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LA COMPUTACIÓN
HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONOMICO
20/10/2018
Roy Forbes Harrod nació en Londres y murió en Holt, Norfolk, Inglaterra. Fue
educado en Oxford y en Cambridge, donde era discípulo de John Maynard
Keynes, de quien publicó la biografía oficial en 1951. Su carrera en la Cristo
Church, Oxford (1922-1967) fue interrumpida por la Segunda Guerra Mundial
(1940-45); no obstante, produjo sus contribuciones originales en Oxford entre
1924 y su jubilación en 1967.
Aunque formaba parte de un círculo más distante, pero no menos importante para
el desarrollo de la economía keynesiana, fue el primero en estudiar y entender el
trabajo de Keynes y se hizo su representante fuera de Cambridge.
Junto con John R. Hicks, Harrod estaba entre los economistas de Oxford incluidos
en el círculo de corresponsales de Keynes. Fue fundador en Oxford del Grupo de
investigación de la economía con Hubert Henderson y otros. Su principal
contribución fue impulsar la “dinámica” en el estudio de los problemas
económicos, lo cual se consideró una contribución de Oxford que sólo después fue
aceptada entre los economistas de Cambridge.1
1
Juan Carlos Moreno-Brid, “Roy Harrod, teórico de la dinámica económica”, en Comercio exterior, Banco Nacional de
Comercio Exterior, México, vol. 50, núm. 12, diciembre de 2000, pp. 1063-1068.
1
PENSAMIENTO Y APORTACIONES
En Hacia una dinámica económica se sientan las bases para una dinámica de
corto y de largo plazos.
En lo referente a las obras públicas, cree que esta política es eficaz sólo si se lleva
a cabo en los inicios de la depresión económica. Con ello, Harrod plantea una
serie de medios que permitan buscar un crecimiento económico ininterrumpido.2
2
Roy Harrod, Economics Dynamics, MacMillan Press, Londres, 1973
2
implicaciones de la teoría de Keynes para el crecimiento de larga duración y las
grandes fluctuaciones cíclicas endógenas.
Aunque trabajó con un alto grado de abstracción, sostuvo que la economía podía
desarrollar una tasa de crecimiento en consonancia con su funcionamiento a plena
capacidad. Su modelo era dinámico pues suponía una técnica productiva
progresiva y la tasa “garantizada” era la que aseguraba una continua inversión a
niveles de satisfacción de las expectativas de beneficio de los hombres de
negocios.
En las condiciones inversas, donde el crecimiento real era superior al que parecía
inherente a la situación económica del momento, se creaba un estado de júbilo
perpetuo donde se expandían las facilidades y se acumulaban las presiones
inflacionarias.
Otro punto clave del modelo de Harrod era el factor “aceleración”, que establecía
una relación fija entre la cantidad de un flujo y el volumen de stock del que
procedía. Sostuvo que existía una relación definida entre las compras, los
inventarios y las ventas. Las variaciones en la tasa de ventas podían ocasionar un
cambio más que proporcional en la tasa de compras y el efecto final podía
aumentar; pero si las ventas descendían surgía una tendencia hacia la reducción
de la inversión.
3
suficiente prisa para justificar un gasto de capital nuevo. Mientras mayor fuera el
ingreso, mayor sería la inversión.
La continuación del análisis del crecimiento distinguía entre los diferentes tipos de
inversión. Harrod diferenció la inversión “autónoma” de la inversión “inducida”. La
primera, derivada de la innovación y, por tanto, independiente de las ventas y de la
producción, no necesitaba el estímulo de la expansión del ingreso, sino tan sólo el
espíritu aventurero y la búsqueda de beneficio. Sin embargo, la inversión inducida
estaba directamente relacionada con la producción y, por ende, dependía de la
“aceleración”. Si las ventas en el pasado inmediato resultaron activas y las
perspectivas futuras eran lo suficientemente buenas para crear una sensación real
de certeza, la inversión inducida adquiría un estímulo considerable; si se daba un
aumento de la prosperidad, era muy posible que los beneficios llegaran a ser
extraordinarios.
En realidad, las condiciones podían ser tan buenas que fuera difícil distinguir entre
inversión autónoma e inversión inducida. Empero, en esta situación el crecimiento
del ingreso debería ser más rápido, ya que debería crearse la inversión suficiente
para absorber los ahorros generados por estos dos tipos de inversión. Podía darse
una situación de periodos sostenidos de crecimiento económico alternando con
largos periodos de estancamiento.
Por otro lado, con una fuerza de trabajo anual creciente se presenta la necesidad
de un modelo de crecimiento que absorba a los nuevos trabajadores. Por falta de
capacidad de absorción, la oferta incrementada de hombres-hora, junto con un
aumento de la productividad del trabajo, únicamente puede conducir a una
“reserva de trabajo”, de hombres desempleados. Para superarla parecía necesario
que el ingreso aumentara directamente con la oferta de trabajo y la productividad.
No obstante, únicamente se ha tratado el crecimiento en función del capital. Es
muy posible que el uso pleno del equipo de capital no lleve a un pleno empleo del
trabajo, en especial en una economía donde el empleo de capital se dirige a
métodos ahorradores de trabajo, como sucede en el caso de la automatización.
Además, es posible concebir que la tasa de aumento del capital exceda al
crecimiento de “pleno empleo”, de modo que la tendencia hacia una acumulación
excesiva de capital aumente y lleve finalmente a un efecto depresivo. Por otra
parte, una tendencia a que el crecimiento de “pleno empleo” supere al crecimiento
de capital da lugar a lo que los economistas han denominado desempleo
involuntario; quizá sea posible superarlo recurriendo al tipo de inversión que deriva
de las innovaciones, más bien que de los recursos internos de la misma
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economía. Pero la innovación no tiene un efecto considerable donde existe un
exceso de capacidad fuerte. En una economía restringida, se necesita la fuerza
del impacto innovador para superar la capacidad ociosa. Cuando la inversión es
autónoma e innovadora, abundante, muestra un carácter autor reproductor, puesto
que los márgenes de beneficio extremadamente favorables pueden alentar la
introducción de nuevos inventos y artilugios, mientras que crea al mismo tiempo
niveles de ingreso relativamente altos por medio de una atmósfera receptiva al
cambio. Además, en niveles de alta actividad económica la gente puede otorgar
más importancia al consumo que al ahorro, pudiendo debilitar la función de la
inversión inducida, de donde derivan las fuerzas de crecimiento internas. Como
resultado, la inversión autónoma puede desplazar la inversión inducida en épocas
de prosperidad. Si la rentabilidad de la inversión autónoma empieza a
desvanecerse, es evidente que en estas circunstancias la sensación de auge
pueda eliminarse rápidamente a medida que se detiene el crecimiento económico.
Un movimiento ascendente continuo es bastante dudoso, pues pueden aparecer
distorsiones en la estructura física de la producción y a su vez afectar
notablemente la línea de crecimiento. Las diferencias en las tasas de crecimiento
de los diversos sectores de la economía suelen exigir un re direccionamiento de la
producción, que puede ser de las industrias de bienes de capital a las industrias
de bienes de consumo. Esto ocasiona la aparición de la capacidad ociosa en
algunos sectores, rompiendo de esta forma la corriente progresiva del ingreso.
3
Barnes, Harry Elmer, Historia de la economía del mundo occidental hasta principios de la Segunda Guerra Mundial, Unión
Tipográfica, Editorial Hispano- Americana, México, 1980, pág. 910
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JOAN VIOLET ROBINSON
BIOGRAFÍA
Joan Violet Robinson es una de las primeras mujeres en abrirse paso en la
economía del siglo XX, una disciplina inicial y mayoritariamente poblada por
hombres.
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metodológicos con obras relevantes como La acumulación de Capital (1956) y
Ensayo sobre la teoría del Crecimiento (1962).
Joan Robinson fue una de las primeras mujeres en abrirse paso en una disciplina
marcada por los hombres.
Algunas personas piensan que el que no le hayan dado el Premio Nobel ha sido
no sólo injusto, sino claramente discriminatorio por parte de una organización que
les ha dado premios sólo a hombres. Joan Robinson falleció a los 79 años de
edad, en 1983.
PENSAMIENTO Y APORTACIONES
Para referirnos con mejor claridad a los puntos en específico que toca o bien que
toma en cuenta la reconocida economista inglesa de la época contemporánea
Joan Robinson en su libro Ensayo sobre la economía marxista haremos referencia
a lo que marca el autor Moisés Gómez Granillo en su libro Breve historia de las
doctrinas económicas que de acuerdo a su criterio son los puntos más relevantes
de su obra y pensamiento:
3.- Los clásicos creían en la armonía de intereses entre las dos clases en pugna
-burguesa y proletaria-. Marx habla de conflicto entre ambas.
4.- En materia de salarios, afirma que el alza de los mismos, desde hace más de
100 años, “debida o no a presiones sindicales, basta para establecer que la
remuneración obrera no está rigurosamente determinada por el mínimo de
existencia”. Aclara que, Marx no sostuvo totalmente la teoría de este mínimo de
existencia.
5.- Por lo referente a la teoría del valor-trabajo, nuestra autora la considera como
errónea. Sin embargo, agrega que ello en realidad carece de importancia, puesto
que Marx nunca pensó que dentro del capitalismo el precio se determine por el
trabajo.
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6.- Marx fue superior a los clásicos en la teoría de la ocupación. Mientras éstos
piensan que el progreso técnico exige nuevas inversiones, sin tener en cuenta
tasa de interés y nivel de utilidades, Marx estima que la ocupación sólo aumenta si
los empresarios esperan tener más plusvalía.
7.- Acerca de la teoría de las crisis –que según Marx descansa en la existencia de
un ejército de reserva de no ocupados, así como en la insuficiencia del poder de
compra de los trabajadores y de la tendencia constante a la baja de utilidades-, la
explicación moderna habla de una eficacia marginal demasiado pequeña del
capital o de la baja de inversiones (punto visto este último cercano al de Marx,
como es fácil observar). Además, ahora también se toma en cuenta a la
insuficiencia de la demanda efectiva como una causa, la cual está relacionada con
la demanda efectiva marxista.
4
GÓMEZ, Granillo Moisés Breve historia de las doctrinas económicas, decimoquinta edición, Naucalpan, Estado de México,
edit. Esfinge, 2011, P. 284-285.
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conducido más fácilmente hacia las ciencias naturales. En 1921 y 1923 se doctoró
en leyes y en política económica.
En 1931 (y hasta 1950), gracias a Lionel Robbins, también alumno de von Mises,
se fue a Londres donde ocupó una cátedra en la London School of Economics.
Durante sus años en Londres tomó una gran notoriedad y fama en el ámbito
académico, tanto por sus publicaciones y estudios, como por su rivalidad
con Keynes y la beligerancia en contra de sus ideas. Pero durante los años 30,
fueron las ideas de Keynes las que se impusieron y también tras la Segunda
Guerra Mundial triunfaron gobiernos socialdemócratas o socialistas, con lo que
Hayek perdió relevancia y mucha de la fama que había ganado de joven.
PENSAMIENTO Y APORTACIONES
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Muro de Berlín, y la nueva fase de la internacionalización de la producción y el
comercio conocida como globalización. En dicho contexto surge un nuevo
referente: el programa de despolitización de las decisiones públicas basada en
una sostenida creencia en la capacidad de la ciencia y la técnica – con énfasis en
la tecnología de la información – para encontrar puntos de encuentro – dando por
sentado que existen – donde antes las posiciones ideológicas producían
desencuentros. Es la posición de la tecnocracia, de los ejecutivos del sector
público y privado cuyo rol asciende a nuevos niveles donde las decisiones llegan a
una complejidad tal que dejan en segundo plano tanto al burócrata como al
gerente. Así el disenso que antes se consideraba inherente a los regímenes
democráticos, se atribuye a la ignorancia de las teorías que explican el
funcionamiento social, y el consenso sería una fase terminal del avance de la
ciencia con su aplicación progresiva a las políticas públicas. (son las visiones de
D. Bell, Lipset, Van Dijk, Horkheimer, Habermas, Fukuyama).
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El Estado mínimo es un medio para escapar al poder de la clase
media que controla el proceso democrático a fin de obtener la
redistribución de las riquezas mediante el fisco. : Su programa es
expuesto en La constitución de la liberté [La Constitución de la
Libertad] (1960): desreglamentar, privatizar, disminuir los programas
contra el desempleo, eliminar las subvenciones a la vivienda y el
control de los alquileres, reducir los gastos de la seguridad social y
finalmente limitar el poder sindical. El Estado no puede asegurar la
redistribución, sobre todo en función de un criterio de «justicia social».
Su papel se reduce a brindar un marco jurídico que garantice las
reglas elementales del intercambio. En 1976 llega a proponer la
desnacionalización de la moneda, es decir, la privatización de los
bancos centrales nacionales para someter la creación monetaria a los
mecanismos del mercado. Otras de sus posiciones parecen matizar el
radicalismo de su liberalismo; preconiza, por ejemplo, la creación de
un ingreso mínimo, pero esta propuesta debe verse como una
rehabilitación de la ley inglesa de los indigentes y no como la marca de
un «socialismo hayekiano.
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para la Libertad de la Cultura. Así, un nuevo programa surge de la
Conferencia Internacional de Milán.
En París, Josselson, con el apoyo de la Fundación Rockefeller, recluta
y financia a los participantes. La lista de ponentes es aprobada por un
comité compuesto por Raymond Aron, Michel Collinet, Melvin Lasky,
Sidney Hook, Denis de Rougemont... Cinco oradores son cooptados.
Son los encargados de establecer las directrices de la ideología
anticomunista del Congreso para la Libertad de la Cultura en la sesión
inaugural.
“No existe razón alguna para que el Estado no asista a los individuos
cuando tratan de precaverse de aquellos azares comunes de la vida
contra los cuales, por su incertidumbre, pocas personas están en
condiciones de hacerlo por si mismas (...) como en el caso de la
enfermedad y el accidente (...)o víctimas de calamidades como los
terremotos y las inundaciones. Siempre que una acción común pueda
mitigar desastres contra los cuales el individuo ni puede intentar
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protegerse a sí mismo ni prepararse para sus consecuencias, esta
acción común debe, sin duda emprenderse”.5
CONCLUSIÓN
Tras haber analizado las teorías y pensamientos de los economistas anteriores
podemos destacar lo siguiente: Los economistas post keynesianos enfatizan la
necesidad de una política fiscal que fomente la ocupación y las rentas.
Difiere en la interpretación de esas ideas con las que se encuentran en la escuela
neo keynesiana y Nueva Economía Keynesiana en diversos puntos entre los que
podríamos destacar estos tres:
5
VON, Hayek Friedrich: Camino de servidumbre, Edit. Alianza, Madrid, 1995, Pág. 157.
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equilibrio. En cambio, bajo la hipótesis de tiempo histórico, para los procesos
dinámicos en economía no existe en general un equilibrio. Además, las decisiones
de un período están marcadas por las decisiones del período anterior, por tanto
puede ser difícil y costoso volver atrás una decisión.
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Bibliografía
Barnes, H. E. (1980). Historia de la economía del mundo occidental hasta principios de la Segunda
Guerra Mundial, Unión Tipográfica. México: Hispano- Americana.