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EFE/Orlando Barría
Así lo considera la nutricionista Ana Molina quien alerta ante “el Artículos relacionados
“Hoy día la sociedad vive cansada y cree que es normal, pero cuando Fármaco para miomas uterinos podría
cambia la alimentación nota la recuperación de la energía y se causar daños hepáticos
sorprende de que no sea por su ritmo de vida o por la edad”, señala a
La Agencia Española de Medicamentos y
EFEsalud Ana Molina, quien apunta que esa recuperación se percibe al Productos Sanitarios (Aemps) alerta de
Planificación del menú
cabo de una o dos semanas. semanal: garantía de posibles daños hepáticos ocasionados
ahorro y de una correcta por el fármaco Esmya -utilizado para tratar
nutrición los miomas uterinos- y del que se han
La falacia del azúcar Martes 26.04.2016 notificado varios casos graves, y ha
recomendado no iniciar nuevos
La mayoría creemos que “a más comida, más energía”, pero eso no es tratamientos
así cuando ingerimos alimentos vacíos que no aportan la vitalidad
necesaria para un ritmo de vida en el que también influyen otros Leer más
factores como el estrés.
Gregorio Del Rosario
En ocasiones mucha comida puede supone menos energía. “Cuando 9 Febrero 2018 | 18:33
Gema Frühbeck:
Pero “Comemos sin hambre,
más de lo que
también necesitamos”
existen Viernes 27.05.2016
momentos
en los que el
cuerpo
necesita “un
chute” de
Los españoles comemos
sacarosa hiperconectados, rápido
y solos
para aliviar
Lunes 29.02.2016
un momento
de bajón.
Eso es lo que Ana Molina llama “la
falacia del azúcar”, solo un parche
momentáneo.
Ducha de sacarosa. EFE/Eniac Martínez/OXFAM
“Si mi cuerpo me pide azúcar -detalla-, me quiere decir que estoy cansado o que no he tomado los
suficientes hidratos de carbono para que me den energía. No es lo mismo desayunar un bollo de EFE Fórum Salud - Estrategias d…
chocolate, porque la falta de energía se producirá en dos horas, que tomar un hidrato de absorción lenta,
como avena y frutos secos, que va a permanecer más tiempo en sangre y estamos más tiempo sin tener
hambre”.
Además, la bollería industrial es rica en lípidos por lo que es más difícil digerir y necesita más para cubrir la
falta de energía.
Además, una vez que no aporta más energía el organismo la acumula en forma de grasa.
Las razones por las que el cuerpo reclama esos “chutes” de energía pueden ser porque la ingesta calórica
sea baja y no haya suficiente glucosa en sangre; porque el metabolismo esté alterado, como ocurre en la
diabetes, y porque el cuerpo demande esta sustancia por otras funciones no biológicas y la robe de la
sangre, como en una infección por candidiasis o por depresión o estrés, cuando el cerebro tiene una
actividad mayor y consume más carbohidratos.
En estos casos, sucumbir a esa exigencia de nuestro organismo sería contraproducente al alimentar un
problema mayor como el sobrepeso o la deficiencia inmunitaria.
Los antinutrientes
Además, los alimentos pueden contener antinutrientes, que son sustancias naturales o químicas que
dificultan o interfieren en la absorción de otros nutrientes. Ana Molina pone ejemplos de estas sustancias
que se encuentran en legumbres, huevos o vegetales de hoja verde:
Adivina: es una proteína que
contiene la clara de huevo y que
en crudo dificulta la absorción de
algunas vitaminas como la B8,
pero si se cuece o fríe queda
desactivada.
Oxalatos: contenidos en
vegetales de hoja verde que
dificultan la absorción de algunos
minerales como el calcio. Se
desaconseja mezclar en un
mismo plato, por ejemplo,
espinacas con queso o nata.
También existen factores que influyen de forma indirecta en la absorción de sustancias a nivel intestinal ya
que pueden alterar la flora como el estrés, la toma de antibióticos o el consumo de alimentos procesados
y carnes de baja calidad.
“Es cierto que la gente no tiene por qué conocer la existencia de estos antinutrientes, pero sirve para
entender el efecto de una alimentación inadecuada. Para prevenir la falta de energía hay que mantener el
nivel de glucosa en sangre y los niveles de vitaminas y minerales regulados; controlar el peso, ya que
cuanto más calórica sea la alimentación y más depósitos grasos se acumulen, más cansancio; y que las
fuentes de energía provengan de alimentos que contengan vitaminas y minerales como frutas, verduras,
frutos secos…
Practicar ejercicio
físico regularmente, al
menos 4 ó 5 veces por
semana
Evitar al máximo el
consumo de grasas
saturadas: las
procedentes de
carnes rojas, todo
EFE/Kiko Huesca
tipo de fritos, el
consumo excesivo de pan, y en general de productos refinados y/o procesados, bollería industrial y
comida rápida y precocinada
Intentar que el azúcar provenga de frutas como el plátano, el mango o chirimoya, que son muy
energéticos; de frutos secos como dátiles, pasas, higos u orejones; o de postres caseros elaborados
con miel, azúcar de caña y harinas integrales; o de chocolate puro.
Comer hidratos de carbono en las principales comidas para evitar caídas de energía y fatiga
Aumentar los niveles de vitaminas y minerales para que los procesos fisiológicos de obtención de
energía sean más efectivos, mediante el consumo de fruta y verdura fresca, sobre todo verduras crudas
en forma de ensaladas.
Mantener una buena higiene intestinal, asegurando un tránsito regular mediante la ingesta de
Convierte tu TV en tu
alimentos prebióticos como la fibra alimentaria (plátano, cebolla, puerro, espárrago, ajo, raíz de dispositivo Apple
achicoria) y probióticos, como los fermentados de la leche.
.-Efesalud
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