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Introducción

Los muros son elementos constructivos cuya principal misión es servir de contención,
bien de un terreno natural, bien de un relleno artificial o de un elemento a almacenar.
En los dos primeros casos el ejemplo típico es el de un muro de sostenimiento de
tierras, mientras que un almacén granero es una muestra del terreno
En las situaciones anteriores el muro de trabajo fundamentalmente a flexión siendo la
compresión vertical debida a su peso propio generalmente despreciable.
En ocasiones los muros desempeñan la función de cimiento, al trasmitir las presiones
o cargas suministradas por los pilares o por los forjados que se apoyan en coronación
del muro. Esta situación es característica de los muros de sótano, muy desarrollada en
la edificación actual.

MUROS DE CONTENCION
Como lo indica el nombre, los muros de contención son elementos estructurales
diseñados para contener algo; ese algo es un material que, sin la existencia del muro,
tomaría una forma diferente a la fijada por el contorno del muro para encontrar su
equilibrio estable.
Tal es el caso de la arena que se amontona libremente, la cual forma un ángulo
determinado con la horizontal (o la vertical, según la definición) al quedar en equilibrio,
ese ángulo se denomina generalmente “ángulo de reposo” o “talud natural” (Æ) o, por
extensión, “ángulo de fricción interna”; estando todo el montón de esa arena en
equilibrio, cualquier grano en la sección -mn- también lo estará por recibir igual presión
de ambos lados; pero si quitamos la parte de la izquierda, la arena tenderá a adquirir su
ángulo de reposo y por lo tanto la parte de la derecha ejercerá una presión sobre la
sección mn, presión que deberá ser resistida por el muro de contención.
Algunos casos prácticos en que se necesitan muros de contención son los siguientes:

Son muchos los factores que intervienen en el diseño de un muro de contención,


pero el principal es el empuje del relleno. Para determinar el valor de este empuje
existen varias teorías más o menos aceptadas hoy en día, con las cuales el
estudiante debe familiarizarse para comprender hasta donde se puede ir en las
aproximaciones. La literatura existente es muy amplia e incluye todos los textos de
mecánica de suelos por su aplicación directa a los problemas estructurales
recomendamos especialmente las obras de “Foundation Engineering” de Peck
Hanson y Thormburn y “Earth Pressures and Retaining Walls” de W.C. Huntington.

Las teorías más comúnmente usadas son las C.A. Coulomb (Francia 1776), y
W.J.M. Rankine (Inglaterra 1857), las cuales pueden sintetizarse diciendo que el
empuje activo de tierra es una fricción del empuje hidrostático debido a la misma
altura de agua, la cuantía de la fricción depende del ángulo formado por la tierra del
relleno con el horizontal trazada en el extremo superior del muro (d) y del ángulo de
fricción interna (Æ) del mismo material de relleno, (el empuje de tierra actúa paralelo
al relleno, o sea formando el mismo ángulo d con la horizontal ); para una altura h
de agua, el empuje hidrostático vale:
El empuje activo debido a una altura igual de tierra vale:

Siendo , el peso unitario del relleno y ka un factor menor que la unidad cuya
expresión varía según la teoría que se esté aplicando; para materiales granulares
puros, es decir, sin ninguna cohesión, las teorías de Coulomb y Rankine coinciden
y la expresión de ka según Rankine es:

En la Tabla siguiente se dan los valores de Ka para los casos que más se
presentan en la práctica de los ángulos y :

Los ángulos de fricción interna de los materiales generalmente usados como relleno
dependen especialmente de su grado de compactación y de su contenido de humedad;
así por ejemplo, el  de una arena bien gradada puede variar de 46° a 34° dependiendo
de si está bien compactada o suelta; por otra parte es bien difícil garantizar que el relleno
detrás de un muro de contención consistirá siempre de un material bien definido o que
su contenido de humedad será constante; generalmente el relleno consistirá de un
conglomerado que contiene especialmente arenas de diferentes tamaños, gravas, limos
y aún algo de arcilla; en estas condiciones y a falta de datos más exactos, deben
tomarse los siguientes valores para el ángulo de fricción interna f para efectos de diseño:

Carbón piedra 50°


Conglomerado 330° a 35°
Arena con buen drenaje 30°
Arena con drenaje pobre 35°

Las mismas observaciones pueden hacerse respecto al peso unitario de los materiales
de relleno, estos varían generalmente entre 1500 y 1900 Kg/m3; tomando: = 1800
Kg/m3 para los casos normales, se está por el lado de la seguridad sin mayor
exageración.

El empuje activo total de tierras (E) se obtiene asimilando este al empuje hidrostático,
o sea:

No importa cuan largo sea el mismo, para efectos de diseño se toma siempre un largo
unitario, o sea un metro, de modo que si se toma g en t/m3 y h en mts., el empuje total
estará dado en ton/m.

Este empuje total se considera que actúa paralelo al relleno y su punto de aplicación
está al tercio de la altura a partir de abajo.

Con frecuencia se presenta el caso de que el relleno detrás de un muro de contención


está sometido a una sobrecarga (por ejemplo una carretera); esa sobrecarga causa un
empuje adicional sobre el muro que se considera constante, lo mismo que en el caso
de una sobre presión aplicada a un líquido, pero tratándose de una presión trasmitida
a través de un suelo se toma:

Para efectos de diseño es práctica común convertir la sobrecarga en una altura


equivalente del mismo relleno con el objeto de facilitar los cálculos; de acuerdo con la
figura se tiene:

Siendo h’ la altura equivalente de tierra con peso unitario ; W es la sobrecarga por


m2; de esta manera se tendrá que la presión unitaria a una altura -h- sobre un muro
sometido al empuje de tierras con peso unitario , y a una sobrecarga W será:
En cuanto al empuje total se refiere, nótese que este estará compuesto por una
parte triangular (cuyo centro de gravedad está al tercio de la altura) y una parte
rectangular (cuyo centro de gravedad está a la mitad de la altura); o sea:

El centro de gravedad del conjunto, o sea la localización de E1, se deduce


fácilmente teniendo en cuenta que se trata de un trapecio, así:

A veces sucede que la sobrecarga no se halla pegada a la cara posterior del muro, sino
a cierta distancia de él; en ese caso se considera que la sobrecarga no afecta la porción
de muro situada por encima de la intersección de la cara posterior con una línea trazada
a 45° del bordo de la sobrecarga; no todos los autores están de acuerdo respecto a la
magnitud de este ángulo y algunos consideran que debería ser más bien de 40° con la
horizontal, con lo cual

Quedaría afectada por la sobrecarga una mayor porción del muro; nosotros nos
inclinamos más bien hacia al ángulo de 45° en vista de la casi unanimidad de criterios
de una fuerza a través de terrenos relativamente compactos.
Es obvio que en estos casos resulta más fácil para el diseño tratar cada empuje parcial
por separado, en lugar de considerar de una vez el empuje total de conjunto.

Cuando la sobrecarga no es uniformemente repartida, como en el caso de una carretera,


la carga real puede convertirse en una uniforme equivalente sin mayor error, puesto que
el efecto de la sobrecarga es generalmente pequeño en relación con el empuje del
terreno.

Hasta ahora hemos considerado el efecto de la tierra sobre el muro de contención,


efecto que para desarrollares planamente necesita o supone el deslizamiento del muro
con la cual el plano de rotura y el empuje quedan fijados; de no efectuarse ese
desplazamiento, o sea si el muro se hace demasiado rígido, los empujes activos que se
crean pueden llegar a ser bastante más altos que los dados por la expresión de Rankine,
según se ha podido comprobar experimentalmente.

Además de este empuje activo, que es ele efecto de la tierra sobre el muro, hay
lugar a veces para considerar el llamado empuje pasivo que es el efecto del muro
sobre la tierra; tal el caso del esquema anterior: el muro al desplazarse en una
cantidad a comprime o empuja la tierra que se halla a su izquierda; esta tierra opone
resistencia a esta compresión que es precisamente el empuje pasivo Ep; nótese que
el empuje pasivo es de sentido contrario al empuje activo, o sea que se oponen y la
expresión del empuje pasivo, según Rankine, es:

Al comparar las expresiones de Rankine para empuje activo y pasivo; se ve que la


diferencia única es la inversión de los signos ante los radicales y para el caso
particular de superficie horizontal delante del muro, la expresión para el empuje se
simplifica bastante convirtiéndose en:

Para efectos comparativos damos a continuación la expresión de Coulomb para hallar


el empuje activo de un relleno granular (sin propiedades cohesivas):
Siendo:
f = Angulo de fricción interna del material de relleno
W = Angulo del parámetro interior con la vertical.
Z = Angulo que forma el empuje con la normal al parámetro interior (debe ser menor
que f y se toma generalmente igual a 2/3f).
d = Angulo del relleno con la horizontal.
h = Altura total del muro

Anotamos que la fórmula de Coulomb se aplica únicamente a muros cuyos parámetros


interiores son superficiales planas, como es el caso normal en muros de gravedad;
para muros en voladizo la fórmula de Rankine resultados más correctos.

TIPOS DE MUROS DE CONTENCIÓN

Los muros de contención se clasifican por su perfil y los usados con mayor frecuencia
son los siguientes:
1) Muros de gravedad, son los que tienen en general un perfil trapezoidal y
dependen principalmente de su peso propio para asegurar la estabilidad; se
hacen generalmente de concreto ciclópeo o aún de piedras y no llevan ningún
refuerzo: debe proporcionarse de tal manera que no haya esfuerzos de tracción
en ninguna de las secciones; son muros muy económicos para alturas bajas
(hasta 3 ó 3.50 metros aproximadamente).

2) Muros de semi-gravedad, son un poco más esbeltos que los anteriores porque
se toleran esfuerzos de tracción pequeños que se absorben con pequeñísimas
cuantías de refuerzo y que en general pueden resultar aún más económicas que
los muros de gravedad para alturas hasta de 4.00 mts.
3) Muros de voladizo, son muros en Concreto reforzado cuyo perfil común es el
de una T o L y están compuestos por mayoría de los caso, utilizan por lo menos
parte del peso del relleno para asegurarse la estabilidad; este es el tipo de muro
que con mayor frecuencia se presenta en la práctica del calculista y su utilización
resulta económica hasta alturas de 6.00 mts. aproximadamente.

4) Muros con contrafuerte son los que están constituidos por placas verticales
que se apoyan sobre grandes voladizos espaciados regularmente que se
denominen contrafuertes; este tipo de muro es conveniente cuando las alturas
por vencer son en general, mayores de 6.00 mts.
5)

Cualquiera de los tipos anteriores de muros puede utilizarse para soportar una carga
vertical además del empuje de tierras; como por ejemplo los muros extremos para
soportar un puente, que se conocen con el nombre de estribos.
La escogencia de un tipo determinado de muro dependerá, como es obvio, en primer
lugar de la función que debe cumplir además de las condiciones del terreno, materiales
de construcción que pueden conseguirse, economía general, etc. por lo cual la mayoría
de las veces habrá que hacer varios diseños alternativos con base en pre
dimensionamientos rápidos; con ello se podrá determinar con bastante seguridad el tipo
de mano más adecuado para el caso y entonces proceder al diseño completo.
BASES PARA EL DISEÑO DE MUROS DE CONTENCIÓN

Las fuerzas que actúan sobre un muro de contención pueden dividirse en dos grupos;
fuerzas horizontales provenientes del empuje del terreno, sobrecargas,
etc., y fuerzas verticales provenientes del peso propio, peso del relleno, sobrecarga, etc.

La acción de las fuerzas horizontales tiende a desplazar el muro de su posición original


y si ese desplazamiento es lo suficientemente grande, el muro ya no estará cumpliendo
su función, o sea habrá fallado, aún si el desplazamiento tuvo lugar sin daños para las
partes constitutivas del muro.

El desplazamiento puede ser rotacional o lineal y contra ambos debe estar dirigido el
diseño en lo que se denomina análisis de estabilidad. En el esquema
a) puede verse como el empuje del relleno tiende a volcar el muro, junto con el
relleno que hay directamente sobre el talón, alrededor del extremo del voladizo
delantero (punto A); las fuerzas que se oponen a ese vuelco son precisamente
las verticales, las cuales dan momentos de sentido contrario al del empuje con
respecto al punto A. El factor de seguridad mínimo contra la posibilidad de
volcamiento o sea relación entre momentos que impiden el volcamiento y
momentos que tienden a producirlo alrededor del punto A, debe ser 2 según
especificación de la mayoría de lo código.

b) puede apreciarse como la componente horizontal del empuje puede deslizar el


muro, junto con la parte de relleno que está directamente sobre el talón, en el
sentido del empuje. La fuerza que se opone a este deslizamiento es la fricción
que hay entre la base del muro y el terreno de fundación principalmente; esta
fricción es función de las fuerzas verticales que actúan sobre el muro del terreno
de función en la forma f x V,, siendo f el coeficiente de fricción entre el Concreto
o material del muro y el terreno de fundación; este coeficiente tiene los siguientes
valores usuales:

Arena o grava gruesas 0.5 a 0.7


Arena o grava finas 0.4 a 0.6
Arcillas duras 0.3 a 0.5
Arcillas blandas o limo 0.2 a 0.3

Para mejorar la estabilidad al deslizamiento conveniente no alisar mucho la superficie


del terreno de fundación y dejar más bien una superficie rugosa.Nótese en el esquema
b) que el muro, al deslizarse hacia la izquierda, debe empujar también el terreno que
haya adelante de él, creando así un empuje pasivo que ayuda a la estabilidad al
deslizamiento puesto que debe ser vencido antes de que el muro pueda deslizarse; e
tendrá así que la fuerza que se opone al deslizamiento es:

Como la fuerza que produce el deslizamiento es la horizontal (1H) y el factor de


seguridad contra esta eventualidad está normalmente fijado en 1.5, se deberá tener
que:

El análisis de estabilidad debe incluir también, además de la seguridad el volcamiento


y la seguridad al deslizamiento, el estudio de las reacciones del terreno las cuales no
deben ser superiores en ningún punto a la fatiga admisible del terreno.
Tratándose de una estructura sometida a cargas horizontales y verticales, la forma del
diagrama de reacciones del terreno dependerá de la posición de la resultante de las
cargas con respecto al centro de la base pudiéndose presentar los 4 casos
esquematizados según la conocida expresión de la estática:

(Recuérdese que los muros se diseñan por metro de longitud y por tanto b = 1.00
m).

Caso 1) o sea cuando la resultante cae exactamente en la mitad de la base y el


diagrama de reacciones es por tanto uniforme, es difícil y antieconómico de lograr
porque generalmente requiere una base muy grande, el caso 4)

Caso 2) con diagrama de reacciones trapezoidal o, como máximo

Caso 3) con diagrama triangular. Para evitar la posibilidad de asentamientos


diferenciales debe procurarse que la diferencia entre máx. y min. no sea muy
grande.

Como es apenas lógico, para un caso dado habrá varias soluciones que satisfagan
tanto las condiciones de estabilidad como las de resistencia, así por ejemplo, para
aumentar la seguridad al deslizamiento puede aumentarse el largo de la base o
colocarse una llave, siendo iguales todos los demás considerados del caso; el factor
económico será entonces el decisivo.

Algunas guías para las dimensiones iniciales son las siguientes:

1) Para muros de gravedad al ancho de la base varía entre el 50 y el 60% de la


altura total, dependiendo principalmente de si hay sobrecarga o no; el ancho de
la corona debe ser por lo menos de 30 cm.

2) Para muros en voladizo el ancho de la base también varía entre el 50 y


60% de la altura, el ancho de la corona debe ser 1/24 de la altura a 25
cm., (el mayor de los dos para facilidad de la colocación del Concreto); el ancho
del muro en la base debe ser 1/12 de la altura; el espesor de la base debe ser
por lo menos igual al espesor máximo del muro (1/12 h) y preferiblemente un
poco mayor; el vástago debe colocarse sobre la base de tal manera que el
voladizo delantero sea aproximadamente 1/3 del ancho de la base, con el objeto
de que la resultante de las fuerzas exteriores caiga dentro del tercio medio de la
base.

En claro que estas no son sino guías generales y cada caso deberá estudiarse y
resolverse como problema particular.

Bibliografía consultada:

– Hormigón armado y pretensado. Juan Murcia Vela y otros autores

– Hormigón armado. Alfredo Páez

– Hormigón armado (tomo 3º). Álvaro García Meseguer

– Hormigón armado. André Guerrin, R. C

– Muros de hormigón armado. José Calavera Ruiz

– Norma e.060 y ACI

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