritu estimulado por sus jefes militares, los patriotas se olvidaron de la superioridad
numérica de enemigos, y en la pampa de Quinua de Ayacucho alcanzaron la victoria mas grande
por la libertad definitiva por los pueblos de América.
En 1853 España había reconocido la independencia del Perú, sin embargo, 13 años después,
en 1866, una escuadra española ocupó las islas Chincha, emporio del guano peruano. Ante esta
situación se convocó a un Congreso Americano en Lima, con la participación de Argentina,
Bolivia, Chile, Colombia, Guatemala, Perú y Venezuela, y se llegó a la conclusión de que el
asunto de las islas Chincha era un problema continental.
El 7 de febrero de 1866, la escuadra peruano-chilena batió a la española en el combate de Abtao.
Los españoles bombardearon Valparaíso el 31 de marzo y se dirigieron al Callao para atacarlo.
El 2 de mayo de 1866, a las once y quince de la mañana, la escuadra española, tendida en una
línea en forma de V, se acercó desafiante al puerto de El Callao. A la derecha, al sur del Callao,
estaba la Numancia, seguida por las fragatas Almansa y Resolución. El sector de la izquierda o
del norte, estaba formado por las fragatas Villa de Madrid, Berenguela y Blanca. La corbeta
Vencedora era el punto de intersección de la pirámide. Los barcos más pequeños se situaron
atrás. Eran, en conjunto, la escuadra más formidable que había navegado las aguas del Pacífico
americano.
La ciudad del Callao lucía embanderada, había sido abandonada por todos aquellos que no eran
combatientes. El General Buendía había agrupado varios batallones para impedir un posible
desembarco español. Entre El Callao y Bellavista se concentraban los bomberos limeños y
chalacos. Cerca de allí, los bomberos italianos, franceses, ingleses y alemanes portaban sus
respectivas banderas nacionales. En el sector sur del Callao se preparon las defensas desde la
torre de La Merced, el fuerte de Santa Rosa y la batería Chalaca, improvisada en 24 horas por
una multitud. En la zona de la "mar brava" se erigió la batería Zepita para evitar un posible
desembarco. La línea del norte, al mando del coronel José Joaquín Inclán, estaba formada por
el fuerte Ayacucho, la batería Independencia. En el centro se hallaban los barcos peruanos Loa,
Victoria, Tumbes, Sachaca y Colón, de poca o nula fuerza militar. Las fuerzas peruanas contaban
apenas con 45 piezas de artillería contra 245 cañones españoles.
La participación extranjera en el combate fue muy importante porque se unieron en defensa del
territorio peruano, soldados ecuatorianos, chilenos, bolivianos y hasta mexicanos, cuyos
intereses también estaban en juego.
La Villa de Madrid fue la primera baja española, puesta fuera de combate a las 12:20, con una
granada con la que perdieron la vida 13 hombres y que abrió un enorme agujero en la nave.
Luego, fueron averiadas la Berenguela y la Blanca.
José Gálvez
Después de la explosión, la torre y los alrededores exhibían un terrible cuadro de sangre, ceniza,
tierra y retazos de uniformes. Sin embargo, la catástrofe no abatió a los defensores del Callao.
La lucha siguió incesantemente y los actos de heroísmo también. Una a una fueron cayendo las
naves enemigas afectadas por los más de 200 disparos efectuados desde las torres. Aunque los
españoles declararon luego que habían disparado dos mil granadas, ninguna llegó a neutralizar
las baterías peruanas.
A las 2 de la tarde la Villa de Madrid abandonó el combate y fue remolcada por la Vencedora.
Poco después se retiró también la Berenguela, que anegada comenzó a recostarse sobre su
costado a babor. A las 3 de la tarde la Resolución se retiró con serios desperfectos y la Almansa
con agua e incendio a bordo. Quedaron la Numancia y la Vencedora, ésta con disparos
eventuales. A las 5 de la tarde, la nave capitana de los atacantes dio señal de cesar el combate,
ordenó la retirada después de dar vivas a la reina. Los peruanos siguieron disparando hasta que
los buques españoles estuvieron fuera del alcance de los cañones de sus baterías.
José Inclán
Tuvieron destacada actuación en el combate, José Joaquín Inclán, patrono del Arma de Artillería
del Ejército, el coronel Leoncio Prado y el Teniente Coronel Pedro Ruiz Gallo.
sque