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(¿Quizás tú
misma?)
Ocurre a veces que una mujer brillante en su trabajo, no pase nunca de una
posición aceptable pero mediocre. ¿Por qué? Si se analiza a sí misma, esta
persona seguramente puede descubrir que es demasiado tímida para pedir un
ascenso o para hablar en público; que no ha superado el vicio de la
impuntualidad y esto le hace quedar mal frecuentemente; que se cree torpe
para llevar cuentas, hablar por teléfono o escribir cartas; que se pone nerviosa
si le ponen un plazo fijo para terminar un trabajo, etc. Son pequeños problemas
–ninguno realmente grave- que invalidad para el triunfo. Merece la pena hacer
un esfuerzo para superar este “hábito de invalidez”, como le llama la Dra.
Susan Schenkel, autora del libro Desaprovechando el éxito: por qué las
mujeres se estancan y cómo evitarlo. “La buena noticia es que puedes superar
esa invalidez con un método muy simple”.