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A una década del correísmo: Las tensiones del Autoritarismo

Competitivo estallan en Ecuador1.

FLAVIA NESTARES NOLASCO


Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM)
Instituto de Estudios Políticos Andinos (IEPA)
flavianestares@gmail.com

Área Temática: Democracia, Democratización y Calidad de la Democracia

Resumen:

El presente trabajo tiene como objetivo principal explicar cuáles han sido los factores que
permitieron la instauración del autoritarismo competitivo como régimen político durante la
década del gobierno de Rafael Correa en Ecuador. De esta manera, haciendo uso de un método
prioritariamente cualitativo, comenzaré por describir cómo las instituciones del Estado
(legislativo, judicial y ejecutivo) y los mecanismos democráticos (elecciones, referéndums e
instrumentos de participación ciudadana) fueron utilizados en beneficio del gobierno, y en
desmedro de la oposición política. En un segundo momento, explicaré cómo el estilo del
liderazgo presidencial, teñido por el carisma y la tecnocracia, permitió el reforzamiento de la
legitimidad del régimen durante la mayor parte del periodo gubernamental. Finalmente,
elucidaré cómo el contexto económico favorable, que había posibilitado la fuerte inversión
pública por parte del gobierno, se vio seriamente afectado luego de la Crisis del Petróleo
acaecida en el 2015. Así, demostraré que las tensiones inherentes entre la coexistencia de los
mecanismos democráticos y los métodos autocráticos del Autoritarismo Competitivo en
Ecuador terminaron por desencadenar el fenómeno de inestabilidad durante el último tramo del
gobierno de Rafael Correa, el cual se vio reflejada en un descenso significativo en la aprobación
de la gestión del mandatario.

Palabras clave:

Rafael Correa, Autoritarismo Competitivo, Legitimidad, Mecanismos democráticos.

1
Trabajo preparado para su presentación en el 9º Congreso Latinoamericano de Ciencia Política, organizado por
la Asociación Latinoamericana de Ciencia Política (ALACIP). Montevideo, 26 al 28 de julio de 2017.
INTRODUCCIÓN

El 2007 fue un año lleno de esperanzas para los ecuatorianos. Aquel año iniciaba su primer
mandato, el presidente Rafael Correa. Con una de las propuestas más ambiciosas en la historia
de Ecuador, luego de la inestabilidad política y social por la que este había atravesado, surgió
el plan llamado ‘Revolución Ciudadana’ ideado por Movimiento País liderado, a su vez, por
Rafael Correa. Desde entonces el presidente ha tenido un respaldo de la población que ha
sobrepasado el 60% de aprobación; y que, incluso, ha tocado puntos más altos llegando hasta
al 79%. Siendo así, uno de los presidentes de la región, y del mundo 2 con más aceptación y
popularidad. Sin embargo, su gobierno ha sido blanco de muchas críticas con respecto a la
forma de gobierno que se aplicó durante sus diez años de gestión con tres periodos consecutivos
al mando del Poder Ejecutivo. Y es exactamente sobre este punto, en el cual ha girado el debate
actual sobre cómo calificar al régimen correísta que se gestó. De esa manera, el análisis se
enmarca en el contexto de los gobiernos latinoamericanos que se autodenominaron de
izquierda. Por lo cual, en el caso concreto de Ecuador se encontró que los ciudadanos otorgaron
legitimidad al gobierno de Correa aun cuando este presentó características autoritarias usando
mecanismos institucionales de la democracia. Sin embargo, la aceptación de estas prácticas
fueron tornándose críticas en la última parte de su tercer gobierno de tal manera que generaron
inestabilidad social reflejada en las sucesivas protestas en contra del régimen.

Ante tal panorama, esta investigación comprende abordar la descripción de aquellos factores
que dieron legitimidad a un régimen de esta naturaleza al cual abordaremos desde la propuesta
teórica del Autoritarismo Competitivo. Pero, previamente a desarrollar este nuevo concepto de
forma de régimen; explicaremos en qué se diferencia de los regímenes tradicionales que ya
conocemos: la democracia y el autoritarismo propiamente dicho. Si bien es cierto no es
propósito de este análisis imbuirnos en la esfera compleja de democracia –el cual tiene muchas
variedades-; consideramos que es necesario tomar en cuenta las referencias básicas y
universales de la democracia moderna, el cual se constituye por criterios mínimos tal como lo
presentan Mainwaring, Brinks y Pérez Liñán (2000): 1) Los cuerpos ejecutivo y legislativo son
elegidos a través de elecciones abiertas, libres y justas; 2) virtualmente todos los adultos tienen

2
De acuerdo a la Asociación de Comunicación Política (ACOP) -encargada de la transmisión de conocimientos,
opiniones y experiencia sobre investigación y práctica de comunicación política- Rafael Correa se encuentra
segundo entre los mandatarios mejor evaluados del mundo luego de Vladimir Putin.
derecho a votar; 3) los derechos políticos y las libertades civiles, incluida la libertad de prensa,
la libertad de asociación y la liberad de criticar al gobierno sin represalias, son ampliamente
protegidos; 4) las autoridades elegidas tienen autoridad real para gobernar y no están sujetas al
control tutelar del ejército o a los líderes religiosos. Ahora bien, si por un lado, los regímenes
autoritarios competitivos no alcanzan a ser democracias, tampoco llegan a ser autoritarismos
absolutos. Aunque los funcionarios en los regímenes autoritarios competitivos puedan
manipular frecuentemente las normas democráticas formales, no pueden eliminarlas o
reducirlas a una mera fachada. Y ya para entrar en precisión de conceptos, en este siguiente
apartado, conoceremos un poco más respecto a la forma de régimen puesta en cuestión.

Autoritarismo Competitivo

Este concepto ha sido acuñado y tratado por Steven Levitsky y Lucan Way (2004). Lo que nos
proponen principalmente ambos autores es una novedosa forma de entender un régimen que
involucra características aparentemente de un sistema democrático, pero por otro lado, contiene
una praxis similar a la de los autoritarismos.

En ese sentido, decimos lo siguiente, el Autoritarismo Competitivo “Es la forma de régimen


en donde las instituciones democráticas formales son ampliamente vistas como medios
principales para obtener y ejercer la autoridad política” (Levitsky y Way, 2004). Es decir, en
este tipo de régimen coexisten las instituciones y los mecanismos democráticos como por
ejemplo; las elecciones. Se dan elecciones libres y transparentes que cuentan con la
participación de observadores internacionales. Todo bajo el cumplimiento de los reglamentos.
Sin embargo, la particularidad se genera respecto a los procedimientos que se utilizan a través
de mecanismos democráticos. Siguiendo el caso ejemplar de las elecciones, puede suceder que
el Presidente se permita hacer uso de la difusión de los logros y avances del Gobierno –como
una manera de hacer propaganda electoral- mediante normas que le autoricen. Y al mismo
tiempo puede impedir a través de otras reformas a los códigos normativos que los demás
partidos no usen propaganda electoral en medios televisivos. De esta manera, el mandatario
crea un campo desigual entre oposición y gobierno. Este, adelantamos, es un caso recurrente en
la práctica política que dirigió Correa.

Igualmente, los funcionarios prefieren utilizar formas más sutiles de persecución para acusar,
perseguir o presionar ‘legalmente’ el comportamiento de los críticos. En el caso ecuatoriano lo
que veremos a continuación es principalmente el constante uso de la emisión de leyes, decretos
ejecutivos, uso de referéndums, entre otros, que van a moldear las características de esta nueva
forma de régimen.

Pero para dilucidar mejor dicha conceptualización, procederemos a situarlo en casos específicos
dentro de nuestro objeto de estudio: el régimen instaurado por Rafael Correa. Para lo cual,
partiremos del análisis de la esfera institucional en su relación con la figura presidencial; luego,
la participación ciudadana y las matices sociales que se percibieron en contra del Gobierno; en
seguida, abordaremos el fenómeno transversal de Tecnopopulismo en lo que respecta al estilo
de liderazgo presidencial; y finalmente, analizaremos el contexto económico en sus diferentes
etapas y condiciones que permitieron expresar la voluntad del ex presidente Rafael Correa.

1. Aparato Institucional

En esta primera sección, hallamos tres escenarios institucionales en las que cada uno tiene una
relación determinada con el Presidente. En primer lugar, -nos situamos en el Poder Ejecutivo-
desde que el presidente Correa inició su mandato en el año 2007, el número de ministerios
sumaba un total de 18 que con el paso del tiempo logró ascender a 22. Y desde entonces se han
dado un promedio de más de 40 recambios ministeriales. Sobre esto, algunas de las razones que
se le atribuyen a los diversos cambios han sido principalmente tres. Freidenberg (2012)
encontró lo siguiente: “una oxigenación en la imagen del gobierno, la crisis política por la
revuelta policial del 30 de septiembre del 2011, y la estrategia de cara a las elecciones
presidenciales del 2013”. Siguiendo esa misma línea, los contextos críticos como lo sucedido
con el terremoto que azotó el Ecuador en el 2016 fueron causales de otra “oxigenación” del
gobierno con cuatro nuevas autoridades sobre las diferentes carteras ministeriales.3
Recientemente, en enero de 2017 –a cuatro meses del cambio de mando- se dieron los últimos
cinco cambios en el gabinete. 4

3
En Mayo de 2016, Alexis Sánchez también dejaba su cargo como subsecretario de Agua Potable y Saneamiento
para asumir como Secretario Nacional del Agua, en lugar de Carlos Bernal. Y este último iba a encabezar las
labores de reconstrucción por las zonas afectadas tras el terremoto. Otra de las secretarías que sufrió recambios
fue con Susana Dueñas de La Torre quien asumió la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos. Más información:
http://www.elcomercio.com/actualidad/gobierno-cambios-gabineteministerial-decreto.html
4
A través del decreto 1293, el ex mandatario Rafael Correa nombró como nueva ministra de Vivienda a Katiuska
Miranda Giler, y a Verónica Esponosa en la cartera de salud. En tanto que la cartera del Interior era asumida por
Pedro Solines. En lo concerniente a Luisa González, se le otorgaba la secretaría de la Administración Pública, y
Si bien es cierto, no es propósito de esta investigación describir en qué ha consistido cada uno
de los cambios en el Ejecutivo, sí es importante resaltar que quien ha dispuesto de las salidas y
renuncias de los ministros ha sido el mismo Presidente antes que las exigencias de los propios
ciudadanos, o alguna posible petición de dimisión que sea proveniente de la Asamblea
Nacional.

En consecuencia, todas estas rotaciones y recambios en los ministerios produjeron una alta
inestabilidad en los gabinetes; y principalmente en el Poder Ejecutivo. Sin embargo, la figura
presidencial se mantuvo como la única valorada ante la opinión pública y como el único motor
para llevar adelante la gestión y dirección del país. Por ello, la relación del presidente con la
sociedad civil se hace se hizo más directa en cuanto Rafael Correa aseguró su legitimación a
través del trato espontáneo y carismático con los ciudadanos que, poco a poco, trajo como
resultado la identificación con el plan conocido como “Revolución Ciudadana”. Pero sobre las
características del liderazgo del mandatario, me preocuparé por explicar más adelante.

En segundo lugar, -a nivel legislativo-, en Ecuador ocurrió un hecho importante para la historia
de ese país. En primer lugar, se logró implantar una nueva Constitución aprobada en el año
2008. Pero también se obtuvo la representación mayoritaria en la nueva Asamblea Nacional
que surgió en reemplazo del Congreso. Durante los tres periodos que Correa estuvo al mando,
Alianza País como oficialismo tuvo el 64%, 43% y 52% en los años 2007, 2009 y 2013
respectivamente. Tal como se indica en el Gráfico 1.

finalmente, Sandra Naranjo reemplazaba a Jorge Glas quien solició licencia del cargo de Vicepresidencia de la
República. Más información en: http://www.eluniverso.com/noticias/2017/01/07/nota/5983297/gabinete-
correa-cinco-cambios
Gráfico 1: Representación del Oficialismo en la Asamblea Nacional

Fuente: Consejo Nacional Electoral

Respecto a esta relación ejecutivo-legislativa existió una tensa situación con los opositores, e
incluso con los disidentes de AP como el caso de María Paula Romo, Betty Amores y Fernando
Gonzáles quienes no estuvieron de acuerdo cuando denunciaron la asunción de Fernando
Cordero como presidente de la Asamblea Nacional para el período 2011-2013, el cual
consideraron que fue una imposición de la directiva nacional de Alianza País (Basabe-Serrano
y Martínez, 2004).

Asimismo, Entre el 2015 y 2016, otros tres asambleístas rompieron filas del oficialismo. Por
un lado, se encontraba Ángel Vilema que se encontraba en desacuerdo con el veto a la Ley
Orgánica de Régimen Especial para Galápagos. Luego, en el 2016 se apartó el asambleísta
Oswaldo Larriva, por discrepancias con la dirección provincial del Aznuay por la manera en
cómo se llevó acabo la fiscalización del tema vial. Y más adelante, Fernando Bustamante
renunciaría a su bancada arguyendo la excesiva rigidez de Alianza País para procesar las
discrepancias y la autocrítica.5 Recientemente, en enero de 2017, Christian Viteri presentó su

5
En ese Bustamante había señalado la presión y acoso política que sentía por parte de sus
excompañeros de bancada oficialista. Sin embargo, la respuesta inmediata que tuvo por parte de los
legisladores fue aclarar que no existía ningún tipo de crisis política interna. Más información:
http://www.elcomercio.com/actualidad/rigidez-alianzapais-asamblea-desata-desafiliaciones.html
desafiliación luego de que votara en contra de la Ley contra la Especulación de Tierras, y su
actuación fuera cuestionada por el propio Rafael Correa.

Con todo ello, podemos notar que el ex mandatario ha empeñado un fuerte condicionamiento
contra cualquiera que presentara ideas contrarias a las dictaminadas como correctas por el
Gobierno. Y la manera de proceder, entre otros casos, ha sido mediante mecanismos legales
como la suspensión temporal del ejercicio de legislatura de algunos asambleístas. Este hecho
constituye una clara referencia de lo que es un autoritarismo competitivo en el sentido de
generar inequidad entre el gobierno y la oposición.

Sin embargo, la situación más problemática y crítica es, definitivamente, la del Poder Judicial,
el cual viene a ser nuestra tercera y última sección a tratar dentro del aparato institucional.

Gracias al referéndum del año 2011 donde se le otorgaba facultades al Presidente Correa para
la designación del presidente del Consejo de Judicatura, la independencia judicial se ha visto
bastante afectada. Basta con mencionar algunos casos suscitados en el 2013, donde dos jueces
del Consejo Nacional de Justicia fueron destituidos de sus cargos por haber resuelto un caso
contra los intereses del gobierno, representados en el Servicio de Rentas Internas. El argumento
presentado por el CJ al final respecto a la destitución fue que eran “responsables de las
infracciones de falta de motivación y error inexcusable”6.

Tener la disposición y administración del sistema de justicia por parte del Ejecutivo implica
ciertas ventajas para el gobierno, pero más desventajas para el régimen en la cual los ciudadanos
son los que se hallan directamente afectados en la medida en que se les pueda someter a juicios
parcializados cuando estos tiendan a cuestionar las decisiones gubernamentales. Un caso
ejemplar es el tema de los medios de comunicación. De esta manera, ocurrió una batalla judicial
por injurias contra el periodista Emilio Palacio y el Periódico El Universo por la publicación de
una columna de opinión “No a las mentiras” respecto a la revuelta policial del 30S. El resultado
fue una condena de tres años de cárcel para el periodista y los dueños del famoso periódico,
además de un pedido de indemnización por $40 millones al Presidente (Freidenberg, 2012).

6
La resolución del CJ se encuentra en el expediente disciplinario No D-0879-UCD-2013-PM
Así también se dio otro caso de juicio contra dos periodistas que denunciaron contratos con el
Estado suscritos por empresas supuestamente vinculadas al hermano del Presidente.
Finalmente, Rafael Correa los demandó por daño moral.

En muchos de estos casos se puso en tela de juicio la independencia judicial por la intromisión
del Ejecutivo en la decisión de destitución de varios jueces y, hasta incluso, la posibilidad de
iniciarles procesos legales por haber cometido “faltas de fundamentación”. En otros casos
también se muestra cómo el gobierno ecuatoriano logró convertir al Poder Judicial en el aliado
de la represión de toda disidencia o crítica de la política del oficialismo. Ejemplo de ello son
los “Diez de Luluncoto”, jóvenes que fueron detenidos y sancionados luego de planificar una
marcha de protesta indígena. El argumento con el que se les acusó fue el de planificar “atentados
terroristas”. Otro caso es el de Sebastían Cevallos quien profirió una condena penal por haber
enviado un tuit en el que insinuaba que una alta funcionara pública había incurrido en
nepotismo. Evidentemente, los casos señalados representan más que solo represión, una
injerencia clara en haber priorizado el acallamiento de los críticos y oposición a través de las
instancias judiciales (Pásara, 2014).

Si bien es cierto, era imprescindible iniciar con un proceso de reforma judicial, esta no debía
involucrar la permisión directa de que el Ejecutivo pudiera tener la disposición del control y la
administración haciendo uso del discurso de que para enfrentar el problema de delincuencia,
solo el Gobierno podía hacerse cargo. Y como ya se mencionó antes, se hizo uso de un
mecanismo válidamente legal como lo fue el referéndum del 2011. Nuevamente, resaltamos el
hecho de la utilización de mecanismos democráticos que sirven de plataforma y base para
degenerar acciones autoritarias. Es así que la siguiente parte de la investigación constituye la
explicación de la utilización de determinados mecanismos o herramientas democráticas para
mantener la concentración del poder en la figura presidencial.

2. Participación ciudadana a través de mecanismos democráticos.

El ex presidente Rafael Correa optó por mecanismos legales y constitucionalmente aprobados


que le permitieron conseguir o reafirmar la legitimidad del gobierno. Tal es el caso de
mecanismos propios de una democracia que se encuentran previamente regulados y
establecidos. Durante su gobierno se han hecho uso de dos formas de conducir la democracia
directa. Por un lado se encuentra aquella que es promovida por los poderes del Estado -
Ejecutivo y Legislativo-; y por otro lado, la que proviene de la sociedad civil. Así, Alicia
Lissidini (2014) señala que las Constituciones que cuentan con más mecanismos de democracia
directa son Ecuador, Venezuela y Bolivia. En estos tres países la ampliación de la democracia
directa fue realizada en contextos de gobiernos de izquierda.

Gráfico 2: Índice de Democracia Directa en América Latina

Nota. Recuperado de Democracia Directa en América Latina: avances, contradicciones y


desafíos por Alicia Lissidini.

Desde el año 2007 hasta el año 2014, en Ecuador se han utilizado mecanismos de democracia
directa y otros de participación ciudadana. Es así que para la creación de la Secretaría de
Pueblos, Movimientos y Participación Ciudadana, esta se hizo mediante Decreto Ejecutivo N°
133 en febrero del 2007. Asimismo, en abril de ese año se estaba realizando el proceso de
consulta popular para convocar a una Asamblea Constituyente con el fin de redactar una nueva
constitución como parte del programa anunciado por Rafael Correa en la contienda electoral
del 2006. Dicha medida contó con el apoyo popular que se vio reflejado en el 81,72% de
aceptación. Y más adelante aún; es decir, en septiembre del 2008 se sometió a referéndum la
aprobación de la nueva Carta Magna de Ecuador que tuvo como resultado la victoria del Sí con
un 63,99% de votos (López y Cubillos, 2009).

Este contexto de giro constitucional es importante para entender el desenvolvimiento del


régimen instaurado por el presidente Correa hasta lo que va de su gobierno. Así, la constitución
de Montecristi en su artículo 95 establece lo siguiente:
Las ciudadanas y ciudadanos, en forma individual y colectiva, participarán de
manera protagónica en la toma de decisiones, planificación y gestión de los
asuntos públicos, y en el control popular de las instituciones del Estado y la
sociedad, y de sus representantes, en un proceso permanente de construcción del
poder ciudadano. La participación se orientará por los principios de igualdad,
autonomía, deliberación pública, respeto a la diferencia, control popular,
solidaridad e interculturalidad. La participación de la ciudadanía en todos los
asuntos de interés público es un derecho, que se ejercerá a través de los
mecanismos de la democracia representativa, directa y comunitaria.

Para el 2009 se logra establecer el Código de la Democracia mediante la Ley Orgánica


Electoral, el cual va a permitir reglamentar las consultas populares nacionales, referéndums y
todos los mecanismos de participación ciudadana en materia electoral. Sin embargo, a través
de diversos vetos ejecutivos, hubo cambios bastante polémicos que llevaron a la confrontación
del Presidente con sus propios asambleístas oficialistas. Entre los principales vetos realizados
por el mandatario se encontraba que: a) la elección de los diputados fuera a la segunda vuelta
presidencial; b) la fecha de la elección fuera 120 días de la convocatoria, y c) los partidos
pudieran inscribir sus candidaturas 91 días antes del cierre de campaña (Freidenberg, 2012).

Posteriormente, en el año 2010, se emite la Ley Orgánica de Participación Ciudadana que busca
reglamentar los mecanismos de democracia directa tales como la iniciativa popular normativa,
la consulta popular, el referéndum y revocatoria del mandato. En otras palabras, se da pie a que
los ciudadanos hagan uso de mecanismos proactivos y reactivos con la finalidad de promover
no solo la participación y compromiso de los miembros de la sociedad civil, sino además la
siembra de la semilla de la democracia participativa en el imaginario colectivo.

Con una simple mirada, lo beneficioso iba traer consigo una mayor aproximación entre los
representantes y representados. El problema resulta cuando los espacios de deliberación pública
se ven progresivamente limitados de tal manera que las demandas sociales no son canalizadas
al verse afectadas por la imposibilidad de los actores sociales para asociarse u organizarse
plenamente. Y ello se ve expresado con la emisión del Decreto Ejecutivo N°16 del 20 de junio
del 2013, el cual regula y controla fuertemente la forma de organización social a través del
Sistema Unificado de Información de las Organizaciones Sociales (SUIOS) que contiene las
normas, requisitos y procedimientos a los que deberán adherirse ahora en adelante los
ciudadanos que busquen asociarse (Basabe-Serrano y Martínez, 2014).

Otro de los recursos de democracia directa promovido por el presidente tiene lugar en el año
2011 con el proceso de referéndum constitucional y consulta popular del 7 de mayo. Dicho
evento tuvo como objetivo principal consultar sobre la reforma del sistema judicial de tal
manera que el presidente estuviera facultado en el nombramiento de los integrantes del Consejo
de Judicatura y de la Corte Nacional de Justicia. Pero también, la controversia de la consulta se
generó respecto a la pregunta que implicaba la expedición de una Ley de Comunicación con
fines de regulación a los contenidos y publicaciones de la prensa. Finalmente, el proceso resultó
con saldo positivo para el correísmo una vez más antes que para la sociedad civil. En efecto,
cuando los mecanismos de representación no son tomados en cuenta para que exista previo
debate y consenso en un espacio como es la Asamblea Nacional, resulta más fácil hacer uso de
mecanismos de democracia directa como un referéndum o una consulta popular que, si bien es
cierto son válidos, traen consigo riesgos de tipo partidarios con un uso político de legitimación
para el gobierno de turno (Freidenberg, 2012).

Sin embargo, el año más complicado para el correísmo fue, en definitiva, el año 2015. Durante
la segunda mitad de este periodo, el gobierno adoptó medidas sobre temas delicados para los
sectores políticos y sociales que, hasta ese entonces, parecían antagónicos. En primer lugar, el
intento de aprobación de los proyectos de ley sobre herencias y plusvalía. Luego, por el caso de
la propuesta de enmienda constitucional que permitiría la reelección indefinida para aquellas
personas con cargos elegidos por consulta popular. Así, al comenzar el mes de junio, los
principales opositores políticos de Correa: Guillermo Lasso y Jaime Nebot se sumaban a liderar
las convocatorias de las marchas que, poco a poco, fue incrementando su amplitud y despliegue
por sobre todo el territorio ecuatoriano: Galápagos, Guayaquil, Quito y Cuenca.

Razón por la cual, podíamos notar en las masivas jornadas de protesta desde representantes de
partidos de derecha y gremios empresariales hasta organizaciones de izquierda, sindicales e
indígenas. No obstante, la llegada del Papa Francisco pudo lograr que el gobierno reculara
suspendiendo la aprobación de los proyectos de ley mencionados. Sin embargo, tras la partida
del papa, la reanudación de las movilizaciones no se hizo esperar, así como también la
criminalización de la protesta observada por el informe de Human Rights Watch (2015).
De esta manera, en los Gráficos 3 y 4 podemos observar la variación de la cantidad de
manifestaciones sociales o protestas ocurridas a lo largo de la década correísta en todo el
territorio ecuatoriano.

Lo que se concluye es que finalmente para gobiernos autodenominados de izquierda como el


del Ecuador, en el cual las mayorías han atravesados contextos socio-políticos bastante críticos,
lo que se produce es un fenómeno de reconcentración del poder por parte del Ejecutivo en donde
al parecer es el Presidente quien se hace cargo de cómo y bajo qué circunstancias los ciudadanos
deben participar.

En definitiva, un suceso que pone en tela de juicio la capacidad que tuvo el gobierno para asumir
el proceso de democratización que se pretendía llevar a cabo. Esto, en el sentido de que la
participación se torna instrumental-pragmática y se aleja de ser entendida como el espacio de
crítica inclusiva, donde la asimilación y conciencia de la importancia de participación por parte
de la ciudadanía juega un rol importante. En relación a esto, la tensión se acrecienta aún más
cuando el Presidente convoca sus propias <<contramarchas>> ante cada convocatoria de las
organizaciones populares opositoras. Así, tomando en cuenta el respaldo relativamente
numeroso de los simpatizantes del gobierno, Rafael Correa termina por polarizar y confrontar
a diversos sectores de la población, logrando consigo inestabilidad social en la cual, poco a
poco, la agresión y la violencia directa surgen en reemplazo del debate activo y la discusión
social (Ospina, 2015).
Gráfico 3: Total de eventos de protestas, movilizaciones y/o manifestaciones (2007-2017)

Fuente: Observatorio GDELT.

Gráfico 4: Cantidad de protestas y manifestaciones en Ecuador (2007-2017)

Fuente: Observatorio GDELT.7

7
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3. Estilo de liderazgo presidencial.

SI hay un elemento que refuerza la legitimidad de la toma de decisiones del Ejecutivo; ese es
necesariamente el estilo personal que Rafael Correa tuvo para gobernar. Esto podría explicar
que se le haya catalogado como uno de los presidentes que cuenta con más aceptación y
popularidad a nivel de la región.

Lo que caracteriza la conducta de Rafael Correa es el carisma y la capacidad de conectarse con


la gente de forma inmediata. Por eso el presidente Correa ha logrado consolidar ese carisma por
medio de estrategias diseñadas por expertos en comunicación: la campaña permanente y los
enlaces sabatinos de su programa “Enlace Ciudadano” en radio y televisión. Aquello le ha
servido para darse baños de popularidad que contaba además con la coordinación previa del
gabinete del presidente con las autoridades de las provincias a las que asistía. Es importante
mencionar además que la emisión de los programas era siempre de carácter festivo. Era habitual
por ejemplo que fuera presentado entre cantos y música. Como lo explica De La Torre (2013),
este espacio también le sirvió para atacar a sus adversarios políticos haciendo mofa de ellos o
imitándolos burlonamente.8 Y en ocasiones, también ha logrado azuzar a los asistentes del
evento a lanzar arengas contra los opositores.

Durante este espacio de comunicación pública el Presidente se encargaba prioritariamente de


dar a conocer los avances, logros y omisiones de la semana; así como también de anunciar la
agenda programada y tratar temas de coyuntura dando su punto de vista e insistiendo en la idea
de que la posición del gobierno es la correcta por contar con un personal “altamente” calificado
y técnico. Y es puntualmente este otro elemento que termina por completar el estilo de liderazgo
presidencial: la tecnocracia.

Rafael Correa ha sido el único presidente en América Latina que cuenta con un doctorado. En
sí, Correa ha logrado destacarse como un economista reconocido al haber recabado estudios de
postgrado a través de becas que lo llevaron a conseguir un PhD en la Universidad de Illinois.
Lo cual lo hace un político para nada improvisado en la cuestión económica. Y asimismo, el

8
Enlace Ciudadano N°390: Imitación a Nebot desde Pedro Carbo, Guayas 13/09/2014 2horas 34min. Rafael
Correa imita al alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, respecto a la disputa sobre planificación de un puente en
donde este último pretendía construirlo con el fin de unir a los cantones de Samborondón y Guayaquil.
gobierno de la ‘Revolución Ciudadana’ se contiene de expertos y técnicos especialistas que
desempeñan las funciones de mayor rango del gobierno ocupando las principales carteras
ministeriales. Ante ello, el problema de la tecnocracia surge en la medida en que se crea que el
discurso de la tecnología y la ciencia es el único que se asume como verdadero, y por tanto no
puede cuestionarse. De este modo como lo plantea Carlos De la Torre (2013), “los expertos se
legitiman apelando al discurso científico y considerando que representan los intereses de toda
la población”. Por eso también es necesario recalcar que durante la transmisión de los
programas televisivos del presidente, este no da pie a ningún tipo de intervención del público
si deseasen opinar; puesto que es él quien está ahí para “enseñar” y “dar cátedra” sobre las
únicas formas de solucionar cualquier problema de coyuntura.

La situación se vuelve preocupante cuando en momentos de crítica hacia las medidas del
gobierno como el ajuste de Impuesto al Valor Agregado a la comida chatarra, el presidente no
puedo evitar descalificar las opiniones contrarias y expresa ante todo su público frases como la
siguiente: “Algunas veces me pregunto: ¿para qué necesitamos oposición? Con lo nuestro es
suficiente “(Correa; 2014). Si se hace un análisis de esta pequeña expresión, nos damos cuenta
que el contenido es más grande de lo que parece ser. En efecto, el presidente se considera a sí
mismo como el “profesor del pueblo”, aquel que no puede ser corregido por ser un experto en
la materia y que al contrario está ahí para enseñar; y el pueblo para escuchar y acatar.

Pero ambos factores –carisma y tecnocracia- no se encuentran a un mismo nivel de ritmo para
identificarlos como elementos complementarios y legitimadores. Si bien es cierto, el gabinete
ministerial del Presidente también está constituido por expertos y especialistas de sus funciones
(tecnocracia). Estos no necesariamente han desarrollado la simpatía o el afecto de la población,
–además de considerar que la gran mayoría de ellos no continúa en el desempeño de sus cargos
de forma estable- como sí lo ha consolidado el presidente Correa. De esta manera, se refuerza
el carácter paternalista y la figura de líder carismático. Tal es el caso que Correa no duda en
reclamar en tono enérgico a sus subordinados cuando estos no han hecho bien su trabajo. Es
decir que las fallas son responsabilidades de otros (De La Torre; 2013).

Sin embargo, al ser la ‘Revolución Ciudadana’ un proyecto imbuido de acción racional,


modernización técnica e imitación tecnocrática de los países económicamente exitosos, es
difícil conectarse a un nivel más profundo con las identidades populares como lo ha hecho de
manera más explícita el chavismo por ejemplo; donde la relación de líder con subordinados es
más de corte emocional; y supera cualquier contexto crítico económico-social. En cambio en el
Ecuador, la sociedad civil versa su apoyo al líder en la medida en que este les brinde resultados
y beneficios (Ospina; 2015).

Otro de los espacios de comunicación más usados por Rafael Correa ha sido las redes sociales.
Desde su cuenta personal en Facebook y Twitter. En este último, él cuenta con más de 3
millones de seguidores. Y, al 2015, según un estudio realizado por Twiplomacy, Rafael Correa
era el tercer líder mundial que más interactúa con sus seguidores en Twitter.9

En Facebook, Correa usa su cuenta aproximadamente entre 4 veces al día para realizar
publicaciones referidas a los logros del gobierno, para expresar su posición respecto a los
opositores políticos, empresarios y periodistas. Él se ha preocupado por descalificarlos
enseñando a sus seguidores los historiales y antecedentes que han tenido cada una de esas
personas. Sus temas más frecuentes siempre van dirigidos en respuesta a la “excesiva libertad
de prensa”, tal como él lo considera. Así, las comillas (“) son usadas a diario cuando se trata de
desmentir y descalificar posiciones, argumentos, personas, entre otros. Esta es una práctica muy
común en Rafael Correa.

De igual manera, las críticas no han sido ni son bien recibidas por Correa; a tal punto que ante
el más mínimo comentario contra su persona, es motivo para él de hostigamiento público. Como
sucedió con los dos usuarios de twitter, en donde, el propio Correa -estando como presidente-
expuso sus datos para que los simpatizantes de Rafael Correa pudiesen perseguirlo. Esta forma
de incentivar la polarización entre ciudadanos era una práctica clásica.

Otro caso ejemplar, sucedió con la página “Crudo Ecuador” que se caracterizaba por su clara
oposición al correísmo haciendo uso de los famosos memes. Es así que el mismo Correa en uno
de sus Enlaces Ciudadanos manifiesta que esa página ya estaba siendo investigada por ellos (el
gobierno) y señalaba que los que estaban detrás de esa página eran “pagados por la oposición”.

9
Según este estudio, el 81% de los tuits generados por Correa eran respuestas a sus seguidores o disposiciones
que él enviaba a sus ministros para que atendiesen los pedidos de aquellos twitteros. Más información en:
http://www.andes.info.ec/es/noticias/rafael-correa-es-tercer-lider-mundial-mayor-interaccion-twitter-segun-
estudio.html
Hasta ese entonces, dicha página tenía más de 300 mil seguidores. Sin embargo, a inicios del
2015, la página cerró argumentando persecución y acoso por parte del gobierno.10

En resumen, a lo largo del tiempo, el carisma y la tecnocracia no han sido suficiente para
mantener la buena percepción de los ecuatorianos. La poca capacidad de digerir las críticas, las
posturas opuestas y los comentarios en contra, lo llevaron a ser percibido como intolerante y
autoritario. Tal como lo notamos en el siguiente Gráfico 5.

Gráfico 5: Aprobación de la actitud y forma de ser del presidente (2007-2015).

Fuente: CEDATOS

4. Contexto económico

Este último factor es crucial para legitimar los gobiernos de Correa, puesto que los ciudadanos
han estado de acuerdo en considerar que, a pesar de no apoyar totalmente el estilo de gobierno
del Presidente; sí han estado a favor de la gestión realizada expresada principalmente en
aumento de la inversión pública tal como lo veremos en el gráfico 6.

10
En Radio Ambulante –un programa de radio de historias latinoamericanas- se narra la persecución del creador
de la página de “Crudo Ecuador” hasta el cierre de su página y su salida del anonimato. Asimismo, se cuenta las
experiencias de Correa con otros críticos en las redes sociales. Más información en:
http://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/05/150506_radio_ambulante_crudo_ecuador_re
Es necesario aclarar que esta percepción se da en términos generales solamente, puesto que en
los dos últimos años de su gobierno, la economía ecuatoriana dio un giro inesperado con el
incremento de la deuda pública, la aprobación de las polémicas leyes de redistribución de la
riqueza, el terremoto del 2016, y el “terremoto” de largas movilizaciones sociales. Podemos
notar

Gráfico 6: Aprobación de la gestión del Presidente Rafael Correa (2007-2015)

Fuente: CEDATOS

La economía de Ecuador se mueve dirigida por las actividades extractivas; principalmente por
la minería y la extracción de petróleo como fuente de recursos naturales. Si existe una base
ideológica autocalificada por el propio presidente Correa, ese es el llamado “Socialismo del
Siglo XXI”. Esta postura que él defiende se concentra en la necesidad de no someterse a los
fundamentos capitalistas. En ese sentido el gobierno encontró imprescindible la “recuperación
del Estado” en la medida en que la participación del Estado sirva para dinamizar los procesos
productivos. Por ello, esta nueva forma de socialismo “articula empresa privada con inversión
pública e intervencionismo económico y regulador del Estado, amplias políticas sociales y
firmes medidas para redistribuir la riqueza (…) la captación del Estado, para desplazar los
intereses de las burguesías e imponer la hegemonía de los sectores populares” (Paz; 2015)

Lo cierto es que la gran mayoría de medidas económicas tomadas por el Ejecutivo han sido de
corte keynesiano. Es por ello que la política económica del Ecuador ha estado ligada
principalmente a aumentar el gasto y la inversión en el sector público. Así, es notorio el avance
cuando se compara que en el 2006 el gasto público representaba el 21% del PBI, mientras que
para el 2011 alcanzó un 46,1% llegando el más alto entre los países de América Latina, según
11
cifras de CEPAL. Para el año 2013 llegaba hasta el 44%, en la cual gran parte de estos
recursos se han destinado a programas y proyectos de inversión en infraestructura energética y
de transporte, y en los sectores sociales.12 Sin embargo, para el año 2014 hubo una disminución
que concluyó en 43%, según el Observatorio de la Política Fiscal (OPF).

En términos de pobreza, desempleo y desigualdad, los resultados han sido favorables, se logró
una reducción progresiva. Tomando de base el año 2006 hacia el 2011, la pobreza se redujo de
38% a 28,6%; el desempleo cayó de 6,1% a 5,1% y la brecha de desigualdad medida por el
coeficiente GINI cae desde 0,5396 a 0,455 hasta el periodo de 2015. Finalmente, para el periodo
de junio de 2016, el coeficiente era de 0.465.

Gráfico 7: Evolución del coeficiente GINI (2007-2016)

Fuente: Encuesta Nacional de Empleo, Desempleo y Subempleo –ENEMDU.

El 2011 fue probablemente el año más satisfactorio en términos económicos en el Ecuador.


Debido primordialmente a los altos precios del petróleo que lo mantuvo como la mejor fuente
de ingresos. Llegando la media del precio de barril a estar en los 96,98 dólares. Y si bien es

11
http://www.observatoriofiscal.org/documentos/articulos-en-medios/diario-hoy/2560-el-gasto-publico-del-
ecuador-el-mas-alto.html
12
http://www.bancomundial.org/es/country/ecuador/overview
cierto, aquello puede servir para financiar los proyectos y programas del gobierno; también se
mantiene la dependencia económica en las materias primas. Un fenómeno para nada nuevo a
nivel de la región. Sin embargo, para un gobierno que anunciaba transformaciones sustanciales
en la estructura económica del país, le es difícil todavía revertir dicha situación. Es por ello que
en Ecuador no ha habido un corte fulminante con el modelo extractivista; al contrario el
gobierno ha logrado adherirse a un modelo neodesarrollista que despliega formas de
organización económica de carácter mixto, con fuerte inversión estatal y con un desarrollo
productivo endógeno manteniendo los espacios y elementos de la economía extractivista.
(Muñoz; 2013)

Respecto a la relación con el mercado exterior, el giro copernicano en el gobierno de Correa ha


sido la preferencia por el mercado chino. Y aquello se específica en la acrecentada deuda
pública externa con instituciones de China. Según datos del Ministerio de Finanzas, hasta
febrero de 2015, la deuda con el país asiático se incrementó a $18.000 millones. 13 Parte de ello
tiene que ver con los valores por la venta anticipada de petróleo a China que consistió en $2.327
millones hasta noviembre del 2014.

De igual manera en el boletín trimestral de Ejecución Presupuestaria que comprende el periodo


de Enero a Febrero de 2015, se da cuenta de los convenios que el Ministerio de Finanzas
suscribió con instituciones bancarias en Beijing por un monto aproximado de $7.500 millones.
14
De acuerdo a lo mostrado el Gráfico 8, la deuda pública con respecto se ha ido elevando a lo
largo de la gestión de Rafael Correa, y en el 2016 ascendía a 36,6% del Producto Bruto Interno.
Asimismo, a febrero del 2017, la deuda externa se situó en $26.499,50 millones, de los cuales
un 62.7% es financiado por La República Popular China y los organismos multilaterales. 15

13
http://www.eluniverso.com/noticias/2015/04/12/nota/4756321/deuda-pais-crecio-18000-millones
14
En estos boletines trimestrales se presenta información sobre ejecución presupuestaria. Más información en:
http://www.finanzas.gob.ec/wp-content/uploads/downloads/2015/04/BOLETIN-TRIMESTRAL-2015-I.pdf
15
Entre los principales organismos multilaterales figura el BID, CAF y el FMI con una suma total de $8.287,5
millones. Más información en: http://www.eltelegrafo.com.ec/noticias/economia/8/china-abarca-el-31-4-de-la-
deuda-externa
Gráfico 8: Saldos de la deuda pública total y su relación con el PBI (2000-2016)

Fuente: Banco Central Ecuador

De igual manera, el año 2015 cerró con un gasto público de 38,74% del PBI que significo
4,61puntos menos en comparación al año anterior.16 Dicha disminución en el ritmo de la
inversión pública es producto de dos fenómenos globales: la caída de los precios de petróleo y
la apreciación del dólar; lo cual afecta la capacidad de importar y la de inversión pública. Por
tales motivos, el gobierno diseñó sistemas de salvaguardias por sobretasas arancelarias que
representan $8.500 millones en importaciones con el objetivo de reducir cuando menos $2.200
millones en concepto de bienes importados.

A pesar de ello, tal como se muestra en el Gráfico 9, el balance que tuvo las gestiones de
gobierno de Rafael Correa hasta el 2015 habían sido positivas sí se comparaban con el periodo
anterior a la entrada del corresísmo en el cual el proceso de inflación era excesivamente alto y
las condiciones de inestabilidad eran alarmantes. Por estos motivos, la recuperación y el avance
de Ecuador como un país con mucho potencial se ve reflejado en la percepción de los
ciudadanos, quienes lideran el ránking a nivel de toda América según el informe promulgado
del Barómetro de las Américas (2015).

16
En ese mismo año, el sector educación representó un 10.35% por del gasto público; sanidad, un 10.23%, y la
defensa, 5,95%. Más información en: http://www.datosmacro.com/estado/gasto/ecuador
Gráfico 9: Percepciones estimadas de la economía nacional por país, 2014.

Fuente: Barómetro de las Américas por LAPOP, 2014.

CONCLUSIONES:

 En definitiva, Rafael Correa ha logrado consolidar las características y afianzar las bases
de un régimen de tipo autoritario-competitivo en el sentido de que hizo uso de las
instituciones y mecanismos democráticos como fue en el caso de la adopción de las
consultas populares y los referéndums para legitimarse. Y con ello, logró que la
separación de funciones y la autonomía de las instituciones se volviera más
imperceptible y difusa. Asimismo, las garantías civiles no fueron ampliamente
valoradas y tomadas en cuenta. En otras palabras, se puede decir que la participación
ciudadana a nivel político fue reducida a escenarios de votos. La deliberación y el debate
público no fueron prioridad del gobierno. Ergo, hay que reconocer que el apoyo popular
al presidente Correa estuvo basado en la medida en que los proyectos políticos
funcionaron y otorgaron beneficios concretos a los ciudadanos, especialmente los de
carácter económico; sin embargo, esta forma pragmática de resolver las demandas
sociales y, por tanto, de lograr legitimarse conllevan a una tendencia al desgaste de la
figura del presidente Rafael Correa como Jefe de Estado, lo cual devino en
manifestaciones populares en las calles en contra de la forma de gobierno que este
impulsó. Y si tomamos en cuenta un factor transversal a los otros como lo es el
populismo, nos damos cuenta que la forma de régimen se logró personalizar aún más y,
en alguna medida, se interiorizó la imagen paternalista-profesor del Presidente en el
imaginario colectivo el cual no permitió ni dio opción a todo tipo de crítica o
desacuerdo.

 De esta manera, resalto la trascendencia y significancia que ha tenido el presidente


Rafael Correa en la historia del Ecuador, puesto que su forma de gobierno no es solo
nuevo ante su país, sino ante la región de América Latina, y el mundo entero. Los
avances y la reformulación de un sistema económico más inclusivo gracias a una firme
decisión por parte de Correa han permitido que el país haya superado largas trabas y
dificultades que habían impedido el crecimiento del mismo. Sin embargo, a nivel de
construcción de cultura política y respeto de las opiniones ciudadanas, las percepciones
no nos han permitido asegurar que se haya vivido en un proceso de democratización.
Por tal razón, es que insisto en señalar que gran parte de desarrollarse como país es
desarrollarse primero como una sociedad posible de debatir, deliberar y consensuar en
todos los ámbitos sin temor a la represión de ideas, de esta forma se generará pluralismo
de ideas que serán necesarios para la estabilidad de un sistema democrático en la que
Estado y Sociedad Civil cumplen roles interrelacionados uno con el otro que promueven
el mejor funcionamiento del sistema institucional político.
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