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Roger Scruton defiende la Tradición: «Hay
una tristeza creada por la Revolución que
nunca se ha ido»
Roger Scruton es un filósofo valiente y
rompedor que admira a la Iglesia: ¿por qué no
es católico?
«Aceptar la vida como un don, darle sentido
con sacrificio, es algo que también el ateo
puede hacer»
Roger Scruton, filósofo inglés sin tapujos:
«¿La ley sobre la homofobia? Como los
procesos de Mao»
«Yo no creía en Dios, pero sí en la
Iglesia...hasta que vi que Dios es lógicamente
inevitable»
Intelectual británico y autor de una abundante obra, Roger Scruton describe, libro a libro,
los contornos de un auténtico pensamiento conservador. Ser conservador no significa mirar a
una época dorada del pasado, sino negarse a sacrificar la vida ordinaria a los espejismos del
progreso. Islamismo, populismo y liberalismo: el autor pasa revista a los desafíos
a los que se enfrenta Occidente. Contrariamente a los clichés que ofrecen una imagen
ceñuda de la persona conservadora, Scruton nos ofrece una alegre lección de vida en esta
entrevista concedida a Le Figaro.
-Hace unos meses nos esperábamos el triunfo de Theresa May. ¿Cómo se explica
el relativo fracaso de los tories en las legislativas? ¿Los ingleses ya no son
conservadores"?
-En mi opinión, Theresa May ha sido incapaz de explotar la situación que había heredado:
ha sido elegida primer ministro a falta de otra opción, sin haber sido realmente elegida. Le
falta carisma y ha llevado a cabo una campaña deshilvanada. El resultado ha sido una réplica
del voto por el Brexit: se ha elegido el conservadurismo, sin la convicción de todo el
electorado. No sé si los ingleses son conservadores, pero hay que reconocer que los
escoceses no lo son y que su voto siempre es, al final, decisivo. Lo que es asombroso es que
Jeremy Corbyn, a pesar de su espantoso carácter de izquierdista posmoderno, haya
recibido la proporción de votos que ha recibido. Como sucede en Francia, todo en nuestro
país, incluida la política, es volátil y fugaz.
-Emmanuel Macron estima que la nueva fractura es la que existe entre los
"conservadores" y los "progresistas". ¿Considera usted que esta fractura es más
pertinente que la fractura entre derecha e izquierda?
-El problema de la política es que a menudo es binaria. El progreso contra el regreso, el futuro
contra el pasado, los que son abiertos contra los que son cerrados: frecuentemente, los que
definen las oposiciones son los que quieren salir vencedores. Son clichés. Yo defiendo el
progreso en la ciencia, la tradición en las artes, la continuidad en la moral y
hacer sólo lo estrictamente necesario en política. En situación de paz y de relativa
opulencia, creo que la política debe permanecer en su sitio. Para mí, esto es conservadurismo.
»En relación al progreso, es un eslogan. Fue utilizado por los jacobinos, los fascistas y los
comunistas, que se veían a sí mismos como instrumentes del futuro. El futuro es una
excusa para cometer gran cantidad de crímenes. Es un ídolo que exige el sacrificio de
los hombres del presente. El pasado no es una excusa para los crímenes del presente. Es lo
que se ha conseguido, y no exige ningún sacrificio. El pasado es mucho más inofensivo
que el futuro. El progreso lo justifica todo, mientras que la Tradición no exige ninguna
justificación. Desde un punto de vista racional, la idealización del futuro es extremadamente
peligrosa.
»Como intelectual he pasado mi vida entre gente de izquierdas porque estaba obligado. ¡Son
las personas más tristes del mundo! Se detestan los unos a los otros, tienen enemigos
en todas partes, rechazan el diálogo y les anima el resentimiento. ¿Qué hay de
alegre en el marxismo grupuscular? ¿Qué alegría hay en los escritos de Lenin? Hay un poco
en los de Marx, pero es una alegría de tipo sarcástico…
Roger Scruton es uno de los grandes críticos sustanciales de la cultura moderna, de su
orientación hacia la izquierda y de su capacidad de reconversión a pesar de sus fracasos en
la realidad. Pincha aquí para adquirir ahora su obra, ya un pequeño clásico, Pensadores de
la nueva izquierda.
-Sí. A esto se añade que el conservadurismo tiene tan mala prensa que ningún
tipo de política osa definirse tal. ¿Sucede lo mismo en el Reino Unido?
-En el Reino Unido sólo el 10% de los universitarios votan al partido conservador y
casi todos ellos estaban contra el Brexit. Pertenecen todos a la categoría cosmopolita de la
sociedad y declaran estar contra la vida burguesa. Apoyando lo que decía John Stuart Mill,
que declaró que "los conservadores son el partido estúpido", identifican el conservadurismo
con el retraso y la estulticia. Para nosotros, conservadores, este tipo de declaración es lo que
es estúpido. Además, en general, el conservador no puede disociar la política de una cierta
forma de estupidez.
«Yo defiendo el
progreso en la -¿Por qué esta vergüenza de declararse conservador?
ciencia, la tradición -Porque al conservadurismo le cuesta justificarse. Es lo que dijo
en las artes, la Burke en relación al prejuicio o Pascal a las razones del corazón:
continuidad en la
moral y hacer sólo hay razones que la racionalidad liberal ignora, que son razones
lo estrictamente enterradas en las prácticas humanas. Hay tradiciones que son el
necesario en fruto de interacciones sociales. Es muy fácil justificar las ideas
política»
liberales: su única propuesta es liberar al hombre, seguir adelante,
combatir la injusticia. Podemos encontrar un montón de buenas razones para ser de
izquierdas. Pero la verdadera razón, la razón profunda de la sociedad, escapa a este
tipo de razonamiento.
»Tomemos la cuestión del matrimonio. Si nos preguntamos sobre la razón última que hay
detrás del matrimonio tradicional y para toda la vida entre un hombre y una mujer es muy
difícil encontrar una razón. Como es muy molesto dar razones objetivas de la oposición al
matrimonio gay. ¿Por qué no deberían tener ese derecho? La razón profunda detrás de la idea
del matrimonio tradicional nunca ha sido conocida por la gente que lo ha llevado a cabo. Lo
mismo con el incesto. Era un tabú sobre el que la gente ignoraba la razón, que estaba
escondida en las profundidades de la naturaleza humana. El matrimonio no era un contrato
de exclusividad entre individuos cuyo fin era el placer sexual, sino un voto entre dos personas
para transcender el contrato, para dejar de lado el acuerdo y comprometerse totalmente
a algo que no aún no existía, una descendencia. No era un contrato de goce, sino
una renuncia. La racionalidad liberal sólo admite lo explícito, mientras que la conservadora
incluye su fe en lo implícito.
-En un mundo liberal, ¿se pueden hacer valer aún las razones implícitas?
-La tradición existe, pero no recibe credibilidad política. Sin embargo, es imposible fundar
una política únicamente en la razón. Si no, sería 1789 ó 1917. Es necesario que en algún
momento se respete lo que la gente es, su pasado. En caso contrario, se la tortura.
Hoy en día, las buenas conciencias izquierdistas torturan a la gente pobre, la acusan de ser
racista y xenófoba porque quieren que su país sea como era antes. Este desprecio por la
naturaleza humana ha causado la pérdida del poder a los laboristas y el Brexit a los
cosmopolitas.
»Lo que Disraeli quería era la unidad de la nación, no sólo en relación al derecho a la
propiedad, sino también en relación al deber que tenían los propietarios y los que
tenían éxito en la vida hacia los más necesitados, como en una familia. Es ésta la
gran tarea de la derecha: reconciliar profundamente estas dos clases. No debemos
contentarnos sólo con injuriar a la élite liberal o mantener a golpe de subvenciones a los más
necesitados. Hay que abrir un diálogo.