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Cabeza

Cráneo

Inspección

La cabeza del paciente debe mantenerse erguida y firme. Un movimiento de agitación


horizontal o flexión puede asociarse a temblor; el movimiento de flexión pulsante hacia
delante en ocasiones se asocia a insuficiencia aórtica, especialmente si está sincronizado con el
pulso arterial. La sujeción de la cabeza inclinada hacia un lado para favorecer la funcionalidad
de un ojo u oído a veces se relaciona con pérdida de audición o de visión unilateral, así como
con tortícolis (acortamiento o contracción excesiva del músculo esternocleidomastoideo

Aspecto general

Forma

A continuación procede centrar toda la atención en la forma de la cabeza, que según el índice
cefálico (relación de la anchura máxima de la cabeza respecto a su longitud máxima) puede ser
dolicocéfalo (largo y delgado), mesocéfalo (Intermedio) y braquicéfalo (corto y ancho); dicha
forma puede ser distinta según la etnia. En ocasiones, la forma del cráneo puede orientar hacia
algún tipo de proceso en concreto; esta posibilidad es más frecuente en niños, en losque
puede ser claramente llamativo un abombamiento global del cráneo (por hidrocefalia), a veces
muy llamativo en la reglón frontal, o en los casos en adultos con displasia eplfisarla progresiva
en los que un crecimiento óseo anormal produce un aumento del diámetro craneal, además de
otras anomalías esqueléticas. También en la acromegalia, por aumento de partes blandas, y en
la enfermedad de Paget ósea puede haber un incremento del perímetro de la cabeza (incluso
pueden precisar un número mayor de talla del sombrero).

Implantación del pelo

Es habitual que en el varón haya una recesión bitemporal del pelo, que se acentúa con la edad
hasta llegar a la calvicie. Por el contrario, la observación de una Implantación muy anterior,
con pelo abundante, en sujetos de edad avanzada sugiere la presencia de un hipogonadlsmo
primarlo. La alopecia, especialmente si es areata, puede poner de manifiesto un estado de
ansiedad o una infección fúngica (tiña), mientras que la generalizada, con pérdida de todo el
vello corporal (universal), es más propia de un trastorno de tipo autoinmune o puede ser
debida a quimioterapia. Al mismo tiempo de la Inspección del pelo hay que examinar si existen
lesiones en el cuero cabelludo; estas pueden ser de tipos muy diferentes, pero cabe prestar
especial atención a las que se disponen en áreas expuestas al sol por la frecuencia de aparición
de epltellomas. En sujetos con poca higiene, o en niños en edad escolar, es conveniente buscar
intencionadamente la presencia de parásitos (piojos) o sus liendres, sobre todo en las áreas
temporales y en la nuca.

Arterias temporales

En ocasiones se pueden visualizar claramente, abultadas y tortuosas, en una o ambas sienes, lo


cual puede orientar hacia un engrasamiento y una induración de las mismas (arteritis de
Horton), que podrá confirmarse después en la palpación. Puesto que con la edad las arterias
temporales se hacen más manifiestas, por engrasamiento propio del envejecimiento y, a la
vez, se produce una atrofia del tejido celular subcutáneo, su simple visuallzaclón nunca debe
presuponer de forma Inequívoca el diagnóstico de arteritis.

Palpación

La palpación de la cabeza puede realizarse desde delante si el paciente está echado, aunque
también cabe llevarla a cabo desde cualquier posición (delante o detrás) si se encuentra
sentado. Es aconsejable siempre utilizar las dos manos simultáneamente con el fin de detectar
asimetrías que faciliten el hallazgo de anomalías como masas, reblandecimientos y puntos
dolorosos. De esta forma se Identificarán tumoraclones benignas, como lipomas, o malignas,
como metástasis o carcinomas. Las tumoraclones óseas pueden ser duras o blandas (o
reblandecimientos, lo que sugiere una osteólisis por una metástasis de una neoplasia epitelial
o por un mieloma) y dolorosas o Indoloras.

El cráneo se palpa con un suave movimiento rotatorio que evoluciona de forma progresiva de
delante atrás. Ha de percibirse simétrico y uniforme. Los huesos del cráneo no deben
diferenciarse, ya que sus puntos de fusión no suelen ser palpables después de los 6 meses de
edad. No obstante, en algunos individuos se percibe el borde de la sutura sagital. El cuero
cabelludo ha de moverse libremente sobre el cráneo, sin que se detecten signos como
sensibilidad dolorosa, inflamación o depresiones a la palpación. Una indentación o depresión
en el cráneo puede ser signo de fractura craneal. Palpe el pelo del paciente para percibir su
textura, color y distribución. Debe ser uniforme y con distribución asimétrica, sin puntas
partidas o quebradas. Un pelo áspero, seco y quebradizo en ocasiones se asocia a
hipotiroidismo, y uno demasiado fino y sedoso, a hipotiroidismo, aunque también puede ser
de origen familiar.

Las arterias temporales se exploran en busca de dolor a la presión o, incluso, simplemente con
una discreta fricción de la zona. Tal hipersensibilidad dolorosa, en general unilateral, ya la
refiere el propio paciente en ocasiones en la anamnesis con el simple roce del peine; en estas
circunstancias, a menudo la arteria se halla indurada y sin pulso, o cuanto menos muy
disminuido respecto al contralateral, lo cual sugiere una arteritis de Horton o de células
gigantes. Para la palpación del pulso arterial es aconsejable utilizar los tres dedos medios de
cada mano, con el fin de abarcar una mayor área y aumentar las posibilidades de su detección.
El pulso arterial habitualmente se detecta por encima y algo por delante de los pabellones
auriculares, aunque la situación anatómica de las arterias temporales no es necesariamente
simétrica. La Intensidad del latido suele ser bastante parecida en ambos lados, por lo que el
hallazgo de una diferencia remarcable puede orientar hacia una obstrucción de la arteria, lo
más habitual por trombosis debida a una inflamación (común en la arteritis de Horton); la
evidencia máxima de anormalidad es la ausencia de pulso. El pulso de la arteria temporal debe
diferenciarse del propio pulso, el cual a veces es perceptible en la yema de los dedos del
propio explorador al apoyarlos sobre una estructura ósea. Esto último suele ocurrir en la
palpación del pulso de cualquier arteria del organismo.
1.- Examen del cráneo. La posición de la cabeza puede sugerir algunas situaciones concretas:
desviada hacia un lado (tortícolis), hacia atrás (tétanos y meningitis), o más bien inclinada
hacia adelante y hundida entre los hombros (enfermedad de Parkinson y depresión). Algunos
movimientos anormales son particularmente evidentes: signo de Musset en la insuficiencia
aórtica (sacudidas rítmicas de la cabeza con los latidos cardíacos; se precisa mejor viendo al
paciente en posición sentada y de perfil), tics y movimientos extrapiramidales.

El tamaño y forma del cráneo determina algunas anormalidades con nombres específicos:
macrocefalia (cráneo grande: como en la hidrocefalia y acromegalia); microcefalia (cráneo
pequeño: como en la sífilis congénita y encefalitis); acrocefalia (aumento de altura: como en la
esferocitosis hereditaria); braquicefalia (cráneo casi redondo) y dolicocefalia (más largo en el
plano longitudinal).

La inspección del cuero cabelludo debe ir seguida de una palpación cuidadosa en búsqueda de
puntos dolorosos, depresiones o prominencias anormales. Detalles importantes se relacionan
con el color, grosor, cantidad y forma de implantación del cabello. En los hombres muestra una
curva de convexidad anterior con entradas frontoparietales.

En las mujeres dibuja sobre el cráneo una curva de concavidad anterior. En los sujetos
desnutridos el pelo se aprecia delgado y frágil, frecuentemente decolorado en forma desigual
con aspecto franjeado muy característico (signo de la bandera) y en el hipotiroidismo es
áspero, seco y quebradizo.

Cabe apreciar igualmente cicatrices, secreción o escamas, zonas de alopecia que pueden ser
circunscritas descamativas o eritematosas (tiña, alopecia areata y lupus discoide ), difusas
(radioterapia, antineoplásicos, intoxicación con talio y sífilis secundaria). El hallazgo de
prominencias o depresiones anormales y puntos dolorosos es importante en el traumatismo
encefalocraneano.

Exploración física

No se necesita ningún equipo especial para la exploración de la cabeza y el cuello. Debe


realizarse con el paciente sentado de cara al examinador. La exploración consta de los
siguientes pasos:

• Inspección.

• Auscultación de soplos carotídeos (comentado en el cap. 12, Sistema vascular periférico).

• Palpación.

Inspección

Debe inspeccionarse la posición de la cabeza. ¿Se mantiene erguida? ¿Existe alguna asimetría
en la estructura facial? ¿La cabeza está en proporción con el resto del cuerpo?

Debe inspeccionarse el cuero cabelludo para descartar lesiones, así como para describir el
cabello.

¿Se observa alguna masa? Si la respuesta es afirmativa, debe describirse su tamaño,


consistencia y simetría. Este quiste es liso, firme y se localiza en la línea media.
Palpación

La palpación permite confirmar la información obtenida mediante la inspección. La cabeza del


paciente debe estar ligeramente flexionada y acunada entre las manos del examinador.

Se deben palpar todas las áreas del cráneo para descartar zonas dolorosas o masas. Con las
yemas de los dedos, el examinador debe realizar movimientos circulares en la piel que recubre
el cráneo para valorar el contorno y descartar masas o adenopatías. Este movimiento de las
manos comenzará en la región occipital para desplazarse hacia la región auricular posterior,
que es superficial a la apófisis mastoides.

En todos los ganglios palpados debe valorarse su movilidad, consistencia y sensibilidad.

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