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Fundamentalmente, los antiguos griegos se alimentaban de cereales.

El pan, el queso, las aceitunas, los


higos y las salchichas eran algunos de los alimentos habituales de aquel periodo, porque losgriegos eran
frugales. Comían peras, manzanas, granadas, membrillos, uva e higos, y también algunas bayas
EL MINOTAURO Y EL LABERINTO
Según la leyenda Minos fue hijo de Europa y Zeus y por tanto ungido soberano cretense. Minos recibió entonces
un presente de Poseidón, dios del mar y hermano de Zeus, consistente en un soberbio y hermoso toro blanco.
Poseidón esperaba que Minos le retribuyera ofreciéndole el toro en sacrificio, pero el soberbio rey decidió
sacrificar otro toro y mantener a la hermosa bestia como su propiedad.
Poseidón entonces montó en furia y decidió castigar al rey hechizando a su esposa, Pasífae, con un incontrolable
deseo sexual por el toro.
Entonces acudió al inventor griego Dédalo para que le creara una estructura en forma de vaca que si ella pudiera
ser poseída por el animal (fue una relación, literalmente, bestial).
De esta unión monstruosa nació pues una bestia con cuerpo de hombre y cabeza de toro, hambriento de carne
humana, llamado minotauro (mino por el rey Minos y taurus que en griego significa toro).
Minos, furioso porque su mujer le había puesto los cuernos (otra vez literalmente), le pidió a Dédalos que
construyera un laberinto debajo del palacio para esconder al minotauro.
La palabra “Laberinto”, que viene del griego “labyrynthos”, o sea “lugar de los labrys”, que eran unas hachas de
doble filo que habrían sido usadas para el sacrificio de los toros y que fueron representadas numerosas veces
en Creta.
Sin embargo, Minos y Pasífae tuvieron otros hijos, como Androgeo, Adriadna y Fedra. Eventualmente los
atenientes mataron a Androgeo, por lo que Minos les declaró la guerra y los venció. Como resultado, demandó
a la entonces débil Atenas que cada nueve años se enviara siete jóvenes varones y siete mujeres para ser
ofrecidos en sacrificio al minotauro.
En el tercer ciclo de esta particular condena, Teseo, hijo del rey ateniense, se ofreció voluntariamente para ser
sacrificado. Sin embargo, una vez Creta, Ariadna, la hermosa hija de Minos y Pasiphae, se enamoró de Teseo, y
se ofreció a ayudarle dándole un pabilo y una espada mágica. Teseo usó el pabilo para marcar su rastro dentro
del laberinto, y una vez que encontró al minotauro pudo derrotar y matar a la bestia y escapar de aquel
truculento e intrincado lugar.
Adriadna esperaba ardientemente a Teseo, pero éste eventualmente la abandonó y en su lugar raptó a su
hermana Fedra. Nadie sabe para quien trabaja.
¿Cuál es el mensaje de este mito? En primer lugar, hay un deseo de subrayar el ingenio del ser humano para
subyugar a la naturaleza. Eso es representado también en las ceremonias de salto sobre toros que se llevaban
a cabo en el palacio de Cnossos.
El otro mensaje transmite la idea de una supuesta superioridad de los atenienses sobre los cretenses. Después
de todo se trataba de una leyenda griega.
Este mito permitió al arqueólogo Sir Arthur Evans a encontrar el palacio de Cnossos en Creta en 1900, pero a la
vez le llevó a cometer errores en su reconstrucción.
es el nombre dado al aedo griego antiguo a quien tradicionalmente se le atribuye la autoría de las principales
poesías épicas griegas —la Ilíada y la Odisea—. Desde el período helenístico se ha cuestionado si el autor de
ambas obras épicas fue la misma persona; sin embargo, antes no solo no existían estas dudas sino que la Ilíada
y la Odisea eran considerados relatos históricos reales. Es el pilar sobre el que se apoya la épica grecolatina y,
por ende, la literatura occidental.

Además de la Ilíada y la Odisea, a Homero se le atribuyeron otros poemas, como la épica menor cómica
Batracomiomaquia (‘La guerra de las ranas y los ratones’), el corpus de los himnos homéricos, y varias otras
obras perdidas o fragmentarias tales como Margites. Algunos autores antiguos le atribuían el Ciclo épico
completo, que incluía más poemas sobre la Guerra de Troya así como epopeyas que narraban la vida de Edipo
y guerras entre argivos y tebanos. Los historiadores modernos, sin embargo, suelen estar de acuerdo en que la
Batracomiomaquia, el Margites, los himnos homéricos y los poemas cíclicos son posteriores a la Ilíada y la
Odisea.

ESPARTA Y ATENAS
Atenas y Esparta absorbieron a sus débiles vecinos en una liga o confederación bajo su control. Esparta,
militarizada y aristocrática, lo hizo mediante conquistas y gobernó sus estados súbditos con un control muy
estricto. La unificación del Ática, por el contrario, se realizó de forma pacífica y de mutuo acuerdo bajo la
dirección de Atenas, que otorgó la ciudadanía ateniense a los habitantes de las pequeñas ciudades.
GUYERRAS MEDICAS
Las guerras médicas fueron una serie de conflictos entre el Imperio aqueménida de Persia y las ciudades-estado
del mundo helénico que comenzaron en 490 a. C. y se extendieron hasta el año 478 a. C. La colisión entre el
fragmentado mundo político de la antigua Grecia y el enorme imperio persa comenzó cuando Ciro II el Grande
conquistó Jonia en 547 a. C. y tuvo dos momentos críticos en las dos expediciones fallidas de los persas contra
Grecia, en 490 y 480-479 a. C., conocidas respectivamente como primera y segunda guerra médica. El
enfrentamiento entre griegos y persas, del que las guerras médicas fueron solo una fase, duró en total más de
dos siglos y culminó con la conquista y disolución del Imperio aqueménida por Alejandro Magno en el siglo
siguiente.
Los propios griegos se refirieron a estas guerras como el «asunto medo» (Μηδικά, Mĕdiká), pues aunque eran
perfectamente conscientes de que el Imperio aqueménida, su enemigo, estaba gobernado por una dinastía
persa, conservaron para éste el nombre con que fue conocido antes, Media, una región contigua a Persia
sometida a su imperio.
Vencieron los griegos

ALEJANDRO MAGNO
fue el rey de Macedonia desde 336 a. C. hasta su muerte en junio de 323 a. C. , Hijo y sucesor de Olimpia de
Epiro y Filipo II de Macedonia, su padre, quien lo preparó para reinar, proporcionándole una experiencia militar
y encomendando a Aristóteles su formación intelectual. Alejandro Magno dedicó los primeros años de su
reinado a imponer su autoridad sobre los pueblos sometidos a Macedonia, que habían aprovechado la muerte
de Filipo para rebelarse. Como hegemón de toda Grecia en concepto de sucesor de su padre (asesinado),
continuó el plan de su padre y el que habían aprobado las polis griegas: conquistar el vasto imperio de Persia,
para vengar todos los daños que les habían causado a los griegos por siglos, incluyendo la captura de todas las
ciudades costeras de Asia Menor y varias islas del mar Egeo. Preparó un ejército de aliados griegos (mayormente
macedonios) y en el año 334 a. C. se lanzó con su pequeño ejército, de apenas 40 000 hombres, contra el
poderoso Imperio persa: una guerra de venganza de los griegos —bajo el liderazgo de Macedonia— contra los
persas.
El conquistador macedonio falleció en circunstancias oscuras, los escritos más antiguos dejan clara evidencia de
una muerte lenta producto de un envenenamiento- dejando un imperio sin consolidar. El control sobre diversas
regiones era débil en el mejor de los casos, y había regiones del norte de Asia Menor que jamás se hallaron bajo
dominio macedonio. Al morir sin nombrar claramente un heredero, le sucedió su medio hermano Filipo III
Arrideo (323-317 a. C.), que era una persona con discapacidad intelectual,5 y su hijo póstumo Alejandro IV (323-
309 a. C.). El verdadero poder estuvo en manos de sus generales, los llamados diádocos (sucesores), que
iniciaron una lucha despiadada por la supremacía que conduciría al reparto del imperio de Alejandro y su
fraccionamiento en una serie de reinos, entre los cuales acabarían imponiéndose el Egipto Ptolemaico, el
Imperio seléucida y la Macedonia antigónida.

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