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3-¿En qué condiciones se va Porfirio Díaz y qué significa el gobierno

de Huerta en el marco de la revolución?

Porfirio Díaz renunció al poder el 25 de mayo de 1911, tras seis meses de guerra
contra los partidarios de la revolución maderista. Su retirada del poder fue sellada por la
derrota militar en Ciudad Juárez del ejercito federal porfirista frente a las tropas del
norte, comandadas por Pascual Orozco y Pancho Villa, pero tal descenlase ya había sido
previsto por sus propios partidarios, quienes creìan que el octogenario dictador ya no
poseía la capacidad de mantener el orden social y el sistema de dominación1. Sin
embargo, pese al triunfo militar y político y al enorme prestigio y popularidad
alcanzados por Francisco Madero, éste mostró una actitud demasiado benevolente para
con las figuras del régimen depuesto, y cediendo el control de la transición a los
porfiristas, quienes aprovecharìan para obtener posiciones de poder. Esta situación es
ilustrada por Mires:

“En esos momentos se presentó una situación paradójica que anunciaba por sì sola
las debilidades internas del futuro gobierno. Mientras en las filas porfiristas había un
acuerdo casi unánime en sacrificar a Dìaz, en las del maderismo existía una tendencia
,encabezada por el propio Madero, que no consideraba necesaria la renuncia del
dictador (…) la mexicana era ya una formidable revolución social encabezada por
hombres tímidos”2.

La debilidad demostrada por Madero dan cuenta de la poca voluntad de instaurar un


régimen nuevo, cediendo cada vez màs espacio a los porfiristas, lo cual llevarìa a una
eventual contrarrevolución. Si bien Dìaz partió al exilio, Madero dejó que el gobierno
provisional quedase a cargo de un porfirista, Leòn de la Barra, quien apresurò el
desarme de las tropas irregulares que habían participado en la Revoluciòn. Aún tras ser
elegido presidente, Madero convocó a porfiristas en su gabinete y en la jefatura del
Ejército nacional, el cual –bajo el mando del general Victoriano Huerta- tenía la tarea de
reprimir al ejercito revolucionario del Sur (al mando de Pascual Orozco y Emiliano
Zapata). Esto hizo que el gobierno de Madero perdiese apoyo entre las tropas

1
Estados Unidos compartía el mismo diagnóstico, desconfiando del cierre del régimen político de Díaz y
su ligazón con los sectores latifundistas tradicionales, en pleno contexto de crecimiento y diversificación
de la inversión productiva.
2
MIRES: 194
campesinas surianas (las cuales firmaron el Plan de Ayala, en el que radicalizan el
programa agrario y denuncian la “traición” de Madero), lo que, junto con la oposición
obrera, porfirista y de la embajada estadounidense, lo dejó fuertemente aislado. El 9 de
diciembre de 1911 se produciría la contrarrevolución bajo el signo de “restauraciòn
porfirista”, teniendo como protagonistas a Felix Dìaz (sobrino de Porfirio) y Victoriano
Huerta, quien había sido nombrado por Madero para sofocar la sublevación.

El gobierno de Huerta significó un intento de restauración que, en vista de las fuerzas


desatadas y de la impopularidad (interna y externa) del nuevo régimen 3 tomó la forma
de una “dictadura pretoriana”, sostenida por el terror.

.
4-¿Cuáles fueron los proyectos que recorrieron la revolución?

El proyecto reformista-burgués:

Para el bando consitucionalista, el fin de la revolución quedó plasmado en los


Acuerdos de Teoloyucan, significando el fin del antiguo régimen porfiriano y el inicio
de la “normalización” del Estado.

El objetivo del bando constitucionalista quedó patente cuando sus dirigentes


desconocieron a la Convención de Xochimilco, e iniciaron la guerra contra las tropas
convencionistas. Como señala Salmerón:

“un sector quería hacer del movimiento una revolucíon política y otro quería
prolongarla hasta convertirla en una revolución social”4.

“[Madero] pensaba que la solución vendría como consecuencia del cambio


políticao, es decir, de la democracia y el respeto a la ley”5

Cualquier reforma agraria sólo se planteaba como una medida estratégica para
obtener el apoyo del campesinado, por lo que su alcance era limitado y siempre sujeto a
la concepción liberal de la tierra como propiedad privada6, como el postulado por
Carranza en 1915

3
Madero y su vicepresidente Pino Suarez fueron fusilados el 23 de Febrero.
4
SALMERÓN, Los carrancistas; 287
5
SALMERÓN; 401
6
WOMACK; 224
El proyecto popular-campesino:

VILLISMO

Siguiendo a Salmerón, el movimiento popular encarnado en el villismo contó con un


verdadero proyecto revolucionario, el cual está expresado en la organización militar
conocida como “La División del Norte” (nacida formalmente en 1913, pero cuyos
principales componentes ya estaban activos desde 1911) y en las políticas concretas
llevadas a cabo durante el dominio villista de los territorios conquistados militarmente,
que abarcaban desde Chihuahua al Norte, Durango al Este, y Coahuila al Sur.

Salmerón destaca el carácter heterogéneo de las brigadas que compusieron la


División. Esta heterogeneidad se observa en cuanto a los grupos regionales y sociales,
así como sus motivaciones y objetivos, aunque se destaca el componente esencialmente
popular del villismo.

Villa siempre apoyó a Madero y se mostró como un firme aliado de la facción


reformista burguesa, aceptando el Plan de San Luis (1910). los Acuerdos de Ciudad
Juárez (1911) y el Plan de Guadalupe (1913), aceptando a Venustiano Carranza como
Primer Jefe de la Revolución. Villa nunca renegaría de la figura de Francisco Madero,
como sí hizo Zapata, tras el ataque mandado por éste y Huerta a las posiciones del
Ejército Libertador del Sur.

En cuanto al proyecto villista, en su gestión, señala Salmerón, se conjugó el estilo


“ranchero” de gobierno militar, con el aporte de “intelectuales maderistas”, que
contribuirían a desarrollar algunos rasgos de la política villista en los territorios por
ellos gobernados7.

No obstante, el principal rasgo de la política villista es su apego a las demandas


populares y la atención de la cuestión agraria (aunque a una escala y con un sentido
diferentes a la ejercida por los zapatistas en el sur). En este sentido, se destaca el valor
del Decreto de confiscación de bienes de los enemigos de la Revolución, promulgado
por Villa cuando ejercía el poder en Chihuahua, el 12 de diciembre de 1813. En el
documento, se decreta la equitativa distribución de los bienes confiscados a los
enemigos, siendo administrados por el Banco del Estado. Otras medidas de Villa como
gobernador de Chihuahua, fueron: la pacificación del bandidaje, la restauración de la
7
SALMERÓN; 386
emisión del circulante y la resitutución de las vías de comunicación, buscando retomar
la “normalidad” de la región. Sin embargo, tras el inicio de los contactos entre el
villismo y el zapatismo hacia 1913, se observa un mayor ímpeto a la expropiación de
grandes hacendados y su “restitución” a los pobres, otorgando a los pueblos poderes
autonómicos. Sin embargo, vale destacar una distinción entre los alcances referidos a la
aplicación de la reforma agraria entre los proyectos villista y zapatista. El “sueño de
Villa”, remarca Salmerón, es una:

“república de pequeños propietarios independientes, armados, agrupados en


pueblos o colonias militares, autárquicos y autosuficientes. La legislación villista
posterior trató de dar forma no tanto a esta utopía, pero sí al ideal de la pequeña
propiedad agraria, productiva e independiente, como base de la riqueza del páis; un
ideal, dicho sea de paso, constante en los clásicos del liberalismo mexicano”8

Fraccionamiento de latifundios, facilitamiento de créditos e impulso a obras de


irrigación y creación de escuelas agrarias. Así, aunque se perciba un respeto de la
propiedad privada de la tierra9, que contrasta con el planteo comunal zapatista, siempre
existe una concepción social, que se apoya en los sectores populares.

Otro aspecto del proyecto político villista es la defensa de la imposición de un orden


constitucional, amparado en la división de poderes y la autonomía estatal. Sin embargo,
a medida que se fueron sucediendo el rompimiento con el bando carrancista y el
acercamiento a postulados zapatistas, se fue gestando una concepción política que
añadió al programa villista nociones como el “federalismo, la conducción económica
del Estado, sobre las condiciones de vida de los obreros y el carácter del Estado como
árbitro entre las clases”10, alejándose cada vez más de la postura del liberalismo
maderista, incrementando su componente popular.

ZAPATISMO:

8
SALMERÓN: 399
9
La base de esta distinción puede hallarse no sólo en la participación en la definición de las políticas en
las regiones villistas de los “intelectuales maderistas” a los que hace referencia Salmerón; sino también
en una distinta configuración histórica y social de la población campesina del Norte: mientras en el Sur
subsistía las formas tradicionales de organización campesina comunitaria, en el Norte se produciría
tempranamente un proceso de modernización agrícola e industrial, que impulsaría el principio de
propiedad privada de la tierra.
10
SALMERÓN; 403
Siguiendo a Warman, en contra de la idea de que el zapatismo (y del movimiento
campesino en general) constituía una fuerza “retardataria”, meramente local e incapaz
de elaborar programas complejos, se destaca cómo el zapaitsmo generó un protecto
político radical, complejo y coherente, que tuvo su correlato con el gobierno ejercido
sobre Morelos entre 1915 a 1919.

La reforma agraria como base inclaudicable del programa y la acción zapatista. Esto
explica por qué toda alianza debía supeditarse con la aceptación por la otra parte del
Plan de Ayala11. El proyecto político zapatista está plasmada en los documentos
(cartas, ordenes, proclamas) y en las medidas concretas. Contribuyeron a su formulación
intelectuales como Manuel Palafox, quien se desempeñaría como Secretario de
Agricultura de la Convensión.

Comunidad agraria (el “pueblo”) como nidad social básica. Plena autonomía.
Sistema parlamentario por voto directoExpropiación de los terratenientes, como
“confiscación” de bienes del enemigo (estableciendo una identificación clasista en esa
definición). Cabe destacar que el reparto de las tierras de las haciendas confiscadas, no
eran repartidas a título individual jni como propiedad privada, sino que eran entregadas
a los “pueblos”, quienes debían decidir en asamblea el método de uso de la tierra 12.
Otras medidas en este sentido, fue la socialización de los ingenios y la creación de
bancos agrícolas que facilitasen semillas e instrumentos de labranza a los pueblos sin
cobrarles interés alguno, fundando –a instancias de la Secretaría de Agricultura que
manejaba Palafox- un Banco Nacional de Crèdito Rural, Escuelas Regionales de
Agricultura, y una Fàbrica Nacional de Herramientas Agrícolas13. Incluso el programa
del zapatismo incluía reformas revolucionarias en cuanto a la igualdad de género, y al
control nacional de los ingresos de empresas extranjeras14. Warman resume de la
siguiente forma los aspectos generales del programa zapatista:

El proceso revolucionario debía desarrollarse en la base de la sociedad, y no en la


cúspide. El cambio en la existencia, establecido y definido con las armas, debía
preceder al cambio en el Estado. Sólo así sería definitivo, irreversible. Primero debía

11
WOMACK; 224
12
WARMAN: 20
13
WOMACK; 226
14
WARMAN;16
entregarse la tierra, el poder militar y la autonomía política a las unidades
constitutivas de la sociedad, para rehacer al Estado como una unidad colectiva de
servicio. El poder del viejo régimen debía disolverse, repartirse en la base de la
sociedad, para dar paso a una nueva organización estatal. El nuevo Estado emanaría
de als comunidades, confederándolas pero sin avasallarlas (…) el cambio en la base de
la sociedad implicaba la relocalización y la redistribución del excedente social, que
quedaría bajo el control de los productores primarios. Se ofrecía un nuevo modelo de
acumulación, que pasaría de los puntos de concenrtración a la dispersa base de la
sociedad civil. Allí se acumularía y reproduciría el capital. Allí radicaría el poder y no
en los aparatos centralizados del capitalismo. Poder popular estrictamente entendido,
sin mediaciones”15

No puede decirse que era un movimiento conservador, ni retardatario. Algunas de las


medidas de los líderes zapatistas implicaban la creación de un partido con estructura
moderna; y la utilización social de los ingenios azucareros. Cabe señalar además, que la
gestión de Palafox en la Convención, da una perspectiva de alcance nacional al
programa zapatista, permitiendo discutir el carácter meramente “local” del movimiento.

Democracia directa, control de la producción.

Warman señala que el zapatismo fue un verdadero “movimiento de clase”


(negándole tal condición al villismo).

5-¿Cómo caracterizas la Revolución Mexicana y cuál es su significación?

Werner Tobler plantea un análisis de la Revolución Mexicana atendiendo un proceso


que abarca desde el gobierno de Porfirio Díaz y el período de “institucionalización” de
la Revolución bajo el gobierno de Lázaro Cárdenas. Este autor discute el carácter de la
revolución, mostrando còmo

“ésta se considerò hasta hace pocos años una rebelión básicamente campesina y un
movimiento agrario. Esta interpretación se basó en la concepción de las condiciones
agrarias en el porfiriato, concepción que se ha modificado considerablemente (…) hoy
dìa podemos explicar por què las haciendas mexicanas mostraron ser mucho màs

15
WARMAN, A. “El proyecto político del zapatismo”; p. 22
estables durante la Revoluciòn y en los posteriores acontecimientos de lo que nos
indicaban las evaluaciones tradicionales”16

Sin negar el carácter protagónico de las masas campesinas, Tobler afirma que tal
movilización no logró implementar una transformación social profunda sino hasta la
presidencia de Càrdenas. Además, señala que la actitud que tomaron la mayoría de los
campesinos de México (sin contar a los que participaron en el proyecto zapatista, al ser
un caso particular) fue la pasividad

La conclusión de Tobler es que debe considerarse la “infraestructura múltiple” del


proceso revolucionario: movimientos anticentralistas, tendencias modernizadoras y
reivindicaciones campesinas confluyeron en un mosaico complejo. Sin embargo, el
autor también resalta las limitaciones de la “revolución”, al observar, por un lado, la
usencia de cambios sociales profundos hasta la década de 1940, y, por otro, ciertos
elementos de continuidad con el porfirismo, relacionados con la modernización del
Estado, el creciente presidencialismo y la “domesticación” de la movilización popular,
que incluyó una reforma agraria limitada en la década de 1920 y la creación de
organizaciones obreras dependientes del Estado17.

Recordar lo que señala Skocpol:

“las revoluciones sociales son transformaciones rápidas y fundamentales de una


sociedad y de sus estructuras de clase, van acompaádas, y en parte son llevadas pro las
revueltas, basadas en clases, iniciadas desde abajo. Las revoluciones sociales se
encuentran aparte de las otras clases de conflictos y procesos transformativos, ante
todo, por la combinación de dos coincidendcias: la coincidencia del cambio estructural
de la sociedad con un levantamiento de clases, y la coincidencia de la transformación
política con la social.”18

16
WERNER TOBLER; 307
17
Tobler niega la idea de que los sectores populares se hayan movilizado espontáneamente en ningún
momento de la Revolución, sino que fueron cooptados “desde arriba” por caudillos regionales, que en
algunos casos constituyen una “continuidad” con respecto a los “caciques” porfiristas y que–con los
gobiernos de la “dinastía sonorense” (que incluye los gobiernos de Carranza, Obregón y Calles) serían a
su vez integrados en la estructura estatal nacional “moderna”.
18
SALMERÓN;Los carrancistas 287
Por su parte, otra definición de “Revolución” es planteada por Salmerón, citando a
Juan Villoro, quien plantea que basta con una transformación “de la «actitud» o la
relación de los individuos y grupos con la sociedad y la manera de entenderla y de
ubicarse en ella”19

Womack describe así el escenario de fines de 1915:

“Los antiguos terratenientes (…) ya no ejercían el poder en México. En su mayoría


languidecían en las cárceles o en el exilio. Como clase social, casi ni existían”20

22-¿Cuál es el dirigente o momento de la revolución que te despertó mayor


interés?

Zapata. Siguió las ordenes de la base. Como señala Warman:

“La tierra se entregó a los pueblos con plena soberanía para decidir sobre su uso y
manejo. El interés del cuartel genrral por restablecer el culrivo de caña, como la única
posibilidad de contar con efectivo para la compra e armas, lo llevó a promover su
cultivo entre los pueblos dotados con la tierra y el agua. Casi todos resistieron, incluso
después de visitas personales de Emiliano Zapata, con el objeto de convencerlos. La
decisión de los pueblos fuer respetada y llevó a replantear, en la práctica, el papel de
la agroindustria, o en términosmas amplios, de la relación entre campo y capital”21

Respeto irrestricto a la soberanía de los municipios, esforzándose por que los jefes
militares se subordinasen a ellos:

“Zapata había regañado ya a los jefes militares que se habían entrometido en los
asuntos de los pueblos. Cuando él mismo participaba en el arreglo de conflictos
locales, cosa que hizo màs de una vez, limitó su participación a hacer cumplir
desiciones a que habían llegado por su propia cuenta los campesinos (…) y es
significativo qel que Zapata nunca hubiese organizado una policía estatal: del
cumplimietno de la ley, tal cual era, se debían encargar los concejos de los pueblos”22

19
SALMERÓN: 22
20
WOMACK; 243
21
WARMAN; 21
22
WOMACK; Zapata y la revolución; 223
La voluntad de Zapata de respetar la autonomía de los pueblos y no subordinarla es
algo a destacar, sobre todo si se tiene en cuenta que dicho esquema político no permite
la posibilidad de hacerse con el poder. Puede suponerse entonces que en Zapata no
habían ansias de poder, sino que su voluntad era trabajar por el proyecto plasmado en el
Plan de Ayala, que era el plan que apoyaban los campesinos morelenses. Apegado al
proyecto de democracia real.

En contra de las recomendaciones del mismo Zapata, los campesinos prefirieron


producir sus cultivos tradicionales: el maíz y el trigo, en lugar de producir caña u otro
producto comercializable. Además, floreció toda una cultura contestataria y
reivindicativa, que encumbraba la identificación campesina:

“En vez de rehabilitar la hacienda, preferían cultivar y vender los artículos


alimenticios que habían sidosiempre el sustento principal del pueblo (…) Todo el que
llevara pantalones, camisa y zapatos era un catrín. Para hablar con la gente, el tuteo
era la norma y prevalecían las características de expresión de la gente del campo (…)
el Morelos revolucionario era una sociedad muy desconfiada (…) las familias
lugareñas habían luchado duro y largamente para recuperar sus tradiciones rurales. Y
en su estado agrario solo querìan tener otras familias campesinas como ellas
mismas”23

Por los propios orígenes de Zapata, es posible delinear su liderazgo carismático en


contacto con el pueblo:

“Todas las familias campesinas del estado lo consideraban como «Salvador y


padre» (…) él y sus ayudantes descansaban en la plaza, bebiendo, discutiendo de gallos
valientes y de caballos sveloces y retozones, comentando las lluvias y los precios con
los campesinos que se juntaban con ellos para tomar una cerveza”24.

Sin embargo, el hecho a destacar es que, pudiendo usufructuar su liderazgo


carismático para obturar alguna posición de poder político, Zapata permaneció al
margen de cualquier cargo25, permaneciendo en su posición de líder del Ejército

23
WOMACK; 237
24
WOMACK; 238
25
El gobernador del Morelos Zapatista fue el Gral. Genovevo De la O entre 1914 y 1915; y Lorenzo
Vázquez, entre 1915 y 1916
Libertador del Sur, pero preocupado siempre porque el ejército se supedite a las
desiciones soberanas de los municipios.

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