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La masculinidad hegemónica demanda la asunción de prácticas de riesgo (las cuales no se

perciben como tal o se menosprecian) como vía para la asunción de la identidad, por lo que el
tema del cuidado de sí debe atravesar por: varios de los mandatos de la masculinidad, los cuales
se han convertido en prácticas cotidianas, por ejemplo: la proveeduría, la cual se vincula con el
temor o incertidumbre ante la pérdida del empleo por atenderse y usar tiempo “productivo” o
no poder encontrar tratamiento y producir menos (Schraiber, Gomes & Couto, 2005); pero
también debe atravesar las demandas del contexto económico neoliberal que exige maximizar
las ganancias sin mediar en las responsabilidades para con las personas (Muñoz, 2016) ; así el
tema del cuidado es un tema de posicionamiento frente a estos mandatos, responsabilizarse y
el apropiarse del cuerpo de sí.

Tanto hombres como mujeres necesitan ser vistos en su singularidad, pero también en el plano
relacional y en interacción con estos marcos macro sociales con normas, preceptos y demandas
que orientan la acción pero que no la determinan de manera inevitable.

Schraiber, Lília Blima, Gomes, Romeu, & Couto, Márcia Thereza. (2005). Homens e saúde na
pauta da Saúde Coletiva. Ciência & Saúde Coletiva, 10(1), 7-17.
https://dx.doi.org/10.1590/S1413-81232005000100002

Muñoz, N. (2016). Cuidado de sí masculino o instrumentalización de los varones adultos jóvenes.


R Katál Florianópolis, 19(1) p. 13-21

El más común es que hombres casados dependen de sus mujeres en el cuidado de la salud, por
lo cual el matrimonio es un factor de protección para ellos, cosa que no ocurre con las mujeres
(Schraiber, Gomes & Couto, 2005).

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