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CATALUNA 7 y 14 enero 1911

La lengua catalana parvenus, los cuales sintiéndose incapaces de

las mil complejas sutilezas del dandismo, ne
nuestros augures, la divina llave de nuestro
porvenir.
cesitan un artificio simple y al alcance de ?Qué porvenir le deseamos? En cuanto á
todas las inteligencias que les dé una apa fuerza invasora, que siga fiel á su norma de
Asistimos á una rapidísima elevación de riencia de buen tono delante del servicio. multiplicarse cotidianamente en bríos y ambi
nuestro verbo; ésta es laque podríamos lla Otra prueba de la esencialidad vital del ca ciones, con esa insolencia victoriosa que le
mar nuestra obra nacional por excelencia.
Trabajan talán: nuestros partidos anticatalanistas care malquista con las mentalidades superiores de
por la excelsitud del idioma no
sólo los selectos, sino todo el pueblo; el cen en absoluto de ambiente intelectual. Cual los gobernadores civiles, los chicos del trust
ins quier castellano de buena fe que nos visite que vienen á regentar los boletines de nuestra
tinto estético es connatural á las multitudes reconocerá que el anticatalanismo es aquí mansa burocracia, y los peripatéticos de la
mediterráneas, que debieran llamarse coros. analfabeto, lo mismo en las izquierdas que t cacharrería del Ateneo madrileno.
Recuérdese el éxodo enorme del Congreso de las derechas. En cuanto á su embellecimiento, euritmia y
la Lengua Catalana. Para nosotros el amor En catalán ha nacido nuestra política. En aumentos de caudal, deseamos el feliz éxito
al habla genuina es el amor de los amores; catalán empieza á nacer nuestra cultura. En de la aportación clásica empezada por los
quien mire con desdén ó apartamiento el la catalán nacerá nuestra cortesía; que no supie discípulos de Balan, la consolidación de la
borar pasmoso de las colmenas áureas de la ron dárnosla tres siglos de castellanismo ser base arqueológica en que laboran tan escla
palabra renaciente, está condenado en lo inte vil. En catalán está naciendo un nuevo amor recidos ingenios, la periodística de los mag
lectual á la mengua del espíritu y en lo activo á Espana (expresado maravillosamente por níficos estudios gramaticales de Fabra y las
al fracaso. Por duro que parezca, es imposi Maragall) opuesto á la desfachatez de los que épicas cruzadas del nuevo Ramón Lull, fo
ble ponerlo en duda: para los catalanes la aquí pretendían ejercer el monopolio del pa mentado todo ello por el ejemplar Instituto
hermosa lengua castellana es vehículo exclu triotismo para cubrir con la ensena inviolable de Estudis Catalanes. Y al propio tiempo,
sivo de mediocridad. No hay más que ver su tradicional pancismo ó las más repugnan que cunda cada vez más el estudio delfolk
dónde encontramos el uso infalible del caste tes depredaciones. lore y las formas dialectales, á que se mul
llano. Escríbenlo en periódicos somnolientos El insigne Unamuno (que si hubiese nacido
procaces ciertos raídos mozalbetes, dese
tipliquen las traducciones de los grandes
acá fuera separatista—nosotros se lo repro maestros que sutilizan el idioma, y no desfa
cho de las aulas; úsalo quizá en décimas á lo charíamos—) ha tronado alguna vez contra llezca un punto la inspiración divina de los
Bernardo López García algún oficial quinto lo que él llama nuestra espingarda. !Un espi poetas que es en definitiva reina del lenguaje,
para regocijo de tertulias cursis; de vez en ritualista tan acendrado como el rector de la con tal que no la extravíen los narcisismos ni
cuando suena en algún mohoso y fementido Universidad de Salamanca juzga de la inmor las obsesiones exóticas.
casino para declarar la influencia del cristia talidad de las lenguas por el número de habi En cuanto á la orientación espiritual, de
nismo en la significación de la mujer, ó la ex tantes que las habla! !Un tan sabio penetrador seámosle á nuestro idioma que alcance la
celencia de la política del Sr. Canalejas;, y de los arcanos de la muerte cree ser despojo constitución definitiva del gran levante penin
continúa hollándolo (aunque cada vez son lo que á cada paso engendra nuevas altezas sular, la sagrada revelación de un alma neo
más frecuentes las deserciones) cierta clase espirituales, lo que precisamente ha resuci latina inédita, el remozamiento de la vida es
acomodada (1) compuesta principalmente de tado la conciencia colectiva y los estímulos de panola. Y harto sabemos que todo esto es
un pueblo! Pero Unamuno representa la vieja capaz de lograr mágicamente el amor de nues
(1) La aristocracia
catalana había conservado con tesón Espana. Saludémosle. La leyenda puede mi tros amores, este amor que significa nuestra
el uso de lenguaje;
pero algunos:obreros
virtieron
nuestro que se con
industriales implantaron la costumbre del
en ricos rar con desdén á nuestra lengua, que es rea libertad, nuestra dignidad, nuestro progreso
castellano; y nuestra aristocracia,
muy escasa y generalmen lidad. y la misma raíz de nuestra vida.
te pobre,
sucumbió á veces. Es imposible formarse:una idea
jergagrotesca á que algunos, El idioma catalán es pues el fermento esen
de la privilegiados
sólo de la for
tuna, dan el nombre de castellano. cial del catalanismo; y, en sentir de todos jOsÉ CARNER.

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El renovamiento de la
tradición intelectual catalana
Pocas empresas de mayor interés que ésta enlace con 'nuestras tradiciones esenciales y detrás de ella, hay una profunda, una espan
que hoy intenta CATALUNA de resumir en más verdaderas. No en vano los nuevecen tosa conciencia de responsabilidades.
un número sintético y de colaboración múl- tistas hemos erigido altares á la Santa Conti Pero que se entienda bien esto de nuestro
tiple y auténtica, los ideales y planes de tra- nuación. Nosotros, como todos los innova tradicionalismo. Cuando hablamos de tradi
bajo de la juventud catalana actual. Pocas, dores eficaces, nos complacemos en llamar ciones, nos referimos á las genuinas de nues
empero, más arriesgadas. Corremos peli- nos restauradores. Toda gran revolución apa tra raza, á las antiguas, á las hondas, á las
gro de que algunos capítulos de este resumen ,rece como un renacimiento. Presentóse el que constituyeron su gloria y la acompana
sean improvisados; y de que así, al juntarse Cristianismo á los paganos como el retorno á ron en ella; no á las tradiciones adventicias,
improvisaciones, no acrezca, antes disminu- un monoteísmo pristino adulterado y olvida que nacieron y se nutrieron de la decadencia.
ya, la visión que todos tenemos de una cier- do por la superstición idolátrica; el Renaci Para decirlo de una manera concretísima,
ta unidad en la producción y en el deseo de miento humanista, como un nuevo aprendiza aunque un poco burda: nuestro esfuerzo se
los que hasta ahora, y á falta de otro nombre je en la escuela luminosa de la sabia anti inscribe á continuación del de los catalanes del
general mejor, hemos llamado nuevecentistas, güedad, después de la noche de los siglos siglo >uy, no á continuación del de los cata
Escollo habitual, el de la imprecisión en ar- medios; la Reforma, como una vuelta á la sen lanes del siglo xix.—«!La Edad Media es aquí
tículos captados; y los que componen el pre- cillez y pureza de la primera cristiandad; la laextrana!» exclamó un día Michelet, sorpren
,

sente número han tenido forzosamente que
reunirse por método de solicitación ó de en-
cuesta. Afortunadamente, si alguien se halla
en condiciones de vigilar, ya que no evitar
completamente dicho escollo, es nuestra ge-
neración. Nuestra generación, en su renacien-
te sentido clásico, ha sabido restaurar aquel
gusto que caracterizó siempre á cualquier
clasicismo, el gusto por las ideas claras, hm-
pias y eficaces. Llegamos á ver en él un in-
dicio probado de distinción de espíritu. Pla-
cen al vulgo las ideas mediocres, pero en-
vueltas de vaguedad. Los fuertes entendi-
mientos, al contrario, encuentran su mayor
deleite en las ideas complejas, pero encerra-
das en términos estrictos y precisos. Ejecuto-
ria, diríamos, de pulcra nobleza intelectual, la
afición que lleva á economizar y simplificar
Revolución, como un nuevo vino de sangre, dido por la íntima y jugosa modernidad de
escanciado en copas viejas, de molde roma
no ó lacedemónico: jamás sin una arquetípi
ca imagen del pasado se trabajó por lo futu
, ro. Así, y por la misma razón que mueve á
los jóvenes de todo el mundo á ser neo-clási
cos, los jóvenes catalanes son catalanístas.
Hay derecho á proclamarlo, sin temor á men
tís: fuera del catalanismo no puede hablarse
en Cataluna de juventud. Catalanistas somos
y tradicionalistas del catalanismo. La locura titución del siglo anterior es excelente; que in
romántica, que invadió todo el sentido bur
gués del siglo xix, el delirio de los pseudo
comenzamientos absolutos, nos ha dejado
indemnes. No venimos en son de motín, sino
en son de conquista. La plaza ideal ha de ser
'
nuestra. El interés nos aconseja todo lo con
drario que una destrucción. No somos cas
las instituciones religiosas y familiares de la
India védica, de la Grecia esquiliana. Nos
otros que, por voces diversas y concordes,
hemos llamado el siglo )(IX «nueva Edad Me
dia», le declaramos igualmente un extrano,
un intruso, entre nuestras tradiciones y nos
otros... No hay que interpretar eso al pie de la
letra, es claro; ni eso, ni lo de Michelet: no
hay que salir diciéndonos que tal Ó cual ins
ventó el teléfono, útil de que nos servimos sin
empacho; que el misino movimiento nacional
en que nos inscribimos nació anecdótica
mente en aquel que llamamos maestro y
conocemos como tales á hombres cuya idea
ción y acción se ha desarrollado en el mis
mo... No ignoramos esos detalles; pero insis

- la forma, en negocios de arte y de ideurgía. seurs d'assiéttes. Los que ahora llamamos timos en lo fundamental de nuestra condena
No nos desnudamos, pues, de la esperan- «professsionals de l'espeterrament» coco de ción. El siglo xlx ha sido, en sus grandes lí
,

za de que este resumen llegue á resultar claro
r.-
y elocuente. Si así es, podremos por él infor-
marnos, no sólo de la unidad de las aspira-
ciones juveniles contemporáneas, sino de su
nuestros padres y aun á veces de nuestros neas, el tiempo del Romanticismo en la ideo
hermanos mayores, nos hacen reir... Nadie logía; del Burguesismo en la vida social; del
se ha enganado, por otra parte, en la aparen Liberalismo en la vida económica, de la De
te frivolidad de esta risa; ya es sabido que, mocracia en la política, en las artes, en el
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gusto; de la Indiferencia en materia de reli
gión; del Primarismo en materia de cultura.
Nuestra acción de nuevecentistas se ha ci
frado precisamente en un exorcismo perpetuo
Llontra todas esas cosas! Contra el Romanti
1' cismo, la tradición clásica inmortal; contra
la Burguesía, el Sindicato ó el Imperio; con
tra el Liberalismo, el Socialismo ó la sociali
zación; contra la Democracia, el proletarismo
de un lado, las tendencias aristárquicas de
otro; contra la Indiferencia, la restauración
universal de culto á los valores religiosos, la
idea de la religión como indispensable á la
unidad de la vida mental, y, por consiguien
te, al espíritu; contra el Primarismo, la filo
sofía y la ciencia... En nuestro país el com
bate ha tenido que ser, es todavía, más rudo
que en parte alguna, porque en parte alguna
la nueva barbarie ha podido arraigar mejor
L que en naciones débiles y caídas: una Fran
cia encontrará siempre en la herencia de sus
elegancias seculares defensa suficiente contra
el burguesismo; una Alemania podrá ver,
bajo la tiranía de los primarios, declinar la
luz maravillosa de su filosofía, no extinguir
se; una Inglaterra, jamás se olvidará de cen
trar su vida en la religión; en una Italia, has
ta los escritores románticos sabrán latín y vi
sitarán los Museos; y, al reunirse los disjecta
membra de una tradición humanista inexpug
nable y de un esporádico romanticismo, po
drán siempre formarse monstruos, á la ma
nera de Giusseppe Carducci... !Pero nos
f- otros! Nosotros hemos tenido
que realizar un
esfuerzo heroico, un esfuerzo mental, senti
mental y casi físico, para encontrar bajo la
capa espesa y pétrea de la barbarie, el filón
„áureo de la antigua tradición. Hemos sido
como los que en el alba del Renacimiento
desenterraban las estatuas de mármol, ó más
bien como los que en la Persia de Firdusi,
mientras adormecían con canciones la suspi
cacia de los tiranos musulmanes, reconstruían
con la previsión remota de un esfuerzo por
la independencia nacional, los canales anti
guos, los canales del agua próvida, por cuya
frescura y rumor y riego circulaba la vieja
alma turania y que la invasión había destrui
do... Nuestros canales, los que nosotros he
mos traído nuevamente á luz de día, helos
aquí. Se llaman Ramón Llull, se llaman Au
sias March, se llaman «Crónica del Rey en
Jaume», se llaman «Diplomatari deis Reys
d'Aragó». Es esta el agua que ha apagado
nuestra sed... «!El siglo xix es aquí el extra
no!—El maestro de nuestros políticos no es
D. Francisco Pi y Margall, sino D. Jaime el
Conquistador: el maestro de nuestros adini
nistradores que se sacrifican por la cultura,
la guía puede servirles de tipo en sus adqui
siciones de libros, por ejemplo, no es de
D. Joaquín Roca y Cornet, con su «Ensayo
acerca de las lecturas de nuestro tiempo»,
sino Alfonso V, con sus cartas; los falsos
maestros de nuestros poetas, no son los
«Mestres en Gay Saber» de los Juegos Flo
rales ochocentistas sino los verdaderos
, mental; la falta de información técnicamente sus
«Maestros en Gay Saber» los Viejos, los Pa
,
dres, los Verbos de raza, los Ausias March
y Jordi de Sant Jordi; los maestros de nues
tros ideólogos no se llaman Cuadrado, Bal
mes, Comellas y Cluet ó Mané y Flaquer (1),
sino Ramón Llull, Ramón de Sibinde, Arnau
de Vilanova, Bernat Metje, A ellos invo
camos, para que la actual revolución de
la ideología catalana se cifre en una restau
ración de la ideología catalana; en su tradi
ción vivimos, nos movemos y somos; y, si
vamos á París y en París aprendemos, va
mos y aprendemos confortados con la memo
ria, suscitadora de secretas imperiales ambi
ciones, de que Ramón Llull fué á París y en
serió en París.
En esta obra de renovamiento de la trull
(1) ?y Francisco Javier Llorens? Llorens es,
otros, un gran incógnito. A falta para nos
de textos impresos hubiera
sido interesante
en los cursos del
poder conocer los «Apuntes» que se tomaron
eminente profesor. Encuéntranse estos apun
tes archivados en la
ciudad. ignoramos porFacultad de Filosofía y Letras de esta
licitado comunicación dequé razones, cuantas veces hemos so
ellos, nos ha sido ésta rehusada; y la
misma suerte han corrido peticiones
análogas hechas por el
senor Pijoán, en oficiosa
representación
Catalana y por otros estudiosos. del /ustitut d'Estudis
CATALUNA 3
ción intelectual catalana, quien escribe las fragmentado en potencias, en facultades á dis
presentes líneas ha trabajado desde la ado tinguir en él atributos, á encajonar las varias
lescencia; á ella ha dado las mejores horas manifestaciones de su actividad en comparti
de su juventud; al servicio de ella y con la mientos cerrados, á atribuirles origen autó
ambición de dejar en ella algún rastro, se nomo ó solamente distinto. Nosotros, al con
disciplinó, ha viajado, ha proseguido en su trario, concebimos el espíritu esencialmente
condición de estudiante un poco más allá de como UNIDAD. Más: creemos que «Espíritu»
los habituales límites, ha forzado la entrada quiere decir por definición eso: unidad, nni
de ciertos medios científicos extranjeros algo dad y actividad, encontrándose en su unidad
herméticos, se ha sometido, por juzgarlo in-, la razón de su actividad. La vida mental es
dispensable, al estudio y práctica de algunas una. Todo lo que la disloca ó dispersa, la
técnicas, por cuyo cultivo no sentía perso acaba. Dividir el espíritu en dos mitades
nal vocación. En esta empresa se propone equivale á matar el espíritu. Y, si el espíritu
proseguir; en ella inscribe sus más queridas se nutre de formas verbales y en ellas se re
ilusiones; en ella se siente hoy rodeado de nueva y se vuelve á engendrar constante
buenas companías, protegido, alentado y no mente, como el cuerpo en las combustiones,
tando que ya su esfuerzo puede reunirse en no diremos que la coexistencia de dos
cooperación al general esfuerzo constructi grupos antagónicos de formas verbales en
vo.Debe hablar, por tanto, de esta restaura un mismo campo de conciencia quiere decir
ción intelectual desde el doble punto de vista un dislocamiento y, por consiguiente, la re
que nos ha presentado á todos la encuesta de ducción de la vida mental ó una prolongada
CATALUNA: desde el punto de vista de los he agonía? Para que dos lenguas puedan darse
chos y desde el punto de vista de lo por ha en un mismo individuo sin que su unidad psí
cer; en resumen á la vez informativo; y nor quica se vea rota, es necesario que una de
mativo: con una doble base de noticia y de ellas viva relegada á los últimos límites de la
ideal, experimental y arbitraria (1). dialectal, á los confines de la subconsciencia,
Ahora bien: lo hecho hasta estos últimos-1 á lugar, en una palabra, en que no estorbe.
arios, lo realizado hasta las postrimerías del En cuanto un idioma gana el terreno de la
siglo anterior por la continuación de nuestras plena conciencia, ya le es imposible tolerar
tradiciones intelectuales genuinas, puede bru rival dentro de él. Cada alma es gobernada
talmente resumirse en la desolación lacónica por su lenguaje en régimen de monarquía y
de cuatro letras: nada. Nada se consiguió en aun de tiranía. En cuanto un habla deja en un
que podamos ahora ver un enlace con la obra
individuo determinado de ser dialecto, es de
ancestral, á cuya viva escuela nos inscribi cir, en cuanto de acto de memoria, se trans
mos de nuevo. Nada que suene á
los oídos forma en acto de creación, ya se convierte en
como una articulación más del
verbo que habla única de este individuo, porque crear
nuestra raza va pronunciando, lentamente, es siempre excluir, porque creación no puede
tartamudeando, durante siglos, ó como una dejar de significar sacrificio. Si no queréis
introducción de este verbo en el himno del que la lengua .materna se ensenoree comple
mundo y de las edades. Hubiérase dicho que tamente de un espíritu, no le dejéis avanzar
la virtud creadora de la raza estaba agotada, en él un paso: negadle todos los derechos
,
su espíritu extinto. ?Cómo explicar
ausencia si no queréis concedérselos todos. Ridícula
de eficacia tan desconsoladora? No faltaban, empresa y vana fué un día la de los que as
sin embargo, varones de preclaro ingenio, de piraron á reducir el catalán á la literatura fes
gran saber. No faltaban siquiera voluntades tiva, manteniéndole alejado de la literatura
orientadas á la empresa que los escogidos seria; ridícula y vana también la de los que
presintieron como necesaria, energías consa pretendieron, cediéndola el dominio de la
gradas á ella. ?Qué causas produjeron la este poesía, vedarle la prosa (1), como la de los
rilidad de estas energías, el fracaso de aquellas que más tarde la aceptaban en la literatura
excelentes voluntades, la dilapidación tristí pero no en la ciencia: como la de los que hoy
sima de tanto estudio y de tanto ingenio? Yo
aún, acogiéndole perfectamente en el senorío
creo haber tenido, desde mis horas
de Univer de las ciencias históricas, le niegan el paso
sidad, la clara visión de estas causas, al me en las filosóficas, en las físicas, en las
nos de una parte de ellas, y de sus posibles
rales.., No, ó todo ó nada. Nosotros no so
natu
remedios. Dejemos ahora las causas remotas,-1 mos de los que creen
que las lenguas llama
las grandes causas generales, las que han das naturales persisten siempre, no pueden
producido en todo el mundo un trágico di morir. Estamos persuadidos de que, en un
vorcio entre el espíritu del siglo xix y el es momento determinado, pudo morir el catalán,
píritu de la juventud actual: vamos á las es Ô reducirse á
pecíficas, á las concretas, á las locales, á las les. Mas ya fuéestrechísimos límites dialecta
tarde para eso desde el punto
que aquí, en el espacio de arios, de siglos, han en cuanto se le permitió
inutilizado todos los esfuerzos para la res ascender algunos
peldanos más alto que el folk-lore; ya fué tar
tauración de la idealidad catalana y para su de en cuanto hubo aparecido «Lo Gayter del
enlace con la idealidad del mundo. A mi en
Llobregat» de Rubió y Ors. La ingenua co
,
tender, estas causas han sido las siguientes: lección de mi venerable
la cuestión de la lengua; la timidez ó cobardía pariente, traía entre
posibilidades de virulencia, contenía ya
en lo que llamaríamos, en
científica; lafalta de información acerca del mo imagen tomada de
la biología, su plasma germinativo, no sólo
vimiento universal contemporáneo; la falta de el «Canigó» y «Els fruyts saborosos»
información acerca de nuestro pasado de glo no ,
sólo la política «Nacionalitat Catalana» y la
ria. erudita «Arquitectura románica á Catalunya»
La cuestión de la lengua resulta capitalísi y el periodístico «Glosan» y la industrial
ma. Enteráronse aún los catalanes del Ocho
«Práctica deis teixits» sino todos los científi
,
cientos en hacer ciencia, en hacer ideología cos tratados de Lógica
valiéndose de la lengua castellana. Pero en biológica, de Ma
lacología y de Geometría no enclidiana que,
nuestro país todo, absolutamente todo cuan
escritos en catalán, han de ver, si Dios
to se ha intentado en castellano, se ha visto
quiere, nuestros ojos, antes de que los
condenado á la ineficacia. Los hombres de hace coma la tierra. Ellos, esos tratados
veinte arios podían sorprenderse de este resul y otros
semejantes, serán los que reanuden nuestras
tado, considerarlo como milagroso, ver en él, grandes tradiciones. Ellos,
los que permitan
según sus preferencias centralistas ó regiona que llegue nuestra voz al concierto universal.
listas, una obra diabólica ó providencial. A De ellos esperamos
una eficacia que aquí
nosotros, lo nutridos de la Psicología reciente han podido alcanzar cien, no
el fenómeno ya no nos asombra. La Psicolo doscientos arios
gía reciente se ha caracterizado como una mos de dar la razónlengua castellana. Acaba
de tentativas en
reacción completa contra todas las tentativas, psicológica de este fenó
meno. Y por si mis esfuerzos para
seculares ó más modernas, á dividir la vida hacerla
clara, huyendo del lenguaje técnico, hubiese,
mental en secciones, á considerar el espíritu al revés, contribuido á obscurecerla, ahí
va
(1) El pequeno cuestionario-tipo repartido por CATA
LUNA entre los invitados á la información, contiene en
(1) José Ixart, que fué—estoy de ello plenamente
efecto cido—uno de los escritores menos conven
las preguntas: «?Qué se lleva hecho?» y ‹?Qué debe hacerse inteligentes, más ignoran
tes y más lastimosamente provincianos de
en el ramo de suespecial competencia?» nía esta opinión. su tiempo, soste
4 CATALUNA
para substituir toda razón, un ejemplo, un
solo ejemplo, pero de elocuencia tan gran
de, que puede sustituir cualquier otra prue
ba. Yo quiero y respeto, como pariente,
como maestro, como amigo. á un ilustre pro
fesor que lo es á la vez de la Universidad li
teraria de Barcelona y de los «Estudis Uni
versitaris Catalans». En entrambas institucio
nes profesa la misma disciplina. Pero á la
primera de aquéllas llegó en fresca y entu
siástica juventud; á la segunda, en horas de
enfermedad y de fatiga; en la primera, se ha
dilatado su ensenanza por un cuarto de siglo;
en la segunda, no lleva más allí de cinco ó
seis arios; en la primera, he podido desarro
llar sus ensenanzas en tranquila normalidad
y con una gran riqueza de medios; en la se
gunda, de una manera casi precaria, á menu
do embarazosa, siempre trashumante, forza
do á veces á alojarlas en la miseria de una fe
mentida y poco académica alcoba; seguidas
se han visto las lecciones de la Universidad
por centenares de alumnos, aprovechadas las
de los «Estudis» por unos pocos... Pues bien,
á pesar de los pesares, el resultado científico
social de las primeras ha sido nulo, ó poco
menos; tanto entusiasmo, tanta energía, tan
ta ciencia no habían podido sacar de los cen
tenares de alumnos, un discipu/o solo. De las
fementidas alcobas, en cambio, han salido en
plazo tan breve, cinco, seis, diez jóvenes
técnicos de la especialidad, doctos en ella, y
á ella fervorosamente consagrados, una ver
dadera escuela, cuya entrada en nuestra cul
tura ha constituido un fausto acontecimiento
y los frutos de cuya afortunada influencia ya
se tocan... Volvemos á decir que el profesor
ha sido uno y una la disciplina. Pero la ense
nanza en la Universidad se da en castellano;
la de los «Estudis», en catalán. ?Hay que ver
en la diversidad, en la contraposición de los
resultados un efecto de la casualidad sola
mente?...
Hemos dicho que otra de las causas que
ha esterilizado nuestros esfuerzos ideológi
cos ochocentistas, es la timidez, la cortedad
mental. Un aspecto que en muchos presentó
esta timidez es conocido de sobras. Me re
fiero á los excesivos escrúpulos de orto
doxia pacata. Grima da ver hombres de tan
fuerte entendimiento privarse, azorados, de
las más instructivas lecturas, para los"cuales,
dentro de la piedad más prudente, sólo se les
hubiera exigido el proveerse de una dispen
sa. (1) Y muchas veces no podemos resistir
á la tentación de sospechar, salvo el respeto
debido, que, al estrechar así, por modo tan
considerado é innecesario, el horizonte de
sus conocimientos, obedecían ellos, tanto
como á virtud, á comodidad... No insista
mos. Pero hay otro aspecto del mismo fenó
meno de timidez, que ha sido menos subra
yado, tal vez porque eso no convenía al
cacicazgo intelectual que ciertas doctrinas
políticas han ejercido. Cortó muchos vuelos
sin duda el excesivo escrúpulo de ortodoxia
religiosa; no cortó menos el excesivo escrú
pulo de ortodoxia democrático-burguesa.
Aparécenos el pensamiento catalán del si
glo )(IX como sometido constantemente á las
inspiraciones de lo democrático, de lo me
nestral, de lo térre-á-térre. Su culto á lo que
se ha llamado sentido común,—y que nada
tiene que ver, dígase lo que se quiera, con el
seny natural de nuestros clásicos,—es una
manifestación más del triunfo social de la
burguesía, después de la Revolución francesa,
triunfo acentuado y canonizado aquí por la
mediocridad de un ambiente decaído y pro
vinciano. El paraguas de Luis Felipe pudo ser
en Francia un símbolo constitucional de cari
catura; aquí ha sido, en serio, y muy por lo
hondo, casi un emblema nacional. Los mismos
autores que, teóricamente, dirigían unos ojos
nostálgicos á los recuerdos del Antiguo Régi
men, obedecían sin saberlo, en lo entranable
(1) biografías
Es altamente instructivo leer en las
debidas
Torras y Bages, Gómez
á Rubió y Ors, Menéndez y Pelayo.
izquierdo, etc., noticia de la resistencia asustadiza que opu
sieran á enterarse de la filosofía alemana, por ejemplo, Llo
rens, Pau y Manuel Milá, Comellas y Cluet. Balines, á lo
parte de su vida, tuvo ya más alientos.
menos en la segunda
de su espíritu, y las inspiraciones de la bur-
guesía, de la casta social traída al poder por
la Revolución. Nada en nuestro países de
reacciones de gentil-hombre ó de profeta, á
lo Bonald ó á lo de Maistre; nada siquiera
de desgarros de D. Juan teólogo, como los
de Donoso Cortés. En vano buscaríamos en
todo un siglo de nuestra literatura tradicio-
nalista una mentalidad de aristócrata ni una
verdadera mentalidad de sacerdote, como
tampoco una mentalidad, viva y caliente, de
hombre de pueblo, de plebeyo puro, de
«Pauvre Jacques» ó de Juan-Sin-Blanca: (1)
sólo encontraríamos mentalidades uniforme-
mente burguesas. (2) Es curioso observar
cómo aquí no se ha concretado hasta hace
muy pocos arios, hasta la época de los Ixart
y de los Rusiriol, la concepción romántica
del tipo de normalidad odiosa y prosaica, del
germánico «filisteo» ó del «especiero» flau-
bertiano; y aun !Dios sabe lo poco que han
podido descontentar á filisteos y á especieros
los Ixart y los Rusirioll... No lo dudemos: el
servilismo democrático, el miedo á chocar
con las concepciones corrientes han perjudi-
cado más, mucho más á nuestra ideología
que la misma timoratería gazmona. La unión
de ambas causas explicaría suficientemente
los tiempos de esterilidad que hemos pade-
cido si faltasen otras. Ellas bastarían á dar-
nos razón de la ausencia en que encontra-
mos de Maestros próximos, habiendo tenido
que buscarlos remotos, en los espíritus tute-
lares de la Raza,—ó inmediatos, en algunos
hombres eminentes, hoy vivos. La genera-
ción de nuestros abuelos sólo ha podido pro-
porcionarnos maestros de tecnicismo, no de
ideología; ejemplos y guías de erudición ó
de profesión, no de pensamiento. Sin la ti-
midez de mente, un Milá y Fontanals sería
hoy tal vez para nosotros el maestro de la
Estética, en lugar de ser únicamente el de la
Poesía heroico-popular ó del Rornancerillo. (3)
La falta de información ,en materia de cien-1
cias, la falta de información del movimiento
intelectual extranjero, la falta de informa-
ción respecto de nuestro propio pasado: he
aquí otras tres causas de esterilidad ideoló-
gica. Hoy, cualquier ideología que no se
nutra seriamente de las ciencias es tomada
tan sólo como un caso agudo de diletantis-
mo... No se trata aquí,—!ni remotamente!—
de la famosa fusión de la Filosofía y de la
Ciencia, que los pobres positivistas preconi-
zaron, á base de la desaparición de la Meta-
física. Se trata de algo mucho más impor-
tante. Se trata, otra vez de la UNIDAD espi-
ritual. «La filosofía, ha dicho Emile Bou-
troux, ha de nutrirse de la ciencia, como ha
de nutrirse de la religión y del arte, que
constituyen las creaciones relativamente in-
mediatas de la actividad práctica, y este do-
ble parentesco constituye su carácter propio,
La filosofía no es fundada esclusivamente,
ni, como la ciencia, en los principios de la
razón teórica, ni, como la religión, en los
principios de la voluntad. Participa á la vez
de la voluntad y de la razón, buscando si la
una debe ser elevada por encima de la otra,
Ó si las dos deben ser consideradas en el
mismo nivel; si deben ser reducidas á la uni-
dad y de qué manera. Así, sin inmiscuirse en
manera alguna en las ciencias ó en las reli-
giones positivas que, para ella, constituyen
(1) tipos
muy caracterizados
de
Otras literaturas han tenido
mentalidades, en plena tiranía
esas democrático-burguesa.
Ejemplos: Alfred de Vigny,
tipo de mentalidad aristocrática;
Xavier de Maistre, tipo de mentalidad sacerdotal y aun pro
fética: Proudhon, tipo
de mentalidad plebeya pura, sincera y
vigorosa.
(2) Una excepción, tal vez; Jacinto Verdaguer, alma á la
vez sacerdotal y popular, ejemplo de franciscanismo. El es
tudio de la mentalidad de Mosen Cinto, mucho más intere
sante, según se me alcanza, que el de su poesía está por ha
cer.—Consolémonos pensando que el de su poesía esté tam
bién por hacer... como, por otra parte el de la poesía de
todos los poetas catalanes, antiguos y modernos.
(3) Los referidos aspectos de timidez no son los únicos.
?Qué decir de la íntima creencia, que, inconfesada muchas
veces, tuvieron nuestros hombres de que aquí todo lo más
que podía hacerse es «estar al corriente» de la ciencia, no
hallar nada nuevo? ?Qué decir de la constante sensación de
inferioridad que les acogía ante el primer extranjero venido,
aunque fuere un commis-voyageur cualquiera? Un ilustre
amigo me ha confesado que, hasta muy adentrada su infancia
habla tenido la íntima creencia de que todos los escritores
extranjeros y de que esta especie de hombres no
eran
daba aquí.
7 y 14 enero 1911
simplemente hechos, la filosofía tiene su lu
gar en la esfera en que residen los principios
creadores y directores de la razón y de la vo
luntad. (1) Mas, para encontrar estos princi
pios no puede desconocer ninguno de aque
lbs hechos. Hoy, la crítica del valor de la
Ciencia se ha realizado de una manera rigu
rosa; mas, para que esta misma crítica haya
tenido autoridad y eficacia, ha tenido que
hacerse desde el punto de vista de la cien
cia, y nutriéndole de ciencia. Los más altos 1
de esos críticos han sido, ó bien hombres de
ciencia y aun de laboratorio, como los Poin
caré, los Mach, los Ostwald ó filósofos pro
fundamente conocedores de las ciencias,
como un Bergson ó un Riehl ó un Liebmann.
Esas vastas construcciones ó esas críticas de
tabla rasa que aún hoy brotan, de cuando en
cuando, en nuestro país de hombres ignoran
tes y apartados de cualquier disciplina cientí
fica, (2) harían reir en los medios científicos
extranjeros si á estos medios pudiesen llegar.
?Cómo serían ellas el vehículo de la incorpo
ración de nuestro pensamiento en el pensa
miento del mundo?— Respecto á las otras dos
faltas de información á que nos hemos referi
do, no hay que insistir. También aquí, como
en lo referente á la timidez devota, el hecho es
de sobras conocido y ha sido senalado fre
cuentemente. Todos los que han abogado por
la creación de pensiones de estudios en el ex
tranjero y por la emigración escolar en ge
neral, han encarecido los danos de nuestro
aislamiento; todos las editores de textos clá
sicos han lamentado el olvido en que yacían
los monumentos de nuestro pasado glorioso.)
Ahora, ?qué han debido hacer los nueve
centistas al intentar la empresa de restaurar
las tradiciones de éste? Han debido,—y va
mos á indicar los remedios en orden inverso
que los males,—han debido:—a) Contra el
olvido del pasado, esforzarse en el conoci
miento de éste, en su conocimiento no sólo
erudito, sino filosófico y cordial, con interés, r
con simpatía de pensamiento. Nuestro lulis
mo contemporáneo, no siempre serio, es ver
dad, en todos sus aspectos, (3) ha consti
tuído, sin embargo, el episodio capital de
este esfuerzo de medicina.—b) Contra el des t
conocimiento de lo extranjero, leer más, in
formarse mejor, ir á la montana ya que la
montana no venía á Mahoma, viajar, estu
diar en las Universidades del inundo, meterse
y trabajar en las varias instituciones de Ense
fianza, acudir á los Congresos, participar en
las tareas de los mismos, contraer amistades,
mantener vivos el cambio y la corresponden
cia con los trabajadores científicos de todas
partes;—c) Contra la falta de una base cien
tífica, entrar seria y metódicamente en el estu
dio y en la disciplina de éstas, aun en los ca
sos en que los espíritus estaban peor ave
zados por la amable libertad de las laxas
educaciones artísticas, literarias... ó univer
sitarias,—de Universidad espanola,—en la
cual sabido es que los medianamente inteli
gentes pueden avanzar y triunfar sin que les
sea necesario ningún trabajo metódico.—
d) Contra la cobardía mental, el atrevimimto,
sobre todo el atrevimiento antidemocrático.
Ya se entiende que éste no ha podido practi
carse sin riesgo. La Democracia es hoy tira
na; tiene su Indice y su Inquisición; castiga
duramente á los que se atreven con ella.
(1) Introducción á la versión francesa de la Historia de la
Filosofía de los Griegos de Ed. Zeller. (IRecordeinos, al pun
to de nombrar á Zeller que, con un ligerísimo esfuerzo eco
nómico, su biblioteca hubiera podido venir á Barcelona!)
(2) Un solo ejemplo, entre los muchos que podría citar,
algunos de ellos de un cómico subido. D. J...e B....a, en
sobre
una de sus conferencias que versaba (Iprecisamentel)
europeización, dijo sin pestanear y luego Imprimió, sin em
pacho: Vamos á demostrar este axioma.
(3) Sin un conocimiento un poco extenso de la filosofía mo
derna es posible hacer excelentes ediciones de Ramón Llull,
pero no entender, ni mucho menos exponer su filosofía, que
tanto tiene de vivaz y de actual. Como todo se enlaza, re
sulta inútil aplicar uno de los remedios que enunciamos Si
ensayos
en lo restante se deja subsistir el mal. Así algunos
de exposición del lulismo han fracasado por adolecer, de una
parte, de esta falta de información de lo moderno; de otra
parte, de la misma cobardía que hemos senalado como gene
ral en la labor ochocentista. Así uno de los lulianos de Ca
taluna ha debido confesarme que se había abstenido de citar
al autor (por otra parte, perfectamenteortodoxo), de quien
aprovechaba una referencia, por temor vago á que su
nombre
se (Isólo su nombre!) fuese personalmente poco simpático
á la
autoridad eclesiástica local.
 1911 CATALUNA 5
7 y 14 enero

«!Levanto la copa por Georg. Brandés,— ser jamás personal, sino que ha de
una obra Como un griego en presencia de
ciudadano
clamaba un día Anatole France—por Bran ser, es, una colectiva, una obra en que
obra sus dioses, así se encontrará el hombre cien
colaboran, gentes, naciones y generaciones. tífico creador en faz de los productos de su
dés que, viviendo en siglo de Democracia,
Lo anárquico es estéril. Es estéril, en todo ciencia. Esta posición filosófica se me anto
jamás ha adulado al Pueblo!»... Quiere de
cirse que el mismo France consideraba esta órden de cosas sin duda, pero es este más ja singularmente fuerte. A perseverar en ella
heroísmo. Ignoro radicalmente que en ninguno. Quien debe animan unas palabras de M. Berg
independencia como un
me

restaurar laCiencia, la Filosofía catalanas es son; quien me dijo, al final de una entrevista
hasta qué punto lo ha sido en Dinamarca;
Cataluna, Juan ni Pedro, por bien dotados, que recordaré siempre, y cuyo recuerdo me
pero todas mis fibras heridas saben acaso no

por geniales que supongamos á Pedro y á ha constantemente alentado, en las horas de

como lo ha sido en nuestro país, donde no
Juan...—Acojamos pues con albricias los lucha y de fatiga: Yo creo que mi filosofía es
falta tampoco por ventura aquello que olía
hoy parecen mostrarnos más fiel á la realidad: pero la de V. es tal vez
á podrido en Dinamarca.—e) Y por último, varios síntomas que
más «verdadera»; porque el hecho es que los
para que nuestras tradiciones ideológicas que Cataluna dispone á intervenir en la
se

sean restauradas, para que lleguemos á po

conquista y aseguramiento de nuevas rique pueblos de Oriente, que han tenido una con
der incorporar nuestro esfuerzo intelectual al zas espirituales. E indiquemos brevemente cepción del mundo más próximo á la mía, se
las formas más inmediatas en que, según se ha visto siempre vencidos de su competencia
acervo del mundo, es necesario,—esto prin concepción
indispen alcanza, puede organizarse esa inter con lospueblos de Occidente, cuya
cipalmente, eso capitalmente, eso
nos
vención. del mundo continúa V...—Mas, para traducir
sablemente, eso vitalmente—escribir en cata ciencia ca
Supongamos antes un tipo de trabajador en trabajos, en libros catalanes, en
lán, profesar en catalán, hacer ciencia y fi
intelectual, un tipo cualquiera, el más mo talana esta convicción, me es indispensable á
losofía en catalán... !Escribir en catalán! mí,—como nos es indispensable átodos,—una
?Escribir en catalán? !Entendamos, digo otra desto, el último... El cuestionario de CATA
vez! Escribir en el catalán que hemos here LUNA nos ha exigido á todos que habláse disciplina científica organizada, y, por consi
dado de nuestros inmediatos antecesores, mos de nuestros propios trabajos, sin duda guiente, una cooperación social. Repito, pues,
apto á lo más para la poesía, y aun para para sugerir, con la suma de detalles, la vi la pregunta: ?Qué debemos pedir á la coo
cierta especie de poesía, no. Hacer ciencia 3r sión plena del general esfuerzo. Sea pues yo peración social?
filosofía en el dialecto del Rector de Vallfo mismo el trabajador intelectual supuesto. Necesitamos, ante todo, editor. No el habi
Repito que hubiera podido tomar otro sujeto, tual editor comerciante, por refinado, por
gona ó de Sera-fi Pitarra, ni siquiera en la
lengua de mosen Cinto ó de Juan Maragall, cualquiera de mis amigos. En mi caso se en alto de miras que le imaginemos; sino editor
no. Para que nuestra habla haya comenzado
cuentran hoy en Cataluna diez, veinte, cin desinteresado, editor en pérdida constante y
cuenta estudiosos; manana, cuando regrese segura, editor académico y oficial. Es urgen
á servir á las necesidades de la expresión
abstracta, para que alcance á encarnar los del extranjero una juventud que, sedienta de te que nuestros trabajos puedan leerse; que los
ciencia, ha recorrido las Universidades y resultados de nuestras investigaciones no
matices y sutilidades de la especulación, ha
sido precisa, continúa siéndolo aún, una la cuando llegue á la hora de producción una queden en la sombra ó se adulteren en expo
bor transformadora, intensa, que represente adolescencia que se agita sordamente en siciones periodísticas ó de vulgarización.
para ello algo análogo á lo que la influencia las escuelas, y que nuestra predicación ha En esto los cultivadores de estudios históri
despertado á la luz, nuestro númei o se cos llevan aquí ventaja á los trabajadores de
del cartesianismo representó para el idioma
francés. (1) La obra no ha sido siempre acrecerá por modo formidable... Ahora, me ciencia; ventaja que, desde hace tres arios,
pregunto: ?Qué me propongo yo? ?Qué tra ha acentuado, con gran fortuna para aquéllos,
cómoda en un país como el nuestro, en
bajo ha de ser el mío? como prólogo á estas la actuación espléndida del Institut d'Estudis
que ha hallado crédito fácil toda majadería
pseudo-filológica, en que ha sido incluso otras preguntas: ?En qué me puede ayudar Catalans. Hoy los investigadores de historia
posible este tipo social extraordinorio: el pu mi Cataluna? ?Qué debo pedirle? y arqueología encuentran en nuestro país lu
rista analfabeto. Contra la renovación verbal Dejando aparte otros esfuerzos de literatu gar digno en que producirse; medios para
y sintáctica de la lengua, en el sentido de su tura, de arte ó de ensenanza, que ya conocen dar á luz sus libros; un anuario que recopila
sus estudios; auxilios y subvenciones para
mayor flexibilidad, agilidad, riqueza filosó mis amigos, la obra que me ha interesado ca
fica y aptitud para la abstracción, han hecho pitalmente y que es por su benevolencia me empresas que ni pueden intentarse sin la
nuestros augures grandes aspavientos, han nos sabida, á causa de estar senalados sus cooperación colectiva; vehículo adecuado y
elaborado nuestros graciosos profesionales primeros jalones en algunos folletos y artícu acreditado para el cambio intelectual con el
múltiples y variados chistes. (2) Sólo una los que han visto la luz fuera de aquí, se cifra mundo. ?Cuándo alcanzarán situación seme
santa terquedad ha podido vencer las resis en una contribución á la filosofía, partiendo jante los biólogos, los químicos, los mate
tencias y avanzar en medio de las hostiles de un ensayo de constitución científica de la máticos? La Memoria del senor presidente
granizadas. Hay que decir sin embargo, para Lógica. La Psicología, la Etica, la misma Es de la Diputación de Barcelona, publicada
ser justos, que éstas han aminorado dichosa tética han alcanzado ya este tipo de constitu estos días últimos—verdadero monumento
ción. La Lógica no lo ha alcanzado todavía, á en que se alían por modo singular la robus
mente de algún tiempo á esta parte.
Escribiendo en catalán, en catalán á la lo menos sistemáticamente. Yo tengo la firme tez de la cimentación con el audaz idealismo
moderna, informados de nuestro pasado y creencia de que sólo lo puede alcanzar po de las grandes líneas,—nos deja esperanzar
de lo contemporáneo en el mundo, nutridos niendo á contribución algo que juzgo adquisi que muy pronto. Se habla allí de un Instituto
de las adquisiciones de las ciencias y produ ción científica definitiva: el descubrimiento de de Ciencias y de un Instituto filólogico como
ciéndose en una serenidad de espíritu tan le la índole tóxica de las excitaciones nerviosas complemento del Institut actual y según mo
jana á lo timorato como á lo imprudente, fa en que interviene la conciencia y de la descom delo del mismo. Juzgo que la creación del
chendo-lo é innecesariamente escandaliza posición diastásicay de la inmunidadadquirida primero, si llega á realizarse, constituirá el
dor, (3) podemos esperanzar, por fin, ese que representan, frente á esta toxicidad, la ra acontecimiento más dichoso que se haya re
renovamiento de nuestras grandes tradicio zón y la lógica respectivamente; y por consi gistrado desde hace siglos en la vida intelec
nes ideales, esa incorporación de las mismas guiente de la inclusión posible—y no metafó tual catalana.
en el alma moderna de que tantas veces he rica (insisto siempre en ello) sino energética Pero, cualquiera que sea la suma de trabajo
mos hablado. Pero, hay que decirlo con sin mente sintética— de la actividad racional realizado que tengamos en reserva, no basta
ceridad: un nuevo fracaso nos espera, á pe humana en el orden general de fenómenos de con sacar éste á luz, es indispensable sobre

sar de todo, si nuestros esfuerzos continúan
siendo, como hasta hoy, individuales, aisla
dos, dispersos, si la cooperación social no
viene á reunirlos, á organizarlos, á asegurar
los. Es necesario no cansarse de predicar en
nuestro país que la Ciencia no es, no puede
defensa, por los que la vida es manifestada y
que aseguran la permanencia de la vida. Esto
demostrado, ya no puede verse en la activi
dad racional humana otra cosa que una de
las manifestaciones de la vida; así la ciencia
de aquélla será un caso particular de la cien
cia de ésta: la Lógica podrá valerse de las sín
todo que podamos continuar. Entra aquí la
cuestión, tantas veces suscitada, de la necesi
dad de medios y de instrumentos. «!Libros! !Li
bros!» hemos clamado hace poco, y un voce
río enorme, un vocerío de hambre y de angus
tia ha contestado á nuestro clamor. Detenidos
nos encontramos al principio de la marcha;

tesis y de los métodos de la Biología. No un gran obstáculo se opone al avance; solos,

(1) Conviene decir que una labor análoga, tal vez más di
castellano,
fícil que en el catalán, debe realizarse en el para
tornarlo adecuado á la moderna ideología. Sólo los que, corno
el que escribe estas líneas, se han aplicado á la labor de ver
ter á lengua castellana textos filosóficos de otras lenguas
modernas conocen las continuas dificultades de tal labor, y el
obstáculo que á ella opone una lengua petrificada en formas
correspondientes á mundos mentales pretéritos.
(?.) La ignorancia de las lenguas clásicas ha dado origen á
que generalmente los censores tomasen por castellanismos ó
f rancesismos, lo que eran necesarios empréstitos al padre y
senor latín.—Cuando apareció uno de los primeros trabajos de
quien esto escribe, un conocido arquitecto, el senor P...1 y
B..11, se acercó confidencialmente al autor para reprenderle:
'
«Ha empleado V. palabras no catalanas... Ha escrito V.: esté
ril... En catalan decimos: xorch».—Otros humoristas han ha
blado del «catalán de la aduana de Pon-Bou». ..—Dios se lo
perdone á todos.
Puestos á la censura, no seamos más indulgentes con nos
otros que con los demás. Reconozcamos sincera, humildemen
te, que alguna vez, en ese trabajo de transformación, cuyas
circunstancias obligaban á menudo á improvisar, nos habre
-
creo poder ser tachado de espíritu milenario
si hablo aquí de la universal fermentación
que, semejante á la que la Europa conoció, al
alba del Renacimiento, deja esperar para bien
pronto el principio de una nueva era del pen
samiento humano, de un tercer ciclo lógico
subsiguiente á los dos que van desde Aristó
teles á Bacon de Verulamio y desde Bacon de
Verulamio hasta hoy. Un Novissimum Orga
num parece imponerse, cuyas fórmulas y su
gestiones no serán ciertamente ya, las que
han conducido la investigación científica,
desde Galileo. Considerar la actividad racio
nal del hombre como un fenómeno vital, y
como un fenómeno que asegura precisamente
no podemos con él; ó nos ayudan ó retroce
demos, abandonando para siempre la santa
pelea... !Libros, libros! Libros de alta infor
mación, libros de ciencia, libros para hacer
ciencia; no nuevos ejemplares de los eternos
libros de vulgarización y de generalidades
que ya poseemos, que ya conocemos. que
jamás nos han servido para nada, ni á nos
otros, ni á los obreros, ni á nadie, y que no
han podido producir otra cosa que esos dos
tipos sociales bajísimos, chorreantes de pre
tensiones y reventantes de inutilidad: el obre
ro apedantado, pavo que hace la rueda ante
sus camaradas, remilgoso insoportable de su
trabajo y de su oficio; y el senorito diletante

,
mos excedido ó equivocado cayendo en innecesarios neolo
gismo ó pecando en tal ó cual detalle contra el espíritu de la la conservación de la vida, la de traer, como bachiller de fortuna, desertor de la teneduría:
lengua. Mea culpa.
-

(3) He escrito alguna vez: <En 1875 los escandalizadores consecuencia necesaria, una posición de li vago de redacción ó intelectual de Ateneo. (1)
de conciencias eran aún alguna vez los hombres científicos; bertad, de superior ironía en que se colocará
'

en 1910 los escandalizadores de conciencias son ya únicamen (1) Recuérdese la campana por la Biblioteca, desarrollada
te los primarios». el hombre ante los productos de su ciencia. en nuestra ciudad durante el verano yotono últimos y cuyos

r
6
Libros de Ciencia, Biblioteca pedimos.
bién la Memoria del senor Prat Tam
ofrece Biblioteca. Nos la ofrecedemodesta,
la Riba nos
lo relativo á los estudios en
científicos, modesta
é incipiente. No importa. Será el
grano de
mostaza. Contrastando con la conducta del
Ayuntamiento barcelonés que ha dado la ca
llada y el desprecio por respuesta á
una soli
citud presentada por el serior Rucabado,
la firma de los senores Giner de con
los Rios,
Montoliu y mía, para que se aprovechara
una ocasión excepcional, la
Diputación ha
contado ya una cantidad destinada á la adqui
sición de libros modernos. Bienvenida
sea,
en sus modestas proporciones.
Bienvenida
la cooperación que se le dé. Bienvenido el
óbolo que se le ayunte. !El grano de mosta
za, el grano de mostaza! (1)
Júntense á las bibliotecas los laboratorios,
para las ciencias que los exijan. Sin ellos es
imposible hacer nada, en varios órdenes de
conocimientos. Nuestra situación es desas
trosa en este punto. Los elementos radicales
del Ayuntamiento tuvieron alma para negar
la consignación módica que pedía un hom
bre como PI y Surier para instalar un Labo
ratorio de Fisiología anexo al Laboratorio
Microbiológico municipal. Si mis noticias no
me enganan ó si la
situación no ha cambiado
desde ellas, lo que en este punto ocurre es lo
siguiente: el Laboratorio Bacteriológico está
falto de la mitad de los instrumentos indis
pensables para la Fisiología (de aparatos re
gistradores, por ejemplo); el Laboratorio de
la Facultad de Medicina, de la otra mitad; de
manera que puede decirse que el experimen
to que se comienza en el Parque hay que
terminarlo en Las Corts. (2) Y conste que
esta especialidad no es la menos dichosa.
?Dónde están ni siquiera los rudimentos del
indispensable, del urgente Laboratorio de
Psicología pedagógica por que anda suspi
rando el nuevecentista Eladio Homs? ?Dónde
los del Laboratorio de Psicología experimen
tal? ?Dónde los de un Laboratorio de Em
briología?
A las instituciones de investigación cientí
fica deben anadirse las instaciones de ense
nanza. Un nuevecentista de valor, Agustín
Calvet, ha publicado recientemente un artícu
lo que os habla de la Biblioteca como de un
proemio á la fundación de una Escuela ca
talana de altos estudios. No puedo yo com
partir este punto de vista: á mi entender la
cuestión de la Biblioteca tiene substantividad
propia. El problema de hacer aquí posible la
investigación original nos interesa mucho
más, nos resulta más apremiante, que él da
transmisión de resultados científicos, función
que, bien ó mal, desempena ya la Universi
incidentes y documentos han quedado completa y cuidadosa
mente registrados en las columnas de LA CATALUNA. Recuér
dese sobre todo la polémica en torno de la cuestión: «?Libros
de vulgarización ó libros de ciencia?» Mi opinión de entonces,
contrafia en parte á la de mi excelente amigo el diputado re
publicano Luis de Zulueta no se ha modificado. Los azares
de mis viajes de entonces, con el consiguiente desorden de
correspondencia, me impidieron enterarme á tiempo del im
portante articulo Glosa de glosas en que Zulueta discutía mi
punto de vista. Aprovecho la ocasión presente para excusar
ante el autor lo que ha podido parecer desatención, y á la
vez para anunciar una réplica, porque pienso resucitar
la cuestión el mejor día... La Santa Insistencia... El problema
de los libros,—desgraciadamente,--no es de los que han per
dido actualidad para nosotros.
Que se me permita adelantar nada más lo equivocada que
me parece la posición en que se colocaba Zulueta, al final del
aludido artículo, juzgar
al caduco ante nuestras conciencias
el ideal de ciencia y estética del Renacimiento, y vivaz en
primarísta del sigla xtX... !No! Guardémonos
cambio el ideal
de que nos engane la cronología. No siempre lo último en el
tiempo es lo más cercano á nosotros. En las concepciones
humanistas y de las concepciones humanistas vivimos aún.
El Primarismo, al revés, !nos parece ya tan lejano! Que Zu
lueta no se asuste si le digo que nos sentimos más ideal
mente próximos, más contemporáneos de GalileoGalilei, de
Pico delta Mirandola, de Desiderio Erasmo que de mon
sieur León Camtetta ó de Mr. Jules Simón.
(1) El Dr. Esteve Terrades, el Dr. Augusto Pf y Sufier y el
autor de este artícul‹,, con la colaboración probable de algún
otro nuevecentista, tienen en estudio un Anteproyecto de un
Catálogo nzininzo de Biblioteca de Ciencias, en que sobre la
base de una hipotética consignación modesta, se catalo arán
los libros más indispensables dentro de las especialidades
respectivas, con indicación de sus precios en el mercado bi
bliográfico (precios de ocasión, cuando pueda ser).
(2) Veáse, si se puede (porque el número de ejemplares es
corto y no se han puesto á la venta) el recentísimo Almanach
deis NoucentIstas, publicat per Joaquín? Horta 1911, publi
cación de alto buen gusto que, dentro de una aparente nota
frívola y desgarbada, resulta de gran significación sintética, y
puede completar útilmente el presente número de CATALUNA;
y adivínese á través de la serenidad científica del artículo que
publica aquél Sunyer
el Dr. Pf y
en toda la amargura, todo el
coraje por situación tan vergonzosa.
CATALUNA
dad... Dirásenos que todas las causas de
esterilidad que hemos senalado en las tenta
tivas ideológicas del Ochocientos
subsisten
en nuestra Universidad oficial.
Será justo.
No lo será menos que en las condiciones
que la realidad impone actualmente, cual
quier intento que se hiciere para una institu
ción completa de estudios universitarios, no
pudiendo dar á éstos el estímulo y sanción
de títulos profesionales válidos prácticamen
te, nacería muerta ó arrastraría una vida pre
caria. No hay que hacerse ilusiones; ó, mejor
dicho, sí, hay que hacerse ilusiones, pero
escogiendo con ojo avisado la tierra en que
se deben sembrar. Nosotros nos
llamamos,
somos, devotos de la Arbitrariedad, arbitra
rios; no obedecemos á las circunstancias,
antes combatimos con ellas; pero, hasta para
combatir con un enemigo necesario, en
es
buena estrategia, conocer las posiciones del
enemigo, adaptarse á ellas: loco quien se
estrella contra el centro, cuando podría en
volver los flancos. Los cortos arios que se
paran mi promoción de la promoción de Cal
vet nos dan ya la triste ventaja de una dolo
rosa experiencia en este punto. Nosotros, en
pomposos congresos, instituimos Universi
dades catalanas que no nos pedía nadie y
que imaginábamos naciendo enteras y arma
das, á la manera minervina... Véase en qué
ha venido á parar todo aquello. Por otra par
te, finjamos la institución: ?de dónde sal
drán los hombres? Imaginemos la Univer
sidad-programa y aun la Universidad-casa:
?quién nos dará la Universidad-viva, es de
cir, los Maestros? ?Podíamos acaso poner
nos á profesar el día siguiente los
congresis
tas, ni los ponentes que en el Congrés Escolar
de 1994, acordamos crear la Universitat Ca
talana?No. Dígase lo que se quiera, murmure
quien murmure, !y mala peste para los ruines
de ánimo! no hemos de buscar hombres para
las instituciones, sino dar instituciones á los
hombres. A cualquier tentativa catalana de
ensenanza superior debe preceder un largo
período de organización catalana de la emi
gración escolar. Estudiantes en París, estu
diantes en Berna, estudiantes en Kiel y en
New Yersey: eso conviene, para que manana
nos encontremos con profesores, con verda
deros profesores, en Barcelona. ?Quiere de
cirse que nada haya por hacer entre la
Universidad gregaria y el estudioso destierro
temporal de los escogidos? Yo imagino algo
que, á mis luces, habría de prestar gran uti
lidad: una institución intermedia, que, reali
zando entre los alumnos de la Universidad
una primera selección les preparase, con
economía de esfuerzo, á la disciplina de los
arios de viaje, y los recogiera, á lo menos
como amigos, á la vuelta de éstos. Imagino
un internado libre, de proporciones reducísi
mas con una veintena de alumnos y una do
cena escasa de profesores, ó, mejor dicho,
de directores de estudios, mediados entre
nacionales y extranjeros, y en que, en un
ambiente general de calma, de disciplina, de
distinción social y de idealismo, con una
buena biblioteca y otros medios de trabajo,
conviviesen estudiantes y maestros, trabajan
do éstos en la companía de aquéllos y con
su ayuda, con lo que se cumpliría la indis
pensable iniciación á los métodos, y prepa
rándose los alumnos por medio del cultivo de
las ciencias, de las lenguas, y aun de los
modales selectos y de los elegantes depor
tes, á los arios de viaje, cuya duración de
esta suerte podría reducirse en mucho. E in
sisto en lo de las lenguas, modales y distin
ción social, no sólo porque la superioridad
en este punto ha de ser utilísima á todo es
tudiante una vez en el extranjero sino porque
creo firmemente que debemos aspirar y ten
der á que nuestros futuros hombres de cien
cia sean á la vez, en lo posible, hombres
completos, espejos de selección humana, á
que la mayor parte de los estudiosos pasen
de la categoría de bohemios ó de extrava
gantes á la de verdaderos gentlemen, cuya
influencia y ejemplo aumente un día en nues
tro país la consideración pública de la Cien
cia y constituya la base,
no sólo de una re
7 y 14 enero 1911
novación de las mentes, sino de una reno
vación de las costumbres... Esta misma
institución cuidaría de mantener constantes,
con reuniones y otras formas de
cooperación
y de simpatía, las relaciones entre los anti
guos alumnos, al regresar éstos de su destie
rro estudioso. Se comprende que no debe
mos aquí entrar en los detalles de nuestro
plan hipotético. Baste decir que su Internado
libre para los estudios superiores constituirá
la adecuada conclusión pedagógica de las
premisas científicas sentadas por el Instituí
y la Biblioteca. (1)
Todo lo dicho supone, como indispensa
ble anejo, la continuación de algo ya comen
zado aquí, pero hay que extender muchísimo,
si no se quiere perder hasta los frutos de lo
comenzado: la emigración escolar. Mi amigo
José Pijoárt hablaba en un artículo de la do
cena mal medida de pensionados que la Di
putación y el Ayuntamiento de Barcelona han
sembrado por esas naciones y continentes;
pero consignaba en unas líneas más abajo
que el gobierno del Japón había mandado,
solamente á París, no recuerdo si doscientos
ó trescientos jó N, enes y un inspector para
ayudarles á todos. En esas condiciones pue
de pensarse en renovar, en europeizar como
se dice, el ambiente de un país secularmente
cerrado; con el viaje de tres ó cuatro hom
bres aislados, no (2). Tiene el senor Prat de
la Riba mucha razón cuando en la Memoria
repetidamenie citada habla de la limitación
que se impone á la corporación provincial en
el envío de pensionados, que «ha de obede
cer á un plan preconcebido de renovación
nacional, que vaya realizándose gradualmen
te, empezando por allí donde se presenten
más senales de intenso impulso renovador,
creando las pensiones con vistas á instruc
ciones que deban organizarse y transformar
se, creándolos también para todos los valo
res individuales que se manifiesten, para todos
los hombres que salgan, en el orden que sea,
con empuje, para ser instrumento á la gran
obra renovadora» y «pensando siempre en el
lugar en que habrá de colocarlos cuando
vuelvan» (3), para no crear una casta estéril
de deracinés inadaptables, un proletariado
miserable de «sin trabajo» científicos. Pero la
obra de la emigración escolar no debe ser
únicamente oficial: debe ser social. Enviarán
las corporaciones, según tan recto criterio,
un corto número de pensionados; pero es de
desear que los jóvenes que se reeduquen en
el extranjero sean legión. La iniciativa priva
da, personal ó paterna, manda ya, cada día,
en número mayor, á los centros de ensenan
za del mismo, aprendices de médico, de in
geniero, de comerciante. Pero esta especie de
emigración se halla circunscrita á las espe
cialidades de negocio ó de clientela, en que
los mejores beneficios del manana pueden ser
estímulo y recompensa del trabajo de hoy no
llega á las especialidades de especulación
pura ó de erudición.
Para lograr que los muchachos que se han
de dedicar á estas últimas especialidades,
sean enviados por sus padres al extranjero, es
necesario proporcionar á padres é hijos una
tangible, una inmediata compensación del
esfuerzo. Sólo así puede esperarse que lo que
hoy son dos casos aislados se tornen siste
ma corriente, capaz de renovar, en el espacio
(1) La Institution Thiers de París, que dirige M. Bou
ejemplo de algo parecido. El objeto capital de la
troux es
Institución se cifra en que unos cuantos estudiantes y jóvenes
doctores tengan durante unos anos la calma y la serenidad in
dispensables para cumplir esos trabajos de largo aliento, para
los cuales se necesitan los entusiasmos y fuerzas de la ju
ventud, antes de que los arrebate y agobie el ejercicio de la
profesión
de ensenanza en los liceos y Universidades de pro
vincia.—También alguna de las Escuelas espanolas en el ex
tranjero (de Roma, deBolonia, etc.), se acerca por su utilidad
á ese tipo.—Lo característico de la institución que propone
mos es el recoger sistemáticamente los alumnos de la Univer
sidad para prepararlos á la pensión.
(2) Las misiones de estudios, á lo menos mientras nues
tros estudiantes no marchen al extranjero mejor preparados
que hoy, deben además ser largas. Las pensiones que con
cede la Junta de Madrid pecan generalmente de cortas. En
cuantos á las brevísimas, que últimamente ha concedido el
Ayuntamiento de Barcelona, ya no podemos decir que pe
quen de nada, porque son la cifra y compendio de la des
orientación, del desorden y de la inutilidad.
(3) Memoria endrecada á la Diputació de Barcelona pel
seu president don Enrich Prat de la Riba. Segon periode de
sessions de 1910. Sección 11. Cultura 3. Pensionats.
§

7 y 14 enero 1911
el ambiente intelectual
de unos arios, todoencontrar
del país. ?Dónde tal compensa-
ción?... También en este punto, arbitrario de
mí tengo yo un proyecto. Discuten servi-
actual-
,
men las Cortes de Espana una ley del
cio militar obligatorio. ?No sería posible
ob
que, durante un lapso de tiempo, du-
tener
rante un par de quinquenios ó tres, suponga-
mos, se viesen libres de ser llamados á filas
los jóvenes que consintiesen pasar tres anos
extranjeras
de estudio en las instituciones
taxativamente se fijasen, siempre que,
que
como garantía de valor y de aprovechamien-
un título oficial, ganado
to, regresaran con
tales y cuales condiciones? Medicina gra-
en
ve sería ésta, sin duda; pero á grandes males
grandes remedios; y nadie negará que nues-
tro actual atraso sea un gran mal. Siempre se
ha considerado que, para invitar á ciertos
heroísmos que exige el interés público, podía
echarse mano á incentivos de este orden. Li-
bres se encuentran del servicio militar, si no
me equivoco, los operarios de las
minas de
Altnadén. ?Por qué no había de estarlo quien
dedique tres arios de su vida á la conquista
para su patria de este vellocino de oro que es
la gran cultura? (1) Mucho me engano si esta
prueba no se veía coronada con un gran éxi-
to. En unos arios veríamos totalmente cam-
1 desarrollo de la cultura ha favorecido el for
(I)
Muchos han conocido exenciones e
países extranjeros
servicio militar, por motivos de cultura ó de ensenanza. Fran
cia ha tenido alguno hasta hace muy poco. Recordamos aho
Escuela de Altos Estu
ra la que se refería á los alumnos de la
dios Comerciales de París.
Posición actual
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del catolicismo
Es un hecho senaladísimo de nuestros tiem- potencia afirmativa de asimilación que incor
pos que el Catolicismo no es ajeno a ningu
na de las manifestaciones y actividades del
espíritu y la vida contemporaneas, á los cuales poránea; orientación crítica y científica que
se'esfuerza en transfundir el hálito potente de
su espíritu renovador. Las orientaciones pon
tificias han determinado su posición acerca de
todos los problemas planteados en las socie
dades modernas; una robusta dirección reali
zadora fija las normas concretas que deben
presidir á las organizaciones de la acción ca
tólica; prudente vigilancia impide que se vin forma de integral civilización en la cual se
cule la eterna substancia de la verdad en
formas variables, y así es impulsada toda la
vida cristiana con firme dirección ideal y
maravillosa flexibilidad táctica por un eficaz,
ordenado imperativo de intervención derivado
de las augustas ensenanzas de aquel insigne vi
dente de la civilización moderna como fué
León XIII. «Si en alguna época hubo necesi
dad de pedir á la ciencia y á la erudición ar
mas para defender á la fe católica—decía----
ningunacomo la nuestra, en la que los rápi
dos progresos en todos los ramos de la civi
lizacióg ofrecen á los enemigos de la fe cris
.
tiana harta ocasión para combatirla. Precisa
mente con estas mismas fuerzas es conveniente
repeler el ataque: conviene ocupar el lugar de calificadas Revistas donde se especializan
antes que ellos y arrancarles de las manos esas
armas con que pugnan por romper todo vín
culo entre Dios y los hombres» (1).
Sentido perfecto de actualidad, que se adap
ta á todas las aspiraciones y modalidades de
la hora presente y permite informar cristiana
mente todas las manifestaciones del progreso
moderno: vision consiante de la ley de conti
nuidad que asegura el valor humano y cris
tiano de la obra actual; espíritu armónico por tura, en la cual se comprenden todas las mani
el cual pueda acertarse con las formas nue
vas que la eterna verdad debe revestir para
todas las relaciones humanas del porvenir; nas, sus héroes de santidad y de doctrina, su
O) Encíclica Militantis Ecclesiae; y passim en todas sus
Encíclicas que son un cuerpo doctrinal que fija las formas de ranguer, Huysmans, Hurter, Hefele, Pothier,
intervención del Catolicismo en todas las esferas delpensa
nuento y la vida social.
CATALUNA
biado nuestro semblante. ?Se imagina el efec
to de esa gran masa de jóvenes, incorporán
dose después de preparación tan seria á nues
tra vida nacional, invadiendo las Universida
-
des, las escuelas, las profesiones, el foro, los el movimiento más grande de la potencia inte
talleres, los negocios, la política?... Tal vez lectual y de la cultura cristiana en los tiempos
tenga el proyecto inconvenientes que no co
nozco; tal vez ofrezca danos ó peligros que
no preveo; tal vez deba ser modificado, trans
puesto, desarrollado de una manera totalmen
p
te distinta... No hago más que insinuarlo.
Encarecidamente pido consejo y observación
acerca de él á mis amigos; á los doctos en quecer y agrandar los dominios de la verdad
cosas de administración y de gobierno, á las
personas todas que se interesen por la obra
de nuestra restauración intelectual. Sólo he
querido ahora completar, con la indicación las ciencias contarán para mucho los valores
de algunas perspectivas posibles, el cuadro
que sumarísimamente he trazado de los
reme
dios que ha sido forzoso aplicar para cerrar
el doloroso paréntesis de vida nacional en que
hemos nacido, y de los instrumentos socia
les que permitirán fecundo renovamiento de
nuestras grandes tradiciones ideales y su in
corporación en el patrimonio intelectual del que actúa perennemente la elevación sobre
mundo. Empresa á la que hemos dado, da
mos y queremos aún consagrar toda la luz
que pueda haber en nuestros espíritus y todo
el aliento de que nuestros bofes espon
sean
ja y alcancía.
EUGENIO D' ORS.
Barcelona, en la noche de Ano Nuevo, 1911. íntima. El conocimiento claro purísimas
= augusta de su carácter la persona adorable
pora al sentir cristiano cuanto definitivo ó
aceptable ofrece la cultura y la vida contem
solida la acción concreta y contrasta con la
Religión en su valor objetivo las tendencias
todas que fuera de ella pretenden dirigir al
hombre y la sociedad: absoluta adhesión al
ordenjerárquico de la Iglesia á fin de garan
tizar la autenticidad y eficacia de la actuación
cristiana, y la aspiración á una más perfecta
realicen cristianamente todos los ideales de
la humanidad...: he aquí las cualidades que
condicionan este imperativo de intervención
mediante el cual el Catolicismo avanza por
creciente organización de la cultura, por ma
yor intensidad de vida religiosa, y por formi
dables conquistas en el orden social, mani
festaciones esplendentes de su fecunda vita
lidad para ordenar cristianamente la sociedad
futura.
Es intensísima la actividad científica dentro
del Catolicismo por medio de sus grandes
núcleos intelectuales de Roma, Lovaina, Ins
tituto Católico de París, Lacenses, Bolandis
tas, Niponte, Solesmes, por el ingente número
todas las modalidades de la cultura moderna:
en la investigación filosófica orientada por
Mercier, en la crítica bíblica impulsada por
Lagrange, Knabenbauer, Cornely, Fillion, Vi
gouroux y sus falanges nutridísimas; en el
movimiento jurídico acaudillado por Weruz,
en la dirección sociológica por Toniolo,
en
la crítica histórica, cuyos príncipes Duchesne
y Cabral valen toda una apologética de cul
festaciones de la vida de la Iglesia, su liturgia,
su arte, dogmas, sus luchas internas y exter
jerarquía, su culto, estudios en los que culmi
nan los nombres
gloriosos de Newman, Gue
jansens, Kurth, Pastor..,: en teología
ri
y apologética, donde basta citar á Franzelin
Weis, por posible sintetizar todo su
no
y ser
magnificente desenvolvimiento, que á pesar
de lamentables desviaciones aparecerá como
modernos... Sin temor á exageración puede
asegurarse que en esta labor de afirmación
cristiana de la ciencia no hay palpitación del
pensamiento contemporáneo que no se recoja
y discuta, verdad que no se incorpore, pro
blema que no se estudie para fortificar, enri
natural y la revelada por la armonía de la fe
y la razón que preside el desarrollo de toda
ciencia cristiana. En la futura Enciclopedia de
cristianos lo mismo en las positivas de la na
turaleza y la sociedad como en las especula
tivas, psicológicas y morales (1).
No es menos notable la intensificación de
vida religiosa con que se vigoriza el Catoli
cismo en nuestros (lías haciendo más profun
da su eficacia como excelsa norma práctica
natural de la humanidad. El Catolicismo no
es primordialmente una filosofía ó un sistema
doctrinal, sino un cuerpo orgánico, la Ciudad
de Dios en la tierra, en la cual todo se con
vierte en substancia de vida. Así el mismo
tísimo movimiento espiritual que acrecienta
la vida religiosa, más pura, más sincera, más
de la liturgia,
de la
la renovación de las fuentes
música gregoriana, el ahondar en la psicolo
gía religiosa, han impuesto de nuevo las for
mas genuinas de arte místico para la
realiza
ción del ideal sublime de dar culto á Dios en
todas las magnificencias del arte y de la vida,
haciendo entrar á las muchedumbres en la in
timidad vivificante del espíritu de la Iglesia;
los estudios bíblicos han hecho resurgir con
todo el esplendor de su espíritu y la realidad
de jesús, que es más vivido cuanto más co
nocido; el desarrollo científico de la moral
católica, la ordenación jurídica que á ella
sigue,y la renovación de la disciplina canó
nica han sofocado para siempre e 1 influjo
jansenista que dificultaba la viva eclosión de
la piedad y han fortalecido el sistema cató
lico educador de hombres en toda la plenitud
de las virtudes naturales y sobrenaturales; y
la concepción teológica de la vida religiosa
que en la Iglesia es norma de la piedad y la
moral, aparece hoy día más robusta y mag
nificente que nunca, potente para desvanecer
este agnosticismo místico de la religión del es
prit, esta parlería molt divina peró sensDéu(2)
como pudiera calificarse al Modernismo reli
gioso, y medio eficaz de hacer palpitante
cómo sólo en la forma católica de vida reli
giosa se colman los anhelos de infinito del
alma humana, la cual no halla su santificación
y elevación verdadera sin incorporarse al or
ganismo de la Iglesia, del cual jesucristo es
cabeza, ritmo é ideal viviente y eterno.
La concepción sociológica cristiana que el
príncipe de los sociólogos, Toniolo, ha siste
matizado y sintetizado como la dirección á
una general participación de todos los elemen
tos de la sociedad en una más perfecta forma
de civilización cristiana para el porvenir, apa
rece como el sistema más integral, ideal y
eficiente, de todas las orientaciones sociales.
Las soluciones económicas de los problemas
sociales, las organizaciones pr4ticas para
propulsarlas, las reivindicaciones ético-so
ciales que abarcan todos los aspectos jurídi
cos de las modernas cuestiones, las direccio
nes políticas que deben regular la constitu
ción de los Estados, la intervención estatista
(1) Es necesario hacer constar que no pretendemos sin
tetizar todo el desenvolvimiento de la cultura católica, que re
largos artículos para documentarse. Pero conviene in
queriría
sistir sobre el valor altísimo de cultura que entrana el imponen
te movimiento crítico en exégesis,
historia y teología,el cual
dentro de la más fuerte ortodoxia doctrinal es aplicación vigo
rosa é integraldel verdadero espiritu y principiosde la ciencia,
merded á cuyos estudios la vida toda de la Iglesiaaparece á
nuestros ojos en toda su grandeza, é intensidad y excelsitud
humana y divina.
(2) Torras y Bages.