You are on page 1of 5

FÍSICA III Evolución estelar. La vida de las estrellas.

El nacimiento (según la filosofía del tamiz): Formacion en el interior de nubes de hidrógeno molecular; zonas donde la
densidad de H permite que se asocien formando moléculas de dihidrogeno. La onda de choque de una supernova, etc.
vuelven a la nube inestable, dejando zonas más densas, donde la acción gravitatoria de las moléculas atrae a otras hacia el
centro, las que se aceleran y aumentan la temperatura. Dentro de la nube, hay ahora pequeñas esferas de gas muy
caliente, protoestrellas (no emiten luz visible), que van comprimiendose al tamaño de una estrella. Son visibles si tienen
elementos mas pesados, viéndose como siluetas contra un fondo brillante, llamándose glóbulos de Bok.

Durante la compresión pueden pasar tres cosas:

 Formarse un gigante de gas, si la masa de la protoestrella es menos de unas 13 veces la masa de Júpiter. No brilla
con luz visible. Superficie a menos de 1.000 K°. No «mueren». Radia energía infraroja.
 Formarse una enana marron, si la protoestrella es entre 13 y 80 veces la masa de Júpiter. Llega a 1 millón de K°, y
fusiona deuterio. «Se enciende» nuclearmente. No brillan mucho. Superficie a menos de 2.000 K. Emite casi toda la
radiación en el infrarrojo (para la fusión de hidrogeno – protones- hacen falta unos 3.000.000 K°). Nunca se
encienden «de verdad», de modo que nunca mueren.
 Formarse una estrella verdadera, si la protoestrella es unas 80 veces la masa de Júpiter. La temperatura en el
centro aumenta y fusiona hidrógeno. La presión hacia fuera de la radiación, emitida por la fusión, compensa la
presión hacia dentro debida a la gravedad, y la estrella se estabiliza. Su temperatura en la superficie (dependiendo
de la masa de la protoestrella) puede ir desde aprox. 2.000 K° hasta 60.000 K. Brilla con luz visible. Ej. Las
Pléyades. La estrella recién nacida entra en la secuencia principal.

Tipos espectrales: Se clasifican según su el tipo espectral (temperatura superficial y por tanto el color) y la clase de
luminosidad (masa). Esto depende del tamaño de la nube de gas que dio origen a la estrella.

-Tipo espectral: (color):

 Tipo L (enanas marrones): muy frías. Superficie debajo de los 2.000 K°. Color rojo oscuro (casi toda su energía
emitida en el infrarrojo). Una L9 es muy fría, una L5 es algo más caliente, una L0 es casi ya del siguiente tipo (M).
 tipo M (rojas): Superficie entre 2.000 (M9) y 3.500 K° (M0). El sistema estelar Alfa Centauri (el más cercano al
nuestro -4 años luz) consta de tres estrellas: Proxima Centauri (M5 Ve), minúscula, Betelgeuse (M2 Ib),
gigantesca, Rho persei III, gigante.
 tipo K (naranja): superficie entre 3.500 y 5.000 K°. Ej.: Alfa Centauri B y Arturo (gigantes), subgigante épsilon
reticuli IV
 tipo G (amarillas-blanquecinas): Superficie entre 5.000 K y 6.000 K°. Ej.: Sol (G2 V), Alfa Centauri A, Capella,
Tau Ceti.
 tipo F (blancas): superficie entre 6.000 K y 7.500 K°. Ej.: Canopus (2° estrella más brillante del cielo nocturno),
 tipo A (blanco azulado): superficie entre 7.500 K y 10000 K°.. Ej.: Vega, Deneb, Sirio A (es la estrella nocturna
más brillante. Es un sistema binario. Enana blanca VII).
 tipo B (azul intenso): superficie entre 10.000 y 30.000 K°.. no suelen durar mucho tiempo. Hay muy pocas porque
hace falta una gran densidad de hidrógeno para que se formen. Suelen formar grupos en las zonas en las que las
nubes de gas que las formaron eran muy densas. Las Pléyades contienen varias de este tipo: riguel, tay geta,
pleione, merope, maia, electra, celaeno, atlas, adhara (gigante brillante II B)
 tipo O (azul violáceo): superficie entre 30.000 y 60.000 K°. Hay más radiación emitida en el ultravioleta que en el
visible. Ej. alnitak

Mnemotécnica: Otros Buenos Astrónomos Fueron Galileo, Kepler, Messier, L

Clases de luminosidad (masa): Próxima Centauri (M5 Ve) y Betelgeuse (M2 Ib), a pesar de estar a la misma temperatura
superficial, como la segunda es muchísimo más grande que la primera, brilla más. El tamaño de la estrella puede medirse
por su magnitud absoluta (su brillo, independientemente de su distancia).

Subclasificacion:

 a: luminosidad muy grande


 ab: más pequeña
 b: más pequeña aún.
 e: presenta líneas de emisión

Próxima Centauri es clase Ve («e» por líneas de emisión). Betelgeuse es una Ib.

Clases de luminosidad (tamaños):

 clase VII: minúsculas. Enanas blancas. Ej. Sirio B


 clase VI: subenanas. Algo mayores que las enanas blancas. Ej. estrella de Kapteyn.
 clase V: enanas, o de tamaño normal, o de secuencia principal. Ej.: Sol (enana amarilla G2 V) y Tau ceti
 clase IV: subgigantes. Ej. Epsilon Reticuli. Fuera de la secuencia principal por haber consumido casi todo su
hidrógeno
 clase III: gigantes. brillo mucho mayor que el de nuestro Sol. Ej. Rho Persei, roja (M4 IIIa)
 clase II: gigantes brillantes. Ej. Epsilon Canis Majoris o Adhara (B2II), que brilla como veinte mil soles. Este
tamaño y temperatura hacen que esta estrella no vaya a durar mucho.
 clase I: supergigantes, muy grandes y brillantes. Ej. Mu Cephei. Brilla unas 40.000 veces más que el Sol
 clase 0: hipergigantes. No tienen por qué tener más volumen que las supergigantes, pero brillan más porque tienen
mayor masa. Pueden brillar como millones de Soles. Son muy inestables: su brillo suele variar debido a los cambios
en su interior. No suelen durar. Existen muy pocas. Ej. Eta Carinae, que brilla como cinco millones de Soles.

El brillo tiene un límite denominado Límite de Eddington (120 masas solares), por encima del cual una estrella sería tan
masiva y se «encendería» nuclearmente de forma tan violenta que expulsaría parte de su masa en forma de anillo a su
alrededor, quedándose con una masa inferior a ese límite.

La secuencia principal: Nacimiento estrella cuando la protoestrella se comprime y se inicia en el núcleo la fusión de
hidrogeno.

Dos científicos realizaron diagramas muy parecidos a principios del siglo XX: Hertzsprung elaboró un diagrama que
relacionaba la luminosidad en función de su color. Dos años más tarde, Russell creó un diagrama que relacionaba la
luminosidad con el tipo espectral. Al ser prácticamente iguales, esta grafica se denomina diagrama de Hertzsprung-
Russell. La temperatura (color) está en el eje de abscisas (x), la luminosidad en el de ordenadas (y). Prácticamente todas
están concentradas en un par de regiones del diagrama. La mayor parte de las estrellas están en esa franja más o menos
sinuosa y borrosa (puesto que hay más factores a tener en cuenta que no aparecen en la gráfica, como la composición de la
estrella) que va diagonalmente desde abajo y la derecha (estrellas poco luminosas y frías) hacia arriba y la izquierda
(estrellas luminosas y calientes). Hay menos en otras zonas. Esa franja diagonal se denomina secuencia principal.
Cuando la protoestrella empieza a fusionar hidrógeno entra en un punto de esa secuencia principal (donde le corresponda a
su masa). Cuando el hidrógeno del núcleo empieza a acabarse, la estrella abandona la secuencia principal. La explicación
de la concentración de estrellas en la secuencia principal es que estas pasan la mayor parte de su vida allí (fusionando
hidrógeno). Ej.: el Sol es, una estrella amarilla G2 V (G en abscisas y un brillo de 1 en ordenadas), dentro de la secuencia
principal.

Con el tiempo, el hidrógeno se va convirtiendo en helio, que es unas cuatro veces más denso. Por lo tanto, la estrella va
contrayéndose, calentándose en el núcleo y fusionando hidrógeno más deprisa. Nuestro Sol consume ahora hidrógeno un
40% más deprisa que hace un par de miles de millones de años. Cuando el sol muera se convertirá en una enana blanca.

Fuera de la secuencia principal, la franja que se dirige hacia la derecha y arriba desde la secuencia principal son estrellas
moribundas. La banda casi horizontal de estrellas blancas en la parte inferior izquierda del diagrama son enanas blancas
(cadáveres)

Las entrañas de una estrella: La diferencia de las estrellas en la secuencia principal se basa en cuán rápido consumen el
hidrógeno y cuánto tiempo permanecen en dicha etapa de su vida antes de morir.

Estructura de una estrella como el Sol

 núcleo: zona de fusión de hidrogeno. Presión y temperatura enormes. lugar donde se produce la energía necesaria
para compensar la presión gravitatoria de su masa. Ej. En el Sol la temperatura del núcleo es de 13.600.000 K°.

Existen dos formas en las que una estrella fusiona hidrógeno para producir helio:

 Cadena protón-protón: es la reacción de fusión de las estrellas no demasiado grandes, como nuestro Sol. Pasos:
dos núcleos de H (protones) se fusionan, produciendo un núcleo de deuterio (un protón y un neutrón), un neutrino y
un positrón y libera un fotón. El núcleo de deuterio se fusiona con otro núcleo de H (otro protón), formándose un
núcleo de helio-3 (dos protones y un neutrón), y se libera otro fotón muy energético. Se unen dos de esos núcleos
de helio-3 para dar un núcleo de helio-4, muchísima energía fotónica, y dos protones H libres de nuevo (que
vuelven al principio de la cadena para fusionarse, etc.).
 Ciclo CNO o ciclo carbono-nitrógeno-oxígeno: En estrellas más grandes que el Sol (condiciones más extremas y
abundancia de otros elementos). Fusión de un protón con carbono-12 para dar nitrógeno-13, que se desintegra en
carbono-13, un positrón y un neutrino; el carbono-13 se fusiona con otro protón H para dar nitrógeno-14, que se
fusiona con otro protón H para dar oxígeno-15, que se desintegra en nitrógeno-15, un positrón y un neutrino; el
nitrógeno-15 se fusiona con otro protón H para dar carbono-12 y helio-4. En cada uno de estos pasos se liberan
fotones muy energéticos (vemos que se consumen núcleos de hidrógeno (protones) y se produce helio-4. Los
demás elementos actúan de «catalizadores», haciendo que este tipo de fusión sea más rápido).

Cualquier proceso lleva a que el hidrógeno se consuma para formar helio, y al ser este más denso, la estrella se va
comprimiendo y calentándose.

Los fotones liberados en el proceso recorren pocos mm antes de ser absorbidos por nucleos atomicos que los rodean (por
la densidad del interior de la estrella) calentando la región en la que se producen. Estos núcleos atómicos liberan la energía
que han absorbido en forma de más fotones (más de los que absorbieron, pero con menos energía cada uno), que recorren
unos pocos milímetros y son absorbidos de nuevo. Fuera del núcleo ya no se produce la fusión.

 zona convectiva: hay movimientos del fluido, de modo que parte de la energía térmica sale hacia el exterior en
forma de masa de gas muy caliente, dándole a la superficie una temperatura NO uniforme.
 zona radiante: apenas hay movimiento de la masa estelar. La mayor parte de la transferencia de energía de dentro
hacia fuera se produce por radiación. Si la estrella es muy pequeña, como una enana roja, puede ni siquiera existir
la zona radiante.

En algunas estrellas puede estar primero la zona radiante y luego la convectiva.

 Fotosfera: superficie visible, muy fría (a comparación del núcleo). La fotosfera del Sol está a unos 6.000 K°.
 Atmósfera: tiene varias regiones: el mínimo de temperatura es la región inferior de la atmósfera estelar, y es la
zona de menor temperatura de la estrella (la del Sol está a unos 4.000 K). Allí hay átomos y moléculas. En las
capas bajas hay moléculas de agua y dióxido de carbono. A partir de ahí la temperatura aumenta
 cromosfera (durante un eclipse de Sol puede verse brillar en varios colores), la densidad es muy pequeña, pero los
átomos se mueven muy rápido, hasta llegar a los 100.000 K° en la cima de la cromosfera.
 corona (visible durante los eclipses), con una densidad aún menor, y una temperatura aún mayor debido a los
intensos campos magnéticos producidos por el movimiento del plasma por debajo. La corona de nuestra estrella
acaba más o menos a un 10% de la distancia entre el Sol y la Tierra.
 heliosfera (llega más allá de Plutón).

Las enanas blancas: Las estrellas de al menos la mitad del Sol pueden empezar a fusionar hidrógeno de nuevo, luego
helio, y alargar un tiempo su final. Se piensa que, las enanas rojas, al quedarse sin hidrógeno, no pueden compensar la
presión gravitatoria debida a la masa de la estrella, comprimiéndose y calentándose, haciéndose muy pequeño y muy
denso. La presión gravitatoria es tan grande que la fuerza de repulsión entre cargas del mismo signo es incapaz de detener
la compresión, las cargas están casi «pegadas» unas a otras. De hecho, los electrones están tan cerca unos de otros que
llega un momento en el que su posición está tan limitada que podría incumplirse el principio de exclusión de Pauli, debido
a que muchos electrones traten de ocupar el mismo estado cuántico. Para que esto no ocurra, los electrones empiezan a
moverse más rápido, presionando unos contra otros y ejerciendo una presión hacia fuera que compensa la gravitatoria, y
deteniendo así el colapso de la estrella (Si no se convertiría en un agujero negro). El principio de exclusión dice que los
electrones están tan apretados que sus posiciones están muy determinadas. Por el principio de incertidumbre de
Heisenberg, la velocidad de los electrones está muy poco determinada (pueden moverse muy rápido), empujando unos
contra otros y generando una presión hacia fuera que contrarresta la gravitatoria. Esta explicación es equivalente a la del
principio de Pauli. En cualquier caso, esta presión de los electrones hacia fuera se denomina presión de electrones
degenerados, y una vez que los electrones «empujan» hacia fuera con suficiente ímpetu, la estrella deja de comprimirse:
tenemos una enana blanca. Esto ocurre cuando la estrella es enormemente densa (un millón de veces más denso que el
Sol). Cuanta más masa tiene una enana blanca, más pequeña es y más se comprime y más hace falta «apretar» los
electrones unos contra otros para que la degeneración ejerza una presión equivalente hacia fuera. Esto hace que las
enanas blancas demasiado grandes tengan un final catastrófico.

Chandrasekhar calculó la masa máxima que podría tener una enana blanca para que el movimiento de los electrones
debido al principio de exclusión pudiera compensar el colapso gravitatorio (1,4 veces la masa de nuestro Sol), denominado
límite de Chandrasekhar (más masa, menos volumen). Alrededor de 1,4 masas solares, el radio tiende a cero, por eso no
hay ninguna enana blanca mayor que 1,4 Soles. Cuando la presión de los electrones degenerados compensa la presión
gravitatoria (en una enana normal) se tiene un objeto extraordinariamente denso, con la masa de una estrella normal pero
que ocupa más o menos lo que la Tierra, y en el que se ha detenido la fusión y no hay ningún tipo de producción de
energía. Las enanas blancas no brillan mucho porque la superficie total es muy pequeña, de modo que la cantidad de
radiación que pueden emitir es ínfima. No hay nada que siga produciendo energía en su interior, de modo que son
«brasas», que brillan y se van enfriando lentamente. Se piensa que las más frías cristalizan y son sólidos cristalinos.

La enana blanca se va enfriando. De azulada pasará a amarilla, luego a roja, y luego emitirá únicamente hasta el infrarrojo.
Eventualmente su temperatura se igualará con la de la radiación de fondo del Universo. Lo que se tiene entonces es una
enana negra, una bola de materia fría y apagada que permanece inalterada. Si la enana blanca tiene una compañera de la
que absorber material, puede ir creciendo más y más hasta que la presión de los electrones degenerados no sea capaz de
compensar la presión gravitatoria.

Las gigantes rojas: Nuestro Sol se convertirá en una gigante roja. La estrella de al menos la mitad del sol consumen todo
el hidrógeno del núcleo, quedando una bola de helio rodeada aún del resto de la estrella, que sigue siendo, en su mayor
parte, hidrógeno. Llega un momento en el que el hidrógeno que se encuentra justo rodeando el núcleo de helio se calienta
tanto que empieza la fusión del hidrógeno otra vez pero en la capa externa que rodea al núcleo. Esta compresión ha
calentado el hidrógeno a temperaturas mayores que las que tenía el del núcleo y el volumen total que se está fusionando es
mayor que el que había en el pequeño núcleo. La estrella se expande muy rápidamente, aumentando muchas veces de
tamaño y haciéndose una verdadera gigante. La estrella se enfría según se expande, hasta que la temperatura de su
superficie disminuye para ser de sólo unos pocos miles de grados. Las gigantes rojas son bastante frías en su superficie, y
brillan potentemente con una luz rojiza o anaranjada porque su superficie total es gigantesca. Tienen menos masa que al
comienzo, gran volumen y una densidad bastante baja.
Las gigantes rojas de masa similar a la del Sol: según la capa de hidrógeno que rodea el núcleo se va convirtiendo en helio,
la zona central de la estrella se comprime y calienta, ya que el helio es más denso que el hidrógeno, hasta que llega un
momento en el que se alcanza una temperatura suficientemente alta (100 millones de K°) como para que el propio helio
empiece a fusionarse. El núcleo se expande, pero la estrella es de un volumen tan enorme que las capas exteriores casi no
sufren cambio. Al no haber ya un núcleo de helio muy denso, la fusión masiva del hidrógeno alrededor de él disminuye, de
modo que, la cantidad de energía producida por la estrella en su conjunto disminuye. La estrella se contrae otra vez y se va
calentando según se comprime, el helio del núcleo y el hidrógeno que lo rodea vuelven a fusionarse a mayor velocidad,
disparando otra expansión. Pero cada vez hay menos hidrógeno y menos helio (el núcleo va siendo ya, en su mayor parte,
de carbono y oxígeno). Esto se debe al proceso triple alfa (tiene enorme sensibilidad a la temperatura). En el núcleo de
helio de estas estrellas, cuando la presión y la temperatura son las necesarias, los núcleos de helio (partículas alfa) se unen
para formar berilio (4He + 4He —> 8Be), que es muy inestable (se desintegra de nuevo en helio en segundos), cuando se
está produciendo al ritmo suficiente a algunos núcleos de berilio les da tiempo para volver a unirse a otra partícula alfa y
producir carbono (8Be + 4He —> 12C) Y es en esta segunda reacción de fusión donde se produce la mayor parte de la
energía del proceso triple alfa. En total, la reacción neta es de tres partículas alfa que se unen para formar un núcleo de
carbono. Como reacción «lateral» del proceso triple alfa, también producen algo de oxígeno cuando el carbono formado
vuelve a unirse a otro núcleo de helio (12C + 4He —> 16O). Al final, prácticamente toda la masa de la estrella se ha ido
perdiendo en el espacio, rodeando lo que un día fue la joven estrella de la secuencia principal en forma de nebulosa
planetaria, En el centro de esa enorme nube está el pequeño núcleo de la estrella, en el que la fusión ya se ha detenido y
que se mantiene sin colapsarse por la presión de electrones degenerados (una enana blanca).

Las supergigantes rojas, como Betelgeuse, cuyo radio puede alcanzar más de 1500 veces el del Sol tienen un volumen tan
desproporcionado que, en su mayor parte, son de una densidad minúscula, menor incluso que la del aire, pero la masa total
sigue siendo enorme.

Supernovas de tipo II: Las estrellas solo pueden convertirse en enanas blancas si la masa es menor que el límite de
Chandrasekhar (1,4 veces la masa del Sol), de modo que la presión de los electrones degenerados pueda «sostener» la
masa de la estrella contra la presión gravitatoria (las que superan el límite se convierten en supernovas)

La supernova de tipo II (masa 25 soles, más brillante que una galaxia). Debido a su volumen se calentarán tanto que se
activará la fusión del carbono. En unos diez millones de años, el hidrógeno del núcleo se ha consumido. La fusión del helio
es a un ritmo aún mayor para impedir su propio colapso. La fusión del carbono dura mil años. Vuelve a comprimirse y
calentarse para empezar a fusionar neón, vuelve a comprimirse y calentarse. La fusión del oxígeno se da en sólo cuatro
meses y fusiona el silicio, que produce un isótopo inestable del níquel, el cual se desintegra rápidamente y forma hierro. En
sólo una semana, la estrella ha consumido el silicio del núcleo y tiene un núcleo de hierro. El hierro es el elemento químico
con la mayor energía de enlace por nucleón de todos (la fusión del hierro no libera energía, sino que la absorbe). No hay
nada más que la estrella pueda hacer para producir energía en el núcleo. En sus últimas horas como tal, la estrella es una
especie de «cebolla» con capas formadas por todos los elementos que ha ido produciendo en sucesivas etapas de fusión,
de los más ligeros (en la superficie) a los más pesados (en el núcleo). El hierro se acumula y cuando la masa pasa el límite
de Chandrasekhar, no es capaz de mantener su estructura por la presión de electrones degenerados, y se produce una
supernova de tipo II: una supernova debida al colapso del núcleo de una estrella masiva. La densidad es tan enorme que la
radiación emitida es absorbida sin siquiera escapar del núcleo de hierro. Los núcleos de hierro absorben tal cantidad de
energía que muchos se desintegran en núcleos de helio y neutrones libres, y la cantidad de radiación es suficiente para que
se produzca la desintegración beta (de un neutrón en un protón y un electrón) pero al revés: los protones se unen a
electrones y forman neutrones libres y cantidades ingentes de neutrinos. Los neutrinos son capaces de atravesar la estrella
sin que muchos de ellos sean absorbidos, de modo que una gran cantidad de ellos escapan de la estrella. La liberación de
energía en forma de neutrinos es enorme. La parte externa, al recibir esa enorme cantidad de energía, explota. El
«latigazo» de energía genera una onda de choque de una intensidad brutal, y la estrella «revienta». Todo excepto el núcleo
se desprende al espacio, liberando enormes cantidades de radiación y la masa de varios Soles al espacio. La intensidad de
esta explosión es tan grande que una supernova puede brillar más que la galaxia entera de la que forma parte la estrella.
Parte de esta materia desprendida está formada por átomos más pesados que el hierro (durante la supernova se libera tal
cantidad de energía que muchos átomos se fusionan para formar otros más pesados que el hierro, por ejemplo, el uranio).
El núcleo es ahora una especie de «sopa» de neutrones con unos cuantos protones y electrones que no se han unido. Lo
que le ocurre depende de la masa de la estrella inicial: si tenía menos de 20 masas solares, el núcleo restante al final suele
tener una masa de entre 1,4 y 2,1 veces la masa del Sol, y se forma una estrella de neutrones. Si la estrella original tenía
entre 20 y unas 40-50 veces la masa del Sol se convierte en un agujero negro. Una estrella de más de 50 masas solares ni
siquiera produce una supernova, se colapsa a tal ritmo que produce directamente un agujero negro.

Estrellas de neutrones: Si la masa es menor que unas 2,1 veces la masa de nuestro Sol, la compresión se detiene de
nuevo. se tiene una estrella de neutrones. se producen como el resultado de una supernova. En la supernova, una gran
parte de la masa de la estrella se desprende como las capas de una cebolla, dejando sólo el núcleo desnudo donde se
encontraba la estrella original, que si tiene menos de 1,4 masas solares, se convierte en una enana blanca y brilla cada vez
más tenuemente durante eones, si tiene entre 1,4 y 2,1 masas solares, lo que queda de la estrella se comprime más, y más,
y más: en el centro, la presión es tan brutal que «tritura» los átomos. Los electrones caen al núcleo y se combinan con los
protones mediante la desintegración beta inversa, en la que se producen neutrones y se liberan neutrinos al espacio. Lo que
queda entonces son los neutrones de los núcleos y los neutrones producidos mediante esta unión de electrones y protones.
Hay una finísima atmósfera gaseosa, bajo la que pensamos que existe una corteza sólida en la que aún hay núcleos
atómicos y electrones. Por debajo hay fundamentalmente una especie de «sopa de neutrones»: en esta sopa, al acercarse
mucho unos a otros, la posición de los neutrones está muy definida; pero el principio de incertidumbre de Heisenberg indica
que, entonces, su velocidad tiene una enorme indeterminación. Dicho en otras palabras, al saber muy bien dónde están los
neutrones, estos pueden tener casi cualquier velocidad que podamos imaginar, en un rango muy grande: por lo tanto,
chocan entre ellos violentamente y detienen la compresión de la estrella. Sin embargo, para que esto ocurra los neutrones
tienen que estar muy cerca unos de otros. La materia está tan comprimida en las capas profundas que su densidad es
prácticamente la del núcleo atómico. Dentro de una estrella de neutrones podría haber aún algunos electrones y protones
mezclados con los neutrones, partículas inestables que en otras condiciones desaparecerían en fracciones de segundo,
como piones y kaones, o tal vez los propios neutrones pierdan su estructura y se tengan quarks libres. Algunos modelos
incluso predicen la existencia de estrellas extrañas, compuestas únicamente de quarks strange y antistrange. Una estrella
de neutrones es tan enormemente densa que la gravedad en su superficie también es difícil de imaginar. Nada puede
escapar de ellas. La velocidad de giro aumenta hasta varios cientos de veces por segundo. Una estrella de neutrones no
sufre la fusión, sólo brilla por la temperatura de su superficie, y es tan minúscula que la potencia total emitida es muy, muy
pequeña. Cuando se acercan a la estrella partículas desde el exterior, aceleran e impactan contra la superficie de la estrella
y se descomponen en protones, neutrones y electrones. Los polos magnéticos emiten chorros de radiación que puede ser
de radioondas pero también rayos X y rayos gamma, como si fueran cañones de radiación electromagnética muy intensa y
muy dirigida. Los polos magnéticos no coinciden con el eje de giro, los «cañones de radiación» no apuntan siempre en la
misma dirección, sino que giran con la estrella a velocidades tremendas. Percibimos pulsos de radiación con un período
muy exacto, repetidos una y otra y otra vez (lo que se conoce como «efecto faro») cada vez que el chorro «nos mira». Por
eso este tipo de estrellas de neutrones «pulsantes» se denominan púlsares.

El límite de masa de una estrella de neutrones podría ser de 2,1 veces la masa del Sol (hipótesis), denominado límite de
Tolman-Oppenheimer-Volkof. Está entre 2 y 3 masas solares. Por encima de 3-5 masas solares el colapso continúa
formándose un agujero negro.

Los agujeros negros: más allá del límite de Tolman-OppenheimerVolkof, nada puede compensar la presión gravitatoria
sobre el centro, y la estrella se colapsanhasta convertirse en un agujero negro (volumen nulo, densidad infinita). La
atracción gravitatoria allí es infinita. No se pueden observar.

Radio de Schwarzschild: de ese radio «hacia dentro» no puedes ver nada, porque la propia luz no puede escapar. La
superficie de esa esfera se denomina horizonte de sucesos, y es justo el conjunto de puntos que distan de la singularidad el
radio de Schwarzschild. Este radio existe para cualquier objeto con masa: si se comprime el objeto de modo que ocupe
menos que ese radio, el colapso gravitatorio es inevitable y se produce un agujero negro con ese tamaño. Suelen ser
masivos: sólo una estrella con la suficiente masa puede producir una presión gravitatoria que la comprima hasta dentro de
su propio radio de Schwarzschild. Para producir un agujero negro hace falta una gran densidad cuando el objeto no tiene
mucha masa. Los candidatos a agujero negro estelar que hemos observado tienen masas de entre 3 y 20 Soles, este tipo
de agujeros negros sí necesitan de una enorme densidad para producirse. Los agujeros negros estelares, son pequeños:
con una masa de 5 Soles el radio de Schwarzschild es de unos 20 km. La luz que pasa cerca se curva. El agujero actúa de
lente gravitacional, distorsionando la imagen de los objetos detrás de él. Están rodeados de un disco de acrecimiento
formado por la materia que es atraída por él y va cayendo en espiral hacia el centro. La materia que va acelerando y
comprimiéndose mientras cae emite enormes cantidades de radiación muy energética que sí puede ser detectada, pues se
encuentra aún fuera del radio de Schwarzschild. Algunos agujeros negros probablemente emiten chorros de plasma en sus
polos magnéticos (además de chorros de rayos X como las estrellas de neutrones): las partículas cargadas que caen hacia
el centro del disco son a veces lanzadas a velocidades relativistas antes de atravesar el horizonte de sucesos. Otra de las
peculiaridades que haría evidente que te encuentras mirando uno es que cuando la luz se aleja de un objeto con masa, la
atracción gravitatoria disminuye su energía, los fotones van perdiendo energía según se alejan del agujero, pero la energía
de un fotón no se refleja en su velocidad sino en su frecuencia. Según la luz se aleja del agujero, sus fotones reducen
mucho su frecuencia, de modo que si observas algo azul, lo verías rojo.

Un agujero negro aislado sería muy difícil de detectar, pero afortunadamente muchas veces se trata de sistemas binarios en
los que una de las dos estrellas va absorbiendo masa de la otra hasta que se convierte en un agujero negro, mientras que la
estrella «superviviente» sigue brillando y es fácilmente visible desde la Tierra: está girando alrededor de algo mucho más
masivo que ella pero que no brilla con fusión nuclear. Los agujeros negros aislados sólo son visibles cuando la materia que
absorben en el disco de acrecimiento se calienta tanto que emite radiación suficiente para que podamos detectarla antes de
que atraviese el radio de Schwarzschild.

Todas las estrellas posibles acabarán como enanas blancas (y luego negras cuando se hayan enfriado), estrellas de
neutrones o agujeros negros. Todos estos «cadáveres estelares», al final de su recorrido, son prácticamente invisibles: sólo
emiten radiación cuando absorben materia del exterior.

You might also like