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Perspectiva del Agua
Oscar Pastor Paredes1
El agua es incolora, inodora e insípida; no tiene color, olor ni sabor, está formada
por la combinación de un volumen de oxígeno y dos volúmenes de hidrógeno,
definición aceptada universalmente; no así su origen, que mantiene discusiones
atávicas.
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Ingeniero de Minas, Licenciado en Antropología, Magister en Administración de empresas, Magister en
Gerencia Social. Candidato a Doctor en Ciencias Sociales.,
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1. El valor del agua
Más allá de los valores de uso y de cambio que acuñara Marx, el agua tiene un
alto “valor de símbolo” en las relaciones del hombre con su historia y con su
entorno, “cualquiera que sea el conjunto religioso en que se presenten, la función
de las aguas es siempre la misma: la de desintegrar, abolir las formas, lavar los
pecados, purificando y regenerando al mismo tiempo” (Sanchez, 2013); el agua
tiene un indiscutible “valor de signo” en la sociedad, la persona que tiene acceso
o carece de agua y saneamiento es estigmatizado en todas las sociedades del
mundo, eres “ciudadano si tienes agua, si no la tienes eres un no ciudadano, si
una persona no tiene agua se considera un marginal” (E3); el agua natural
disponible en la naturaleza se transforma en agua procesada, distribuida y
comercializada en las ciudades (Martos Núñez, 2015) afirmar que el agua “entra
como una mercancía y sale como un detritus o residuo”, algunos científicos elevan
el valor del agua hasta niveles celestiales, para luego devolverlo al submundo de
lo abominable, “de diosa pasó a ser mercancía y medio para transportar desechos”
(Consejo, 2016).
2. Abundancia y escases
Cuadro N°
Disponibilidad hídrica mundial
Disponibilida Población
Continente d hídrica per mundial
cápita
América del Norte 15% 8%
América del Sur 26% 6%
Europa 8% 13%
África 11% 13%
Asia 36% 60%
Australia - 5% <1%
Oceanía
Cuenca Producció
n PBI
Pacifico 21.8% 65.98% 80.4%
Atlántico 97.26% 30.76% 17.6%
Titicaca 0.56% 3.26% 2.0%
En el Perú existen 8,355 lagunas, 1,007 ríos que en conjunto recorren más de
80,000 kilómetros, que conforman en 159 cuencas, además se han cuantificado
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2,679 glaciares y 743 represas. Los ríos bajan de la cordillera [de los Andes] a las
vertientes hidrográficas del Pacífico (381), del Atlántico (564) y del Titicaca (62)
(ANA2, 2017), irrigando valles costeros, construyendo cañones profundos y
vastos llanos amazónicos.
El uso del agua puede ser “consuntivo”, es decir que se consume efectivamente
durante alguna actividad, como la agrícola, poblacional, industrial, etc., o “no
consuntivo”, donde se utiliza el agua sin consumirse efectivamente, como en la
actividad energética, donde luego del aprovechamiento por las hidroeléctricas,
puede estar apta para otros fines, como los agrícolas. En el Perú el 54% del agua
se usa para agricultura, el 37% para usos energéticos, 4% para consumo humano,
similar cifra para uso industrial, 0.7% se destina en actividades mineras y 0.2%
para uso pecuario (MINAGRI, 2017); estos promedios varían entre continente,
países y ciudades, donde el agua es destinada a consumo humano, industrial,
comercial y público, en esta última categoría están la limpieza de calles, fuentes,
riego de parques, atención de emergencias, entre otros.
3. Elemento de la vida
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los primeros alimentos, juegos y recuerdos están llenos de agua; entre el 65% y
70% del peso del cuerpo humano y el 9% de la sangre es agua. Los sentimientos
humanos, en especial la alegría, la tristeza, están rodeados o contenidos en ella,
su relación con el hombre es vital, se siente dueño y guardián del agua, sin ella
no hay recuerdos, no hay vida, no hay futuro. El agua es apariencia y esencia.
Desde el plancton hasta los grandes mamíferos, desde los pequeños helechos
hasta los grandes árboles necesitan del agua para crecer y dar vida.
El agua, junto con la tierra, aire y fuego fueron considerados por los filósofos pre
socráticos, elementos constitutivos de la materia, su interrelación, desequilibrio o
falta de armonía explica las enfermedades, carácter y tendencias del
comportamiento de los hombres, el agua es influyente en el comportamiento
social, que filósofos y chamanes, a partir del conocimiento y las virtudes
espirituales, son revelados como designios de los dioses, de los astros o de los
gobernantes.
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(E3), el agua es totémica, “une e identifica a los hombres” (Freud: 1991), para ser
justos también los separa, el agua está en los extremos de la vida, en el
nacimiento y en la muerte. El agua da y quita la vida, inspira confianza y miedo,
“el agua es divina y demoniaca, te paras a la orilla del mar y vez inmensidad,
fuerza, pero a la vez la serenidad y tranquilad, hasta la sientes predecible y
confiable; entras un poquito más y te deshace como una hoja”, (E3).
El agua es un elemento que facilita la relación del hombre con los dioses; quien
controla el agua controla a los dioses, consecuentemente ejerce dominio sobre la
sociedad. El imaginario popular utiliza diversas metáforas que para relacionar las
fuentes y cursos de agua con los dioses: “Los ríos acarician la tierra con un largo
abrazo”, “el océano une al cielo y la tierra”, “al fondo del lago descansan los
dioses”, son algunos ejemplos.
Los mitos de origen consideran al agua como su principal elemento, las lagunas y
manantiales fueron considerados como Pacarinas2, “lugares o sitios sagrados,
donde residían los dioses, seres míticos o protectores de la vida”. El agua es el
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Las Pacarinas son lugares sagrados de donde proceden los linajes andinos o Ayllus, lagunas, manantiales, peñas, montañas,
o cuevas profundas de donde surgieron los primeros padres
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origen de la vida y fuente de poder, los incas consideraron “al lago Titicaca como
fuente de subsistencia, como centro de origen de la progenie humana y del linaje
incaico. Allí el dios Wiracocha crea los luminares sol y luna, y también a la primera
y segunda generación de hombres, de las cuales la primera queda convertida en
piedra” (Polo, 2012).
4. Agua y sociedad
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Las sociedades de cazadores y recolectores se agrupan o separan según la
abundancia o escasez del recurso, sus técnicas en cada caso son diferentes, los
sistemas de producción, reproducción y de gobierno de las sociedades
sedentarias para aprovechar al máximo el agua de los ríos, lagos, lagunas y
puquios para ampliar la frontera agrícola, son también diferentes. El alto nivel de
desarrollo tecnológico alcanzado en el antiguo Perú perfeccionado por los Incas,
ha dejado muestras de cultura material de alta factura en Tipon, Kenko,
Ollantaytambo y Machupicchu, testimonio de la gran importancia económica,
política, militar y religiosa que tuvo el agua en la vida de las personas.
El uso del agua es un signo de distinción de los hombres, en la época Inca, los
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sociales y económicas. Los Baños de Diana en Málaga – España, construidos en
1843, tenían cuartos de uso público para señoras y caballeros, “un magnifico salón
de descanso empapelado y adornado con gusto, sin omitir nada en su mueblaje,
dos grandes albercas para baños generales de señoras y caballeros, dispuestos
todas las comodidades y desagoto apetecible” (Dominguez, 2009)
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empezó a cambiar a partir de 1825, luego que Simón Bolívar ordenó se apliquen
tributos en la construcción del panteón y aguas.
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resuelve el reclamo que surge “cuando la población se aglomera en ciudades, por
inercia empieza a pedir primero agua y después saneamiento” (E7), “la gente te
pide agua, tú no ves una marcha por saneamiento” (E3), las obras para llevar agua
potable a las casas no tienen resistencia de la población, “si te pones hacer agua
tienes menos problemas” (E11), el agua potable “no es contaminante, tú la puedes
almacenar, conducir y distribuir a menos costo que el desagüe” (E21),
políticamente “hacer conexiones [de agua] te da los mismos réditos, que tener
agua y desagüe juntos, pero si tienes problemas para concretar el desagüe” (E11).
Muchos gobiernos de países en desarrollo tienen dificultad para llevar los servicios
públicos a todos los ciudadanos, el interés y capacidad de las autoridades políticas
por la gestión del agua urbana, varía según la disponibilidad del agua natural, la
ubicación geográfica de la localidad, el interés electoral, los presupuestos, y la
capacidad para tomar y ejecutar decisiones políticas, entre otros, “el alcalde
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considera [al agua] un tema prioritario”, (E8) en su relación local con los
ciudadanos, es el servicio público que más identifica la gente.
Hasta no hace muchos años, el sistema tarifario peruano solo tenía en cuenta los
costos de producción y del servicio, la incorporación de financiamiento orientados
a incrementar la cantidad y asegurar la calidad del agua natural es reciente,
también está incorporando progresivamente en la tarifa conceptos de gestión de
riesgos y adaptación del cambio climático; mantiene una estructura de subsidios
cruzados, modelo que pretende proteger a la clase económica más baja. A pesar
que el Perú tienen una institución especializada para regular las tarifas de los
servicios públicos, en promedio el margen operativo es negativo o cercano a cero,
situación que no permite el autofinanciamiento de grandes inversiones, los que los
obliga a solicitar presupuesto público, manteniendo a las empresas en una
permanente debilidad institucional.
Si bien es cierto que del lado político existen presiones sociales para que
mantener tarifas bajas, por el lado empresarial podrían surgir criterios opuestos,
el sustento además de orientarse a la sostenibilidad y mejora de las actividades,
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también pueden esconder la discusión que surge del dilema de (Okun, 2015),
citado por Otero que afirma que “si quieren una economía altamente competitiva
y eficiente, tienen que aceptar cierto grado de desigualdad”, que complementa con
un una sentencia que complementa el concepto de equilibrio de baja intensidad;
que afirma que “si la prioridad es crear una sociedad igualitaria, el sacrificio es
vivir en una economía menos eficiente”.
Sea cuales fuera las razones que respaldan las decisiones de incrementar o no
las tarifas, su impacto en la calidad de los servicios es innegable, si estos se
deterioran o el equilibrio se rompe, surgen protestas, de la población; “cuando la
voz es insuficiente, la población recurre a la violencia, y cuando es extrema,
amenaza la gobernabilidad” (Rojas: 2010)3, situación que de acuerdo a (Uribe,
2004) “se pueden resolver de manera extrema mediante la disminución de las
demandas (autoridad) o el reforzamiento de la capacidad de respuesta del estado
(buen gobierno)”.
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ROJAS ORTUSTE Frank, Gobernabilidad y gobernanza. De la teoría a la práctica, aplicación en los servicios de agua potable
de saneamiento. ANEAS México, 2010. “el resultado de la desproporción entre las demandas sociales y la capacidad de
respuesta del sistema político para responder a las mismas
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Referencias
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