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Uso de la fuerza y uso de la razón, por Iván Meini (Doctor en Derecho)
El Ministerio del Interior ha publicado el proyecto de reglamento que regula el uso de la
fuerza por parte la Policía Nacional del Perú (PNP) y ha dado 15 días de plazo para recibir
sugerencias y recomendaciones. Es saludable este proceder. Las leyes han de considerar
e incorporar el sentir de la comunidad a través de mecanismos alternativos a la elección
de legisladores cada cinco años.
Quien haya leído el Decreto Legislativo 1186 –que regula el uso de la fuerza por parte
de la PNP– y el proyecto de reglamento, difícilmente estará en desacuerdo con lo que
ahí se propone, pues aclara cuándo la policía puede usar la fuerza y cómo debe hacerlo.
La regulación de criterios (legalidad, necesidad y proporcionalidad) que permiten decidir
si la situación que enfrenta el policía en el ejercicio de su función amerita o no el uso de
la fuerza, y en su caso qué tipo de fuerza, y los protocolos de actuación para tales
situaciones son reglas elementales en cualquier sistema jurídico.
Las disposiciones de este tipo sirven tanto para los policías, pues constituyen un marco
de actuación para el ejercicio de la función, como para los ciudadanos, que encontramos
en ellas razones plausibles para entender que el uso de la fuerza es a veces necesaria si
queremos que la PNP cumpla con su función. En tal sentido, destaca que el uso de la
fuerza ha de ser diferenciado y progresivo dependiendo de las circunstancias y, sobre
todo, que las órdenes que recibe el efectivo policial para emplear la fuerza deben ser
lícitas, lógicas, oportunas, claras y coherentes, y que de no ser así, el efectivo policial no
puede alegar que ha obedecido a su superior.
El problema es otro. Sería ingenuo creer que la aprobación de un reglamento, cual acto
de magia, le dará a los policías el aplomo, la experiencia, el entrenamiento y los recursos
necesarios para decidir in situ sobre el uso de la fuerza. El problema es la falta de
profesionalismo de la PNP, que no se origina en los policías que a diario vigilan las calles,
sino en los mandos superiores y políticos que, debiendo, no deciden reformar la policía.
Reforma que debería empezar con la formación y capacitación continua. No es fácil,
pero sí necesaria.
PNP solo disparará cuando su vida o la de los civiles esté en peligro inminente
Los policías solo podrán hacer uso de sus armas de fuego cuando estén en riesgo sus
vidas, para proteger a civiles expuestos a "un peligro inminente" y en otros casos
extremos como, por ejemplo, cuando se encuentren en medio de una manifestación
"tumultuosa".
Sobre este tema, el ministro del Interior, José Luis Pérez Guadalupe , aseguró que esta
norma busca prevenir los excesos policiales.
El ministro indicó que ahora los efectivos podrán usar un arma letal solo en "casos
extremos, necesarios y de forma adecuada".
"No queremos dejar agentes desprotegidos ni apañar abusos. Ellos tienen que emplear
sus armas cuando corresponda", manifestó.
Agregó que un agente no puede esperar que un sujeto armado le dispare. "En este caso,
debe hacer uso de su arma, pues se trata de vivir o morir", refirió.
Afirmó que los policías pueden usar sus armas de fuego de forma excepcional contra
revoltosos que porten pistolas, huaracas u otros objetos contundentes.
"La piedra tirada por un huaraquero mata. Pero si me están tirando piedras a un
kilómetro, no voy a sacar mi arma y disparar. Depende de las circunstancias", resaltó.
Resaltó que la norma también es una garantía para el ciudadano, pues este no puede
ser reducido a balazos si no ha ofrecido resistencia o puesto en peligro la vida del oficial.
Agregó que esta norma ayudará a que los agentes que intervinieron en situaciones
límites no sean procesados injustamente.
, por Gaby Castillo
Y ahora ¿A meter bala?
En este sentido José Luis Pérez Guadalupe, Ministro del Interior manifestó:
“No, no existía una disposición con rango de ley que pudiera garantizar a la Policía
Nacional el uso de la fuerza, que es totalmente distinto al uso de la violencia. Las Fuerzas
Armadas contaban con una norma al respecto (Decreto Legislativo Nº 1095), pero la PNP
solo contaba con protocolos y manuales que carecían de amparo legal”.
El hecho de haberse normado, tal y como declara el Ministro del Interior denota un
avance en reforzar el marco jurídico interno para la protección de la población y una
delimitación en las facultades de los efectivos policiales que asegurará a lo largo de su
implementación una mayor seguridad en que ante una extralimitación habrá una
sanción.
El problema surge cuando se emplea una norma para paliar un problema meramente
político. Esta normativa ya se pedía desde el año 2012, tal es así que Juan Carlos La
Puente Tapia, ex Director Ejecutivo de Amnistía Internacional Perú hacía hincapié sobre
el adecuado del uso de la fuerza policial a las normas internacionales e incluso la
cuestionada Ley 30151 que estableció la exoneración para policías y militares que
utilizaran su arma de fuego o cualquier otra arma. Pero este DL lejos de darse por el
vacío legal se aprueba en ocasión del último conflicto social donde se cuestionó
nuevamente la actuación de la PNP en su control pues hasta el momento ya se han
detenido a 5 policías que emplearon armas de manera “disuasiva”.
Ante esto sólo queda hablar claro y decir que como se ha evidenciado en distintas
oportunidades, llámense Tía María, La Oroya, El Agustino, Pichanaki y el “Baguazo”, sí
hay abuso por parte de la PNP, ya que inevitablemente dentro del conglomerado de
efectivos existen aquellos que se extralimitan y emplean la violencia como un método
para aplacar las manifestaciones de la población.
Pero la violencia no se va a solucionar por dictar norma tras norma, que si bien servirá
para enmarcar las actuaciones de la PNP remitiéndose a principios como lo son el de
legalidad, necesidad, y proporcionalidad, no aseguran del todo las prácticas violentas en
la PNP. Sobre este punto es importante recalcar que la premura de la norma incluye
elementos que pueden llevar al error como lo es precisamente la proporcionalidad, al
dejar un criterio de discrecionalidad amplio, esto refuerza el hecho que lejos de ser una
norma que remediará el problema, quizá termine agravándolo.
En mi opinión la solución se encuentra en el refuerzo de la etapa previa al
enfrentamiento del conflicto como lo es la negociación de las partes evitando su
estallido, también se debe de continuar con la capacitación en competencias de
persuasión y preparación de los efectivos, al día de hoy se busca tener a muchos más
agentes en las calles, pero no se preocupan por una preparación real de los mismos, de
la elaboración de un perfil psicológico y de una formación básica en los derechos de los
ciudadanos. Sólo queda esperar que esta norma se integre bien al sistema jurídico y sea
aplicada correctamente.
LA REPUBLICA
Policías solo podrán utilizar su arma de reglamento ante inminente riesgo de muerte o
lesiones graves
La facultad se aplica también cuando exista una situación de amenaza de la vida durante
la comisión de un delito grave, se genere un peligro de muerte a causa de una resistencia
de la persona que va a ser detenida o por la acción de quien participa en una
manifestación violenta.
De esta manera, en opinión del ministro del Interior, José Pérez Guadalupe, se está
dando el marco legal necesario para la actuación policial en defensa propia y ante un
inminente peligro de su vida.
Según indicó Pérez Guadalupe esto ocurrió en una de las protestas en Islay, donde un
centenar de personas armadas con piedras atacó a un policía causándole la muerte.
"Sí, en este caso el policía puede usar su arma para defenderse", manifestó.
El funcionario afirmó que la policía contará ahora con una norma que regula el uso de
la fuerza de su personal en defensa de la sociedad y del Estado, y que se sustenta en
principios fundamentales que garantizan que no ocurran excesos y se respeten los
derechos humanos
"Hasta hoy no existía una disposición con rango de ley que pudiera garantizar a la Policía
Nacional el uso de la fuerza, que es totalmente distinto al uso de la violencia. Las Fuerzas
Armadas contaban con una norma al respecto (D.L.1095), pero la PNP solo contaba con
protocolos y manuales que carecían de amparo legal", manifestó.
En ese sentido, se señala que la policía puede usar la fuerza en las siguientes
circunstancias: detener en flagrante delito o por mandato judicial, prevenir la comisión
de delitos y faltas, proteger los bienes jurídicos tutelados y controlar a quien oponga
resistencia a la autoridad
Márgenes de actuación
Dicha norma señala que el efectivo de rango menor puede negarse a acatar las
disposiciones u órdenes superiores para el uso de la fuerza cuando éstas sean ilícitas.
Rivera dijo también que ahora la sociedad podrá conocer los márgenes de actuación
policial en casos de conflictos sociales, como el ocurrido recientemente en La Oroya,
donde murió un manifestante a causa de un disparo realizado presuntamente por un
policía. En este caso, por ejemplo, con la nueva ley se va a poder analizar de manera
objetiva si hubo exceso policial.