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Tratado Mahayana de la puerta luminosa

de los cien dharmas

(Mahayana-satadharma-prakasamukha Sastra)
Bodhisattva Vasubandhu (T. 1614)
Traducción al castellano del Ven. Mº Aigo Castro

Tradición Budadharma Zen Soto


Centro Miroku
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Introducción

Si bien el tema del presente texto se vincula al Abhidharma, la filiación


doctrinal de su autor y comentadores hizo que se incluyese en la sección
dedicada a la escuela Yogacara en el Tripitaka chino. El maestro indio
Vasubandhu (nacido en Gandhara hacia el siglo IV d.n.e.), es, junto a su
hermano Asanga, uno de los fundadores de la escuela Yogacara-Vijñanavada
del Dharma Mahayana. Pero antes de convertirse al Gran Vehículo,
Vasubandhu fue un crítico y sutil expositor de la escuela Sarvastivada,
inclinado hacia la dimensión centrada en los Sutras de los Sautrántikas. Uno
de los frutos más sobresalientes de esta primera etapa fue su Abhidharmakosa,
obra de una influencia tan decisiva, que terminó por convertirse en el texto
Abhidharma normativo para el curriculum Abhidharma del Tíbet, China y
Japón, además de dar origen a una escuela independiente en el país del sol
naciente.
A diferencia de la escuela Madhyamika, que desechó las elaboraciones
Abhidharma de los Sarvastivada y otros, la escuela Yogacara absorbió el
legado abhidhármico para reubicarlo en su paradigma Mahayana. Prueba de
ello es la presente obra, que sintetiza los cien factores básicos que constituyen
la realidad (“dharmas”) desde la perspectiva de la doble vaciedad, la del
individuo y la de los mismos dharmas.
Según el enfoque Abhidharma de Vasubandhu, un dharma es “aquello
que sostiene (dharana) una característica propia (sva-laksana)”
(Abhidharmakosa I: 4). Es decir, cada dharma es lo que es gracias a las causas
y condiciones que reúne para su existencia, no debido a una supuesta
naturaleza intrínseca de la que carece. Por ejemplo, el dharma “conciencia
visual” lo es porque sostiene la característica propia de la facultad mental que
ve, gracias a la conjunción de los dharmas de las formas visibles, el dharma del
ojo y la conciencia visual misma. Si faltase uno de los factores, no podría
surgir el dharma de la conciencia visual. Mutatis mutandis, lo mismo vale
para el resto de los dharmas.
Desde su origen, el Buda y sus primeros discípulos se ocuparon en
reconocer, clasificar y analizar los factores últimos de la realidad, tanto
condicionada como incondicionada. Dado que categorías como “individuo”,
“yo”, “otros”, “mundo”, etc., sólo son conceptos que enmascaran e impiden
reconocer directamente lo real, se desarrolló una indagación rigurosa que
resultó en el descubrimiento de los factores definitivos (de las partículas
existenciales, se podría decir) que configuran y constituyen la realidad: dichos
factores son los dharmas. Si bien diversas escuelas establecieron sus propias
clasificaciones, la más detallada es la que describe el presente texto.
Dado que un comentario detallado rebasaría los límites de esta
introducción, daremos al menos una síntesis de las cinco categorías
principales de dharmas. Pero antes, se impone el conocimiento básico de una
distinción fundamental: dharmas condicionados (samskrta-dharma) e
incondicionados (asamskrta-dharma). Las cuatro primeras categorías de
nuestro texto (dharmas de la mente, factores mentales, forma y formaciones
disociadas de la mente) son condicionadas, mientras que la última, como su
nombre indica, la componen dharmas incondicionados.
Según Vasubandhu, un dharma condicionado es aquel que se ha hecho
por causas en unión y combinación; a este respecto, conviene señalar que
ningún dharma es producido por una causa única, sino por la conjunción de
diversas causas y condiciones. Dado que son hechos, sus características
propias no cambian con el pasar del tiempo, por ejemplo, el dharma
“conciencia visual” sigue siendo tal, sin cambiar a otra conciencia en el futuro.
Todo dharma condicionado está sujeto a cuatro características: (1)
nacimiento: aquello que le hace surgir; (2) duración: aquello que le estabiliza;
(3) vejez: aquello que le deteriora; (4) impermanecia: aquello que le destruye.
Las características de los dharmas ejercen su operación en el instante (ksana),
es decir, cada dharma surge y desaparece instantáneamente.
Por el contrario, los dharmas incondicionados no se hallan sujetos a
dichas cuatro características. No se ubican en ninguno de los cinco agregados
que constituyen cada individualidad (forma, sensaciones, percepciones,
formaciones y conciencia), están fuera del tiempo y de la ley de causa-efecto;
los dharmas incondicionados permanecen en sus características propias, sin
semejanza alguna con la duración de los dharmas condicionados; los dharmas
incondicionados constituyen la realidad última (Abhidharmakosa I). A
continuación analizaremos brevemente las cinco categorías de dharmas.
a.- Dharmas de la mente: Incluye las cinco conciencias sensoriales (1-
5), que surgen a partir de la conjunción entre órgano y objeto (por ejemplo, la
conciencia visual tiene el ojo por base y la forma visible por objeto); la
conciencia mental (6), que tiene el órgano mental (7) por base y los objetos
mentales por objeto, es decir, la facultad cognitiva centrada en el yo que
produce pensamientos saludables, perjudiciales o neutros; el órgano mental
(7), como ya se indicó, es el factor productor de la idea del “yo y lo mío”, el
que perpetúa el orgullo y amor por el yo, está dotado de ignorancia e
impregna todos los estados mentales condicionados, ya sean saludables,
perjudiciales o neutros. En este punto, conviene aclarar que el órgano mental
no se identifica con el cerebro. Según Vasubandhu, dicho órgano es inmaterial
y constituye un factor fundamental para la continuidad de la existencia. Por
último, la conciencia receptáculo (8), tiene por naturaleza la acumulación de
todas las acciones psicofísicas del individuo bajo la forma de residuos de
hábito (vasana), que, al darse las causas y condiciones adecuadas, se
transforman en semillas (bija) que darán lugar a nuevas acciones psicofísicas.
La conciencia receptáculo es la base del órgano mental, pues éste le sirve de
objeto, esto significa que todas las acciones surgidas de la conciencia
receptáculo están “selladas” con la marca del “yo y lo mío”, impulsando así la
continuidad del ciclo de nacimiento y muerte.
b.- Dharmas factores mentales: Cada acto de conciencia siempre surge
asociado a varios factores mentales, como afirman los textos Abhidharma,
“como un rey que va siempre acompañado de su séquito”. En esta categoría se
concentran las cualidades saludables, perjudiciales y neutras que tiñen cada
acto de conciencia. Los cinco siempre presentes-activos, como su nombre
indica, configuran cualquier acto cognitivo básico. A partir de ahí, el acto
cognitivo se puede impregnar de algún factor específico, saludable, perjudicial
o indeterminado. En cuanto a las seis contaminaciones, las fundamentales son
las tres primeras, ya que las tres siguientes pueden considerarse
especificaciones de la ignorancia. Sucede lo mismo con las veinte
contaminaciones derivadas, que consisten en modalidades de la avidez,
aversión e ignorancia.
c.- Dharmas de la forma: Aquí se incluyen los factores que aglutinan el
denominado mundo de la materia (1-10), es decir, factores derivados de los
cuatro grandes elementos: tierra, agua, fuego y aire (o en su sentido sutil:
solidez, fluidez, temperatura y vibración). Asimismo, se incluyen los factores
de lo que se puede denominar “materia mental” (11): las partículas
subatómicas (a), el espacio material (b), las formas experimentadas como
resultado de la práctica del Dharma (c), las formas que configuran sueños e
imaginaciones (d) y los fenómenos producidos por el poder de concentración
y meditación (e). En este sentido, es necesario señalar que para el
Abhidharma, el término rupa puede entenderse como “materia física” y como
“forma”, por tanto, ésta última acepción incluye las cinco modalidades
indicadas de materia percibida o generada por la mente, sin necesidad de
tener por objeto los diez primeros factores.
d.- Dharmas formaciones disociados de la mente: Esta categoría abarca
veinticuatro factores, considerados como designaciones conceptuales
(prajñapti), que sintetizan las experiencias fundamentales de toda
individualidad dotada de sensibilidad y conciencia, en su transcurso por el
ciclo de nacimiento y muerte. Desde su surgimiento hasta su desaparición,
cada existencia pertenece a una especie determinada, está sujeta a pautas de
tiempo, espacio, número y diversas relaciones de unión y separación, utiliza
un lenguaje para comunicarse y se halla condicionada por las leyes de causa y
efecto. Dichos dharmas se califican de designaciones porque se expresan
mediante conceptos que, si bien son precisos, no dejan de ser convencionales,
ya que apuntan a realidades dhármicas más complejas. Por ejemplo, el factor
“obtención” (1), es una designación que indica el aumento o disminución de
dharmas saludables y perjudiciales; el factor “regularidad diversa” (16), es una
designación que indica la diversidad de causas y efectos, etc.
e.- Dharmas incondicionados: Por último, la quinta categoría engloba
seis factores que constituyen la realidad definitiva. El espacio (1), entendido
aquí como la ausencia total de materia que posibilita la expresión de cualquier
acción; cuatro estados meditativos desconectados de toda actividad sensorial
y cognitiva ordinarias (2-5), y finalmente, la talidad (6), concebida como el
hecho de que no hay un yo, no existe un sí mismo permanente e
independiente en el individuo y los dharmas. La talidad tiene como sinónimos
la vaciedad, sin signos, fin de la existencia, realidad última y Reino del
Dharma. En este sentido, el texto finaliza con la misma pregunta que planteó
al principio: “¿qué significa que los dharmas no tengan sí mismo?”,
denotando así que todos los dharmas, ya sean condicionados o
incondicionados, participan de una idéntica realidad.
Desde una perspectiva práctica, el presente tratado ofrece tres
posibilidades principales: tener una perspectiva global de los dharmas, es
decir, desarrollar una visión dhármica que contrarreste la percepción habitual
basada en convenciones conceptuales que ocultan y obstruyen el contacto
directo con lo real. La memorización y recuerdo constantes de los dharmas,
como factores reales que subyacen a la envoltura de nombres y designaciones
ordinarias. Y por último, la rememoración de los dharmas conduce a una
meditación sobre los mismos, ya sea de índole analítica, reflexionando sobre
sus características, conexiones y ausencia de sí mismo, o bien, a una
meditación perceptiva, en cuyo caso, se toma uno o más dharmas como
objetos de contemplación, reconociendo su naturaleza condicionada y en
sentido definitivo, su naturaleza vacía de sí mismo. A este último enfoque
práctico hace alusión el título del texto, ya que considera a los cien dharmas
como “puertas luminosas”, es decir, como bases meditativas para la
iluminación. Si esto es obvio para los dharmas incondicionados, también lo
es, y muy especialmente, para los condicionados. En este sentido,
Vasubandhu apuntó como una de las cualidades propias de los dharmas
condicionados el que sean “con salida” (nihsara), es decir, sus mismas
características mutables e inestables posibilitan, per se, su emancipación y el
contacto con lo incondicionado (Abhidharmakosa I: 13). Se muestra aquí uno
de los puntos cardinales del Budadharma: sólo el conocimiento profundo de
lo condicionado permite su trascendencia y el descubrimiento de su reverso
incondicionado. El Buda Sakyamuni ya indicó que la primera condición para
practicar el Sendero y alcanzar el Nirvana es el conocimiento exhaustivo de
las dos primeras nobles verdades: el sufrimiento y las causas que lo producen.
Y en palabras de Dogen Zenji: “Suscité por primera vez la Mente de
Iluminación (bodhicitta) debido a mi realización de la impermanencia”
(Shobogenzo Zuimonki IV: 8).
La presente traducción se ha basado en el texto incluído en el Tripitaka
chino-japonés Taisho (T.) con el nº 1614, vol. XXXI, dedicado a textos de la
escuela Yogacara. Fue traducido al chino por el eminente maestro Xuanzang
(600-664), fundador de la escuela china Faxiang (“características de los
dharmas”), heredera de la escuela india Yogacara-Vijñanavada. Fue
comentado por tres maestros Vijñanavada, uno chino, K´uei-chi, otro
coreano, Ch´ieng-kuang y otro japonés, Donko, dando prueba así de la alta
estima que este pequeño gran texto tuvo, y continúa teniendo, entre los
discípulos del Budadharma. Se han añadido entre paréntesis los términos
sánscritos de cada dharma, como referencia para un estudio más detallado de
cada factor. Que esta traducción beneficie a todos los seres y les ayude a
realizar la suprema Budeidad.

Ven. Mº Aigo Castro


Traducción

Así habló el Bhagavat: “Todos los dharmas no tienen sí mismo.” ¿Qué


son todos los dharmas? ¿qué significa que no tengan sí mismo? De manera
sintética, todos los dharmas se clasifican en cinco categorías:

1.- Dharmas de la mente (citta-dharma).


2.- Dharmas factores mentales (caitasika-dharma).
3.- Dharmas de la forma (rupa-dharma).
4.- Dharmas formaciones disociados de la mente
(citta-viprayukta-samskara-dharma).
5.- Dharmas incondicionados (asamskrta-dharma).

Se hallan en esta secuencia porque la primera es suprema, la segunda


interactúa con la primera, la tercera es la sombra manifestada por las dos
anteriores, la cuarta son posiciones que no se hallan en las tres anteriores y la
última es revelada por las cuatro anteriores.

La primera categoría, los dharmas de la mente, se sintetiza en ocho


tipos:

1.- Conciencia visual (caksur-vijñana).


2.- Conciencia auditiva (srotra-vijñana).
3.- Conciencia olfativa (ghrana-vijñana).
4.- Conciencia gustativa (jihva-vijñana).
5.- Conciencia táctil (kaya-vijñana).
6.- Conciencia mental (mano-vijñana).
7.- Órgano mental (manas).
8.- Conciencia receptáculo (alaya-vijñana).

La segunda categoría, los dharmas factores mentales, se sintetiza en


cincuenta y un tipos, divididos en seis categorías:

1.- Cinco siempre presentes-activos (sarvatraga).


2.- Cinco específicos (viniyata).
3.- Once saludables (kusala).
4.- Seis contaminaciones (klesa).
5.- Veinte contaminaciones derivadas (upaklesa).
6.- Cuatro indeterminados (aniyata).

Los cinco siempre presentes-activos son:

1.- Contacto (sparsa).


2.- Sensación (vedana).
3.- Volición (cetana).
4.- Percepción (samjña).
5.- Percatación (manaskara).

Los cinco específicos son:

1.- Deseo (chanda).


2.- Resolución (adhimoksa).
3.- Memoria/atención (smrti).
4.- Concentración (samadhi).
5.- Sabiduría (prajña).

Los once saludables son:

1.- Fe (sraddha).
2.- Respeto (hri).
3.- Respeto humano (apatrapya).
4.- Ausencia de codicia (alobha).
5.- Ausencia de odio (advesa).
6.- Ausencia de ilusión (amoha).
7.- Vigor (virya).
8.- Distensión (prasrabdhi).
9.- Diligencia (apramada).
10.- Ecuanimidad (upeksa).
11.- No violencia (avihimsa).

Las seis contaminaciones son:

1.- Avidez (raga).


2.- Aversión (pratigha).
3.- Ignorancia (avidya).
4.- Arrogancia (mana).
5.- Duda (vicikitsa).
6.- Perspectivas erróneas (drsti):
a.- Perspectiva errónea del sí mismo (satkaya-drsti).
b.- Aferrarse a perspectivas extremas (antagraha-drsti).
c.- Apego a opiniones erróneas (drsti-paramarsa).
d.- Apego a observancias y ritos (silavrataparamarsa).
e.- Visión errónea (mithya-drsti).

Las veinte contaminaciones derivadas son:

1.- Cólera (krodha).


2.- Rencor (upanaha).
3.- Hipocresía (mraksa).
4.- Malicia (pradasa).
5.- Envidia (irsya).
6.- Avaricia (matsarya).
7.- Engaño (maya).
8.- Disimulo (sathya).
9.- Violencia (vihimsa).
10.- Vanidad (mada).
11.- Falta de respeto (ahrikya).
12.- Falta de respeto humano (anapatrapya).
13.- Agitación (auddhatya).
14.- Ofuscación (styana).
15.- Falta de fe (asraddhya).
16.- Pereza (kausidya).
17.- Negligencia (pramada).
18.- Memoria confusa (musitasmrtita).
19.- Distracción (viksepa).
20.- Inconsciencia (asamprajanya).

Los cuatro indeterminados son:

1.- Remordimiento (kaukrtya).


2.- Apatía (middha).
3.- Ideación (vitarka).
4.- Reflexión (vicara).

La tercera categoría, los dharmas de la forma, se sintetiza en once tipos:

1.- Ojo (caksus).


2.- Oído (srotra).
3.- Nariz (ghrana).
4.- Lengua (jihva).
5.- Cuerpo (kaya).
6.- Forma (rupa).
7.- Sonido (sabda).
8.- Olor (gandha).
9.- Sabor (rasa).
10.- Tangible (sprastavya).
11.- Formas incluídas en la esfera de los objetos mentales
(dharmayatanikani rupani):
a.- Lo muy concentrado (abhisamksepika).
b.- Lo perteneciente al espacio (abhyavakasika).
c.- Lo perteneciente a la disciplina del compromiso
(samadanika).
d.- Lo perteneciente a la imaginación (parikalpita).
e.- Lo producido por las absorciones (vaibhutvika).
La cuarta categoría, los dharmas formaciones disociados de la mente, se
sintetiza en veinticuatro tipos:

1.- Obtención (prapti).


2.- Facultad vital (jivitendriya).
3.- Similitud de las especies (nikayasabhaga).
4.- Diferenciación de las especies (visabhaga).
5.- Consecución sin percepción (asamjñi-samapatti).
6.- Consecución de cesación (nirodha-samapatti).
7.- Estado de no-percepción (asamjñika).
8.- Cuerpo de nombres (nama-kaya).
9.- Cuerpo de palabras (pada-kaya).
10.- Cuerpo de sílabas (vyañjana-kaya).
11.- Nacimiento (jati).
12.- Duración (sthiti).
13.- Vejez (jara).
14.- Impermanencia (anityata).
15.- Continuidad (pravrtti).
16.- Regularidad diversa (pratiniyama).
17.- Unión (yoga).
18.- Velocidad (java).
19.- Gradación (anukrama).
20.- Orientación (desa).
21.- Tiempo (kala).
22.- Número (samkhya).
23.- Conjunción (samagri).
24.- Diferenciación (anyathatva).

La quinta categoría, los dharmas incondicionados, se sintetiza en seis


tipos:

1.- Espacio (akasa).


2.- Cesación obtenida mediante el conocimiento (pratisamkhya-
nirodha).
3.- Cesación obtenida sin el conocimiento (apratisamkhya-nirodha).
4.- Lo inamovible (aniñjya).
5.- Cesación de percepción y sensación (samjñavedayita-nirodha).
6.- Talidad (tathata).

¿Qué significa que no tengan sí mismo? Se sintetiza en dos tipos de no-


sí mismo:
1.- El no-sí mismo del individuo (pudgala-nairatmya).
2.- El no-sí mismo de los dharmas (dharma-nairatmya).
Licencia del presente texto:

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