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La Institucionalidad Chilena que quiso nacer del fin del Patrón Bimetálico

Autor: Raúl Andrés Achata Alcázar

Durante la segunda mitad del siglo XIX, Chile estaba inmerso en medio de un sistema monetario
totalmente libre y basado en el patrón bimetálico del oro y la plata. No existía ningún ente
regulador que controlase adecuadamente la acuñación de monedas y menos que apacigüe el
efecto del comercio exterior sobre la valorización de mercado de los metales preciosos. Ante
ello, Chile sufrió una inestabilidad monetaria importante, lo que llevó al pueblo a desconfiar de
este sistema y a buscar nuevos medios de transacción, como lo son los billetes.

El 23 de Julio de 1860 se creó la Ley de Bancos de Emisión, la cual regulaba qué instituciones
financieras tenían la capacidad de emitir billetes pagaderos a la vista y al portador, así como
distintas regulaciones que trataron de mantener un sistema de “banca libre” (Couyoumdjian,
2016). La causa de la promulgación de esta ley se dio por la falta de regulación del sistema del
patrón bimetálico que imperaba en Chile antes de 1860, lo que provocó múltiples azotes al
comercio y a la libertad del mercado monetario.

Primero se debe reconocer que el patrón oro reinó a casi todo el mundo hasta pasada la Segunda
Guerra Mundial (Lovera, s.f.). Las reservas físicas de oro eran la base de la confianza de las
personas en el sistema monetario, al mismo tiempo que facilitaron las transacciones de bienes
y contuvieron el peligro de un exceso de crédito entre los banqueros. Sin embargo, en Chile este
sistema mermó la confianza del pueblo y rompió la dicotomía clásica que postulaba Keynes: las
variables reales sí determinaron variables nominales. Como se utilizaban monedas de oro y
plata, el valor intrínseco de éstas estaba ligado netamente a la valorización de mercado que
internacionalmente se les otorgaba. Luego, como la plata se devaluó relativamente al oro, las
personas decidieron deshacerse de estas monedas, quedándose únicamente con las monedas
de oro.

La falta de monedas de plata afectó negativamente al comercio, porque no se tenían los medios
para poder efectuar compras chicas o baratas. Las monedas de oro valían mucho y no permitían
un correcto intercambio de bienes. Por esto, muchas casas comerciales y habilitadores mineros
comenzaron a emitir ilegalmente sus propios medios de cambio, como por ejemplo el papel
moneda. Esta es una de las consecuencias más claras de por qué el patrón bimetálico no era
inviable: terminó eliminando el valor intrínseco y la confianza de las personas en las monedas
de plata, dando pie a que terceros puedan emitir billetes de forma ilegal. Al mismo tiempo, estos
mismos señores ocultaron las monedas para hacer más lucrativo su negocio, de forma que más
personas dedican optar por sus papeles moneda y no por los de la competencia.

Observando que naturalmente las personas se desligaban del patrón oro, se puede decir que el
ajuste del libre mercado y las fuerzas de la Mano Invisible sí actuaron para regular el sistema
monetario de Chile. Las personas optaron por utilizar los papeles moneda de diversos “bancos”
ilegales para poder llevar a cabo sus transacciones. No se necesitaba ver las reservas de capital
de cada emisor de estos billetes, porque las personas se acostumbraron a confiar simplemente
en que el valor de los billetes que recibían, valía realmente lo que sus letras impresas decían. No
obstante, es aquí donde el Estado tuvo que intervenir para no crear una suerte de monopolio
de billetes ilegales entre las principales casas comerciales.

Bajo la premisa anterior, se comenzó a gestar la idea de que la institucionalidad debía llegar para
quedarse en el sistema bancario chileno, con lo que se invitó al país a la ilustre figura de Jean
Gustave Courcelle-Seneuil. Este afamado economista liberal del siglo XIX fue el propulsor
ideológico de la creación de instituciones que regulen el mercado monetario con el fin de evitar
los claros problemas del patrón bimetálico, así como de los nuevos papeles moneda que
comenzaron a circular sin ninguna clase de permiso u autorización. Así, el economista francés
asesoraba en materia de políticas públicas al gobierno de turno, a la vez que escribía y difundía
sus ideas liberalistas por medio del diario. Con esto, la sociedad como conjunto vio necesaria la
formulación de leyes que traten de regular el sistema monetario y aseguren su correcto
funcionamiento.

El patrón bimetálico y sus falencias para mantener la estabilidad del sistema bancario de Chile
en el siglo XIX dieron paso a la instauración del primer intento de institucionalización del
mercado de monedas. Los efectos negativos en el comercio interno, así como la eliminación
natural de las monedas más devaluadas y el uso de billetes sin respaldo físico, fueron el punto
de partida para demandar una legislación que otorgue las prerrogativas de emisión de billetes a
diversas instituciones, como fueron los denominados “bancos de emisión”. El nacimiento de la
Ley de 1860 se debe en parte a las fallas del antiguo sistema monetario que destruyeron el
esquema bimetálico en Chile, así como en el trabajo del economista Courcelle-Seneuil, quien se
encargó de explicar a la población mediante el diario las ventajas de crear una banca libre
institucionalizada y controlada para evitar cualquier daño a la confianza de las personas en los
nuevos papeles monedas que comenzaron a surgir.

Referencias
Couyoumdjian, J. P. (2016). Economía sin Banco Central, La Banca Libre en Chile (1860-1898).
Santiago: El Mercurio Ediciones.

Lovera, M. A. (s.f.). ¿Por qué cayó el patrón oro? Obtenido de Dinero en Imagen:
http://www.dineroenimagen.com/2013-08-15/24568#view-1

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