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Instituto Tecnológico Superior de Calkiní en el

Estado de Campeche

Maestría: Ciencias de la Ingeniería

Materia: Seminario de Investigación

Docente: Dr. Luis May Hernández

Tema: “Estado del Arte de los Paneles Solares”

Alumno
Martin Efrén Vera Espadas

Segundo Semestre

Ciclo escolar
2018-2019

Calkiní Campeche 3 de septiembre del 2018

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Estado del arte

Análisis del Estado del Arte: Tecnologías Solares.

Aunque existen distintos tipos de aplicaciones, las diferentes tecnologías


solares pueden dividirse en dos grupos, fotovoltaicas y de concentración,
atendiendo al principio físico que aplican.

 Tecnología Solar Fotovoltaica.

El efecto fotovoltaico fue descubierto por el físico francés Edmound Becquerel


en 1839 al observar que ciertos materiales producían cantidades pequeñas de
corriente eléctrica cuando se exponían a la luz. Media década después Willoughby
Smith descubrió el efecto fotovoltaico en sólidos y W. G. Adams y R.E. Day
produjeron la primera célula fotovoltaica de selenio. Sin embargo no es hasta el
principio del siglo XX cuando el fenómeno es explicado por Einstein, basando su
concepto de fotoelectricidad en los trabajos previos sobre cuantos de energía
formulada por Max Planck. Entre 1955 y 1975 surgen las primeras empresas que
comercializaron células basadas en semiconductores de silicio para aplicaciones
destinadas principalmente al ámbito espacial o militar. En esta época se
evoluciona en los procesos de fabricación y tratamiento de los materiales pero el
rendimiento de cada célula era muy bajo (alrededor del 10%) y por tanto el coste
del kW/h muy elevado. A partir de 1975 la tecnología fotovoltaica es
suficientemente madura para su aplicación en la industria y, paulatinamente al
ámbito doméstico. Se experimenta con distinto tipo de material semiconductor,
como el arseniuro de galio aislado o en combinación con germanio.

En 1980 la producción de paneles fotovoltaicos fue de 1500 kW anuales y


en 2007 de más de 2000 MW. Aun así, el rendimiento de la célula ronda en el
mejor de los casos el 30% y el coste del kW/h sigue siendo elevado. En la
actualidad, la energía fotovoltaica se utiliza de forma aislada para generar
pequeñas cantidades de electricidad en zonas alejadas de la red de transporte, o
directamente como elementos de generación de energía eléctrica inyectada a red.
Dependiendo del tipo de aplicación, se utilizan distintos materiales como el silicio
amorfo o monocristalino, el teluro de cadmio o CIGS, y se sigue investigando en
materiales y configuraciones que aumenten el rendimiento de la célula.
Típicamente las células se suelen agrupar por paneles que se emplazan en el
lugar deseado. Existen distintas configuraciones en función del emplazamiento y la
ubicación. Para instalaciones domésticas, se suele utilizar una configuración fija
orientada en dirección norte-sur. Para aplicaciones industriales o de generación,
se puede mantener esta configuración. Sin embargo existen cada vez más,
disposiciones de paneles sobre una estructura que rota alrededor de uno o dos de

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sus ejes. De esta forma se intenta aumentar el rendimiento de cada panel,
maximizando la incidencia normal de la radiación solar sobre la célula.

Figura 1. Campo solar de placas fotovoltaicas.

Desde el punto de vista de la producción, además de las células de silicio,


los componentes fundamentales de una planta fotovoltaica suelen considerar:
Inversores: convierten la corriente continua proveniente de los módulos
fotovoltaicos, en corriente alterna. Transformadores: elevan el voltaje de la
corriente alterna proveniente de los inversores, al adecuado para su conexión a
una subestación de distribución Protecciones y aparellaje eléctrico: necesario
para llevar la alimentación a cada uno de los elementos de la planta y para
entregar la energía producida a la red. El rendimiento de la instalación dependerá
de los rendimientos de cada uno de sus componentes así como de su correcto
acoplamiento eléctrico.

Figura 2. Cabina de inversores en central fotovoltaica

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Tecnologías Solares de Concentración.

Los dispositivos de concentración solar están formados por lentes o


elementos reflectantes de gran área para colimar la radiación solar sobre un
receptor. Esto permite obtener rendimientos térmicos elevados en una región del
espacio y poder transformar esta energía en trabajo. Desde época antigua
diferentes culturas conocían la forma de concentrar la luz del sol sobre superficies
reflectantes curvas de metal pulimentado para quemar objetos. En la china antigua
y en la Grecia de Arquímedes ya se conocían estas técnicas. Leonardo de Vinci y
Galileo realizaron estudios sobre la geometría y el área de los espejos a la vez
que proponían aplicaciones para calentar agua o con fines bélicos. Durante los
siglos XVII y XVIII se intentaron diseñar espejos de mayor área para conseguir
temperaturas más altas en el foco de la superficie curva.

Entre 1860 y 1880 el matemático francés Augustín Mouchot desarrolló


prototipos propios de horno, motor y bombas de riego solares, contando con el
apoyo de los gobiernos francés y argelino. En paralelo el ingeniero sueco John
Ericsson inventó el concentrador cilindro parabólico, basado en sus conocimientos
sobre discos parabólicos. El avance de estos prototipos es frenado por la llegada
de la revolución industrial que utiliza para las máquinas de vapor combustibles
fósiles con alto rendimiento y valor energético. A principios del siglo XX el
ingeniero estadounidense Frank Shuman desarrolló el primer motor solar práctico.
Entre 1920 y 1970 se sustituyen los combustibles fósiles basados en el carbón por
los derivados del petróleo y el gas natural. En esta época se avanza de forma
esporádica en la mejoras de los elementos existentes. Aparecen estudios y se
construyen proyectos prototipos que analizan sistemas de seguimiento con grupos
de helióstatos inclinados, con receptor o caldera central. A esta época
corresponden los proyectos desarrollados entre 1965 y 1969 en Genoa (Italia).

También se construyeron varios hornos solares tanto en Estados Unidos


como en Europa, como el horno de Odrillo en el Pirineo Francés. Es a partir del
comienzo de la crisis energética, con el aumento de los precios del petróleo de
principio de los años 70 del siglo XX, cuando distintos tipos de tecnologías, y entre
ellas la solar, experimentan un fuerte auge. Desde mediados de los 70 hasta
principio de los 90 se han realizado la mayoría de los trabajos y diseños
industriales en proyectos solares de concentración tal como se conocen hoy en
día. Los gobiernos, en colaboración con la industria privada, trabajaron juntos
financiando proyectos para evaluar el rendimiento y la utilidad de las aplicaciones
de las distintos tipos de tecnología.

En esta época se desarrollan varios proyectos de plantas de torre (Solar


One y Solar Two en EEUU, CESA-1 y TSA en España o Themis en Francia) y de

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cilindro parabólico (SEGS I a SEG IX en EEUU o DCS en España) [13] En la
actualidad existen 4 tecnologías viables de concentración que comparten el mismo
nicho de mercado que la fotovoltaica y las plantas de generación de electricidad
de gas y carbón. Plantas de Torre o Receptor Central: Compuestas por un campo
de helióstatos de forma circular con movimiento continuo. El campo concentra la
radiación solar en un receptor situado en lo alto de una torre, que actúa como
caldera. La recirculación de un fluido caloportador que absorbe la radiación,
permite generar vapor que es inyectado a una turbina para generar electricidad. El
campo de helióstatos suele moverse en dos de sus ejes (típicamente azimut y
elevación) respecto al sol.

Figura 3. Planta termosolar de receptor central: Solar 1.

Figura 4. Esquema de funcionamiento típico para una planta termosolar de


receptor central.

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Plantas de Colectores Cilindro Parabólicos (CCP): Compuestas por varios
metros de espejos con forma parabólica que consiguen concentrar la radiación
solar en su foco. En este lugar se suele situar un tubo por el que circula un fluido
térmicamente eficiente que absorbe la radiación colimada. Típicamente suele ser
aceite sintético en que alcanza temperaturas cercanas a los 400º C. Bombeando
el fluido a tanques intercambiadores se consigue energía suficiente para mover
una turbina. El campo suele pivotar sobre su eje central moviéndose de forma
continua con el sol.

Figura 5. Campo de colectores cilindro parabólicos para planta termosolar de


CCP.

Figura 6. Esquema típico de funcionamiento para una planta termosolar de


colectores.

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Plantas de Reflectores Lineales de Fresnel (LFR) El diseño considera un
sistema de foco en línea similar a los concentradores CCP, donde la radiación
solar se concentra en un captador lineal invertido, elevado mediante una serie de
reflectores casi planos. Con las ventajas de bajos costes estructurales de apoyo,
juntas de fluido fijas, receptor separado del sistema reflector, y largas longitudes
de foco que permiten el uso de cristal convencional, los colectores LFR han
atraído una creciente atención. Se considera como una alternativa tecnológica de
coste inferior a la tecnología CCP. Los diseños recientes consideran materiales de
reflector menos caros y componentes de captador que reducen el rendimiento
óptico. Sin embargo, este rendimiento inferior se compensa por los bajos costes
de inversión y de operación y mantenimiento.

Figura 7. Reflector lineal de Fresnel

Figura 8. Principio de funcionamiento para el reflector lineal de Fresnel.

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Plantas de Discos Stirling: Formados por pequeñas unidades que
componen una superficie en forma de disco que se mueve en dos ejes respecto al
sol. El disco concentra la luz sobre un receptor situado en su foco en donde se
alcanzan temperaturas cercanas a 750 º C. Recirculando un fluido se realiza una
transferencia térmica que se utiliza para generar electricidad en microturbinas o
motores Stirling colocados en el receptor.

Figura 9. Campo solar de discos Stirling.

Figura 10. Principio de funcionamiento para el disco de Stirling.

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En la actualidad sólo las plantas de torre y las basadas en colectores son
tecnologías suficientemente probadas y maduras implantadas a nivel comercial.
Las plataformas basadas en discos necesitan un mayor desarrollo tecnológico
para terminar de ser competitivas. En España existen proyectos industriales de
plantas de torre: PS10 y PS20 en Sanlúcar la Mayor (España) y de cilindro
parabólico: Andasol en Guadix (España) o la planta solar de Nevada (EEUU). En
el futuro se prevé una bajada de los precios de los componentes a medida que
aumente la demanda con el número de complejos en explotación.

Un factor fundamental a reseñar es que todas estas tecnologías están


formadas por un conjunto de elementos de gran superficie (helióstatos o
colectores) que trabajan de forma coordinada utilizando únicamente la
componente directa de la radiación solar. Esta es la razón de que se necesiten
dispositivos mecánicos con un alto grado de precisión en su seguimiento aparente
del sol. El tipo de movimiento y la actualización de las consignas variarán en
función de la tecnología y el rendimiento que se desee conseguir. Imprecisiones
en el posicionamiento implican una disminución de eficiencia térmica y por tanto,
de penalizaciones en la generación.

Variables que influyen en el funcionamiento de un panel solar


Factores externos son, por ejemplo, la trayectoria relativa del Sol, la cual varía
con la latitud local y con la época del año; la intensidad de la radiación solar; el
régimen de lluvias y nubosidad; la temperatura y humedad del medio ambiente; el
régimen de vientos; la contaminación ambiental, principalmente por el polvo y los
agentes corrosivos; las sombras específicas del lugar (montañas, edificios,
árboles, etc.,), e incluso las características ornamentales del contorno (si es un
centro turístico, una vivienda, una industria, etc.). Pudiera afectar también si el
diseño de la edificación previó la instalación solar, o no. Uno de los factores que
más influye en el diseño es el consumo energético, así como el régimen de trabajo
que debe tener la instalación.

 El área geográfica donde se pretende instalar.


No todas las regiones del mundo tienen un nivel óptimo de radiación
solar debido a la posición del planeta, etc. lo que provoca que en ciertos
países se necesiten más paneles o paneles más sensibles para que
cumplen con lo que se espera de ellos.

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 El área a cubrir.
Las casas tienen diferentes tamaños y sus dueños diferentes
necesidades, con lo cual la instalación de energía solar se diseña en base a
una relación de área y necesidades energéticas. Es comprensible que
dentro de los argumentos para no elegir un sistema foto-voltaico esté el
hecho de que cuesta mucho cubrir un área grande, no obstante al comparar
el costo promedio de la factura de energía sale más caro en el mediano
plazo ya que periódicamente se cobra un valor por el mantenimiento de la
infraestructura, aspecto que en un sistema fotovoltaico desaparece.

 Los equipos y electrodomésticos a suplir


Este es un punto fundamental, ya que si bien el coste de una planta solar
fotovoltaica puede salir económico, reemplazar algunos electrodomésticos
por unos más modernos y eficientes en el consumo de esta energía puede
salir muy costoso.

 Las baterías solares


Dado que los paneles solares capturan y envían energía eléctrica a la
planta de forma constante mientras haya luz solar, gran parte de la
eficiencia de la planta solar depende de las baterías solares que tengamos
en nuestro sistema para almacenar la energía. La eficiencia en este caso
depende de un buen balance entre la cantidad de paneles (entre más
paneles podemos cargar nuestras baterías más rápido) y la cantidad de
baterías (entre más baterías tendremos más capacidad de almacenamiento
de energía pero tomaría más tiempo en cargar con pocos paneles).

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Objetivos

Objetivo General

Realizar un estudio de factibilidad de uso de paneles fotovoltaicos para la


generación de electricidad, y la interconexión a la red eléctrica de un edificio del
ITESCAM

Objetivo Especifico

 Analizar el requerimiento de parámetros óptimos, para la producción de


energía eléctrica a base de paneles fotovoltaicos
 Cuantificar el flujo de energía necesario para una vivienda tomando en
cuenta todos los puntos a alimentarse
 Evaluar el proyecto desde el punto de vista energético y ambiental
 Definir la viabilidad técnica del proyecto

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