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UNIVERSIDAD ANDINA NÉSTOR CÁCERES VELÁSQUEZ

FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y POLÍTICAS


ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO

CURSO : DERECHO DE OBLIGACIONES

PROFESOR : MGTR. CASAPÍA GUISBERTH WILLIAM PAZ

TRABAJO : OBLIGACIONES NATURALES

SEMESTRE VIII“B”

INTEGRANTES:
 PARI RAMOS LILIAN ROSSI
 PILCO PÉREZ BLANCA ROSAMARY
 MAMANI CHURQUI REYNA S.

Puno, 19 de julio del 2018

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DEDICATORIA

A Dios: Por permitirnos tener la fuerza y la voluntad,


para continuar nuestros estudios y estar preparados
cada día más; con los conocimientos emanados de
cada Maestro de la Universidad Andina Néstor
Cáceres Velásquez y finalmente lograr ser
profesionales de éxito al servicio de la comunidad.

A los padres: Por su esfuerzo en concedernos la


oportunidad de estudiar y por su constante apoyo a
lo largo de nuestras vidas.

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ÍNDICE
1. CONCEPTO DE LAS OBLIGACIONES NATURALES. DIVERSOS CRITERIOS
EN LA DOCTRINA. ................................................................................................................... 5
1.2. EL DEBER DE CONCIENCIA O DEBER MORAL .............................................. 6
2. TRES GRUPOS DE OBLIGACIONES NATURALES. ............................................... 10
2.1. OBLIGACIONES DEGENERADAS. .......................................................................... 10
2.2. LAS OBLIGACIONES NATURALES DESDE SU ORIGEN.............................. 11
2.3. LAS OBLIGACIONES NATURALES QUE DERIVAN DE DEBERES
NATURALES. ....................................................................................................................... 11
3. EFECTOS DE LAS OBLIGACIONES NATURALES. ................................................ 11
4. CONCLUSIONES ............................................................................................................. 15

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INTRODUCCIÓN

En este trabajo de obligaciones trataremos un tema muy importante el cual es las


obligaciones naturales las cuales se afirmaban de que la mayoría de los autores que
reproducen en diversas formas indican que las obligaciones naturales son aquellas que
fuera de toda coacción legal; derivan de la equidad o de la conciencia, o bien de las que
imponen la delicadeza y el honor. Así mismo se critica dicha definición objetándoles que
producen una confusión de la obligación natural con los deberes morales, pues se dice
que son dos cosas que es importante distinguir.

Sin embargo en este trabajo haremos hincapié en tres temas muy importantes los cuales
son el primero las diversas concepciones de las obligaciones naturales haciendo las
diferencias necesarias para ´poder distinguirlas del deber moral, así mismo en el segundo
tema irá los tres grupos de las obligaciones naturales y por último mencionaremos los
efectos y las conclusiones que nos resumirán el tema.

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OBLIGACIONES NATURALES

1. CONCEPTO DE LAS OBLIGACIONES NATURALES. DIVERSOS


CRITERIOS EN LA DOCTRINA.

Habíamos distinguido las obligaciones en naturales y civiles, en relación a su fuerza


obligatoria, esto es, según carezcan de acción o estén garantizadas por ella. Son
obligaciones naturales todas aquellas que no dan acción para exigir su cumplimiento,
carecen del efecto más importante, cuál es el de ser exigible entre acreedor y deudor;
son obligaciones “destituidas de acción”, son reconocidas por la ley únicamente en el
caso en que el deudor consiente en ejecutarlas; son obligaciones, se dicen fundadas
en el Derecho natural y no sancionadas por el Derecho Civil positivo.

Actualmente no producen acción civil para exigir judicialmente su cumplimiento; en


cambio originan ciertos efectos civiles. Contrariamente, son obligaciones civiles las
que tienen una eficacia perfecta para su ejecución, pues, confieren al acreedor derecho
y acción para exigir compulsivamente su cumplimiento. Se llaman también
obligaciones perfectas, en oposición a las naturales denominadas imperfectas.

Las obligaciones naturales muestran tendencia a ampliarse incluyendo situaciones


que antes se consideraron excluidas del campo del Derecho Civil; de esta manera
queda justificada la importancia y la necesidad de su estudio. Legislaciones como la
chilena y la argentina tienen una reglamentación especial de las obligaciones
naturales. El código civil boliviano dice en su Art. 826 último inciso: “No hay lugar
a la repetición en las obligaciones naturales que se han ejecutado voluntariamente”.
La obligación natural se distingue de la pura liberalidad; el que cumple una obligación
natural hace un pago, propiamente cumple una obligación; mientras que el que obra
por efecto, por amor o gratitud o por caridad, no cumple una obligación, ni hace un
pago, sencillamente está haciendo una donación.

Se dice que las obligaciones natrales constituyen al lado de las civiles, la excepción,
y por eso la ley debe calificarlas como tales, o por lo menos fijarles su efecto propio,
cuál es de darles excepción para retener lo pagado, pero no acción para exigir du
cumplimiento, caso en el que ya serían obligaciones civiles. Se entiende el vocablo
“excepción” como todo medio de defensa para rechazar la acción.

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No hay uniformidad ni en el campo doctrinario, ni en el positivo sobre las
obligaciones naturales. Los códigos suizo y alemán no las consideran y más bien las
sustituyen con la idea del deber moral. Otras legislaciones las reglamentan (Chile y
Argentina), entre otras.

En doctrina hay tratadistas como Valverde que dicen que las obligaciones sin acción
no es tal obligación jurídica, por lo que no es concebible admitir una relación jurídica
no amparada por el Derecho moderno no debe mantenerse la figura de las
obligaciones naturales.

Se ha dado una serie de doctrinas para explicar las obligaciones naturales, desde la
Doctrina del Derecho Romano, la de la Equidad, la del Derecho natural, la Doctrina
del deber de conciencia, etc. Excluido el romanismo del Jus Gentium, así como lo
metafísico, del “Juz naturale”, solo quedan como puntos de apoyo el fundamento de
la “equidad” o del “sentimiento de lo justo”, como puntos de apoyo en los cuales la
obligación natural se funda, también del derecho que surge de la naturaleza de las
cosas (derecho natural), también se funda en el deber moral o deber de conciencia o
en consideración de conveniencia.

La equidad no puede ser ya admitida, pues, admitirla nos llevaría a pensar que las
obligaciones naturales son equitativas y las civiles son inequitativas, lo cual
sencillamente es un absurdo.

La Doctrina del Drecho natural ofrece el inconveniente de establecer, al menos en


apariencia, una antinomia que no debe existir: las obligaciones son naturales o civiles,
se ha dicho, “según que nazcan del Derecho natural o del Derecho civil”. ¿ Pero acaso
las obligaciones civiles no son mera expresión del Derecho natural cristalizado en un
Código? Como dice Bevilaqua ¿Es que por ventura las obligaciones naturales serían
extranaturales y antinaturales?

1.2. EL DEBER DE CONCIENCIA O DEBER MORAL

Quién se cree obligado a realizar un acto jurídico sin estarlo por la misma ley y
forzado por sus sentimientos o las costumbres del medio, no hace sino cumplir con
un deber conciencia.

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Cabe no obstante, establecer algunas diferencias entre las obligaciones naturales y los
deberes morales:

a) En los deberes morales no hay vínculo jurídico; en cambio en las obligaciones


naturales sí lo hay. Expresa Sánchez Román que donde hay un hombre, hay
deberes; en cambio no habrá obligación, si no hay por lo menos dos hombres. LA
noción de deber aparece con la sola existencia de la personalidad humana; pero
para que haya obligación no es suficiente la personalidad, es necesaria la
determinación de la voluntad.
b) El cumplimiento del deber moral es solamente un “acto de beneficio”, en tanto
que el cumplimiento de una obligación natural, aunque solo dependa de la
voluntad del deudor, no es un acto de liberalidad, sino que constituye un verdadero
pago.

Osorio y Gallardo, citado por Montellano indica: “Este concepto es nuevo en Derecho
positivo y nace de exigencias de la realidad y de la moral. Por ejemplo, el deber de
alimentos entre parientes, es una obligación natural que los códigos marcan, pero que
sería impuesta de la misma manera, aunque los códigos marcan, pero que sería
impuesta de la misma manera, aunque los códigos no la marcasen. Disuelto el
matrimonio por el divorcio, el cónyuge culpable tiene que seguir alimentando al
inocente si lo necesita. Otros locos pueden ser abandonados a su incapacidad y es
indispensable que alguien los proteja. Nuevo caso se dio en la jurisprudencia francesa
cuando forzó al concubino a pagar las deudas de la concubina, reputándolas como una
obligación natural.

Los tribunales limitaron el interés de los préstamos antes de que hubiera leyes contra
la usura, porque era obligación natural no abusar de la precaria situación del
prestatario. La prescripción de acciones arranca de una obligación natural para no
tener a nadie indefinidamente en indecisión sobre seguridad de sus derechos. Por este
orden podrían multiplicarse los ejemplos largamente. Eso en la ley.

Fuera de ella, los casos que la realidad ofrece son tan abundantes como imprevisibles
y es que en la vida se presentan diáfanamente ambas situaciones. Si uno compra,
permuta, arrienda, administra, etc., es porque otro vende, da en arriendo u otorga
poder. Tales actos dependen exclusivamente de la voluntad y, la ley establece sobre
ellos unas normativas para regularlos. Esto es lo civil. Pero la sociabilidad impone

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otros deberes de mera equidad, de sentido moral, de defensa de la vida, de atención a
la necesidad y ellos generan distinta índole de relaciones que se apoyan en la
naturaleza y en la ética. Siempre se las ha conocido, pero los códigos nunca las han
declarado.

El establecerlas categóricamente es de máximo interés, porque de esa definición


vendrán luego los imperativos de la moral y se ampliarán debidamente las facultades
de los jueces. Los desarrollos que irá teniendo este artículo, explicaran la utilidad de
haberlo redactado; (se refiere al Art. 683 del Anteproyecto del Código Civil boliviano
que dice: “Las obligaciones son naturales o civiles. Naturales son aquellas que
estatuidas o no por la ley, regulan deberes de humanidad. Civiles son aquellas que la
ley rige y nacen de la voluntad de los hombres”.

“Cierto que otros códigos hablan de las obligaciones naturales, continua Osorio y
Gallardo, pero en un sentido muy distinto del que aquí se propugna. Así, el argentino,
les dedica todo un título (Arts. 515 al 518). Al empezar a definirlas, el camino parece
bueno, pues, dice que son las fundadas “solo en el derecho natural y en la equidad”,
cosa que coincide con lo que aquí se apunta. A continuación se declara “que no
confiere acción para exigir su cumplimiento, pero, cumplidas por el deudor, autorizan
para retener lo que se ha dado por razón de ellas”. Luego las enumera y entonces el
concepto queda enteramente raquítico. Son las contraídas por personas incapaces para
obligarse, como la mujer casada y el menor adulto, las civiles que se han extinguido
por prescripción; las que proceden de actos jurídicos a los cuales faltan solemnidades;
las que no han sido reconocidas en juicio por falta de prueba o cuando el pleito se ha
perdido por error o malicia del juez y las que se derivan de una convención de
condiciones externas válidas, pero a las cuales, por razón de utilidad social, la ley
niega toda acción como a las deudas de juego.

Ninguna de éstas me parece obligación natural, porque no se fundan en la naturaleza,


sino en pactos escritos. Podría llamárselas obligaciones civiles imperfectas, pues, no
arrancan ni de la naturaleza, ni del sentimiento, ni de la moral, sino del derecho. La
divergencia entre ambos conceptos es bien clara.

Idéntico al argentino consta en los códigos chileno, colombio no, y ecuatoriano. El


proyecto boliviano del Dr. Toro, sigue el mismo camino, pero desliza una frase que
permitiría presumir mayor desarrollo en acuerdo con mi tesis, puesto que el párrafo

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pertinente empieza diciendo: "Las obligaciones naturales se derivan de la equidad o
del deber moral". Pero después acepta la misma contextura de los códigos que acabo
de citar.

Los códigos alemán y suizo y la jurisdicción francesa, a los que se suele atribuir un
avance en la materia, dejan en puridad el en el mismo sentido, o sea en el de no tener
derecho a reclamar las cosas pagodas voluntariamente sin obligación estricta de
pegarlas. El propio Prof. Argentino Dr. Dr. Héctor Lafaille, parece inclinarse a una
doctrina moral cuando escribe: "Nuestra ley dice simplemente que las obligaciones
son las que Se fundan en el derecho natural y en la equidad. Luego siempre que haya
una obligación basada en esa clase de antecedentes, que no significan sino deberes
morales o de conciencia, cabría sostener que sin necesidad de modificar el texto del
código, por una jurisprudencia hábil, es posible llegar a la misma solución a que se
ha arribado en el Derecho francés por la interpretación judicial y en las otras
legislaciones modernas por reglas expresas", Pero luego da marcha atrás y en
definitiva sólo admite las obligaciones civiles e imperfectas, aunque cree que las
marcadas por el Código argentino dice: "las fianzas, hipotecas, prendas y cláusulas
constituidas por terceros para seguridad de las obligaciones naturales, son válidas,
pudiendo pedirse el cumplimiento de esas obligaciones accesorias".

No se entiende. Si la obligación principal no es exigible, ¿cómo podrá serlo la que le


sirve de garantía? Si un pago no es reclamable, resulta difícil entender cómo podrá
reclamarse la constitución de una prenda o hipoteca que le garantice. En cambio el
cumplimiento parcial de una obligación natural no da derecho a exigir el rusto. La
contradicción sigue flagrante. Y todavía se acentúa cuantió se jefe en el Art. 516o. del
C.C. argentino, que la entrega parcial de esa cantidad inexigible, no es una liberalidad,
sino un pago. El titubeo del legislador que a cada paso batalla con su coincidencia y
su deseo, se manifiesta cuanto más se profundiza en su texto.

Los invocados, no sólo no llenan mi deseo sino que se les encuentra equivocados
totalmente. Ejemplo, un menor adulto de 16 a 18 años se compromete, sin saber lo
que hace, a pagar un millón; la deuda tío es exigible, poro el menor la paga
voluntariamente; según esos códigos el acreedor se queda con el millón porque se
trata de uno obligación natural. A mí me parece esto desatinado. Lo que Ocurrirá será
que cuando el representante del menor se entere rio lo ocurrido, pedirá la nulidad del

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compromiso por la incapacidad del menor para contraerlo y exigirá al acreedor que
devuelva el dinero, va que la incapacidad del obligado hizo nulo radicalmente el trato.

Un hombre contrae con otro una deuda dé luego. Con arreglo a ésos códigos, él
acreedor no tiene acción para reclamar el pago, pero si el deudos lo hace
voluntariamente, bien pagado está como obligación natural. Según mi teoría la
obligación natural consiste en no pagar esa deuda, y en anular el pago que se haya
hecho, pues, la Obligación es antinatural como opuesta a la ética. Si en un testamento,
faltan formas sustanciales (arts. 696 y Ss.) por ejemplo, por presencia del propio
testador, del Notario o de los testigos, el testamento es radicalmente nulo y los legados
que se hayan pagado con arreglo a él quedarán sin efecto, no valiendo para nada la
teoría de las obligaciones naturales. Y así siempre y en todo. O la obligación natural
es exigible por responder a una ley moral, tanto si está escrito, como si no lo está, o
no hay semejante obligación natural.ni trato alguno que tenga validez".

2. TRES GRUPOS DE OBLIGACIONES NATURALES.

Entre estas obligaciones cabe distinguir tres grupos:

2.1. OBLIGACIONES DEGENERADAS.

Son aquellas que habiendo sido válidas en su origen pierden posteriormente esta su
validez por diversas circunstancias. Los hechos o circunstancias que hacen perder la
eficacia de una obligación primitivamente válida, pueden consistir: a) En la falta de
capacidad civil del obligado; b) En la prescripción y c) En el desconocimiento
judicial de la obligación.

a) En la falla de capacidad civil del obligado.- Cuando por ejemplo, se trata de


obligaciones contraídas por menores que aún no han cumplido 18 años, o por
un interdicto que se hubiese obligado en un intervalo de lucidez. Se trata en
estos casos de una incapacidad relativa, en que la obligación pueden anular,
pero, si no obstante la anulación, el deudor cumple la obligación, no hay
ninguna razón, se dice, para considerar que no se ha realizado un pago. Para
que aparezca la obligación natural, dice A.G. Cornejo, es preciso que el acto

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del que deriva la obligación haya sido judicial mente anulado, pues, de lo
contrario la obligación sería exigible ósea civil.
b) En la prescripción.- Ella extingue la acción, pero el vínculo queda
subsistente, y, quedando la obligación subsistente se convierte en natural, y si
el deudor la cumple voluntariamente, tampoco habrá razón para que este
cumplimiento no pueda ser considerado como un pago.
c) En el desconocimiento judicial.- Que pueda provenir por falta de prueba, por
un error judicial, por un juramento decisorio, etc., y si dándole la resolución
judicial el carácter de cosa ya juzgarla, el deudor cumple voluntariamente la
obligación, cabe igual razonamiento que en los casos anteriores.

2.2. LAS OBLIGACIONES NATURALES DESDE SU ORIGEN.

En este supuesto tenemos las obligaciones que ya nacen como naturales, esto es, como
imperfectas, por diversas razones; así por ejemplo, por vicio de forma, por una
prohibición legal; tal el caso de las deudas de juego, las cuales han sido privadas de
acción por razones de utilidad pública o general, aunque deriven de una convención
que reúna las condiciones generales de los contratos.

2.3. LAS OBLIGACIONES NATURALES QUE DERIVAN DE DEBERES


NATURALES.
Tales son las obligaciones incluidas en el Art. 1285o. del G.C.; la promesa de
alimentos no exigibles judicialmente (455 en el C.C. derogado).

3. EFECTOS DE LAS OBLIGACIONES NATURALES.

Es de advertir que las obligaciones naturales vinieron a nuestra legislación desde el


Derecho Romano, a través de la legislación española Muestro derogado C.C. de 1852
admitió su existencia, pero no las trató o ente. El Art, 2126o. de ese código prescribía:
"No se puede recobrar lo pagado un virtud de una obligación natural y que no se debe
por obligación civil, como la deuda de un menor o de un* mujer casada".

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Implícitamente trataba de las obligaciones naturales el art. 2264 al exigir cómo
condición de la novación, la existencia de una obligación que le sirva de causa. No
había inconveniente entonces para, que una obligación natural pudiera ser novada. El
citado precepto decía: "La novación es un modo de extinguir una obligación existente,
creando otra nueva". Podría también una fianza acceder a la obligación natural de
acuerdo al Art. 2104. de I código que decía: "Si la fianza se constituye para asegurar
una Obligación que pudiera anularse por defecto de capacidad personal en el otorgante,
como en los casos de un menor, un apoderado sin poder especial o una mujer casada
sin licencia de su marido; la fianza subsistiré, aunque so anule la obligación principal".

Nuestro C.C. del 36 supe» o en este sentido al derogado. No acoge la Concepción de


las obligaciones naturales, como propiamente tales, dando cabida en cambio a los
"deberes morales o de conciencia en cuanto lo prestarlo en virtud de ellos queda fuera
de la conditio indebiti. Sigue así la orientación de las legislaciones modernas y adopta
la forma del C.C. suizo.

Contemporáneamente se sustenta la idea de que "el Derecho debe ayudar a la moral",


en cuanto propicie a que se cumpla un deber de conciencia, y proteja este cumplimiento
(J. León Daran-diarán). Una persona que realiza una prestación a la que no podía ser
conminado judicialmente, obedeciendo un imperativo de su conciencia y luego
posteriormente trata de recobrar lo pagado, no merece ya el amparo legal, pues, se ha
satisfecho un deber de conciencia y por eso se considera hasta escandaloso que, el
propio derecho le proporcione los medios para recobrar aquello que pagó con plena
libertad, voluntad y conocimiento de causa.

Conforme a nuestra legislación vigente y aun derogada, las obligaciones naturales


pueden llegar a ser civiles mediante la ratificación y confirmación, siempre que se trate
de las obligaciones llamadas degeneradas, que perdieron su primitiva eficacia como
acontece con obligaciones prescritas sin embargo esto no ocurre con las obligaciones
reprobadas por la ley, como provenientes del juego.

A continuación, examinaremos algunas disposiciones del código relacionadas con el


tema que estamos tratando. Al efecto tenemos en el código las prescripciones
contenidas en tres Artículos el 1275 el 1943 y el 1663 del C.C. del 84.

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Art. 1275 (Tít. de pago) Prescribe “no hay repetición de lo pagado en virtud de una
deuda prescrita, o para cumplir deberes morales o de solidad social o para obtener in
fin inmoral o de la institución encargada del bienestar familiar” dentro de la hipótesis
de este precepto podrían comprenderse algunos casos como los siguientes:
 Cuando durante el proceso del divorcio un cónyuge proporciona alimentos al otro,
cuando procede así, en la errónea creencia de estar obligado a ello, tal por ejemplo,
tratándose de parientes colaterales lejanos o de parientes por afinidad.
 Luego el caso referente a la no repetición del pago de una deuda prescrita; acá el
pago debe considerarse o “como hecho por causa de un deber de conciencia” o tal
deuda resulta “estimada como una obligación natural”. En el supuesto estará demás
referirse a tal deuda y es hasta desacertado mencionar como caso distinto a los
deberes de conciencia, precisa tener acá en cuenta que la no repetición por causa
de una deuda prescrita solo será procedente “si el deudor ha alegado la excepción”
ya esta no obra de oficio, por ministerio de la ley si el pago se hizo después de
alegada tal excepción de prescripción, es preciso que haya habido error. Es
necesario que el demandante, el repetidor “puede que no exista la causa solvendi”
y que tampoco había otra causa idónea para efectuar el pago.
 Una vez alegada la prescripción, ya no puede hablarse de error en cuanto a la causa
solvendi que concierne auténticamente a la prescripción. El deudor sabía que la
deuda no lo era exigible por estar prescripta y obstante esto pago, hay que presumir
que pago por otra causa valida. Si el obligado no alego la prescripción habrá que
presumir que ignoraba que la causa del deber había dejado de subsistir; entonces
el pago se hizo por error, luego es procedente la repetición.

Conforme al Artículo 1275, no es repetible lo pagado para obtener un fin ilícito o


inmoral. El precepto no hace distingos según que concurra o no la ilicitud de parte del
receptor del pago. La repetición solo es posible en caso de ilicitud exclusiva en el
accipiens.

Art. 1943(Del juego y de la respuesta). Dice este precepto: “El juego y la apuesta no
autorizados son aquellos que tienen carácter lucrativo sin estar prohibidos por
ley, y no otorgan accionan para reclamar por su resultado. El que paga
voluntariamente una deuda emanada del juego y la apuesta, no autorizados, no
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puede solicitar su repetición, salvo que haya mediado dolo en la obtención de la
ganancia o que el repitente sea incapaz”

El Art. 1583 de C.C. derogado (Contrato de mutuo). Prescribe: “En el mutuo no se


deben intereses, sino en el caso de estar pactados. Sin embargo, el mutuario que
espontáneamente ha pagado intereses, no puede repetirlos ni imputarlos al capital”. En
el C.C. vigente es el 1663, cuyo texto ya conocemos.

En cuanto a estas clases de obligaciones, las legislaciones modernas, entre ellas la


suiza. La alemana y la nuestra, sientan la tesis general y el principio de que “no se
puede repetir lo pagado en cumplimiento de un deber moral”. Equiparan el deber moral
con la obligación natural. Para estas legislaciones no existe propiamente una “teoría
general de las obligaciones naturales”, sino existe únicamente “obligaciones naturales
susceptibles de producir efectos jurídicos”. Por esta razón se piensa y se presume que
toda persona que cumple una obligación natural, está cumpliendo un deber moral; es
en virtud a este fundamento que para el juez es importante y predominante la
consideración de la intención del deudor. El Juez no podrá dejar de tomar en cuenta
que una de las partes ha obrado cumpliendo el deber moral.

¿Cuál es el papel de la ley en estos casos? La ley no hace sino impedir una posible
regresión a la mala fe o un arrepentimiento posterior al acto generoso; es por ello que
deben mantenerse las consecuencias del deber voluntariamente cumplido.

En cuanto a los efectos de las obligaciones naturales, podemos resumirlos en los


siguientes:
a) Impide la repetición
b) Sirven de base a la novación
c) Se prestan a reformarlas con garantías personales (Fianza) o con garantías reales
(prenda, anticresis, hipoteca)
d) Finalmente autorizan la compensación
Sin embargo, de lo dicho anteriormente, modernamente hay tratadistas que sostienen
que el único efecto de las obligaciones naturales se concreta en la solutio retentio.

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4. CONCLUSIONES

 Las obligaciones naturales son reconocidos por ley, solo cuando el deudor
consienta en ejecutarlas, como sería el caso en que el deudor de una obligación de
mutuo, prescrita la acción paga voluntariamente, sería una obligación natural; no
podría pretender legalmente la repetición de lo pagado.
 Existen tres grupos de obligaciones naturales las cuales son las degeneradas, las
naturales desde su origen y las que derivan de deberes morales.
 El código nacional da cabida a los “deberes morales o de conciencia”, en cuanto
lo prestado en virtud de ellos, queda fuera de la llamada canditio indebiti.
 Son efectos de las obligaciones naturales: impedir la repetición o reembolso; servir
de base a la novación; autorizar la compensación y pueden, incluso ser
garantizadas con derechos reales como prenda, anticresis, hipoteca o personales
como fianza.

5. BIBLIOGRAFÍA

 PALACIO PIMENTEL, Gustavo; Las Obligaciones en el Derecho Civil Peruano;


Tercera Edición. Lima-1990

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