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Ficha 1

LA FILOSOFÍA

¿Cómo se creó el mundo? ¿Existe alguna voluntad o intención detrás de lo que


sucede? ¿Hay otra vida después de la muerte? ¿Cómo podemos solucionar
problemas de ese tipo? Y, ante todo: ¿cómo debemos vivir? En todas las épocas,
los seres humanos se han hecho preguntas de este tipo. No se conoce ninguna
cultura que no se haya preocupado por saber quiénes son los seres humanos y de
dónde procede el mundo. En realidad, no son tantas las preguntas filosóficas que
podemos hacernos. Ya hemos formulado algunas de las más importantes. No
obstante, la historia nos muestra muchas respuestas diferentes a cada una de las
preguntas que nos hemos hecho. Vemos, pues, que resulta más fácil hacerse
preguntas filosóficas que contestarlas. También hoy en día cada uno tiene que
buscar sus propias respuestas a esas mismas preguntas. No se puede consultar
una enciclopedia para ver si existe Dios o si hay otra vida después de la muerte. La
enciclopedia tampoco nos proporciona una respuesta a cómo debemos vivir. No
obstante, a la hora de formar nuestra propia opinión sobre la vida, puede resultar de
gran ayuda leer lo que otros han pensado. La búsqueda de la verdad que
emprenden los filósofos podría compararse, quizás, con una historia policiaca. Unos
opinan que Andersen es el asesino, otros creen que es Nielsen o Jepsen. Cuando
se trata de un verdadero misterio policiaco, puede que la policía llegue a descubrirlo
algún día. Por otra parte, también puede ocurrir que nunca lleguen a desvelar el
misterio. Aunque una pregunta resulte difícil de contestar puede, sin embargo,
pensarse que tiene una, y sólo una respuesta correcta. O existe una especie de vida
después de la muerte, o no existe. A través de los tiempos, la ciencia ha solucionado
muchos antiguos enigmas. Hace mucho era un gran misterio saber cómo era la otra
cara de la luna. Cuestiones como ésas eran difícilmente discutibles; la respuesta
dependía de la imaginación de cada uno. Pero, hoy en día, sabemos con exactitud
cómo es la otra cara de la luna. Ya no se puede «creer» que haya un hombre en la
luna, o que la luna es un queso. Uno de los viejos filósofos griegos que vivió hace
más de dos mil años pensaba que la filosofía surgió debido al asombro de los seres
humanos. Al ser humano le parece tan extraño existir que las preguntas filosóficas
surgen por sí solas, opinaba él. Es como cuando contemplamos juegos de magia:
no entendemos cómo puede haber ocurrido lo que hemos visto. Y entonces nos
preguntamos justamente eso: ¿cómo ha podido convertir el prestidigitador un par
de pañuelos de seda blanca en un conejo vivo? A muchas personas, el mundo les
resulta tan inconcebible como cuando el prestidigitador saca un conejo de ese
sombrero de copa que hace un momento estaba completamente vacío. En cuanto
al conejo, entendemos que el prestidigitador tiene que habernos engañado. Lo que
nos gustaría desvelar es cómo ha conseguido engañarnos. Tratándose del mundo,
todo es un poco diferente. Sabemos que el mundo no es trampa ni engaño, pues
nosotros mismos andamos por la Tierra formando una parte del mismo. En realidad,
nosotros somos el conejo blanco que se saca del sombrero de copa. La diferencia
entre nosotros y el conejo blanco es simplemente que el conejo no tiene sensación
de participar en un juego de magia. Nosotros somos distintos. Pensamos que
participamos en algo misterioso y nos gustaría desvelar ese misterio.

Jostein Gaarder: El mundo de Sofía

1.- ¿A qué se refiere el autor cuando nos compara con el conejo que aparece en el
sombrero, y marca a la vez una gran diferencia entre el conejo y nosotros?

a) Que no creemos en la magia.


b) Que necesitamos descubrir cómo saca al conejo en realidad para estar
tranquilos.
c) Que estamos conscientes de que somos seres racionales, y por naturaleza
queremos explicar todas las cosas.
d) Que debemos estar atentos a los trucos de magia para poder descubrir los
secretos del prestidigitador
2.- Si te llamaras de forma diferente, y tuvieras otra familia, ¿Seguirías siendo tú?

3.- ¿Por qué crees que el hombre, a través de su historia, ha tratado de resolver los
misterios que observa el autor al inicio de la lectura?
Ficha 2

FRACASO
Ha sido necesario que un joven fuera asesinado a la puerta de un centro docente
para que algunos descubrieran que la violencia juvenil existe. Incluso, ante la
evidencia, se ha querido negar que el fenómeno fuera conocido, y lo ocurrido se
califique de hecho extraordinario que no es reflejo de ninguna situación más
generalizada. A veces da la sensación de que lo importante es negar la realidad;
así, ingenuamente, se cree que la responsabilidad es menor. Y lo que ocurre es que
tan grave como el asesinato de un menor y de que sean otros menores los presuntos
autores es que se pretenda desconocer un problema que todos los ciudadanos
conocen.
Que hablen los maestros o, mejor dicho, que se les escuche, cuando desde hace
tiempo vienen denunciando la violencia en los centros. Que se escuche a los
vecinos y especialmente a los de más edad, cuando han puesto de manifiesto las
agresiones de que son objeto por parte de bandas juveniles, sin otro motivo que el
de agredirles y humillarles. Que se atienda a los simples titulares de prensa que
informan diariamente de las actuaciones vandálicas de algunos jóvenes, en ocasión
de fiestas, o los fines de semana en cualquier punto de Catalunya. ¿De todo esto
no se enteran los responsables de resolverlo? Si es así, además de grave, es
preocupante porque sería tanto como admitir que no viven la realidad, que están
escondidos en el refugio de la estadística lejos de lo que realmente ocurre en la
calle. La violencia juvenil es básicamente un problema de seguridad que las
autoridades conocen al detalle.
Existe violencia juvenil, existen bandas que atacan a los inmigrantes, que persiguen
a los mendigos y a la gente mayor; jóvenes que atacan a otros jóvenes, que se
proclaman reyes de calles y barrios y que no toleran que nadie pise su terreno. Esto
se sabe, se conoce, se sufre. Pero, por lo que parece, sólo los responsables de
evitarlo no lo saben. Todos los demás, sí.

Estos jóvenes bárbaros -algunos incluso asesinos- tienen padres que, por lo que
parece, se sorprenden al conocer, de repente, que sus hijos han sido capaces de
cometer tal barbaridad. No observaban ni en su comportamiento, ni en sus hábitos
ni en sus amistades nada que les inquietase. Son jóvenes que no asisten a clases
o se desinteresan de ellas; que no trabajan, que siguen horarios descabellados,
pero nadie, absolutamente nadie, ha encontrado preocupante su actitud.
Concurren en el problema muchas causas y ninguna de ellas es fácil de resolver.
No es sólo -ni principalmente- un problema de seguridad. Pero es un problema que
existe, que está aquí y que no puede sorprender a las autoridades. Aquí no
únicamente las víctimas son responsabilidad de todos; también los violentos, los
vándalos, son una acusación contra la inhibición social. Esto sí que es un fracaso;
un fracaso que nos golpea a todos.
Miquel Roca Junyent, La Vanguardia, 4/11/2003

REACTIVOS TIPO PLANEA:

Opciones de respuesta:
La idea contradictoria del texto es:
A) La existencia de la violencia juvenil es un fracaso de todos.
B) Las causas de la violencia juvenil son diversas y ninguna de ellas es fácil de
resolver.
C) La violencia juvenil es básicamente un problema de seguridad que las
autoridades conocen al detalle (Correcta)
D) Los jóvenes que no asisten a la escuela son los responsables.

Argumentos:
¿A qué tipo de texto pertenece?
¿Por qué el título de la lectura?

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