Aunque el origen de la esclerosis múltiple es aún una incógnita, dos
hipótesis complementarias cobran actualmente especial fuerza: la hipótesis genética y la ambiental. Ambas actúan, según diversos estudios, de forma sinérgica. Se ha consensuado la existencia de una predisposición genética a padecer la enfermedad, sin embargo, para el desencadenamiento se precisa la acción conjunta de ciertos factores ambientales que como veremos después, podrían ser una infección vírica. Se han ido encontrando numerosos genes relacionados con la predisposición a la esclerosis múltiple, pero el que presenta mayor consistencia es el LOCUS DEL COMPLEJO MAYOR DE HISTOCOMPATIBLIDAD. Aunque algunos antígenos pueden activar directamente los linfocitos B, los linfocitos T solo pueden reaccionar ante proteínas previamente tratadas, las células presentadoras de antígeno (Linf B, macrófagos, células dendríticas) capturan el elemento extraño, lo procesan y seleccionan de él los péptidos más inmunogénicos. Sin embargo, este proceso no es suficiente, los antígenos solo son reconocidos por los linfocitos T cuando las células presentadoras de antígenos los exponen por medio de moléculas del COMPLEJO MAYOR DE HISTOCOMPATIBILIDAD. El linfocito T tiene la secuencia de aminoácidos que le permite reconocer por una parte un antígeno y por la otra a la molécula del CMH que se lo presenta, el linfocito T se activa solo cuando puede reconocer simultáneamente los epítopos de ambas moléculas. La información para la síntesis de las moléculas del CMH (HLA) se encuentra codificada en el brazo corto del cromosoma 6 y se divide en 3 regiones, la predisposición para la enfermedad se asocia con el haplotipo DR2. El sistema del CMH es el locus más polimórfico (la existencia de una población de múltiples alelos de un gen) del genoma humano. Un individuo organiza una respuesta inmune potente ante un antígeno sólo cuando hereda el gen para esa molécula, que permite unir ese antígeno y activar las células T colaboradoras, si en cambio hereda un CMH mutado frente a péptidos del propio organismo, estará condicionado genéticamente a reacciones de autoinmunidad. Esta es la hipótesis más aceptada en cuando al origen de la esclerosis múltiple. La mutación observada en la región II, codifica una molécula que reconoce como elemento extraño la proteína básica de la MIELINA. Pero ¿cómo puede sensibilizar a los linfocitos T ante una sustancia exclusiva del sistema nervioso central?, se piensa que está relacionado con ciertos virus que poseen cadenas proteicas muy similares a la proteína básica de la MIELINA. Se han encontrado títulos altos de anticuerpos para el virus de EPSTEIN-BARR en pacientes con esclerosis múltiple, este virus bastante extendido y generalmente asintomático, posee una cadena peptídica similar a la proteína básica de MIELINA, cuando la célula presentadora de antígenos ingiere el virus, el complejo de histocompatibilidad mutado lo reconoce como extraño y lo presenta para la sensibilización de los linfocitos T, que a su vez quedan sensibilizados también frente a la PROTEINA BÁSICA DE LA MIELINA. Los linfocitos improntados con el antígeno MIELINA – VIRUS pueden permanecer latentes durante muchos años, hasta ser reactivados por una nueva infección vírica, entonces se dirigirán a la región donde son necesarios y esta es la zona con concentración más alta de antígenos “El sistema nervioso central” a diferencia del sistema nervioso periférico, el SNC es un sitio privilegiado desde el punto de vista inmune, impenetrable para los linfocitos. La barrera hematoencefálica es una protección física y metabólica que aísla el SNC, constituida por células endoteliales especializadas, este endotelio tiene posee uniones de tipo célula – célula, estas uniones sellan los espacios intercelulares confiriéndoles a los capilares una barrera de IMPERMEABILIDAD frente a la mayoría de las macromoléculas, sin embargo, tanto los linfocitos B como los T sensibilizados frente a la MIELINA, atraviesan este poderoso obstáculo. El origen del aumento de la permeabilidad se desconoce, pero se han aventurado algunas causas, como la expresión elevada de CITOQUINAS PROINFLAMATORIAS, las citoquinas producen separación de las uniones estrechas, atraen a los linfocitos hacia el lugar de la lesión e incrementan la expresión de las moléculas de adherencia. Normalmente los linfocitos viajan libremente en los capilares a una velocidad de 500mm/s, la activación del endotelio hace que se expresen en la membrana del Linfocito y de la célula endotelial moléculas llamadas SELECTINAS, aunque la adhesión que producen no tiene mucha potencia es suficiente para desacelerar al Linfocito y facilita su RODAMIENTO sobre la célula endotelial, el paso siguiente es la ADHESIÓN FIRME de los Linfocitos al endotelio y está mediada por otro tipo de moléculas de adhesión vascular las ICAM(1,2,3,4) VCAM(1) PCAM(1), se expresan en el endotelio y se unen a las proteínas de la familia de las INTEGRINAS de la membrana del Linfocito, cada integrina está constituida por dos cadenas (α y β) una de las más estudiadas es la VLA – 4 que es ligando del receptor VCAM – 1, una vez el Linfocito está firmemente anclado al endotelio vascular comienza la EXTRAVASACIÓN. Dentro del SNC, son las células de la MICROGLIA las que cumplen la función de células inmunitarias (CPA) y presentan al Linfocito T el antígeno para el que ha sido previamente programado “La proteína básica de la mielina” y el linfocito se reactiva e inicia la proliferación, los linfocito T COLABORADORES no son capaces de aniquilar patógenos, su función es el reclutamiento y activación de otras células de la MICROGLIA mediante la liberación de CITOQUINAS PROINFLAMATORIAS, dichas CITOQUINAS activan diversas células de la MICROGLIA especialmente MACRÓFAGOS que despliegan todo su arsenal de sustancias CITOTÓXICAS, al mismo tiempo los Linfocitos B atraídos al lugar de la inflamación por la presencia de citoquinas colaboran liberando ANTICUERPOS ANTI – MIELINA y factores de complemento. En consecuencia, el resultado es la aniquilación de la VAINA DE MIELINA como si de un elemento tóxico se tratara, además las células inflamatorias activadas (Macrófagos) generan TNF – α, que destruyen los OLIGODENDROCITOS que son las células productoras de Mielina Con el paso del tiempo, las placas desmielinizadas proliferan a partir de células precursoras y se produce una cicatrización que genera una esclerosis. Si la perdida de MIELINA es total la transmisión del impulso nervioso se bloquea completamente, si es parcial los impulsos se transmiten de forma lenta e irregular y da lugar a los síntomas característicos de la enfermedad.