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Análisis del Fallo Marcelino Orlando Monteserin contra Estado Nacional.

Abogado Enrique Damián Vogler. MP: 1-40245


A continuación procederé a dar fundamento a la acción de Amparo interpuesta en
“Monteserin Marcelino contra el Estado Nacional”:
I) En autos, se encuentra comprometido el derecho a la vida que, más que un derecho
no enumerado, es un derecho implícito, ya que el ejercicio de los restantes reconocidos
expresamente requieren necesariamente de él. CSJN., “Asociación Benghalensis y otros contra
Estado Nacional”, Fallos 323:1339 (2000).
El Tribunal enfáticamente recordó que aquel es el primer derecho de la persona humana
que resulta reconocido y garantizado por la Constitución Nacional y que el hombre es el eje y
centro de todo el sistema jurídico y en tanto fin en sí mismo, su persona es inviolable y constituye
valor fundamental con respecto al cual los restantes valores tienen siempre carácter
instrumental. Así, después de enumerar los distintos pactos internacionales que se relacionan
con la cuestión debatida, entre los que destaca la Convención sobre los Derechos del Niño, que
incluye el deber de los Estados de alentar y garantizar a los menores con impedimentos físicos
o mentales el acceso efectivo a los servicios sanitarios y de rehabilitación, de esforzarse para
que no sean privado de esos servicios y de lograr cabal realización del derecho a beneficiarse de
la seguridad social, para lo cual se debe tener en cuenta la legislación nacional, los recursos y la
situación de cada infante y de las personas responsables de su mantenimiento. CSJN,
“Campodónico de Beviacqua, Ana Carolina contra Ministerio de Salud”, Fallo 323: 3239 (2000)
II) A partir de lo dispuesto en los Tratados internacionales que tienen jerarquía
constitucional (nominados en el artículo 75, inciso 22, Ley suprema), la Corte ha reafirmado en
posteriores pronunciamientos el derecho a la preservación de la salud (comprendido en el
derecho a la vida), y ha destacado la obligación impostergable que tiene la autoridad pública de
garantizar ese derecho con acciones positivas, sin perjuicio de las obligaciones que deban
asumir, en su cumplimiento las jurisdicciones locales, las obras sociales o las entidades de las
llamada medicina prepaga. CSJN, “Policlínica Privada de Medicina y cirugía S.A contra
Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires”, Fallo 321: 1684 (1998) y C.S.J.N, “Asociación
Benghalensis y otro contra Estado Nacional”, Fallo 323:1339 (2000)
III) La corte recalcó que el Estado Nacional no puede desentenderse de aquellas
obligaciones so pretexto de la inactividad de otras entidades (públicas o privadas), pues es el
encargado de velar por el fiel cumplimiento de los derechos constitucionales que amparan la
vida y la salud de los niños y de asegurar la continuidad de los tratamientos que necesiten,
habida cuenta de la función rectora que también le atribuye la legislación nacional en ese campo
y de las facultades que debe ejercer para coordinar e integrar sus acciones con las autoridades
provinciales y los diferentes organismos que conforman el sistema sanitario en el país, en mira
de lograr la plena realización del derecho a la salud.
IV) La Ley 24901 encomendó al Estado Nacional y a sus organismos dependientes la
atención del sistema de prestaciones básicas de salud dispuesta en ella en favor de las personas
discapacitadas que no cuentan con la cobertura de obras sociales y carezcan de medios propios
para afrontar sus necesidades (conforme artículo 1,2, 3 y 4 de la ley citada). El Servicio Nacional
de Rehabilitación y Promoción de la persona con discapacidad (condenado en estas actuaciones)
integra el Directorio creado, precisamente, para administrar el referido sistema de prestaciones,
garantizar la universalidad de su atención y coordinar los recursos institucionales y económicos
afectados a ese campo.
V) Los beneficios establecidos en favor de las personas incapacitadas no incluidas en el
régimen de obras sociales cuentan con el financiamiento de las partidas asignadas en el
presupuesto general de la Nación para tal finalidad (artículo 7, inciso e, in fine, ley 24901) y del
fondo instituido especialmente para programas de similar naturaleza en la ley 24.452.
VI) El Estado Nacional debe asumir responsabilidad en la asistencia y atención del niño
discapacitado, de la que no cabe sustraerse en razón de demoras contingentes en la puesta en
funcionamiento del respectivo sistema sanitario en las Provincias. CSJN “Monteserin Marcelino
contra el Estado Nacional”, Fallo 324:3569, considerando 11, 13, 15, 17 y 18.

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