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Índice

Prólogo ..................................................................................................9

1ª PARTE

11. ¿Por qué nos interesa el “mas allá”?... Porque existe..............15

12. El pensamiento ............................................................................35

13. El Duelo ........................................................................................45

14. La resiliencia .................................................................................55

15. Falsos conceptos ..........................................................................63

16. Enterramiento o inhumación ....................................................67

17. Incineración o cremación ...........................................................73

18. La autopsia ....................................................................................81

19. El Funeral .....................................................................................83

10. Los apegos ....................................................................................85

11. Explicación Teosófica de los fenómenos espiritistas .............91

12. Explicación científica de los fenómenos espiritistas ..............93

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2ª PARTE
Como ayudar, según las distintas formas de desencarnar

13. Fallecimiento tras una enfermedad larga ...............................109

14. Encarnizamiento médico..........................................................119

15. Muerte súbita ..............................................................................123

16. Muerte violenta ..........................................................................127

17. Accidentes ...................................................................................129

18. Sida ...............................................................................................133

19. Suicidio ........................................................................................139

20. Ajusticiados.................................................................................153

21. Campo de batalla .......................................................................157

22. Cuando es un hijo ......................................................................159

23. Cuando el niño pierde a uno de sus padres ...........................163

24. Ayuda al cónyuge fallecido .......................................................167

25. Cuando no existe cuerpo ..........................................................169

26. Cuando el duelo es un secreto .................................................171

Conclusiones sobre:

27. La Eutanasia ...............................................................................175

28. El Testamento vital....................................................................179

Bibliografía ........................................................................................187

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Prólogo

Conocí a la doctora María Isabel Heraso Aragón en una conferencia


que impartió en la Semana de la Ciencia de la Comunidad de Madrid en
Noviembre del 2012. La conferencia se titulaba “Conciencia con Ciencia”.

Me sorprendió mucho que una doctora en medicina hablara de que,


además del cuerpo físico, los seres humanos tenemos un alma o espíritu.
Normalmente los médicos se muestran muy escépticos ante la posibilidad
de que haya un espíritu que sobreviva a la muerte del cuerpo físico. Es
más, aunque crean que puede haberlo no suelen comentarlo pues entre
la profesión “no es bien visto” creer en estos temas. De hecho, lo suelen
confinar, sin más, al campo de las creencias religiosas.

Pero la doctora Heraso si se atrevía a plantearlo abiertamente. Luego


me enteré que ella había tenido una Experiencia Cercana a la Muerte (Ex-
periencia de Muerte lo llama ella).

Como yo era miembro de la Sociedad Española de Antropología y


Tradiciones Populares, así como la de Parapsicología y sobretodo un bus-
cador, al acabar la conferencia, me acerqué para pedirle que nos diera esa
conferencia en nuestra Sociedad. Soy miembro de estas sociedades desde

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hace bastantes años, aunque mi formación es de Ingeniero de Telecomu-
nicación y he dedicado toda mi vida profesional a la Informática, los fe-
nómenos paranormales como la telepatía, la psicoquinesis, los poltergeist,
etc. siempre me han interesado. Y sobre todo las Experiencias Cercanas a
la Muerte o las Experiencias de Muerte Compartida, que parecen probar
que nuestra Mente o Conciencia sobrevive a la muerte física en una espe-
cie de doble etéreo (o espíritu) que se separa del cuerpo físico.

Cuando empecé a documentarme sobre estos fenómenos me fasci-


naron. De hecho, he dedicado bastante tiempo a intentar comprenderlos
(incluso he hablado con algunas personas que los han experimentado).
Lógicamente, dada mi formación técnico-científica, he estado tratando de
comprenderlos aplicando los conocimientos que la Ciencia tiene en la ac-
tualidad. Pero, hasta la fecha, la Ciencia no tiene elementos suficientes para
explicarlos. Y es que, la Ciencia tiene aún mucho por descubrir. De hecho,
desconocemos casi todo de las bases fundamentales del mundo que nos
rodea: sólo conocemos el 4% de nuestro Universo (no sabemos nada de
la Materia Oscura y de la Energía Oscura); no entendemos la naturaleza
del misterioso mundo de la física cuántica; no sabemos casi nada de cómo
comenzó la Vida y cómo ha evolucionado; y no sabemos nada de la Mente
o Conciencia, algo que parece trascender mas allá de nuestros cerebros y
que parece clave en el comportamiento de nuestro Universo.

Probablemente, los futuros descubrimientos de la Ciencia nos ayuden


a explicar el misterio de estos fenómenos y la naturaleza del espíritu.

Por ello, me sorprendió gratamente que la doctora Heraso hablara


abiertamente de la existencia del espíritu y de su interacción con nues-

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tro cuerpo físico. Porque, como ella plantea en este libro de “Viajeros en
tránsito II”, la existencia de un espíritu que sobrevive al cuerpo físico,
nos cambia totalmente los planteamientos ante la muerte física del cuerpo
(algo a lo que, ineludiblemente, todos estamos destinados). En general, y
como ella apunta en este libro, en nuestra sociedad la muerte se trata de
orillar e, incluso, de excluir de nuestra vidas. Por ello, cuando nos enfren-
tamos a ella, por tener una enfermedad incurable o por otras razones, no
sabemos afrontarla y nos invade el miedo, el sufrimiento, la ansiedad y el
estrés. Y lo mismo nos ocurre cuando nos enfrentamos con la muerte de
un familiar o un amigo.

Por ello, es clave que nos enfrentemos con la muerte física con la gran
esperanza de que esa muerte no es el final de nuestra vida sino el “tránsi-
to” a otra vida. Y a ello nos ayudará este libro de la doctora Heraso cuyo
título (“Viajeros en tránsito II”) ya nos apunta a que somos, durante esta
vida terrenal, viajeros con un destino “más allá” de este mundo terrenal.

En los capítulos de este libro, la doctora Heraso aborda diferentes


circunstancias y situaciones en las que se produce la muerte física, para
darnos pautas de cómo afrontarlas sabiendo que hay un espíritu que nos
sobrevive. Espero que les sea de tanta utilidad al leerlo como lo ha sido
para mí.

Alfonso Hernández García


Ingeniero Superior de Telecomunicación y Arquitecto de Sistemas
Miembro de la Sociedad Española de Parapsicología y de la
Sociedad Española de Antropología y Tradiciones Populares

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1ª Parte
1 ¿Por qué nos interesa el
“más allá”?
ANTE UN RELOJ

CONCEPTO CIENTÍFICO: averiguar su mecanismo y como


funciona:
Se puede conseguir del todo en esta vida, utilizando la ciencia

CONCEPTO TRANSCENDENTE: intuir que alguien lo ha


tenido que pensar antes… ¡¡¡Que existe un “Pensador”!!! La ciencia
no ayuda

El concepto trascendente no se consigue averiguar del todo, en esta


vida: se vive en busqueda y el que busca encuentra... pero el horizonte
siempre está a la misma distancia...

El más allá, siempre está más allá.


Mientras nos mantengamos en búsqueda, estaremos
viviendo en un concepto trascendente de vida.

Todas las cosas del Universo, han sido creadas a partir de la Energía
del pensamiento. Aún cuando no veamos pensamiento alguno, con los
ojos.

15
Cuanto mayor sea la curiosidad por buscar al “Pensador”, más inda-
garemos en el más allá lo cual nos garantiza que tendremos una vida más
trascendente, más espiritual.

En un principio al “Pensador” se le ha puesto la etiqueta de Dios,


poco a poco vamos evolucionando en su búsqueda, o sea en el conoci-
miento:

CHOPRA, médico hindú que más tarde se hizo médico en EE.UU.


Consiguió aunar las dos culturas y gracias a su gran poder de comunica-
ción, fue capaz de transmitir su sabiduría oriental a Occidente de forma
comprensible para nosotros. En su libro «Conocer a Dios», comienza su
definición de Dios, como un concepto de la mente y se percibe, según sea
nuestro grado de evolución mental, en siete niveles:

1. Para una persona separada de Dios y temerosa: Dios es un


Ser protector: a veces misericordioso, otras vengativo, caprichoso,
crítico, decidiendo: recompensa/castigo, insondable, rápido en su
ira, temible etc.

2. Para una persona en la que ya crezca un sentimiento de exis-


tir: Dios es un ser todopoderoso: soberano, omnipotente, justo,
quién responde a las plegarias, imparcial, racional, organizado en
normas, etc.

3. Para una persona pacifica: Dios es un ser desapegado, cal-


mado, poco exigente, conciliador, meditativo, silencioso, que ofrece
consolación, etc.

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4. Para una persona que vive en el amor de Dios e intuye “algo
grande”: Dios es un Ser amoroso, comprensivo, tolerante, miseri-
cordioso, no crítico, completo, acogedor, etc.

5. Para una persona que se siente en el campo de fuerza de


Dios: este es un ser abundante, abierto, generoso, inspirado, con
potencial creativo ilimitado, con control sobre el espacio y el tiem-
po, que desea ser conocido, etc.

6. Para las personas que se sienten muy cerca de Dios, este es:
trasformador, místico, iluminado, existe, cura, es mágico, es alqui-
mista y está mas allá de las cosas, etc.

7. Para las personas que han descubierto que su pensamiento


se funde con el del “Pensador”. Su Ser interno y Dios son una mis-
ma cosa: Dios constituye su “Yo soy”, su primer pensamiento y es
no nato, no manifiesto, inconmensurable, infinito, etc.

SAN PABLO: “El que se arrima y allega a Dios, se hace un solo espíritu con Él”

TERESA DE JESÚS: Canonizada y considerada Doctora de las Le-


tras por la Iglesia católica. Explica que a los hombres de auténtico conoci-
miento nunca les asombra el poder conocer a Dios.

En su libro <<Castillo interior o las moradas>> explica:


“Nuestra alma es como un castillo interior con siete moradas donde pasan las
cosas de mucho secreto entre Dios y el alma… Jamás nos acabamos de conocer. Si no
procuramos conocer a Dios.

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En la primera morada aún no llega casi nada de luz....el sol entra pero
es como si tuviere tierra en los ojos y casi no se pudieran abrir.

En la segunda morada están las almas que ya han comenzado a hacer oración
pero todavía están en negocios y baratería del mundo, cayendo y levantándose.

En la tercera morada aquellos que han vencido estos combates y con perseveran-
cia llevan camino seguro de salvación.

Cuarta morada. Parece que para llegar a esta morada se debe haber vivido mu-
cho tiempo en las que acabamos de decir… empiezan las experiencias sobrenaturales…
En esta morada, pocas veces entran cosas ponzoñosas y si entran, no hacen daño.

Quinta morada. ¿Cómo os podría yo decir la riqueza, tesoros y deleites en


esta quinta morada?... no es cosa soñada la experiencia es mucha… la unión con
Dios tan grande que no puede entrar el demonio…

Sexta morada. Estando el alma en esta suspensión, el Señor tiene por bien de
mostrarle algunos secretos, como de cosas del cielo y visiones imaginarias…

Séptima morada. No os espantéis de lo que está dicho y diré… … se trata de


mercedes que hace Dios a las almas que han llegado a entrar en la séptima morada, no
hay diferencia alguna, es todo uno… no halles miedo en el Yo soy… está dicho tanto
que no queda mas por decir.”

Todos los Seres humanos con los que tengamos contacto durante
nuestra vida, están compuestos como su nombre indica, por un cuerpo
humano, físico o vehículo y un Ser divino, energía/pensamiento, esto

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constituye nuestra dualidad. A veces nunca se llega a reconocer, ni por
parte nuestra ni por sí mismos. Lo cual no quiere decir, que no tengan la
libertad que les pertenece, para evolucionar y sobre todo cuando decidan
dejar aquí su vehículo o cuerpo físico y marcharse de nuevo al “más allá”,
con su parte spiritual.

La idea de que el individuo, procrea a sus descendientes se basa en la


valoración del hombre como vehículo o materia física. Concepto pura-
mente científico.

Falta la idea de la Energía/Pensamiento, que en la concepción decide


unirse voluntariamente con el material genético de los progenitores, para
dar vida en la tierra, a un nuevo Ser dual.

No son los padres los que eligen al Ser que va a vivir en el cuerpo que
están creando físicamente, es la Energía/Pensamiento de un Ser el que
elige un vehículo, a los padres necesarios y a toda la familia para crear su
aprendizaje, aquí en esta “Biblioteca Viviente”, que es el planeta Tierra.

Este Ser piensa de antemano en las condiciones idóneas para lograr


sus metas. Pueden ser seleccionadas la época, el sexo, el nivel social y cul-
tural o por tener vínculos con estos seres en experiencias anteriores, du-
rante existencias previas. También porque se tengan asuntos pendientes o
simplemente, porque se desee trabajar en conjunto con ellos. Lo motivos
son infinitos.

Somos una chispa de Energía divina, materializada en un cuerpo hu-


mano, que quiere completar su conocimiento, utilizando todo el tiempo y

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las vidas materiales que necesite, hasta llegar finalmente a la omnisciencia
y reconocerse a sí misma, como tal. En el concepto de la filosofía hindú,
a esto lo llaman la rueda del “Samsara”. Aquí entra también el concepto
de “Karma”, no es que tengamos que “sufrir” en nuestras carnes, todo lo
malo que hemos hecho a los demás, ese “ojo por ojo y diente por diente”,
no tiene nada que ver con la venganza, mas bien con nuestro aprendizaje.

Se nos van a poner las mismas pruebas a pasar, equivalentes a las si-
tuaciones que nosotros hemos hecho pasar a otros. De esta forma conoce-
remos el sufrimiento que hemos causado, que junto a nuestros aprendiza-
jes propios, irá aumentando nuestro conocimiento, a lo largo de las vidas,
hasta llegar o la omnisciencia, que es nuestra finalidad.

Y qué mejor aprendizaje que bajar a la Escuela de la Tierra, para prac-


ticar. Como en una compañía de teatro, iremos interpretando y viviendo
los distintos personajes existentes, con sus emociones, sus deseos, sus sen-
timientos y sus conclusiones.

La mejor forma de saber como se siente un rey es siéndolo, al igual


que si pasamos por ser mendigos, conoceremos bien lo que esto supone.
Esta regla es aplicable a todo, sabremos como se siente un hombre sién-
dolo, al igual que si somos mujeres entenderemos otras cosas.

Al respecto de esto, en los tiempos actuales encontramos una hermo-


sa expresión artística en el poema del maestro budista vietnamita THICH
NHAN HAHN “Llámame por mis verdaderos nombres”. No voy a re-
producir entero el poema, porque es muy largo pero hay algunas estrofas
que merece ser leídas:

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Todavía estoy llegando para reír y para llorar
para temer y para esperar
pues el ritmo de mi corazón es el nacimiento y la muerte
de todo lo que vive

Soy el efímero insecto en metamorfosis


sobre la superficie del Río
y soy el pájaro que cuando llega la primavera
llega a tiempo para devorar ese insecto

Soy una rana que nada feliz


en el agua clara de un estanque
Y soy la culebra que se acerca
sigilosa para alimentarse de la rana

Soy el niño de Uganda todo piel y huesos


con piernas delgadas como cañas de bambú
y soy el comerciante de armas
que vende armas mortales a Uganda

Soy la niña de 12 años


refugiada en un pequeño bote
que se arroja al mar
tras haber sido violada por un pirata
y soy el pirata
cuyo corazón es incapaz de ver y de amar

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Soy el miembro del Politburó
con todo el poder en mis manos
y soy el hombre que ha de pagar su deuda de sangre
a mi pueblo muriendo lentamente
en un campo de concentración

Llámame por mis verdaderos nombres


para poder oír al mismo tiempo mis llantos y mis risas
para poder ver mi dolor y mi alegría que son la misma cosa

Por favor llámame por mis verdaderos nombres


para que pueda despertar
y quede abierta la puerta de mi corazón
la fuerza de mi compasión

¿Qué derecho tenemos a juzgar desde nuestra ignorancia, que es lo


que ha venido a aprender otra persona?

Y ¿qué derecho tenemos a opinar si se ha ido de este mundo, dema-


siado pronto, o había pactado ese tiempo?

Y sobre su forma de “morir” ¿como vamos a tener derecho a modi-


ficársela, porque desde nuestra ignorancia estamos seguros de hacerle un
favor?

Según RUDOLF STEINER: “...hemos de recuperar el concepto de innatali-


dad como antónimo de inmortalidad”.

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Porque si no hay vida antes del nacimiento necesariamente aumenta
la incertidumbre con respecto a nuestro programa de vida en la tierra y a
la vida detrás de la “muerte”.

Este tema de la “preexistencia” para los CRISTIANOS, queda defini-


do en el Concilio de Constantinopla en el año 555 y está en relación con la
teorías de Orígenes. (Todo está detallado en el apéndice del primer libro:
Viajeros en Tránsito)

Mientras la luz de la sabiduría platónica iluminó el cristianismo, pre-


valeció la comprensión de tales ideas, así como en otras religiones y creen-
cias.

En el HINDUISMO: paramata, se define como: alma grande, supe-


ralma, alma universal y eterna…

Según el CORÁN: existen diversas opiniones y teorías por parte de los


exegetas, teólogos y sabios islámicos respecto al mundo de la preexisten-
cia. Las causas para comprobar los mundos preexistentes, son un conjunto
de valiosas “aleyas” y narraciones. Una reflexión y un compendio de éstas
abrirá muchas puertas ante los deseosos de los conocimientos divinos.

DANTE (Siglo IV): nos refiere en la Divina Comedia un “más allá”


que él pudo explorar ya en vida. Torturado con las enseñanzas de la épo-
ca, nos da a conocer tres mundos el infierno el purgatorio y el paraíso y
encuentra en ellos a las almas de los difuntos en su suplicio o en su gloria.

Para mi este es un mundo de etiquetas, cuando era niña creía firme-


mente en el purgatorio y en el infierno. Mas tarde todo aquello me parecía

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un camelo, para asustarnos y manejarnos, sobre todo porque pagando “in-
dulgencias”, se acortaba el tiempo del Purgatorio. No digamos si pagabas
más, se te otorgaba Indulgencia Plenaria.

No sé que pensaré dentro de unos años, ya que espero seguir crecien-


do en conocimiento. Pero en este momento pienso por mis experiencias
personales fuera del cuerpo, y la gran intimidad que he tenido con perso-
nas, mientras estaban haciendo su transición, que por supuesto, al “Cielo
de cada uno” llegamos todos, pero unos antes que otros, ya que existen
dimensiones intermedias, de aprendizaje, e incluso de ayuda, para modifi-
car nuestro pensamiento: por ejemplo, si tenemos muy arraigado el con-
vencimiento de ser un enfermo terminal, confundiendo el vehículo con el
pasajero, por haberlo sufrido durante años en esta dimensión, o cualquier
otro concepto, de nuestro Yo erróneo e ignorante.

Probablemente necesitaremos que nos hagan comprender como


nuestro Yo no puede ser confundido con nuestro vehículo, y a pesar de
que éste ya no existe, nosotros seguimos existiendo. ¿A estos estados in-
termedios de aprendizajes, se le podría poner la etiqueta de Purgatorio?.
Pues sí, pero siguen sin gustarme las etiquetas, ya que son excluyentes de
otros conceptos.

GOETHE (siglo XVIII): nos hace desembocar esa vida terrena en


esferas existenciales superiores, Fausto no se consuma hasta su ascensión
al cielo. Con estos versos Goethe describió el despertar de Fausto en el
mundo espiritual.

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Rodeado del sublime coro celestial.
El novel casi no se reconoce.
No bien presidente en la nueva vida.
Cuando con la santa hueste ya se identifica.

Ved como de terrena atadura.


Del viejo cascarón él se despoja.
Y como de etérea vestidura.
Se abre paso la fresca lozanía.

Entre los MORMONES: “El Libro de Mormón” publicado en 1830,


contiene los registros de dos grandes civilizaciones que poblaron el con-
tinente americano, una procedente de Jerusalén por el año 600 a. C. y la
otra, muchos siglos antes durante el episodio bíblico de la “Torre de Ba-
bel”. Estos registros habrían sido mantenidos por profetas que vivieron
entre esos pueblos, hasta que Mormón, uno de esos profetas, hiciera una
compilación de los anales en un único volumen, grabado en planchas de
oro. Mantienen la teoría de la preexistencia que sostiene: que toda la hu-
manidad ha preexistido antes de nacer físicamente. Antes de que existiera
la tierra

EL ESPIRITISMO Y LA SANTERÍA: nace, como doctrina siste-


matizada, en Francia a mediados del siglo XIX. Su base conceptual fue
establecida por el educador francés Hippolyte León Denizard Rivail, am-
pliamente conocido por su nombre literario de Allan Kardec. Por ello se
suele identificar al Espiritismo como “doctrina kardecista”, considerando
a Kardec como su fundador y codificador.

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En sus obras principales, comenzando por “El Libro de los Espíri-
tus”, el autor otorgó al Espiritismo una triple condición epistemológica, al
definirlo como

“Una filosofía científica de profundas consecuencias morales”.

• Una ciencia que “estudia el origen, la naturaleza, el destino


del Espíritu y las leyes que rigen su comunicación con el mundo
físico o mundo de los encarnados”;

• Una filosofía espiritualista, que parte del reconocimiento de


la existencia de Dios en el plan general del Universo, y de la coexis-
tencia entre el mundo espiritual y el mundo físico.

• Una posición ética frente a la vida que invita a la educación


del intelecto y al cultivo de los sentimientos.

La conclusión de ellos, que ahora nos interesa es:

“Existimos antes de nacer y continuamos viviendo después de la muerte. Todos los


seres vivos están dinamizados por un principio psíquico indestructible e imperecedero,
responsable por las funciones intelectuales y emocionales. Tal principio, adquiere los
atributos del espíritu humano luego de seguir un vasto e intricado proceso evolutivo en el
decurso de las edades”.

La doctora HELEN WAMBACH: en su libro “La vida entre las vidas”


ha investigado numerosos casos, a través de la hipnosis. Descubriendo que
la vida en el mundo espiritual es la verdadera vida. No se comprende esto

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mientras se está inmerso en la materia física. Se toma experiencia en la
tierra para evolucionar y obtener sabiduría pero es allá donde se vive la
verdad:

“Damos aquí un pequeño mensaje de quienes nos han precedido en el proceso


evolutivo, nosotros hemos voluntariamente bajado al mundo físico a experimentar con
la materia pero nos hemos involucrado de tal manera con esa experiencia que olvida-
mos nuestra verdadera identidad divina y nuestra mente se queda atrapada en el plano
tridimensional, nuestro pensamiento ilimitado se convirtió en limitado encarcelándonos
voluntariamente en la limitación de la materia física.

Lo que nos queda por hacer es tomar conciencia de nuestra divinidad y deshacer-
nos cada vez más de nuestra manera de pensar limitada. Esto se obtiene meditando y
desapegándose de este plano en el que nuestro corazón está atrapado.

¿Por qué no podemos desapegarnos de nuestros deseos de poder, de sobresalir, de


reconocimiento…? ¿por qué no podemos des identificarnos con nuestro cuerpo, nuestra
familia, nuestra posición, nuestras pertenencias?

Todo esto nos ata a ésta dimensión de la materia física y nos hace volver a ella una
y otra vez.

Se está dando ahora la oportunidad del cambio, el momento idóneo para abrir
nuestra conciencia hacia lo que realmente somos, hacia la liberación de nuestra limita-
ción provocada por nuestros pensamientos, que sólo están enfocados a este plano físico.

Nuevamente les decimos sus hermanos mayores, que ya nos hemos liberado, que no
es difícil, que se tiene que enfocar la atención en lo ilimitado, dejando atrás este plano del
mundo físico, para el que ya se agotó todo lo que habían venido a experimentar.

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Casi todos ustedes han pasado por todas las experiencias que este mundo ofrece:
poder, dolor, enfermedad, gozo, riqueza, miseria, inteligencia, tontería… todas ellas con
el objeto de estimular su creatividad, puesto que este mundo ha sido creado por nosotros
y su verdadero objetivo que fue el de dar gloria al Creador, ya se obtuvo. Ahora nos
toca dejarlo atrás y pasar al siguiente plano de conciencia, donde nuestra creatividad
encontrará motivaciones mas elevadas.”

ROBERT LANZA: investigador de la Wake Forest University School of


Medicine en Carolina del Norte, demostró en 2009, a través de la teoría
del “Biocentrismo” y por medio de la Física Cuántica: que la muerte es una
ilusión creada por nuestra conciencia. Así, cuando morimos, nuestra vida no se acaba.

Que la vida crea el Universo, y no al revés, lo cual significa que el espacio


y el tiempo no existen en la forma lineal que pensamos, son herramientas
de la mente, luego la muerte tampoco puede existir en ningún «sentido real».

Muchos científicos probablemente dirían que el concepto de la otra vida es una


tontería, o por lo menos. Que no puede probarse.

Sin embargo, expertos afirman que tienen pruebas para confirmar una existencia
más allá de la tumba. Y que éstas se encuentran en la Física Cuántica.

El profesor Robert Lanza afirma que la teoría del biocentrismo


enseña que la muerte tal como la conocemos es una ilusión creada por
nuestra conciencia. Que, como seres humanos creemos en la muerte, porque «se nos
ha enseñado que morimos», o más específicamente, nuestra conciencia asocia la vida
con cuerpos, y conocemos la muerte del cuerpo.

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Su teoría del Biocentrismo, además explica: que la muerte no puede ser
tan terminal como creemos que es. El Biocentrismo es clasificado como la teoría del
todo y proviene de la palabra griega para “centro de vida”.

Es la creencia de que la vida y la biología son centrales a la realidad y que la vida


crea el Universo, y no al revés.

Esto sugiere que el pensamiento de una persona determina la forma y el tamaño


de los objetos en el Universo.

Lanza utiliza el ejemplo de la forma en que percibimos el mundo que nos ro-
dea. Una persona ve un cielo azul, y se le dice que el color que están viendo es azul,
pero el pensamiento de una persona pueden modificarse para que mire el cielo de color
verde o rojo.

En el siguiente capítulo sobre el pensamiento lo veréis todo mas


claro…

Por eso en algún momento, explico con toda naturalidad, como al


Ser energía/pensamiento, tras perder el vehículo físico, le es fácil con-
servar el convencimiento de que seguimos teniendo un cuerpo, el que
hemos aprendido a conocer, el concepto que tenemos de nosotros mis-
mos físicamente en nuestro pensamiento, lo mantenemos vivo, aunque
físicamente no exista.

Pero el hecho de que exista un “más allá”, no debe darnos miedo,


aunque si respeto. ¡¡Todos somos Seres muy amados!!

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Algo que nadie nos ha dicho hasta ahora, y merecemos saber, es que
por el hecho de nacer y pasar voluntariamente por los duros aprendizajes
elegidos, por los que pasamos todos, al final, tenemos derecho a ir al “Cie-
lo” o al lugar que consideremos la “Salvación”, fuera de etiquetas.

San Juan Evangelista, próximo a su muerte, a una edad muy avanzada,


escribe una cuarta y última epístola a todos los Cristianos de la Iglesia re-
cién creada. Han transcurrido setenta y tres años desde la muerte de Jesús
de Nazaret y a ojos de San Juan, el mensaje de la nueva Iglesia, no se está
llevando a cabo tal y como fue trasmitido por Jesús.

Esta epístola pertenece a los Evangelios Apócrifos, encontrados tras


los descubrimientos de los manuscritos del mar Muerto, en rollos, dentro
de tinajas, en el interior de las cuevas del Qumrán y ocultados durante
todos los años que han podido. Finalmente se han publicado, después de
muchos problemas.

“El engendrado de Dios se limitó a descubrir a los mortales que por el mero hecho
de ser creados ya gozan de la Salvación, ésta es nuestra gloria y el inmenso y generoso
regalo de Dios nuestro Padre, la Salvación no es un premio, la Salvación hijos míos es
un derecho. No atormentéis por tanto las frágiles voluntades de vuestros hermanos con
la amenaza del castigo divino a aquellos que no se comportan de acuerdo con el principio
Universal de la fraternidad, arrastran ya en sus corazones las cadenas de la incom-
prensión, de la soledad, de la infelicidad y del deshonor, ¿es que no os parece suficiente
castigo?, pero incluso esos, llegado el momento abrirán los ojos a la luz, no puede ser de
otra forma ya que así ha sido dispuesto por el Padre desde el principio de los principios.
EVANGELIO APÓCRIFO DE SAN JUAN

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Esto es así al final, pero antes tenemos que terminar el programa de
nuestra Encarnación. Son muchas las lecciones que vamos aprobando o
repitiendo curso a lo largo de las vicisitudes de nuestras vidas, pero la
forma en la que nos despedimos de ellas, suele ser para el que lo necesita,
el broche de oro de nuestro aprendizaje, según el programa que hallamos
elegido.

Para algunos su final en la tierra es rápido y cómodo, por ejemplo dor-


midos, esto tiene una cierta significación, como veremos. Para otros dejar
este mundo, supone una larga y penosa enfermedad terminal, naturalmen-
te eso tiene otro significado en el programa personal, que más adelante ve-
remos y que nosotros no somos quién para rectificar, recortando sus días:
bien sedándolos o incluso peor, acabar con su sufrimiento/aprendizaje en
la tierra, a través de la eutanasia “caritativa”.

Sin embargo sí podemos acabar con su sufrimiento, convirtiéndolo


en conocimiento «el saber es poder» y el aprender a trascender una situa-
ción nos cambia el punto de vista de ésta, por lo que dicha situación pasa
de ser dolorosa a lógica e incluso, beneficiosa. En ese momento hemos
terminado con el sufrimiento de una persona.

Aunque… tienes derecho a no creerte nada de lo que has leído hasta


ahora, si eso es así, no merece la pena que sigas leyendo. ¡No es tu mo-
mento!

Pregúntate: ¿por qué ha llegado este libro a tus manos?, ¿para qué o
para quién es?

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La casualidad no existe.

El Maestro aparece cuando el alumno esta preparado. Una semilla,


puesta antes de estar abonado el terreno, no dará su fruto.

Pero que esto no te preocupe lo mas mínimo. ¡Todos vamos a llegar! Y


no es más el que llega antes, que el que llega después. ¡El tiempo no existe!

A mi me gusta poner un ejemplo muy gráfico: los domingos, los ha-


bitantes de las ciudades salen al campo, sobre todo si hace buen día. Por
la noche llegan los coches en caravana, vuelven avanzando a veces muy
despacio. ¿Es más el que está entrando ya a la ciudad, que el que va a entrar
dentro de media hora? NO, todos van a llegar y ninguno es más que otro.

Para el que quiera seguir leyendo:

Una vez que se llega … y se aprende a trascender…

Aunque para los de fuera puede parecer la misma situación terrible de


muerte, nuestro nuevo punto de vista nos la presentará como fructífera,
lógica, beneficiosa y sobre todo, elegida por el protagonista, con la finali-
dad concreta de cerrar, como digo, con un broche de oro nuestra vida en
la tierra.

Como veremos a lo largo de estas páginas, hay muchas formas de


marcharse y dejar este mundo, algunas parecen mejores que otras. Aclaro
que estas páginas están destinadas a los que se quedan... que al igual que
los que se van, si son capaces de lograr trascender la situación. ¡En la
medida en que aumenten su conocimiento!, podrán ayudar al que se fue

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y además, dejarán de sufrir. Encontrarán por fin, un sentido a la situación
que antes parecía un sinsentido.

La “muerte” de un ser querido es una de las experiencias más duras


de la vida dependiendo de los lazos que nos unan. Todas las personas
“sufrimos” o “sufriremos” esta terrible experiencia por la perdida de un
familiar querido.

A veces, se observa en el entorno de un enfermo terminal, a los fami-


liares con conversaciones superficiales, como para intentar quitar hierro a
la situación. Estas personas no se atreven a sumergirse en el momento que
se está viviendo, generalmente por miedo al enfrentamiento con la muer-
te, yo no les critico, ni les llamo cobardes, solo me parecen ignorantes de
lo que allí esta pasando… más allá de lo que se ve a simple vista. ¡Es una
pena!.

No solo se enriquecerían muchísimo, sino que además la unión con el


que nos está dejando, se puede hacer tan intensa en otros planos, que lue-
go no existirá ese sentimiento de perdida y vacío, que hace que los duelos
se conviertan en patológicos.

Así como la noche sigue al día, la primavera al invierno y las distintas


generaciones se van sucediendo. así existe un tiempo para “vivir” y un
tiempo para “morir”, en este mundo. Y este tiempo, para cada uno de los
seres humanos es diferente. Cada alma es única, cada una tiene sus propias
necesidades espirituales de aprendizaje y debe experimentar lo que sea
mejor para su crecimiento. Eso es algo que debemos de aprender a respe-
tar del que se va y empezar a modificar los deseos egoístas, de no querer
desprendernos de nuestro Ser querido.

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