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TÍTULO: ANÁLISIS DE LA CONDUCTA


DOLOSA A LA LUZ DEL CAUSALISMO.
FECHA: 06 / 11 / 2018

Antecedentes.
Para poder analizar la conducta dolosa en el sistema clásico del delito
(causalismo naturalista) es necesario remontarnos a los antecedentes para un
mejor análisis de sus planteamientos; y se remonta al Derecho Romano Tardío,
como nos menciona Diaz Aranda (2000) en su libro “Dolo”, donde refiere que fue
necesario establecer la diferencia entre dolus bonus y dolus malus, el equivalente
al dolo y la culpa, para considerar culpable al sujeto. Posteriormente, el requisito
antes mencionado desaparece con la influencia canónica religiosa y se
mantiene así con el derecho germánico, atribuyendo la responsabilidad en
función del resultado, sin importantar si es dolosa o culposa.
Es hasta 1821 que Hegel sostiene “el Derecho de la voluntad… es reconocer en
su hecho únicamente como acción suya… El hecho sólo puede ser imputado como
culpabilidad de la voluntad” (Rouxin, 2007, p. 235). Afirmación que representa uno
de los primeros avances respecto a la concepción del dolo como una clase de
culpabilidad, atribuyendo al delito dos elementos: acto y voluntad.
Para 1840, Luden establece por primera vez una división del delito en tres
elementos: “1º. Un fenómeno delictivo, provocado por una acción humana; 2º.
Antijuricidad de esa acción; 3º. Cualidad dolosa o culposa de esa acción” (Rouxin,
2007, p. 236).
Los anteriores planteamientos se fundaban en la corriente filosófica del
naturalismo positivista que imperaba en el siglo XIX, mismo que “quería someter
a las ciencias del espíritu ideal de exactitud de las ciencias naturales y reconducir
por consiguiente el sistema del Derecho Penal a componenetes de la realidad
mensurables y empíricamente verificables. Dichos criterios sólo pueden ser, o bien
factores objetivos del mundo externo o procesos subjetivos psíquicos-internos…”
(Rouxin, 2007, p. 200).
“Las leyes de la naturaleza regían el universo, incluso sobre las ciencias sociales.
Esta concepción, al trasladarse sobre el Derecho penal, produjo un cambio de
óptica, pues ahora la concepción del delito tenía que girar alrededor de la causalidad
y el resultado”(López, 2004, pp.38-39)
Según Diaz Aranda (2000), este sería el sustento metodológico de sistema
clásico del delito o causalismo naturalista, del que se consideran sus principales
exponentes los penalistas alemanes Ernst von Beling, Franz von Liszt y Gustav
Radbruch.
Teoría Clásica del Delito o Causalismo Naturalista.

Respecto al Causalismo naturalista, Peña y Almanza (2010) en su obra Teoría del


Delito: manual práctico para su aplicación en la teoría del caso, establece lo
siguiente:

Se caracteriza por concebir a la acción en términos físicos o naturalísticos,


integrada por un movimiento corporal y el resultado de una modificación
en el mundo exterior, unidos por un nexo causal. Distingue las fases interna
(ideación, deliberación, resolución) y externa (exteriorización, preparación,
ejecución) del delito. Distingue entre elementos objetivos (tipicidad y
antijuridicidad) y subjetivos (culpabilidad) del delito. El tipo se limita a elementos
de carácter externo, negando la posibilidad de justificar alguna acción, cuya
valoración jurídica solo puede tener cabida dentro del análisis de la
antijuridicidad, y siempre desde un punto de vista objetivo. En la culpabilidad se
analizan elementos subjetivos y psíquicos del agente, siendo la imputabilidad el
presupuesto de esta.
Conforme a lo anterior, el sistema clásico del delito contempla tanto el delito
doloso como el culposo de igual forma desde el análisis de la acción, la
causalidad y el resultado. Es en la culpabilidad, donde se interpreta, utilizando
la terminología de la época, si el delito es intencional o imprudente.
Culpabilidad Dolosa en la Teoría Clásica del Delito.
La influencia del causalismo naturalista condujo al desarrollo del concepto de
“culpabilidad”, mismo que la vislumbra en dos formas: culpabilidad dolosa y
culpabilidad culposa.
Diaz Aranda (2000) aborda lo establecido por von Liszt, donde para determinar
la culpabilidad del sujeto se contemplaba el nexo psicológico, entre este y el
resultado. Si existía identidad entre la intención, el desencadenamiento de la acción
y el resultado provocado exitosamente, la culpabilidad era en consecuencia
dolosa. En cambio, si no existía la conexión psíquica intencional con el resultado,
se consideraba culposa.
Las concepciones del causalismo naturalista, se sustentaron en razones filosóficas
y políticas, que llevaron “… a la denominación del dolus malus cuyos elementos
en resumen era: a) el conocimiento y la voluntad de los hechos, y b) la
conciencia de su significación antijurídica (conocimiento del Derecho). De ahí
que para von Beling el dolus significa reprochar al autor el hecho de no haberse
detenido ante el pensamiento de estar obrando antijuridicamente” (Diaz, 2000,
p. 10).
Conclusión
La Teoría Clásica del Delito, desde mi perspectiva, aporta cuatro elementos
actuales relevantes, aunque incompletos, de la conformación del delito:
1º.) Conducta, reflejada únicamente como la acción material, no contempla la
omisión.
2º.) Tipicidad, encuadre entre la conducta y el tipo, analizado desde la perspectiva
de la antijuricidad.
3º.) Antijuricidad, como acción contraria a la ley.
4º.) Culpabilidad, en la caracterización de la conducta dolosa o culposa.
Contempladas desde la perspectiva del Causalismo Naturalista, la aportaciones
realizadas sustentan bases relevantes en la evolución del Derecho Penal.
Como se menciona en el desarrollo de este trabajo, la conducta dolosa es
perfectamente conceptualizada por los principales exponentes del Causalismo, tal
es el caso, que a la fecha predominan como formas de culpabilidad, el dolo y
la culpa, en las acciones u omisiones delictivas que se encuentran
debidamente contenidas en el Código Penal Mexicano.
Sin embargo, aunque hace aportaciones notables en cuanto a los elementos del
delito, el causalismo enfrentó problemas de fundamentación teórica, es decir,
resultaba incompleta, pues conforme se aplicaba, resultaban dificultades
consistentes, por mencionar algunas, en no poder justificar y sustentar el por
qué se debe sancionar los delitos culposos; y respecto a los delitos dolosos,
estos, se desvanecían en supuestos en los que concurrían causas de
exculpación.
La teoría ahora objeto de analisis, tampoco contemplaba la omisión como una
conducta material, entonces, resulta que una conducta delictiva omisa
perfectamente conceptualizada en la actualidad como un tipo penal, generadora de
una pena consecuencia del resultado obtenido, no era objeto de analisis a la luz
del causalismo pues aunque se había producido un resultado material, no
existía la acción como nexo causal, aún cuando era visible el dolo en la
conducta omisiva, es decir, al no haber causación material mediante acción del
resultado típico, se desvirtuaba por falta de elementos.
Como todas las importantes Teorías, el causalismo representó una revolución a los
avances doctrinarios en materia penal de finales del siglo XIX, que sirvió de
fundamento en los avances realizados por los importantes teóricos de esa época
quienes realizaron importantes críticas y fueron perfeccionando la Teoría del Delito,
hasta hacerlo funcional en la aplicación en nuestros dias.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

 Díaz, A.E.(2000). Dolo. Causalismo-Finalismo-Funcionalismo y la Reforma


Penal en México. México: Porrúa.
 López B. J. (2004). Derecho penal. Parte general: Introducción a la teoría
jurídica del delito. Lima, Perú: Gaceta Jurídica.
 Peña, G.O. y Almanza, A.F. (2010). Teoría del Delito. Manual práctico para
su aplicación en la teoría del caso. Perú: Nomos & Thesis E.I.R.L.
 Rouxin, C. (Ed). (1997) Derecho Penal. Parte General. Tomo I.
Fundamentos. La Estructura de la Teoría del Delito.España: Civitas S.A.

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