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Linfangitis Ulcerativa en el Caballo

La linfangitis ulcerativa en los caballos es una enfermedad infecciosa provocada por el agente
Corynebacterium pseudotuberculosis (imagen 1). Se han descrito casos sobre todo en América del
Norte, aunque es una enfermedad que se ha extendido a todo el mundo. En las ovejas este agente
provoca la Linfandenitis Caseosa Ovina ( imagen 2).

Imagen 1
Etiología
Corynebacterium pseudotuberculosis es un bacilo gran-positivo pleomórfico intracelular y anaerobio
facultativo. Es el agente causal de linfangitis ulcerativa, abscesos subcutáneos externos e infecciones
internas en los caballos. En América del Norte la enfermedad tiene más prevalencia en el sureste de
Estados Unidos. Sin embargo, algunos casos por C. pseudotuberculosis se extendieron a lo largo de
todo el país. Esta infección también aparece en ovejas, cabras, búfalos, camellos y équidos; así como
humanos. Existen diferentes biovariedades de C.pseudotuberculosis correspondientes a pequeños
rumiantes y caballos, biovariedad “ovis” y “equi”, respectivamente. No se ha descrito transmisión
cruzada entre las dos biovariedades para ovejas y caballos. Sin embargo, los rumiantes pueden
infectarse por las dos biovariedades. (Sellog y Long, p. 263). C.pseudotubercuosis tiene un factor de
virulencia llamado fosfolipasa D, importante para el mecanismo de evasión de la respuesta en el
hospedador. Se trata de una potente exotoxina que desencadena y agrava la patogenia de esta
enfermedad. (Gyles. Prescot. Songer y Thoen, p. 79).
Epidemiología

La enfermedad es de naturaleza esporádica, aunque existen zonas endémicas. Se dan tres formas de
presentación de la infección por C.pseudotuebrculosis descritas en caballos:

1. Linfangitis ulcerativa o inflamación de las extremidades


2. Abscesos externos
3. Infección interna
La linfangitis ulcerativa se caracteriza por una celulitis severa con afectación de los vasos linfáticos en
una o varias extremidades con múltiples lesiones ulcerativas. Estudios realizados en los caballos de
California sobre las formas de presentación de C.pseudotuberculosis, detectaron que la linfangitis
ulcerativa es la menos común, ya que, sólo el 1% de los casos se ven afectados; sin embargo, en el
91% de los casos aparecieron abscesos externos (imagen 3) y en el 8% de los casos, abscesos
internos. No existe predisposición racial en la forma de presentación de la enfermedad, es decir, los
caballos de cualquier raza pueden presentar las tres formas. No obstante, en las yeguas las tres formas
de presentación tienen la misma relevancia. (Sellong y Long, p. 263).

Imagen 3
La vía de entrada en el organismo se produce a través de heridas en la piel, especialmente las
producidas por esquileo o mucosas y más raramente, por vías onfalógena, hematógena. Además han
de considerarse como fuentes de contagio los ganglios linfáticos purulentos abiertos, las heces de los
animales infectados y el suelo. (Beer, p. 38).
Los insectos están involucrados como vectores para la transmisión de la enfermedad en los caballos
y estudios recientes han demostrado que Haematobia irritans, Musca domestica y Stomoxys calcitrans
pueden actuar como tales. La transmisión de la enfermedad se produce por contacto entre caballos
infectados o por infección de caballos susceptibles de padecer infección por insectos o vectores. El
periodo de incubación es de 3 a 4 semanas. La incidencia de la enfermedad depende de la inmunidad
que tenga el caballo y otros factores ambientales. No obstante, su incidencia es estacional, ya que en
los meses secos del año aparecen mayor número de casos. En el caso de Estados Unidos, ocurre a
finales de verano, aunque también se dan casos a lo largo de todo el año. La enfermedad se puede
observar en caballos de cualquier edad, aunque hay una baja incidencia en potros de menos de seis
meses de áreas endémicas, ya que presentan inmunidad pasiva con inmunoglobulinas protectoras de
la madre recibidas a través del calostro. Un estudio de control epidemiológico en áreas endémicas
revela que en caballos de menos de cinco años y caballos que están en régimen de pastoreo en
verano, tienen un mayor riesgo de padecer esta patología. Además, los caballos no estabulados o con
acceso a un corral externo, parecen tener un riesgo más elevado, es decir mayor predisposición a la
enfermedad, que los caballos que se encuentran estabulados. (Sellong y Long, p 263-264).
Signos clínicos y tratamiento
La enfermedad se presenta en forma cutánea y/o visceral. La primera se caracteriza con una
inflamación de los vasos linfáticos con formación de abscesos y úlceras en la zona ventral del abdomen
y pecho que se pueden palpar a través de la piel y pueden fistulizarse o cortarse, drenando su
contenido purulento. La segunda presentación, ocurre cuando se propaga vía linfática provocando la
formación de abscesos en otros órganos. (Sellong y Long, p. 264 y Gyles. Prescot. Songer y Thoen,
p. 79 ). La linfangitis afecta sobre todo a las extremidades posteriores, en las partes inferiores de éstas.
La región está inflamada desarrollándose “botoncitos” en la dermis, es decir abscesos con pus blanco,
que posteriormente pasa a ser acuoso, aceitoso de color amarillento o sanguinolento. Las heridas así
producidas son profundas, los bordes botonosos salientes cicatrizarán en unos días; transcurrido un
tiempo, aparecerán otras nuevas (imagen 4). Estas lesiones no se limitan a la piel, ya que como se ha
citado anteriormente, los vasos linfáticos se ven afectados, apreciándose un cordón que se extiende
hasta la ingle, en la cara interna de la extremidad (imagen 5). Los nódulos se forman sobre este cordón
y sobre éste, también pueden abrirse otros botones y evolucionar como los iniciales. Las lesiones
pueden hacerse estacionarias o invadir todo el cuerpo, causando la muerte. (Pommier, p. 174). Como
consecuencia, los caballos pueden desarrollar de forma muy severa cojeras, fiebre, letargia y anorexia.
Se necesita una terapia muy agresiva, ya que, de lo contrario se convertiría en una enfermedad de
fase crónica con edema en las extremidades, cojeras, pérdida de peso y debilidad. (Sellong y Long, p.
267 y Gyles. Prescot. Songer y Thoen, p. 79).

Imagen 4 Imagen 5
Los caballos con linfangitis ulcerosa deben ser tratados lo más pronto posible de una forma agresiva
con antibióticos, como Trimetroprim-sulfa o Gentamicina, para evitar las cojeras y las inflamaciones en
el resto de las extremidades. Además, podría administrarse otro antibiótico vía intravenosa como la
Penicilina G, sólo o en combinación con Rifampicina oral. Como carácter preventivo se utiliza la
Rifampicina para evitar recaídas. Para tratar la sintomatología clínica se debería realizar una
hidroterapia unido a un tratamiento con antiinflamatorios no esteroideos (AINES). No hay que olvidar
realizar una correcta curación de las heridas raspándolas levemente y de forma suave y, a continuación
una limpieza y desinfección con betadine y sulfamidas. (Pommier, p. 174 y Sellong y Long, p. 269).
Existen múltiples vacunas para ovejas que han sido experimentadas y que han dado buenos
resultados con una fuerte respuesta inmune humoral y mediada por células. Sin embargo, la ruta de
inmunización es crítica para que posteriormente se produzca una respuesta. Las vacunas
desarrolladas para pequeños rumiantes no han tenido el mismo éxito en los caballos, debido a que su
seguridad y efectividad, no son lo suficientemente fiables. (Gyles. Prescot. Songer y Thoen, p. 80 y
Sellong y Long, p. 269)
Diagnóstico
Un diagnóstico precoz de la infección interna causada por C.pseudotuberculosis es importante para
un resultado exitoso en el tratamiento, pero a menudo resulta difícil, ya que los signos clínicos son
inespecíficos y el comienzo de la enfermedad es insidiosa. En áreas endémicas, los caballos que
tienen abscesos externos en los primeros seis meses de vida , y que después desarrollan signos de
una infección sistémica, son sospechosos de padecer una infección interna por C.pseudotuberculosis,
al igual que caballos con signos compatibles por pertenecer a una propiedad donde haya habido
caballos con abscesos externos. Para caballos sospechosos se debe realizar un test serológico como
ayuda para el diagnóstico de infección interna (imagen 6). (Sellong y Long, p. 268).

Es importante realizar un diagnóstico diferencial con la Linfangitis Epizoótica de los caballos provocada
por Histoplasma farciminosum y con Dermatophilus congolensis principalmente (McGavin y Zachary,
p .610).

Prevención

Si la curación tarda o si la enfermedad se agrava, se sacrificará el caballo. Se deberá aislar a los


enfermos y realizar un control, especialmente en áreas endémicas manteniendo unas condiciones
sanitarias correctas y control de moscas, y en la medida de lo posible evitar una contaminación
innecesaria del medio ambiente donde se encuentren los caballos enfermos para prevenir la infección.
Actualmente, no hay ninguna evidencia de que la enfermedad en caballos estabulados requiera
someterse a cuarentena. No obstante, se deberá implantar un estricto control de insectos, para evitar
posibles vectores de la enfermedad. Otras medidas a tener en cuenta son; realizar un saneamiento
adecuado para eliminar la contaminación que pueda existir en las camas de los animales, unido a una
desinfección correcta. Con todo ello, se podría reducir la incidencia de nuevos casos. No hay que
olvidar, una adecuada curación de las heridas, ya que, evita la infección en un ambiente contaminado.
La incapacidad de reproducir experimentalmente la enfermedad como se ha visto en caballos de zonas
endémicas y la naturaleza esporádica de la enfermedad, complican los esfuerzos de investigación.
(Sellong y Long, p. 269).
Bibliografía
Beer, Joachim. Enfermedades infecciosas de los animales domésticos (Traducción de Jaime Esain
Escobar) T II, Zaragoza, Ed. Acribia, 1981.
Gyles C.L., J.F. Prescott, J.G. Songer y C.O. Thoen. Pathogenesis of Bacterial Infecctions in Animals
Oxford, Blackwell Publishing, 2004.
McGavin M.Donald y James F.Zachary. Pathologic Bases of Veterinary Disease St.Louis, Missouri,
Mosby Elsevier 2007.
Pommier G. Enfermedades del caballo (Traducción José Merodio Iglesia), Zaragoza, Ed. Acribia,
1980.
Sellong, Debra C. y Maureen T.Long. Equine Infectious Disease, St.Louis, Missouri, Saunders
Elsevier, 2007.
Songer J.Glenn y Karen W.Post. Veterinary Microbilogy. Bacterial and Fungal Agents of Animal
Disease St.Louis Missouri, Elsevier Saunders, 2005

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