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Retórica. (Del lat. rhetorĭca, y este del gr. ῥητορική). f. Arte de bien decir, de dar al lenguaje
escrito o hablado eficacia bastante para deleitar, persuadir o conmover.
Tropo. (Del lat. tropus, y este del gr. τρόπος). m. Empleo de las palabras en sentido distinto del
que propiamente les corresponde, pero que tiene con este alguna conexión, correspondencia
o semejanza. El tropo comprende la sinécdoque, la metonimia y la metáfora en todas sus
variedades.
Las figuras literarias (llamadas también figuras retóricas o recursos literarios) son recursos del
lenguaje literario utilizados por el poeta o escritor para dar más belleza y una mejor expresión
a sus palabras; es decir, el poeta o escritor usa estos recursos para dar mayor expresividad a
sus sentimientos y emociones íntimas, a su mundo interior; aunque no hay que olvidar que
también podemos encontrar dichas figuras en el lenguaje coloquial o común; metáforas como
“Estudia como un león”, hipérboles como “Es más pesado que una vaca en brazos”, asimismo
expresiones irónicas como ¡Pero qué simpático es este niño!, etc.
Las figuras retóricas son formas de expresión que buscan conseguir un efecto mediante el uso
del lenguaje con el propósito de enriquecerlo.
Metáfora
Metáfora. (Del lat. metaphŏra, y este del gr. μεταφορά, traslación). f. Ret. Tropo que consiste
en trasladar el sentido recto de las voces a otro figurado, en virtud de una comparación tácita;
p. ej., Las perlas del rocío. La primavera de la vida. Refrenar las pasiones. || 2. Aplicación de
una palabra o de una expresión a un objeto o a un concepto, al cual no denota literalmente,
con el fin de sugerir una comparación (con otro objeto o concepto) y facilitar su comprensión;
p. ej., el átomo es un sistema solar en miniatura.
Ejemplo 1. Cuando el Señor dijo: “Yo soy la luz del mundo” (Jn. 1:4; 8:12) no se estaba
refiriendo a que Él fuera una lámpara o algo por el estilo, sino que ésta es una expresión
metafórica usada para causar un efecto especial en los oyentes. Jesús usa esta analogía
inspirándose en las alusiones del AT (Ex. 13:21; Sal. 27:1; Pr. 6:23; Ez. 1:4; Hab. 3:3-4).
Esta frase lo que hace es resaltar la identidad de Jesús como Mesías e Hijo de Dios (Sal. 27:1;
Mal. 4:2). Declarándola como el cabal cumplimiento de lo que Dios había prometido en el AT
para su pueblo (Is. 60: 19-22; Cf. Ap. 21: 23-24) y para el mundo (Is. 42:6).
Ejemplo 2. En 2 Co. 10:3-4 vemos que Pablo se refiere a “las armas de nuestra milicia”, pero de
antemano no quiere decir que nosotros como creyentes seamos soldados del ejército militar
literalmente sino que nuestra milicia es en el plano espiritual, tal y como lo aclara el mismo
apóstol en 2 Ti. 2:3-4.
Ejemplo 3. En Mt. 7: 13-14, el Señor usa una metáfora para referirse a las dos posturas con las
que el creyente tendría que enfrentarse; por un lado, una “puerta estrecha” que se refiere a la
vida de fe en Jesucristo, acompañada de profundo arrepentimiento, conocimiento de la
Verdad, completa sumisión a Cristo y un auténtico deseo de obedecer su voluntad y su
Palabra. Por otra parte, una puerta ancha que representa a todas las doctrinas de auto-
justificación y a una vida ajena a Jesucristo.
Ejemplo 4. Jesucristo se refiere a sí mismo como el “Pan de Vida” para mostrar que así como el
pan que recibieron los israelitas en el desierto sirvió para alimentar lo físico, no obstante, era
incapaz de impartir vida eterna o de suplir las necesidades espirituales; no así con el “Pan de
Vida” representado en Jesucristo, el cual es el único que sacia al hombre y le da vida eterna.
Desafortunadamente, por una falta de interés en el estudio serio y dedicado de los Escritos
Sagrados, muchas personas no respetan estos principios fundamentales para la interpretación
de la Palabra de Dios, obteniendo un conocimiento defectuoso y hasta torcido, tal y como lo
menciona 2 P. 3:16.
Lo anterior porque existen doctrinas donde se enseña que el pan y el vino se convierten
literalmente en la carne y la sangre de Jesucristo (transubstanciación), cayendo en craso error,
ya que la ceremonia de la santa cena no es sino un memorial de la muerte del Señor.
Actividad.
La serpiente en el huerto del Edén, ¿era literal o era una metáfora?
Sinécdoque
Sinécdoque. (Del lat. synecdŏche, y este del gr. συνεκδοχή, de συνεκδέχεσθαι, recibir
juntamente). f. Ret. Tropo que consiste en extender, restringir o alterar de algún modo la
significación de las palabras, para designar un todo con el nombre de una de sus partes, o
viceversa; un género con el de una especie, o al contrario; una cosa con el de la materia de que
está formada, etc.
Consiste en usar una parte hablando de un todo o hablando de un todo para referirse a una
parte.
Ø Son características del gato - utiliza el nombre de un animal para referirse a la especie.
Ø El hombre es un ser racional - por hombre, se refiere a toda la especie humana (los
hombres).
Ejemplo 1. Hch. 24:5. “Porque hemos hallado que este hombre es una plaga, y promotor de
sediciones entre todos los judíos por todo el mundo, y cabecilla de la secta de los nazarenos.”
La expresión “todo el mundo” se refiere al mundo conocido hasta ese entonces, el imperio
romano que estaba conformado por varias naciones; no queriendo decir con esto que también
hayan llegado hasta América, tomando aquí un todo para referirse a una parte.
Ejemplo 2. Sal. 16:9. “Se alegró por tanto mi corazón, y se gozó mi alma; Mi carne también
reposará confiadamente”.
Aquí el salmista pone una parte por el todo. Lo ordinario sería decir: “mi cuerpo” o “mi ser”
que sería el todo, siendo “la carne” parte de su ser.
Metonimia
Metonimia. (Del lat. metonymĭa, y este del gr. μετωνυμία). f. Ret. Tropo que consiste en
designar algo con el nombre de otra cosa tomando el efecto por la causa o viceversa, el autor
por sus obras, el signo por la cosa significada, etc.; p. ej., las canas por la vejez; leer a Virgilio,
por leer las obras de Virgilio; el laurel por la gloria, etc.
Esta figura se emplea también cuando se pone la señal o símbolo por la realidad que indica el
símbolo.
Ejemplo 1. Lc. 16:29 “Y Abraham le dijo: A Moisés y a los profetas tienen; óiganlos.”
Aquí el escritor sagrado usa esta expresión en lugar de decir que tienen los escritos de Moisés
y los de los profetas; es decir, el AT; poniendo al símbolo (Moisés y los profetas) por la realidad
(TANAJ).
Ejemplo 2. Mt. 17:1-5 “1Seis días después, Jesús tomó a Pedro, a Jacobo y a Juan su hermano,
y los llevó aparte a un monte alto; 2y se transfiguró delante de ellos, y resplandeció su rostro
como el sol, y sus vestidos se hicieron blancos como la luz. 3Y he aquí les aparecieron Moisés y
Elías, hablando con él. 4Entonces Pedro dijo a Jesús: Señor, bueno es para nosotros que
estemos aquí; si quieres, hagamos aquí tres enramadas: una para ti, otra para Moisés, y otra
para Elías. 5Mientras él aún hablaba, una nube de luz los cubrió; y he aquí una voz desde la
nube, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; a él oíd.”
Prosopopeya
Prosopopeya. (Del gr. προσωποποιΐα). f. Ret. Figura que consiste en atribuir a las cosas
inanimadas o abstractas, acciones y cualidades propias de seres animados, o a los seres
irracionales las del hombre.
Ejemplo 1. Ez. 6:3 “Y dirás: Montes de Israel, oíd palabra de Jehová el Señor: Así ha dicho
Jehová el Señor a los montes y a los collados, a los arroyos y a los valles: He aquí que yo, yo
haré venir sobre vosotros espada, y destruiré vuestros lugares altos.”
Es por demás innecesario decir que los montes no pueden oír, sino que en este caso, Ezequiel
usa esta prosopopeya para referirse a los idólatras israelitas, quienes habían usado los
“montes” para adorar ídolos ajenos.
Ejemplo 2. Is. 55:12 “Porque con alegría saldréis, y con paz seréis vueltos; los montes y los
collados levantarán canción delante de vosotros, y todos los árboles del campo darán
palmadas de aplauso.”
En este pasaje vemos no solo una mera personificación de las cosas inanimadas sino además
una simbolización en las mismas; representando en este verso “los montes y los collados”
personas que se encuentran en eminencia y “los árboles del campo” personas de condición
humilde, lo que indica que tanto los unos como los otros deben alabar al Altísimo
Todopoderoso.
Pregunta: ¿La burra de balaam era literal o era una prosopopeya? (Nm. 22:21-31).
Ironía
Ironía. (Del lat. ironīa, y este del gr. εἰρωνεία). f. Burla fina y disimulada. || 2. Tono burlón con
que se dice. || 3. Figura retórica que consiste en dar a entender lo contrario de lo que se dice.
Figura retórica que consiste en expresar lo contrario a lo que se quiere decir, pero siempre de
tal modo que se hace resaltar lo verdadero. Se usa escasamente en las Escrituras, pero nunca
con el propósito de humillar o hacer escarnio, sino de hacer brillar la Verdad.
Ejemplo 1. 2 Co. 11:3-6 “3Pero temo que como la serpiente con su astucia engañó a Eva,
vuestros sentidos sean de alguna manera extraviados de la sincera fidelidad a Cristo. 4Porque
si viene alguno predicando a otro Jesús que el que os hemos predicado, o si recibís otro
espíritu que el que habéis recibido, u otro evangelio que el que habéis aceptado, bien lo
toleráis; 5y pienso que en nada he sido inferior a aquellos grandes apóstoles. 6Pues aunque
sea tosco en la palabra, no lo soy en el conocimiento; en todo y por todo os lo hemos
demostrado.”
En este escenario vemos al apóstol Pablo refiriéndose a los falsos maestros como grandes
apóstoles, dando a entender, no solo que en absoluto no son apóstoles, sino que además de
eso, sí son falsos maestros.
Ejemplo 2. 1 Reyes 18:27 “Y aconteció al mediodía, que Elías se burlaba de ellos, diciendo:
Gritad en alta voz, porque dios es; quizá está meditando, o tiene algún trabajo, o va de camino;
tal vez duerme, y hay que despertarle.”
El profeta Elías, estando en el Monte Carmelo hace uso de la ironía para darles a entender que
es totalmente inútil que griten.
Hipérbole
Hipérbole. (Del lat. hyperbŏle, y este del gr. ὑπερβολή). f. Ret. Figura que consiste en
aumentar o disminuir excesivamente aquello de que se habla.
Esta figura retórica representa una cosa como mucho más grande o más pequeña de lo que en
realidad es. Se usa muy poco en las Escrituras.
Ejemplo 1. Dt. 1:28 “¿A dónde subiremos? Nuestros hermanos han atemorizado nuestro
corazón, diciendo: Este pueblo es mayor y más alto que nosotros, las ciudades grandes y
amuralladas hasta el cielo; y también vimos allí a los hijos de Anac.”
Aquí observamos que el lenguaje usado por los israelitas es totalmente exagerado para
referirse a las murallas de la tierra de Canaán.
Ejemplo 2. Jn. 21:25 “Y hay también otras muchas cosas que hizo Jesús, las cuales si se
escribieran una por una, pienso que ni aun en el mundo cabrían los libros que se habrían de
escribir. Amén.”
Juan hace uso de esta figura al finalizar el evangelio que lleva su nombre.
Alegoría
Alegoría. (Del lat. allegorĭa, y este del gr. ἀλληγορία). f. Ret. Figura que consiste en hacer
patentes en el discurso, por medio de varias metáforas consecutivas, un sentido recto y otro
figurado, ambos completos, a fin de dar a entender una cosa expresando otra diferente.
En este recurso literario se utiliza una historia o una narración para transmitir verdades acerca
de la realidad. Una alegoría comunica algo además de su sentido literal. A veces se define
como una metáfora extendida.
Alegoría en el AT
Ningún libro completo del AT se escribió como una alegoría aunque se han interpretado
alegóricamente algunas porciones como el libro de Cantares. El rabino Akiba (Aprox. 50-132 a.
C.) interpretó que el libro de Cantares, alegóricamente se refería al amor de Dios hacia Israel y
también eruditos cristianos siguen esa línea de pensamiento, interpretando que ese libro del
AT se refiere al amor de Cristo hacia la iglesia.
Alegoría en el NT
Cristo nunca alegorizó el AT, pero sí efectuó interpretaciones alegóricas en algunas de sus
parábolas, como la del “sembrador” (Mr. 4:1-20). En esta parábola, asigna un significado
simbólico a los diversos elementos de la parábola; por ejemplo, la semilla representa la
Palabra de Dios, y las 4 clases de suelo simbolizan las diferentes maneras en que se recibe.
También vemos que en la parábola del “trigo y la cizaña” realiza una interpretación alegórica
(Mt. 13:24-30; 36, 43). No obstante, la mayoría de las parábolas no son alegóricas.
La alegoría que se emplea en la Biblia va más allá de una historia ficticia para ilustrar una
realidad, de hecho en las Escrituras no hay nada ficticio, sino que se hecha mano de un tipo de
alegoría de corte rabínico, tal y como lo vemos en Ga. 4:22-31, donde encontramos una
alegoría convertida en doble TIPO (el tipo es una figura retórica que veremos más adelante):
¿Quién es esta madre, la Jerusalén de arriba, tipificada en Sara, la libre, madre de todos
nosotros?
Definitivamente no es la iglesia, sino que es la Sion celestial, la ciudad capital del cielo, la
eterna patria celestial, un lugar de santidad perfecta (Filip. 3:20; He. 12:22; Ap. 3:12; 21:2, 10;
Is. 54:1). Ésta es la ciudad donde los santos en Cristo vivirán (Jn. 14:1-3).
El tipo
Es una clase de metáfora que no consiste meramente en palabras sino en hechos, personas u
objetos en el provenir. Estas figuras son “la sombra de lo que ha de venir” a la cual se refiere el
apóstol Pablo en Col 2:17.
El tipo o tipología nos sirve para interpretar el AT, a partir de una impronta, y relacionarlo con
el NT.
Dicho de otro modo, el AT es el recipiente que Dios usó para colocar el contenido que habría
de servir para bendición del hombre. No importando el envase sino el contenido.
Debido a los excesos y abusos cometidos al interpretar muchas porciones de las Escrituras que
han parecido típicas (de tipo) en el AT, es necesario acotar lo siguiente:
1. Es tipológico (típico o tipo), todo aquello que se manifiesta sombríamente en el AT y
que se confirma en el NT.
2. De suma importancia es saber que lo tipológico (típico o tipo) es inferior, en todos los
sentidos, a la realidad que se muestra en el NT, y además, que todos los detalles del
“tipo” no tienen aplicación a dicha realidad.
Nota: En la actualidad, existen sectores o grupos de creyentes que cometen una falta grave de
interpretación al pasar por alto este punto, cayendo inclusive, en idolatría. Por ejemplo:
Creyentes que construyen altares, bañan en aceite objetos o personas (como señal de
consagración), encienden candelabros, etc.; atribuyéndole a esos rituales cierto poder, incluso
salvífico. Peor aún, algunas personas cristianas creen que por medio de un nombre dado a un
lugar o a una persona se obtienen ciertos privilegios o poderes.
3. Los “tipos” no nos fueron dados para servir de base y fundamento de las doctrinas
cristianas, sino para confirmar nuestra fe e ilustrar y presentarnos las doctrinas vivas a
la mente.
Nota: Es común ver personas neófitas enseñando que el hombre puede pactar con Dios; que el
creyente debe guardar el sábado; que el cristiano puede decidir su futuro, declarando
bendición o cancelando maldiciones con su propia palabra; que el cristiano pobre o enfermo
está cargando con una maldición generacional y entre muchas otras cosas que son causa de
que muchos anden en pos de herejías destructoras (2 P. 2:1).
Ejemplo 1. (Jn. 1:29 comparado con Ex. 12:1-28 [Ver también Lv. 16: 5-34]).
La pascua, es un tipo de Cristo nuestro Redentor (Jn. 1:29; 1 Co. 5:6-7; 1 P. 1:18-20).
2. Una vez que el cordero pasaba la prueba, debía ser matado (Ex. 12:6; He. 9:22).
3. La sangre debía ser debidamente aplicada (Ex. 12:7). Esto corresponde a la salvación
por fe personal y refuta la falsa enseñanza de que todos los hombres son salvos por la
promesa hecha en Jn. 3:16 (Cf. Jn. 3:36).
4. La sangre aplicada de esa manera constituía, en sí misma y sin ningún agregado, una
protección perfecta contra el juicio (Ex. 12:13; He. 10:10, 14; 1 Jn. 1:7).
“El que encubre sus pecados no prosperará; Mas el que los confiesa y se aparta alcanzará
misericordia.”
En esta pequeña porción de la Escritura se resume una de las doctrinas fundamentales y más
poderosas que el hombre pudo haber escuchado jamás: La salvación por gracia por medio de
la fe y no por obras (Ef. 2:8-9).
Y en la segunda parte de esta frase vemos que con solo confesar nuestros pecados ante Dios
(arrepentimiento profundo) y apartarnos (vivir como nos enseña Cristo) alcanzaremos
misericordia (Salvación por gracia y por fe). Ver He. 4:16.
Las primeras cuatro fiestas, que son la Pascua (Pesach), Panes Sin Levadura (Hag
HaMatzah),Primicias (Bikkurim), y Pentecostés (Shavuot), nos enseñan principalmente acerca
de los acontecimientos más significativos de la primera venida del Mesías (Mashiach) y la
razón por la cual estos eventos forman parte importante de la redención divina del hombre.
Las últimas cuatro fiestas, que son la Fiesta de Trompetas (Yom Teruah, también conocida
como Rosh HaShanah), el Día de la Expiación (Yom Kippur), y la Fiesta de las
Tiendas o Tabernáculos(Sukkot), presentan una perspectiva fascinante acerca de los
acontecimientos relevantes a lasegunda venida del Mesías (Mashiach).
Nota Importante: Dos palabras importantes aparecen en Levítico (Vayikra) capítulo 23, y
ambas palabras son traducidas como fiesta [en español]. En el versículo 2, la palabra fiestaes
traducida de la palabra hebrea mo'ed, como está escrito: "Habla a los hijos de Israel, y diles:
las fiestas solemnes (mo'ed) de Jehová...". La palabra mo'ed significa: "una cita, un tiempo
señalado, un ciclo o año, una asamblea, un tiempo determinado, un tiempo preciso".
Al entender el significado hebreo de la palabra fiesta, podemos ver que Dios está precisando
"un tiempo determinado o un tiempo señalado" en el cual Él está haciendo una cita con la
humanidad para cumplir ciertos aspectos de la redención. De hecho, El Señor Jesucristo vino a
la tierra exactamente a la hora determinada por Dios (Gálatas 4:2,4), y Dios ha determinado el
tiempo preciso en el futuro en el que juzgará al mundo (Hechos 17:31).
En el versículo 6 encontramos otra palabra hebrea que es traducida como fiesta, como está
escrito: "Y a los quince días de este mes es la fiesta solemne (chag o Kjag) de los panes sin
levadura..." La palabra hebrea chag o Kjag, que significa "festival", se deriva de la raíz
hebreachagag o kjagág, que significa: "moverse en círculos, marchar en una procesión
sagrada, celebrar, danzar, celebrar una fiesta solemne". Con ello podemos ver que Dios nos
dio las fiestas como parte de un ciclo que debe ser guardado todos los años, con el fin de que
al celebrarlos podamos llegar a tener mayor entendimiento del plan divino de redención del
mundo; el rol que el Mesías juega en la redención; y nuestra relación personal con Dios, en
cuanto a la forma de crecer hasta alcanzar la madurez espiritual.
Dios NO nos dio las fiestas para que alcanzáramos la salvación a través de ellas, ya que la
salvación sólo viene por fe (emunah); sin embargo, Dios las dio con el propósito de enseñar e
instruir a Su pueblo con respecto a Su plan de redención y nuestra relación personal con El.
2. Hag HaMatzah o Panes Sin Levadura, celebrada el 15-21 Nisan/ Aviv (marzo-abril).
Ex. 12: 15-20; 13:3-10; Lv. 23:6-8; Nm. 28: 17-25; Dt. 16: 3, 4, 8.
Ex. 23:16; 34:22; Lv. 23:15-21; Nm. 28:26-31; Dt. 16: 9-12.
Ex. 23:16; 34:22; Lv. 23: 33-36; 39:43; Nm. 29: 12-38; Dt. 16: 13-15.
7. Tabernáculos: El Milenio.
El símbolo
Es una especie de tipo por el cual se representa alguna cosa o algún hecho por medio de otra
cosa o hecho familiar que se considera a propósito para servir de semejanza o representación.
Si bien la palabra “símbolo” no aparece en la Biblia, tanto el AT como el NT son ricos en
simbolismos y lenguaje simbólico.
Los símbolos, sean objetos, gestos o rituales, transmiten significado a aspectos racionales,
emocionales e intuitivos del ser humano.
Ejemplos varios.
La muerte de Cristo, vista a través de la resurrección, es central en los dos rituales simbólicos
más importantes de la fe cristiana: el bautismo y la Cena del Señor.
La Cena del Señor emplea elementos comunes del pan y el vino para representar el cuerpo casi
hecho pedazos de Cristo y Su sangre derramada por el pecado de la humanidad.
Las parábolas de Jesús abundan en símbolos: granos, cizaña, una oveja perdida, una moneda
perdida, un hijo perdido, etc.
Jesús usó un lenguaje simbólico cuando habló de Sí mismo y de su relación con las personas:
pan de vida, luz del mundo, buen pastor, agua de vida y puerta.
Ejemplo 1. El Señor Jesús hizo innumerables milagros y prodigios pero hubo siete de ellos que
simbolizan algo en especial, y para corroborar eso nos vamos a remitir al evangelio de Juan,
veamos.
1. Las bodas de Caná (Jn. 2:1-11). En este pasaje vemos que solo Cristo puede
transformar una vida de insipidez y vaciedad a una llena de color y sabor verdaderos.
Lo curioso de este pasaje lo hallamos en el v.11 cuando leemos “Esteprincipio de señales hizo
Jesús en Caná de Galilea”, lo que nos indica que este fue el primer milagro simbólico del Señor.
2. La curación del hijo de un funcionario (Jn. 4:46-54). En esta segunda señal se nos
enseña que solo el Señor es digno de confianza.
4. Multiplicación de los panes (Jn. 6:1-15). Por medio de esta porción de la Escritura nos
damos cuenta que solo Jesús puede saciar nuestra vida. Desafortunadamente la
mayoría de los creyentes somos como los 5,000, que solo disfrutan de los milagros y
muy pocos somos de los que disfrutan recogiendo los pedazos.
5. La caminata sobre el agua (Jn. 6:16-21). Aquí hallamos que Jesús es el único que trae
paz a nuestra vida.
6. Curación de un ciego de nacimiento (Jn. 9:1-7). Aprendemos aquí que sólo Jesús nos
hace ver con claridad.
7. Resurrección de Lázaro (Jn. 11:1-44). Y con esta señal milagrosa el Señor cierra con
broche de oro declarando que solo Él puede vencer a la muerte.
1Apareció en el cielo una gran señal: una mujer vestida del sol, con la luna debajo de sus pies, y
sobre su cabeza una corona de doce estrellas. 2Y estando encinta, clamaba con dolores de
parto, en la angustia del alumbramiento.
Si leemos literalmente este texto y no hacemos caso a la advertencia del principio del versículo
1 (“una gran señal”), inmediatamente interpretaremos mal este texto diciendo que en efecto,
el texto está hablando de una mujer, pero esto no es así.
En primer lugar, la mujer es una señal o símbolo; es decir, que representa algo y
definitivamente a la virgen María o de Guadalupe, no es. Eso es fácil corroborarlo comparando
este texto con Gen. 37:9-11.
9Soñó aun otro sueño, y lo contó a sus hermanos, diciendo: He aquí que he soñado otro sueño,
y he aquí que el sol y la luna y once estrellas se inclinaban a mí. 10Y lo contó a su padre y a sus
hermanos; y su padre le reprendió, y le dijo: ¿Qué sueño es este que soñaste? ¿Acaso
vendremos yo y tu madre y tus hermanos a postrarnos en tierra ante ti? 11Y sus hermanos le
tenían envidia, mas su padre meditaba en esto.
Por medio de este pasaje paralelo nos damos cuenta que “la mujer” es el pueblo de Israel cuya
estirpe o cepa se conformaba de:
3. Las 12 estrellas representan a cada uno de los hermanos de José, incluido él; mismos
que llegaron a ser los patriarcas de las 12 tribus de Israel.
La parábola
2. Deben tomarse en cuenta solo los rasgos principales de las parábolas, dejando a un
lado lo que se usa para adornar o completar la narración.
3. Las parábolas sirven para ilustrar las doctrinas, nunca para producirlas.
Parábolas en el AT
Una interesante parábola del AT la encontramos en 2 Samuel 12:1-4 donde el profeta Natán
hace por medio de esta, una ilustración y comparación, con el propósito de confrontar el
proceder del rey David.
Parábolas en el NT
Muchas de las parábolas emitidas por el Señor Jesús surgieron de situaciones conflictivas que
se presentaban cuando Jesús respondía a críticas de religiosos y pecadores que presumían una
superioridad moral, sin estos tenerla en absoluto.
Las parábolas no son meros relatos ingeniosos, sino proclamaciones formidables de las Buenas
Nuevas de salvación. Anécdotas que apelan a una imaginación pintoresca de parte del
escucha.
En su parábola más famosa, ensalzó el amor perdonador del Padre y desenmascaró la crítica
hostil del rencoroso hermano (Lc. 15:11-32). Estas historias maravillosas, relatadas por el
Señor, hicieron que todo el público que le escuchara (y hasta el día de hoy) se cimbrara de tal
modo que no solo quedaban atónitos, sino con la fe de cada uno al borde del colapso para
decidir solo una de dos cosas: ¿o este hombre es el Hijo de Dios, es decir, Dios encarnado; o
bien, este hombre es un lunático mentiroso?
Todas ellas se centran en el Reino de Dios (Mar. 1:15). Cada una explora y expande el tema,
además, proclaman el Reino de Dios como un reino ético, real, escatológico y evangelizador.
Muchas de ellas fueron y son llamados vehementes al arrepentimiento y a la restauración
moral y espiritual del hombre con miras de hallar gracia delante del Altísimo.
Actividad.
1. ¿Consideras que el relato del rico y Lázaro es una parábola, o qué figura retórica
podría ser? (Lc. 16:19-31). Escribe tu tesis y susténtala con citas bíblicas.
El Símil
Símil. (Del lat. simĭlis). adj. p. us. Significa semejante o parecido (ǁ que semeja). || Ret. Figura
que consiste en comparar expresamente una cosa con otra, para dar idea viva y eficaz de una
de ellas.
Ejemplo 1. (Sal. 103:11) “Porque como la altura de los cielos sobre la tierra, Engrandeció su
misericordia sobre los que le temen.”
Vemos en este pasaje que el salmista describe de una forma gráfica y conocida para el escucha
o lector la forma como el Señor ha aumentado su paciencia y misericordia sobre el hombre, de
tal modo que pueda entenderlo.
Ejemplo 2. (Is. 55:8-11) “8Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros
caminos mis caminos, dijo Jehová. 9Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis
caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros
pensamientos. 10Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino
que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que
come, 11así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo
quiero, y será prosperada en aquello para que la envié.
Antítesis
Antítesis. (Del lat. antithĕsis, y este del gr. ἀντίθεσις, de ἀντί, contra, y θέσις, posición). f. Fil.
Oposición o contrariedad de dos juicios o afirmaciones. || 2. Ret. Figura que consiste en
contraponer una frase o una palabra a otra de significación contraria.
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Ejemplo 1. (Dt. 30:15) “ Mira, yo he puesto delante de ti hoy la vida y el bien, la muerte y el
mal;…”
Ejemplo 2. (2 Co. 3:6-18) “6el cual asimismo nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto,
no de la letra, sino del espíritu; porque la letra mata, mas el espíritu vivifica. 7Y si el ministerio
de muerte grabado con letras en piedras fue con gloria, tanto que los hijos de Israel no
pudieron fijar la vista en el rostro de Moisés a causa de la gloria de su rostro, la cual había de
perecer, 8¿cómo no será más bien con gloria el ministerio del espíritu? 9Porque si el ministerio
de condenación fue con gloria, mucho más abundará en gloria el ministerio de
justificación. 10Porque aun lo que fue glorioso, no es glorioso en este respecto, en comparación
con la gloria más eminente. 11Porque si lo que perece tuvo gloria, mucho más glorioso será lo
que permanece. 12Así que, teniendo tal esperanza, usamos de mucha franqueza; 13y no como
Moisés, que ponía un velo sobre su rostro, para que los hijos de Israel no fijaran la vista en el fin
de aquello que había de ser abolido. 14Pero el entendimiento de ellos se embotó; porque hasta
el día de hoy, cuando leen el antiguo pacto, les queda el mismo velo no descubierto, el cual por
Cristo es quitado. 15Y aun hasta el día de hoy, cuando se lee a Moisés, el velo está puesto sobre
el corazón de ellos. 16Pero cuando se conviertan al Señor, el velo se quitará. 17Porque el Señor es
el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad. 18Por tanto, nosotros todos,
mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de
gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.
Aquí Pablo establece un contraste magistral entre el AT y el NT, entre la Ley Mosaica y el
Evangelio, empleando en dicha comparativa una antítesis.
Ejemplo 3. (Ro. 6:23) “Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida
eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.”
El apóstol Pablo contrasta “muerte” con “vida eterna”, y “la paga del pecado es muerte” con
“la dádiva de Dios es vida eterna”.
Actividad.
1. Ahora que conoces ésta figura retórica (antítesis), lee detenidamente el capítulo 7 de
romanos y compáralo con Rom. 8:1-17 ¿qué opinas, es la porción del capítulo 8 la
antítesis del capítulo 7? Responde Si o No pero también incluye un argumento con
citas bíblicas.
A. Características de la profecía.
1. La profecía puede aparecer como un solo evento, pero en realidad puede haber un
cumplimiento doble, triple o cuádruple.
3. La profecía puede aún ser revocada. Véase el caso de Jonás al declarar la profecía de
juicio que se avecinaba sobre Nínive.
D. Profecías condicionales.
Las predicciones que anuncian juicios venideros, no declaran por sí mismas el futuro absoluto
del evento, sino que solo declaran lo que deben esperar las personas a quienes fueron hechas,
y lo que ciertamente acontecerá, a menos que Dios mediante su misericordia se interponga
entre la advertencia y el evento. Esto se ilustra por medio de la profecía de juicio sobre Nínive,
cuyo cumplimiento estaba condicionado a la respuesta de ellos.
¿Podría decirse que todas las declaraciones proféticas son condicionales? De ninguna manera.
Hay algunas cosas tocantes a las cuales “Juró Jehová, y no se arrepentirá” (Sal. 110:4).
Además de la declaración profética vista en un sentido literal, los eventos futuros fueron
revelados por medio de tipos, símbolos, parábolas, sueños y éxtasis proféticos.
Por lo tanto, la interpretación adecuada de las porciones proféticas de las Sagradas Escrituras
depende mayormente del dominio de los principios y leyes del lenguaje figurado, y de los tipos
y símbolos.
Un tipo en la profecía bíblica es una institución, evento histórico o una persona establecida por
Dios, que prefigura efectivamente alguna verdad relacionada con el cristianismo; el cual debe
tener una conexión divinamente determinada con su cumplimiento.
Al interpretar las profecías reveladas por medio de tipos, es importante observar que las
mismas máximas hermenéuticas, se aplican también aquí; es decir, usamos las mismas reglas
que se usan para interpretar las figuras retóricas; comparamos la historia o el tipo con el
cumplimiento; revisamos las interpretaciones de otros; etc.
Precaución. Al aplicar estas reglas, es importante recordar que los escritores sagrados no
destruyeron el sentido histórico de la Escritura para establecer el sentido espiritual; ni
encontramos un significado escondido en las palabras, sino solo en los hechos de cada
pasaje; y que se limitaron a exposiciones que ilustraban alguna verdad de importancia práctica
o espiritual.
Ejemplo. (Ex. 29:4).
“Y llevarás a Aarón y a sus hijos a la puerta del tabernáculo de reunión, y los lavarás con agua.”
1. Personas.
2. Instituciones.
3. Oficios.
4. Eventos.
5. Acciones.
6. Cosas.
En este ejemplo vemos que el profeta Daniel describe una imagen con la siguiente simbología:
4. Piernas de hierro. Representan al imperio romano, el cual tuvo una duración de 1000
años, es por ello que es representado con la parte más larga de la imagen, y las dos
piernas porque el imperio romano se dividía en oriental cuya capital era
Constantinopla y occidental cuya capital era Roma.
5. Pies de hierro con barro cocido. Representan el último imperio de la historia, la Unión
Europea, la cual se ha dado a partir de alianzas humanas pero sin mezclarse entre sí; es
decir, estas naciones cooperan entre sí pero en ningún momento se unen. Esta
comunidad es hija del antiguo imperio romano (de hecho el tratado que se hizo al
establecer dicha comunidad tiene por nombre “Tratado de Roma”.
Recordemos que la parábola no es otra cosa que una narración construida para comunicar
verdades importantes, de las cuales el Señor hace uso frecuente como canal de la revelación
profética. Por lo tanto, la correcta interpretación de las parábolas es de suma importancia.
Veamos 4 reglas para interpretar las parábolas que presentan un contenido profético:
3. Toda parábola tiene dos sentidos, el sentido literal o externo, y el sentido espiritual o
interno. El sentido literal debe ser el primero en explicarse, para que la
correspondencia entre éste y el sentido espiritual sea más fácilmente percibida.
En esta parábola el Señor usa algunos elementos que son claves: “la higuera”, “el verano”, “a
las puertas” y “esta generación”.
La higuera representa al pueblo de Israel; el verano representa al Señor Jesucristo;a las
puertas se refiere a la cercanía de Su venida; y por último, ésta generación, que representa a la
generación que viera a la higuera reverdecer.
Parte de esta profecía ya se ha cumplido, porque la higuera (Israel), después de haber sufrido
la diáspora y el exilio por tantos años, el 14 de mayo de 1948 declara su independencia y se
inicia el retorno del pueblo israelí, cumpliéndose asíNeh. 1:9; Is. 43:5; Jer. 30:3; Ez. 36:24; Ez.
37:12; Ez. 37:21; Sof. 3:20; etc.
Entonces, la generación que viera reverdecer o renacer a la nación de Israel (la higuera) sería la
que estaría muy cerca (a las puertas) de ver al Rey de Reyes y Señor de Señores, venir con gran
poder y gloria (la llegada del verano).
En los períodos primeros de la revelación profética, ésta fue dada frecuentemente por medio
de sueños y trances extáticos. En Nm. 12:6 dice: “Y él les dijo: Oíd ahora mis palabras. Cuando
haya entre vosotros profeta de Jehová, le apareceré en visión, en sueños hablaré con él.”
El sueño es notablemente prominente entre las formas primitivas de recibir revelación divina
(AT), pero llega a ser menos frecuente en el período posterior (NT). Veamos algunos casos
notables:
El de Jacob en Bethel (Gen. 28:12); el de Salomón (1 R. 3:5, 9:2); los de Nabucodonosor (Dn.
Cap. 2 y 4); el de Daniel (Dn, 7:1); el de José (Mt. 1:20, 2:13-14); el de los magos del oriente
(Mt. 2:12). La “visión nocturna” parece tener esencialmente la misma naturaleza del sueño
(comp. Dn. 2:19; 8:1; Hch. 16:9; 18:9; 18:23).
Pero observamos que los sueños fueron más bien las formas primitivas e inferiores de la
revelación divina. Una forma más elevada fue la del éxtasis profético, en que el espíritu del
vidente era poseído por el Espíritu de Dios y, mientras aún retenía su conciencia humana, y
podía experimentar emociones humanas, era arrebatado por visiones del Altísimo y se hacía
conocedor de palabras y cosas que ningún mortal podía percibir en lo natural (2 Co. 12:2-4).
A. Interprete la profecía literalmente siempre que sea posible. Se debe leer al profeta
literalmente; considerar que el significado literal es el significado; el profeta se está
moviendo entre realidades, no entre símbolos; entre cosas concretas como personas,
no entre cosas abstractas como nuestra iglesia, nuestro mundo, etc. Por regla general
podemos aceptar la biblia literalmente; Dios hace obvias las ocasiones en que Él quiere
que interpretemos algo simbólicamente. Como muchas de las profecías del AT ya se
han cumplido de forma literal, como por ejemplo cuando Dios transformó el agua en
sangre (Ex. 4:9; 7:17-21), no debe ser difícil imaginar que los eventos proféticos
futuros se cumplan literalmente en el momento apropiado. Solo cuando los símbolos o
las figuras del lenguaje no tienen ningún sentido al interpretarlos literalmente, debe
buscarse otra forma de interpretación que no sea literal.
C. Observe la perspectiva de la profecía. Los eventos que tiene relación unos con otros y
que son partes de un programa, o algún evento típico de otro, pueden unirse en una
sola profecía, de manera que halla una doble referencia, aun cuando estén
grandemente separados en su cumplimiento. Esto es particularmente cierto en las
predicciones de los así llamados “profetas mayores”, donde muchas veces las profecías
concernientes al cautiverio babilónico, los eventos del día del Señor, el regreso de
babilonia, la diáspora, y su futura reunión desde todos los rincones de la tierra, se
presentan aparentemente juntos en forma casi indiscriminada.
D. Observe las relaciones del tiempo. Los eventos que están grandemente separados, en
cuanto al tiempo de cumplimiento, pueden ser tratados dentro de una profecía. Esto
es particularmente cierto en las profecías relacionadas con Cristo, donde eventos del
primero y del segundo advenimiento se mencionan juntos como si fueran a realizarse
al mismo tiempo. Es importante observar que el profeta puede mirar eventos
grandemente separados como continuos, o cosas futuras como pasadas o presentes.
H. Interprete de acuerdo con la ley del doble cumplimiento. En este punto es suficiente
recordar que muchas veces puede haber en una profecía un aspecto cercano y otro
lejano.
I. Las profecías sobre Israel y sobre la iglesia no deben confundirse. Las promesas de
Dios para Israel que se cumplirán en los “postreros días”, en particular las que se
refieren al castigo de Israel durante la tribulación, no tienen nada que ver con la
iglesia. La Biblia realiza promesas específicas a la iglesia en el sentido de que será
arrebatada al cielo antes de la tribulación (Jn. 14: 2-3; 1 Co. 15:51-52; 1 Ts. 4:13-18).
J. Para los pasajes simbólicos, comparar Escritura con Escritura. La Biblia no se
contradice. Aun cuando la escribieron muchos hombres inspirados divinamente en un
periodo de 1600 años, es sobrenaturalmente congruente en su terminología. Por
ejemplo, la palabra “bestia” se usa 35 veces en Apocalipsis y muchas otras en otros
pasajes de las Escrituras. Daniel explica que la palabra es símbolo de un rey o de un
reino (Ver Dn. 7:8). Al examinar los contextos en Apocalipsis y Daniel, descubriremos
que “bestia” tiene el mismo significado en ambos libros. Muchos otros símbolos de
Apocalipsis fueron tomados directamente del AT. Estos incluyen el “árbol de la vida”
(Ap. 2:7; 22:2,14), el “libro de la vida” (Ap. 3:5) y Babilonia (Ap. 14:8).
Solo resta decir que la observancia de estas reglas ortodoxas de interpretación profética nos
guiará a una interpretación correcta de las Escrituras.
La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos
vosotros. Amén. (2 Co. 13:14).