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ANDRES AVELINO CACERES

EN LA PRESIDENCIA DEL PERÚ


Finalizada la contienda y como
consecuencia de ella, comenzó en Perú la
época del Segundo Militarismo (1884-1895),
en la que los más importantes jefes militares
de la guerra contra Chile dominaron el
panorama político. Andres Avelino Cáceres
se sublevó contra Iglesias, que tuvo que
dejar el poder y convocar elecciones,
saliendo elegido el héroe de la Breña. En su
primer gobierno (1886-1890), Cáceres
formó el Partido Constitucional.

En ese contexto de crisis a todos los


niveles, Manuel González Prada pronunció
un famoso discurso en el Teatro Politeama en 1888, en el que expresó una crítica feroz al pasado
republicano y a sus líderes, entre ellos Cáceres, y reveló su profundo espíritu antichileno. Este discurso
se dio en el marco de un evento realizado para recaudar fondos para la recuperación de Tacna y Arica,
provincias que se hallaban en poder de Chile desde el final de la guerra. También en este período se
desarrollaría el indigenismo, que buscaba superar la discriminación de que habían sido objeto los
indígenas. Entre sus exponentes destacó Clorinda Matto de Turner. Fue una etapa importante a nivel
cultural, que se vio enriquecida con una reflexión meditada.

Con el objetivo de cancelar la deuda externa debida a la crisis fiscal y a la ruina del crédito exterior
provocada por la guerra, Andrés Avelino Cáceres firmó el discutido Contrato Grace en 1889. En virtud
de este convenio, acordado entre el Estado peruano y Miguel Grace, representante de los tenedores de
bonos de la deuda externa peruana, los bonistas ingleses cancelarían totalmente la deuda, que ascendía
a 51 millones de libras esterlinas. A cambio, el estado peruano entregaría los ferrocarriles por 66 años y
tres millones de toneladas de guano, y se comprometía a pagar 33 anualidades de 80.000 libras cada
una.

Los tenedores de bonos constituyeron en Londres una compañía para la administración de los
ferrocarriles: la Peruvian Corporation. Además, los bonistas debían concluir los tramos ferroviarios de
Chicla-La Oroya (ferrocarril central) y Juliaca-Santa Rosa (ferrocarril del sur), y se comprometían a
construir 70 kilómetros más de cualquier otro ferrocarril. Asimismo, se les concedió la libre navegación
por el Lago Titicaca y el libre uso de algunos muelles del país. En esta época se inició la explotación del
caucho y la agroexportación. Surgió el Banco Italiano, que al inicio atendía a residentes italianos y que
en poco tiempo fue creciendo y empezó a atender también al público nacional.

Después de su período presidencial, Cáceres fue nombrado Ministro Plenipotenciario del Perú en
Inglaterra y Francia. Le sucedió en la presidencia el coronel Remigio Morales Bermúdez, quien murió sin
haber concluido su período de gobierno (1890-1894). Su segundo vicepresidente, Justiniano Borgoño,
completó su período apoyado por el ejército.
LA REELECCIÓN Y LA GUERRA CIVIL
Finalmente, se convocaron elecciones y resultó victorioso Cáceres, iniciándose así su segundo mandato
presidencial (1894-1895), mucho más breve que el anterior. Frente a la reelección del héroe de la Breña
se levantó una fuerte oposición, liderada por Nicolás de Piérola, fundador del Partido Demócrata, que se
había unido a la Unión Cívica de los civilistas, formando la Coalición Nacional. La guerra civil que estalló
en 1895 se debió, entre otros factores, a la oposición a la permanencia de los militares en el poder y a la
reelección de Cáceres, cuya gestión había recibido duras críticas, sobre todo en lo referente a la firma
del Contrato Grace.

En las provincias surgieron las montoneras pierolistas y caceristas, que luchaban entre sí. El 17 de marzo
de 1895, Piérola entró en Lima con su gente por la Portada de Cocharcas. Durante varios días se
prolongó la lucha en la capital, a pesar de que los caceristas habían sido forzados a retroceder al Palacio
de Gobierno. Se calcula que murieron alrededor de mil personas, cuyos cadáveres, al no poderse
enterrar, no sólo despedían un hedor insoportable, sino que también amenazaban a la ciudad con una
epidemia. Frente a esta situación, el cuerpo diplomático se reunió y logró una tregua de 24 horas entre
los dos bandos para sepultar los cuerpos. La paz fue prorrogada y Cáceres tuvo que renunciar. Con la
victoria de Piérola se ponía fin al período que los historiadores han denominado Segundo Militarismo.

Finalizada la guerra civil, Andrés Avelino Cáceres se dirigió a Buenos Aires, donde permaneció hasta el
año 1899; vivió también en
París, y fue Ministro
Plenipotenciario en Italia
(1905-1911) y Alemania
(1911-1914). Cuando
volvió a su patria en 1915,
promovió la elección de
José Pardo y Barreda.
Como el presidente no
correspondió al favor,
Cáceres apoyó el
movimiento que lo derrocó
en 1919. Fue honrado con
el título de Mariscal el 10 de
noviembre de ese mismo
año. Andrés Avelino
Cáceres falleció en Lima el
10 de octubre de 1923.

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