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Según María Marta García Negroni, y Mónica Graciela Zoppi, el lenguaje

no es sólo comunicar ideas, sino que también es acción, que de alguna manera
transforma las condiciones de comportamiento social del sujeto que habla y de
su destinatario. Las autoras toman al lenguaje como un juego de
enmascaramientos mutuos, ya que a través de los enunciados los interlocutores
representan diferentes papeles en relación con los actos de habla que realizan.
Ese juego de enmascaramientos esconde un juego de intenciones
argumentativas: los actores de los actos de habla crean y adoptan las
identidades o máscaras más adecuadas para la obtención de la finalidad
argumentativa.

Los discursos sociales como los informativos, publicitarios y políticos


poseen la característica de la multidestinación simultánea (siguiendo la línea de
las autoras nombradas recientemente). En el caso del discurso político en
particular, se ve impreso en una doble lectura y recepción: la del partidario y la
del adversario, de las cuales se pueden sacar lecturas contradictorias o disímiles.
Por ende, como plantea Eliseo Verón, el discurso político posee una especie de
desdoblamiento que se sitúa en la destinación.

En el presente trabajo de investigación abordaremos el tema de la


multidestinación simultánea en el discurso político. El texto que ocuparemos para
la elaboración de dicho trabajo será el discurso de la presidente Cristina
Fernández sobre Conmemoración del día de la Bandera, llevado a cabo el 20 de
junio del corriente año en la ciudad de Rosario, Santa Fe. Para ello, tendremos
como referencia a autores como: Eliseo Verón, Élida Ruiz, María Marta García
Negroni, y Marta Tordesillas Colado, Kerbrat Orechioni, entre otros.

Como objetivo general propondremos el análisis de la construcción del


sujeto de la enunciación a través de los distintos destinatarios a quienes va
dirigido, para determinar los fines que persigue el locutor en tanto enunciador
discursivo. Como objetivos específicos plantearemos, en primer lugar,
caracterizar la multidestinación simultánea del discurso político para luego
reconocerlas en el discurso de la presidente. En segundo lugar, describir las
estrategias más comunes utilizadas en la alusión a los destinatarios para poder
inspeccionar por qué las utiliza.

La multidestinación simultánea en el discurso político

Podemos tomar como punto de partida la multidestinación simultánea.


Como ya dijimos, la destinación en el discurso político es múltiple y simultánea,
por lo cual -parafraseando las autoras María Marta García Negroni, y Marta
Tordesillas Colado-, se ve implicada en una doble lectura y recepción: la del
partidario y la del adversario, de las cuales se pueden obtener lecturas diferentes
o adversas. Por lo visto, se puede mencionar, que el discurso político no puede
estar constituido sin adversarios y por lo tanto sin una dimensión polémica. Como
afirma Eliseo Verón:

“El campo discursivo de lo político implica un enfrentamiento, relación con


un enemigo, lucha entre enunciadores. La enunciación política parece
inseparable de la construcción de un adversario”1.

Destinatarios implícitos y explícitos- positivos y negativos:

Se puede agregar, que en el discurso político hay un complejo


ilocucionario, que, a diferencia de los actos de habla simple, despliegan dos
fuerzas ilocucionarias destinadas a distintos sujetos sociales, de esta manera, es
posible que en un mismo enunciado pueda haber distintos destinatarios, estos
pueden ser implícitos o encubiertos y destinatarios explícitos o directos. Si
analizamos el discurso de la presidente teniendo en cuenta lo antes expuesto,
veremos que el fragmento, tiene distinto valor según el destinatario. Cristina
Fernández dirige su discurso a un destinatario explícito, pero también, otros
destinatarios deberán descubrir cuál es la fuerza ilocucionaria oculta:

1
Verón, Eliseo. (1997). La palabra adversativa. Buenos aires: Universidad de Buenos Aires.
“Por eso, yo sé que muchos lo están esperando como lo esperaban…
¿Saben por qué? Porque escriben cosas en los diarios sobre mí, las leen
y después se las terminan creyendo”2

Estrategias más comunes

Las formas elegidas para aludir a los destinatarios implícitos o encubiertos


son las de tercera persona del singular o plural, especialmente en construcciones
sintácticas encabezadas por los pronombres quien/es o el/los que, seguidos por
el verbo en subjuntivo o en indicativo:

“[…] curiosamente los que siempre nos señalaron a nosotros como


atolondrados o imprevisibles o que tomábamos decisiones de arrebato y
un día pensábamos una cosa y otro día pensábamos otra, son los que,
[…] tienen ya hace bastante tiempo el mundo patas para arriba.” 3

Se dirige al auditorio expresando que en realidad, esos, que la critican a


ella en su decir y accionar (opositores) son los que verdaderamente están
haciendo mal las cosas. Quiere, a nuestro entender hacer creer a sus partidarios
que ella y su gobierno son los que actúan como se debe, y que son los otros los
que hacen mal las cosas.

Las estrategias más frecuentes utilizadas son las compuestas por los
enunciados polifónicos, aquellos en los que se pone en escena dos
enunciadores, de los cuales uno resultará desautorizado en su discurso por el
otro enunciador identificado con el locutor. El recurso lingüístico que en este tipo
de de enunciados se privilegia es la negación:

“[…] no vamos a hacer lo mismo que hicieron con nosotros, que nos
dejaron o nos tiraron un país con las papas calientes y que se arreglen
como puedan […]”.4

Se evidencia que Cristina está desautorizando a los gobernantes que


estuvieron antes que ella y Néstor (destinatarios implícitos), que los dejaron

2
Fernández Cristina. (2014). Discurso de Conmemoración del día de la Bandera. Rosario, Santa Fe. Líneas 117 a 119.
3
Op.cit. Fernández Cristina. Líneas 37 a 40.
4
Op.cit. Fernández Cristina. Líneas 165 a 167.
solamente con deudas, demandas y desorden. Explica que con ellos será
diferente, que actuará con responsabilidad y justicia, dejando a un país
organizado y sereno.

Otra de las estrategias para descalificar la voz de ciertos enunciadores


(los que pasan a ocupar el lugar simbólico de destinatarios indirectos), es la
constituida por la alusión de uno de dos discursos en pugna. El locutor hace suya
la voz del enunciador de uno de los dos discursos antagónicos en pugna, de
aquel que no será desautorizado. No hay una alusión al discurso que se refutará
para desarticularlo, sino que la estrategia consiste en privilegiar, dándole el
status de discurso pertinente, el discurso de su oponente: en este caso podemos
citar el siguiente fragmento del discurso Conmemoración del día de la Bandera:

“Y fíjense acá, nosotros, los imprevisibles, los que no cumplíamos,


venimos bancando desde hace más de 30 años que Inglaterra siga
ocupando Las Malvinas y, sin embargo, sólo estamos reclamando
política y diplomáticamente y ese es el camino para seguir haciéndolo,
porque sé que algún día las vamos a recuperar.”5

En el ejemplo, se percibe, también, que desacredita a los gobiernos


anteriores que no pudieron hacer nada para recuperar Malvinas, pero que ella,
diplomáticamente será capaz de recuperarla. Que, aunque muchos la tachen
como imprevisible y que no cumple, seguirá luchando como hasta el momento
para lograr recuperarlas, para cumplir su palabra

Esta cuestión implica, por lo tanto que en el discurso político haya


adherentes o partidarios, pero también adversarios; o bien como plantea Eliseo
Verón: destinatarios positivos y negativos. Para el autor, hay distintas
modalidades a partir de las cuales se cimienta el Otro positivo y el Otro negativo.

Prodestinatarios, contradestinatarios y paradestinatarios

5
Op.cit. Fernández Cristina. Líneas 54 a 57.
Al construir los destinatarios (positivos y negativos) el enunciador
entra en relación con uno y otro. El primero, está de acuerdo con sus proyectos,
comparte sus ideas, sus valores y objetivos, es sobre todo el partidario, el
colectivo de identificación, el nosotros inclusivo, al que podríamos llamar
prodestinatario. Podemos citar para demostrar, el siguiente fragmento:

“Todavía lo recuerdo trémulo en su primer discurso en las Naciones


Unidas […] Y así vinieron las reestructuraciones de deuda del año
2005, así también canceló la deuda del Fondo Monetario
Internacional para que Argentina pudiera volver a autogobernarse en
materia política, económica y social.”6

En estas líneas la presidente se refiere a su esposo Néstor Kirchner y


señala algunos de sus logros. Claro ejemplo de prodestinatario. Estas ideas,
estos proyectos, estas reestructuraciones son las que luego seguirá Cristina en
su mandato. Defenderá, podríamos decir, las mismas ideas y valores para
continuar “acomodando” el país después de tantos males de los gobiernos
anteriores a su mandato y al de su esposo.

Llamaremos, siguiendo estos rasgos, contradestinatario al adversario o


destinatario negativo. Lo que es auténtico y valorado para el enunciador, es falso
y desvalorado para el contradestinatario y viceversa:

“Y fíjenlo argentinos mucho en la memoria un día como el de hoy, donde


este hombre nos dio muestras de soberanía como pocos. No olviden
también que en nuestro país se ha descubierto la segunda reserva de gas
más importante del mundo y la cuarta de petróleo no convencional más
importante del mundo. Los que revolotean, no revolotean únicamente sobre
las finanzas, revolotean también sobre los recursos naturales.”7

Aquí, si bien Cristina está, en un primer momento, haciendo alusión a


Manuel Belgrano en su homenaje en el día de la fecha, en seguida, comienza a
hacer referencia a los recursos naturales que posee la Argentina y el interés que
tienen algunos países extranjeros de adueñarse de los mismos. En este caso, se
evidencia que los países extranjeros vendrían a ser los contradestinatarios,

6
Op.cit. Fernández Cristina. Líneas 86 a 91.
7
Op.cit. Fernández Cristina. Líneas 158 a 153.
puesto que quieren poseer recursos que son propios de nuestro país, que aparte
de estar pendientes de nuestros recursos económicos también lo están de los
naturales, queriéndonos perjudicar de ambas maneras. Dichas ideas, dichos
comportamientos, no son compartidos por la presidente.

Esa “otra” lectura disímil y contradictoria de la que hablábamos al


comienzo parafraseando a María Marta García Negroni, y Mónica Graciela
Zoppi es lo que Eliseo Verón llama lectura destructiva, que define la posición del
oponente. Tienen el carácter de suspensión de la creencia. Pero, el discurso
político en un contexto democrático, saca a la luz, además, la presencia de un
tercer tipo de destinatario: el paradestinatario. Este tercer tipo vendrían a
conformar los destinatarios que no están adheridos a ninguno de los dos
anteriores; es decir, no son ni partidarios ni adversarios, se mantienen al
margen, indecisos.

Por ello, no sólo es significativo para el enunciador discursivo


garantizar el apoyo únicamente de sus partidarios (función de creencia) y
obtener el de los indecisos (función de persuasión), sino también dirigirse a sus
adversarios (función polémica) para advertirlos, desautorizar su voz o
amenazarlos. Veremos un ejemplo de nuestro corpus de investigación:

“Para mí, sería muy fácil hacer lo que hicieron los que nos precedieron a Néstor
y a mí: prometerle a cualquiera la Luna, firmar cualquier cosa, total el que viene que se
haga cargo. No cuenten conmigo para hacer cualquier cosa; sí para hacer lo que debo,
sí para cumplir con mi deber, siempre, siempre estoy dispuesta a cumplir con mi deber,
pero nunca a rifar la Patria.”8.

Se percibe, en este fragmento, que Cristina Fernández cuando en la


segunda línea habla de prometer la luna a cualquiera está desacreditando al ex
presidente argentino Carlos Saúl Menem, que en 1996 en su discurso promete
una plataforma de lanzamiento en la Argentina, que permitiría vuelos privados
hacia el espacio. La presidente, en la tercera y cuarta línea, se dirige a sus

8
Op.cit. Fernández Cristina. Líneas 153 a 157.
destinatarios garantizando que ella, no hará lo mismo que los demás políticos,
sino que cumplirá su mandato con deber, responsabilidad y amor a la patria.

Grupo alocucionario

Se diferencia destinatarios (explícitos y encubiertos) de grupo


alocucionario. El alocutario aparece como tal explícitamente en la mayoría de los
casos (por el uso de vocativos, marcas de segunda persona, etc.):

“Señor Gobernador de la provincia de Santa Fe; señora Intendente;


señores gobernadores de otras provincias hermanas que nos acompañan;
señores oficiales y suboficiales de nuestras Fuerzas Armadas y de nuestras
Fuerzas de Seguridad. Muchas gracias también a esta hermosa corbeta
que aquí nos acompaña, atrás en el río Paraná […]”. 9

Ésta, es una imagen estática inicial del alocutario, que a lo largo del
discurso sufrirá continuas transformaciones, para dar lugar a un nuevo
personaje, que no coincide precisamente con él en su totalidad, y que formará el
auditorio idóneo para los fines que persigue el locutor en tanto enunciador
discursivo. En referencia al discurso de Conmemoración del día de la Bandera,
notaremos, que si bien a simple vista la finalidad es conmemorar dicho
acontecimiento, Cristina aprovecha la ocasión para ir un poco más allá: mostrar
sus logros, obligaciones, desacreditar a sus oponentes, entre otras cosas:

“Por eso, argentinos, que nadie los asuste; por eso, argentinos, sepan que esta
Presidenta tiene un compromiso”10. A este nuevo personaje constituido por el
discurso lo llamaremos destinatario del mensaje. El locutor, es decir la
presidente, utiliza un movimiento estratégico, una primera distinción entre ese

9
Op.cit. Fernández Cristina. Líneas 4 a 9.
10
Op.cit. Fernández Cristina. Líneas 177 a 178.
alocutario inicial y lo que, a lo largo del discurso, quedará constituido como
destinatario del mensaje. En primer lugar se está refiriendo a las autoridades,
luego, la imagen inicial se transforma y se dirige a todos los argentinos.

El enunciador discursivo crea dos espacios disímiles de destinatarios: los


que estarán dentro del Colectivo de Identificación (los destinatarios del mensaje)
y los que quedarán fuera de él como terceros del discurso. Son a ellos a quien
se dirigen actos de habla con fuerza ilocucionaria de amenaza o advertencia:

“Y curiosamente los que siempre nos señalaron a nosotros como


atolondrados o imprevisibles o que tomábamos decisiones de arrebato y un
día pensábamos una cosa y otro día pensábamos otra, son los que,
precisamente, tienen ya hace bastante tiempo el mundo patas para
arriba.”11

Esto lleva a deducir la existencia de otro grupo, el minoritario, el tercero.


Es precisamente por ese status enunciativo que en el discurso se les otorga a
estos últimos (de tercero pero incluido en el discurso alocutario) actos ocultos de
advertencia o de desautorización de su voz en complejos ilocucionarios.
Entonces, la distinción alocucionario/ destinatario del mensaje, es que tendrán
distintos status enunciativos según el tipo de acto de habla, explícito u oculto en
complejos ilocucionarios que se les dirija.

Los actos ilocucionarios tienen una serie de verbos que los nombran
(ordenar, exhortar, prometer, entre otros), que se denominan performativos o
realizativos, puesto que, su enunciación en primera persona del singular del
presente indicativo, equivale a la realización de un acto:

“Miren cómo están las cosas en el mundo. […] Ahí tenemos a la Europa
devastada, varios países reestructurando permanentemente su deuda,
porque al vencimiento no la pueden pagar y entonces nuevamente otra
reestructuración, más ajuste, más desempleo, más miseria. […] También
en el año 2010, me tocó a mí iniciar la reestructuración […] y desde el 2005
hemos venido pagando religiosamente, sin acceso al mercado de capitales,
todos y cada uno de los vencimientos de esa deuda, sin recurrir a la
bicicleta financiera.”12

11
Op.cit. Fernández Cristina. Líneas 37 a 40.
12
Op.cit. Fernández Cristina. Líneas 50 a 55.
Percibimos que aquí, hace mucho más que decir algo: convoca, invita a
que nos fijemos a nuestro alrededor para darnos cuenta de que no estamos tan
mal parados, que en otras partes la situación es peor, nos invita a reflexionar,
asimismo, sobre cómo están las cosas en Argentina, los cambios que ha hecho
en su gobiernos, que si bien había muchas deudas, de a poco las fueron
pagando religiosamente

En consecuencia, las aserciones o promesas dirigidas al destinatario


explícito, tanto como las advertencias, las descalificaciones en tanto destrucción
o anulación discursiva del tercero, contribuyen a modelar la imagen final de
destinatario y los fines que persigue.
Bibliografía

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