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Antecedentes.
Para poder analizar la conducta dolosa en el sistema clásico del delito
(causalismo naturalista) es necesario remontarnos a los antecedentes para un
mejor análisis de sus planteamientos; y se remonta al Derecho Romano Tardío,
como nos menciona Diaz Aranda (2000) en su libro “Dolo”, donde refiere que fue
necesario establecer la diferencia entre dolus bonus y dolus malus, el equivalente
al dolo y la culpa, para considerar culpable al sujeto. Posteriormente, el requisito
antes mencionado desaparece con la influencia canónica religiosa y se
mantiene así con el derecho germánico, atribuyendo la responsabilidad en
función del resultado, sin importantar si es dolosa o culposa.
Es hasta 1821 que Hegel sostiene “el Derecho de la voluntad… es reconocer en
su hecho únicamente como acción suya… El hecho sólo puede ser imputado como
culpabilidad de la voluntad” (Rouxin, 2007, p. 235). Afirmación que representa uno
de los primeros avances respecto a la concepción del dolo como una clase de
culpabilidad, atribuyendo al delito dos elementos: acto y voluntad.
Para 1840, Luden establece por primera vez una división del delito en tres
elementos: “1º. Un fenómeno delictivo, provocado por una acción humana; 2º.
Antijuricidad de esa acción; 3º. Cualidad dolosa o culposa de esa acción” (Rouxin,
2007, p. 236).
Los anteriores planteamientos se fundaban en la corriente filosófica del
naturalismo positivista que imperaba en el siglo XIX, mismo que “quería someter
a las ciencias del espíritu ideal de exactitud de las ciencias naturales y reconducir
por consiguiente el sistema del Derecho Penal a componenetes de la realidad
mensurables y empíricamente verificables. Dichos criterios sólo pueden ser, o bien
factores objetivos del mundo externo o procesos subjetivos psíquicos-internos…”
(Rouxin, 2007, p. 200).
“Las leyes de la naturaleza regían el universo, incluso sobre las ciencias sociales.
Esta concepción, al trasladarse sobre el Derecho penal, produjo un cambio de
óptica, pues ahora la concepción del delito tenía que girar alrededor de la causalidad
y el resultado”(López, 2004, pp.38-39)
Según Diaz Aranda (2000), este sería el sustento metodológico de sistema
clásico del delito o causalismo naturalista, del que se consideran sus principales
exponentes los penalistas alemanes Ernst von Beling, Franz von Liszt y Gustav
Radbruch.
Teoría Clásica del Delito o Causalismo Naturalista.