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4.

OIT EN EL PERÚ

4.1 ¿Qué sucede en 1992 en el peru y como se ve perjudicado el trabajor?

- Causa empieza con la disolución del congreso y con ellos se dan nuevas leyes y cambios
en el Perú.

Con la disolución del congreso también se intervienen instituciones como fue la sede de la
Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP) y otros sindicatos
también hubo intervenciones militares.

Según las revistas y entrevistas en 1992 El fujimorismo avasalló los derechos fundamentales
de los trabajadores. Interviniendo instituciones como fue la sede de la Confederación
General de Trabajadores del Perú (CGTP) y otros sindicatos.

4.2 1992: nuevo rumbos para el trabajo

Con el autogolpe se Despiden a 300 mil trabajadores públicos , creó las services y
demolió sindicatos. Gobierno de ese entonces creó la figura del despido arbitrario que
permitió que los empleadores despidieran a los trabajadores sin mayor explicación.

Jorge Loayza.

La avalancha de normas antilaborales que dio el gobierno deAlberto Fujimori sepultó


los derechos de los trabajadores desde los primeros años de su gestión.

El señor Raúl Ramos Silva es un sobreviviente de ese desastre. En el año 1994,


luego de 35 años de servicio en la Municipalidad de Lima y con la nueva
legislación laboral fujimorista, le pusieron la pistola en la cabeza: “O renuncias o
no recibes beneficios”. Optó por lo primero y hasta ahora –a los setenta años de
edad– no se le reconoce todos sus derechos. Él aún no se da por vencido.

“Estuve obligado a renunciar al igual que la mayoría de obreros con un mínimo


de la indemnización de lo que me correspondía y hasta ahora nos deben. Por
treinta y cinco años de servicio solo cobro 220 soles de pensión”, recuerda.

La lista de ‘muertos y heridos’ de esa aplanadora de decretos es larga. Manuel


Cortez, secretario general de la Coordinadora Nacional de Despedidos, señala
que entre los años 1991 y 1998 se despidieron a cerca de 300 mil trabajadores
del sector público, 180 mil de la administración y unos 120 mil de las empresas.

Una de las primeras normas laborales del gobierno fujimorista se dio en enero
del año 1991 cuando se publicó el Decreto Supremo 004-91 PCM –firmado por
el entonces ministro de Economía Juan Carlos Hurtado Miller– , el cual se
planteaba la reestructuración del Estado, porque –argumentaban– había
mucha gente y se tenía que “racionalizar”, es decir, despedir. “Hasta entonces
los trabajadores solo podían ser despedidos por faltas graves”, recuerda Cortez.

Dicho decreto autorizó a todas las entidades públicas a hacer


reestructuraciones y dar incentivos para los trabajadores que quieran dejar su
puesto de manera voluntaria, esto porque el sueldo básico de los trabajadores
era ínfimo.
Cortez precisa que si bien ese sistema se llamó “voluntario” si el trabajador no lo
aceptaba igual era despedido y sin incentivo, además que se prohibía su
regreso a la administración pública.

“El pretexto del gobierno era que el Estado se tenía que reducir para ser más
eficiente porque los trabajadores públicos eran ‘comechados’ y se necesitaba
contratar a personal especializado. Lo cierto es que el número de trabajadores
nunca se modificó porque luego de que despidieron a los estables se contrató
a otros bajo el régimen de contratos por servicios no personales. Ellos no tendrían
derechos como vacaciones, aportaciones al sistema de pensiones o seguro
médico”, explica el dirigente.

La época más nefasta

Pero esos 300 mil despedidos no fueron las únicas víctimas de las normas que se
dieron durante el fujimorismo. El abogado laboralista Carlos Blancas califica esos
años como “una época muy nefasta para el derecho laboral”, pues se eliminó
una serie de “derechos fundamentales de los trabajadores”. Entre ellos
menciona la eliminación de la estabilidad laboral y la creación de la figura del
despido arbitrario a través del Decreto Legislativo 728, lo que también perjudicó
a los trabajadores privados. Ese decreto se consolidó el año 95 con la Ley 21513,
que eliminó por completo todos los rezagos de la estabilidad.

“Esa figura permitió el despido de dirigentes laborales y el descabezamiento de


los sindicatos. Al inicio del gobierno la tasa de sindicalización era de más de 20%
y al terminar fue de 3% a 4%”, recuerda Blancas Bustamante.

En opinión del abogado, otro tema muy grave fue la creación de las services
mediante la apertura de la intermediación laboral, lo que significa –hasta
ahora– la evasión de las obligaciones laborales y la precarización del trabajo,
pues esos trabajadores no gozarían de una serie de derechos como uno formal.
“La tercerización fue para evitar la estabilidad laboral y la organización sindical.
Así, la capacidad de reclamo se redujo y trajo como consecuencia el pago de
salarios bajos”, explicó el abogado.

Ese no fue el único daño porque también se ampliaron los contratos temporales,
lo que provocó que los trabajadores lleven muchos años haciendo labores de
uno estable, pero firmando contratos cada cierto tiempo.

Si bien el argumento del fujimorismo para realizar toda esta política de


flexibilización laboral fue la creación de más puestos de trabajo, lo cierto es que
–dice Blancas–durante los diez años de fujimorismo las cifras
de desempleo fueron las mismas.

Javier Mujica: “Fue la flexibilización más salvaje”

El laboralista Javier Mujica dijo que los cambios que hizo el gobierno fujimorista
en materia laboral determinaron que la Organización Internacional del Trabajo
(OIT) la calificara como la flexibilización laboral más salvaje en América Latina.
Además, señala que con la Constitución del 93 se dejaron de lado dieciséis
derechos sociales, muchos de carácter laboral. Entre las normas más graves,
Mujica manifiesta las que se dieron para facilitar los despidos.

Mujica indica que también se creó el despido arbitrario, es decir que, en


adelante, el empleador podría despedir a un trabajador sin darle una
explicación. “Además, se dio la Ley de relaciones colectivas de trabajo que
privó a los trabajadores de la protección de la autoridad administrativa”, acotó.

El abogado indica que otro aspecto nefasto se dio cuando se implantó la


renegociación de los acuerdos de los trabajadores con los empleadores que se
habían suscrito hasta entonces. “Pero eso se hizo con sindicatos debilitados y los
trabajadores perdieron sus derechos”, sostuvo.

Fuente: https://larepublica.pe/politica/534465-el-fujimorismo-avasallo-los-
derechos-fundamentales-de-los-trabajadores
Tmb: http://diariouno.pe/asi-trato-el-fujimorismo-que-quiere-volver-a-los-
trabajadores/

4.3 OIT LA DENOMINÓ EN SU MOMENTO COMO LA “FLEXIBILIZACIÓN MÁS


SALVAJE EN AMÉRICA LATINA

Desde siempre, la necesidad por generar puestos de empleo para la creciente tasa
demográfica, y por combatir la informalidad ha sido una preocupación de todo
gobierno de turno en nuestro país. En las siguientes líneas, desde una postura crítica
por parte del Dr. Alfredo Villavicencio, se hablará de aquellos cambios que ha sufrido
la legislación laboral desde los años noventa, y cómo éstos han afectado
negativamente no sólo la distribución de riqueza, sino también aquellos mismos fines
por los cuales supuestamente se dieron estos cambios: la informalidad y la creación de
puestos de empleo. La flexibilización laboral conseguida mediante estas normas
laborales ha causado un grave impacto en los trabajadores, desprotegiendo sus
intereses y desmejorando su posición en la negociación colectiva.

1. En los años 90 se produjo un cambio sustancial en cuanto a la regulación de las


relaciones laborales. ¿Cuáles considera que fueron sus principales
manifestaciones? Desde el año 1991, el gobierno de Fujimori conduce un
proceso de reforma laboral profundo que implicó un cambio de modelo, de
unas relaciones laborales que tenían en el Estado a un protagonista relevante a
nivel de la cantidad de normas, a nivel del sentido tuitivo o protector de las
mismas en el campo individual, con una jurisdicción laboral especializada, con
organizaciones sindicales más o menos difundidas y fuertes, se pasó a un modelo
de laissez faire, de abstencionismo estatal en el que el Estado redujo
radicalmente el número de normas y su sentido tuitivo. La Organización
Internacional del Trabajo (OIT) habló de un proceso tan profundo como el
emprendido por Pinochet, que comenzó en las relaciones individuales y luego
abarcó todo: las relaciones colectivas, la seguridad social en salud y pensiones,
el derecho procesal y el rol administrativo del Estado.

Dentro de los cambios más relevantes que se dieron en esta sustitución del
modelo, está la eliminación de la estabilidad laboral y su sustitución por un
régimen de despido libre indemnizado; la ruptura del paradigma de
contratación temporal, de utilizar este mecanismo solo para laborales
temporales, se pasó a una ampliación a nueve modalidades nominales y una
innominada, permitiéndose explícitamente la utilización de la contratación
temporal para labores de duración indeterminada. Se produjo una ruptura en
esto del principio de causalidad, se eliminó los topes del 10% de los trabajadores
en periodo de prueba, se deslaboralizó la contratación juvenil, la intermediación
y la tercerización laboral se extendieron sin pausa, pasando del 20% al 50% de la
plantilla de trabajadores destacados. Se amplió el poder directivo del
empleador permitiéndose la modificación unilateral de condiciones sustanciales,
se eliminó la participación de los trabajadores en la gestión y en la propiedad,
las reglas de prescripción permitieron la pérdida de derechos de centenares de
miles de trabajadores porque se cambió el momento de inicio del cómputo del
plazo, que dejó de ser el momento de la extinción del contrato para ser el de la
exigibilidad del beneficio, a sabiendas de que los trabajadores que prestan
servicio no reclaman generalmente mientras están laborando, entre otros
cambios.

En las relaciones colectivas se aprobó un decreto ley que está vigente hasta
ahora en su formulación principal y que mereció 16 observaciones de la OIT por
graves violaciones de las normas internacionales que el Perú había ratificado. Se
impulsó el sistema privado de pensiones en explícito favoritismo contra el sistema
nacional precedente. Y en fin, quizás el ejemplo más claro o final fue que se
intentó desaparecer al propio Ministerio del Trabajo y su carácter tuitivo y
protector y transformarlo en un viceministerio del Ministerio de Justicia. Bueno,
estos cambios muy importantes que redefinieron no sólo las relaciones laborales
sino las relaciones de poder subyacentes entre el colectivo laboral y el colectivo
empresarial al interior de un modelo que quiso asentarse fundamentalmente en
el favorecimiento de los empleadores como motor principal de una
recuperación económica que iba a generar relaciones laborales de mayor
calidad que las preexistentes.

Fuente otra :
http://revistas.pucp.edu.pe/index.php/iusetveritas/article/viewFile/15324/1578
5
Fujimori eliminó derechos de trabajadores / Crecieron desempleo,
subempleo y se deprimieron
30 Abr 2001 | 19:00 h
Redacción:
Redacción LR
....... E l gobierno de Alberto Fujimori fue eliminando progresivamente los derechos
laborales ganados durante varias décadas de lucha y negociación por parte de los
trabajadores. La legislación laboral colocó a los trabajadores en una condición de
extrema inferioridad ante el despido y los abusos en las relaciones laborales.
Así lo consigna el Informe Anual " Perú diez años de pobreza y autoritarismo ", del
Centro de Asesoría Laboral del Perú (Cedal) y la Asociación Pro Derechos Humanos
(Aprodeh).
En una primera etapa prohibió la indexación salarial (excepto a los oficiales superiores
y generales de las fuerzas armadas y Policía Nacional del Perú a los que se les siguió
haciendo pagos en especie), y se eliminaron los aumentos remunerativos por decreto
para el sector sin negociación colectiva.
En la segunda, se emitió el Decreto Legislativo 728, que suprimió la estabilidad laboral
para los nuevos trabajadores, estableció nueve modalidades de contratación y que la
compensación por tiempo de servicios fuera depositada en el sistema financiero.
Seguidamente, durante 1992, se atacó la negociación colectiva y el derecho de
sindicalización. Pero siguió más: se aprobó la Ley 26513, que eliminó la estabilidad para
todos los trabajadores. Años después, 1997, se dictó la Ley de Fomento al Empleo.
El mismo informe precisa que la política de flexibilización en la contratación y el
despido tuvo como objetivos promover el empleo eliminando regulaciones
discriminatorias, uniformizar y consolidar la legislación laboral, cerrar la brecha entre
oferta y demanda de mano de obra y facilitar el trabajo.
Sin embargo, tuvo un efecto contrario. Mientras en 1991 en Lima metropolitana se
registraba el 61% de trabajadores estables, con el DL 728 ese porcentaje disminuyó al
50% en 1992, y 25% en 1996, cifra que se mantuvo hasta 1999. Además, en 1996, 30 mil
personas mayores de 55 años perdieron el empleo.
En 1999, respecto a octubre de 1997, el índice de empleo disminuyó en 7,4%, según
cifras del Ministerio de Trabajo. La informalidad se fue imponiendo: más del 80% de los
puestos creados entre 1990 y 1996 pertenecen al sector informal de la economía, de
acuerdo a la OIT.
El subempleo es otra característica. Hasta 1990 llegaba al 70%, considerando en esa
clasificación a quienes ganaban US$ 420, pero el gobierno de Fujimori disminuyó esa
base a US$ 215, reduciendo artificialmente el subempleo de 74,3% al 46,5%, mientras
los adecuadamente empleados aumentaron del 16,8% al 46,4%.

Sueldos y salarios
La pérdida de la capacidad adquisitiva de los trabajadores es otra de las
características del régimen fujimorista. A comienzos de 1993 la Remuneración Mínima
Vital ñla que ganaba la mayoría de los peruanos estaba congelada en 72 nuevos
(equivalentes a US$ 35), lo que significaba la mitad de lo que percibía a comienzos del
gobierno de Fujimori. En 1992 los salarios alcanzaron los US$ 250 mensuales.
Tampoco se respeta la jornada de 8 horas diarias de trabajo y 48 horas semanales. El
gobierno de Fujimori dictó el Decreto Legislativo 854, mantuvo la jornada de 8 horas
diarias pero al mismo tiempo se facultó a los empleadores para que pudieran
modificar unilateralmente los horarios, e incluso la duración de la jornada diaria,
extendiéndola o reduciéndola a su criterio.

OIT felicita al Gobierno peruano por


regular el delito de trabajo forzoso
La adecuación de esta normativa penal constituye un paso importante de cara a la
ratificación del Protocolo sobre trabajo forzoso de la OIT adoptado en el 2014.
Noticia | 10 de enero de 2017
Lima – La Organización Internacional del Trabajo (OIT), felicitó al Gobierno
peruano por insertar en su Código Penal el delito de trabajo forzoso a través del
Decreto Legislativo N° 1323, aprobado el pasado 6 de enero del presente año.
Esta adopción se da en el marco de las facultades legislativas delegadas por el
Congreso de la República en el Poder Ejecutivo mediante la Ley N° 30506.

“Felicitamos al Gobierno del Perú por este importante avance en la lucha contra el
trabajo forzoso, con lo cual da cumplimiento no solo a una obligación asumida a
nivel internacional, sino principalmente da respuesta a la necesidad de protección
para las víctimas de este flagelo”, señaló Philippe Vanhuynegem, Director de la
OIT para los Países Andinos.

Asimismo, explicó que esta adecuación de la normativa penal constituye un paso


importante de cara a la ratificación del Protocolo sobre trabajo forzoso de la OIT
adoptado por la Conferencia Internacional del Trabajo en 2014, en cuanto confirma
el compromiso de las autoridades y del país en combatir esta problemática, a la
vez que sirve como base para implementar otras acciones complementarias.

“El trabajo forzoso ha sido definido por el Convenio núm. 29 de esta Organización
como todo trabajo o servicio exigido a un individuo bajo la amenaza de una pena
cualquiera y para el cual dicho individuo no se ofrece voluntariamente. En el Perú
se presenta principalmente en sectores como la minería ilegal y la tala ilegal de
madera”, agregó Vanhuynegem.

El Convenio establece además la obligación de los Estados de sancionar


penalmente esta práctica y verificar que las sanciones sean realmente eficaces y
se apliquen estrictamente. El Perú ratificó este Convenio en el año 1960, y la
Comisión de Expertos en Aplicación de Convenios y Recomendaciones de la OIT
ha observado durante años la ausencia de una legislación penal que permita
sancionar el trabajo forzoso en el país.

Cabe destacar que la aprobación de esta normativa ha sido resultado de un largo


trabajo iniciado por la Comisión Nacional para la Lucha contra el Trabajo Forzoso
en el 2013, con asistencia técnica de la OIT. Dicha propuesta sirvió de base para
la tipificación recientemente aprobada.

Encontrándose ya regulado el delito, los siguientes pasos deberán apuntar al


fortalecimiento de capacidades de los operadores de justicia para que el tipo penal
sea aplicado adecuadamente y a la luz de la normativa internacional.

OIT reafirma su compromiso de seguir trabajando en la lucha contra este delito


que afecta a millones de personas en todo el mundo y hace un llamado al
Gobierno peruano y sociedad civil a participar de la campaña contra la esclavitud
moderna “50 for Freedom” para ratificar el Protocolo sobre el trabajo forzoso.

Etiquetas: trabajo forzoso


Regiones y países cubiertos: Perú

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