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Cultívese la sociabilidad con un buen

fin
Vuelvo a instaros acerca de la necesidad
de cultivar la pureza en todo pensamiento,
palabra y acción. Tenemos una
responsabilidad individual delante de Dios,
una obra individual que nadie puede hacer
por nosotros; consiste en hacer mejor el
mundo por los preceptos, el esfuerzo
personal y el ejemplo. Aunque debemos
cultivar la sociabilidad, no debe ser
meramente para divertirnos, sino con un
propósito. Hay almas que salvar. Acercaos
a ellas por el esfuerzo personal. Abrid
vuestras puertas a los jóvenes que están
expuestos a la tentación. El mal los invita
por todas partes. Tratad de interesarles. Si
ellos están llenos de defectos, tratad de
corregir estos errores. No os mantengáis
separados de ellos, sino antes acercaos a
ellos. Traedlos a vuestros hogares;
invitadlos a vuestro culto familiar. Hay una
obra que miles necesitan que sea hecha
por ellos. De todo árbol del huerto de
Satanás cuelgan frutas tentadoras y
venenosas, y se pronuncia una maldición
sobre todos los que las desprendan y
coman. Recordemos los requerimientos de
Dios para con nosotros en cuanto a hacer
clara, brillante y atrayente la senda del
cielo, a fin de que arrebatemos almas de
los destructivos ensalmos de Satanás.
Dios nos ha dado la razón para que la
usemos con propósito noble. Estamos aquí
como quienes son probados para la vida
futura. Es un período demasiado solemne
para que alguno de nosotros sea
descuidado o avance con incertidumbre.
Nuestro trato con otros debe caracterizarse
por la sobriedad y el ánimo celestial.
Nuestra conversación debe girar sobre
cosas celestiales 242
Entonces los que temen a Jehová hablaron
cada uno a su compañero; y Jehová
escuchó y oyó, y fue escrito libro de
memoria delante de él para los que temen
a Jehová, y para los que piensan en su
nombre. Y serán para mí especial tesoro,
ha dicho Jehová de los ejércitos, en el día
que yo tengo de hacer: y perdonarélos
como el hombre que perdona a su hijo que
le sirve." (Mal 3: 16, 17.)
¿Hay algo más digno de embargar la
mente que el plan de la redención? Este es
un tema inagotable. El amor de Jesús, la
salvación ofrecida por este amor infinito al
hombre caído, la santidad del corazón, la
verdad preciosa y salvadora para estos
postreros días, la gracia de Cristo: éstos
son temas que pueden animar el alma, y
hacer sentir a los puros de corazón aquel
gozo que los discípulos sintieron cuando
Jesús vino y anduvo con ellos mientras
viajaban a Emaús. El que ha concentrado
sus afectos en Cristo apreciará esta clase
de asociación santificada, y recibirá fuerza
divina por un trato tal; pero el que no tiene
a recio por esta clase de conversación
prefiere hablar de insensateces
sentimentales, se ha alejado de Dios, y va
muriendo para las aspiraciones altas y
nobles. Los tales interpretan lo sensual y
terrenal como si fuese celestial. Cuando la
conversación es de carácter frívolo y es
una desasosegada búsqueda de simpatía y
aprecio humano, brota de un
sentimentalismo amoroso enfermizo, y ni
los jóvenes ni los hombres de canas están
seguros. Cuando la verdad de Dios sea un
principio permanente en el corazón, se
asemejará a una fuente viva. Pueden
hacerse tentativas para reprimirla, pero
brotará en otro lugar; si está allí no puede
ser reprimida. Cuando la verdad está en el
corazón es un manantial de vida. Refresca
a los cansados, y refrena los pensamientos
y las palabras viles.
¿No están sucediendo bastantes cosas en
derredor nuestro para mostrarnos los
peligros que asedian nuestra senda? Por
doquiera vemos náufragos de la
humanidad, el culto familiar descuidado,
hogares quebrantados. Hay un extraño
abandono de los principios buenos, un
rebajamiento de la norma de la 243
moralidad; están aumentando rápidamente
los pecados que atrajeron los juicios de
Dios sobre la tierra en ocasión del diluvio y
la destrucción de Sodoma por el fuego.
Nos estamos acercando al fin. Dios ha
soportado largo tiempo la perversidad,
pero su castigo no es menos seguro.
Apártense de toda iniquidad los que
profesan ser la luz, del mundo. Vemos
manifestado contra la verdad el mismo
espíritu que se vio en el tiempo de Cristo.
Por falta de argumentos bíblicos, los que
anulan la ley de Dios fabricarán mentiras
para manchar y ennegrecer a los obreros.
Así lo hicieron con el Redentor del mundo;
y así harán con quienes le sigan. Serán
presentados como verdad informes que no
tienen el menor fundamento.
SECCIÓN I El Propósito de Dios Para la Juventud
A fin de que la obra pueda avanzar en todos los
ramos, Dios pide vigor, celo y valor juveniles. El
ha escogido a los jóvenes para que ayuden en
el progreso de su causa. El hacer planes con
mente clara y ejecutarlos con mano valerosa,
requiere energía fresca y no estropeada. Los
jóvenes están invitados a dar a Dios la fuerza
de su juventud, para que por el ejercicio de sus
poderes, por reflexión aguda y acción vigorosa,
le tributen gloria, e impartan salvación a sus
semejantes (Obreros evangélicos, pág. 69). 15

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