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PLANIFICACIÓN Y ORGANIZACIÓN DE BIBLIOTECAS

1. ¿Por qué es importante determinar la clase y modelo de biblioteca para la


planificación y organización de sus actividades?
Clase y modelo de bibliotecas.

Los términos utilizados son: Gestión, administración, planificación, organización,


funcionamiento de bibliotecas.

La biblioteca es una realidad múltiple: hay muchas clases y tipos de biblioteca. El


planeamiento o la planificación bibliotecaria sirven para trazar el plan de una biblioteca
antes de que ésta se ponga en movimiento. Diríamos que planificar es predefinir la
estructura de una biblioteca y organizar esta estructura para echar a andar. De lo
primero depende lo segundo; de ambas operaciones depende la eficacia o ineficacia de
la biblioteca.

Como la biblioteca es una realidad múltiple conviene, en primer lugar, fijar el tipo o clase
de biblioteca de que se trata. Cada clase de biblioteca tiene su propia estructura
orgánica y, consiguientemente, sus propias exigencias espaciales y personales.

– Una biblioteca especial suele ser una estructura bastante compacta, aunque
cuenta con espacio diferenciados para fondos y trabajo bibliotecario.
– Biblioteca universitaria tiende históricamente a la dispersión y en su
estructuración será inevitable distinguir una Biblioteca central y varias
bibliotecas por materias.
– Una biblioteca nacional (depósito bibliográfico básico de un país) suele
departamentalizarse por razones históricas o por razón de las distintas formas y
soportes del documento.

En cualquier caso, determinar la clase de biblioteca no es tarea comprometida, ya que


cualquiera puede saber fácilmente lo que quiere conseguir al hacer una biblioteca, aun
teniendo en cuenta que no deja de haber cierta permeabilidad entre los distintos tipos
de bibliotecas, sobre todo si nos acercamos al tipo de biblioteca polivalente pública-
escolar. Las posibilidades de plasmar un tipo de biblioteca son muchas, porque la
biblioteca es una realidad cambiante.

– La biblioteca especial, por su naturaleza misma, es casi una biblioteca hecha a la


medida, ya que su estructura debe acomodarse a la de la entidad a la que sirve.

– La biblioteca escolar suele tener una estructura bastante homogénea.

– La universitaria admite varias formas de realización y debe ajustarse a la


naturaleza física y académica de la institución a la que sirve.

Pero el secreto del éxito estará siempre en conseguir el equilibrio entre unidad y
pluralidad, entre centralización y dispersión. El planificador debe escoger siempre no lo
mejor, sino lo mejor de lo posible. Una biblioteca universitaria debe poder escoger entre
los extremos de la biblioteca única que junta en un lugar el depósito, la unidad de
trabajos centrales, los servicios de biblioteca central y las distintas secciones por
disciplinas o grupos de ellas, y la biblioteca múltiple que centraliza únicamente algunos
trabajos técnicos, dejando al resto de las bibliotecas de la universidad su propia
organización, pasando por el sistema de bibliotecas universitarias, en el que la biblioteca
central ejerce funciones de unidad central de trabajos técnicos, proporciona los servicios
centrales y controla la organización de las bibliotecas de facultad o de instituto. En los
modelos de biblioteca nacional influyen grandemente tanto razones políticas como
históricas. Los modelos van desde la biblioteca sólidamente compacta hasta la biblioteca
nacional que reparte sus funciones entre distintas bibliotecas.

Aunque es verdad que también ha influido grandemente en la proliferación de los


distintos modelos antes apuntados, la historia de la comunicación ha sido decisiva sobre
todo para la diferenciación de los modelos de biblioteca pública. Esta agresividad se basa
en dos conceptos sólo aparentemente contrapuestos y hasta distintos:

– la biblioteca pública como centro de información.


– la biblioteca pública como centro cultural.

La evolución bibliotecaria hacia la biblioteca de información ha supuesto que el depósito


de libros se acercara a la sala de lectura, que la sala se fuera dividiendo, especializando
e identificándose con el depósito, que el bibliotecario se acercara al lector. Lo cierto es
que se producía el tránsito de la biblioteca tripartita a la biblioteca abierta. En un
principio, la biblioteca no había sido tripartita, sino compacta.

En la biblioteconomía más actual y en un intento de revitalizar socialmente la misión


cultural de la biblioteca pública, ha nacido un nuevo concepto de biblioteca tripartita.
Según esta doctrina la biblioteca sirve para mejorar la vida de la ciudad. Así que no es
un simple supermercado gratuito del libro; sino un lugar de encuentro ciudadano. Hay
que romper el miedo a los dinteles y prácticamente convertir la biblioteca en calle,
romper toda formalidad.

Es la nueva biblioteca tripartita pública orientada hacia el usuario con tres zonas:

una zona no accesible, para los fondos de poco uso o de carácter histórico
Una zona de libre acceso, pero bastante formalizada
Una tercera totalmente informal.

Es esta última zona la que convierte a la biblioteca en calle y la que es llamada por los
tratadistas de habla inglesa “contemporary media center, family material center o
sencillamente zona de browslng".
2. ¿Qué decisiones son necesarias tomar previamente para organizar una
biblioteca?
Las decisiones Son:
a) Biblioteca central, biblioteca sucursal, biblioteca circulante, biblioteca
contenedora, biblioteca móvil, biblioteca infantil, biblioteca de hospital,
biblioteca de prisiones. La biblioteca no es un edificio, sino un conjunto
de servidos, cuya realización obliga a seguir entre sistema bibliotecario,
unidad administrativa y punto de servicio.

Un sistema bibliotecario es un conjunto de servicios y de puntos de


servicios capaces de ofrecer la posibilidad de conseguir todos los fines de
una biblioteca pública. El bibliotecario planificador debe saber distribuir
adecuadamente los puntos y servidos de un sistema.Para estructurar bien
un sistema, hay que saber buscar el equilibrio entre las posibilidades de
acceso y la perfección del servicio. Urbanismo y comunicaciones son
también elementos presentes en la planificación.

b) El nivel de servicio también puede ser distinto en cada caso. Pueden variar
los tipos de usuarios y unos mismos usuarios pueden, en distintas
circunstancias, tener necesidades distintas.

c) La dimensión o alcance de los servidos también debe ser tenido en


cuenta. Una biblioteca o un sistema bibliotecario puede aceptar, como
veremos, responsabilidades que van más allá del servicio a los propios
usuarios y que, evidentemente, deben ser tenidas en cuenta a la hora de
planificar.

3. Emita las orientaciones fundamentales sobre el planeamiento del edificio de


una biblioteca, así como del mobiliario e instalaciones.
Edificio
A pesar del concepto de sistema bibliotecario frente al de biblioteca, una biblioteca
sigue estrechamente unida a la idea de un espacio determinado y aun cuando al hablar
del planeamiento del edificio de la biblioteca nos solemos referir a las bibliotecas que
podemos llamar en general "centrales" a continuación se ofrecen algunas ideas

a) A la antigua biblioteca compacta y cerrada, con estanterías murales casi siempre


ricas y en uno o varios pisos, en el siglo XIX la biblioteca cerrada tripartita o biblioteca
depósito los bibliotecarios y lectores tenían sus propios lugares bien delimitados y
distintos. Se trata de un tipo de edificio prácticamente único en España hasta nuestros
días, no importa si se trata de nuevos o antiguos edificios, lo importante es tener en
claro el depósito y clara definición arquitectónica de los espacios.
Pero la biblioteca abierta busca la comunicación basándose en la flexibilidad y en los
espacios abiertos bien comunicados.

El edificio actual de biblioteca debe ser accesible exterior e interiormente.


Exteriormente lo es por razón de su situación en relación con los servicios que debe
prestar; en una biblioteca pública la situación debe ser céntrica tanto desde el punto de
vista urbanístico como cultural.

La seguridad, posibilidad de organizar los servicios, economía, aislamiento del exterior y


comodidad son características que pueden ser comunes con otros edificios. Como
también una adecuada distribución relativa de los espacios. De nada sirve disponer de
espacios suficientes, si su distribución es funcionalmente desacertada. Sólo las
bibliotecas nacionales son de crecimiento prácticamente ilimitado. Lo mismo pasa con
aquellas bibliotecas universitarias que tengan responsabilidades de conservación.

La flexibilidad, frente a toda predeterminación espacial del edificio, implica que todo el
edificio es igualmente biblioteca; sólo unifica el elemento más exterior, los cerramientos
y dentro de ellos, todos los espacios valen para distintas funciones, distintos usos,
distintas instalaciones. Esto supone una neta distinción entre elementos constructivos,
instalaciones fijas y móviles y división de espacios; una construcción modular con
posibilidades para conseguir unidades de espacio homogéneas que se basan en la
distancia regular de los soportes y en la práctica uniformidad de altura de techos
(mínimo de 3 m o de 4,20 con altura para instalaciones) e igualdad de resistencia a la
carga (700/750 kg/m2); la posibilidad de utilizar en todas partes toda clase de equipos y
de materiales propios de los trabajos bibliotecarios; formas uniformes de acoplamiento
entre espacio e instalaciones; posibilidad de normalizar el mobiliario y las instalaciones;
en resumen, la posibilidad de acomodarse a futuros procesos de renovación o de
ampliación.
Esta verdadera conversión de la biblioteca en grandes almacenes de la comunicación,
sobre todo impresa, no ha dejado de ser extrañada por muchos bibliotecarios.

b) lo cierto es que el bibliotecario tiene que proceder a una división general de los
espacios con el fin de situar los distintos servicios y actividades.
Para las bibliotecas públicas y las especiales sirve lo que los norteamericanos aplican a
las primeras al dividir los espacios en tres zonas fundamentales:

– zona ruidosa o de gran tráfico


– zona intermedia
– zona de silencio.
Para los actos colectivos fuera de las grandes bibliotecas, la separación entre niños y
adultos debe reducirse al mínimo y que no se justifica una sección juvenil o para
adolescentes. En la biblioteca universitaria, la diferencia de usuarios no se reflejará.

Los servicios obligan a tener espacios para lo siguiente:

– trabajos técnicos bibliotecarios.


– los trabajos técnicos de apoyo y de conservación y mantenimiento.
– la dirección y administración.
– los actos colectivos.
– publicidad y extensión cultural complementados todo ello con los espacios para
servicios higiénicos y para las comunicaciones horizontales y verticales.

Las comunicaciones verticales no tienen gran importancia en las pequeñas bibliotecas.

La primera planta queda reservada a la recepción, la información bibliográfica y


referencia, consulta de microformas, control de la circulación, consulta de publicaciones
periódicas, ingreso de fondos y accesos al resto de la biblioteca, espacios para actos
colectivos. El sótano puede destinarse a depósito, talleres o instalaciones básicas.

En las grandes bibliotecas nacionales y en las universitarias la materia o la naturaleza de


los materiales determina habitualmente a los responsables a que se les dediquen
espacios y hasta edificios independientes.

c) La asignación de espacios a los distintos servicios es un paso ulterior. La


asignación de espacios concretos no quiere decir la separación de los mismos; ya hemos
dicho que la biblioteca abierta tiende a conseguir el máximo grado de convivencia
bibliotecarios-libros-lectores.

Una posible clasificación de los espacios podría ser la siguiente:

Se trata de una división más o menos clásica reflejada en los buenos manuales y
tratadistas. Para las necesidades totales hemos de trabajar más con planes reales que
con normas cuantitativas ideales y aunque éstas pueden haber tenido alguna utilidad
para elaborar los planes. Claramente que no se puede confiar en la validez universal ni
en la aplicabilidad de las normas cuantitativas. Pero los que quedan son fundamentales:
2/3 libros por habitante, 10 por 100 de la colección en obras de referencia, 250/300
libros adquiridos por año para cada 1.000 habitantes, un título de revista/periódico cada
100 habitantes* 2.000 registros sonoros como colección básica y 300 anuales como
incremento; un puesto de lectura por cada 1.000 habitantes, un puesto de lectura cada
2.000/3.000 habitantes para la consulta dé periódicos y revistas; un empleado cada
2.000/2.500 habitantes con un 30/40 por 100 del total como personal con formación
profesional bibliotecaria. Todo esto, por cuanto se refiere a la biblioteca pública.
Bibliotecas nacionales y especiales no son fácilmente normalizables.

Las unidades fundamentales de medida son el espacio requerido para 1.000 volúmenes,
para la exposición de 100 publicaciones periódicas y para las fichas necesarias para su
control bibliográfico; el espacio requerido para un puesto de lector; el espacio medio
que necesita un empleado en la biblioteca.

Con todo lo dicho, podemos aceptar la asignación de espacio para los libros que nos
ofrecen
Klut.

Estos cálculos están hechos tomando como base de separación entre ejes de estanterías
dobles las distancias 1,20, 1,44 y 1,80 m aceptadas como mínimas por los especialistas,
y a las cifras dadas hay que añadir un 20/25 por 100 en concepto de accesos a tos
depósitos o baterías de estanterías y otro 20 por 100 en los grandes depósitos como
espacio de trabajo y de servicio interior. Así que las cifras de 5,5 m2, 7 m2 y 11 m2 por
cada mil libros, según los casos, son cantidades comúnmente aceptadas
internacionalmente. También acepta 16 m2 x 1.000 volúmenes como adecuada para las
secciones infantiles. Como es natural, en grandes depósitos cerrados y con posibilidad
de adjudicar espacios distintos a los libros por razón de su tamaño (estantes de 20, 25 ó
30 cm de anchura para los libros en 8o, 4.° y Fol, respectivamente) puede llegar a
alcanzarse el máximo de economía de espacio que permitirá hablar de una unidad de
240/250 volúmenes por metro cuadrado.
La exposición de revistas antes de su encuadernación o enlegajado necesita 2,6,4,7 ó
6,3, M2 por cada 100 títulos, según se trate de exposición horizontal, vertical o con todo
lo dicho, podemos aceptar la asignación de espacio para los libros que nos ofrecen Klut
y la obra citada en este capítulo:
La exposición de revistas antes de su encuadernación o enlegajado necesita 2,6, 4,7 6
6,3 m2 por cada 100 títulos, según se trate de exposición horizontal, vertical o
combinada.

Balda Estantería M2 x 1.000 Ancho balda Pasillo


Depósito
30v. 6,5 estantes 3,7 m2 30 cm 60 cm
cerrado
Depósito lib.
25v. 6 estantes 6 m2 30 cm 84 cm
acceso.
Sala lectura. 20v. 5 estantes 10,2 m2 30 cm 120 cm
Los catálogos al público (muebles de 6 x 6 cajones o gavetas con dimensiones de 150 x
105 x 45 cm. ca. y capacidad para un promedio de 30.000 fichas) necesitan un total de
2,5/3 m2 por mueble o, según otros, un 10 por 100 del espacio destinado a los libros.

Los lectores necesitan, en mesas individuales o colectivas, un mínimo de mesa de 90 x


60 cm (espacio para trabajar con un doble formato A4, el libro y la hoja en que se anota)
y un espacio por puesto de 2,5/3 m2. Las bibliotecas universitarias y todas las científicas,
deben tener preferencia por los puestos con mesas individuales y tener presente la
necesidad de disponer de puestos especiales o “carreil” (que van desde algo más que un
pupitre hasta pequeños despachos individuales con posibilidades para retener por algún
tiempo los libros y para conseguir un ambiente de mayor o menor aislamiento). Este
tipo de puestos necesita de 3,6 a 5 m2 y más, como es natural, las cabinas.

El personal tiene distintas necesidades de espacio. Los personales con responsabilidades


directivas deben disponer de despachos. Lo mismo puede ocurrir con algunos
bibliotecarios de referencia especializados y con técnicos de gestión. El resto puede
trabajar en espacios más o menos compartidos y con un cierto grado de aislamiento que
puede ser conseguido con el mobiliario. Un espacio de 8,5 a 12,5 m2 se considera
suficiente por empleado. Un despacho es mucho más difícil de concretar. Treinta metros
cuadrados se consideran una buena medida.

Estos espacios fundamentales no agotan todas las necesidades de una biblioteca. Hay
que añadir, además, los dedicados a actos colectivos y al tránsito y los servicios.
Mobiliario e instalaciones.

Uno y otro se distingue por su mayor o menor fijeza. El mobiliario, como su nombre
indica, comprende una serie de elementos materiales necesarios en la biblioteca
fácilmente móviles y además, de ordinario, polivalentes, es decir, de uso válido para
muchas funciones. Otro tipo de orientación detallada pertenece al ámbito de lo que
llamaremos órganos centrales de apoyo bibliotecario. Por desgracia, la pobreza
informativa de que disponen los bibliotecarios llega a la indigencia y sobran dedos de
una mano para enumerar las firmas comerciales capaces de ofrecer unos servicios
decorosos a las bibliotecas. Por supuesto, al hablar de mobiliario y de instalaciones, no
estamos teniendo presente la todavía futura “biblioteca electrónica”.
a) El mobiliario comprende en primer lugar una serie de elementos fundamentales.
La estantería incluye también los elementos accesorios necesarios para la
conservación de los fondos y para la información. Por supuesto debe irse
abandonando la idea de que, fuera, de los depósitos, las estanterías deben ser sólo
murales. Esto es válido hasta para las bibliotecas de tipo tradicional que todavía
funcionan básicamente con verdaderas salas de lectura.

Es verdad que los estantes sirven también para la conservación horizontal de los
grandes formatos y que pueden ser utilizados directamente para la conservación de
discos o de videocasetes y hasta para otro tipo de casetes, microformas, etc. Con
todo, la conservación de materiales no libros necesita de ordinario el uso de
armarios o de archivadores
Los bibliotecarios necesitan ficheros de distintos tamaños, aunque, como es natural
deben ser normalizados y hasta modulables para formar muebles mayores. Los
ficheros automáticos suponen un gran ahorro de espacio para los catálogos de tipo
tradicional y muchas veces son imprescindibles. En cuanto a los catálogos públicos
sólo los poco usados pueden ser instalados en este tipo de máquinas que son cada
vez más utilizadas para los ficheros cerrados cuando ha llegado a una biblioteca el
tratamiento electrónico de datos.
Mesas y sillas son la base de lo que llamamos un puesto de lector. Las mesas pueden
ser colectivas o individuales. El mobiliario que necesita el personal de la biblioteca
que debe constar de elementos iguales y de fácil combinación para formar
fácilmente unidades completas más o menos pobladas. Las sillas o sillones giratorios
y con ruedas deben ser de uso más frecuente para gran parte del personal.
Los carros de transporte de fondos no pueden faltar en una biblioteca. Los carros
pueden ser de distintos tamaños y de distintas formas.
Como elementos de conjunción entre lectores y bibliotecarios actúan los
mostradores. Su misión es más de información que de vigilancia en la actual
biblioteca abierta.

b) las instalaciones en una biblioteca moderna pueden ser muy complejas y van
desde el simple molinillo de control de entradas y salidas hasta las instalaciones más
completas para el tratamiento electrónico de la información, pasando por los
sistemas de detección electrónica de robos e incluyendo la infraestructura de
conducción de líneas para luz-fuerza, comunicaciones y tratamiento electrónico.
Basta una sencilla enumeración para darnos cuenta de esta complejidad:
 Instalaciones funcionales del edificio.
 Servicios de guardarropa y consigna.
 Instalaciones para encuadernación y reparación/restauración.
 Laboratorios fotográficos y de reproducción.
 Talleres de imprenta.
 Uso de medios audiovisuales.
 Depósito semicompacto o compacto.
 Depósito automático o mejor de transporte automático. Este último supone
la máxima automatización del transporte de libros en el recorrido de éstos
desde los grandes depósitos al lector en su camino de ida y vuelta.

Resistencia de techos (1.250 kg./m2 en depósito compacto, 200 Kg para empleados


bibliotecarios, 300 Kg en zonas de lectores) o sobre otras muchas condiciones técnicas.
Con todo, el bibliotecario. Debe tener algún criterio sobre temas como la iluminación, el
aislamiento acústico y térmico, las instalaciones de seguridad y de prevención. Nivel de
iluminación deseable: 500 luxes para los lectores y 300 a 1 m del suelo en zona de
estanterías, que la luz fluorescente es la más adecuada, ya que ha perdido hasta los
últimos inconvenientes de lentitud en el encendido y de posible parpadeo.

4. Determine los aspectos sustantivos que debe tener en cuenta el bibliotecario


en las tareas directivas de planificación, organización y funcionamiento.
Gestión de la biblioteca
Las tareas directivas en relación con lo que llamamos planificación, organización y
funcionamiento, o sea, realización de trabajos y prestación de servicios, constituyen la
gestión. En estas tareas es preciso que el bibliotecario tenga presente las siguientes
observaciones:
a) Por de pronto la gestión depende de la situación administrativa. La biblioteca
pública es un servicio social y que como tal, debe estar asegurado en una comunidad
por ley. De la naturaleza del Estado depende el que las bibliotecas pueden provenir de
la iniciativa privada o sean sólo competencia de la administración pública y en este
último caso, que dependan de la administración central, regional o local. De ordinario el
órgano responsable de las bibliotecas lo será también de otros campos de la cultura o
de la educación. Una organización excesivamente centralizada tiende a burocratizar la
biblioteca y/o desenrazarla de la comunidad; una organización excesivamente dispersa
puede empobrecer los servicios y entorpecer la cooperación.
Una legislación básica no supone necesariamente convertir la biblioteca en una oficina.
Las bibliotecas especiales tienen, como es natural, muy distintos estatutos jurídicos; las
de centros docentes siguen el destino de éstos; la biblioteca nacional es perfectamente
única.

b) Es claro que la organización es tanto más compleja cuanto más amplios son los
objetivos y mayores los recursos.
Establecer tareas u organizar cuantitativamente los trabajos no es fácil en una
biblioteca, porque es muy difícil hallar la unidad de medida en los trabajos estrictamente
bibliotecarios.
El concepto de producción no guarda mucho parentesco ni siquiera con esa parte de los
trabajos más susceptible de organización empresarial que llamamos proceso
bibliográfico.
c) La organización supone, en buena medida, la adecuada ordenación de los
recursos económicos y esta depende de esa previsión económica que llamamos el
presupuesto. 0 presupuesto línea a línea se basa en el presupuesto inmediatamente
anterior, no se refiere directamente al servicio ni es progresista; por lo general, se limita
a actualizar lo ya existente. El bibliotecario no suele tener que responder de la
confección de un verdadero presupuesto de su centro bibliotecario, pero a menudo
tiene que hacer una indicación de necesidades que, en alguna medida, equivale a un
presupuesto. El presupuesto ordinario suele desglosarse en gastos de personal, gastos
corrientes y gastos de equipo. Los gastos de personal que se elevan para cualquier clase
de biblioteca por encima del 50 por 100, no afectan a la mayor parte de bibliotecarios
porque el personal de bibliotecas suele ser funcionario. La estimación de necesidades, a
la que se reducen los presupuestos, no suele ser atendida con demasiada exactitud ni
servida con puntualidad. Por desgracia para los bibliotecarios, el presupuesto, más que
oportunidad para mostrar sus cualidades financieras y planificadoras, les ha servido de
ocasión para bordear precipicios administrativos.
La falta de flexibilidad suficiente en la administración económica ha malogrado muchas
veces realizaciones bibliotecarias muy costosas.
d) Si el presupuesto mira hacia el futuro, la evaluación de resultados mira hacia el
pasado. El bibliotecario tiene para ello tres instrumentos fundamentales: las
estadísticas, los informes y las memorias anuales.
La biblioteca no es una empresa. Entre los resultados de una biblioteca hay muchos
aspectos cuantitativos que pueden ser medidos y muchos cualitativos que pueden ser
analizados. Los datos pueden referirse a la colección, a los trabajos bibliotecarios, a los
usuarios, al uso, a los costos personales o reales. Estos y otros muchos datos solo tienen
valor si, analizados debidamente, desembocan en decisiones. Por fin, los datos pueden
recibir una valoración más absoluta en función de normas cuantitativas, medias
aritméticas y unidades de evaluación aceptadas internacionalmente. Estados Unidos
considera la importancia real de los niños y de los estudiantes en la biblioteca pública.
No bastan las estadísticas.
5. Explique el concepto de biblioteca como sistema.
La biblioteca como sistema
Una biblioteca no es tanto un edificio con un conjunto de servicios. El punto de servicio
es cualquiera con servicio bibliotecario desde el cual un usuario puede tener acceso a
los servidos de la biblioteca. Una unidad administrativa es una biblioteca o conjunto de
bibliotecas con dirección propia, es decir, con capacidad propia de administración y de
decisión: puede tratarse de un gran sistema bibliotecario o de una simple biblioteca
pública municipal. Un sistema de bibliotecas es un conjunto de instituciones
bibliotecarias capaz de proporcionar un servicio bibliotecario completo.
No es fácil distinguir entre los conceptos de sistema bibliotecario y de red bibliotecaria.
Pero los que han dado origen al concepto y al término son los sistemas dé bibliotecas
públicas. Un sistema de bibliotecas públicas debe constar de una dirección y
administración centrales, una central de trabajos bibliotecarios, una biblioteca central,
bibliotecas sucursales, servicios bibliotecarios especiales, servicios de extensión
bibliotecaria, bibliotecas escolares. La biblioteca central ofrece los servicios
bibliotecarios completos que necesita la comunidad. La biblioteca sucursal da los
servicios bibliotecarios básicos. Los sistemas pueden ser locales o urbanos, provinciales
y regionales.
Todos los demás puntos de servicio que integren el sistema deben hacerlo
jerárquicamente.
6. ¿A qué se denomina redes de bibliotecas?; ¿Cuál es su importancia?
Redes de bibliotecas

 Las redes de bibliotecas tambien llaman cooperación interbibliotecaria.


 Red es un sistema cooperativo entre bibliotecas relacionadas por la materia y
sistema es un conjunto de medios bibliotecarios capaz de prestar un servicio
completo.
 Una red es una forma de cooperación relativamente institucionalizada o sin que
las bibliotecas se constituyan.
 Toda red necesita también de alguna clase de centro que, por lo general suele
ser la biblioteca responsable de la base de datos común y del centro con mayores
posibilidades de suministrar el documento.
 Un sistema de bibliotecas que establece una forma estable de cooperación con
otros puede facilmente convertirse en un sistema de sistemas.
Importancia

 La cercanía de intereses puede basarse en razones especiales, en la clase o tipo


de bibliotecas, en la materia de sus fondos.
 Las bibliotecas especiales y universitarias de la misma zona disponen de fondos
que no suelen solaparse entre sí y esto es razón para que participen en una red
común.
 Un sistema de bibliotecas que establece una forma estable de cooperación con
otros puede facilmente convertirse en un sistema de sistemas.
Las bibliotecas especiales se ven empujadas a la cooperación por la
imposibilidad de abarcar su campo informativo.
La cooperación reduce el campo de decisión propia y obliga a aceptar algún tipo de
capitalidad común situada por lo general en las bibliotecas principales.
La creación de redes, se ha visto incrementada en nuestro tiempo con la aplicación de
la teleinformática a los servicios bibliotecarios.
7. ¿En qué consisten los servicios nacionales de apoyo?
Hay muchos servicios imprescindibles para el funcionamiento de las bibliotecas, si no se
acepta esto tales servicios seran a precio elevado o no se tendra esos servicios y estos
servicios pueden ser: formación profesional permanente, asesoramiento técnico,
normalización, publicaciones, relaciones internacionales, cooperación en programas
internacionales, investigación, suministro de información-materiales-mobiliario-
equipos, formación de colecciones nacionales, bibliografía nacional completa, catálogos
colectivos y formación de bases nacionales de datos bibliográficos, préstamo y canje
interbibliotecario.
Debemos tener en cuenta que servicios nacionales de apoyo no quiere decir
necesariamente servicios estatales.
Refiriéndose a las bibliotecas públicas, se hace la siguiente enumeración de tareas
servicios centralizados:
1. Planeamiento de la infraestructura de los servicios bibliotecarios y de
información.
2. Mantenimiento y publicación de una bibliografía nacional.
3. Servicios de catalogación centralizada.
4. Centro de investigación y metodología bibliotecarias
5. Servicios de asesoramiento y consulta,
6. Colección de apoyo para préstamo de libros, publicaciones periódicas
y otros materiales.
7. Desarrollo planificado de 1a informatización,
8. Organización central para diseño y producción de mobiliario, equipos,
material no inventariable bibliotecario y otros servicios.
9. Publicaciones, encuademación y publicidad.
La realización de estos servicios puede ser obra de entidades públicas, de individuos o
entidades privados y de asociaciones profesionales, individuales o federadas.
8. ¿Qué recomendaciones daría usted para lograr un adecuado sistema nacional
de bibliotecas?

 El sistema nacional de bibliotecas debe de ser de cooperación y coordinación


para evitar los altos costos de servicios de otros medios, el sistema debe ser
dirigida por una sola autoridad que no necesariamente debe ser del estado con
el propósito de que esta autoridad se encargue del buen funcionamiento del
sistema.
 La colección nacional debe de conservar toda su herencia histórica y estos
materiales deben se almacenados y conservados para su préstamo personal o a
distancia, pero a subes debe de tener más de un ejemplar de cada título.
 El Control bibliográfico debe ser la base que debe de permitir el acceso de los
documentos de información y todo esto data debe hacerse con normas
internacionales para el fácil entendimiento del sistema.
 El sistema debe de permitir el acceso bibliográfico de las publicaciones, de las
clases de materias, así como de las bases de datos entre otros.
 También debe de permitir el intercambio de información, como lo científico y el
canje de publicaciones.
 La biblioteca nacional debería de ser el centro de apoyo para las demás
bibliotecas institucionales u otras, apoyándolas en la búsqueda de información
mediante las creaciones de redes de biblioteca.
 Se debería considerar una ley normalizada internacional para una mayor
comunicación entre bibliotecas nacionales.

9. Indiqué las funciones que cumple una biblioteca nacional.

 Conservación y restauración de los fondos.


 El tratamiento electrónico de datos.
 Control bibliográfico de las publicaciones nacionales para proporcionar
información bibliográfica que permite el acceso a los documentos.
 Análisis y suministro de información en general, sobre todo científica.
 El acceso a los documentos sobre los que se informa bibliográficamente.
 Depósito supletorio y canje dé publicaciones.

10. ¿Cómo se viene dando la cooperación bibliotecaria internacional?


En un mundo globalizado como el actual, el intercambio de información entre países
resulta de vital importancia para el desarrollo de las sociedades modernas. Dada la
enorme masa documental existente y la creciente demanda cultural observada durante
las últimas décadas, la cooperación internacional ha pasado a ser un objetivo primordial
para las bibliotecas de todo el mundo. Las iniciativas de colaboración, altamente
favorecidas por la automatización e implantación de Internet en el ámbito bibliotecario,
se han visto reforzadas aún más por la labor unificadora de organizaciones
internacionales, como la IFLA o la UNESCO, dedicadas a trabajar conjuntamente por el
progreso de la actividad biblioteconómica y documental.
la cooperación bibliotecaria internacional es, ante todo, un asunto profesional, que se
refleja en algunas realidades:
a) Las asociaciones profesionales internacionales son tanto una causa como un efecto
de la cooperación. El asociacionismo ha sido la primera forma de cooperación que a
su vez ha conseguido que a través de reuniones se fuera creando un verdadero
«corpus» doctrinal.
La IFLA (International Federation of Library Associations and Institutions),
establecida en 1927, es la organización internacional más importante en el ámbito
bibliotecario.

Sus objetivos principales son:

 La promoción de estándares de calidad en la provisión y desarrollo de


servicios de información y documentación.
 Potenciar las buenas prácticas en los servicios de información y
documentación.
 Representar los intereses de sus miembros de todo el mundo.

Los programas básicos de la IFLA son los siguientes:


 El CBUIM = Control Bibliográfico Universal y MARC Internacional
 IMP=Programa MARC Internacional (o International MARC Programme)
 El programa DUP = Acceso Universal a las Publicaciones.
 El PAC = Preservación y Conservación.
 El UDT = Flujo Universal de Datos y Telecomunicación.
 El ALP = Progreso de las Bibliotecas en el Tercer Mundo (Advancement of
Librarianship in the Third World).
 LA FID (Fédération internationale pour ['Information et la Decumentation).
 La LIBER (Ligue des Bibliothéques Européennes de Recherche = Liga de
Bibliotecas Europeas Científicas o de Investigación).

b) Además de las asociaciones y de los programas internacionales es importante en la


cooperación entre países todo cuanto sirve para la información y formación
profesional, como son las publicaciones o bancos de datos sobre biblioteconomía o
información científica y las reuniones o cursos especializados.

c) La cooperación internacional se deja ver también, a veces, en realizaciones


bibliotecarias concretas y hasta en organismos y planes que forman plenamente
parte de un sistema nacional concreto, algunas bibliotecas, sobre todo nacionales,
que, por la trascendencia de sus programas y su resonancia en la biblioteconomía
del mundo, se convierten prácticamente, en bibliotecas internación. Eso por no
recordar ahora las AACR o las RAK de tan clara índole cooperativa en sus respectivos
ámbitos.

d) Las normas técnicas. Las normas técnicas bibliotecarias son asimismo tanto un
efecto como un medio de cooperación internacional. En la actualidad como medio
para facilitar la comunicación es el idioma o la traducción cultural.
una norma puede ser cualitativa o cuantitativa. Norma es el principio bibliotecario
que Induce a formar sistemas de bibliotecas.
Las normas lo son cuando el bibliotecario responsable y en el ámbito de su
responsabilidad aplica esas consideraciones prácticas basadas en la autoridad
profesional.
Resumiendo, podemos decir que «normas» son tanto las orientaciones o modelos
ideales que sirven de punto de referencia, como las reglas para hacer algo que deben
ser aplicadas en la medida de lo posible y las normas «técnicas» que son definiciones
o especificaciones que reflejan acuerdos y que son imprescindibles para cualquier
acción cooperativa o las expresiones cuantitativas que reflejan experiencias ajenas.
Las normas afectan a todos los componentes de la biblioteca y a todos los servicios
y trabajos de la misma, como puede verse en las normas para bibliotecas públicas
de la IFLA.

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