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La Ley de Inclusión Escolar entrega las condiciones para que los niños y niñas,

jóvenes y adultos que asisten a colegios que reciben subvención del Estado
puedan recibir una educación de calidad.

La iniciativa comienza a regir de forma gradual y tiene como objetivo garantizar


la educación como un derecho.

Esta ley otorga libertad de elección a las familias para escoger el proyecto
educativo que prefieran, con disponibilidad completa de la información de cada
establecimiento, sin estar condicionados a la capacidad de pago, rendimiento
académico u otros tipos de discriminación para sus hijos e hijas.

¿En qué consiste


la Ley de Inclusión Escolar?
La Ley de Inclusión Escolar entrega las condiciones para que los niños, niñas y
jóvenes que asisten a colegios que reciben subvención del Estado puedan recibir
una educación de calidad.

Esta iniciativa:

Permite que las familias tengan la posibilidad de elegir el establecimiento que


prefieran sin que eso dependa de su capacidad económica. Ahora es el Estado
quien aportará recursos para reemplazar gradualmente la mensualidad que pagan
las familias.

Elimina el lucro en los establecimientos que reciben aportes del Estado, lo que
significa que todos los recursos públicos deben ser invertidos y reinvertidos para
mejorar la calidad de la educación que reciben nuestros niños, niñas, jóvenes y
adultos.

Termina con la selección arbitraria, lo que permitirá que los padres y apoderados
puedan elegir con libertad el colegio y el proyecto educativo que prefieran para
que sus hijas e hijos estudien.
 Los apoderados inciden en la educación de sus hijos e hijas

 Certificado de estudiante prioritario o preferente


Estás leyendo: ¿Qué prohíbe la Ley de Inclusión?
e terminará la selección
La Ley de Inclusión comenzará a introducir cambios en todo el sistema
escolar. Uno de ellos es que en los colegios municipales y
subvencionados se terminará la selección. La nueva admisión partirá en
2017 en la Región de Magallanes y se aplicará en todo el país en 2020.

¿Qué implica el fin de la selección? Los establecimientos no podrán


exigir antecedentes como certificado de matrimonio de los padres o
documentos que acrediten su salario. “Expresamente la ley prohíbe la
discriminación de los niños por el estado civil de los padres. Pedir
cualquier antecedente socioeconómico, religioso o que permita
discriminar en los procesos de admisión y matrícula está prohibido”,
señaló el Mineduc. A esto, Oscar Acevedo, jefe del departamento de
Denuncias de la Superintendencia de Educación, agregó que “tampoco
el cambio del estado civil puede ser motivo de impedimento para la
continuidad del alumno en el establecimiento”.

Para el diputado Mario Venegas (DC) esto constituye “un cambio de


paradigma” y dijo que “situaciones como ser hijo de madre separada no
podrá ser un impedimento para ingresar a estudiar, tampoco tener
determinada creencia o cierta apariencia”.

Religión y creencias
Oscar Acevedo, jefe del departamento de Denuncias de la
Superintendencia de Educación, explicó que la Ley General de
Educación “establece que los estudiantes tienen derecho a que se
respeten sus convicciones religiosas, ideológicas y culturales”. A eso, en
la Ley de Inclusión se agregó que se deben respetar las “tradiciones y
costumbres de los lugares en que residen los alumnos”, siempre acorde al
proyecto educativo y al reglamento interno del colegio.

Así, el Mineduc explicó que si bien no se puede discriminar a los


estudiantes por estos motivos, los “padres deben adherir al proyecto
educativo del colegio al momento de postular y matricularlo”. Con el
objetivo de saber qué corriente religiosa se imparte y si está en la línea de
sus creencias particulares. En términos prácticos, según el diputado
Mario Venegas (DC) un colegio no puede apartar de las aulas o
suspender a un alumno por estas razones. Tampoco puede prohibirle ir
con determinada indumentaria si esta responde a su creencia (como kipá
o hiyab),

“Lo que no puede garantizar la ley es que cada alumno reciba la clase de
religión acorde a su creencia, porque eso es inviable”, dijo el
parlamentario.

Apariencia de los alumnos


En la mayoría de los establecimientos del sistema, la presentación
personal de los alumnos está normada en los reglamentos internos. En
muchos casos las reglas son estrictas y no permiten el pelo largo o
teñido. Hasta ahora, los recintos educacionales podían sancionar a los
que infringieran estas normas con suspensiones y otro tipo de acciones
que los alejara de la sala de clases, como enviarlos a inspectoría o la
biblioteca.

Sin embargo, la Superintendencia de Educación ha señalado que la


apariencia fuera de la norma o de los reglamentos de cualquier
establecimiento educacional, sea particular, subvencionado o municipal,
no podrá significar ninguna medida sancionatoria que aleje a los menores
de las aulas. En ese sentido, los colegios sí podrán aplicar otros tipos de
medidas disciplinarias, como poner anotaciones.
Además, según la Superintendencia, los uniformes escolares podrán ser
adquiridos en cualquier tienda o fábrica, y no podrán ser obligados por el
colegio a comprarlos en un lugar determinado.

El establecimiento también deberá procurar que el uniforme sea


económico para que no sea un impedimento para asistir a las clases.

Notas y expulsiones
“En algunos colegios sacar un promedio inferior a cierto estándar
implicaba la cancelación de matrícula inmediata. A partir de ahora eso ya
no se permitirá”. Así resumió el diputado Mario Venegas lo que para él
es uno de los pasos más importantes de esta ley. “El espíritu de la norma
tiene que ver precisamente con que las notas no sean una razón para
sacar a un alumno del colegio ni privarlo de su derecho a educación”,
señaló.

¿Cómo operará entonces el sistema? La información del Mineduc indicó


que la ley impide la cancelación de matrícula por rendimiento. Así, los
estudiantes tienen la oportunidad de repetir un curso en la enseñanza
básica y otro curso en la enseñanza media.

“Si sacas un promedio muy bajo o estás repitiendo, no te pueden echar.


Tienen que activar mecanismos para que mejores. Se le da una nueva
oportunidad al alumno. Si todo eso no funciona, se entra a conversar con
los padres”, relató Venegas.

A esto se le agrega que no podrán expulsar estudiantes en medio de un


año escolar. La única excepción es cuando se haya cometido alguna falta
grave que ponga en riesgo la seguridad de los otros alumnos o de la
comunidad.

Utiles escolares y textos


Los establecimiento tampoco podrán impedir el ingreso a clases por la
falta de útiles escolares y textos, ni obligar a los apoderados y a los
estudiantes a adquirir determinadas marcas, pero sí lo podrán sugerir por
razones pedagógicas o sanitarias, lo que debe estar debidamente
acreditado.

En ese sentido, según un documento de la Superintendencia de


Educación, en ningún caso el incumplimiento de las sugerencias
realizadas por el colegio podrá ser fundamento para la aplicación de
medidas disciplinarias en contra de los alumnos, como la prohibición de
entrar a clases, la limitación de la permanencia en el establecimiento
educacional o establecer algún tipo de restricción al ejercicio pleno del
derecho a la educación.

Además, los colegios deberán tener cuidado en no solicitar materiales


escolares que revistan algún peligro para los estudiantes.

La lista de útiles escolares tampoco podrá contener materiales que son de


responsabilidad del sostenedor, como útiles de aseo, oficina o similares,
ya que sería una exigencia indebida, lo que vulneraría la normativa
educacional. El incumplimiento de esto será fiscalizado por la misma
superintendencia.

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