You are on page 1of 5

Anastasia Melnik

Clemens Franken Kurzen


Literatura Universal II - LET1012-3
Miércoles 10 de Octubre, 2018.

La sumisión en el mundo de ilusiones y la promesa irreal que oculta el Romanticismo.

Gustave Flaubert demoró 5 años en escribir “Madame Bovary·, su primera obra maestra,
una de las más conmovedoras y mejor escritas de la literatura. Publicada en un solo tomo
en 1857, después de sus publicaciones por capítulo en la La Revue de Paris durante 1856.
Esta publicación supuso el inicio del movimiento realista de la segunda mitad del siglo
XIX. En esta obra, el autor logra plasmar, analizar y enjuiciar la vida de la élite burguesa
formada en el periodo subsiguiente de el gobierno absolutista de Napoleón III. Hasta
Flaubert, la novela era considerada un genero plebeyo, a diferencia de la poesía , donde la
belleza del lenguaje alcanzaba su máxima expresión. Flaubert se empeño en que la prosa
narrativa tuviera también la excelencia artística de la poesía, y dio en un método de trabajo
según el cual, una frase alcanzaba la perfección si pasaba la prueba musical, es decir, si al
leerla en voz alta encantaba al oído. Eso hace que esta obra tenga la apariencia del “que
nada falta y nada sobra”.
En esta historia, la protagonista, Emma Rouault, una mujer crédula y soñadora, se casa con
el médico Charles Bovary y vive la vida rutinaria del pueblo de Yonville, pretendiendo
encontrar la esquiva felicidad que tanto anhelaba extraída de sus novelas románticas, una
felicidad aparente y superficial. Flaubert crea una figura femenina mediante la cual hace
uso de la ironía como critica al romanticismo. Se embarca a lo largo de la novela hacia una
ruina tanto integra, como financiera. Muy bella en apariencia como se demuestra por las
reacciones de lo hombres en la obra, pero en su interior es moralmente corrupta e incapaz
de aceptar y apreciar la realidad de su vida. Desde su infancia, en un convento donde
recibió su educación, fue alimentando constantemente su insatisfacción y descontento hacia
la vida cotidiana y monótona, por medio de lecturas de novelas románticas.
A lo largo de este ensayo se demostrara hasta que punto estas novelas dirigen a la
protagonista a soñar y anhelar las formas más puras de riqueza y amor, a idealizar estas
emociones que le prometen dar lugar a su felicidad, con el objetivo de analizar cómo su
actuar es encarrilado hacia la constante búsqueda de esta plenitud prometida estando
destinada a la persistente insatisfacción crónica, que finalmente concluye con el suicidio de
Emma. Para estos fines, se realizara una breve mención al concepto del Bovarismo
propiamente tal, de donde se desprende el carácter trascendental de esta obra y se ve
inmersa la reprobación al romanticismo, y posteriormente, con la finalidad de respaldar la
hipótesis, se describirá su insatisfacción matrimonial y amorosa, se examinara su
incapacidad de ver la belleza en su realidad concreta, como es el caso de su hija Berta, y se
detallara su descontento continuo, ya que Emma nunca reconoce que sus deseos son
irrazonable.

El Bovarismo es el estado de insatisfacción crónica de una persona, producido por


el contraste entre sus ilusiones y aspiraciones , las que generalmente son desproporcionadas
respecto a sus propias posibilidades, con la realidad, que suele frustrarlas. En esta misma
línea, aquello que explica las existencia de este idealismo en Emma, son las novelas
románticas. Por lo que este genero literario gatillo el suicidio de madame Bovary, en
contraposición y debido a la denegación del personaje principal hacia el realismo. El
término fue utilizado por primera vez por el filósofo francés Jules de Gaultier en su estudio
Le Bovarysme, la psychologie dans l’œuvre de Flaubert (1892), en el que se refiere a esta
novela y en concreto a la figura de su protagonista, Emma Bovary, que se convirtió en un
prototipo de la insatisfacción conyugal.
Su primera ilusión de amor inició el día en que Charles Bovary fue requerido de urgencias
en Les Bertaux y fue cautivado por la belleza de Emma en la primera instancia en que el la
divisó. Ella, queriendo una vida más lujosa, con una sociedad más alta, estando aburrida del
campo, acepto entregar su mano en matrimonio.
A lo largo de este matrimonio la frustración fue tomando lugar para Emma, quien se daba
cuenta que no estaba enamorada de su marido, y que con el tiempo, aquello que parecía ser
el oasis para su espíritu inquieto y fantasioso, atizado por las aventuras fascinantes de las
novelas de amor que lee, no era más que otra de sus desgracias. Antes de casarse había
creído estar enamorada, sin embargo, Emma se cuestionaba: “Donde están las cartas
apasionadas, los caballos reventados yendo en búsqueda de la amada , donde están los
bosques sombríos en los que amantes sin miedo ninguno se hacen juramento, donde están
las lagrimas y las risas, y los besos furtivos. Donde,…acaso los hombres no deben saberlo
todo, iniciar a la mujer en los refinamientos, en la vida de la alcoba”1 sentía que su marido
no deseaba nada, ni le enseñaba nada. Parecía que todo fuese a seguir así por siempre hasta
que a finales de Septiembre, la pareja fue invitada a Vaubyessard, a casa del marqués de
Anvervilliers. A Madame Bovary tanto lujo le producía palpitaciones. Al bailar el vals con
el vizconde, se produjo en el interior de Emma un deseo que se convertiría en el inicio del
periodo de extravagancias para la joven, donde contrata a Felicidad. Pasado el tiempo, a
Madame todo le empezó a irritar , dejo la música de lado y ya nada le satisfacía. Ella no
aceptaba la realidad provinciana. Se mudaron, y fue en este nuevo lugar donde conoció a
León, con quien compartía muchos intereses. Emma quedo embarazada, y tenia la
esperanza de que fuera un varón ya que tenia la convicción de que los hombres eran libres
de hacer lo que quisieran. Nació una niña. Vio a su hija 6 semanas después del parto. El
señor León la acompaño a ese encuentro, y el pueblo entero sospecho que había algo entre
ellos dos, ya que León estaba enamorado de ella. Emma al enterarse decide alejarse y
esconder su verdadero sentir, y León cansado de ese amor tan inaccesible abandono toda
esperanza y se fue a Paris. Más tarde Emma se da cuenta que perdió su única esperanza de
felicidad y se maldijo por no haberlo amado como su alma y cuerpo lo reclamaban. Ella
apetece demasiadas cosas, es una mujer caprichosa que quiere que su sueño sea realidad .
Se lleno de odio y rabia, paso meces en cama enferma, pero un buen día un hombre muy
rico llamado Rodolfo Boulanger, con unas palabras galanas sobre la mediocridad
provinciana y de las desilusiones pérdidas, de las atracciones irresistibles, logro atrapar la
mente soñadora de Emma y se entrego completamente a el: “Tras estar con Rodolfo -su
primer amante- por fin conocería esos goces del amor, esa fiebre de felicidad que pensó
que nunca experimentaría. Ahora entraría en algo maravilloso donde todo sería pasión,
éxtasis, delirio”2. Cuando la supuesta realización de sus ilusiones amorosas se acercaban al

1 Flaubert, Gustave. Madame Bovary. Sant Vinceç del Horts: Ed. Orbis,S.A. y Ed. Origen S.A,
1982, p.36.
2 Flaubert, Gustave. Madame Bovary. Sant Vinceç del Horts: Ed. Orbis,S.A. y Ed. Origen S.A,
1982, p.149.
momento de la fuga con Rodolfo, la realidad la volvió a sumergir en su desgracia, ya que
el amante se arrepiente de la aventura al no querer asumir la responsabilidad de cargar con
una hija ajena y los gastos en que esta aventura significaría. Simplemente se aprovecho de
la belleza y el amor pasional tan grande que recibía de Madame Bovary. Un ideal falso. La
joven aspiraba a una vida distinta, de lujo, pasiones y excesos, algo que ella intenta
materializar enredándose en aventuras de las que saldrá cada vez mas golpeada y
humillada. Cuanto más se entregaba a uno, más detestaba a su marido. Defraudada siempre
por el espíritu mezquino, la cobardía y el egoísmo de esos hombres, a los que se entrega
creyéndolos a las altura de sus sueños. Siempre buscaba la causa de aquello que la hacia
sufrir como si estuviese en algo externo: “¿Qué felicidad en aquellos tiempos!..¡cuantas
ilusiones! ¡ya no quedaba nada de aquello ahora! Lo había gastado en todas las aventuras
de su alma …habiéndolas perdido continuamente a lo largo de su vida, como un viajero
que deja algo de su riqueza en todas las posadas del camino. ¿Pero quien la hacia tan
desgraciada?, ¿dónde estaba la catástrofe extraordinaria que la había trastornado? Y
levantó la cabeza, mirando a su alrededor”. Culpa a la sociedad de hacer imposibles sus
sueños. Al final , nuestra Protagonista, derrotada una y otra ves por esa realidad sórdida de
la cual ella era reacia, decide quitarse la vida injiriendo arsénico.

En síntesis, y volviendo a la propuesta inicial respecto a la irrealización e insatisfacción


como gatillante del desenlace trágico de Madame Bovary, podemos determinar que el
verdadero mal de nuestra joven protagonista es estar enamorada del amor, de un amor
ubicado por encima de todos los amores, de un deseo por encima de todos los deseos, lleno
de vuelos sentimentales de fantasía y melancolía, lo cual según Flaubert, compartía con su
personaje; “Madame Bovary soy yo”. Su fulminante ideal la ciega, y no logra valorar y
encontrar la realización amorosa en su matrimonio con Charles, que al final parece
aquejado por la misma enfermedad que su esposa. La muerte de Madame Bovary se
interpreta a la vez como un final de traición, porque es la muerte del sueño romántico. En
fin, una mujer insatisfecha que no haya su lugar en la vida junto a nadie al no poder
concluir sus deseos irrealizables, ya que no se percata de aquello que realmente necesita: a
sí misma.
Bibliografía

- Flaubert, Gustave. Madame Bovary. Sant Vinceç del Horts: Ed. Orbis,S.A. y
Editorial Origen S.A, 1982.

You might also like