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SEMANARIO DE LAS FAMILIAS REVISTA ILUSTRADA

OIENCLá.S.-LETRAS.-AETES.-AGEICULTUEA.-INDUSTRIA.—CONOCIMIENTOS ÚTILES
AflO II l . « SEMESTRE
Número 5. SE PUBLICA TODOS LOS LUNES 29 Enero 1883
Madrid: Un mes, 1 peseta.-Provincias: Trimestre, 4 pesetas.—Ultramar: Seis meses, VS pesetas.
EN MADRID, EN EL ESTABLECÍMIENTO DE L A E X P O S I C I Ó N , PUERTA DEL SOL, l á , Y EN LA ADMINISTRACIÓN, CALLE DE A L C A L Á , N U M . 4 2 .
EN PROVINCIAS, EN CASA DE LOS CORRESPONSALES, Ó DIRIGIÉNDOSE í LA ADMINISTRACIÓN DEL PERIÓDICO.
LOS PAGOS HAN DE SER ANTICIPADOS; PARA LAS SUSCRICIONES DE PROVINCIAS, EN LIBRANZAS Ó SELLOS DE FRANQUEO.

JULIO VERNE. con los títulos Un neveu d'Amérique, Le austral. Un capricho del Dr. Ox, La vuelta
Tour du monde en quatre-vingts jours, Michel al mundo en ochenta dias. Una invernada en
Strogoff, Les enfants du capitaine Grant y los hielos (El capitán Cornbutte), Maese Za-
Ha dado principal fama á este distinguido Voyage a travers rimpossible, que acaba de carías, Un drama en los aires, La ióla mis-
literato francas la serie de sus novelas cien- estrenarse con éxito. teriosa. El chancellor, Martin Paz, El país
tíficas, en que hasta tal punto se confunden En 1863 publicó, después de haberla in- de las pides. Los grandes viajes y los gran-
lo verdadero y lo imaginario, que el mismo sertado en sus columnas el Magasin d'édu- des viajeros, Miguel Strogoff, Las Indias
hombre de ciencia necesita fijarse mucho cation, la primera de sus novelas. Cinco se- negras, Héctor Servadac, Un capitán de quin-
para distinguir el punto en que acaba uno y manas en globo, cuyas ediciones agotáronse ce años. Los descubrimientos del Globo, Los
empieza otro. «Vense en ellas reemplazados rapidísimamente. A Cinco semanas en globo quinientos millones de la Princesa, Los amo-
los prodigios de los antiguos cuentos de ha- siguieron el Viaje al centro de la Tierra, De tinados de la Bmmty, Un drama en Méjico,
das, por los más positivos y reales de la la Tierra á la Lima, viaje directo m noventa Las Tribulaciones de un chino en China, Los
ciencia nueva, y el interés que grandes navegantes del siglo X VIII,
excitan, hábilmente alimentado y r . La casa de vapor. Los grandes
sostenido, torna siempre en prove- exploradores del siglo XIX, La
cho de la instrucción del lector, Jangada, La escuela de los liobin-
porque, con el placer de haber sones. El rayo verde y Diez horas
aprendido, adquiere ó toma en él de caza.
superior desarrollo el deseo de sa- Ademas de estas obras, débese
ber, la curiosidad científica.» á Julio Verne una exclusivamente
Estas palabras, pronunciadas científica, en colaboración con La-
por el secretario de la Academia vallée, titulada; Geografía ilustra-
francesa, M. Patin, en 1872, al dar da de la Francia, que se publicó
lectura de su memoria, relévannos en el año 1878.
de insistir sobre el principal méri- Julio Verne vive retirado y mo-
to que, á nuestro juicio, tiene Julio desto, rodeado de su familia, en el
Verne: el de popularizador cientí- rincón de una provincia, y sólo va
fico. El número prodigioso de edi- á París para dirigir la publicación
ciones que se han hecho de sus de sus novelas ó el ensayo de sus
obras y el crecido de lenguas á producciones dramáticas.
que han sido traducidas, prueban La casa Gaspar tiene el exclusi-
asimismo su indisputable mérito, vo derecho de traducción de las
si bien no entendamos como algu- obras de este literato.
nos de sus apasionados compa-
triotas que Julio Verne ha sido el
creador de un género, en el cual LA CIUDAD DE WASHINGTON.
le habían precedido, en la misma
Francia, Voltaire y Eontenelle, y Durante la Revolución, tuvo el
anteriormente á ellos otros escri- Congreso Continental la mayor
tores nacionales y extranjeros, lo parte de sus sesiones en Filadel-
cual no disminuye el mérito de fia, pero se vio obligado, por los
Julio Verne, sino antes lo avalora, movimientos del ejército inglés,
pues en sus novelas ha adquirido á emigrar sucesivamente á Balti-
un éxito de que el autor debe ha- more, Lancaster, York, Princeton,
llarse orgulloso. Trenton y Nueva'York. El Go-
bierno federal fué inaugurado con la pre-
Julio Verne nació en Nantes el 8 de Fe- y siete horas, que han seguido con creciente
sente Constitución en 1789 en Nueva-York.
brero de 1828, estudió leyes en París y em- aplauso del público desde dicha fecha hasta
En la primera sfesion, que tuvo lugar inme-
pezó á escribir para el teatro en 1860. Pau- hoy. Los ingleses en el polo Norte, El desier-
diatamente, se recibieron peticiones de va-
les rompues, Colin-Maillard, Les compagnons to de hielo, Los hijos del capitán Grant en la
rias ciudades y Gobiernos de Estados, con
de la Marjolaine, L'Aiiberge des Ardennes y América del Sur ,• Los hijos del capitati
respecto á la fijación permanente de la Sede
Onze jours de siege fueron sus primeras pro- Grant en la Australia, Los hijos del capitán
del Gobierno. Los Estados del Este y Nue-
ducciones. No le dieron renombre, sin em- Grant en el Océano Pacifico, Alrededor de la
va-York estaban enteramente opuestos á la
bargo, y ha sido preciso que el autor publi- Luna, segunda parte De la Tierra á la
traslación de la capital á cualquier punto
case sus novelas para que después produje- Luna; Un descubrimiento prodigioso, Ydnte
Sur de Nueva-York. Pensylvania y Nue-
ran seasacion y tuvieran gran éxito las pro- mil leguas de viaje sub-marino. Una ciudad
va Jersey se declararon por Filadelfia.
ducciones dramáticas que, sacadas en ma,- flotante, De Glasgoio á Charleston, Auejitu-
Los Estados del Sur estaban unánimes por
yor parte de las mismas, ha dado al teatro ras de tres rusos y tres ingleses en el África
34 SEMANARIO DE LAS FAMILIAS.

el Potomac. Por fin, después de prolonga- • entre las dos, á no ser en el tamaño. El tífico, impropio del SEMANARIO, á que se
das discusiones, se decidió colocar la Capi- I aparato de vapor para calentar, que se ha- destinan estas cuartillas, sino que hemos
tal en un punto sobre el Potomac. El sitio j Ha en el basamento del edificio, es un obje- de limitarnos al estudio concreto de los
fué elegido por el ilustre Washington en to de grande interés. efectos que son más conocidos y que pare-
persona, y en 1800 fué trasladado el asiento Llama por su grandiosidad también la cen estar universalmente admitidos en la
del Gobierno, de Filadelfia á este lugar. atención el Ministerio de Hacienda. En generalidad del público que continuamente
Washington está situada sobre la ribera cuanto á tamaño y belleza arquitectural, no acude á los establecimientos balnearios.
izquierda del Potomac. La altura de la ciu- tiene este magnífico edificio más superior Desde que los ensayos practicados por
dad es de 40 pies sobre el nivel del rio; pero qae el Capitolio. La primera construcción eminentes fisiólogos y terapeutas, entre los
algunas colinas de difeiente altura prestan para este departamento fué hecha en 1800; que se cuentan Magendie, Roche, Reveil,
gran variedad á la vista, y son puntos pro- fue destruida por los ingleses en 1814 y re- Willemin, Hoffman y Rabuteau, han de-
minentes para los edificios públicos. Tiene erigida en el mismo lugar en 1817. La pri- mostrado que la absorción cutánea es nula
i 1\2 millas de ancho, y cubre un terreno mera piedra del actual magnífico edificio fué ó infinitesimal, ha debido desaparecer la
de 11 millas cuadradas. colocada en 1834 por Levi Woodbury, que creencia fundada en la existencia de aqué-
El crecimiento de Washington, aunque no era entonces Secretario de Hacienda. Su lla, en virtud de la que se trataban ciertas
muy rápido, ha sido seguido, y la ciudad ha costo 6.750.000de pesos. El tamaño de este dolencias por los baños exclusivamente,
aumentado en los últimos años en una pro- inmenso edificio es de 600 pies de largo y cuando era preciso la presencia intra-orgá-
porción mucho mayor que anteriormente, 264 de ancho; tiene tres pisos, sótano, sub- nica del agente mineralizador para des-
como lo prueba la siguiente estadística. En Bótano y boardilla. En el ala Norte se halla truir la causa de la afección que se trataba
1800, la población era 3.210 habitantes; en el célebre «Cash Eoom» (literalmente «Cuar- de combatir.
1820, de 13.247; en 1840, de 2.3.364; en 1870, to de la Caja>) de mármol, cuyas paredes, Si el agua natural, potable, de uso común,
de 109.199, y en 1880, de 147.307. Estas ci- suelos, puertas y ventanas son todas del apenas se absorbe por la piel, mucho me-
fras representan solamente la parte residen- mismo material, que lo hacen el lugar más nos han de ser absorbidos los agentes que,
te de la población, la cual aumenta consi- perfecto del mundo para el- objeto á que disueltos en ella, la convierten en minero-
derablemente durante las sesiones del Con- está destinado. Del examen de las estadís- medicinal, como éstos no posean una virtud
greso, por la llegada á la ciudad, no sola- ticas del departamento de Hacienda, resul- especial, en fuerza de la que sean absorbi-
mente de los miembros del Congreso con ta que, en los cuatro años de 1793 á 1796, las dos; en efecto, así sucede, y sólo los princi-
sus familias, sino de personas que van allí á exportaciones subieron á ciento setenta y pios mineralizadores que son gaseosos ó
pasar el invierno é parte de él, con objeto cinco millones de pesos, y en los de 1866 á volátiles, tienen esa cualidad: así que las
de gozar de la sociedad y de los placeres de 1869 subieron á un billón y novecientos mi- aguas cuyos agentes'carezcan de esa pro-
la capital. llones, lo que muestra de una manera pal- piedad, no pueden considerarse como reme-
Soberbio y admirable edificio, el nuevo pable el progreso maravilloso que ha'hecho dios eficaces, si su empleo es únicamente en
Capitolio contiene los Salones de la Legis- aquel país en setenta años. baño.
latura Nacional, Corte Suprema de Justicia, Notable es también la construcción de Esto no obstante, el baño es un gran re-
etcétera. Este magnífico edificio está situa- los ministerios de Estado, Guerra y Marina. medio, pero no por las sustancias inabsor-
do sobre una eminencia (al Oeste) de 72 pies Sus dimensiones son: 567 pies de Norte á bibles, sino por su temperatura y su dura-
sobre el nivel de la marea, y consiste en lo Sur, y 342 del Este á Oeste. Su estilo es ción; de estas circunstancias pueden sacar-
que es conocido bajo el nombre de Capito- del Renacimiento italiano, y el material de se resultados manifiestos, y diariamente se
lio del Centro, y extensiones. El edificio del que está construido es el granito. En la par- verifican curaciones asombrosas, achacadas
centro fué comenzado en 1798; puso AVas- te que ocupa el Departamento de Estado, á las sustancias que el agua tiene en diso -
hington la primera piedra. La extensión fué hallamos el Salón de Recepciones, la ante- lucion, y que son debidas ni más ni menos
comenzada en 1851 por el presidente Fill- cámara del Cuerpo Diplomático, el salón del que á la ingestión del agua, auxiliada por
more. Esta gran construcción tiene 751 pies Secretario de Estado, los del Subsecretario, la acertada dirección facultativa en el modo
y 4 pulgadas de largo, y por la parte más Oficial Mayor y la Biblioteca, la cual contie- de usar el baño, modificando su calor y su
ancha tiene 324 pies. Cubre un terreno de ve la colección más completa y valiosa en duración, según el individuo que los toma;
S li2 acres ó áreas, y ha costado hasta ahora América de obras sobre diplomacia. ademas, la atmósfera del sitio en que el
unos 13.000.000 de pesos. El material de que En el Departamento de Guerra se hallan baño se encuentra instalado, está saturada
está hecho el centro es una piedra arenosa los cuartos del General Sherman y de varios de los agentes terapéuticos por la evapora-
amarilla, pintada de blanco; pero las exten- otros oficiales de alta graduación, y sus ayu- ción continua, y ellos penetran en el orga-
siones son de puro mármol blanco. La cú- dantes; también los del Secretario de Guer- nismo con.el aire inspirado. Adviértase que
pula es de hierro, también pintada de blan- ra, del Secretario particular de los Inspecto- hablamos del tratamiento de enfermedades
co, y coronada con la estatua de la Libertad. res Generales, etc., etc., y en el Departa- internas, no de aquellas manifestaciones
La cabeza de la estatua está á 288 pies del mento de Marina, los de las ocho divisiones localizadas en la piel ú órganos cuya su-
basamento del edificio, y á 377 pies sobre el de que se compone este Departamento. perficie pueda modificarse por el contacto
nivel de la marea baja. El Capitolio del cen- El interior del edificio entero está admi- del agua, haciéndolas ésta desaparecer,
tro contiene la Eotunda, llena de cuadros rablemente acabado, y la suma gastada en aunque no curando la causa de su presen-
históricos; la Biblioteca del Congreso, que él sube hasta ahora á más de cuatro millo- cia morbosa. ¿Podrán citarse algunos casos
contiene más de 100.000 volúmenes; la Cor- nes de pesos. de infartos del bazo ó hígado curados por
te Suprema de Justicia de los Estados Uni- las aguas de Loeches en baño? ¿Habrá al-
dos, antes la Cámara del Senado; y la anti- LOS BAÑOS COMO AGENTE MEDICINAL. gún litiásico que sin beber el agua de Al-
gua Cámara de Representantes, que actual- zóla haya visto disminuir su padecimiento?
mente sirve de pasaje á la nueva Cámara, y Si considerados los baños estrictamente En cambio, Marmolejo y PuertoUano, que
que se tiene la intención de convertir en un como medio higiénico tienen una importan- no tienen balneario instalado, hacen prodi-
salón de escultura, notable por su magnífica cia suma, revisten mucha más al emplearse gios con el uso de sus aguas en bebida.
estatua, que representa á Ja Historia escri- como remedio en un gran niimero de las El empleo de la mayor parte de las aguas
biendo los acontecimientos de la Nación, y enfermedades que aquejan á la humanidad, minero-medicinales en baño es, pues, un
que es considerada una de las joyas artísti- hasta el punto de constituir una escuela te- auxiliar del tratamiento interno y, sobre
cas de la capital. En la extensión Norte se rapéutica completa, llamada hidroterápica, todo, un medio indispensable puesto de
halla la nueva Cámara de Representantes, en la cual apenas si su acción es auxiliada moda para la exhibición de mórbidas y es-
' hechas ambas de hierro, de forma oblonga, por otros medicamentos; no queremos, sin culturales formas, y despilfarro de sedas,
con eieloraso, y con muy poca diferencia embargo, extendernos en este sentido cien- blondas y encajes en elegantísimos tocados,
SEMANARIO DE LAS FAMILIAS. 35

indispensables si se lia de poder alternar con ' médico Dr. Martin de Pedro; del igua, mo- Cactus son las columnas vegetales, las ar-
las personas que forman la colonia bal- dificando su temperatura, impresión y dura- cadas, las cúpulas, los cimborrios que parecen
nearia. ción, sacaba un partido que admiraba; es ver- ruinas esparcidas de alguna antigua ciudad.
Los baflos, en este sentido, pueden clasi- dad que pocos como él poseen el golpe de Cactus son los fantasmas gigantescos que
ficarse en tres grupos: de lujo, de necesidad vista seguro y la vasta instrucción que el se perfilan en el crepúsculo de las noches
y mixtos. Adquieren celebridad los primeros ejercicio de la medicina requiere: para aquél africanas. Cactus, la monstruosa boa que pa-
por la estancia de cualquier personaje, y se no habia modan; pero existia la observación rece ondular entre las altas yerbas, ó el
aumenta extraordinariamente la concurren- más concienzuda y el estudio no interrum- enorme caimán que se cree ver en el cieno
cia, llegando á hacerse imprescindible su pido. de los pantanos. Cactus es, en fin, el jaguar
uso para la gente de.buen tono, que general- Vamos haciendo demasiado largo este ar- de piel vellosa y rayada, agazapado en el
mente padece neuralgias, spleen, tristeza, et- ticulo, sin haber tratado otra especie de ba- borde del camino como si fuese á saltar so-
cétera, etc.; al segundo pertenecen aquellos ños, hoy muy en boga, y que no son consi- bre su presa.
establecimientos de antiguo reputados, con derados como minerales, aunque poseen Así es que al paso del viajero surge toda
una clasificación patológica bien circunstan- abundante cantidad.de sustancias minerales una colección imaginaria de fieras vegeta-
ciada, y á los que acuden los que ciertamen- en disolución, y con los que pudiera inten- les, que á veces espantan por sus formida-
te paceden aquellas afecciones para cuyo tarse combatir nuestra convicción: tales son bles semejanzas.
tratamiento están perfectamente indicados: los baños de mar. No queriendo ser difusos, Pero el más singular de los cactus es el
en ellos no se ostenta lujo, ni se dan con- diremos que tampoco éstos curan por la ac- gran cirio, cuyo nombre sirve de epígrafe á
ciertos y bailes, ni se organizan excursiones ción de sus aguas absorbidas, sino por la este articulo. Es un coloso que se eleva, rec-
campestres, sino que los enfermos atienden continuada y brusca impresión de las olas, to y desnudo, como el mástil de un buque,.
solamente al alivio de sus dolencias; los por su temperatura y, sobre todo, por la á una altura de sesenta pies.
comprendidos en el tercero son los que, es- atmósfera que en la playa se respira, atmós- Casi cerca de su cima, este cactus echa
tando pintorescamente emplazados, tienen fera cargada hasta la saturación de yodo y horizontalmente enormes tallos, iguales y
bien merecida reputación, de modo que en bromo, desprendidos por una evaporación regulares, que, volviéndose á levantar de re-
ellos se reúne población divertida, de pade- nunca interrumpida y verificada en las me- pente en ángulo recto, suben paralelos al
cimientos nerviosos, y verdaderos dolientes, jores condiciones; de ahí que el efecto de los tronco vertical.
generalmente separados de los otros. Obsér- baños de mar sea más ostensible en las cos- Diríase, observa un célebre naturalista
vase que las aguas de lujo alivian, pero no tas en que el oleaje es más fuerte é intenso, que ha estudiado este cactus, que no es un
curan, siendo necesaria su repetición; las de no pudiendo compararse la playa de Valen- cirio, sino un candelabro gigantesco, erigido
necesidad, curan, y las mixtas cambian fre- cia, tranquila, con el alborotado mar Cantá- en la soledad por la mano de algún genio.
cuentemente de enfermería: el por qué de es- brico. Tráiganse aguas marinas al hogar do- Desde su base á su cima, este candelero
tos resultados dedúzcalo el curioso lector. méstico; vísense, y se verá que su resultado colosal está todo erizado de espinas terri=
Si los baños minero-medicinales son es equivalente á cero, con permiso sea dicho bles. Ningún animal se aproxima á esta
como vemos, de [un resultado problemáti- de los expendedores de sales y aguas mari- planta tan inhospitalaria como rara, y á su
co, considerados sólo como tales y en el nas. Ademas, en la temporada de baños se vista, los buitres y los cuervos del desierto
tratamiento de enfermedades crónicas, que cambia de vida, se pasea, se entra en acti- huyen á todo vuelo.
son las que por lo común frecuentan esos es- vidad, y éste es el remedio más eficaz para Muerto y seco, este gigante soberbio re-
tablecimientos, en cambio su efecto es sor- los que frecuentan con necesidad los puer- siste aún el furor de los vientos, y ofrece á
prendente cuando el uso de las aguas está tos, pues son linfáticos que por no moverse las miradas atónitas de los viajeros la enor-
racionalmente indicado, mucho más si esas son capaces de sufrir, no sólo los ttiinores me silueta de su cadáver siempre erguido.
están cargadas de aquellas sustancias que frios, sino continuos padecimientos. El gran cirio del desierto está apagado.
atacan, excitando, los filetes nerviosos que BKRNARDIHO TORRES GONZÁLEZ. Entonces, nubes de insectos invaden su
terminan en la superficie cutánea; pero don- cuerpo, penetran en sus grietas, se alojan
de su uso está universalmente acreditado, en sus arrugas.
es en el tratamiento de enfermedades agu- FLAUTAS UUZ. Fué un espantajo; es un refugio.
das, de fiebre abrasadora y de síntomas ce- Y por la noche,enjambres de deslumbran-
rebrales intensos; cuando el paciente se arde
EL GRAN CIRIO. tes insectos revolotean en torno del gran
y delira; cuando su piel abrasa la mano que NO hay quizas en la botánica una familia cirio, el cual parece así emitir sus destellos.
la toca, les latidos de sus arterias son in- más singular que la del cactus, ni más varia-
contables por su frecuencia, la vista está da en sus especies, ni más asombrosa en sus
extraviada, los ojos revelan furor por su mi- aspectos, ni más audaz en sus imitaciones FRANCIA EN OCEANJA.
rada y el enfermo se arroja intranquilo de fantásticas, con las que deslumhra la vista.
wno á otro lado, sin permanecer un instante Bajo los trópicos,- el cactus lleva su origi- La cuestión colonial está á la orden
quieto, es el momento de pedir á los baños nalidad hasta la extravagancia, el capricho del dia.
el alivio inmediato y la esperanza de una hasta el delirio. Reviste todas las formas, Los periódicos no cesan de hablar de pro-
curación que se alejaba, sea la que quiera la todos los aspectos. Es el Proteo de los vege- yectos de colonización, principalmente en
afección que se sufra, bien pertenezca al tales, es la excentricidad convertida en África y Oceanla. En Francia preocupa es-
grupo de fiebres ó al de inflamaciones, aun plaiita. pecialmente esta cuestión, con motivo de los
las más agudísimas y en las que antes no Su extructura es tan extraña, que se ase- intereses oceánicos, y no se había más que
babia otro remedio que la mortífera lanceta. meja á un reptil, á una fiera horrible, á un de Madagascar, de Tong-King, del Con-
El baño no tiene otra indicación más pájaro gigantesco, á una bestia apocalíptica, go, etc.
completa, y para eso no se necesita que á un monstruo antidiluviano, á una colum- Sabido es que en 1842 Francia tomó po-
contenga principios mineralizadores: exige na, á una vasija, á un sombrero colosal, al sesión de las Marquesas y puso bajo su pro-
sólo la presencia de un módico entendido, cuerpo de un gigante, á todo, menos á una tectorado á Tahiti, y que en 1853 se estable-
que Bepa deducir indicaciones claras y pre- planta... ció en Nueva-Caledonia. Hasta el año de
cisas y se atreva á llenarlas, burlándose de El esqueleto horrible que alza su masa 1880, cuarenta años después de la toma de
rancias y vulgares preocupaciones, y siendo, enorme y descarnada en las orillas de los posesión, Francia no ha hecho nada en las
. por el contrario, esclavo de la ciencia y de grandes rios americanos, es un cactus, el Marquesas, que todavía viven en su bar-
sus adelantos. No olvidaré jamas la prove- raro foconoztel; y los toneles fantásticos que barie primitiva, sin caminos, sin escuelas y,
chosa enseñanza que en este ramo terapéu- se alinean en los desiertos de Méjico, son en cambio, coa sus sacrificios humanos.
tico difundía el sabio joven é inolvidable también cactus. Por la negociación Pritchard, la Nació»
36 SEMANARIO DE LAS FAMILIAS.

vecina se quedó con Tahiti; pero, en cambio, deplorable confusión en estas posesiones peí flcie del río para atravesarlo, lo que hizo
perdió la mitad del Archipiélago de la So- oceánicas. dirigiéndose á la orilla occidental. Cuando
ciedad, Kastra, Iluahim yBorabora,islas dis- El almirante jefe de la división naval del desembarcaron, la comitiva se componía de
gregadas de la corona de Pomaré, compro- Pacífico, Sr. Bergasse de Petit Thouars, cre- catorce hombres, todos más ó menos entu-
metiéndose por el convenio de 1847 á no yó poder n^jndar á la vez que el comisario mecidos por la intensidad del frío. El 19 de
apoderarse de estas islas. Después de esto, de la República, y su acción fué disolvente Octubre algunos de los hombres no se ha-
comprendió la importancia de las Nuevas- y desastrosa; el cónsul inglés llegó á decir llaban en estado de seguir adelante; los ali-
Hébridas y las cubrió con su pabellón. Así, que el comisario francés estaba desarmado. mentos se habían concluido y sólo subsis-
Francia hubiera podido abrir á su comercio Donde quiera que se había sentido la influen- tían con brandy. Entonces el teniente De
Samoa, Wallós, Fidji y centenares de islas cia francesa, se la vio vacilar; seis meses Long escogió á dos de los hombres más
que salpican el Pacífico, rodeando los gran- después de haberse desplegado el pabellón adecuados y los envió en busca de socorro;
des centros Tahiti y Caledonia, depósitos francés en Raiatra, á mediados de Octubre la historia de su separación es tristísima. De
naturales del comercio europeo en Oceanía. de 1880, y á pesar de todos los esfuerzos del Long hizo celebrar un servicio divino, mien-
Se ha creído que Francia poseía, ó al me- comisario de la República, se arrió una no- tras asistían á la ceremonia religiosa senta-
nos protegía, el archipiélago de Gambier y che para no volverse á desplegar más en al- dos en los bancos de hielo del río. Entonces
Rapa, importante por su situación en la car- gunos días. se estrecharon las manos en señal de des-
rera casi forzada de los buques que van de Se cumplió la orden nefasta del contra- pedida, y muchos tenian los ojos anegados
la América del Sur á la Australia; pero no almirante Bergasse, que era la sola capaz, en lágrimas. Los que quedaban, dijeron á los
sancionó el acta de 1844, que establecía un según decía, de poner fin á una situación que partían simplemente estas palabras^
Gobierno provisional en Gambier, ni el acta comprometida para el pabellón francés en «Cuando lleguéis á New-York, acordaos de
de 18G7, que le confería la posesión de Kapa. Oceanía. A pesar de todo, y merced á los nosotros. > Los que quedaban, parecía como
Así las cosas hasta hace dos años, y mien- esfuerzos patrióticos de los que le habían si hubieran perdido toda esperanza de so-
tras, por abandono, Francia dejó en peligró ayudado antes, el comisario francés pudo corro; sin embargo, dieron á sus compañeros
sus intereses en Oceanía, Inglaterra, Alema- recuperar pacíficamente á Raiatra-Tahaa, trqs ¡hurrah! No se les volvió á ver en vida.
nia y aun los Estados-Unidos se establecían donde todavía flota el pabellón republicano, En Marzo último se hallaron sus cadáve-
en Samoa y en Fidji, interponiéndose entre aunque con título provisional. res enterrados bajo ocho píes de nieve. En
las escalas francesas de Caledonia y Tahiti, Estos últimos días, el Sr. Cárlo^ Dilke, sus cercanías había una caldera de campa-
cuyo comercio procuran acaparar. respondiendo á Mr. Salt, que le había ínter- mento y los restos de una hoguera. Los pióa
Los ingleses se anexionaron sucesivamen- pelado, ha dicho que sí en 31 de Diciembre de los muertos estaban cubiertos con hara-
te todo lo que rodea á la Australia, y los ale- próximo no se hacía ningún arreglo entre pos atados alrededor. En los bolsillos de
manes, no pudiendo apoderarse de Caledo- Francia é Inglaterra para anular el conve- todos había pedazos de píeles quemadas y
nia ni de Tahiti, procuraron crear, á lo me- nio de 1847, los colores franceses deberían de vestidos que habían estado comiendo.
nos, en Oceanía una situación equivalente, desaparecer de las islas de Sotavento. Las manos de todos estaban más ó menos
instalándose en Samoa, en Tonga, en las is- Si el Gobierno francés no ha podido ob- quemadas, y parecía que, ya moribundos, se
las de Sotavento y en Gambier, Y aun pen- tener la anulación del convenio de 1847, es habían arrastrado hacía la hoguera. Todos
saron quizas en echar á los franceses de menester que se apresure, á fin de que la los cadáveres fueron llevados á la cima de
Tahiti. influencia alemana, ayudada por Inglaterra, una colina, al Sudoeste de la cual fueron ha-
En Samoa triunfó la política alemana, de no abarque todo el comercio de la Oceanía, llados, y allí se les dio sepultura en un mau-
los ingleses y de los norte-americanos; en y anule los puntos formalmente ocupados soleo construido de madera y en forma de
las islas de Sotavento iba prevaleciendo, por los franceses. pirámide, de 22 pies de largo y 7 de alto, co-
cuando la población de Raiatra-Tahaa, el Tal es, en resumen, la situación de Fran- ronado con una cruz de 22 pies de altura,
grupo más importante de las islas de la cia en Oceanía. Raiatra, Gambier, Rapa, Ta- hecha con la madera arrojada por el mar en
Sociedad, pidió al comisario francés de hiti, Nuevas-Hébridas, y aun pudiera decir- la playa. El mausoleo se cubrió con piedras.
Tahiti que la cubriese con el protectorado se las islas AVallis, esperan hace tiempo una En la cruz están inscritos los nombres ó
francés. intervención que Francia no puede negar- historia de los que allí yacen sepultados.
En Gambier y en Tahiti no debia ser más les, y que se la aconsejan la dignidad y el Así ha terminado el último é inútil esfuerzo
afortunada Alemania que en Raiatra. El Go- honor, á la vez que sus intereses comerciales. para explorar las regiones heladas que ro-
bierno francés comprendió, en efecto, el pe- dean al Polo Norte.
ligro que corría su prestigio en Oceanía, y
fué felizmente secundado por el comisario VESTIGIOS DE UNA CATÁSTROFE. LITERATURA 1 ARTES.
de la República en Tahiti, M. Chessó, que EL MAL RUIDO.
ya había servido en Oochinchina. Este cu- El teniente George W. De Long, coman-
brió con la bandera tricolora Raiatra-Tahaa dante del vapor explorador de los Estados- El almuerzo había sido animado y abun-
el 9 de Abril de 1880, en el momento en que Unidos Jeannette, pereció de hambre y frió dante, demasiado abundante quizas para al-
los alemanes iban á apoderarse de ella; tres con once compañeros en las costas de la Si- muerzo de verano; pero no puede prescin-
meses después, el 29 de Junio, Tahiti pidió beria bañadas por el Océano Ártico, durante dirse de ésto cuando se trata de dar el últi-
su anexión definitiva á Francia, y á princi- su fatigoso regreso en busca de sus hogares. mo adiós, con algunos amigos,[á la vfda de
pios del año siguiente, en Febrero y Marzo Sus cadáveres se hallaron en el desierto del- soltero.
de 1881, Gambier y Rapa estaban igualmen- ta del río Lena. Habiendo logrado escapar Un momento de entorpecimiento siguió á
te cobijadas bajo el pabellón francés. de su buque naufragado (que fué aplastado la toma del café, y las primeras columnas
En cuanto á las Marquesas, ya tenian ca- por el hielo), desembarcaron en Setiembre del humo de los cigarros mezclaban sus azu-
minos trazados, escuelas abiertas y, en cada de 1881 en una de las bocas del Lena, aban- ladas ondas en dirección al techo, cuando de
grupo de sus islas, residentes que hacían co- donando el bote, que no pudieron arrastrar repente, en medio del silencio, uno de los
nocer y amar al Gobierno de la República. sino á una milla de la ribera. De Long cons- convidados, al bajarse... (¿cómo lo dire-
Francia tomó verdaderamente posesión de truyó una de esas chozas llamadas cairn, mos?...) en fin.... se desgració. Fué una ex-
la Oceanía central. donde permanecieron un día ó dos para plosión brusca,_inesperada, sobre cuya natu-
Pero por desidia de los ministros de Nego- descansar, y después se dirigió con sus hom- raleza era imposible disimular,..
cios Extranjeros y de Marina y Colonias, se- bres hacia el Sur, á la orilla oriental del Una carcajada de risa general siguió in-
ñores Freycinet y Jauréguiberry, nada se Lena. El 28 de Setiembre se halló en la ex- mediatamente á aquel singular disparo. To-
hizo para anular la convención de 1847, la tremidad de una Península en que esperó das las miradas se fijaron sobre el individuo
cual subsiste aún, y pronto reinó la más hasta 1." de Octubre á que se helara la su- que el rubor denunciaba como culpable.
SEMANAEIO DE LAS FAMILIAS. 3T

— ¡Yo no creia á V. tan fuerte en la trom- sentía algo tímido para solicitar la hija de numerosos, y de todos los regalos, el saca-
petal exclamó el capitán de cazadores X. tan alto personaje. Sin embargo, como el botas era el que más les llamaba la aten-
El lionrado delincuente le pedia indul- joven observaba todos los dias las dulces ción.
gencia con un gesto suplicante. miradas de Yamina y oia el retintín de sus Entre tanto el joven novio, adelantándose
—iPardiez, dijo festivamente el capitán; joyas de plata, no pudo aguantar más, y su- algunos instantes á los amigos que debían
permítanos V. reirnosl Los árabes no mira- plicó un dia á su madre que manifestara á ayudarle en el rapto de su mujer, entró en
rían con tanta benignidad el asunto, y eso que la joven moza el estado desesperado de su casa de su suegro. Estaba muy conmovido.
no dejan de ser grandes filósofos... prácticos. corazón. El movimiento de una cortina que una bella
Pero en este punto son de un rigor inílexi- La madre de Messaoud vio en el cemen- curiosa levantó al pasar él, no contribuyó
ble. Entre ellos, querido, estaríais ya com- terio, vale decir en el paseo, á la hija de su poco á aumentar su turbación.
pletamente desacreditado. vecino, y allí, chupando caramelos y comien- Messaoud se halló bien pronto en pre-
—iBah, bahl murmuró uno de los asis- do tortas de miel, las dos mujeres quedaron sencia de los convidados que su suegro te-
tentes. de acuerdo de tal manera, que en adelante nía reunidos para recibirle.
—Es la verdad, replicó el capitán, apo- no hubo en la tribu un caballero más ama- La emoción produce en ciertas naturale-
yando su dicho con la seriedad de su acti- ble que Messaoud. zas una impresión tan viva como especial.
tud. Nada hay más vergonzoso para aque- Si Abd-el-Mhadi tenía algunas prevencio- Somete los intestinos á una contracción, que,
llos hombres graves, acosturnbrados á do- nes contra su futuro yerno, la bella Yamina teniendo algunas veces por causa los senti-
meñar sus cuerpos, que el sacrificio á la na- supo desvanecérselas. Después de haber mientos más elevados, produce desgracia-
turaleza del que nuestro amigo acaba de dar fijado el dote que el joven debía llevar á su damente el efecto de llevar repentinamente
un triste ejemplo. ¿No sabéis la leyenda de hija, el hadji exigió para sí cuatro pares de los espíritus á la más grosera realidad. La
Messaoud? babuchas de Fez, dos buenos taburetes bor- naturaleza sensible de Messaoud le hizo
—No; respondieron á la vez todas las dados en cuero de tafilete, doce tarros de particularmente accesible á este género de
voces. manteca, una negra, canela, clavo de espe- impresión. La fatalidad quiso que, ante la
—Pues bien; para convenceros, os la voy cias y un instrumento al uso de los rumís, docta asamblea, en el momento de inclinar-
á contar. que sirve para calzar y descalzar las botas. se para tocar con sus labios el borde del
Massaoud-ben-Kaddour no habla cumpli- Messaoud se apresuró á satisfacer tales vestido delmarabut, el movimiento produjo
do los veinte años cuando determinó casar- condiciones, y algunos dias después el cadí precisamente el efecto que VV. saben.
se. Hada ya tiempo que se habia fijado en tomó acta del contrato. |Un efecto poderosol
la bella Yamina, hija de BU vecino Abdel- Al dia siguiente de la firma, Messaoud Messaoud volvía entonces la espalda al
Mhadi. Este vecino era un venerable, como fué á la casa de su esposa para robarla; pues cadí, hombre muy susceptible, que recibió
lo indicaba su sobrenombre de hadji, propio ya sabréis que la joven árabe que más desea así su primer saludo.
de los que han hecho la peregrinación á la casarse, debe manifestar que sigue á la Un rayo que hubiera caído en medio de
Meca. fuerza al marido de su elección. Messaoud aquellos hombres no hubiera causado ma-
Por otra parte, Abd-el-Mhadi era rico po- se hizo preceder de sus regalos, los cuales, yor estupor.
seedor de un gran número de cabezas de colocados sobre ricos tapices, daban pábulo La ira hacía salir de sus órbitas á los dos
añado; así es que el humilde Messaoud se á las conversaciones. Los visitantes eran ojos del cadí. Todos los rostros palidecieron.

MARQUESA, vaca suiza de ocho años, pelo plateado, de la propiedad de su expositor, D. Antonio Cano y Abascal,
38 SEMANABIO DE LAS FAMILIAS.

En este momento sonó fuera una nutrida mina es mi abuela. ¿La conociste alguna lí, I3VC A . .
descarga. Eran los amigos de Messaoud, que, vez?
hallándose ya reunidos, se anunciaban dis- —Sí, dijo Messaoud; la conocí.
En las noches oscuras
parando sus espingardas. |Ah, qué bien le Y decia esto sonriendo, como el filósofo abandonan los muertos sus sepulturas,
hubiera venido aquella descarga á Messaoud que piensa que una mujer debe esperar cua-
y, con acerbo llanto,
uu momento ántesl Pero, por desgracia, los renta afios el regreso de su marido para co-
sirviéndoles de escala las liendiduras,
tiros de sus amigos sonaron demasiado menzar á tener descendencia. Y en seguida,
saltan las tapias viejas del camposanto.
tarde. manifestando ínteres hacia la niña, dijo:
Viendo la indignación que fruncía todos —Llevas un peso excesivo para tu edad. Am.arillos, escuetos,
los ceños en torno suyo, el infeliz compren- —|0h, sefiorl no soy tan joven como crees. se esparcen por los aires los esqueletos:
dió que no debia esperar ningún perdón, Pronto será el aniversario del ruido de la sombra les convida,
ninguna indulgencia. Messaoud, y cumpliré trece años. y á visitar acuden, tristes é inquietos,
Asustado, echó la capucha de su jaique La impresión que estas palabras hicieron á los seres que amaron en esta vida.
sobre su rostro para ocultar su confusión; experimentar á Messaoud fué tan viva, que
después, sin pronunciar una palabra, salió los labios se le pusieron blancos y sus ma- ¡Y cuántas, cuántas cosas
de la casa que contenia la más dulce parte nos temblaron. miran sus descarnadas cuencas Uorosasl
de sus esperanzas, y huyó al azar. —¿Qué tienes, buen anciano? le preguntó iQuó afanes tan prolijos
El resto del dia lo pasó errante por los la niña. experimentan todos, madres, esposas,
alrededores, no atreviéndose á presentarse á Hizo señal de que no era nada; pero las y maridos, hermanos, padres ó hijos!
nadie, retrocediendo avergonzado cuando piernas se le doblaron.
veia acercársele alguna persona que pudiese La jovencíta le ayudó á sentarse en un Y, con acerbo llanto,
reconocerle. Cuando pensaba en la hermosa banco. antes que el alba al mundo preste su encanto»
Yamina, su corazón se inflamaba, t Ya nunca —¿Estás cansado quizas? Parece que vie- las pálidas figuras
la volveré á ver, se decia, loh, jamas!» y apre- nes de muy lejos. saltan las viejas tapias del camposanto
suraba el paso. Messaoud quiso cambiar el curso de la y ocupan en silencio sus sepulturas.
Siguió caminando toda la noche, y á la conversación. FRANCISCO RODRÍGUEZ MARÍN.
mañana se encontró en la proximidad de —Mira qué buena higuera, dijo.
uno de los oasis que bordan la frontera del —Es, en efecto, una de las más hermosas
Sahara. Alli encontró una caravana apres- del país. Hacía diez años que se había VACA MARQUESA.
tándose para atravesar el desierto. Mes- plantado cuando Messaoud dejó escapar
saoud pensó que no sería demasiado poner No habia, pues, que dudarlo. En vano Hermoso tipo de res lechera, suiza, ejem-
al desierto entre él y sus compatriotas, y se Messaoud había creído que el tiempo pudie- plar admirable que durante algunas tempo-
agregó en calidad de guarda de camellos ra borrar su falta: el recuerdo permanecía radas ha dado más de 25 litros diarios (50
á la caravana, que salió con dirección al tan vivo como el primer dia. iQué digol el cuartillos) de leche, justamente recompensa-
Sudan. recuerdo lleva trazas de ser inmortal. Cons- da con el primer premio, consistente en 1.000
Allí estuvo diez, veinte, treinta, cuarenta tituía una fecha en el país, y motivaba en la pesetas, en la Exposición nacional de gana-
afios, expiando en un cruel aislamiento su historia local una nueva era. dos, celebrada en Madrid en Mayo del año
pasado... ruidoso. Messaoud se levantó y retrocedió un pasado de 1882.
El tiempo había encorvado sus espaldas, paso.
surcado su rostro de profundas arrugas, —Tú sufres, buen viejo; ven y entra en UN HECHIZO.
blanqueado sus cabellos. Pero, entre tanto nuestra casa, cuya puerta está aquí cerca.
más avanzaba en edad, más le atormentaba Pero Messaoud se ocultaba el rostro sin f Conclusión.)
la nostalgia. responder. IV.
Quiso, al fin, volver antes de morir al lu- —Tranquilízate; mi padre sabe las leyes • Las misas rio produjeron tampoco ningún
gar donde habia corrido cuando niño y había de la hospitalidad. El no te preguntará ni efecto. iAhl Decididamente era para inco-
amado cuando joven. Los antiguos testigos quién eres, ni de dónde vienes, ni adonde modarse. El diablo se mezclaba en el asun-
de su vergüenza deberían ya de haber muer- vas. to, y estaba hechizada su hija. La idea del
to casi todos. —iNi quién soyl repitió en voz muy baja sortilegio germinó entonces, y se arraigó
—iEl olvido, se decía, lia borrado en me- Messaoud. cada dia más en las cabezas de las vecinas
nos tiempo otros recuerdosl -Mírale; aquí viene hacia nosotros... del lugar. Todas las personas amigas acu-
Al llegar á las inmediaciones del lugar de —Sea, pensó Messaoud, puesto que no dieron por las noches á formar círculo en
sunaoimi nto, halló todo desconocido. Las tengo necesidad de decirle mi nombre. torno del tio Francisco y á celebrar consejo.
plantaciones de palmeras habían adquirido Pero las pocas palabras que había cam- —Yo estoy por las sanguijuelas, decía el
un crecimiento considerable. Caminos que biado con la jovencíta, le conmovieron pro- uno; sacan la mala sangre, y no hay nada
antes no estaban más que indicados, eran fundamente. Y^a se sabe hasta qué punto la más eficaz.
calles cerradas de casas; y por encima de nu- emoción le era fatal. —Mejores son las sangrías, decia el otro;
merosos jardines plantados de higueras, de Messaoud sintió que, aun absteniéndose quien no las prefiere, tiene que arrepentirse.
granados y albarícoqueros, se alzaba la cú- de hablar, no podría menos de ¿cómo lo Yo lo sé por mi pobre mujer, que era muy
pula de una mezquita. expresaré? no podría menos de despejar su inteligente y decía; sí no se vuelve á las san-
En tanto que trataba de orientarse en esta incógnita. grías, habrá muchas desgracias en las fa-
población casi nueva para él, una bonita El padre de la niña vio, al aproximarse, milias.
niña pasó cerca de él llevando un cántaro de retroceder al extranjero suavemente al prin- —Pues yo, decia un tercero, cuando no
agua. Aquella niña le recordó con tanta cipio, después más apresurado y, al fin, me siento bueno, no hago más que...
exactitud las facciones de la bella Yamina, huir precipitadamente. Y, extendiendo la mano izquierda, á la
que él creyó ver todavía alzarse á su vista Después no se sabe lo que aconteció. que acercaba insensiblemente la derecha,
1» imagen de su pasado. Un impulso irresis- El culpable se hizo justicia: jamas volvió añadió con un gesto tan expresivo como
tible- le llevó hacia la niña. á reaparecer en la sociedad de los hom- cómico:
—Tá me recuerdas, la dijo, por un» sin- bres. —jEsto es lo bueno!
gular semejanza, á la hija del difunto hadjí A las ruidosas carcajadas de la asamblea,
Abd-el-Mhadi. el tio Francisco levantó la cabeza y miró á
—No es extraño, respondió la ñifla; Ya- todos con aire de aturdimiento.
SEMANARIO DE LAS FAMILIAS. 39

—Una peregrinación baria más efecto que gra, con rayas de fuego; ésta debe ser el j Y el pájaro buscó y se detuvo otra vez.
todo eso, opinó una de las comadres, pues vulcano del género.... Vaya V. á San Avis, — lEldiez de espadas! gritó la vieja. Ten-
no me sale de la cabeza que bay algo de dia- tio Francisco. drán muchos hijos. Todo, pues, sale á pedir
bólico en esta enfermedad. —¿Oree V. que curará á mi hija?... Tam- do boca, buen hombre, dijo por último al
—iSí, sí, una peregrinación! exclamó toda bién me han hablado de San Paracode. tio Francisco.
la asamblea. —Sí, vaya V. á San Paracode. —¿Pero, y mi hija enferma, de la que he
—Yo aconsejo á San Crescente; que á mí —Pero San Onofre, continuó el tio Fran- hablado á V.? preguntó éste.
me fué bien en ella. cisco, sin apercibirse délo que atormentaba —La hija de V. está tan enferma como
—Yo á San Avito, que fué quien salvó á al pobre sacerdote. usted y yo, dijo la vieja riendo y fijando en
mi niño. —iBuenol vaya V. á San Onofre. ¿Qué él sus pequeños ojos grises llenos de mali-
—iBahl No hay como San Enemundo; quiere V. que le diga? ¡Ah, todavíal dijo le- cia. Vuelva V. á su casa y no se inquiete
todo el mundo lo dirá: San Paracode, para vantándose exasperado. Yo espero que aca- por nada. Lo que he pronosticado, sucederá.
el costado; San Aubin, para los ríñones; San be V. de una vez. —¿Y qué debo á V. por esta patraña?
Enemundo, para las fluxiones. Vaya V. á —Pero no, continuó el tio Francisco son- preguntó el campesino.
San Enemundo, tio Francisco. riendo neciamente bajo las furibundas mi- —Lo que V. quiera.
—¿Pero tiene mi hija alguna fluxión? pre- radas del párroco; no, no he concluido... t o - A una señal de la vieja, el cuervo tomó
guntó éste. davía me queda que hablar de San Aubin, con BU pico un platiUo de madera y fué
—Yo no lo sé, pero vaya V. á San Ene- de San Crescente y de San Enemundo. gravemente saltando á presentar la tal ban-
mundo. ¿Adonde deberé ir? deja al tio Francisco, quien dejó caer en ella
—Vaya V. á San Avito, tio Francisco. —iVaya V. al diablo! exclamó él cura em- una moneda de plata, y salió contrariado.
—Vaya V. á San Crescente; créame V. pujándole por la espalda hacia fuera: V. me • —lAh, esta chocha, esta vieja! exclamaba
—lAh, diantrel ¿Quieren VV. callar? gritó está calentando la cabeza é impidiéndome al regresar al pueblo. Le pregunto por la
el tio Francisco, levantándose á su vez, trabajar. enfermedad de mi hija y el medio de cu-
aturdido por este aquelarre y furioso por no Y cerró de golpe la puerta tras él. rarla, y me responde de matrimonio y de
haberse fijado en nada. iVamos! salgan us- hijos. Es una loca
tedes añadió tomando una escoba. VI. VH.
V.
—Bueno iqué diablos! dijo el tio Francisco Aquella misma noche iba ya á acostarme,
—Debí estar loco, se dijo el tio Francisco al encontrarse en la calle, puesto que así cuando oí llamar á mi puerta. El visitante
cuando quedó solo, al dirigirme á esta cáfi- lo quiere, iré... parecía tener mucha prisa. Yo me asomé á
la de estúpidos, en vee de ir á buscar al cura, Y se dirigió á la extremidad del lugar, una ventana.
que al momento me aconsejaría lo mejor. hacia una casucha que, por su desvencija- —Señor Leblanc, me gritó, venga usted
El debe saber qué peregrinación conviene da puerta, dejaba salir un rayo de luz. Allí pronto á casa del tio Franciscoí su hija se
más á mi hija. habitaba, en compañía de un gato viejo y muere....
No era todavía tarde. Acababan de dar las de un cuervo centenario, una mujer anciana —iVamos! me dije, parece llegado el mo-
ocho, y el sacerdote áuu no se habría acosta-que pasaba por hechicera y que decía la mento.
do. Dirigióse, pues, á la casa del párroco. buenaventura á los que iban á consultar- Cuando entré en la casa del tio Francis-
El cura de Chalieux es un buen hombre, la. Nadie sabia de dónde era; nadie le co- co, le encontré sentado en una silla, con los
discreto, reservado y amable. El tiempo que nocía pariente alguno en la población ni en brazos caídos, la mirada extraviada y abru- •
no dedica á los deberes de su estado, lo em- sus alrededores. El más antiguo del distri- mado de dolor y desesperación. Pero en
plea en el estudio de las ciencias naturales, to jamas la conoció rnás joven. Siempre cuanto me vio, se llenó de cólera, tuvo fuer-
en particular del de la entomología; es un vivió en la misma casa y ejerció la misma za para levantarse y, poniéndose delante
infatigable coleccionador de mariposas. profesión de echar las cartas. de la puerta de la alcoba de su hija, gritó:
Aquel dia había sido abundante su caza; Francisco empujó la entornada puerta, y —No, no entrará V. Si mi hija debe mo-
y cuando Francisco llegó, el cura, afanado hallando á la vieja acurrucada delante del rir, que muera. Ya, he tomado mi determi-
ante una gran mesa donde reflejaba la viva fogón preparando su comida, la manifestó nación; pero V. no me ha de arruinar con
luz de una lámpara, miraba alternativamen- el objeto de su visita. sus visitas. Ya he gastado bastante dinero
te sus libros y sus mariposas, para poner á Lá vieja se levantó, colocó su lámpara con ella, pues hace dos meses que no hago
éstas en orden. Los que tienen una pasión sobre la mesa, tomó una grasicnta baraja, otra cosa.
favorita saben el placer que se experimen- y volviendo al medio de la habitación ex- —¡Triple bruto! le dije: yo no le he pedi-
ta cuando, ocupándose absolutamente en tendió las cartas en forma circular sobre el do jamas un céntimo, y los charlatanes y
satisfacerle, se van venciendo algunas difi- suelo. Después llamó al viejo cuervo, que, las hechiceras que V. ha ido á buscar, le
cultades. desde lo alto de la escalerilla en que estaba han robado el dinero y se han burlado de
—Señor cura, me hallo en una gran in- colocado, cayó al suelo como una masa y se su necedad, iVamos! Déjeme V. pasar, aña-
certidumbre, y me haria V. un gran favor dirigió hacia la vieja, arrastrando sus largas dí, ó hago 'que le amarren como á un ani-
sacándome de ella. Mi hija está enferma y peladas plumas, bastante parecidas á las mal dañino ó un loco
—¿Ha llamado V. al Sr. Leblanc? púas del puerco-espin. Mi cólera le amansó. Me miró entre fu-
Sí, señor; pero no conoce su enferme- —Busca, Jacquot, dijola vieja. rioso y desconfiado, y se apartó pausada-
dad... Yo tengo deseo de hacer una pere- El pajarraco dio, saltando, la vuelta al mente de la puerta y fué á sentarse en su
grinación. círculo de naipes y se detuvo delante de silla.
—Buena idea, tio Francisco. Haga V. una una carta. La vieja la levantó. Cuando pude penetrar en la alcoba de
peregrinación... Amarilla clara, carmesí, ne- —La sota de bastos; es una joven laque Francisca, vi á algunas vecinas que habían
&^- ¿Será esta alexanon ó podaliza?... No, sufre. Busca más, Jacquot. acudido á los primeros gritos y se apreta-
a podaliza es más grande; es alexanon... El ave dio algunos saltos y se paró de- ban en torno de la enferma. Hice que sa-
Waga V. una peregrinación. lante de otra carta. La vieja la levantó. lieran de allí, y quedé solo con la joven, á
—Si; pero ¿4 qué santo? Si yo supiera lo —jLa sota de copas! dijo; es un joven la cual dejó algunos instantes después, lle-
que tiene mi hija, no me sería dif/cil saber á que ama á la muchacha. Busca más, Jac- vando en los brazos un precioso bulto....
quién; poro no sé su enfermedad..,. ¿Qué es quot. Pero en el momento mismo en que volví
A *iT ^ ' ^^ *<=o^seJa? ¿Que vaya á San —lEl siete de oros! exclamó la vieja; es á la pieza ocupada por el tio Francisco, la
un casamiento. El joven y la joven sexa- puerta de la calle se abrió y dio paso á un
—Vaya V. á San Avia, dijo el abate... Ne- sarán. (Vamos, Jacquot, busca, busca! joven militar. Era el sobrino del tio Fran-
40 SEMAÜÍARIO DE LAS FAMILIAS.

cisco, que volvía á su hogar con licencia Su marido, rubio como un inglés, hubo de Una señora israelita, que estaba sentada
absoluta, con la mochila á la espalda, la interrogarla acerca de tal anomalía. en el teatro al lado de un médico francés,
gorra de cuartel sobre la oreja, un gran —Amigo mío, contestó ella, sólo tienes empezó á fastidiarse de la ópera, y bostezó.
frasco, al costado, y el calzado y el vestido que quejarte del abandono en que me dejas- —Dispense V., señora, la dijo el doctor;
llenos de polvo. Se detuvo sin decir una te mientras duró mi embarazo. creí que iba á tragarme...
palabra, asombrado del espectáculo que se —lOómol —En cuanto á eso, contestó la señora,
ofrecía á su vista. —lAhl ¡Tenía unos pensamientos tan ne- pierda V. cuidado, que yo soy judía y nunca
Entonces fui á depositar mi carga en sus gros! como carne de puerco.
brazos, diciéndole:
— Señor, reconozca V. á su hijo. MÁXIMAS DE SALOMÓN.
Uua señora, muy bella por cierto, lloraba
—¿Qué?... ¿Qué es eso?... balbuceó el tío
sin consuelo momentos después de ver mo-
Francisco. Más valen las heridas hechas por el que
rir á su esposo.
—lOómo! ¿Es mío este muñeco? exclamó ama, que los ósculos del que aborrece.
—iQue desdichada soy! decía; quisiera que
el licenciado contemplando al niño con
ya hubieran pasado cuatro dias.
alegre mirada que no estaba exenta de ter- No trabéis amistad con el hombre iraeun-
—¿Por qué? la preguntó su madre.
nura. |Si yo esperaba encontrar ésto al lle- do, ni os asocies jamas con viciosos.
—iPorque ya no me acordaría... de que ha
gar!... I Vamos, suegro mío, añadió volvién-
muerto mi marido!
dose á su tio, no falta nada más que nos La alegría del corazón conserva la edad
echeV. su bendición.... abrácenos V.... y florida: la tristeza seca los huesos.
viva la patria! Esta pregunta dirigió un transeúnte á un
¿Creeréis acaso, dijo el doctor por úl- borracho que estaba sosteniendo con la ca- El que entra joven en buen camino, no lo
timo, que después de este suceso tendrían beza el Ministerio de la Gobernación. dejará aunque llegue á viejo.
menor clientela en el lugar los que habla- —Diga V., buen hombre, ¿es la una la
ban á los muertos? iDesengañaosl La mis" que acaba de dar? Más vale un bocado de pan con alegría,
ma Francisca, cuando uno de sus hijos caía —No, señor, contestó el aludido; es la que la casa llena de regalos sí en ella no
enfermo (pues tuvo cinco, y en ésto no faltó otra.' hay paz.
la predicción de la gitana), en lugar de lla-
marme, corría desde luego á casa del tío Un buen crédito es preferible á la abun-
Un muchacho preguntaba á su profesor:
Martreux ó á la de Lacombe. Y sus hijos, dancia de riquezas.
—Dígame usted, señor maestro, razón,
por tiempo de veinte años ó más, harán lo
¿puede escribirse con c?
mismo que ella. Aquí vamos marchando en Procurad tratar vuestros asuntos con el
—Sí, hijo, mió; pero entonces dice racon.
plenas tiaíeblas, sujetos á las preocupacio- amigo, y jamás fies vuestros secretos al ex-
nes, encoryados bajo la rutina de la igno- traño.
rancia. Entró cierto patán en una librería, y pre-
Y siempre marcharemos así, en tanto que guntó al librero: El que anda con sabios, sabio será; el
no se extienda á los distritos rurales esa —Diga osté ¿tiene Fleurys para niños amigo de los amigos, tal será como ellos.
antorcha de la ilustración, que no se piensa sueltos?
más que en hacerla brillar en las ciudades. —Para niños sueltos, no; pero sí están En el pecado se lleva la penitencia.
atados, sí.
—Lo mesmo da; ya lo arreglaremos. El mal persigue al que lo hace.
UI3CELÁ1TEA.
Alábete el ageno y no tu boca; el extraño
Un viajero se enamoró de la criada de la —Un usurero que viajaba en unión de su y no tus labios.
fonda en que tomó alojamiento, y quiso dar criado, hizo alto en un mesón.
á la maritornes una prueba de generosidad El criado se adelantó al mesonero, y le El perezoso es hermano del mendigo, y
tapándola un ojo con un duro. dijo: el que mira con negligencia sus intereses, es
—Por este camino jamás llegaremos á en- —¿Cuánto le costará á mí amo la estan- hermano del que los disipa.
tendernos, dijo ella. cia en la posada?
—¿Por qué? preguntó el viajero. -—Cuatro reales durmiendo sobre lana, y SOLUCIONES A LA FUGA DK VOCALES
—Porque V. cree que el amor es tuerto, y dos sobre paja, contestó el mesonero. Y CONSONANTES.
yo sé por experiesncia que el amor es ciego. —Pues entonces, dijo el criado, prepárele Quítate de esa ventana
y escucha un consejo, niña:
usted un pesebre. maceta que no está al aire
los pájaros no la pican.
—Chico, ¿ha subido el vino?
—iCa! Aún tengo la cabeza segura.... Una señora muy flaca y fea se hizo retra- El que á los pobres se baja,
—No, hombre, yo te pregunto que sí ha tar al óleo, con un perro de lanas á los pies. no baja su condición;
pues la pobreza la quiso
subido de precio. El artista expuso el cuadro, y un curioso, el mismo Dios con ser Dios.
—iClaro está! Y mira tú, por eso no estoy parando en la pintura su atención, dijo: se
ya borracho. un perro que atisba un ¡meso.
sxT3yn.A.ií,io,

Un sugeto víó á un campesino cogiendo —Tú no me amas, Ernesto. TEXTO: Julio Verne.—La ciudad de Was-
—¿Por qué, monona? hington. — Sección Científica: Los baños
setas. como agente medicinal, por Bernardino
—Pero, amigo, le dijo, ¿no tiene V. mie- —.Porque haces señas á esa... vecina. Torres González Plantas raras: — El
do de coger algunas venenosas? —Yo te amo, mujer; yo te amo. Tú sí que gran cirio.—Francia en Oceanía Vesti-
—No tenga V. cuidado. No tengo inten- no me amas. gios de una catástrofe—Literatura y Ar-
~ | Y lo dudasl tes: El mal ruido.—Eima, por Francisco
ción de comerlas: son para venderlas. Rodríguez Marín.—Vaca Marquesa.—Un
—Es claro. Si me amaras, no verías esas hechizo (conclusión).—Miscelánea.—"^éixi-
señas que hago á la vecina, pues el amor di- maB.—Grabados: Julio Verne Marquesa,
Una señora norte-americana dio á luz un cen que es ciego. vaca suiza de ocho años.
I
niño negro como un mulato. Imp da M. Romero, Ventura Rodríguez, 8.

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