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Medicina Legal de Costa Rica

ISSN 1409-0015 versión impressa

Med. leg. Costa Rica v.15 n.1-2 Heredia dez. 1998

La autopsia psicológica en el homicidio


Modalidad: conferencia

Dra. Teresita García Pérez *

Resumen

Una de las dificultades típicas en el estudio del homicidio es que no


contamos ya con la víctima, no conocemos su versión de los hechos, sus
sentimientos, su situación durante el crimen.

Precisamente con el objetivo de estudiar a la víctima de homicidio,


diseñamos un modelo al que llamamos MAP-II (modelo de autopsia
psicológica para víctimas de homicidio) y validamos una metodología para
su aplicación.

Se trata de un método de exploración indirecta y retrospectiva con principios


metodológicos similares a los aplicados para el suicida pero con
especificidades propias de este tipo de víctimas, por ejemplo la selección de
las fuentes de información es imprescindible hacerla previa consulta con los
investigadores policiales para evitar que se trate de personas incluidas en el
círculo de sospechosos.

Neuman afirma que un estudio de la criminogénesis no puede ser relevante


y serio si no se tiene en cuenta el papel jugado por la víctima y en qué
medida ella ha contribuido, conciente o inconcientemente al acto.

Apoyando esta afirmación podemos comentar que en el estudio realizado


por nosotros en 1994 más del 40% de las víctimas de homicidio cumplían los
requisitos de las llamadas “víctimas provocadoras”, eran personas difíciles,
desafiantes, prestas a la provocación.
También en el campo penal si se demuestra que el occiso era una víctima
provocadora activa de violencia, puede significar en manos de un defensor
hábil, una atenuante para el victimario al restablecer la dinámica previa del
hecho y las justas motivaciones que precipitaron el “paso al acto homicida”.
Se trata de homicidios provocados inconcientemente por la propia víctima.

Con nuestro modelo de autopsia psicológica contribuimos a lograr una


aproximación a la dinámica interna del homicidio, partiendo del análisis del
factor victimal muchas veces olvidado, y demostramos científicamente la
participación a menudo determinante de la víctima en su propia muerte.

Palabras claves

MAP-II, autopsia, homicidio, víctima, método, motivación, provocadores,


dinámica, participación, determinante.

Abstract

One of the most common difficulties in the study of homicides is that we no


longer count on the victim’s we don’t know the victim’s side of the story, the
victim’s feelings and situation during the crime.

With the goal to study to he homicide victim, we design a model tha is called
MAP-II (model of psicologic autopsy of homicide victims) and we use
metodology for its application.

The method is about a way of indirect exploration and retrospective with


metodologic principles very similar to the applicated to the person that
commits suicide but with especific qualities at this type of victims, for
example the selection of sources of information is essencial to do it previous
to the consult with the cops investigators to avoid the chance of dealing with
persons included in the circle of suspects.

Newman states the a study of the criminogenesis can’t be relevant and


serious if it is not counted the part the victim played and in what way the
victim has contributed, conciously inconciously to the act supporting this
affimation we can say that the study made us on 1994 note than 40% of the
homicide victims, did fiulfilled the requeriments of the so-called “Provocating
victims”, these people fall into the category of hard character, desafiants and
easy provocators.

Also in the legal field if it is demostrated that the corpse was a provocative
victim active in the violence, it may mean in the hands of a clever defendant,
for the victimary by establishing the dynamic previous to the crime and the
fair motivations that gave place to the “homicidal act” is about homicides
provocated unconciously by the own victim.

With our model of psichologic autopsy we contribute to achieve


approximation to the intern dynamic of the homicide, going from the analisis
of the victims factor, many times forgotten, and we scientifically demostrate
the often participation of the victims on its own assault.

Keywords

MAP-II, autopsy, homicide, victim, method, motivation, provocators dynamic,


participation,determinant

La privación de la vida (propia o ajena) es sin lugar a dudas la conducta más


grave que puede realizar un ser humano. Desde el punto de vista
victimológico es irreparable, es la desaparición de la víctima directa, es el
funto final del “iter victimae” (1).

El profesor Rodríguez Manzanera plantea que una de las dificultades típicas


en el estudio del homicidio es que no contamos ya con la víctima, no
conocemos su versión de los hechos, sus sentimientos, si situación durante
el crimen, etc. (2).

Precisamente con el objetivo de estudiar a la víctima de homicidio


diseñamos un modelo al que llamamos MAP-II (Modelo de Autopsia
Psicológica para víctimas de homicidio) y validamos una metodología para
su aplicación, a través de la investigación de todas las víctimas de homicidio
de los casos procesados por el Departamento Provincial de Operaciones
Policiales de la Ciudad de La Habana (Sección de Homicidios) en el año
1994 (3).

Se trata de un método de exploración indirecta y retrospectiva con principios


metodológicos similares a los aplicados para el suicida pero con
especificidades propias de este tipo de víctimas, por ejemplo la selección de
las fuentes de información es imprescindible hacerla previa consulta con los
investigadores policiales para evitar que se trate de personas incluidas en el
círculo de sospechosos.

Mucho más que en el suicidio, en el homicidio es importantísimo acudir a la


escena de la muerte y trabajar en estrecha colaboración con todos los
participantes en la investigación criminal (los investigadores policiales, los
especialistas en criminalística, los médicos forenses) pues cada uno aporta
elementos de su especialidad que pueden ser decisivos para conformar la
autopsia psicológica. El lugar del hecho habla y cada miembro del equipo
de investigación busca en este lo que le interesa; la policía los elementos
policiológicos, indicios, evidencias; los médicos legistas los signos de
violencia en el cadáver; los criminalistas las máculas, las huellas; también el
psiquiatra forense busca las “huellas psicológicas” de la víctima y del
victimario.

En ocasiones está todo: el cadáver, el arma homicida, las pruebas


criminalísticas, el autor del crimen, pero falta el móvil, la motivación, a veces
confusa e ignorada hasta para el propio victimario, y es aquí donde la
Psiquiatría Forense entra a jugar su papel y muchas veces la clave del
enigma está en la caracterización psicopatológica de la víctima.

Como planteaba Von Heutig en su obra El Asesinato, “la víctima no es


únicamente un objeto inanimado sino elemento activo en la dinámica del
asesinato” (4), tan es así que Neuman afirma que un estudio de la
criminogénesis no puede ser relevante y serio si no se tiene en cuenta el
papel jugado por la víctima y en qué medida ella ha contribuido, consciente o
inconscientemente, al acto (5).

Apoyando esta afirmación podemos comentar que en el estudio realizado


por nosotros en 1994, más del 40% de las víctimas de homicidio cumplían
los requisitos de las llamadas “víctimas provocadoras” (6, 7, 8), eran
personas difíciles, desafiantes, prestas a la provocación.

Pero además de la caracterización victimológica del homicidio, la autopsia


psicológica logra establecer el estado mental de la víctima en el momento de
su muerte y previo a la misma, lo cual resulta de medular importancia en el
campo penal, pues a partir de este dictamen puede variar la tipificación
delictiva de homicidio simple a homicidio calificado (asesinato), con la
correspondiente variación del marco sancionador, vamos a poner un
ejemplo:

Se trata de un caso trabajado por nosotros , un retrasado mental de


moderado a severo con tendencias homosexuales que resulta ultimado por
un individuo de pésimos antecedentes penales, después de consumar
acceso carnal con empleo de violencia física contra la víctima. El victimario
plantea que el occiso se le había ofrecido sexualmente y que como él estaba
algo ebrio había accedido y que durante la ejecución del coito lo había
estrangulado sin ser esa su intención.
Independientemente de que las lesiones que presentaba el cadáver
descartaban la versión del acusado, el determinar que se trataba de una
víctima carente de facultad para comprender el alcance de su acción y dirigir
su conducta, tipificaba automáticamente el delito como asesinato, pues el
autor actuó contra una persona psicológica y jurídicamente indefensa.

También en el campo penal si se demuestra que el occiso era una víctima


provocadora activa de violencia, puede significar en manos de un defensor
hábil, una atenuante para el victimario al restablecer la dinámica previa del
hecho y las justas motivaciones que precipitaron el “paso al acto homicida”.
Se trata de homicidios provocados inconscientemente por la propia víctima
(9)

Finalmente queremos comentar la utilidad de la autopsia psicológica en la


investigación policial del homicidio de autor desconocido, a partir del
establecimiento del perfil sociopsicológico de la víctima, su estilo de vida,
sus intereses, motivaciones, aspiraciones, áreas de conflicto. Se le ofrece a
los investigadores una caracterización probabilística de quienes pudieran
vincularse a este tipo de persona, es como si les dijera: para tal víctima,
busca tal victimario, pues como dijera Von Heutig “por la selección de una
víctima determina, el criminal deja, aun si trabaja con guantes de goma, una
forma imborrable de huellas dactilares” (10); esto contribuye a estrechar el
círculo de sospechosos y a ahorrar recursos a la investigación criminal.

Nuestra metodología está siendo utilizada con éxito no solo en Cuba, sino
también en el Estado de Querétaro, México, por parte de los Servicios
Periciales de la Procuraduría General de Justicia del Estado, lo cual avala
que es aplicable, independientemente del sistema de investigación criminal y
administración de justicia.

La tendencia creciente en el comportamiento estadístico del homicidio en el


continente americano (11) nos compromete, como profesionales vinculados
al estudio de las muertes violentas, a tratar de arrojar luz sobre las causas y
condiciones que inciden en este complejo fenómeno que, como nos dice
Rodríguez Manzanera, no es fácil de explicar porque influyen en el mismo
demasiados factores (12).

Con nuestro modelo de autopsia psicológica contribuimos a lograr una


aproximación a la dinámica interna del homicidio, partiendo del análisis del
factor victimal muchas veces olvidado y demostramos científicamente la
participación a menudo determinante de la víctima en su propia muerte,
fundamentalmente en las llamadas subculturas violentas (13, 14, 15. 16), si
nuestra experiencia puede ser útil a otros países del área nos sentiríamos
muy gratificados.

Bibliografía

Rodríguez Manzanera, L. Victimología. Estudio de la víctima. 2da Ed. Edit.


Porrúa, México, 1990, p.254.

Rodríguez Manzanera, L., op. cit. (Victimología), p.258.

García Pérez, T.: La autopsia psicológica como método de estudio de la


víctima de homicidio. Trabajo presentado al Forum de Ciencia y Técnica
Criminalística de la Ciudad de la Habana, 1994.
Heutig, Hans Von. El asesinato. Espasa-Calpe, Madrid, España, 1962,
p.273.

Neuman, E. Victimología. Ed. Cárdenas, México, 1989, p.23.

Fattah, E. Towards a criminological clasification of victims, International


Criminal Police Review, USA, 1967, p.209.

Ermentini, A.; Gulotta, G. Psicología, psicopatología y delito, Guiffré, Milán,


Italia, 1971, p.211.

Rodríguez Manzanera, L., op. cit. (Victimología), p.96.

Ibidem, p.259.

Heutig, Hans Von. op. cit. (El asesinato), p. 273.

Yunes, J. Mortalidad por causas violentas en la región de las Américas. Bol.


Epidemiol. OPS, Jul. 1994, 15(2).

Rodríguez Manzanera, L. El homicidio en México. Criminología en América


Latina, UNICRI, pub. 33. Roma, Mayo 1990, p. 155.

Neuman. op. cit., p. 134.

Rodríguez Manzanera, L., Criminología. Ed. Porrúa, S.A., México 1993, p.


473.

Ruiz Funes, M. Estudios Criminológicos, Ed. Jesús Montero, Bibliot. Juríd de


Autores Cuba y Extranj. Vol. CLV, 1952, p. 38.

Ortiz, F. Los negros curros. Ed. Ciencias Sociales, la Habana, 1976.

* Psiquiatra Forense, Instituto de Medicina Legal La Habana, Cuba

© 2006 Asociación Costarricense de Medicina Forense

Apdo. 187-3007 San Joaqu•de Flores


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