You are on page 1of 13

Pampedia, No.

11 julio 2014-junio 2015


Artículo ISSN 1870-428X

Diódoro Cobo, ¿primer pedagogo hermeneuta mexicano?

Diódoro Cobo, the rst mexican hermeneut-educator?

Pólux Alfredo García Cerda

Resumen
En el presente trabajo se expone un hallazgo sin precedentes. Diódoro Cobo Peña fue un pedagogo multifacéti-
co, poseedor de una cultura enciclopédica. Entre su variada producción bibliográfica se encuentra su libro Trata-
do de Pedagogía (1960), donde trabajó ideas y conceptos de filósofos relacionados con la Hermenéutica como
Aristóteles, Dilthey o Spranger. Al parecer, no existe noticia de Cobo ni del Tratado de Pedagogía en ninguna de las
Historias de la Pedagogía o Historias de la educación mexicana. Posiblemente, el Tratado sea el primer texto
elaborado por un pedagogo mexicano que hace explícita la recepción, problematización y aplicación de la Her-
menéutica al estudio del hecho educativo. Además de ser una radiografía del saber pedagógico a mediados del
siglo XX, también sería un testimonio inédito que revela los inicios de una Pedagogía históricamente situada que
empleó la Hermenéutica como herramienta conceptual para la comprensión y mejora de la educación nacional.

Abstract
In the present work we explain a finding without precedents. Diódoro Cobo Peña was a multifaceted educator
possessing an encyclopedic culture. Among its varied bibliographical production is his book Tratado de
Pedagogía (Treaty of Pedagogy) (1960) where he worked ideas and concepts related to the hermeneutic philoso-
phers like Aristotle, Dilthey or Spranger.There seem to be no note on Cobo or his Treaty of Pedagogy in any of the
Histories of Pedagogy on books on the history of Mexican Education. Possibly the Treaty is the first text prepared
by a Mexican educator that makes explicit the reception, problematization and implementation Hermeneutics
to the study of the educational fact. In addition to being an x-ray of the pedagogical knowledge in the mid-
twentieth century, it would also be an unheard testimony that reveals the beginnings of a pedagogy historically
localized employing hermeneutics as a conceptual tool for understanding and improving national education.

Palabras clave: Pedagogía, hermenéutica, historia, educación, historiografía.


Key words: Pedagogy, hermeneutics, history, education, historiography.

49
facultades de Pedagogía
Pampedia, No. 11 julio 2014-junio 2015
ISSN 1870-428X Diódoro Cobo, ¿primer pedagogo hermeneuta mexicano?

Introducción qué conocimientos aporta a la conformación del


quehacer pedagógico. Una de las manifestaciones de
Por desgracia en nuestro país, tan refrac- esta conformación es la creación de textos donde se
tario al progreso mental, todo lo que sistematiza el saber pedagógico.
requiere detenida reexión, es visto con La creación de estos textos en nuestro país ha res-
indolencia: nadie quiere molestarse en pondido a múltiples objetivos: reflexionar sobre los
hacer crítica, todos se contentan con poner métodos educativos y pedagógicos, meditar sobre los
el visto bueno haciendo un examen super- fines de la educación y proyectar el quehacer pedagó-
cial de las cosas y de los hombres. ¡Cuesta gico hacia la mejora de la educación y la cultura mexi-
tanto trabajo la reexión! (...) cana. Para tener una mejor idea de las transformacio-
nes del quehacer pedagógico en México es menester
Atenógenes Pérez y Soto buscar a nuestros ancestros, porque ellos enfrentaron
situaciones análogas a nuestro tiempo. Una de ellas es
la aplicación de la Hermenéutica al estudio de la edu-

L a historia de la Pedagogía en México aún está por


escribirse. En el presente trabajo analizaré un
momento sin igual: Un capitulo inédito de la historia
cación.
El compromiso histórico del pedagogo ante la
sociedad ha sido muy complejo y resulta conveniente
de nuestra disciplina que revela cómo un pedagogo conocer los obstáculos y aportes de aquellos que per-
mexicano articuló elementos teórico-conceptuales feccionaron el quehacer pedagógico fusionando su
de dos tradiciones de pensamiento para entender e idea de educación con ideas de otros rincones del
interpretar rigurosamente el hecho educativo. Pero saber humano. Tal es el caso de Diódoro Cobo y su
antes de afirmar o negar la autenticidad de este acon- Tratado de Pedagogía. Para realizar tamaña empresa
tecimiento es menester asegurarnos que el pensa- Cobo debió haber dispuesto de un acervo cultural
miento de cierto pedagogo ha estado presente en el monumental, una vocación casi innata por la historia
pensamiento pedagógico nacional, de un modo u otro. de nuestra disciplina y una notable “sensibilidad vital”
En caso de que la tradición historiográfica pedagógica –diría Ortega y Gasset– para meditar las ideas que
haya negado u omitido la existencia de éste aconteci- impactaron en la educación nacional.
miento no nos resta más que recuperar y actualizar el Sin duda, pocos han llevado esta empresa a buen
sentido de su pensamiento y otorgarle un lugar como puerto, no sin antes librar miles de obstáculos y desa-
antecedente directo en la recepción de una rigurosa venencias en la ardua tarea pedagógica. A lo largo del
herramienta conceptual aplicada al conocimiento del Tratado de Pedagogía el autor articula complejas nocio-
hecho educativo. nes de epistemología, historia, didáctica, psicología,
La reflexión del pensamiento pedagógico mexica- sociología y, sobre todo, filosofía de la educación. A
no responde a un interés por rescatar las fuentes o cualquiera sorprendería las capacidades del veracru-
testimonios de la marcha histórica de nuestra discipli- zano para emplear el lenguaje filosófico y vincularlo
na, siempre abierta a estudiar la realidad educativa con con la Pedagogía. Uno de esos frutos fue su aproxima-
los instrumentales más innovadores de la época. ción a la Hermenéutica. Si bien Pedagogía y Herme-
Dicho rescate implica mostrar qué tipo de herramien- néutica han sido dos disciplinas imbricadas histórica-
1
tas teórico-metodológicas fueron utilizadas para el mente, su vinculación ha sido muy poco estudiada en
estudio del hecho educativo, cómo fueron utilizadas y México.
_____________________________________________
1
Actualmente, Itzel Casillas, pedagoga de la UNAM, está realizando una investigación sobre la relación de Dilthey y la pedagogía en
México. Ello incluye el pensamiento de los catalanes Juan Roura-Parella, discípulo de Eduard Spranger, y Joaquín Xirau como gran
conocedor de Dilthey.

50
Universidad Veracruzana
Pampedia, No. 11 julio 2014-junio 2015
García ISSN 1870-428X

Dependiendo de lo que se entienda por Hermenéu- Gaos, Joaquín Xirau, Domingo Tirado Benedí, Santia-
tica aplicada a la educación es posible vislumbrar sus go Hernández Ruiz, Enrique Moreno y de los Arcos y,
eslabones. En este trabajo esta perspectiva se entiende por supuesto, Diódoro Cobo, en caso de confirmar el
por la disciplina de la interpretación de textos al servi- uso de la Hermenéutica aplicada a la educación.
cio de la educación, a sabiendas que el hecho educativo La presencia del Tratado de Pedagogía de Cobo refu-
puede ser complejo texto con símbolos y significados taría el hecho de colocar a Villalpando como pionero
mutables. Asimismo, hermeneutas como Beuchot de la relación Pedagogía-Hermenéutica. El texto de
proponen una educación en virtudes entendida como este último donde trabaja a Dilthey y Spranger, Fines,
encauzamiento de las intencionalidades humanas Bienes y valores de la educación (Villalpando, 1969),
–intelectivas, volitivas y afectivas– hacia la formación apareció algunos años después del Tratado.
de hábitos que cualifiquen nuestra conducta y vida Actualmente, existe la propuesta llamada Pedago-
personal (Beuchot, 2012, pp. 67-82 y 139-174). Por gía analógica de lo cotidiano, elaborada por Mauricio
desgracia pocas propuestas hermenéuticas (y general- Beuchot y Luis Primero Rivas. Esta propuesta se ha
mente cualquier propuesta educativa actual) no consi- mantenido en la escena nacional por más de veinte
deran acercarse a los clásicos de la pedagogía. años defendiendo una educación en virtudes (Beuchot
Nuestra idea de Pedagogía es entendida como la y Primero Rivas, 2006). Sin embargo, a pesar de
disciplina “encargada de analizar y proponer las nor- poseer una estructuración teórica notable, ninguno de
mas para el desarrollo de una buena educación tanto ambos filósofos parece mostrar interés en conectarse
en el aspecto intelectual como en el moral y el físico” con nuestra tradición pedagógica. Al menos, la de
(Moreno y de los Arcos, 1986, p. 15) –y además estéti- Cobo no está presente.
co. Una pedagogía hermenéutica se construye como Lamentablemente, la producción historiográfica
fusión de ambos horizontes partiendo de nuestra tra- de la pedagogía en México elaborados por pedagogos
dición pedagógica –y nuestros clásicos– para diseñar, es muy limitada. En la Historia comparada de la educación
problematizar y encauzar la formación humana hacia en México (Larroyo, 1947) y la Historia de la educación y
una educación en virtudes. Ésta idea se sostiene desde la pedagogía (Villalpando, 2012) no existe referencia
la vitalización del pasado educativo producto de una alguna sobre la aplicación de la Hermenéutica en nues-
“mirada histórica propia, desde nuestro oficio de peda- tro pensamiento pedagógico. Ni en Conguraciones
gogos (…), es decir, una historia hecha desde la pedago- conceptuales e históricas del campo pedagógico y educativo
gía y la educación, construida con la participación del en México (Pontón, 2011), ni en La pedagogía en la Uni-
pedagogo, propicia para aproximarse a una educación versidad 1881-1954 (Ducoing, 1990), ni en El arte del
y a una pedagogía historizadas” (Aguirre Lora, 2001, p. buen maestro (Tenti, 1983), ni en Pedagogía: ¿Disciplina
12). El quehacer histórico del pedagogo es reflexionar en extinción? (Juárez, 2007), ni en Introducción al estudio
y actualizar elementos teórico-metodológicos (Gar- de la pedagogía (Bolaños, 1983), existe mención sobre
cía Casanova, pp. 48-49, en Carpy, 2011) que permi- la vinculación de la hermenéutica con la pedagogía.
tan fundar un horizonte educativo históricamente Asimismo, en ninguno de estos trabajos es menciona-
situado para encauzar la formación del ser humano. do Cobo.
A diferencia de lo establecido por la Pedagogía ana- En el caso de las historias de la educación (no ela-
lógica de lo cotidiano, los antecedentes de esta Pedago- boradas por pedagogos) no existe intención alguna
gía hermenéutica surgen desde las entrañas del pensa- por dar cuenta de esta vinculación. En Historia de la
miento pedagógico. De allí que nuestro horizonte educación pública en México (Solana et. al., 2004) sigue la
histórico de la pedagógica hermenéutica contempla anterior dirección historiográfica. Solo en Tendencias
ideas de pensadores icónicos como Abraham Castella- educativas ociales (Meneses, 1988) hay escasas refe-
nos, Antonio Caso, Samuel Ramos, José Vasconcelos, rencias a los educadores “transterrados”, que fueron
Francisco Larroyo, José Manuel Villalpando, José grandes y conocedores de Dilthey y Spranger. Cobo_

51
facultades de Pedagogía
Pampedia, No. 11 julio 2014-junio 2015
ISSN 1870-428X Diódoro Cobo, ¿primer pedagogo hermeneuta mexicano?

tampoco aparece en ambos trabajos. carácter complejo, mutable y a veces hasta caótico.Tal
Hasta este punto en la historiográfica pedagógica y vez en la antigüedad un solo estudioso podía dedicarse
educativa prevalece la tendencia a no historizar la empeñosa y profundamente a abarcar con maestría
relación Pedagogía-Hermenéutica.Tampoco hay men- todo ámbito del saber humano.
ción de Cobo o su Tratado. Estamos presenciando un Aristóteles, Santo Tomas, Bartolomé de las Casas,
acontecimiento totalmente insólito. Resta descubrir Comenio, Sor Juana Inés de la Cruz, Dilthey, etc., son
cuál es la importancia de este texto. figuras excelsas que ejemplifican la pasión por el cono-
El uso de conceptos eminentemente filosóficos y cimiento y la búsqueda interminable por desentrañar
pedagógicos indicaría que fue poseedor de una teoría los misterios de la humanidad que está condenada a
propia y original. Sin embargo, el autor advierte en el permanecer en constante e irrepetible movimiento.
prefacio a su obra que no pretende decir algo dicho De allí, la importancia del humanista como poseedor
con antelación. Lo verdaderamente inédito, dice el de una acervo cultural amplísimo que en el Renaci-
autor, es el planteamiento de los problemas y la pers- miento cobró tanta importancia. El cultivo de las
pectiva teórica de los temas para descubrir nuevos letras humanas representa una defensa del espíritu y
matices del estudio del hecho educativo. Por lo tanto, estilo del ser humano a través de los tiempos, siempre
el objetivo de Cobo no es la originalidad, sino la asimi- con la mirada fija en su desarrollo íntegro según sus
lación de tradiciones de pensamiento filosófico y peda- más elevadas facultades y conocimientos.
gógico cuyo conocimiento histórico permite la com- Desde tiempos inmemoriales, la educación ha sido
prensión del fenómeno educativo. centro de la vida social en cada una de las culturas que
De ese modo nuestro autor abrió una brecha –tal han dejado huella en los papiros de la historia. A este
vez si tenerlo presupuestado– hacia la conformación centro se le suman el trabajo, la ciencia, la religión,
de una propuesta que hoy podemos llamar pedagógico- etc. los cuales otorgan una dirección cultural determi-
hermenéutica. Dicha aseveración será sostenida en este nada. Sin embargo, es la educación el centro elegido
trabajo bajo algunos criterios que ha de permitir la por las culturas como modelador y conductor de la
aplicación de la hermenéutica analógica al pensamien- humanidad a través de los años. Los encargados en
to del pedagogo veracruzano y su Tratado. La misión es mejorar la acción educativa son responsables del cre-
excavar en los adentros del texto hasta encontrar sig- cimiento cultural de la humanidad, lo que exige un
nificados sobre el tipo de saber que era la Pedagogía y conocimiento histórico profundo y más o menos sis-
el manejo de conceptos hermenéuticos como empatía, tematizado.
vivencia, prudencia, comprensión y analogía localizados Actualmente, la idea del humanista es sumamente
en la parte teórica del Tratado. Bajo la intuición de que cuestionada. El desarrollo de cierto campo del saber
ésta figura pedagógica nacional jamás ha sido abordada humano siempre responde a las exigencias y oportu-
o siquiera escuchada remotamente, nos compete nidades de la época. Contemporáneamente, la paupe-
mostrar un primer acercamiento a la historización de rización de las Humanidades por la excesiva atención
la aplicación de la Hermenéutica en la Pedagogía mexi- en la tecnificación de la educación condiciona cual-
cana. quier impacto del humanista. El pedagogo que sigue
un ideal humanista difícilmente encuentra acomodo
¿Qué hace un cardiólogo dando clases de pedagogía y en la vida nacional de los últimos años. Pero aun cuan-
filosofía? ¿Cómo se explica que un científico prove- do la legitimidad de la voz humanística sea profunda-
niente de las llamadas “ciencias exactas” haya sido res- mente cuestionada, hoy más que nunca es urgente la
ponsable de construir una propuesta pedagógica y recuperación de su fuerza vital, de su empuje y con-
filosófico-educativa que combina tradiciones científi- vicción ante las duras situaciones sociales. El desaso-
co-naturalistas con socio-humanísticas? La educación siego cultural y la pobreza (material y espiritual)
es un hecho prácticamente inabarcable. De allí su actuales pueden retraerse al abrigo de un quehacer

52
Universidad Veracruzana
Pampedia, No. 11 julio 2014-junio 2015
García ISSN 1870-428X

pedagógico alimentado por nuevos bríos. La historia México. Amigo entrañable de José Vasconcelos, otro
de nuestra disciplina cumple con este objetivo. gran pensador multifacético entregado a la educación
Tanto el desasosiego como la pobreza son proble- nacional y las letras. Profesor del Ilustre InstitutoVera-
mas que acusan recibo en la formación de las nuevas cruzano y la Universidad Veracruzana. En suma, car-
generaciones. De hecho, otros problemas relaciona- diólogo, pediatra, poeta, filósofo y pedagogo… Un
dos a la salud, justicia social, etc. suelen sumarse al auténtico humanista hecho a la antigua: amplio cono-
despojar de la educación todo sentido humanista. cedor y estudioso de diversos campos del saber huma-
Porque una educación con sentido humanista es nues- no, tanto científico-naturalistas como socio-
tra opción para ofrecer opciones concretas para man- humanísticos.
tener la cohesión social del país. Pero una educación Cobo es recordado como un maestro excelente
con sentido humanista exige la mejora de la vida huma- según el testimonio de uno de sus discípulos. No solo
na íntegra. De allí que la necesidad de explorar efecti- era un científico de erudición impresionante. Por las
vamente múltiples campos del saber humano: es total- tardes después de dar consulta se dedicaba a impartir
mente apremiante la suma articulada y organizada de cátedras de Filosofía, Literatura y Pedagogía en el
esfuerzos serios para dar solución a los problemas Ilustre Instituto Veracruzano y la Escuela Nocturna de
educativos. La suma de manos y voces en educación es Bachilleres. Un hombre rodeado de enormes pilas de
efectiva, siempre y cuando el respeto a las tradiciones libros, que dormía más de 3 a 4 horas al día. La vigilia
de pensamiento y la discrepancia en el diálogo preva- –no precisamente física, sino intelectual– era su princi-
lezcan. pal cualidad. Su vasta memoria y curiosidad parecían
Generalmente, a la Pedagogía llegan profesionales no tener fin. Diódoro Cobo fue una persona que vivió
que no tienen propiamente la formación de pedago- sus días entre la ironía y la soledad: En el crepúsculo de
gos. Una buena aportación de estos profesionales al su existencia fue un cardiólogo que falleció por un
2
problema educativo siempre es consecuencia del reco- ataque al corazón.
nocimiento del quehacer pedagógico y su reflexión Las huellas de su vida y pasión por el saber humano
rigurosa del hecho educativo. Los productos de un nos llevan a imaginarnos la profundidad de sus conoci-
buen trabajo sobre la educación tienden a ensanchar mientos aplicados al tema educativo. Cobo era sin más
los límites de su interpretación y fortalecer las pers- un eminente humanista: sorprende en la lectura de su
pectivas de su comprensión. Tales muestras de ética Tratado la visión panorámica y trasatlántica para hilar
profesional, sensatez y honradez intelectual ayudan temas pedagógicos en boga. En cambio, sorprende el
notablemente a nuestra tradición pedagógica. Diódo- descuido en su aparato crítico. El conocimiento de
ro Cobo sigue esta línea. En tanto seguimos pregun- fuentes primarias o secundarias es notable, aunque
tando ¿Quién es él? con bastante ambigüedad y desorden. Aun así, cita
La respuesta a tal cuestionamiento es prácticamen- desde filósofos como Aristóteles, Platón o Kant, hasta
te imposible de saber. No hay registro biográfico suyo pedagogos como Comenio, Pestalozzi, Herbart y
en algún diccionario.Tampoco hay huella alguna sobre Larroyo.
su Tratado en la producción historiográfica pedagógica Difícil es saber el uso de sus fuentes porque sería
y educativa. Un par de páginas en internet y la nota más factible pensar que recogió pensamientos de
introductoria al Tratado nos aportan un poco de su libros como el de Larroyo. ¿A qué se deben estos “des-
vida. cuidos”? ¿Cuál era la exigencia ante la importancia de
Veracruzano de origen. Graduado como Médico brindar adecuados materiales didácticos para la cáte-
Cirujano por la Universidad Nacional Autónoma de dra que él mismo cubría? El Tratado es sin duda un

_____________________________________________
2
“Apuntes de un jubilado/ Al maestro, con cariño/ 07 de octubre de 2011”. Consultado el 28/03/15 en: http://blog.expediente.mx/nota.php?nId=1282

53
facultades de Pedagogía
Pampedia, No. 11 julio 2014-junio 2015
ISSN 1870-428X Diódoro Cobo, ¿primer pedagogo hermeneuta mexicano?

texto al que le faltó más cuidado en la estructura apo- general de Pedagogía”, b) Didáctico o “metodológico-
yado en un aparato crítico más desarrollado. Sin dejar pedagógico”, y c) Histórico con el desarrollo de una
de lado esta cuestión su valor como texto pedagógico breve Historia General de la Pedagogía que remonta
se encuentra en el desarrollo de herramientas como la sus esfuerzos historiográficos desde el antiguo oriente
hermenéutica.Ahora bien hablemos del contenido del hasta la “UNESCO” y las perspectivas pedagógicas del
libro y sus ideas básicas fundamentales. siglo XX. El desconocimiento de la influencia del
normalismo en Cobo impide descubrir que tanto
Trazos hermenéuticos y señas borrosas sigue esquemas teóricos como el de Enrique Rébsa-
men. Recordemos estos tres criterios son amplia-
mente desarrollados en la Pedagogía Rébsamen (Caste-
La oración y n de toda verdadera
llanos, 1905). Pero esto queda como una mera espe-
losofía es la Pedagogía en su más amplio
culación a falta de mayor información sobre la forma-
sentido: teoría de la formación del hombre.
ción académica de Cobo.
En la primera parte hay un tratamiento teórico
Wilhelm Dilthey sobre la “ontología” de la Pedagogía. La intención de
Cobo es señalar las características del saber pedagógi-
Si tratamos de recordar algún tratado pedagógico co, su objeto de estudio, sus categorías principales
mexicano es menester trasladarnos a los orígenes de (educador y educando) y sus relaciones con otras disci-
nuestra teoría pedagógica. Nos referimos al Tratado plinas. Sin más, el autor define la Pedagogía como
elemental de Pedagogía de Manuel Flores (1887) y el de Ciencia de la Educación: es una “ciencia positiva fácti-
Luis E. Ruiz (1900). Pero de aquí en adelante la pre- ca” y una “ciencia pragmática del espíritu”, simultá-
sencia de los tratados es prácticamente inexistente, neamente. Se trata de una concepción compuesta o
porque un tratado exige la sistematización de cierta mixta de ciencia, cuyo concepto parece estipular un
idea de la pedagógica. Cobo sin problemas pudo estatuto científico a la pedagogía tendiente a la hibri-
cubrir este requisito. En el Tratado de Pedagogía el obje- dez: “es una ciencia propiamente dicha, pues se funda-
tivo es la construcción de teoría pedagógica no sin menta en principios y conocimientos precisos, y es
antes revisar y seleccionar los tópicos teóricos más estructural y formativa porque trata de hacer de los
importantes así lo juzgados por el autor. seres humanos realizaciones de valores” (Cobo, 1960,
El lenguaje usado es de tipo académico aunque pp. 24-25). Vemos un intento modesto y bastante
hace uso desmedido de tecnicismos porque se trataba arriesgado de fusionar ambas tradiciones filosófico-
de un texto para el nivel medio superior y superior. científicas, que hoy sería prácticamente imposible de
No es una compilación de textos ni una antología sino fundar porque solo una formación multidisciplinaria
un material que analiza puntualmente los movimien- sólida y un acervo cultural enciclopédico lo permiti-
tos y escuelas pedagógicas y filosófico-educativas rían.
3
desde la antigüedad a mediados del siglo XX. Es aquí donde Cobo concuerda y parte de Dilthey
El texto, básicamente, se estructura a partir de cuando dice que: “la Pedagogía es una culminación de
tres criterios: a) Epistemológico desde una “Teoría la Filosofía, es como una conclusión de ésta” (Cobo,

_____________________________________________
3
Wilhelm Dilthey (1833-1911) fue un filósofo e historiador alemán. Profesor de las universidades de Kiel, Basilea y Berlín. Es el máxi-
mo exponente del llamado “historicismo” y célebre por dedicar su vida entera a fundamentar las “Ciencias del espíritu”, hoy llamadas
Humanidades o “Ciencias humanas y sociales”, en contraposición de las “Ciencias de la naturaleza”. Dilthey argüía que habían diferen-
cias totalmente radicales en cuanto al método usado en ambos campos del saber humano: “la naturaleza la explicamos, la historia la
comprendemos”, es decir, que a las “ciencias naturales” (Naturwissenschaften) les corresponde el “erklaren” (“explicación”) y a las “cien-
cias del espíritu” (Geisteswissenschaften) les corresponde el “verstehen” (“comprensión”). Dentro de sus obras fundamentales figura su_

54
Universidad Veracruzana
Pampedia, No. 11 julio 2014-junio 2015
García ISSN 1870-428X

1960, p. 25). En cuanto al manejo del instrumental de los principales móviles de Dilthey para encontrar
hermenéutico encontramos el uso de las categorías en la Hermenéutica, vieja ciencia de interpretación de
pedagógicas o “conceptos ordenadores” (así llamados textos bíblicos, el método adecuado para fundar las
4
por el discípulo de Dilthey, Spranger) . El Ideal forma- “ciencias del espíritu”, aunque para ello tenía que
tivo es trabajado en Cobo por incursión directa aunque mutar y dejar de lado mucha de su herencia “metafísi-
remota desde Dilthey. Quien asume este ideal es el ca” y volverse “científica”, como legado de la tradición
educador, el cual –en palabras de Cobo– se refiere a la aristotélica.
persona que encauza la formación espiritual de otra Esta empatía es por lo pronto un ejercicio herme-
persona. Sin embargo el verdadero educador es aquel néutico que llevada desaforadamente orilla al subjeti-
que impulsado por su vocación interna solo puede vismo por desatender el sentido literal de la acción
consagrar actividad y su vida a realizar los valores cul- educativa y abordar únicamente el sentido alegórico o
turales de los jóvenes. Dicha influencia recorre nece- metafórico. Si bien no existe tal consideración para
sariamente la línea de la “empatía” y la “comprensión” nuestro autor, si define al educador tendiente a desa-
(Cobo, 1960, p. 161): rrollar la metaforicidad de otro modo no puede existir
relación efectiva con el educando. El educador, como
La empatía consiste en situarse sentimentalmen- ser empático, ha de echar mano de analogías de pro-
te dentro de un objeto, animal, planta, cosa, porcionalidad impropia o traslaticia (Beuchot, 2005,
paisaje, y humanizarlo de tal manera que cual- p. 63). Pero esto no es desarrollado explícitamente
quiera de esos objetos constituya como un nuevo
cuerpo dentro del cual se ha colocado nuestra
por Cobo. El psicologismo de Schleiermacher, indi-
alma; así resultan los arboles tristes, las nubes rectamente tomado desde Dilthey, no es cuestionado
esquivas, las flores sonrientes, las montañas ni señalado por Cobo al definir lo empático, sin embar-
altivas, etc. (Cobo, 1960, p. 155) go ya vemos muestras de una incipiente reflexión
hermenéutica.
La empatía es fundamental para establecer cualquier A su vez, el veracruzano señala que el educador
relación educativa. En este momento, se nota cierto necesita “situar su alma” dentro de las vivencias emo-
parecido de la empatía con el Gefühl o “sentimiento” cionales para experimentarlas, entendiendo que éste
para captar el sentido de textos en lo que Schleierma- no puede fundirse en ellas, ni en cabezas ajenas, pues
cher orientaba a interpretar la voluntad de Dios, en la de ser así “el sentir no sería por empatía, sino que
Biblia (para una historia del debate entre tradiciones habría provocado un contagio psíquico” (Cobo, 1960,
científico-filosóficas, ver Mardones y Ursúa, 1980). p. 155) o lo que sería caer por tanto en una interpreta-
Baste recordar que para la historiografía científico- ción totalmente subjetivista. Si bien el concepto de
espiritual (o científico-idealista alemana) la historia es vivencia es parte fundamental de la propuesta herme-
vista inicialmente como una revelación de Dios a los néutica diltheyana, por cierto muy “romántica” (Beu-
hombres. (Ortega y Medina, 1980, p. 13). De allí uno chot, 2005, p. 55), Cobo parece que elTratado maneja
_____________________________________________
monumental Introducción a las ciencias del espíritu, Teoría de la concepción del mundo, entre otros. Gran parte de su obra fue traducida por
Eugenio Ímaz y publicada por el Fondo de Cultura Económica. La obra pedagógica fue traducida por Lorenzo Luzuriaga y publicada
por Losada. En el proyecto epistemológico de Dilthey figura un estudio sobre la pedagogía como “ciencia del espíritu” (un excelente
estudio al respecto está en La pedagogía como ciencia del espíritu.Aproximaciones al proyecto losóco deWilhelm Dilthey, tesis de maestría de
Itzel Casillas Avalos). Cobo trabajó de Dilthey, sobre todo, su Historia de la Pedagogía, uno de los frutos más maduros del hermeneuta
alemán e “incompletos” como muchos proyectos elucubrados.
4
Eduard Spranger (1882-1963) filósofo y pedagogo alemán. Profesor en las universidades de Tubingen, Leipzig y Berlín. De esta
última institución sucedió en la cátedra de filosofía a Dilthey, su maestro y mentor. Su obra es continuadora de la fundamentación de las
“Ciencias del Espíritu”, haciendo hincapié en la Pedagogía. Sus obras principales son Formas de vida, Psicología de la adolescencia y Cultura y
educación. De este hermeneuta, Cobo trabaja el primer libro, concordando en ubicar al maestro desde un “tipo social”.

55
facultades de Pedagogía
Pampedia, No. 11 julio 2014-junio 2015
ISSN 1870-428X Diódoro Cobo, ¿primer pedagogo hermeneuta mexicano?

pobremente sus elementos metodológicos básicos. El prensión por analogía.Y es que la comprensión recurre a
trinomio Vivencia-expresión-comprender es la parte los símbolos que empapan en la vida humana. Lo simbó-
medular de dicho proyecto: lico es ante todo espacio donde nuestra voluntad,
anhelos y esperanzas encuentran refugio y fuerza
En la vida está contenida, como primera deter- vital.
minación categorial de la misma, fundamental Por ello, Cobo le exige al educador “situarse men-
para todas las demás, la temporalidad. […] El talmente dentro del niño, y observar las cosas con la
tiempo está ahí para nosotros, por virtud de la
misma capacidad mental que el educando las mira”,
unidad abarcadora de nuestra conciencia. A la
vida y a los objetos exteriores que aparecen en
sólo de ese modo podrá comprenderlo compenetran-
ella, les son comunes las relaciones de simulta- do “su alma, sus pensamientos, sus sentimientos, sus
neidad, sucesión, distancia temporal, duración y móviles, pues solo así se puede conocer su actividad
cambio. (Dilthey, 2000, p. 108) psíquica” (Cobo, 1960, p. 157). Se sugiere al educador
cariño para acompañar al educando en su “desenvolvi-
De este trinomio hermenéutico esencial, la vivencia es miento espiritual”. Solo así se pueden valorar adecua-
la forma en que la realidad se le presenta constitutiva damente sus cualidades y sus esfuerzos. Los elogios y
al espíritu humano, de allí que sea imprescindible las censuras –considera– son necesarias también,
recurrir a ella cuando se trata de encontrar el sentido porque la comprensión se basa en un poner límites sin
del fenómeno educativo. Así, la vivencia también se llegar a imponerlos. En ese sentido, se debe evitar caer
halla en Cobo aunque someramente.Ahora bien, cuan- en una “empatía errónea” (Cobo, 1960, p. 157). No se
do creemos que éste asumiría una actitud subjetivista puede alabar sin más al educando ni tampoco se le
respecto al concepto de empatía, lo define como “en- puede reprochar sin razón porque estos “son errores
dopatía, introyección, enopsis o comprensión por que dejan profunda huella en el niño y por eso deben
analogía, es como tal proyección sentimental (“Einfüh- evitarse” (Cobo, 1960, p. 157). Asimismo, la com-
lung”)”. Hoy en día, la propuesta hermenéutica- prensión tiende a la “alegría, tranquilidad, sosiego y
analógica invita a superar el univocismo y equivocis- valor” (Cobo, 1960, p. 157).
mo que se asumen a veces como extremismos en dis- Es decir, el educador debe encaminar al educando
ciplinas como la Pedagogía. hacia la plenitud humana es una experiencia educativa
Hasta ahora habíamos pensado que nuestra desdi- amorosa. Sin comprensión por analogía, sin empatía,
bujada tradición no había llegado, o siquiera acercado, no existe educación como tal. De hecho, Cobo atribu-
a una racionalidad analógica. Sin embargo, Cobo dice ye la incomprensión como causa de trastornos neuró-
algo notable: no hay educación sin comprensión del ticos (Cobo, 1960, p. 157). Por ello es necesario tener
educador al educando, pero esta comprensión solo se algo de vocación, entendido ésta como el “conjunto de
puede realizarse a la manera de una “comprensión por disposiciones naturales, psíquicas y físicas, que hacen
analogía” (Cobo, 1960, p. 156). que una persona sea apta para desempeñar una tarea,
Un pedagogo que nos enseña que no hay educación un oficio o una profesión” (Cobo, 1960, p. 145). El
sin comprensión por analogía es impresionante. Nos lo amor por el niño, el adolescente o el joven es lo que
dice un humanista que supo combinar saberes de las debe predominar, un amor que es la capacidad de
“ciencias naturales” y las “ciencias del espíritu”. Su seguir siendo joven. Este sentirse joven espiritualmente
inclinación hacia las segundas aún falta por desentra- se diferencia de hacerse pasar como un niño o como
ñar. Cobo basa la empatía en el “conocimiento de los joven. La vocación sólo puede realizarse participando
seres humanos, la compasión y la posibilidad de com- de la alegría y espontaneidad del educando y no a costa
prenderlos, y se basa también su propia educabilidad” de ellas.
(Cobo, 1960, p. 156). Es imposible hablar de educabi- Lo que está en juego en la acción educativa es una
lidad o perfectibilidad al educarse si antes no hay com- capacidad para comprender y entender el lenguaje de

56
Universidad Veracruzana
Pampedia, No. 11 julio 2014-junio 2015
García ISSN 1870-428X

los educandos e incluso hablarlo. El lenguaje, no sería La concepción del educador como salvador o redentor
propiamente entendido por Cobo como un instru- es compartida también por Vasconcelos. Así, se impri-
mento de comunicación sino como la experiencia de mió el sello redentista al proyecto educativo concreta-
“captar sus representaciones” culturalmente fijadas en do en las Misiones culturales: el maestro ha de llevar a
el mundo del educador y el educando. Por ello dirá cabo un auténtico apostolado, de manera análoga a los
que la vocación como acto empático primeros misioneros españoles que educaron a los
indígenas, y los incorporaron a una dinámica social
es conocer sus posibilidades, es amar la felicidad colonial.
de ellos”. (Cobo, 1960, p. 149) La felicidad no Pudo haber sido el furor de un momento de ideali-
debe entenderse como cuestión banal ni fin sin
sentido, como a veces se piensa de ella. No se zación, o tal vez pudo ser una influencia que el mismo
trata de educar para la felicidad, más bien de lo que Vasconcelos habría marcado en varias generaciones de
se trata es de “crear la aptitud afectiva para ser educadores de la época. Lo cierto es que tantoVascon-
feliz. (Cobo, 1960, p. 38) celos como Cobo confinan la labor del educador a la
del misionero y de apóstol.
Hay pues en Cobo un vector teleológico sin fijar uní- En tanto un sacrificio liviano, no sería sino la regla
vocamente el horizonte educativo. En tal cuestión del menor esfuerzo e incluso una falta de criterio muy
nuestro autor recurre a Aristóteles, mostrando cierto propenso a ser objeto de maniqueísmo total, Aunque
paralelo con la búsqueda del bien supremo. Dice Aris- hoy vemos lejano este apostolado, el compromiso y la
tóteles que la felicidad entendida como el fin o bien voluntad férrea seguirán siendo una fuente inagotable
soberano es aquel al que todo ser humano habría de de inspiración para quien este sediento de esperanzas.
aspirar (Aristóteles, 1954, p. 109). El educador debe Cobo parece coincidir con nuestro icónico pensador
hacer fluir este amor que establece límites responsa- Antonio Caso: “Lo que se destruye a sí mismo, no
blemente, evitando ser indulgente y consentidor, pero puede ser fin en sí mismo” (Caso, 2001, p. 59). El
dicho amor no puede ser cualquier cosa: amor por el educando, así como a la humanidad ente-
ra, debe cultivarse por comprensión porque el amor
El amor del pedagogo es un amor para todos los
del pedagogo es ante todo un amor lial, un amor que
educandos, sin predilecciones, es el `eros paidi-
kós´; es para todos y para cada uno; es un amor “sacrifica su egoísmo para socorrer al semejante, y no
para el conjunto y por esto es impersonal, y al un amor enfermo, desproporcionado o egoísta” (Ca-
mismo tiempo para cada uno y por esto es per- so, 2001, p. 59).
sonal [asimismo], la vocación de un maestro es Si hoy queremos retomar esta idea de “sacrificio” es
amor al educando, es un amor a un ideal que se
tiene acerca de cómo debe ser el niño o el joven,
necesario colocarle ciertos límites como la compren-
es moldear al niño o al joven de acuerdo con ese sión por analogía que así fue entendido por Cobo. Así,
ideal. (Cobo, 1960, p. 149) Cobo recomienda al educador disponer de ciertas
cualidades físicas, intelectuales, morales y afectivas,
El “eros paidikós” exige “atención, paciencia, abnega- como buena salud, vigor y resistencia a la fatiga; asi-
ción y a veces hasta sacrificio de los propios intereses y mismo es necesario que tenga una inteligencia clara, y
ventajas y hasta de todo cuanto sea manifestación de aunque “no necesita poseer una gran inteligencia, ser
beneficio propio” (Cobo, 1960, p. 149). Por lo ante- un gran talento, ni menos ser genial” no es suficiente-
riormente expresado, es posible notar cierta semejan- con saber bien algo sino que es necesario saber ense-
za con la figura del educador en la propuesta vasconce- ñarlo: “algunos saben bien algo pero no saben enseñar-
lista. En la Pedagogía estructurativa escribe: “El maestro, lo” (Cobo, 1960, p. 150).
hombre o mujer, tiene que funcionar asexuado, como “Claridad en la expresión es claridad en las ideas y
sacerdote de sabiduría”. (Vasconcelos, 1958, p. 1454). la claridad en las ideas es honradez mental”: frase

57
facultades de Pedagogía
Pampedia, No. 11 julio 2014-junio 2015
ISSN 1870-428X Diódoro Cobo, ¿primer pedagogo hermeneuta mexicano?

excepcional que muestra la intensa conexión entre los mente es supuesta, el ejemplo conduce a
ideales formativos y los valores que lleva al educador a errores y resulta solo un ejemplo “se-
encauzar su práctica en torno a la virtud de la honradez. ductor”, es decir que solo la lleva a la
Pero ésta solo se puede apoyar en un espíritu crítico y incongruencia o imita resueltamente.
no en el espíritu dogmático del educador autoritaris- (Cobo, 1960, p. 166)
ta. Además de la disciplina, el manejo adecuado de
elogios y censuras, el educador no es tal sin el recurso El ejemplo funge tal función al seguirlo, al imitarlo
del ejemplo. A esta noción le atribuye la “generalidad para aprenderlo, para “aprehender” su sentido. La
esencial”.Así pues, lo divide en: imitación es sin lugar a dudas necesaria para cualquier
acto de entender, pues este se confecciona desde un
· “ILUSTRATIVO”: tiene la intención de marcos culturales de interpretación que hoy llama-
5
“dar una idea esencial del contenido de mos tradición (Beuchot, 2005, pp. 64-65). “A veces la
algo general”. realización de los actos provoca una imitación ciega o
un contagio sentimental que se produce en quienes
· “MORAL” o “EDUCATIVO”: el cual lo observan, y esto explica la fuerza del ejemplo, además
subdivide según su efecto pretendido al de la clara comprensión que ofrece el acto por sí mis-
educando: mo” (Cobo, 1960, p. 166). Cuando se siguen ejemplos
al pie de la letra o cuando se siguen solo por el hecho
1. “ATRACTIVO”: si es capaz de “despertar la de seguirlos se produce la sinrazón de la educación.
tendencia de que el acto sea imitado”, es Cobo entra posteriormente en una aparente con-
decir que incentive asertivamente la tradicción, pues cuando delinea la silueta del educa-
atención para la realización de una acti- dor afirma que “no es indispensable que sea un sabio ni
vidad (lo contrario a esta modalidad le un artista”, aunque cuando es momento de hablar de
llama “repulsivo”). sabiduría y prudencia –desde el apartado “Educación
2. “ANIMADOR”: el cual “destruye la du-da moral” del Tratado– dice que “ser sabio es ser pruden-
de que uno mismo pueda realizar un te”. Más bien lo que Cobo tal vez quiso indicar en la
acto semejante y da la confianza en silueta del educador es que no necesita ser un erudito,
poder hacerlo”, es decir, que lo capacita porque la prudencia si es un requisito fundamental al
a uno para efectuar tal o cual actividad. encauzar la
(Le llama ejemplo “descorazonante”
cuando atenta contra la confianza en la (…) inteligencia y ella es el conocimiento
realización del acto, es decir cuando preciso y adecuado de la utilidad de los medios
para alcanzar un fin bueno; a ella se junta la
anula todo propósito moralizante). disposición voluntaria y sincera, eficaz y perma-
3. “AUTORITARIO”: proveniente de una nente, de gobernar la conducta, tanto la con-
figura cuya “calidad moral es reconoci- ducta externa como la conducta interna, y
da”. Aunque –dice Cobo– si la calidad siempre por motivos racionales. (Cobo, 1960,
moral de la persona que lo ejecuta sola- p. 203)

_____________________________________________
5
Tradición es un concepto recogido por Beuchot desde Gadamer: Es la condición sine qua non para la comprensión. En su seno se encuen-
tra alojada la moción de Formación o bildung, la cual, según Luzuriaga, le atribuye como “el último ideal de hombre, el propio de la
modernidad”. El concepto de Formación (Bildung) es fruto del pensamiento humanista, de profundo raigambre grecolatino, medieval y
renacentista en conexión con los múltiples ideales formativos: Paideia, Humanitas, Paideia crihsti, Studium, Sapientia, y Virtù. En la marcha
histórica de tales ideales es “donde más claramente se hace perceptible lo profundo que es el cambio espiritual que nos permite sentir-
nos todavía en cierto modo contemporáneos del siglo de Goethe, y por el contrario considerar la era barroca como una especie de
prehistoria” (Gadamer, 2007, p. 38).

58
Universidad Veracruzana
Pampedia, No. 11 julio 2014-junio 2015
García ISSN 1870-428X

Aunque Cobo no haya explicitado la prudencia como siste en buscar el justo medio entre dos extremos;
virtud o paradigma de la hermenéutica, es notable que ente la cobardía y la temeridad esta la valentía” (Cobo,
un pedagogo se haya aproximado de ese modo. Lo que 1960, p. 417).
si distingue Cobo es que la prudencia tiene una utilidad Algo que también podemos concederle a Cobo,
o fin práctico: con menores reservas que lo anterior, es que al educa-
dor ha de procurarse una dirección prudencial, siem-
el hombre de sabiduría puede sentir la tentación pre en un constante discernimiento entre lo correcto
y de hecho la siente. Pero el error y el mal pasan y lo incorrecto, entre educar desde el ejercicio sensato
por él como un relámpago; y el error no lo impe-
le a la acción, no lo lleva a realizar el mal.” (Cobo,
del juicio o educar desde la dominación del juicio del
1960, p. 203) educando, porque “entre conocer el bien y hacer el bien hay
una gran distancia [pero] entre conocer el mal y evitarlo la
Una suerte de “analogismo vital” surge en él sobre lo distancia es todavía mayor” (Cobo, 1960, p. 203). Por
que implica la prudencia. Algo que remita a saber callar ello dirá que “la sabiduría y la prudencia son las formas
o hablar lo necesario se parece mucho a decir algo dis- supremas de la inteligencia” (Cobo, 1960, p. 203).
cretamente. El valor pedagógico que se le otorga a la La prudencia, entendida como phrónesis, es la
prudencia lo habría de colocar en la antesala del acto expresión metodológica por excelencia de la intelec-
hermenéutico pues la “frónesis” es la llave de toda ción. En ella concurren los pasos del acto hermenéuti-
educación en virtudes. En el caso de la Hermenéutica co: una subilitas intelligendi o subilitas implicandi, subili-
actual Gadamer recoge la noción de virtud desde Aris- tas explicandi y una subilitas applicandi (Beuchot, 2005,
tóteles y Baltasar Gracián –como recta ratio o discreción p. 20); es decir que la prudencia encaminada, como
de la que se sirve el hombre que tiene sutileza– para ser la sutileza guía a la elección, esto es hacia la deliberación,
piedra de toque en toda comprensión y el modelo por una tendiente hacia ese equilibrio siempre delicado y
excelencia del acto hermenéutico (Gadamer, 1992, p. deslizadizo en terrenos de la educación. Cobo no desa-
309). Cuando se le presenta a cualquier hermeneuta la rrolla el sentido metodológico de la “frónesis” como si
educación como problema práctico es menester ejer- lo hacen propuestas hermenéuticas como la de Beu-
citar su comprensión, sobre todo una comprensión chot o Gadamer, aunque es notable que nuestro peda-
“fronética”. De ese modo, Aristóteles es punto de gogo veracruzano llegue a aseveraciones semejantes.
partida obligado para la fundamentación teórico- Finalmente, la sutileza como consecuencia meto-
pedagógica en virtudes conforme a una idea adecuada dológica de un acto hermenéutico, no es siquiera men-
de las “ciencias del espíritu”, pues “la virtud aristotéli- cionada por el veracruzano. Dejamos la cuestión
ca de la racionalidad, la phrónesis, resulta ser al final la abierta. Porque difícilmente Diódoro Cobo será reco-
virtud hermenéutica fundamental” (Gadamer, 1992, nocido por la comunidad hermenéutica actual. La
p. 317). inclusión de Cobo a la Hermenéutica en México
Según Beuchot, la Phrónesis tiene como paradigma nonos interesa tanto como si recuperar su voz y su
la analogía (Beuchot, 2011, p. 9) pues ésta (recupera- texto para una propuesta de educación en virtudes
da desde Pitágoras y también vista como ritmo o armo- nacida pedagógicamente. Sus ideas y geniales aproxi-
nía.) es una virtud esencial para la interpretación de maciones teórico-metodológicas exigen ser puestas
textos, uno de ellos es la educación porque es una en tela de juicio por las comunidades pedagógica y
acción significativa. Decir que Cobo entiende pruden- filosófica actuales. Nuestra postura es considerar al
cia explícitamente como “frónesis” es algo descabella- humanista multifacético Diódoro Cobo desarrolló
do, aunque existe una relación hipotéticamente esta- una especie de virtud hermenéutica más o menos
blecida. Sin embargo, su conocimiento del estagirita estructurada metodológicamente que fue aplicada a la
concuerda con lo expuesto hasta aquí: “La virtud con- interpretación y comprensión del hecho educativo.

59
facultades de Pedagogía
Pampedia, No. 11 julio 2014-junio 2015
ISSN 1870-428X Diódoro Cobo, ¿primer pedagogo hermeneuta mexicano?

Algunas conclusiones basa en la semejanza, en un amor al ser humano como


El Tratado de Pedagogía no es solamente un compendio análogo, como microcosmos, que jamás queda agota-
de cultura pedagógica de mediados del siglo XX, ni un do en el conocimiento de educadores y educadores.
simple manual o material de apoyo al docente que En Cobo prevalece esta relación educativa desde la
impartiera esta asignatura. El Tratado oculta tras de sí comprensión por analogía, lo cual, reforzado con la
un mundo de conexiones teórico-prácticas que con- noción de virtud, abre una discusión sobre la presen-
forman una interpretación ambiciosamente rigurosa cia o no de una racionalidad analógica en Cobo y en
del hecho educativo. Textualmente representa una general en el pensamiento pedagógico mexicano. Por
compleja expresión humanista que muestra cómo se esta ocasión nos basta abrir el debate de la presencia
construyó teoría pedagógica en el México de los 60´s, histórica de la pedagogía hermenéutica mexicana. El
producto de pioneros tránsitos entre el campo filosó- veracruzano cumple cordialmente con su propósito
fico y pedagógico. expuesto en el prefacio de su obra “no pretender decir
Cobo emplea gran parte del lenguaje hermenéuti- algo que no se haya dicho antes”. Un magno ejemplo
co que tuvo a la mano, consciente o no de asumirse de honestidad en un humanista contemporáneo.
como hermeneuta sin más. Lo que le interesaba era Finalmente, afirmamos que Cobo no echa en saco
poner sus conocimientos al servicio de la comprensión roto su propia obra porque mostró un nuevo modo de
rigurosa de la educación de su tiempo, abrevando su interpretar el hecho educativo y sus actores mientras
pensamiento con cuestiones como la prudencia, las abordaba otras ramas del saber humano. Su argumen-
virtudes e incluso la analogía. Esto último sí lo coloca tación pedagógica nos entrega a la posteridad un tra-
como un pedagogo hermeneuta de la época, de un bajo que bien constituye un auténtico eslabón en el
modo muy parecido a Juan Roura-Parella aunque sin paradigma hermenéutico desde su natalVeracruz. Ello
el rigor ni la formación pedagógica del catalán. Un nos recuerda que la recuperación de nuestra tradición
trabajo comparativo entre ambos pedagogos podría es un camino arduo y sinuoso que a veces otorga gratas
evidenciar este supuesto. sorpresas a quienes no pueden ver al porvenir sin
Regresando a la denominación de Cobo como antes visitar la historia inmediata, la que late en nues-
pedagogo hermeneuta, se mostró el abanico concep- tros corazones con singular fuerza.
tual hermenéutico del que pudo disponer. En la pri-
mera parte del Tratado de Pedagogía, es posible hallar Referencias
los conceptos de comprensión-vivencia-ejemplo- Aguirre, M. E. (2001). Rostros históricos de la educación. Miradas,
estilos, recuerdos. México: IISUE/UNAM.
analogía-prudencia. El uso de los conceptos de empatía y Aristóteles. (1954). Ética nicomáquea, (Trad. Antonio Gómez
comprensión podría considerarse parte de un incipiente Robledo). México: UNAM.
modelo pedagógico de interpretación basando su Beuchot, M. (2005). Tratado de Hermenéutica Analógica. Hacia un
pensamiento en Aristóteles, Dilthey y Spranger. Cier- nuevo modelo de interpretación. México: Ítaca/UNAM-FFyL.
tamente, gran parte de sus argumentos no se apegan a Beuchot, M. (2011). Phrónesis, Analogía y Hermenéutica. México:
UNAM-FFyL
un aparato crítico sólido y estructurado, pues solo cita Beuchot, M. (2012). Pedagogía y analogía. México: De la Vega
“a capella”, es decir, sin orden en el aparato crítico. editores
Esto le resta rigor académico y seriedad al trabajo. Sin Beuchot, M., y Primero, L. E. (2006). Hacia una Pedagogía analó-
embargo, la honestidad intelectual que él mismo abo- gica de lo cotidiano. México: Primero editores.
ga, es notable cuando al menos cita el nombre del Bolaños,V. H. (1983). Introducción al estudio de la pedagogía. Méxi-
co: Educación, Ciencia y Cultura.
filósofo o pedagogo al que está acudiendo. En Cobo Caso,A. (2001). Antología losóca. México: UNAM.
vemos un filosofar vinculado a la educación que se Carpy, C. I. (2011). Miradas Históricas de la Educación y de la Peda-
puede entender como un compromiso de comprensión gogía. México: CONACyT/UNAM-Posgrado/Díaz de
históricamente situado. Santos editores.
La empatía –desde la Hermenéutica analógica– se Castellanos, A. (1905). Pedagogía Rébsamen. Asuntos sobre metodo-

60
Universidad Veracruzana
Pampedia, No. 11 julio 2014-junio 2015
García ISSN 1870-428X

logía aplicada. Con un ligero estudio de la Pedagogía en México.


México: Librería de la vda. de Ch. Bouret.
Cobo, D. (1946). Historia del pensamiento losóco. México: Botas.
Cobo, D. (1957). Introducción a la Filosofía. México.
Cobo, D. (1958). Perl de humo. (Prólogo de JoséVasconcelos).
Cobo, D. (1960). Tratado de Pedagogía. México.
Dilthey,W. (2000) Dos escritos sobre hermenéutica. México: Istmo.
Ducoing, P. (1990). La pedagogía en la Universidad 1881-1954.
México: IISUE/UNAM.
Gadamer, H. G. (1992). Verdad y Método II. España: Sígueme.
Gadamer, H. G. (2007). Verdad y método I. España: Sígueme.
Juárez, F. (2007). Pedagogía: ¿Disciplina en extinción? México:
Pomares/UPN.
Larroyo, F. (1947). Historia comparada de la educación en México.
México: Porrúa.
Mardones, J., y Ursúa, N. (1980). Filosofía de las ciencias sociales y
humanas. Materiales para una fundamentación cientíca. México:
Fontamara.
Meneses, E. (1988). Tendencias educativas ociales 1934-1964.
México: CEE/UIA.
Moreno y de los Arcos, E. (1986). El lenguaje de la Pedagogía, en
Omnia. México.Vol. 2. Núm. 5.
Ortega y Medina, J. (1980). Teoría y crítica de la Historiografía
cientíco-idealista alemana. México: UNAM.
Pontón, C. (2011). Conguraciones conceptuales e históricas del campo
pedagógico y educativo en México. México: IISUE/UNAM.
Solana, F., et al. (2004) Historia de la educación pública en México.
México: FCE.
Tenti, E. (1983). El arte del buen maestro. México: Pax.
Vasconcelos, J. (1958). Obras completas.Vol. II. México: FCE.
Villalpando, J. (1969). Fines, Bienes y valores de la educación. Méxi-
co: Porrúa.
Villalpando, J. (2012). Historia de la educación y la pedagogía.
México: Porrúa.

Mesografía
“Apuntes de un jubilado / Al maestro, con cariño / 07 de octubre
de 2011”. Consultado en:
http://blog.expediente.mx/nota.php?nId=1282.

Recibido: 03 de septiembre de 2015.


Dictaminado: 01 de octubre de 2015.
Segunda versión: 20 de octubre de 2015.
Aceptado: 05 de noviembre de 2015.3

61
facultades de Pedagogía

You might also like